Sunteți pe pagina 1din 8

largos años de vida en la selva (1976-

1978); también se presenta una serie de


tópicos, no expuestos con detalle en el
primer libro, en especial las guerras y
vendettas, instituciones vinculadas a las
carreras de los grandes hombres, y temas
relacionadas con el chamanismo y el ri-
tual, por ejemplo, la búsqueda de visio-
nes y la interpretación de los sueños.
Al principio de la aventura, Philip-
pe Descola y Anne-Christine Tylor, una
pareja de jóvenes marxistas-estructura-
listas, se encuentran atrapados en Puyo,
tierra de nadie con olor a carne asada y
querosén, que no pertenece a la selva,
pero tampoco a la civilización andina
de Ecuador. En este improvisado pue-
blo fronterizo de talabosques y comer-
Philippe Descola
ciantes especializados en engañar indí-
Las lanzas del crepúsculo
genas, pueden encontrarse soldados
Buenos Aires, fce, 2005
que admiran al general De Gaulle, pero
nadie sabe el camino hacia los achuar.
Levistraussianos no ortodoxos, como Para la población local, la terra incógnita
Phi­lippe Descola, Eduardo Viveros de comienza a pocos kilómetros de su pue-
Castro y Stephen Hugh-Jones, han lo- blo, donde terminan las invasiones por
grado que los estudios de etnología parte de los colonos pauperizados re-
ama­zónica en la actualidad sean un cién llegados del Altiplano y continúa
cam­po dinámico y lleno de sorpresas. el territorio de lo que queda de las co-
Originalmente publicado en 1993, Las munidades quichuas. Lo que se sabe
lanzas del crepúsculo es el segundo libro sobre los jíbaros proviene exclusiva-
de Descola sobre los jíbaros achuar de la mente de la literatura seudoetnográfica
Alta Amazonia ecuatoriana. El prime- acerca de las cabezas reducidas, tema
ro, La nature domestique (1986),1 trabajo que, en cuanto a popularidad, rivaliza
inspirado en El pensamiento salvaje, es con los rumores sobre viajeros interga-
un análisis estructural de la relación de lácticos que dejaron palacios o, por lo
los achuar con lo que en Occidente se menos, algunos petrograbados como
conoce como naturaleza. Por contraste, vestigios de sus actividades en la selva.
Las lanzas… retoma el género literario No quiero decir que la antropolo-
creado por Lévi-Strauss con Tristes Tró- gía académica sepa mucho sobre los
picos y presenta un ejercicio reflexivo
que versa sobre el proceso etnográfico 1 Publicado en inglés con el título In
en sí mismo y sobre la construcción del the Society of Nature, Cambridge University
conocimiento etnológico durante dos Press, 1996.

