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CONTENIDO:

1. Introducción

2. Bases normativas del principio del interés superior del adolescente.

3. La inaplicación del principio del interés superior del adolescente en la práctica


judicial.

4. Las reglas legales que permiten actualizar el principio del interés superior del
adolescente.

5. Conclusiones.

1. INTRODUCCIÓN

La privación de la libertad sin duda es una experiencia que provoca daño y


múltiples complicaciones en la evolución y desarrollo de los adolescentes, sin
embargo, es una medida sancionadora que se debe ejecutar para aquellos
jóvenes que cometen delitos graves considerados por la ley.

El principio del interés superior del niño y es uno de los principios cardinales en
materia de derechos del niño. Los niños no sólo son sujetos de protección especial
sino plenos sujetos de derecho.

El interés superior del niño es de carácter obligatorio para todos los organismos y
autoridades que inmiscuyen en aquellos asuntos jurídicos de los menores de
edad.

De acuerdo a esto el análisis especial del conocimiento: el principio del interés


superior del niño, es una obligación para el encargado de la impartición de justicia
de adolescentes.

El desconocimiento de ese principio trastocan los derechos humanos de


adolescentes.
2. BASES NORMATIVAS DEL PRINCIPIO DEL INTERÉS SUPERIOR DEL
ADOLESCENTE
Para entender el concepto de adolescente este se encuentra en el Artículo 1 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, que a la letra dice: Se entiende por niño
todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley
que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad.
ANTECEDENTE
El principal antecedente del principio del interés superior del adolescente se tiene
en el Artículo 3 párrafo 1 de la Convención sobre los derechos del Niño que, a la
letra, enuncia: “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las
instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración especial
a la que se atenderá será el interés superior del niño”.
Por otro lado, en el párrafo quinto del artículo 18 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos se enuncia que “la operación del sistema en cada
orden de gobierno estará a cargo de instituciones, tribunales y autoridades
especializados en la procuración e impartición de justicia para adolescentes. Se
podrán aplicar las medidas de orientación, protección y tratamiento que amerite
cada caso, atendiendo a la protección integral y el interés superior del
adolescente”.

Así mismo en el artículo 4 de la Ley Federal para la protección de los


derechos de las niñas, niños y adolescentes, se indica que “De conformidad con
el principio del interés superior de la infancia, las normas aplicables a niñas, niños
y adolescentes, se entenderán dirigidas a procurarles, primordialmente, los
cuidados y la asistencia que requieren para lograr un crecimiento y un desarrollo
plenos dentro de un ambiente de bienestar familiar y social. Atendiendo a este
principio, el ejercicio de los derechos de los adultos no podrá, en ningún
momento, ni en ninguna circunstancia, condicionar el ejercicio de los derechos de
niñas, niños y adolescentes”.

Finalmente en el artículo 4 de la ley de justicia para adolescentes del


estado de Guanajuato se señala que Son principios rectores de la presente ley: I.
La protección integral y el interés superior del adolescente, reflejado en el
reconocimiento a su calidad de persona, sujeto de derechos y responsabilidades.

2. La inaplicación del principio del interés superior del adolescente en la


práctica judicial
Como puede notarse, los dispositivos transcritos en el punto anterior no
desarrollan con detalle el contenido del principio del interés superior del niño o
adolescente. Acaso sólo la Ley Reglamentaria del artículo 4 de la Constitución
Federal hace referencia a la finalidad buscada con dicho principio y, por otro lado,
la Ley local identifica el interés superior con el reconocimiento a la calidad de la
persona del adolescente.

En gran medida la falta de contenido específico del principio del interés superior
del niño o adolescente descrito en los ordenamientos internacionales,
constitucionales y legales ya mencionados, y que constituyen el soporte jurídico
de las resoluciones judiciales en nuestro sistema, ha generado un deficiente
manejo de ese principio al momento de resolver una causa penal de adolescente,
lo que se manifiesta ante la simple enunciación del concepto en las resoluciones
judiciales pero sin que exista un desarrollo adecuado de su contenido ante la
imprecisión del citado principio, o bien se interprete de forma tal que resulten
decisiones judiciales incongruentes.

