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¿Por qué es conveniente seguir tomando leche?, ¿es la leche de vaca tan
mala como «se dice»?
Parece que está de moda acusar a la leche de muchos problemas de salud, pero ¿qué hay
de cierto en ello?… Es verdad que ningún mamífero toma leche más allá del período de
la lactancia, pero tampoco ningún mamífero «toma» aceite de oliva, o come paella,…
Si no tienes mucho tiempo para seguir leyendo, quédate con este resumen:
En el niño que no tiene una alergia o una intolerancia, la leche es un buen alimento en el marco de
una dieta variada saludable.
Y por otro lado, dejar de tomar lácteos, y optar por alternativas, tipo bebidas
vegetales (de soja,…), no parece más saludable. Depende también, de como es el
resto de la alimentación.
La leche es el alimento natural óptimo para el desarrollo del bebé en los primeros
meses, y si es la leche de la propia madre mucho mejor. Por lo tanto la lactancia
materna es muy recomendable como alimento exclusivo durante los 6 primeros
meses, y si es posible, mantenerla hasta los 2 años (o más) acompañando a otros
alimentos.
La leche es un alimento de fácil digestión y asimilación de nutrientes por parte del tubo
digestivo del bebé y hasta los 3-4 primeros años de vida, sobre todo.
Es cierto, no obstante, que otros alimentos también tienen calcio, y una alimentación
vegana bien llevada no tiene el porqué ser un problema respecto al calcio.
En resumen:
Después de los 2-3 años la leche no sería «imprescindible», puesto que personas con
alergia a la leche de vaca «sobreviven», aunque deben adaptar su nutrición para no tener
ningún déficit.
Desde un punto de vista práctico: una cantidad razonable sería entre 2 y 3 raciones
de lácteo al día, para el niño a partir de los 12-14 meses.
Leche: 200-250 ml
Yogur: 125 gr
Queso: unos 30-40 gr
No os pongo otros lácteos, tipo natillas, batidos,… porqué no son recomendables para
consumo habitual.
Para el yogur, os recomiendo este artículo: «Yogur, cómo elegir el más sano para tu
hijo»
Existe un gran interés por descubrir la relación entre la leche y como puede influir
en el desarrollo de enfermedades, o en la prevención de las mismas. Y esto es
aplicable a la alimentación en general. Pero no es fácil, además de leche, consumimos
muchas otras cosas y nuestro estilo de vida incluye muchos otros aspectos que pueden
influir, e influyen, en el desarrollo de enfermedades y problemas de salud.
Los seres humanos empezamos a consumir leche de otros animales cuando nos
convertimos en ganaderos (hace unos 10-12.000 años), y las culturas y la población
humana derivadas de aquellos ganaderos, que es gran parte de la población occidental
actual, no solo no están «más enfermas», sino que han prosperado bastante bien durante
milenios.
No. La leche de vaca no produce mocos. Y dicho sea de paso, los mocos en si no son
perjudiciales, los niños pequeños están casi siempre con mocos, pero por otros motivos.
Y en verano no suelen tener mocos, aunque sigan tomando leche.
Otra cosa diferente es que en el niño con alergia a alguna proteína de la leche, como
manifestación de esa alergia, tenga rinitis (moqueo nasal, congestión,…), u otro síntoma
de alergia. Pero eso sería en el niño alérgico.
En internet hay mucha información de supuestos «expertos» que afirman con tal
rotundidad y «certeza» que la leche produce esto y lo otro, que hasta pueden resultar
«convincentes». Pero esa misma rotundidad los hace sospechosos, y casi siempre es
porque intentan «vender» algo (su «fórmula» para la salud, productos «naturales»,
…). La diferencia con cualquier artículo científico es que éste será mucho más
cauto al afirmar o negar la relación de la leche con algo, tanto sea perjudicial o
beneficioso. ¿Por qué? Pues porque, en cualquiera de estas enfermedades (diabetes,
cáncer,…) para que se produzcan suelen ser necesarios varios factores. Casi siempre
hay una predisposición genética, y una serie de factores ambientales, entre los que está
la alimentación. Y no sólo consumimos leche (o no la consumimos), si no que comemos
muchas más cosas, y también pueden influir otros factores de nuestro «estilo de vida».
Por ejemplo, algunos estudios parecen demostrar que el consumo de lácteos en adultos
«protege» de cáncer de colon. Pero aun así, los verdaderos expertos en nutrición no lo
aseguran de forma tajante, porque se piensa que también pueden influir otros factores y
hacen falta más estudios para confirmarlo.
Para complicar más aún la cosa, no todas las leches de vaca son iguales, puede
variar su composición dependiendo de la raza de la vaca, como se cría, qué come,
cuándo y cómo se extrae la leche, cómo se procesa ésta,…
No se sabe qué causa del autismo. Existe una predisposición genética, y seguramente
una serie de factores ambientales lo «desencadenen». No existe ninguna evidencia que
la leche produzca autismo. Sí que se ha visto en algún estudio una cierta mejoría de
alguno de los rasgos autistas en algunos niños diagnosticados de autismo al retirar los
lácteos de su dieta. Pero eso no quiere decir que la leche de vaca lo cause.
En conclusión, el consumo de leche es para la mayoría de los niños mucho más beneficioso que
perjudicial. Pero si crees que tu hijo no tolera bien la leche o tiene algún problema de salud concreto,
consulta con tu pediatra
Algunas fuentes de información:
Kid’s Healthy Eating Plate. The Nutrition Source. Harvard School of Public Health
Calcium and Milk. The Nutrition Source. Harvard School of Public Health.