Reseñas 197

08Reseñas37.indd 197 9/4/06 12:57:00 PM


diferentes grupos jíbaros. Parece insóli- como Padre Ankuaji, que lucha con mu-
to: a pesar de su notoriedad como pro- cho idealismo por la preservación de las
ductores de una clase de objeto, que tradiciones (pero contra las vendettas y
formaba parte de todas las colecciones guerras). Ocasionalmente, pasa un rega-
etnográficas del siglo xix, a mediados tón (comerciante) mestizo en su pira-
de la década de los años setenta la etno- gua.
grafía sobre tres grupos jíbaro (shuar, Citas de filósofos y literatos del si-
aguaruna y huambisa) no había progre- glo xviii son un recurso usado por el
sado más allá de su fase inicial, y sobre antropólogo-autor para producir un
los achuar no se sabía absolutamente distanciamiento irónico de su propia
nada. Al parecer, el morbo etnográfico aventura. “Aspiraba a sumergirme en
enfocado en una institución particular- una sociedad donde nada fuera eviden-
mente exótica, obstaculiza el desarrollo te y cuyos modos de vida, lengua y for-
normal de la disciplina.2 mas de pensamiento no se me tornaran
Philippe y Anne-Christine final- progresivamente inteligibles más que
mente “caen” en la casa del achuar Wa- después de un largo aprendizaje y una
jari y comienzan su trabajo de campo paciente ascesis analítica.” Suena inge-
entre uno de los últimos grupos “aún nuo y anacrónico, pero efectivamente
intocados” del Amazonas. Obviamente, la gran mayoría de los achuar son mo-
la insistencia en lo “aislado” de los nolingües, aunque algunos pueden co-
achuar provoca algo de incredulidad de municarse en quichua, lengua de los
parte de un lector contemporáneo, em- canelos (grupo oficialmente católico
papado de las enseñanzas de Eric Wolf que habita en las cercanías de Puyo).
y compañía sobre el “calor” de los pue- Así que, durante las primeras semanas,
blos “no carentes de historia”. ¿Qué tan los etnógrafos no entienden absoluta-
intocado por el sistema mundial puede mente nada: “una situación etnográfica
ser un grupo como los achuar? Dos ejemplar”. ¿Se confirma la paradoja del
años antes del presente etnográfico se camino iniciático del etnólogo, experi-
había construido una pista de aterrizaje mentada por Lévi-Strauss en Tristes Tró-
y se había formado un pueblo disperso picos, según el análisis de Geertz?3 Don-
alrededor de ella. Misioneros protes- de se puede hacer etnografía, es entre
tantes provenientes del Bible Belt esta- grupos ya desintegrados, así que se tra-
dounidense —hombres rubios y cua- ta de un trabajo más que nada recons-
drados “armados con una buena cons- tructivo, y la comunicación es por me-
ciencia inquebrantable”, que hablan el dio de traductores o usando la lingua
shuar con acento de Oklahoma y mane-
jan pequeñas avionetas— comienzan a 2 En México, puede observarse algo

encargarse del comercio, aprovechando similar en el caso del culto al peyote de los
que, debido al renovado conflicto fron- huicholes que, durante décadas, ha impe-
terizo entre Perú y Ecuador, en los ríos dido una etnografía profesional entre este
grupo.
el flujo de mercancías se había inte- 3 �����������������
Clifford Geertz, Works and Lifes. The
rrumpido. Río abajo labora un salesia- Anthropologist as Author, Palo Alto, Stanford
no italiano, vestido de jíbaro y conocido University Press, 1988.

198 Dimensión Antropológica, Año 13, Vol. 37, mayo/agosto, 2006

08Reseñas37.indd 198 9/4/06 12:57:01 PM


franca. Llegando a los auténticos salva- grafos andan ya descalzos en la selva, e
jes de la selva, como los tupi-kawahib incluso se ven involucrados en negocia-
del penúltimo capítulo de Tristes Trópi- ciones sobre pagos de tumash, “deuda
cos, no hay posibilidad de comunica- de sangre”, rifles u objetos de arte plu-
ción, y el etnólogo tiene que resignarse mario, que un asesino puede ofrecer a
a emprender el camino a casa. los familiares de su víctima para que
No. Philippe y Anne-Christine tie- desistan de llevar a cabo la obligada
nen perseverancia y paciencia y aguan- venganza.
tan la vida en la selva. Poco a poco, du- En un momento, la imparcialidad
rante los primeros capítulos, la conver- de los observadores se topa con sus lí-
sación se hace más fluida. “Aparecen mites: cuando se percatan de la violen-
los subtítulos de la película”, aunque en cia conyugal, nada excepcional, más
ocasiones el texto puede resultar bas- bien recurrente en muchas familias de
tante banal. Los etnógrafos aprenden a sus anfitriones. Las muertes de mujeres
no hacer tantas preguntas, escuchar lo a mano de sus maridos celosos y los sui-
que dice la gente. Pronto nos damos cidios de esposas desesperadas son he-
cuenta que muy pocos de los héroes chos deplorables que rebasan cualquier
fundadores de nuestra disciplina ha- intento de explicarlos con argumentos
bían practicado el trabajo de campo con de relativismo cultural.
una radicalidad como lo hace esta pare- Las lanzas del crepúsculo incluye nu-
ja parisina. La etnografía de Descola en merosos pasajes donde se polemiza en
tanto texto es “densa” como la selva y, contra de las tendencias posmodernis-
lo que es mejor, describe a sus protago- tas muy en boga en las décadas de los
nistas de una manera absolutamente años ochenta y noventa. Lo que se de-
creíble e, incluso, tiene suspenso. muestra es que el carácter subjetivo y
Antes de comenzar con el aprendi- literario de la etnografía no necesaria-
zaje de la lengua, la pareja francesa cap- mente es a costo de su carácter científi-
tó las maneras de la mesa y las reglas co. Por suerte, a uno de los máximos
para moverse entre las diferentes sec- exponentes del deconstructivismo et-
ciones de la casa. Sin duda, la imagen nográfico, James Clifford, le gustó bas-
que se pinta de estos “salvajes” es de tante el libro (lo reseñó para New York
una “civilización” (en términos de Nor- Times), aunque el dogma entonces rei-
bert Elias). Con el tiempo, los etnógra- nante condenó el intento de rescatar la
fos aprenden técnicas culturales como “gran narrativa” de un observador ob-
pintarse la cara con pigmentos rojos e, jetivo y todopoderoso, que mantiene el
incluso, se vuelven expertos en diferen- control sobre la representación e inter-
tes géneros de oratoria ceremonial. Los pretación de un pueblo “exótico”.4
intentos de Philippe en la cacería de Anticipándose a tales objeciones,
monos no son muy convincentes; más Descola se pregunta: ¿qué tiene de es-
éxito tiene en las sesiones de ayahuasca,
donde aprende a escuchar el canto de 4 ���������������������������
Lydia Nakashima, reseña de The
los peces en el río. Durante los últimos Spears of Twillight, publicada en American
meses de su trabajo de campo, los etnó- Ethnologist, vol. 52, núm. 1, 1998, p. 63.