En efecto, al analizar las resoluciones judiciales definitivas en materia penal de


adolescentes, con relación al citado principio, se aprecia que no existe
uniformidad de criterios lo que se traduce en grave afectación a los intereses de
los adolescentes y en inseguridad jurídica.

Así, en la causa penal seguida a un adolescente por la comisión de la figura


típica de robo calificado al momento de individualizar el “grado de
responsabilidad” se indica que “evidencia un grado de responsabilidad cercano al
índice mínimo, y que presenta necesidades serias de reorientación, por lo que
atendiendo a los principios de proporcionalidad, del interés superior del
adolescente y de humanidad, es legal y justo imponerle…”

En diverso expediente por el mismo delito se indica, luego de imposición de


medidas, “que con ello se respeta además, el principio que rige al sistema,
relativo al interés superior del adolescente.”

Y en el expediente que se formó a diverso adolescente por la comisión de la


figura típica de homicidio, previo al señalamiento de medidas , se dijo que era
imperativo analizar el ámbito familiar, personal y social del adolescente para
imponer la medida que le es más adecuada, teniendo en cuenta el interés
superior del propio adolescente que se traduce en que se deberá imponer al
adolescente aquella medida que más le beneficie para su desarrollo personal,
conciliando los interese con los de la sociedad, imponiéndosele a dicho
adolescente un internamiento de tres años y seis meses. Tal fue el sentido de la
resolución de primera instancia. Sin embargo el análisis que hace el resolutor de
la Segunda Instancia, es en el sentido de que los factores que le perjudican al
adolescente no contrarrestan las circunstancias que le favorecen, por ello se
decidió graduar en una escala menor la responsabilidad del adolescente y se dijo,
además, que la medida de internamiento era necesaria en el presente caso no
obstante que el Comité Auxiliar Técnico sugirió la inaplicación de medidas porque
las medidas a imponer deben ser proporcionales a la conducta realizada, por ello
era necesario que permaneciera en internamiento. Con relación al principio del
interés superior del adolescente sólo se enunció y se expresaron los
ordenamientos que lo describen y, por separado, se mencionó que la medida de
internamiento se considera racional y acorde a las necesidades de reintegración
social y familiar del adolescente, ya que será un medio propicio para que
reflexione sobre la gravedad de la conducta tipificada como delito que desplegó.

Del contenido de las resoluciones puede observarse la diversidad de criterios que


existe al referirse los jueces al principio del interés superior del adolescente. Del
análisis profundo de las resoluciones puede apreciarse la diversidad de opiniones
para ubicar dicho principio y sobre todo de darle el contenido correcto de acuerdo
a las circunstancias del caso.

Como crítica final debe mencionarse que resulta inexplicable como es que a un
adolescente que se desenvuelve en un medio familiar, social, educativo,
económico y psicológico adecuados se decida aplicar una medida de
internamiento bajo la idea de que es en beneficio de su interés, ello no obstante
que un cuerpo colegiado especializado haya recomendado no imponer medida
alguna atendiendo a las características personales de dicho adolescente. Sin
duda la única motivación que el juzgador tiene para explicar esa imposición se
encuentra en las características del hecho delictuoso cometido. Sin embargo,
aceptar ese criterio implica imponer como dogma que en todos los casos de
comisión de un hecho grave se someta a internamiento a una persona, sin
importar sus intereses personales. Tal situación sólo se sostiene en un sistema
donde la retribución estatal impera sobre los derechos individuales. En todo caso
la discusión sobre la pertinencia de la medida de internamiento sobre un
adolescente que socialmente resulta un modelo a seguir, seria sostenible en
cuanto se discutieran las razones de la aplicación de esa medida frente al interés
superior del adolescente. Esto es, en cuanto el juzgador desarrolle el contenido
de ese principio en el caso concreto, llegando a concluir porqué la medida de
internamiento se impone conforme a ese interés superior, se estaría en
posibilidad de discutir lo acertado de la medida. Sin duda imponer la medida de
internamiento como un medio propicio de la reflexión del adolescente sentenciado
no es argumento suficiente que inspire a la discusión.

4. Las reglas legales que permiten actualizar el principio del interés


superior del adolescente
Sin duda que la falta de contenido en la enunciación del principio del interés
superior del niño o adolescente en los diversos ordenamientos que norman la
actividad de los operadores del sistema de justicia penal para adolescentes
dificulta la decisión de una controversia en la que se encuentra inmerso el interés
del adolescente. Sin embargo ello no debe ser obstáculo para evitar referirse de
manera suficiente a ese principio rector del sistema. El no hacerlo provoca
resoluciones con falta de motivación que las legitime.

