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MÉTODO TEOLÓGICO EXISTENCIAL


Son dos los teólogos destacados que plantean este método como el adecuado: Karl Barth
y Rudolf Bultmann.
Karl Barth es considerado como el teólogo más prestigioso del siglo XX. Se opuso a las
conclusiones del liberalismo. Fue considerado por sus contemporáneos como portavoz de
un mensaje renovador.
Es muy famoso su comentario a la carta de Pablo a los Romanos y muy reconocida su
dogmática monumental por lo cual fue el más grande teólogo de mediados del siglo
pasado. Para muchos de sus contemporáneos fue portavoz de un mensaje renovador que
los salvó de la influencia del liberalismo de los dos siglos anteriores y les permitió vivir una
experiencia de fe auténtica.
La exaltación de la soberanía de Dios y la incapacidad del hombre para llegar a conocerle
parte de su compleja dialéctica mostraba la necesidad de la revelación divina. Sin
embargo, su concepción presenta deficiencias acerca de la inspiración de las Escrituras.
“Solamente el mismo Dios puede hablar de Dios”. Pero Dios ha hablado. Su Palabra llega a
nosotros con una fuerza que supera a todas las especulaciones humanas; y nos llega a
través de la Escritura.
Barth no fue teólogo conservador. Admite la existencia de errores de diversa índole en la
Escritura, por lo que no acepta la inerrancia de ésta en el sentido evangélico.
Para Barth la Biblia en sí no es revelación, sino testimonio de la revelación. No es la
Palabra de Dios, aunque detrás de sus palabras está la Palabra. Pero en la práctica, el
respeto de Barth hacia la Escritura fue notorio. la Escritura como testimonio de la
revelación.
Su enseñanza de la Escritura está en gran parte basada en relación a la persona de Cristo
como evento, pues en él sucede la comunicación que Dios hace de sí mismo. La escritura
es el acontecimiento por el cual la Palabra de Dios se hace presente mediante la palabra
humana de los profetas y apóstoles.
No podemos negar la humanidad en la escritura, así como la humanidad en Jesucristo.
Pero lo que realmente importa es oír con fe la voz de Dios a través del texto. Karl Barth lo
describe como exégesis teológica. Barth no rechaza el método histórico-crítico, pero no
acepta que la crítica histórica sea el único camino para llegar al sentido original de los
textos bíblicos. Uno de sus grandes aportes fue reincorporar con la debida dignidad el
elemento teológico en la interpretación de la Biblia.
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En su enfoque teológico destaca este principio: Jesucristo es la Palabra de Dios al hombre.


El valor de cualquier texto bíblico se mide en base a su calidad testimonial respecto a
Cristo, médula de la Escritura, lo que no está en armonía con Jesucristo no es válido. Se le
ha llamado neo ortodoxia de Bart.
El método histórico-crítico usado por los teólogos liberales de manera fría, se debe
remplazar por un método el existencial, donde nos apropiamos de manera personal de la
bendición para el alma que es leer la Biblia. Como la plantea el teólogo Grant: “La más
profunda interpretación de la Escritura es la que concierne a las situaciones
"existenciales": la vida y la muerte, el amor y el odio, el pecado y la gracia, el bien y el mal,
Dios y el mundo”.
El método teológico existencial Exalta la soberanía de Dios y la incapacidad del hombre
para llegar a conocerlo. Lo que realmente importa es oír la voz de Dios a través del texto.
El hecho histórico en sí no es importante sino su significado permanente.
Parte de los enunciados de la teología de Barth plantean:

 Dios es Dios, pero es Dios para el Mundo.


 El mundo es mundo, pero es un mundo amado por Dios.
 Dios se encuentra con el mundo en su Palabra, en Jesucristo.
Pone por tanto la importancia en la aplicación práctica de las Escritura despreciando el
significado del texto. Su método de interpretación de las Escrituras depende de las
necesidades, cultura y época del intérprete.
El método teológico existencial lleva a la aplicación de la Biblia a las más profundas
experiencias de la vida tales como el amor y el odio, la vida y la muerte, el pecado y la
gracia, el bien y el mal.
Rudolf Bultmann.
La teología de Bultmann se nutre de diferentes fuentes que serán fundamentales en el
desarrollo teológico posterior. Bultmann dedica el esfuerzo de su estudio al verdadero
objeto del Nuevo Testamento. Tiene diferencias con Barth en cuanto al estudio histórico
de las escrituras.
A Bultmann le preocupa oír el texto adecuadamente, a con la intención de traducirlo con
la máxima fidelidad y de modo que resulte comprensible para el hombre moderno.
Bultmann formuló un sistema teológico-exegético que ha provocado fuertes críticas
influenciado por las enseñanzas liberales de Adolf van Harnack y Wilhelm Herrmann, la
filosofía neokantiana, el luteranismo del siglo XIX, la escuela de la historia de las religiones,
la teología dialéctica y muy especialmente la filosofía de Heidegger. En su tarea crítica,
Bultmann hizo especial uso de la historia de las formas, que clasifica los libros de la Biblia y
sus partes según su género literario.
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Para Bulmann hay Abismos entre el texto y el mundo contemporáneo.

