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participación ciudadana, y con ésta de formación, dicho postulado no puede ser esquivo al
independencia trae consigo responsabilidades a los sujetos que participan en ella y también a
los que a futuro se verán afectados por este proceso, de este modo se hace necesario plantear
de la moral” (Zanabria, 2010. P,9) para la formación de un nuevo ciudadano y con ello
validar una etapa en la vida del ser humano, en este caso la infancia, así, se genera la
momento histórico preciso, un sistema político nuevo para la época, como en su momento el
proceso requiere personas capaces de entenderse dentro de un cambio, de este modo es como
nación a futuro, de allí la necesidad de pensar en su formación, pues es esta la base para
pero, para que esto sea posible, la idea de nación debe ser sólida al igual que sus procesos
pedagógicos, el saber hacia qué grupo va dirigido y con qué intención es fundamental para su
eficacia, es así como la infancia debe ser tomada como un espacio para la formación de un
sujeto político, por lo tanto, los niños y niñas, se entienden como personas delimitadas con
“la capacidad natural de ser formada” (Narodowsky,1994. P.7) y así, desde esta, generar las
El lugar del infante es pensado en la escuela para ser educado desde sus múltiples
El país y la infancia, nacen como procesos que se retroalimentan, pues si bien el niño es
territorio en formación y para lograrlo debe pensar en la educación de sus ciudadanos, para
que estos sean sujetos que se entienden y se apropian de las dinámicas que conforman a la
república como conjunto, por esto es fundamental pensar en el ámbito escolar, plantear un
bien el infante es un ser que va cambiando, este cambio se ve guiado por diferentes
experiencias y se hace necesario controlar algunas de estas para así, poder llegar a un adulto
humanidad, lo que hoy se conoce por este término es un concepto con un cambio
significativo a partir del siglo XIX, sobre todo en las naciones emergentes, pues el
mas allá de la moral y buenas costumbres, entra en la posibilidad de verse respaldada por un
poder estatal que hace posible plantear un espacio para la lectura y la aritmética, con la
ciudadano debe entrar en un proceso formativo, para ello se piensa en captarlo desde una
edad temprana, este debe ser tomado como un sujeto con posibilidades a futuro dentro de su
comunidad, sin embargo, se debe tener en cuenta que esta educación no es con fines
arqueología del saber (1992) su intención practica es adoctrinar al sujeto maleable y que este
la vida en sociedad, pues esta es un resultado del orden y la disciplina escolar, a su vez este es
resultado de un conjunto de saberes que son extraídos de la relación directa con el infante,
1992. P.34)
El lugar de la república como un espacio con dinámicas sociales propias se valida desde
Varela y Alvarez, que toma al infante como un ser a dominar y encasillar de manera que sea
territorio que tiempo después seria Colombia, la idea de educación como ente regulador, no
es ajena a los formadores de una patria nueva, de allí el interés de buscar formas de educar
prácticas y económicas que puedan llegar a distintos lugares del país, y allí se reproduzca la
misma idea de nación, es así como Bolívar trae desde Europa a Lancaster y su método de
educación mutua, tal como lo muestra Sanabria (2010), pues dicho método será necesario
posibilidades para el país naciente, de allí la necesidad de tomar y formar al niño. De este
modo el concepto de infante se hace protagónico para generar en él un sujeto que participa en
la conformación de un estado, con bases morales y normas claras, siendo entendido como un
adulto incompleto y con múltiples capacidades, así pues, el interés del estado se encuentra en
formar ciudadanos funcionales al nuevo estatuto provisto por la nación, no a las dinámicas de
dominio propias del momento, como la iglesia y la corona; la democracia aparece como una
posibilidad para la política, a la vez que la infancia se plantea como la posibilidad de formar
La política pública de Santander que tiene lugar entre 1819 y 1844, como sitúa Sanabria
(2010), evidencia como la educación se vuelve una herramienta para brindar conocimiento de
adaptándose a las bases del método, como es la emulación del maestro, la memorización, la
vigilancia, entre otros diversos aspectos que el monitor toma para sus propios intereses y los
interpreta desde las dinámicas de poder y de dominio del otro, esto deriva en el uso que da a
su autoridad pues “la utilizaban, ante todo, para divertirse, proteger la osocidad y encubrir
sus defectos, tal vez mediando el cohecho” (zuluaga,1998. Refiriéndose a Triana,1824), esto
