De que el mundo gira, gira y gira, como decía con su voz
almibarada el bardo Nelson Ned, puede dar fe Alex del Nogal, empresario emblema de estos tiempos quintorrepublicanos y amigo del inquilino de Miraflores desde sus tiempos en Yare.
El hombre cumplió años y como fiel representante de su signo
zodiacal, Libra, hizo de la lista de invitados al sarao un delicado equilibrio entre chavismo recalcitrante, chavismo light y ese grupo de gente que ha resuelto su dilema existencial con la patética frase “mi corazón es escuálido, pero mi bolsillo es chavista”. Macbeth en pañales, pues.
Y así las cosas, hasta la residencia de la madre del cumpleañero en
el muy encopetado burgo de la Lagunita Country Club, se llegaron personajes habituales de estas crónicas “mesmas” ; diputados que, como Luis Tascón, hacen su debut aquí; avispados empresarios que –” ni gafo que fuera yo”, diría uno de ellos– aman como nadie a este gobierno manirroto, y figuras como el inefable Juan Barreto, el hombre que se dispone (que el CNE diga amén) a gobernar la Gran Caracas desde la Alcaldía Mayor.
Fotos JOSÉ TOVAR Variopinto el grupito, ¿no?
El cumpleañero, Alex del Nogal, con La fiesta fue de órdago. Para empezar la comida, especialidades su esposa, Rossy Arias de Del Nogal tailandesas que ni en un banquete en el viejo reino de Siam; luego la música, a cargo de los chicos de Aditus, el grupo Vitamina y de los integrantes de Bosambinha, que hasta mulatas ardientes como la noche carioca llevaron.
Y para más guinda del pastel, fuegos artificiales, que iluminaron
el cielo como si fuera fin de parada en Disneylandia e hicieron que los laguniteros salieran de sus mansiones hacia los jardines a ver de dónde provenía tanto estruendo, tanto ¡pum! ¡pum! ¡pum!, tanto olor a pólvora... ¡Cristo, cómo gozaría Ramiro Helmeyer! El sol estaba por asomar sus rizos de oro por los cerros del vecino valle donde se asienta la Lagunita, y aún Alex del Nogal y sus invitados gozaban de lo lindo, diciéndole con eso a los fanáticos de un lado y otro de la vida política que nada como una rumba para dirimir los conflictos que nos agobian. Claro, mucho más si para hacerlo se tienden tantos puentes de plata (de plata contante y sonante) que obran el prodigio de que la revolución avance rauda (o mejor dicho, a paso de vencedores) hacia un escualidismo de marca mayor. Wilmer Ruperti con don Luis Tascón Miriam Gilly de Edery, Carlos Edery, María Alexandra Alcántara y María Gabriela Gilly
Rafael la Cava y su esposa Nancy con
Richard del Nogal
Carlos Cohen Köhn y Raquel Lares
Alberto Leggio y su esposa Lorena
Juan Barreto con María Eugenia
López
Ramiro Helmeyer y su esposa, la
actriz Mari Carmen Regueiro Gaetano di Mase y Martha Oropeza
Willy del Nogal y su esposa Marian
Tim Quintero, Wendy del Nogal y
Tomás Röhl
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