 ABISMO HISTÓRICO
 ABISMO LINGÜÍSTICO
 ABISMO FILOSÓFICO
 ABISMO CULTURAL
 ABISMO GEOGRÁFICO
Su obra resulta compleja y no siempre de fácil comprensión. Bultmann fue muy crítico en
sus análisis negando la credibilidad histórica a múltiples narraciones bíblicas, las incluye en
la categoría de la leyenda o del mito. Por sus influencias es partidario del tratamiento
crítico de la Escritura. Hace distinción entre lo que el Nuevo Testamento dice y lo que el
Nuevo Testamento enseña.
El principio existencial. Para Bultmann la referencia a la existencia es la condición
indispensable de todo lenguaje Bíblico. Bultmann se esfuerza por compaginar historia y
existencia humana con el fin de hacer resaltar la eterna revelación de Dios. Bajo una
interpretación existencial del Nuevo Testamento, Bultmann hace resaltar el contraste
radical entre la historia objetiva del pasado y la historia con significación para el presente.
El concepto del mito El mythos llegó a ser en griego clásico el vocablo técnico para
expresar la trama de una tragedia o de una comedia, producto de la fantasía de su autor.
En la Europa heredera de la cultura greco-romana y, hasta el siglo XIX, mítico era sinónimo
de irreal. en el siglo XIX, y XX, el mito es considerado como una conceptualización
primitiva, pre-científica de la realidad.
Bultmann y la desmitificación
Bultmann platea que el elemento mítico, es el ropaje del Nuevo Testamento. Por una
parte, encontramos el importante esfuerzo exegético del autor, donde aportará
importantes avances en la comprensión del Nuevo Testamento al tratar de comprender
los textos evangélicos en su auténtico ser y no como simples descripciones históricas.
Desde las herramientas nuevas que se utilizan en la exégesis Bultmann desarrolla la tarea
de la desmitificación, tarea que comprende dos vertientes:
1. La tarea negativa por la cual se critican las imágenes mitificadas que se han
tomado de la Biblia.
2. La tarea positiva de descubrir el verdadero sentido del mito.
La otra gran fuente será la filosofía que será el instrumento de “la correcta
conceptualidad”. Para ello se servirá de la analítica existencial de su contemporáneo
Heidegger, pero de la cual también se diferenciará. Sin entrar en el complejo entramado
heideggeriano de la existencia.
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El acontecimiento de salvación que se dará en el kerygma nos conducirá al problema que


