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DERECHO PROCESAL
Dentro del estudio teórico del derecho procesal encontraremos tres figuras jurídicas de suma
importancia como son las de acción, pretensión y demanda, figuras estas que son de
necesario entendimiento por parte de quienes se forman en el estudio de leyes y profesionales
que por diversas razones aun confunden y usan indistintamente los términos, asumiendo así
que se tratan de lo mismo, siendo esto un error, pues eso también seria asumir que su
finalidad es la misma y las controversias planteadas por cada una de ellas también lo son.
La ley y la doctrina claramente diferencian cada una de ellas, ya que sin su adecuado
entendimiento quedaríamos confusos si se nos presentase un eventual conflicto entre
acumulación de pretensiones o definir el objeto de la pretensión con claridad en un libelo de
demanda o incluso en el fin que se buscamos con el ejercicio de una determinada acción.
Entre tantos diversos roles que pueden ejercer el profesional del derecho dentro de su ámbito
social, están también el ser consultor de asuntos legales de interés ciudadano y la labor
docente, lo cual hace una obligación imperiosa que el jurista maneje adecuadamente el uso
de la terminología y no confunda ni haga uso indistinto de los mismos.
LA ACCIÓN EN EL DERECHO PROCESAL
Al abolirse la defensa por la propia persona, es decir, hacerse justicia por propias manos, lo
que viene a constituir quizás uno de los fundamentos esenciales del ordenamiento jurídico
moderno, corresponde al Estado resolver los conflictos surgidos entre personas, mediante el
ejercicio de la función jurisdiccional, que consiste en el estudio y decisión de los litigios con la
aplicación del derecho subjetivo a cada caso en particular.
Ahora bien, la Ley y el Juez no actúan por sí mismos, siendo necesario que para que una
norma de derecho tenga su aplicación, esto es, el dictado de una sentencia por los órganos
jurisdiccionales del estado que ponga fin a una controversia, es necesaria una primera puesta
en marcha, un movimiento inicial.
Esa puesta en movimiento de los referidos órganos mediante la privada iniciativa y ese
impulso es lo conocido como La Acción.
El concepto de acción es uno de los más discutidos en el estudio del derecho procesal, dando
nacimiento a numerosas doctrinas, definiciones y no pocas controversias; teniendo por
resultado que, a pesar de muchos estudios, los tratadistas no se hayan puesto de acuerdo en
una materia tan importante, que quizás es la más básica y fundamental del derecho procesal
porque sobre ella descansa el proceso.
La Acción es entonces el poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho de acudir a
los órganos jurisdiccionales para reclamar la satisfacción de una pretensión. Es un
medio de plantear la solución pacífica de los conflictos de intereses jurídicos y derechos
aparentes ante el órgano judicial.
Es importante destacar que el asunto jurisdiccional desde este planteamiento está siendo
examinado desde el punto de vista del ciudadano y las personas jurídicas que piden justicia y
no desde el punto de vista del estado que cumple con la función de administrar justicia, es
decir, desde el punto de vista de la jurisdicción en sí misma.
USOS DIVERSOS DEL TÉRMINO
Eduardo Couture ha precisado tres distinciones del término a saber, que tienen acepciones
distintas:
CARACTERES GENERALES DE LA ACCIÓN.
Según la teoría de la acción como derecho autónomo, es decir, como pretensión de la tutela
jurídica se destaca lo siguiente:
1) La acción es un derecho subjetivo distinto al derecho material que ha de ventilarse en el
proceso.
2) La acción existe con anterioridad al proceso, ya que nace cuando aparece la necesidad
de protección.
3) La acción no protege el interés en litigio, sino que el litigio tenga una justa composición.
por eso la acción es un derecho público, en cambio el derecho material que causa el
litigio es un derecho privado.
4) La acción es un derecho subjetivo procesal porque impone al juez la obligación de
proveer independientemente del derecho material invocado. El sujeto pasivo de la acción es
el juez.
5) La acción es un derecho cívico, encuadrado dentro de los derechos subjetivos públicos.
6) Su naturaleza es de carácter público, pues la tutela judicial efectiva es parte de las
garantías procesales establecidas en la modernidad en muchas constituciones y leyes
fundamentales.
7) Su fin último es encontrar fin de la controversia mediante sentencia del órgano
jurisdiccional.
