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Introducción a las teorías críticas y las teorías de las ideas en el

pensamiento latinoamericano

La Teoría Crítica cuenta hoy en día con muchos representantes y muchas


corrientes diferentes. En el pensamiento latinoamericano, el tema de la crítica ha
desempeñado un papel fundamental, así, una de las corrientes autóctonas más
importantes del siglo XX fue denominada "filosofía de la liberación", rótulo que, sin
embargo, desborda a quienes se concibieron a sí mismos como miembros de esta
escuela, dando una buena idea del espíritu con el cual se realizaron muchos
aportes. Por ejemplo, los argentinos Rodolfo Agoglia (1920-1985) y Arturo Roig
(1929- ). La noción de "presente vigente", incluye aspiraciones y conclusiones
unánimemente reconocidas en la historiografía, como el reconocimiento de la
interdependencia de la riqueza y la miseria, del vínculo entre la libertad,
solidaridad y personalidad inalienables de los pueblos, de la inseparabilidad de la
política y la economía, de la legitimidad de la descolonización y de integración de
las naciones, de la raíz y destino popular de la cultura, de la función social de la
educación, la literatura y el arte, de la misión formativa y liberadora de la filosofía y
de la religión, de la subordinación de la ciencia y de la técnica a la totalidad del
saber y a la etnicidad, y finalmente, la posibilidad de la desideologización y
humanización del hombre por la historia, como praxis y como conocimiento. En el
plano de las ideas, esa variedad de corrientes, perspectivas y enfoques teóricos
expresa la complejidad de la realidad latinoamericana y de las distintas
interpretaciones ideológicas y de clase social respecto a la dinámica de la
sociedad y de sus peculiares transformaciones. El pensamiento latinoamericano
es, así, un mosaico heterogéneo de ideas, teorías y métodos de investigación que
buscan comprender la naturaleza de nuestros países y sociedades en un contexto
histórico global enclavado en las vicisitudes de la expansión del capitalismo
mundial, así como de las condiciones propias, locales y regionales de cada país
en particular. El enfoque teórico y la manera en que se abordan esas cuestiones
(método), es lo que le confiere el barniz específico a cada una de las corrientes de
pensamiento.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Latinoamérica? Los sujetos


sociales e identidad latinoamericana.

Latinoamérica: relativo a los países americanos que fueron colonizados por


naciones de lengua latina como España, Portugal y Francia. Cuando hablamos de
América Latina (o Latinoamérica) nos referimos a las 20 repúblicas americanas
que fueron colonizadas por España, Portugal o Francia (países latinos), cuyo
idioma es el español, el portugués y el francés, respectivamente. La denominación
“América Latina” o “Latinoamérica” es más amplia y comprehensiva que
“Iberoamérica”. Existe la reivindicación de la existencia de una identidad
latinoamericana que incorpora a la nación venezolana. Desde esta representación
de la identidad latinoamericana el énfasis se coloca en una visión de hermandad y
comunidad, especialmente con las naciones bolivarianas. Los atributos positivos
de la identidad latinoamericana son, entre otros, un idioma común (español) y la
comunión étnica de tres razas (indígena, negra y española); aunque, al
componente étnico hispánico, cuando es referido aisladamente, se le atribuye
connotación ideológica negativa, y se le niega, al presentársele como ajeno a la
identidad cultural latinoamericana, invasor y expoliador de sociedades
establecidas, que habrían recuperado su libertad luego de tres siglos de
ocupación, a partir del siglo XIX, con la obra independentista liderada por Simón
Bolívar. Sobre los nuevos sujetos sociales, el zapatismo ha dado pie para producir
sobre las posibles emergencias sociales. En la medida en que avanza la
concentración del capital y el dominio sobre espacios no capitalistas, lo hace
también la desposesión o exclusión de amplias capas sociales de las decisiones
del poder que, por ello, se ven compelidos a reclamar por diferentes vías sus
derechos ciudadanos. Aquello que ha sido conceptuado por muchos como los
nuevos sujetos sociales, en realidad es expresión de la nueva versatilidad del
sujeto que comparte con el anterior, mucho más preciso y tangible, el
desposeimiento de capacidad decisoria social y la necesidad de convertirse en
real sujeto de la historia para lograr su emancipación. En los últimos años
observamos un desplazamiento de las bases de organización social desde la
esfera de la producción hacia la de la reproducción y, por tanto, reivindicaciones
de ciudadanía, de pertenencia a la nación y de igualdad de derechos más que
propiamente de clase.

