Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Escritura Universitaria I
Manuela Lorduy Ariza
201821380
Zamora, J. (2018). Guy Debord 2.0: Hacia un análisis de la mercantilización de la subjetividad en las redes sociales.
Oxímora Revista Internacional de Ética y Política, 13, 239-254.
identidad por medio de imágenes, con el único fin de ser visto en las plataformas de exhibición,
cómo una mercancía. De esta manera, la visibilidad, aunque es limitada por aquello que el
individuo desea hacer público, también es amplia por la continua conexión entre usuarios que
permite la web 2.0. En consecuencia de lo anterior, se crea el “yo ideal”, que equivale según
Debord y Zamora, a existir.
En la tercera parte, Zamora explica cómo los perfiles de las redes sociales, al
promocionarse, pueden entenderse como un fenómeno de alineación, éste visto desde tres
perspectivas. La primera constituye a la falta de control de los individuos de sus propias vidas.
La segunda consiste en la pérdida de control sobre la sociabilidad, pues existe un único
propósito, el aumento del valor propio. La tercera y última trata la expulsión de los individuos
respecto a sí mismos, en otras palabras, es la pérdida de la autenticidad del individuo al intentar
estar dentro de las márgenes del espectáculo. Al hablar de márgenes, Zamora indica que el sujeto
se estructura a través de la guía de códigos, prescripciones y normas, todas creadas por el
capitalismo. Así, aunque el sujeto tenga la opción de obedecer o no estos marcos, siempre estará
relacionado a estos.
La postura del autor, reflejada en la anterior síntesis genera diversos juicios críticos.
Considero que Zamora mantiene una postura rígida y poco aplicable al gran número de
interacciones que se presentan en pleno Siglo XXI. Aunque el autor presenta puntos válidos y
debidamente justificados a partir del texto de Debord, ignora otros propósitos y funciones de la
Web 2.0. Así las cosas, las redes sociales enmarcan al individuo en un nivel mucho más
profundo que en el de una mercancía. Lo anterior, debido a que, las plataformas digitales son un
canal para que el individuo desarrolle su personalidad. Adicionalmente, sirven para la obtención
de información y educación de muchas personas, quienes, de no existir dichas plataformas, no
tendrían la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos. Por ejemplo, las noticias, los cursos
gratuitos, los textos online, los foros y charlas digitales, todos equivalen a una reducción de la
brecha social. Adicionalmente, vale la pena resaltar, que las plataformas digitales y las redes
sociales se han convertido en una parte fundamental de la cotidianidad de nuestras vidas. En este
sentido, es injusto exaltar lo negativo ignorando radicalmente los avances y los efectos positivos
de las mismas. Si la postura del autor fuera totalmente cierta, las innovaciones futuras siempre
serían una amenaza para la estructuración del individuo. Una ejemplificación de lo anterior es la
crítica que obtuvieron los libros cuando iniciaron a ser comercializados en épocas pasadas, estos
3
fueron fuertemente juzgados por generar cuestionamientos en el individuo sobre su realidad. Así,
aunque existen aspectos negativos dentro de la web 2.0, esto no significa que estos no puedan ser
enmendados para mantenerse al ritmo de nuestra realidad y evolución como seres humanos.
En conclusión, la valoración antes escrita, lleva a pensar que relacionar dos siglos
distintos, es igual que evaluar dos realidades distintas, ya que las cosmovisiones cambian
drásticamente, por lo cual una teoría escrita en distintas realidades jamás podrá ser
completamente certera. De igual forma, aunque Zamora fue acertado al argumentar su conexión
de las redes sociales con la teoría del espectáculo creada por Debord, se queda corto en analizar
el amplio espectro de impacto que las mismas generan hoy en día en nuestra sociedad.
4