8) Se tiene frente al estado para que la otorgue, y frente al particular obligado, para que la
soporte y se someta a su tutela.
9) Es necesaria la presencia del órgano del estado investido de jurisdicción para ejercer
la acción, es decir, un órgano del Estado con las atribuciones legales para administrar justicia
en nombre de la república y por autoridad de la ley.
10) Ese órgano debe ser el objetivamente competente en la causa en particular, y
subjetivamente capaz de juzgarla.
11) Es necesario que las partes involucradas tengan capacidad procesal para ser sometidos a
la tutela judicial.
CLASIFICACIÓN DE LAS ACCIONES.
Humberto Bello Lozano en su obra Teoría General del Proceso clasifica las acciones de la
siguiente manera:
1) ACCIÓN DE CONOCIMIENTO:
Esta tiene como fin lograr que el sentenciador decida acerca de si existe o no el
derecho alegado o pretendido por el actor, y el cumplimiento de las obligaciones requeridas
por parte del demandado, debiendo en la sentencia señalar a quien corresponde la razón, ya
sea en forma de una simple declaración, de condena contra el demandado o estableciéndose
la constitución, reforma o extinción de una relación jurídica.
Así pues, la acción de conocimiento tiene como propósito una sentencia que podrá ser de
mérito o inhibitoria, favorable o desfavorable a la pretensión perseguida.
Se divide en declarativa general o dispositiva, subdividiéndose a su vez en declarativa
propiamente dicha, de declaración constitutiva, de condena y cautelar.
Es declarativa general, cuando se solicita del juez que determine lo que la ley establece
en forma expresa y general; en tanto que la declarativa pura, o mero declarativa su
objeto es obtener una sentencia mediante un simple proceso declarativo,
comprobándose así la existencia o inexistencia de una relación jurídica o de un
derecho, a modo de ejemplo podemos señalar la acción ejercida por un individuo a fin de ser
declarado como heredero legítimo de un fallecido, o la acción intentada para ser declarado
concubino mediante una sentencia judicial, estableciendo así una relación jurídica que
otorgaría al actor derechos subsiguientes una vez sido declarado como tal.
En ambos casos se verá agotada la pretensión del actor con la declaración. Entre las
figuras declarativas de carácter sustancial están las de Estado y filiación; desconocimiento de
hijos habidos durante el matrimonio, inquisición de paternidad, declaratoria de ausencia y
presunción de muerte, la declaratoria de comunidad, la prescripción adquisitiva y todo lo
referente a la quiebra en materia mercantil.
2) ACCIÓN EJECUTIVA:
La acción ejecutiva es la que permite al actor exigir el cumplimiento coactivo de una
obligación, porque ella consta de un título donde aparece en forma cierta su exigencia. Esta
acción a diferencia de la anterior no persigue con ella el reconocimiento de un derecho, de
una obligación, o la constitución o extinción de un estado jurídico, ya que tal derecho ya
ha sido reconocido mediante el instrumento legal que da derecho a la exigencia, es decir, el
título.
Humberto Cuenca en su tratado de derecho procesal civil señala que en la legislación
procesal patria no existe la acción ejecutiva en la forma establecida en otras
legislaciones; y así nuestros procesos de carácter ejecutivo, como la ejecución de hipoteca y
la vía ejecutiva señalada en el Código de Procedimiento Civil tienen como fin el que los juicios
sean de mayor agilidad que los ordinarios, teniendo en todos ellos el demandado la facultad
de hacer oposiciones, lo que llevara su tramitación a los canales del juicio ordinario; y será
solamente en el caso de que el ejecutado no se oponga, cuando se dé efectivamente el
carácter ejecutivo del proceso.
Por tanto, la acción ejecutiva:
3) ACCIÓN DE CONDENA:
La finalidad de la acción de condena es la declaración de condena, o simple condena, es
obtener un dar, un hacer o un no hacer, mediante sentencia del órgano jurisdiccional, que
vendrá a ser el título de exigibilidad de la prestación, y en la práctica profesional son las más
numerosas.
El jurista Devis Echandia las define como el derecho a obtener una sentencia que resuelva
favorablemente o no la imposición de una condena al demandado, mediante un proceso de
condena, siendo sus presupuestos un pretendido derecho material cuya existencia está sujeta
a lo dispositivo de la decisión, la afirmación de haber sido violado o no ese derecho, y el
interés de que el litigio se componga en forma normal por la vía judicial.