¿Qué es pensamiento político latinoamericano?

1.    Se trata de una seria reflexión alrededor de la política como disciplina

2.    Es el mensaje donde la palabra tiene que ir unida a la concepción política y ser
expresada con lealtad, pues la palabra, no es para escribir la verdad sino para
decirla

3.    Es el conocimiento de obras de vital importancia, pues en ellas se encuentra


impresa la gestación de procesos históricos que han marcado nuestro presente:
los debates en torno de la organización democrática del país, las razones que
sustentaron nuestro andamiaje legislativo, los idearios que dieron nacimiento a
organizaciones y partidos políticos, los complejos caminos que siguen los
pensamientos de las distintas fuerzas sociales y políticas.

4.    Teorías sobre la vida moderna y los conceptos preestablecidos sobre teoría
política, como la distinción entre lo público y lo privado, las definiciones de la
política en sí misma, la naturaleza de la ciudadanía, teniendo en cuenta distintas
visiones del poder y la cultura política en las sociedades actuales, así como
problemas de raza y clase, pobreza y bienestar, sexualidad y moralidad.
5.    Son las propuestas de los filósofos ilustrados de Europa, así como en las ideas de
los políticos de los Estados Unidos que hicieron la Independencia en su país; y
que han tenido ciertamente influencia, pero también inspiración y un enorme
trabajo de cotejo y respuesta ante la situación particular de cada país.

6.    Posición personal a partir de la comprensión e identificación con la problemática


de su entorno a través del análisis y evaluación crítica de las corrientes del
pensamiento político que se han dado en la historia mundial, latinoamericana y
nacional, valorando las mismas en su trascendencia humana y como posibilidades
de orientación al futuro de su profesión, a través de la participación en debates,
paneles, seminarios y trabajos de investigación que promueven su sentido crítico.

Mestizaje, diversidad e integración. El proceso de constitución histórica del


sujeto latinoamericano.

¿Qué es identidad?

Constituye el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una comunidad, los


cuales le caracterizan frente a lo demás.

¿Qué es Mestizaje?

Cruces de razas diferentes. Mezcla de cultura que da origen a una nueva.

¿Qué es Diversidad?
Es una noción que hace referencia a la diferencia, variedad y abundancia de
cosas distintas, ejemplo de lo que sucede en América Latina, la diversidad cultural,
se refiere a la convivencia e interacción que existe entre distintas cultura. Como
elemento positivo, la existencia e interacción de múltiples culturas está
considerada como un activo importante de la humanidad ya que contribuye al
conocimiento.