formación, de esta manera la disciplina se vuelve un lugar para ejercer poder sobre sí mismo
y los demás y así se entiende en un rol social, donde el maestro es una autoridad moral que
representa los intereses propios de la nación, mientras el monitor es un infante con
posibilidades ejecutivas de dominio, que si bien no poseen la enseñanza completa, están por
políticos consientes de su poder y siendo muestra para otros individuos de las posibilidades
normativo en el país, sino como la posibilidad de ser parte de un sistema jerárquico que da
participación a quien maneje un saber, de modo que el estudiante se entiende como un ser
validado en una sociedad que lo ve como una posibilidad de adulto y no como un sujeto en sí
mismo con participación activa, participación que bien nace en la escuela, pero se reproduce
en modelos sociales externos a está, donde quien tiene el conocimiento en cualquier ámbito
tiene un poder sobre el otro, por ello se podría considerar el interés del niño en ser monitor,
Con los años y el cambio de intereses en la nación, el sistema educativo también tendría
Lancasteriano sea sólo una posibilidad de formación, pero no el único, sin embargo para
poder tener dicha variedad, era necesario tener un cuerpo docente capacitado para los
diversos espacios formativos, dando plazo al plan Ospina, en el que surge para el país la
posibilidad de pensar en la educación normal, donde los individuos se puedan formar para la
vida y para la docencia, así, se aprenderían y se tendrían “aptitudes necesarias para enseñar
con propiedad y exactitud los contenidos básicos, siempre y cuando estos se conocieran con
investigación de formas de llegar con conocimiento a sus participantes, es así como el niño
empieza a tomar mayor protagonismo como un ser al que no solo se le enseña, sino es
necesario pensar como se le enseña, pues el docente debe están en capacidad de evaluar los
métodos de enseñanza y buscar estrategias de mejora, como lo resalta Zuluaga, convirtiendo
al docente como un ser irremplazable, pues este tenía la capacidad de formación necesaria
para relacionar el conocimiento con el infante, entiende a su vez que el niño era un ser
relación a la aplicación de los conocimientos en el contexto propio del infante, donde “el
voluntad del niño como punto de partida para alcanzar el desarrollo armónico de sus
para aprender de distintas maneras y aplicar dicho conocimiento, de modo que los modelos
de enseñanza no sólo cambian por los intereses de la nación, donde el método Lancasteriano
se deja de lado para darle pie a la pedagógica Pestolozziana, también por el entendimiento de
las necesidades propias del infante, pues este no sólo aprende valores morales y lo necesario
para ser un ser adoctrinado, también empieza a manifestarse como un ser que comprende su
Una vez comprendida la necesidad de desarrollar las facultades propias del niño para dar
pie a un adulto con mayor participación social, se da la oportunidad de postular como desde
el momento en que se entiende el infante como parte de una comunidad, el mismo se apropia
conforma, y de allí los diversos cambios que se van dando en los modelos de educación,
donde cada uno es un derivado del anterior, muestra de este postulado es Don Martin
Restrepo Mejía, quien es hijo de la escuela normal con acercamientos a las bases de la
educación, desde su vida propia, hasta las propuestas expuestas en textos como Elementos de
pedagogía que va generando en relación al espacio educativo, donde “la pedagogía debía
estudiar las leyes del desarrollo humano para intervenirlo y perfeccionarlo” (Jimenez, 2018)
infante como un ser pensante que aprende desde el juego y la generación de experiencias
Durante los cien años desde que inició el proceso de independencia, hasta el punto en que la
rentables, propositivos o por el contrario, no dieran los frutos requeridos, han cambiado a
sujeto que recibe la enseñanza, así pues, para poder pensar en el lugar del estado, es necesario
pensar en sus ciudadanos como sujetos políticos activos y para que esto sea posible, la
participación social y al manejo del poder a partir del conocimiento, siendo el niño o la niña
seres de poder con sus acercamientos propios, de manera que sus capacidades se verán
limitadas o ampliadas desde su relación con el saber y la manera en que este se les acerca
desde la escuela, donde los modelos educativos, generar particularidades en los individuos y
así maneras diversas de interacción social, pero a su vez, el modelo se ve transformado desde
el aula, no solo desde el profesor, sino desde las maneras en que el niño o la niña, entienden y
apropian dichas interacciones, tanto con sus pares, su entorno, el saber y la nación.
COD: 20202484017
Referencias