El resumen, una necesidad.

Resumir es complicado. Significa reducir, condensar un texto, de tal forma que las ideas fundamentales se conserven.
Cada escritor puede tener un método diferente para lograr un resumen certero, pero todos deberán estar atentos a algunos parámetros:
1) Leer el texto más de una vez y asegurarse de que fue comprendido. Es imposible intentar condensar algo que no se entendió correctamente.
2) Utilizar la lengua informativa, que es aquella en que el escritor transcribe desnudamente los hechos, no aporta sus opiniones al respecto. La
belleza literaria no caracteriza al resumen.
3) Eliminar los detalles, salvo los que sean imprescindibles para la comprensión. Las palabras que aportan cualidades, que adornan el lenguaje, son los
adjetivos y adverbios; la gran mayoría de ellos desaparecerán.
4) Eliminar la primera persona. Por más que el texto original la utilice, el que realiza el resumen es otro, y por lo tanto, no son sus experiencias la
que se condensan.
Eliminar los posibles diálogos. Se utiliza el estilo indirecto, no el directo.
6) Eliminar las situaciones repetidas. En algunas ocasiones, el escritor reitera determinadas situaciones, para aclararlas, para hacer hincapié en
ellas. Tienen que desaparecer en el resumen.
7) Elegir un tiempo verbal y mantenerse fiel a él. Se puede resumir un texto utilizando el presente, el pasado o el futuro, pero hay que respetar el
tiempo seleccionado.
8) No agregar informaciones. Por más que nuestros conocimientos superen los expuestos en el texto, de ninguna manera aparecerán en el resumen.
La información que vale es la que aporta el escrito.
9) Lograr que las oraciones tengan sentido, unidad y correcta relación.
0) Utilizar un vocabulario sencillo, claro, con palabras de uso corriente. No siempre se deben usar las del escrito.
Tampoco es necesario ceñirse al orden que el texto original tiene. Se puede ir, por ejemplo, de lo más interesante a lo menos interesante.
Como todo lo que tiene que ver con la escritura, no basta con saber cómo hacerlo sino que hay que hacerlo. Cuantos más resúmenes hagamos más
exitosos serán.

El resumen, una necesidad.

Resumir es complicado. Significa reducir, condensar un texto, de tal forma que las ideas fundamentales se conserven.
Cada escritor puede tener un método diferente para lograr un resumen certero, pero todos deberán estar atentos a algunos parámetros:
11) Leer el texto más de una vez y asegurarse de que fue comprendido. Es imposible intentar condensar algo que no se entendió correctamente.
12) Utilizar la lengua informativa, que es aquella en que el escritor transcribe desnudamente los hechos, no aporta sus opiniones al respecto. La
belleza literaria no caracteriza al resumen.
13) Eliminar los detalles, salvo los que sean imprescindibles para la comprensión. Las palabras que aportan cualidades, que adornan el lenguaje, son
los adjetivos y adverbios; la gran mayoría de ellos desaparecerán.
14) Eliminar la primera persona. Por más que el texto original la utilice, el que realiza el resumen es otro, y por lo tanto, no son sus experiencias
la que se condensan.
15) Eliminar los posibles diálogos. Se utiliza el estilo indirecto, no el directo.
16) Eliminar las situaciones repetidas. En algunas ocasiones, el escritor reitera determinadas situaciones, para aclararlas, para hacer hincapié en
ellas. Tienen que desaparecer en el resumen.
17) Elegir un tiempo verbal y mantenerse fiel a él. Se puede resumir un texto utilizando el presente, el pasado o el futuro, pero hay que respetar
el tiempo seleccionado.
18) No agregar informaciones. Por más que nuestros conocimientos superen los expuestos en el texto, de ninguna manera aparecerán en el
resumen. La información que vale es la que aporta el escrito.
19) Lograr que las oraciones tengan sentido, unidad y correcta relación.
20) Utilizar un vocabulario sencillo, claro, con palabras de uso corriente. No siempre se deben usar las del escrito.
Tampoco es necesario ceñirse al orden que el texto original tiene. Se puede ir, por ejemplo, de lo más interesante a lo menos interesante.
Como todo lo que tiene que ver con la escritura, no basta con saber cómo hacerlo sino que hay que hacerlo. Cuantos más resúmenes hagamos más
exitosos serán.

El resumen, una necesidad.

Resumir es complicado. Significa reducir, condensar un texto, de tal forma que las ideas fundamentales se conserven.
Cada escritor puede tener un método diferente para lograr un resumen certero, pero todos deberán estar atentos a algunos parámetros:
1) Leer el texto más de una vez y asegurarse de que fue comprendido. Es imposible intentar condensar algo que no se entendió correctamente.
2) Utilizar la lengua informativa, que es aquella en que el escritor transcribe desnudamente los hechos, no aporta sus opiniones al respecto. La
belleza literaria no caracteriza al resumen.
3) Eliminar los detalles, salvo los que sean imprescindibles para la comprensión. Las palabras que aportan cualidades, que adornan el lenguaje, son
los adjetivos y adverbios; la gran mayoría de ellos desaparecerán.
4) Eliminar la primera persona. Por más que el texto original la utilice, el que realiza el resumen es otro, y por lo tanto, no son sus experiencias
la que se condensan.
5) Eliminar los posibles diálogos. Se utiliza el estilo indirecto, no el directo.
6) Eliminar las situaciones repetidas. En algunas ocasiones, el escritor reitera determinadas situaciones, para aclararlas, para hacer hincapié en
ellas. Tienen que desaparecer en el resumen.
7) Elegir un tiempo verbal y mantenerse fiel a él. Se puede resumir un texto utilizando el presente, el pasado o el futuro, pero hay que respetar
el tiempo seleccionado.
8) No agregar informaciones. Por más que nuestros conocimientos superen los expuestos en el texto, de ninguna manera aparecerán en el
resumen. La información que vale es la que aporta el escrito.
 9) Lograr que las oraciones tengan sentido, unidad y correcta relación.
10) Utilizar un vocabulario sencillo, claro, con palabras de uso corriente. No siempre se deben usar las del escrito.
Tampoco es necesario ceñirse al orden que el texto original tiene. Se puede ir, por ejemplo, de lo más interesante a lo menos interesante.
Como todo lo que tiene que ver con la escritura, no basta con saber cómo hacerlo sino que hay que hacerlo. Cuantos más resúmenes hagamos más
exitosos serán.