¿Qué es Integración?
Se trata de la acción y efecto de integrar o integrarse, constituir un todo, completar
un todo con las partes que faltaban o hacer que alguien o algo pase a formar parte
de un todo.
La integración y el mestizaje son fases vitales de un individuo o de un grupo de individuos
trasterrado que afectan la identidad de los inmi-grados y también la identidad de los
miembros de la sociedad huésped. Se da así una ineludible confrontación cultural que
resulta más dolorosa en la medida que unos y otros se cierran en sus propios imaginarios
históricos, políticos, religiosos y folclóricos. El sujeto histórico puede ser entendido
como quien, desde sí mismo produce y determina el curso de la historia; es más,
no existe esta última fuera del sujeto o al margen de este, como tampoco se da un
sujeto sin historia. Constituirse en sujeto histórico implica controlar y tener bajo su
dominio la dinámica y la tendencia del desarrollo de una sociedad histórica
concreta, por lo que la construcción de un sujeto histórico es excluyente o
desconstituyente de otro sujeto previamente existente, el que, como viejo sujeto
histórico, se verá desplazado por quien en esa relación será un nuevo sujeto
histórico. También puede darse que no sea desplazado, sino superado o
reintegrado a una nueva relación de sujetos. Lo más significativo aquí es la
necesidad de comprender el proceso real de interrelación entre el viejo y el nuevo
sujeto, que puede darse, y de hecho así se presenta, en una gran complejidad y
multiplicidad de acciones y reacciones que dan por resultante el predominio de
aquella que logra imponer su tendencia de desarrollo. Esto se concreta en la
determinación del sujeto histórico real y no con el abstracto, que no siempre
coincide con el deseado.
En América latina, lejos de aceptar como vigente de modo unánime y acrítico la
hipótesis de que la conciencia política “viene de afuera”, han germinado otras
miradas, como por ejemplo, tempranamente, la de Mariátegui, quien discutió los
dogmas de la teoría marxista desde la realidad histórico-social y cultural peruana.
Contemporáneamente, en Cuba, Julio Antonio Mella, fundador del primer Partido
Comunista de Cuba, comprendía que la condición de dirección de un proceso no
se logra imponiendo criterios o formas de lucha, sino…a partir de una verdadera y
profunda articulación de las acciones, sobre la base del desarrollo ideológico tanto
de sus militantes, como de las masas populares que, agrupadas en diferentes
organizaciones, debían ser parte activa del sujeto revolucionario.

Este reconocimiento del pueblo como sujeto de la transformación resulta


fundamental ayer, y también resulta hoy, y es en virtud de ello también que Mella
dedicó esfuerzos para acortar las distancias culturales entre intelectuales y
obreros, apoyando el desarrollo de procesos de formación, no como exposiciones
superpuestas de contenidos teóricos, sino partiendo de las propias experiencias,
valorando aciertos y errores.
El eslabón central para el desarrollo de la cultura (y la conciencia) política entre los
obreros y, a través de ellos, de los distintos sectores que integraban el pueblo, lo
constituía para Mella el intelectual orgánico.
Por la misma época, en el Cono Sur de Latinoamérica, crecía un movimiento
político-cultural empeñado en rescatar la historia de las luchas del pueblo por su
independencia, soberanía y dignidad, contrarrestando las mentiras repetidas y
enseñadas por la historia oficial (liberal-oligárquica). Se constituyó así el llamado
Revisionismo Histórico, corriente de pensamiento sociopolítico empeñada en
apuntalar la construcción de una conciencia nacional capaz de constituir al pueblo
en sujeto de su historia.
Dentro de esta corriente se destacó John W. Cooke quien se constituyó en
referente de la izquierda peronista revolucionaria Argentina. Desarrolló sus ideas
polemizando con el marxismo dogmático de su época, y también con el
antimarxismo predominante entre sus pares.
Su mayor aporte estuvo en su insistencia en la construcción del sujeto
sociopolítico del cambio, de su conciencia, insistiendo permanentemente en que
ésta no le será “dada” a los pueblos “desde las alturas”, sino que es un resultado
de la intervención consciente del pueblo en el propio proceso de lucha, es decir,
es también autoconciencia.
Casi como si el pensamiento transformador latinoamericano quisiera mostrar una
continuidad en su desarrollo, por la misma época, a fines de los años 60,
germinaban creadoras propuestas que reafirmaban y ponían al descubierto una
vez más, que es, precisamente, a partir de las propias experiencias de vida (modo
de vida) y de lucha de los pueblos (de la clase y los diversos sectores explotados,
marginados, discriminados y oprimidos que lo componen), que se forma y se
desarrolla la conciencia individual, social y política.
De forma tal que la conciencia política de clase, de pueblo oprimido, de nación del
tercer mundo, etcétera, no le viene “dada” a los actores o sujetos sociales desde el
exterior; ellos van construyendo su conciencia política a través de su intervención
directa en el proceso de lucha.
Esto quiere decir, en primer lugar, que la conciencia política no es el reflejo
mecánico de las estructuras económicas. En segundo, que la conciencia política
no puede ser "introducida" (ni inculcada o impuesta) en las personas. En tercero,
que la modificación y desarrollo de la conciencia sociopolítica de los actores-
sujetos depende de su participación en la vida social.
En la actualidad el debate actual acerca del sujeto de la transformación en
América Latina, se suma al llamado práctico proveniente mayoritariamente de los
movimientos sociales y también, aunque con menor énfasis, de los partidos de
izquierda, a poner fin a la división entre sujeto político, sujeto histórico y sujeto
social. En ese sentido, se inscribe en el proceso real de construcción-articulación
de actores sociales y políticos en sujeto sociopolítico colectivo, que se viene
desarrollando en distintos países de la región (el MAS de Bolivia resulta quizás el
ejemplo más evidente). Esto reclama e invita a la creación de nuevas formas de
articulación entre organizaciones y movimientos sociales.