se dará entre el acontecimiento histórico de Jesús de Nazaret y el Cristo de la fe, problema
en el que Bultmann optará por plantear una cesura.
El debate sobre la desmitificación.
Para Bultmann la interpretación existencial del Nuevo Testamento, pasa a través del
proceso de la desmitificación,” El kerigma del nuevo testamento, no es creíble para el
hombre de nuestro siglo porque se presenta bajo una forma mitológica”.
¿Cómo hay que recuperar el contenido existencial de los textos Bíblicos?
Bultmann plantea que se realiza mediante la utilización del método histórico-crítico con
todo su rigor, pues es la única forma de extraer de la imagen mítica, la imagen verdadera,
la científica, que es la apropiada para el “HOMBRE MODERNO”
Esta imagen postula que el mundo es autosuficiente, la mítica, por el contrario, supone
que hay una continua intervención de lo sobrenatural en la historia.
La encarnación de Cristo y la redención del hombre serían expresiones paradigmáticas del
mito, y por tanto deben ser desmitificadas de acuerdo con la visión científica del mundo y
del hombre moderno.
Hay que traducir el mito a categorías existenciales, es decir, captar la comprensión de la
existencia humana que se expresa en el mito y hacer que el mensaje que se encierra en el
mito, descifrado adecuadamente, pueda conducir al hombre a la decisión existencial del
“acontecimiento de salvación”. Para Bultmann el mito de la encarnación del LOGOS
significa que la revelación (del Logos) es un evento ultramundano por que proviene de la
divinidad (DIOS).
Pero al mismo tiempo es algo que se realiza en la esfera humana “se hizo carne”
La revelación de Dios se muestra pura y llanamente en la humanidad de Jesús de Nazaret
El revelador de Dios es un hombre y ese hombre es Jesucristo.
En el libro “Nuevo Testamento y mitología” Bultmann propone desarticular la mitología
para llegar ontológicamente a la esencia del Kerigma, que es la cruz de Cristo, el ser
humano no tiene acceso a la redención en la verificación histórico- critica si no a través de
la verdad existencial que nos demuestra que el ser humano debe cambiar su modo
existencial de encarar la vida y esto solo es posible por medio de un acto divino.
Se presenta una incompatibilidad entre el pensamiento neo testamentario, míticamente
expresado, con el pensamiento moderno, irrevocablemente modelado por la ciencia. “No
se puede utilizar la luz eléctrica y al mismo tiempo creer en el mundo de espíritus y de
milagros del Nuevo Testamento”.
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Frente a las concepciones mitológicas del Nuevo Testamento, cabría una posibilidad, la de
prescindir completamente de ellas y seleccionar aquellas que no sean motivo de tropiezo
para el hombre moderno, especialmente la predicación ética de Jesús. La solución del
problema no está en la eliminación del mito, sino en una adecuada explicación. Para
Bultmann el mito es un modo de hablar «del otro mundo en términos de este mundo. Por
otro lado, el mito explica fenómenos insólitos o sorprendentes en forma de invasión de
fuerzas sobrenaturales. En tercer lugar, el propósito real del mito no es presentar un
cuadro objetivo del mundo tal como es, sino expresar la comprensión que el hombre tiene
de sí mismo en el mundo en que vive. El mito no debe ser interpretado
cosmológicamente, sino antropológicamente, o mejor aún, existencialmente.
El mundo presentado por el Nuevo Testamento no corresponde a la Imagen científica, por
lo que debe ser desechada. No es posible seguir pensando en un universo dividido en tres
planos: el cielo, la tierra y el mundo de abajo, ni en la tierra como el escenario en el que
actúan seres o fuerzas sobrenaturales: Dios y sus ángeles, Satanás y sus demonios.
“Tampoco puede admitirse, sin previa desmitificación, la representación de los
acontecimientos salvadores: encarnación del Hijo, ser divino preexistente, su muerte en
expiación por los pecados del mundo, su resurrección, su ascensión y su parusía. Toda
esta mitología es esencialmente una incorporación al Nuevo Testamento de la
apocalíptica judía y del mito gnóstico de redención. Sus narraciones en modo alguno
pueden ser interpretadas como testimonio de hechos verdaderos desde el punto de vista
objetivamente histórico”
Para Bultmann “Creer en la cruz de Cristo no significa que hayamos de preocuparnos de
un proceso mítico efectuado fuera de nosotros y de nuestro mundo, o de un
acontecimiento objetivo usado por Dios en beneficio nuestro, sino más bien que hemos
de hacer nuestra la cruz de Cristo, que hemos de ser crucificados con Cristo” Pablo
esperaba el fin del mundo En forma de drama cósmico que incluiría la parusía de Cristo
(pero la resurrección de Cristo ya había acontecido cuando se escribieron las cartas) Para
Bultmann Pablo y Juan ya habían empezado la desmitificación. Es evidente que los
criterios de Bultmann con respecto al mito en el Nuevo Testamento y en la Biblia entera
discrepan abiertamente de los conceptos apostólicos de Pablo y Juan. Lucas, en el prólogo
de su evangelio, recalca la objetividad histórica de su obra. Y en 2 P. 1:16 se acentúa el
énfasis en la veracidad del testimonio personal dado por quienes habían visto la majestad
del Señor Jesucristo, con un rechazo absoluto del uso de fábulas ingeniosas.
El Nuevo Testamento la verdad (aletheia) halla su plena expresión no en unos conceptos
abstractos, sino en un acontecimiento histórico: la encamación del Hijo de Dios, el Verbo
hecho carne a su carácter, sus hechos portentosos, su muerte, su resurrección y su
ascensión hasta su segunda venida que gira toda la predicación apostólica y todo el
contenido del Nuevo Testamento. Los Apóstoles Predicaron la poderosa realidad de
Cristo, no como seguidores de mitos compuestos artificiosamente, sino como testigos
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oculares. Conclusión Cualquier exégesis basada en el supuesto carácter mitológico de la


Biblia no hace justicia con los hechos históricos reales de éstos y nos desvía de una
correcta interpretación. Debemos leer la Biblia con una mirada exhaustiva y crítica, pero
también con la mirada de la fe, pidiendo la ayuda del Espíritu de Dios. Adentrarnos en el
estudio de las escrituras utilizando un solo método puede darnos una visión sesgada y
puede llevarnos a tergiversar el mensaje que el Espíritu quiso plasmar, acercarnos a la
Biblia, si con una actitud científico- critica, pero Se nos ha olvidado ver también con temor
amoroso y temblor reverente la Palabra inspirada por Dios.

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