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Consiste en que los actos procesales deben realizarse con conocimiento de las partes. Un
acto procesal debe realizarse con la información previa y oportuna al contrario, a fin de que
éste pueda hacer valer su derecho de defensa y rebatir la pretensión de la otra parte.
“La contundencia del axioma persigue que todo acto personal, desde aquel que contiene la
pretensión, hasta aquellos que tengan la mínima en los derechos del confrontado, puedan
merecer la réplica del oponente y, en su caso, prueba que lo desmerezca y descalifique”.
ALSINA anota por su lado que “de acuerdo al principio constitucional que garantiza la
defensa en juicio, ha establecido el régimen de la bilateralidad, según el cual todos los
actos del procedimiento deben ejecutarse con intervención de la parte contraria. Ello
importa la contradicción. O sea el derecho a oponerse a la ejecución del acto, y el
controlador, o sea el derecho verificar su regularidad”.
Principio de publicidad:
Implica el deber del Juez de procurar que el proceso se desarrolle con conocimiento público;
es decir, se admite la posibilidad de que el desarrollo general del proceso y determinados
actos procesales (principalmente audiencias) sean de conocimiento de cualquier interesado.
Este principio constituye una garantía de la Administración de Justicia que ha sido recogido
por el Código Procesal Civil, a fin de demostrar que no existe algo escondido en el proceso,
que se preste a suspicacias de las partes o duda en cuanto a la imparcialidad del órgano
jurisdiccional.
“Significa este principio (de publicidad), que no debe haber justicia secreta, ni procedimientos
ocultos, ni fallos sin antecedentes ni motivaciones”.
“El principio de publicidad comporta la posibilidad de que los actos procesales sean
presenciados o conocidos incluso por quienes no participan en el proceso como partes,
funcionarios o auxiliares”.
GOZAÍNI señala al respecto que “la publicidad en el proceso denomina a la posibilidad de que
las partes y terceros (público en General) puedan tener acceso al desarrollo del litigio,
haciendo las veces de control hacia la responsabilidad profesional de jueces y abogados”.
Dicho autor anota que “al referirnos al procesos, exclusivamente, la disputa entre intereses
privados, a veces reservados por su naturaleza intrínseca – cuestiones de derecho de
familia-, demuestra que la publicidad no puede ser absoluta”.
Principio del impulso procesal de oficio:
DEVIS ECHANDÍA refiere que este principio “se relaciona directamente con el
inquisitivo, y consiste en que, una vez iniciado el proceso, debe el juez o el secretario,
según el acto de que se trate, impulsar su marcha sin necesidad de que las partes lo
insten a hacerlo, pues simplemente se trata de cumplir las normas legales que lo
regulan, y son responsables de cualquier demora ocasionada por su culpa”.
El mencionado autor advierte que, no obstante lo expresado, “hay ciertos actos que
necesariamente deben tener origen en la voluntad expresa de las partes, y, además, hay
otros, simplemente de tramitación, que también les corresponden, como consecuencia del
principio dispositivo que parcialmente rigen los procesos civiles”.
Principio de adquisición:
Consiste en que los actos, documentos, medios probatorios e informaciones brindadas a
través de las declaraciones que han proporcionado las partes se incorporen al proceso. En
consecuencia, los instrumentos presentados con la demanda u otros escritos dejan de
pertenecer a las partes y en adelante pertenecen al proceso como instrumento público del
órgano jurisdiccional.
HUGO ROCO este principio consiste en: “que allí donde las partes han desarrollado
cierta actividad, haciendo que el proceso adquiera determinados elementos del
mismo, tales actos o elementos permanecen firmes e inmutables, de suerte que de
ellos pueden valerse no solamente la parte que ha promovido su adquisición sino
también las otras”.
“Es un concepto técnico reconcilia con la celeridad procesal en cuanto a reunir en beneficio
de litigio alegación, prueba y postulación que efectúen las partes”.
“Significa que la actividad de los contradictores beneficia o perjudica cualquiera de ellos,
inclusive puede realizar contra la voluntad de aquel que solicito determinado cumplimiento”.
ALDO BACRE cuando señala que “de acuerdo con este principio, todas las partes
vienen a beneficiarse o a perjudicar por igual con el resultado de los materiales
aportados a la causa por cualquiera de ellas”.
Principio de eventualidad:
El principio de eventualidad “fuerza a las partes a aportar de una sola vez todos los medios de
ataque y defensa como medida de previsión – in eventum - para el caso de que el
primeramente interpuesto sea desestimado”.