Es un redimensionamiento y reapropiación de la política y lo político (y viceversa),


y anuncia por esa vía, el surgimiento desde abajo de una nueva izquierda.
Es importante destacar que la identidad en Latinoamérica a transitado por cuatro
períodos críticos, causado por acontecimientos que marcaron cada uno de estos
períodos. A continuación le ilustraremos los períodos de la crisis de la identidad
Latinoamericana referida anteriormente:
Primer Período Crítico:
Años de la conquista y la colonización. Ante la violencia española los indígenas
pierden su libertad y su sentido de identidad original. El Español ve al indígena
como un ser inferior.

Segundo Período Crítico:


Comienzos del siglo XIX, la ilustración y el pensamiento racionalista inciden sobre
las nuevas visiones y concepciones.

Tercer Período Crítico:


Entre 1914 y 1930, marcado por los acontecimientos de la primera guerra mundial
y la depresión del sistema capitalista ocurrida a finales de los años 20.
Deterioro de la dominación de los terratenientes y empresarios.
Las clases medias y obrera desafían el orden establecido.
Período de marcado dinamismo.

Cuarto Período Crítico


Años 70
Estancamiento industrial.
Creciente radicalización de las clases populares.
Golpes militares en varios países del cono sur.

Producción del idealismo latinoamericano: actores colectivos (internos y


externos), instituciones territoriales y extraterritoriales.

La historia político social de los pueblos latinoamericanos, recoge un conjunto de