Reseñas 199

08Reseñas37.indd 199 9/4/06 12:57:01 PM


candaloso pretender elucidar lo desco- Tsunki, que viven abajo del agua en una
nocido “no aquí en la esquina y en sociedad semejante a la humana y se
nuestra lengua, sino más allá de los ma- sientan en anacondas enrolladas, tortu-
res y en idiomas con consonancia extra- gas y caimanes. ¡Eureka! Por otro lado,
ña?” En contraste, considera que el cul- como podemos leer detalladamente en
turalismo políticamente correcto que el análisis de la estructura simbólica de
plantea una inconmensurabilidad entre la casa que forma parte del libro La na-
nosotros y ellos implica una posición ra- ture domestique, resulta que el camino
cista. “Bajo la máscara del respeto por que atraviesa la casa de un extremo al
una diferencia cultural juzgada dema- otro corresponde al río, así que la cama
siado vasta para ser verdaderamente matrimonial es un lecho de río. Situado
comprendida, resurgen esas incompati- a medio camino entre el mundo “con-
bilidades que se creían superadas entre sanguíneo” de la huerta y el ámbito
conocimiento sensible y conocimiento “afinal” de la selva, el río es el lugar
científico, entre mentalidad prelógica donde ambos mundos se articulan ale-
y pensamiento racional, entre salvajes y góricamente en un plano intermedio
ci­vilizados…” dominado por una paz doméstica
Pintando una raya a este tipo de ideal.6 No solamente la silla del jefe de
posiciones, Descola nos ofrece reflexio- la casa, toda la casa de los seres huma-
nes y análisis muy interesantes sobre el nos está construida a la imagen de la
proceso de construcción del conoci- mítica morada de los benévolos seres
miento etnológico. La eterna pregunta acuáticos Tsunki.
es: ¿cómo se puede pasar sin demasia- Durante su estancia en la selva,
do fraude de la parte al todo, de la de- Descola recuerda sus tiempos de estu-
claración “Wajari me dijo que” a la pro- diante de filosofía preocupado por la
posición “los achuar piensan que”? ausencia del sujeto trascendental en el
“Confidencias recogidas al azar de las idealismo de Lévi-Strauss, pero resulta
circunstancias, teñidas de anécdotas y inevitable comprobar que los achuar
declaraciones de propósitos, que mez- son una etnia tan antiesencialista como
clan bravuconadas pintorescas con el mejor epistemólogo de la École Nor-
pruebas flagrantes de ignorancia, en­ male Superieure.
trecortadas de reminiscencias míticas
y suposiciones filosóficas…”, así se Los jíbaros no conciben su etnia como
presentan los “datos científicos” de la un catálogo de rasgos distintivos que
etnología.5 Pero algo sí resulta: desde otorgarían sustancia y eternidad a un
el primer día de su estancia en la casa destino compartido. Su existencia co-
de Wajari le llama la atención que el mún no extrae su sentido de la lengua,
chimpui (la silla del jefe de la casa) ten­
5 ���������������������������������
Véase también P. Descola, “On an-
ga una protuberancia tallada semejante
thropological knowledge”, en Social Anthro-
a una cabeza de caimán. Meses más tar-
pology, vol. 13, núm. 1, 2005, pp. 65-73.
de, al final de una larga jornada de pes- 6 Cfr. P. Descola, In the Society of Nature,