GOZAÍNI el principio de eventualidad “consiste en pedir a las partes que todos los
actos de postulación, ataque y defensa, respondan a las etapas preclusivas del
proceso; de modo tal que cada uno de los planteos deducidos en el curso de un litigio
deban presentarse en forma simultánea y no sucesiva, esto es, prohibiendo el ejercicio
ad – eventum que supone dejar abierta una posibilidad de alternancia si la petición
principal fracaso”.
Principio de preclusión:
“Por la preclusión procesal, en situación, los tiempos del proceso, se articula y el orden
secuencial de los actos, de manera ordenada, progresiva y donde cada actividad debe
cumplirse en el período designado. Ello significa que el transcurso de una fase para seguir a
otra consume la oportunidad y extingue el tiempo ofrecido para hacer”.
COUTURE, “el principio de preclusión está representado por el hecho de que las
diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva, mediante la clausura
definitiva de cada una de ellas, impidiéndose el regreso a etapas y momentos
procesales ya extinguidos y consumados”.
El principio de preclusión es opuesto al principio de discrecionalidad o de liberalidad o de
unidad de vista, como lo determinan algunos procesalistas.
Por el principio de preclusión se impulsa el procedimiento, porque cada acto procesal supone
la fijación de un límite en la duración de cada estadio; ejecutándose dentro de un lapso de
tiempo trascurrido el cual se pasa a una nueva etapa. Este principio no puede cumplirse
cuando los actos procesales están viciados de alguna causa de nulidad sancionada por el
artículo 171 del C.P.C., imposible de subsanarse por estar expresamente contenida en la ley
y por carecer de requisitos indispensables para obtener la finalidad del proceso.
Principio de oralidad:
“Principio de oralidad, por oposición a principio de escritura, es aquel que surge de un
derecho positivo en el cual los actos procesales se realizan en viva voz, normalmente
audiencia, y reduciendo las piezas escritas a lo estrictamente indispensable”.
CHOVENDA: las ventajas del sistema oral :
1. Predominio de la palabra y atenuación del uso de los escritos;
2. Inmediación del juzgador con los litigantes;
3. Resolución conjunta de cuestiones interlocutorias”.
Principio de inmediación:
DEVIS ECHANDÍA señala: “significa que debe haber inmediata comunicación entre el
Juez y las personas que obran en el proceso, los hechos que en él deban hacerse
constar y los medios de prueba que se utilicen”.
La inmediación comprende un aspecto subjetivo que se refiere a que el Juez deberá tener
mayor contacto con los sujetos del proceso (partes y terceros), y un aspecto objetivo que
consiste en el contacto directo del Juez con los objetos del proceso (documentos, lugares,
etc.). Se busca un contacto directo e inmediato del Juez con estos elementos, ya que al
participar de esta manera en la realización de todos los actos procesales, el juzgador
adquiere mayores y mejores elementos de convicción.
En la aplicación de este principio se ha privilegiado la Oralidad sin descartar la Escritura, pues
ésta viene a ser el mejor medio de perpetuar y acreditar la ocurrencia de un hecho o la
manifestación de voluntad en un proceso.
“Es aquel que exige el contacto directo y personal del juez con las partes y con todo el
material del proceso, incluyendo cualquier medio indirecto de conocimiento judicial (terceros,
escritos)”.
COUTURE indica sobre el particular que “el nombre del principio de inmediación se
usa para referirse a la circunstancia de que el juez actúe junto a las partes, en tanto
sea posible en contacto personal con ellas, prescindiendo de intermediarios tales
como relatores, asesores, etc.”.
PEYRANO dice el principio de inmediación que “pretende que el sentenciador tenga el
mayor contacto personal con los elementos subjetivos y objetivos de que conforman el
proceso ser comillas. PEYRANO agrega que “su antítesis lógica está representada por
el principio de mediación, que, inspirado quizás en el resquemor de que el contacto
vivencial por afectar la imparcialidad del juzgador, sustenta la convivencia de que el
tribunal guarde una relación impersonal e indirecta con las partes y demás sujetos a
proceso, como así también con su substrato objetivo”.
El principio de inmediación “propicia tres objetivos fundamentales:
a. Que el juez se halle en permanente e íntima vinculación con los sujetos procesales.
b. Que sea el director del proceso atendiendo cada una de sus etapas, en especial la
probatoria.
c. Que las partes, entre sí, se comuniquen bajo la consigna que supone el principio de
bilateralidad de la audiencia. Es decir, repliega absolutamente la posibilidad de actos que sólo
pueda el juez conocer a partir de una presentación directa que no tenga traslado”.