hechos, vivencias y experiencias de rebeldía en contra de las imposiciones
externas. Formamos parte de un Sub Continente que fue sistemáticamente
violentado por los europeos a partir de la invasión (nunca descubrimiento) que
inicio el almirante Colón a partir de 1492, a estas tierras que luego llamaron
América. En correspondencia con las ideas de uno de los grandes pensadores de
nuestra América, como lo es el maestro Simón Rodríguez, creemos en la
necesidad de desarrollar ideas y organizaciones originales, contextualizadas con
nuestra realidad. En este orden asumimos, lo que el movimiento popular ha
venido construyendo, sobre el conjunto de ideas y postulados, que le han dado
vida a los procesos populares revolucionarios a lo largo y ancho de Latinoamérica
y el Caribe, considerando los principales personajes históricos de la resistencia.
La producción del ideario Latinoamericano ha permitido conocer y comprender la
historia contemporánea de América Latina, no como simple evolución cronológica
y lineal de acontecimientos ocurridos , sino como construcción dialéctica de
procesos complejos, las características importantes del desarrollo
Latinoamericano a lo largo de su historia, así como importantes líneas de
pensamientos y su influencia en los procesos políticos.
Todo ello implica una reflexión y un análisis sobre el significado de tales procesos
para el contexto político actual en el desarrollo de las ideas políticas y filosóficas,
así como su expresión en los diferentes procesos históricos-políticos
Latinoamericanos a partir de las raíces de los pueblos originarios hasta nuestros
días.
En todo este decursar se pone de manifiesto que los latinoamericanos hemos
atravesado diversas etapas socioculturales, económicas y políticas y aún así
prevalece la autenticidad en nuestra conformación ciudadana, es decir, nos
parecemos a nosotros mismos.
Es importante significar como un elemento a tener en cuenta en la producción del
ideario latinoamericano sobre todo en la segunda mitad siglo XX que el concepto
"Desarrollo” es probablemente el más utilizado en el interior del pensamiento en
América Latina, debido a que los países industrializados problematizaron la
pobreza y crearon el tercer mundo representado por los países que llamaron
subdesarrollado , para ello se denominó atrasado a Latinoamérica, sobre lo cual
profundizaremos de manera ilustrativa.
El concepto de “Desarrollo” ligado al del “Subdesarrollo” es de tal relevancia que
contribuye de manera importante a otorgarle carácter a nuestro pensamiento y
prioritariamente a nuestro pensamiento político-económico. El concepto y el tema
del desarrollo han constituido lo que hoy entendemos por pensamiento
Latinoamericano.
Proceso de Construcción Histórica del Sujeto Latinoamericano.
En América latina, lejos de aceptar como vigente de modo unánime y acrítico la
hipótesis de que la conciencia política “viene de afuera”, han germinado otras
miradas, como por ejemplo, tempranamente, la de Mariátegui, quien discutió los
dogmas de la teoría marxista desde la realidad histórico-social y cultural peruana.
Contemporáneamente, en Cuba, Julio Antonio Mella, fundador del primer Partido
Comunista de Cuba, comprendía que la condición de dirección de un proceso no
se logra imponiendo criterios o formas de lucha, sino …a partir de una verdadera
y profunda articulación de las acciones, sobre la base del desarrollo ideológico
tanto de sus militantes, como de las masas populares que, agrupadas en
diferentes organizaciones, debían ser parte activa del sujeto revolucionario.
Este reconocimiento del pueblo como sujeto de la transformación resulta
fundamental ayer, y también resulta hoy, y es en virtud de ello también que Mella
dedicó esfuerzos para acortar las distancias culturales entre intelectuales y
obreros, apoyando el desarrollo de procesos de formación, no como exposiciones
superpuestas de contenidos teóricos, sino partiendo de las propias experiencias,
valorando aciertos y errores.
El eslabón central para el desarrollo de la cultura (y la conciencia) política entre los
obreros y, a través de ellos, de los distintos sectores que integraban el pueblo, lo
constituía para Mella el intelectual orgánico.
Por la misma época, en el Cono Sur de Latinoamérica, crecía un movimiento
político-cultural empeñado en rescatar la historia de las luchas del pueblo por su
independencia, soberanía y dignidad, contrarrestando las mentiras repetidas y
enseñadas por la historia oficial (liberal-oligárquica). Se constituyó así el llamado
Revisionismo Histórico, corriente de pensamiento sociopolítico empeñada en
apuntalar la construcción de una conciencia nacional capaz de constituir al pueblo
en sujeto de su historia.
Dentro de esta corriente se destacó John W. Cooke quien se constituyó en
referente de la izquierda peronista revolucionaria Argentina. Desarrolló sus ideas
polemizando con el marxismo dogmático de su época, y también con el
antimarxismo predominante entre sus pares.
Su mayor aporte estuvo en su insistencia en la construcción del sujeto
sociopolítico del cambio, de su conciencia, insistiendo permanentemente en que
ésta no le será “dada” a los pueblos “desde las alturas”, sino que es un resultado
de la intervención consciente del pueblo en el propio proceso de lucha, es decir,
es también autoconciencia.
Casi como si el pensamiento transformador latinoamericano quisiera mostrar una
continuidad en su desarrollo, por la misma época, a fines de los años 60,
germinaban creadoras propuestas que reafirmaban y ponían al descubierto una
vez más, que es, precisamente, a partir de las propias experiencias de vida (modo
de vida) y de lucha de los pueblos (de la clase y los diversos sectores explotados,
marginados, discriminados y oprimidos que lo componen), que se forma y se
desarrolla la conciencia individual, social y política.
De forma tal que la conciencia política de clase, de pueblo oprimido, de nación del
tercer mundo, no le viene “dada” a los actores o sujetos sociales desde el exterior;
ellos van construyendo su conciencia política a través de su intervención directa
en el proceso de lucha.
Esto quiere decir, en primer lugar, que la conciencia política no es el reflejo
mecánico de las estructuras económicas. En segundo, que la conciencia política
no puede ser "introducida" (ni inculcada o impuesta) en las personas. En tercero,
que la modificación y desarrollo de la conciencia sociopolítica de los actores-
sujetos depende de su participación en la vida social.
En la actualidad el debate actual acerca del sujeto de la transformación en
América Latina, se suma al llamado práctico proveniente mayoritariamente de los
movimientos sociales y también, aunque con menor énfasis, de los partidos de
izquierda, a poner fin a la división entre sujeto político, sujeto histórico y sujeto
social. En ese sentido, se inscribe en el proceso real de construcción-articulación
de actores sociales y políticos en sujeto sociopolítico colectivo, que se viene
desarrollando en distintos países de la región (el MAS de Bolivia resulta quizás el
ejemplo más evidente). Esto reclama e invita a la creación de nuevas formas de
articulación entre organizaciones y movimientos sociales.
Es un redimensionamiento y reapropiación de la política y lo político (y viceversa),
y anuncia por esa vía, el surgimiento desde abajo de una nueva izquierda.