ca con veneno, le narran historias diver- Cambridge University Press, 1996, pp. 123,
tidas so­bre criaturas acuáticas llamadas 283.

200 Dimensión Antropológica, Año 13, Vol. 37, mayo/agosto, 2006

08Reseñas37.indd 200 9/4/06 12:57:02 PM


de la religión o del pasado, ni siquiera Sin embargo, el comercio a larga
del apego místico a un territorio en­ distancia sí es muy importante, “una
cargado de encarnar todos los valores fuente extranjera garantiza una poten-
que instituyen su singularidad; ella se cia y cualidades superiores a los de ob-
nutre de una misma forma de vivir el jetos idénticos accesibles localmen­
vínculo social y la relación con los pue- te”, así que el curare fabricado por tri­
blos vecinos, en oportunidades cierta­ bus lejanas siempre se considerará más
mente sangrientas en su expresión co­ti­ potente que el propio. De manera equi-
diana, no por condenar a los otros a la valente, siempre se preferirán los cha-
inhumanidad, sino por su aguda con- manes shuar o quichuas, y se menos­
ciencia de lo que es necesario para la preciarán los propios.
perpetuación de sí, ya se trata de amigo La participación en jornadas de
o enemigo. trabajo colectivo es muy importante,
pero tampoco ahí prevalece una lógica
En resumen, “los achuar no tienen estrictamente económica. Es la oportu-
necesidad alguna de reafirmar quiénes nidad de conocer a las familias vecinas,
son a propósito de cualquier cosa, y de- o bien de enterarse de los últimos chis-
jan el cuidado de hacerlo a sus vecinos mes. Se trata de eventos festivos donde
próximos y lejanos, etnólogos inclui- el organizador no hace otra cosa que in-
dos”. vitar a los trabajadores a descansar y
También en el comercio privilegian refrescarse. Nuevamente, el trabajo co-
las relaciones sociales y no les importan lectivo es un pretexto para vivir una
tanto las mercancías. vida social; no es un fin en sí mismo.
Tal vez el ámbito donde mejor se
A diferencia del capitalismo mercantil, demuestra la ausencia de todo esencia-
donde el movimiento de objetos engen- lismo es en la interpretación de los sue-
dra lazos contractuales entre los que ños, practicada a diario por los achuar.
participan de él y donde las relaciones “No es la calidad metafórica de los ob-
entre individuos se establecen a través jetos soñados la que adquiere valor adi-
de las cosas en razón del beneficio que vinatorio, sino los atributos metafóricos
cada una de la etapas de circulación de sus relaciones.” Por cierto, también
permite acumular, el trueque al que se se interpretan los sueños de los perros.
entregan mis compañeros reposa sobre En La nature domestique7 se explica que
una relación personal y exclusiva entre los perros, cuando se mueven y gruñen
dos socios solamente, cuyo intercambio durante el sueño, están soñando con
de bienes proporciona la ocasión más una presa de cacería que están devoran-
que la finalidad. […] Además de que tal do: un sueño premonitorio del éxito de
sistema no afecta en nada al valor de los sus amos en la cacería. Sueños premoni-
objetos intercambiados, que permanece torios de hombres o perros son un pre-
constante cualquiera sea el número de rrequisito de acciones exitosas futuras,
manos entre las cuales pasan, previe-
ne la constitución de verdaderas redes
comerciales. 7  Philippe Descola, op. cit., 1996, p. 265.