ALSINA sostiene que el principio de inmediación “significa que el juez debe
encontrarse en un estado de relación directa con las partes y recibir personalmente las
pruebas, prefiriendo entre éstas las que se encuentren bajo su acción inmediata”.
GOLDSCHMIDT el principio de inmediación “rige especialmente para la recepción de
la prueba, y significa que el juez ha de sujetarse en ella a estos dos postulados:
a. Utilización inmediata de los medios probatorios (principio de inmediación el sentido subjetivo
o formal).
b. Y que ha de utilizar los medios de prueba inmediatos (principio de inmediación y sentido
objetivo o material).
En el primer sentido, el principio de inmediación prescribe juez cómo ha de utilizar los medios
probatorios, y se refiere a la relación del juez con los medios de prueba; en el segundo,
determina juez qué medios probatorios ha de utilizar, y se refiere a la relación de los medios
de prueba con la cuestión a probar”.
Principio de legalidad de las formas:
GOZAÍNI, acerca de este principio, refiere lo siguiente:
“El procedimiento para ser tal, no se configura simplemente por la secuencia ordenada de
actos procesales, quiere que estos cumplan una forma preestablecida que los conduzca y
permita interpretarlos congruentes con la etapa de litigio que atraviesan.
Estas formas condicionan la manifestación exterior del acto, comprometiendo su contenido;
van dirigidas a las partes, terceros, auxiliares y al mismos órgano jurisdiccional.
Cuando las reglas adjetivas señalan el modo de ser de los actos que componen el proceso,
se habla del principio de legalidad de las formas; en oposición a la libertad de emitir
requerimientos, alegaciones y decisiones, sin cumplir recaudo alguno de orden ritual, o
simplemente llamado, informalismo”.
Principio de saneamiento: Se instala en el campo de las facultades de la jurisdicción, procurando
expurgar aquellos vicios que inducen al entorpecimiento de la causa, o que provocan
dificultades para reconocer el objeto en discusión, generalmente destinados a prolongar el
proceso o impedir su rápida finalización.
Principio de economía procesal:
Consiste en procurar la obtención de mayores resultados con el empleo de la actividad
procesal que sea necesaria. Está referido al ahorro de tiempo, gastos y esfuerzos.
El ahorro de tiempo está referido a que el proceso no se debe desarrollar tan lento que
parezca inmóvil, ni tan rápido que implique la renuncia a las formalidades indispensables.
El ahorro de gastos se refiere a que los costos del proceso no impidan que las partes hagan
efectivos sus derechos.
La economía de esfuerzos alude a la posibilidad de concretar los fines del proceso, evitando
la realización de actos regulados, pero que resultan innecesarios para alcanzar el objetivo del
proceso. La improcedencia de medios probatorios referidos a hechos admitidos por las partes
en la demanda o en la contestación de la misma.
“Se define como la aplicación de un criterio utilitario en la relación empírica del proceso con
menor desgaste posible que la actividad jurisdiccional”.
“En este orden de ideas se considera el problema desde dos ángulos:
a. Una economía financiera del proceso.
b. Una simplificación y facilidad de la actividad procesal.
La duración del proceso y el costo de la actividad jurisdiccional”.
El principio de economía procesal tiene como objeto el lograr “un proceso, ágil, rápido y
efectivo, en el menor tiempo; finalidades que se consiguen poniendo el acento en la conducta
a observar por las partes y en la simplificación que estructure el procedimiento”. “El principio
de economía procesal orienta al justiciable para obrar con interés y celeridad, poniéndole
condiciones técnicas en sus actos”.
3.19. Principio de concentración procesal:
Este principio busca que el proceso se realice en el menor tiempo posible y en forma
continua, evitando que las cuestiones accidentales e incidentales (medidas cautelares o
recursos impugnatorios) entorpezcan el desarrollo del proceso al dilatarlo sin necesidad. Por
ello se regula y limita la realización de los actos en determinadas etapas del proceso.
“Radica en cumplir todas las secuencias del procedimiento en la menor cantidad posible de
actos”.
Para COUTURE “se denomina principio de concentración a aquel que pugna por
aproximar los actos procesales unos a otros, concentrando en breve espacio de
tiempo la realización de ellos”.
VÉSCOVI, el principio de concentración “propende reunir toda la actividad procesal en
la menor cantidad posible de actos y a evitar la dispersión, lo cual, por otra parte,
contribuye a la aceleración del proceso”.
