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ABISMO HISTÓRICO
ABISMO LINGÜÍSTICO
ABISMO FILOSÓFICO
ABISMO CULTURAL
ABISMO GEOGRÁFICO
Su obra resulta compleja y no siempre de fácil comprensión. Bultmann fue muy crítico en
sus análisis negando la credibilidad histórica a múltiples narraciones bíblicas, las incluye en
la categoría de la leyenda o del mito. Por sus influencias es partidario del tratamiento
crítico de la Escritura. Hace distinción entre lo que el Nuevo Testamento dice y lo que el
Nuevo Testamento enseña.
El principio existencial. Para Bultmann la referencia a la existencia es la condición
indispensable de todo lenguaje Bíblico. Bultmann se esfuerza por compaginar historia y
existencia humana con el fin de hacer resaltar la eterna revelación de Dios. Bajo una
interpretación existencial del Nuevo Testamento, Bultmann hace resaltar el contraste
radical entre la historia objetiva del pasado y la historia con significación para el presente.
El concepto del mito El mythos llegó a ser en griego clásico el vocablo técnico para
expresar la trama de una tragedia o de una comedia, producto de la fantasía de su autor.
En la Europa heredera de la cultura greco-romana y, hasta el siglo XIX, mítico era sinónimo
de irreal. en el siglo XIX, y XX, el mito es considerado como una conceptualización
primitiva, pre-científica de la realidad.
Bultmann y la desmitificación
Bultmann platea que el elemento mítico, es el ropaje del Nuevo Testamento. Por una
parte, encontramos el importante esfuerzo exegético del autor, donde aportará
importantes avances en la comprensión del Nuevo Testamento al tratar de comprender
los textos evangélicos en su auténtico ser y no como simples descripciones históricas.
Desde las herramientas nuevas que se utilizan en la exégesis Bultmann desarrolla la tarea
de la desmitificación, tarea que comprende dos vertientes:
1. La tarea negativa por la cual se critican las imágenes mitificadas que se han
tomado de la Biblia.
2. La tarea positiva de descubrir el verdadero sentido del mito.
La otra gran fuente será la filosofía que será el instrumento de “la correcta
conceptualidad”. Para ello se servirá de la analítica existencial de su contemporáneo
Heidegger, pero de la cual también se diferenciará. Sin entrar en el complejo entramado
heideggeriano de la existencia.
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Frente a las concepciones mitológicas del Nuevo Testamento, cabría una posibilidad, la de
prescindir completamente de ellas y seleccionar aquellas que no sean motivo de tropiezo
para el hombre moderno, especialmente la predicación ética de Jesús. La solución del
problema no está en la eliminación del mito, sino en una adecuada explicación. Para
Bultmann el mito es un modo de hablar «del otro mundo en términos de este mundo. Por
otro lado, el mito explica fenómenos insólitos o sorprendentes en forma de invasión de
fuerzas sobrenaturales. En tercer lugar, el propósito real del mito no es presentar un
cuadro objetivo del mundo tal como es, sino expresar la comprensión que el hombre tiene
de sí mismo en el mundo en que vive. El mito no debe ser interpretado
cosmológicamente, sino antropológicamente, o mejor aún, existencialmente.
El mundo presentado por el Nuevo Testamento no corresponde a la Imagen científica, por
lo que debe ser desechada. No es posible seguir pensando en un universo dividido en tres
planos: el cielo, la tierra y el mundo de abajo, ni en la tierra como el escenario en el que
actúan seres o fuerzas sobrenaturales: Dios y sus ángeles, Satanás y sus demonios.
“Tampoco puede admitirse, sin previa desmitificación, la representación de los
acontecimientos salvadores: encarnación del Hijo, ser divino preexistente, su muerte en
expiación por los pecados del mundo, su resurrección, su ascensión y su parusía. Toda
esta mitología es esencialmente una incorporación al Nuevo Testamento de la
apocalíptica judía y del mito gnóstico de redención. Sus narraciones en modo alguno
pueden ser interpretadas como testimonio de hechos verdaderos desde el punto de vista
objetivamente histórico”
Para Bultmann “Creer en la cruz de Cristo no significa que hayamos de preocuparnos de
un proceso mítico efectuado fuera de nosotros y de nuestro mundo, o de un
acontecimiento objetivo usado por Dios en beneficio nuestro, sino más bien que hemos
de hacer nuestra la cruz de Cristo, que hemos de ser crucificados con Cristo” Pablo
esperaba el fin del mundo En forma de drama cósmico que incluiría la parusía de Cristo
(pero la resurrección de Cristo ya había acontecido cuando se escribieron las cartas) Para
Bultmann Pablo y Juan ya habían empezado la desmitificación. Es evidente que los
criterios de Bultmann con respecto al mito en el Nuevo Testamento y en la Biblia entera
discrepan abiertamente de los conceptos apostólicos de Pablo y Juan. Lucas, en el prólogo
de su evangelio, recalca la objetividad histórica de su obra. Y en 2 P. 1:16 se acentúa el
énfasis en la veracidad del testimonio personal dado por quienes habían visto la majestad
del Señor Jesucristo, con un rechazo absoluto del uso de fábulas ingeniosas.
El Nuevo Testamento la verdad (aletheia) halla su plena expresión no en unos conceptos
abstractos, sino en un acontecimiento histórico: la encamación del Hijo de Dios, el Verbo
hecho carne a su carácter, sus hechos portentosos, su muerte, su resurrección y su
ascensión hasta su segunda venida que gira toda la predicación apostólica y todo el
contenido del Nuevo Testamento. Los Apóstoles Predicaron la poderosa realidad de
Cristo, no como seguidores de mitos compuestos artificiosamente, sino como testigos
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