Reseñas 201

08Reseñas37.indd 201 9/4/06 12:57:02 PM


pero no se plantea ningún automatis- Según Descola, la conclusión más
mo, y en la interpretación siempre se importante de su investigación es que
deja suficiente margen de operación no hay naturaleza.
para obtener un resultado conveniente
a las necesidades del momento. La naturaleza no existe en todas par-
Uno de los objetivos teóricos de la tes y para siempre; o, más bien, esta
investigación de campo es la refutación separación radical, establecida muy
del determinismo ecológico o geográfi- antiguamente por Occidente, entre el
co. En el libro La nature domestique se mundo de la naturaleza y el mundo de
parte de la pregunta de por qué no to- los hombres no tiene gran significado
dos viven en la riberas de los ríos, si a para otros pueblos, que confieren a las
todas luces estos son los ecosistemas plantas y a los animales los atributos
con recursos más abundantes. 8 Res- de la vida social, considerándolos como
puesta: los achuar no optimizan sus re- sujetos antes que como objetos. Por la
cursos ni su trabajo. Un buen ejemplo misma razón, no es válido afirmar que
es el deshierbe casi obsesivo de los jar- los indios amazónicos estén “cerca de
dines por parte de las mujeres. Una la naturaleza”.
huerta frondosa eleva el prestigio de la
mujer encargada de su cuidado, pero En contraste con los grupos del
desde el punto de vista de la agrono- Amazonas Noroccidental (famosos por
mía, el deshierbe permanente resulta los libros de autores como Stephen
nada indispensable. En el ámbito sim- Hugh-Jones y Gerardo Reichel-Dolma-
bólico es notable cómo los achuar com- toff), los achuar no son grandes filóso-
plican una actividad en el fondo poco fos especulativos, hecho que Descola,
problemática, como el cultivo de la man­ desencantado con el dogmatismo filo-
dioca dulce, convirtiéndola en una es- sófico, no lamenta: no explican el origen
pecie de guerrilla donde la madre se mítico de cada gadget inventado por el
nutre de sus hijos vegetales, la man­ hombre blanco, “ni buscan dar al mun-
dioca por su parte, siempre amenaza do una coherencia que manifiestamente
con chupar la sangre de los bebés hu- no tiene”. Una de las constantes del
manos. pensamiento achuar es que no se consi-
Por otra parte, la falta de animales dera que los seres humanos sean las
domésticos en las tierras bajas sudame- únicas personas dotadas con la capaci-
ricanas puede explicarse por la manera dad de hablar. Por otra parte, el tiempo
de relacionarse con los animales de la del mito, cuando las diferencias entre
selva. En la concepción de muchos gru- las especies aún no estaban claramente
pos amazónicos, los animales se en- establecidas, nunca está muy lejano.
cuentran, de hecho, perfectamente do- De hecho, muchos achuar se inclinan a
mesticados y bajo el cuidado de los es- pensar que el tiempo mítico apenas ter-
píritus protectores de su especie. La minó hace unas tres generaciones. Asi-
domesticación se practica en el ámbito mismo, existe algo parecido a los “agu-
de la mitología; como estrategia econó-
mica no se considera pertinente. 8 Ibidem, p. 62.