DEVIS ECHANDÍA afirma que el principio que se examina “tiende a que el proceso se
realice en el menor tiempo posible y con la mejor unidad. Para esto se debe procurar
que el proceso se desenvuelva sin solución de continuidad y evitando que las
cuestiones accidentales o incidentales entorpezcan el estudio de lo fundamental”.
Igualmente, prosigue DEVIS ECHANDÍA, “tiende este principio a dejar todas las cuestiones
planteadas, los incidentes, excepciones y peticiones, para ser resuelta simultáneamente en la
sentencia, concentrando así el debate judicial”.
Principio de celeridad procesal:
Se refiere a que los actos procesales deberán realizarse en el menor tiempo posible
respetando las normas del Debido Proceso; es la expresión más concreta del ahorro de
tiempo en forma razonable, acorde con los principios procesales y la normatividad procesal;
se expresa en instituciones como la perentoriedad de los plazos, el impulso de oficio, etc.
“El principio de celeridad es la manifestación concreta del principio de economía procesal por
razón de tiempo. El principio de celeridad procesal se expresa a través de diversas
instituciones del proceso, por ejemplo, la perentoriedad o improrrogabilidad de los plazos o
principios como el de impulso oficioso del proceso”.
“Este principio se presenta en forma diseminada a lo largo del proceso, por medio de normas
impeditivas y sancionadoras a la dilación innecesaria, así como a través de mecanismos que
permiten el avance del proceso con prescindencia de la actividad de las partes”.
3.21. Principio de vinculación y elasticidad:
La actividad judicial es una función pública realizada con exclusividad por el Estado. En uso
del Ius Imperium, comprende a las normas procesales dentro del derecho público, dadas a fin
de mantener el orden público; por tanto, estas normas son obligatorias y de carácter
imperativo.
El principio de Elasticidad señala que, si bien las formalidades previstas en el Código
Procesal Civil son de carácter obligatorio, el Director del Proceso -el Juez- tiene la facultad de
adecuar la exigencia de cumplir con estos requisitos formales a los fines del proceso, es decir,
la solución del conflicto de intereses o la incertidumbre jurídica y la paz social en justicia.
Principio de iniciativa de parte y de conducta procesal:
Según CARNELUTTI: “La iniciativa de parte es indispensable no sólo para pedir al Juez la
providencia, sino también para poner ante su vista los hechos de la causa”. Esta es manifiesta
expresión del Sistema Dispositivo, que consiste en
Facultar a las partes a promover el inicio del proceso en uso del derecho de acción que le
asiste.
Por el principio de Conducta Procesal, se pone de manifiesto los principios de Moralidad,
Probidad, Lealtad y Buena Fe Procesal que están destinados a asegurar la ética del debate
judicial, delegando la responsabilidad en el Juez de garantizarla moralidad del desarrollo de la
contienda y como contraparte la obligación de las partes a remitir su desenvolvimiento a este
principio. Considera valores como la buena fe, la honestidad, la probidad, la veracidad, a fin
de evitar la presencia del “improbus litigator”.
“La buena fe, la lealtad, la veracidad, la probidad, son predicados que se involucran en el
principio de moralidad; inclusive son concreciones positivas de la legislación en materia de
moralización del derecho procesal. El principio de moralidad es un conjunto de reglas de
conducta presididas por el imperativo ético a que debe ajustar su comportamiento procesal
todos los sujetos procesales: partes, procuradores, abogados, jueces, etc.”.
Principio de congruencia procesal:
Es conocido como principio de consonancia. En virtud a este postulado se limita el contenido
de las resoluciones judiciales; es decir, que deben emitirse de acuerdo con el sentido y
alcance de las peticiones formuladas por las partes para el efecto de que exista identidad
jurídica entre lo resuelto y las pretensiones, excepciones o defensas oportunamente
deducidas. En un principio que delimita las facultades resolutivas del juez.
“Es el principio normativo que exige la identidad jurídica entre los resuelto, en cualquier
sentido, por el juez en la sentencia y las imputaciones formuladas al procesado y las defensas
formuladas por esté contra tales imputaciones; en todos los procesos, también entre la
sentencia y lo ordenado por la ley que sea resuelto de oficio por el juzgador”
Bibliografía
- HERNANDO DEVIS ECHANDIA, Nociones generales de derecho procesal civil, Editorial TEMIS
- EDUARDO J. COUTURE, Introducción al estudio del proceso civil, Edición 2, Editorial Depalma,
1978
- Alzamora Valdez, Mario. Derecho Procesal Civil. Teoría del Proceso. Editorial Sesator, 1974