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Mateo Ibarra / 10-4

La mujer en el siglo XXI:


De ser recolectoras en el inicio de las civilizaciones, para después pasar a ser las
encargadas del hogar y finalmente, en 1918, empezar a laborar con permiso de
sus esposos y padreas. La mujer ha pasado por varias etapas durante la historia
mundial para gozar hoy (en algunas culturas solamente, más que todo en las
occidentales) de cierta independencia personal y económica, ademas de tener
mayor acceso a distintos estudios y respecto profesional. Parece un gran
progreso, pero todavía hay mucho que mejorar pues hay factores que actualmente
impiden que esta progrese.
El machismo figura entre los tantos obstáculos que se presentan a la mujer por el
camino de un futuro mejor para su sexo. Aunque muchas veces este se hace
inconscientemente, eso no significa que no esté presente ni que muchos sistemas
de nuestra sociedad de sigan dejando llevar por este corriente y que lo expongan
a la sociedad de maneras más sutiles. Un claro ejemplo de esta sutileza es
cuando en un comercial se muestra una mujer haciéndose cargo de labores de la
casa o de sus hijos. Puede que no parezca malo, pero este crea un estereotipo
sobre el rol que la mujer ejerza o pueda llegar a ejercer dentro del hogar y en
muchos casos, cuando este estereotipo se rompe, se puede tener problemas
persona dentro de la familia.
Esta corriente del sexismo junto con la religión pueden haber sido las creadoras
de todos los males para la mujer. Lo hombres también son víctimas de esto pero,
lógicamente, es el sexo femenino el más afectado por esta vertiente. Casi todas
las batallas por las que pelea este sexo actualmente son generadas por este
pensamiento de la era paleozoica. Discriminación, desigualdad, estereotipos y
violencia, todos estos generados por una actitud que inhibe el desarrollo de la
mujer.
Alrededor dl mundo, todavía hay leyes discriminatorias donde las mujeres no
pueden decidir por su cuerpo, vida o hasta por los bienes si no es con el
acompañamiento o autorización de un hombre de su familia. Desde no poder
manejar un carro, mostrar su cara o decidir su orientación o identidad sexual son
unos pocos ejemplos de los innumerables que hay, todos estos influenciados por
el machismo y la religión.
Sin embargo, también hay muchas menas de violentar a una mujer como
presionándola socialmente para que esta obtenga un aspectos (físicos o
psicológicos), pensamientos o maneras que a la sociedad le parezca adecuado, o
también para que tome roles, o más bien, decisiones en su vida que esta no
quería ni pensaba tomar.
Ahora hablemos de la desigualdad. En Colombia, las cifras del último trimestre
arrojan que, entre los meses de junio y agosto este año, el 12% de las mujeres se
encuentran desempleadas, a diferencia de los hombres que solo cuentan, con el
6.4%. Entre 44 países estudiados, la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (Ocde) dio a conocer que Colombia era entre los países con
menos actividad laboral por parte de la mujer, siendo Lituania, Letonia, Portugal y
Estonia los países con mejores posicionados en este aspecto. Irónicamente,
Colombia es el tercer país que posee más puestos directivos ejecutados por
mujeres, superado por muy poco por Estados Unidos y Letonia.
Aunque esto parezca abrumador (y lo es) y que el ser mujer parezca la peor
pesadilla, las mujeres no se han dejado ganar en lo que sus derechos respecta y
han demostrado su gran deseo de resiliencia e irreprensible fuerza.

Referencias:
 La mujer a través de la historia. Recuperado de: http://www.eltiempo.com.
 Mercado laboral según sexo. Recuperado de: http://www.dane.gov.co.
 Mujeres, con mayor brecha salarial pero más presencia directiva.
Recuperado de: http://www.eltiempo.com.

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