202 Dimensión Antropológica, Año 13, Vol. 37, mayo/agosto, 2006

08Reseñas37.indd 202 9/4/06 12:57:03 PM


jeros de gusano” de la cosmología con- ble para alcanzar el estatus de juunt. Sin
temporánea que, en este caso, vinculan embargo, quien pretende convertirse
el presente con el pasado mítico. ¿Por en un gran hombre también tiene que
qué dudar que las plantas y los anima- ser un cazador excelente y, sobre todo,
les sigan siendo personas a pesar de su un gran anfitrión, ya que debe alimen-
nuevo avatar, si en ellos mismos la co- tar a toda la gente que se reúne en su
municación no ha sido abolida?9 ca­sa, cosa que no puede hacer sin el apo­
Como ya se mencionó, entre los yo incondicional de unas esposas dili-
achuar de mediados del la década de gentes y eficientes. Uno de los pasajes
1970, las vendettas y guerras aún figura- más impresionantes del libro Las lanzas
ban entre las formas normales y acepta- del crepúsculo describe el hacinamiento
das de relacionarse socialmente. A dife- en el interior de una casa empalizada
rencia de los que se había reportado durante una campaña de guerra ya pro-
para el caso de los shuar, entre los longada. Se entiende perfectamente que
achuar no hay motivos religiosos para la incomodidad de vivir bajo estas con-
lanzarse a la guerra, como la necesidad diciones es la principal razón por la que
de obtener la materia prima para la pro- los achuar tienden a abandonar a los
ducción de los objetos de culto conoci- hombres grandes demasiado ambicio-
dos como cabezas reducidas, con los sos. En resumen, hay muchos factores
cuales se celebraban ritos importantes que frenan las carreras de los guerreros.
como el tsantsa. Aquí la guerra es más En sí, el individualismo achuar es
bien una expresión del individualismo un fenómeno sorprendente, ya que:
de los hombres que buscan la gloria
personal como guerrero y aspiran al es- …la filosofía política, en efecto, ha
tatus de un gran hombre (juunt). vul­garizado una oposición trazada a
Un hombre de tal estatus no es nin- grandes rasgos entre, por un lado, las
guna autoridad política, pero tiene la sociedades nacidas en Europa occiden-
capacidad de movilizar un número con­ tal de la unión entre el capitalismo y
siderable de parientes y amigos para el iluminismo —donde el individuo,
que lo apoyen en sus campañas. Un re- fuente de derechos y propietario de su
quisito es, entre otros, un gran talento persona, es la piedra de toque sobre la
parar la retórica. No es fácil conseguir que reposa el edificio colectivo— y, por
aliados, ya que únicamente se aceptan otro lado, las sociedades premodernas,
las guerras legitimadas por la vengan- totalidades estructuradas por jerarquías
za. Además, nadie se lanza a una aven- inmutables, de las que el individuo está
tura violenta sin motivos importantes, ausente…
ya que un asesino pierde su “visión”,
aru­tam y, por ende, pone en peligro su
propia vida y debe repetir la iniciación. 9 Esta descripción apoya, desde luego,

Los chismes, generalmente dirigi- los planteamientos de Eduardo Viveiros


de Castro (“Cosmological Deixis and Ame­
dos contra personas marginales, son un
rindian Perspectivism”, en Journal of the Ro-
arma poderosa para provocar brotes de yal Anthroplogical Institute, N.S., vol. 4, 1998,
violencia, que son el único camino posi- pp. 469-488).

Reseñas 203

08Reseñas37.indd 203 9/4/06 12:57:03 PM


En este argumento dirigido contra pio destino sin el auxilio de una tras-
Louis Dumont y su escuela, Descola cendencia divina o histórica, “los dos
afirma que las sociedades individualis- brazos de la alternativa en la que noso-
tas no son menos frecuentes que las co- tros nos debatimos desde hace más de
lectivistas, aunque menos conocidas. un siglo”.
Los achuar se encuentran entre estos
últimos: El individuo en su singularidad no está
determinado por un principio superior
poco preocupados por concebirse como y exterior, no es regido por movimien-
una comunidad orgánica, olvidadizos tos colectivos de gran amplitud y de
de su pasado e indiferentes a su porve- larga duración de los que no tienen con-
nir, plegando el lenguaje del parentesco ciencia, ni es definido por su posición
a las exigencias de sus intereses inme- dentro de una jerarquía social compleja
diatos, ocupados con su gloria perso- que daría sentido según el lugar donde
nal, y listos para abandonar a aquellos el azar lo ha hecho nacer. [Lo único que
que desean en exceso involucrar a los cuenta es] la capacidad que cada uno
demás, el único freno que tienen para tiene de afirmarse por sus actos según
exaltarse a sí mismos es la ausencia una escala de fines deseables por todos
en su propio seno de un público para compartidos.
aplaudirlos.
Johannes Neurath
Descola sostiene que los achuar de- Museo Nacional
muestran la posibilidad de vivir el pro- de Antropología, inah

204 Dimensión Antropológica, Año 13, Vol. 37, mayo/agosto, 2006

08Reseñas37.indd 204 9/4/06 12:57:03 PM

S-ar putea să vă placă și