Con el propósito de contribuir a evitar los desaciertos que esa omisión genera en
las resoluciones es importante analizar el concepto que Jean Zermattan hace del
principio que nos ocupa, al escribir que “el interés superior del niño es un
instrumento jurídico que tiende a asegurar el bienestar del niño en el plan físico,
psíquico y social. Funda una obligación de las instancias y organizaciones
públicas o privadas a examinar si este criterio está realizado en el momento en el
que una decisión debe ser tomada con respecto a un niño y que representa una
garantía para el niño de que su interés a largo plazo serán tenidos en cuenta.
Debe servir de unidad de medida cuando varios intereses entran en
convergencia”.
Acorde con esa definición, diversos ordenamientos legales que tienen
vigencia en otras Entidades Federativas señalan reglas que permiten dar
contenido al principio del interés superior del adolescente en un caso concreto.
Reglas que deben ser consideradas al momento de resolver cualquier acto en que
se ponga en riesgo el interés superior del adolescente, frente a cualquier otro. Así
las legislaciones en materia de adolescentes en conflicto con la ley penal de los
Estados de Chihuahua, Campeche, Oaxaca, Morelos, Hidalgo, Tamaulipas,
Nayarit, Nuevo León y Zacatecas, proponen, esencialmente, tener en cuenta las
reglas siguientes:

I. La opinión del adolescente;

II. La necesidad de equilibrio entre los derechos y garantías del adolescente y


sus deberes;
III. La necesidad de equilibrio entre las exigencias del bien común y los
derechos y garantías del adolescente;
IV. La necesidad de equilibrio entre los derechos de las personas y los
derechos y garantías del adolescente; y
V. La condición específica del adolescente como persona que está en proceso
de desarrollo.
Además, resulta importante resaltar que las legislaciones de Tamaulipas,
Nayarit, Nuevo León y Veracruz disponen que “…no deberán aplicarse
únicamente criterios formales sino que deberá valorarse en su conjunto la
situación del adolescente, haciendo uso de cualquier pauta, incluidas las de las
ciencias no jurídicas, con la ayuda de los equipos multidisciplinarios”.

Como puede observarse, los operadores jurídicos de los sistemas de


justicia cuyas legislaciones no desarrollan el principio de interés superior del
adolescente, como es el caso de nuestro Estado, tienen puntos de referencia que
han sido desarrollados en otros sistemas y que pueden ser tomados en cuenta al
momento de emitir sus resoluciones para dar contenido al principio del interés
superior del adolescente.

CONCLUSIÓN

El principio del interés superior del niño o adolescente, encierra un concepto


jurídico moderno cuyo contenido resulta impreciso.

Ello genera que los operadores del sistema de justicia tengan dificultad en la
aplicación adecuada de dicho principio. La legislación del estado de Guanajuato,
como muchas otras, no señala de manera expresa que debe entenderse por ese
principio, lo que origina que exista una diversidad de criterios al momento de
dictar resoluciones y aplicar medidas a los adolescentes que resultan
sentenciados por violación de la ley penal o que la interpretación de dicho
principio se analiza errónea.

Sin embargo existen legislaciones en diversos Estados que han


contemplado ciertas reglas con el propósito de dar contenido a ese principio, en
cada caso concreto. Tales reglas pueden servir de pauta para que los operadores
del sistema den cumplimiento adecuado a la exigencia que implica ese principio y
buscar su finalidad: colocar en una situación de privilegio el interés del
adolescente en el momento en que se encuentra en conflicto con otros intereses.
BIBLIOGRAFIA

3. Artículo 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño


4. Artículo 3 párrafo 1 de la Convención sobre los derechos del Niño
5. Párrafo quinto del artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos
6. Artículo 4 de la Ley Federal para la protección de los derechos de las niñas,
niños y adolescentes
7. Artículo 4 de la ley de justicia para adolescentes del estado de Guanajuato
8. Artículo 4 de la Constitución Federal
9. Concepto de Jean Zermatten

https://www.redalyc.org/pdf/820/82060110.pdf

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