Producción del Ideario Latinoamericano:


Debemos significar que la producción del ideario Latinoamericano ha permitido
conocer y comprender la historia contemporánea de América Latina, no como
simple evolución cronológica y lineal de acontecimientos ocurridos, sino como
construcción dialéctica de procesos complejos, las características importantes del
desarrollo Latinoamericano a lo largo de su historia, así como importantes líneas
de pensamientos y su influencia en los procesos políticos.
Permite además, profundizar en el intercambio que existe entre los procesos y el
pensamiento político en la conformación de la identidad Latinoamericana.
Todo ello implica una reflexión y un análisis sobre el significado de tales procesos
para el contexto político actual en el desarrollo de las ideas políticas y filosóficas,
así como su expresión en los diferentes procesos históricos-políticos
Latinoamericanos a partir de las raíces de los pueblos originarios hasta nuestros
días.
En todo este decursar se pone de manifiesto que los latinoamericanos hemos
atravesado diversas etapas socioculturales, económicas y políticas y aún así
prevalece la autenticidad en nuestra conformación ciudadana, es decir, nos
parecemos a nosotros mismos.
Es importante significar como un elemento a tener en cuenta en la producción del
ideario latinoamericano sobre todo en la segunda mitad siglo XX que el concepto
"Desarrollo” es probablemente el más utilizado en el interior del pensamiento en
América Latina, debido a que los países industrializados problematizaron la
pobreza y crearon el tercer mundo representado por los países que llamaron
subdesarrollado, para ello se denominó atrasado a Latinoamérica, sobre lo cual
profundizaremos de manera ilustrativa.
El concepto de “Desarrollo” ligado al del “Subdesarrollo” es de tal relevancia que
contribuye de manera importante a otorgarle carácter a nuestro pensamiento y
prioritariamente a nuestro pensamiento político-económico. El concepto y el tema
del desarrollo han constituido lo que hoy entendemos por pensamiento
Latinoamericano.

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