Además, se requiere para el juzgamiento a fondo del asunto, la legitimación en la causa y la
legitimación procesal.
Su diferencia con la declarativa está en que el actor persigue la imposición al
demandado de una responsabilidad, en tanto que, en la otra, se busca una declaración
que tenga su eficacia en sí misma.
4) ACCIONES CONSTITUTIVAS:
Se consideran como el derecho a perseguir mediante un proceso, una sentencia que resuelva
sobre la pretensión buscada, para conseguir la constitución, extinción o modificación de un
estado jurídico, en base a la afirmación del actor interesado de haber ocurrido los hechos, que
de acuerdo a la ley ha de producir esos precisos efectos jurídicos.
Tienen mucha similitud con las acciones declarativas por agotarse el interés del actor
con la sentencia, no necesitando de la ejecución posterior, y su diferencia estriba en que
afectan directamente a terceros, obligándolos de manera tal, que su finalidad no es la
declaración en sí misma, sino los efectos en relación a los terceros.
Se asemeja a las acciones de condena en que, si la sentencia es favorable, modifica el estado
actual de cosas, estando la diferencia en que la sentencia no requiere posterior ejecución,
puesto que se produce por el solo hecho de la declaración, en tanto que en las de condena, la
modificación nace por el pago hecho al trasladarse un bien al patrimonio del demandado al
demandante o al cumplirse un acto de aquel en provecho de este.
5) ACCION CAUTELAR:
Mediante el ejercicio de esta clase de acciones, se moviliza la autoridad judicial para
dictar en la práctica de sus atribuciones las medidas necesarias que les sean pedidas
para el aseguramiento de un derecho o para su defensa.
En el léxico procesal se alude a medidas que son verdaderas acciones; las que podrán ser
conservativas, cuando se tiende a mantener un estado de hecho o evitar la pérdida de
un derecho, como los interdictos prohibitivos o posesorios; y modificativas, que a la vez son
innovativas, por alterar provisionalmente un status jurídico, tal como sucede en las
medidas preventivas de embargo, secuestro, prohibición de enajenar y gravar, de salida
del país, entre otras.
Ha sido inmensamente discutida la autonomía de este tipo de acciones, pero para efectos
teóricos hemos decidido incluirlas y mediante su estudio particular el lector podrá determinar
su criterio; para muchos, no constituyen más que una declaración de voluntad al servicio de
otra posterior, asegurándose que no son más que una manifestación o variante de las
acciones declarativas, de condena o ejecutiva. En efecto, sus actividades son de garantía y
dirigidas a obtener anticipadamente la actuación del derecho objetivo.
EXCEPCION EN EL DERECHO PROCESAL
Establecidos ya los conceptos, caracteres generales, acepciones y clasificaciones de las
acciones en el derecho procesal, es necesario estudiar La Excepción, siendo esta una figura
jurídica ligada a la acción y sin la cual no podríamos entender todo el entramado que da inicio
a la relación procesal de los sujetos.
Se puede estimar que la excepción como la posición asumida por el demandado frente a
la acción del actor, que es el sujeto activo de la relación procesal; viene a ser una acción
destinada a obtener una declaración negativa.
Si la acción es un derecho concreto del individuo a la tutela jurídica, la excepción no es más
que el contra derecho del demandado y cuya finalidad es enervar el derecho de acción
del demandante. La excepción goza del mismo carácter potestativo de que goza una acción,
y su derecho debe ser fundado o capaz al menos de lograr un pronunciamiento favorable a la
aspiración del demandado cuando la interpone.
El demandado no aspira a que se le reconozca un derecho subjetivo en contra del actor,
sino que la sentencia excluya su derecho, rechace la demanda del actor y restituya así la
libertad de la cual gozaba el accionado antes de la iniciación del proceso.
En sentido amplio consiste en toda defensa opuesta a la acción; en sentido restringido,
que comprende toda la defensa fundada en un hecho impeditivo o extintivo de la acción;
y en sentido estricto, ceñido a un hecho impeditivo o extintivo que el juez puede tomar en
cuenta únicamente cuando el demandado lo invoca; su naturaleza jurídica consiste en la
impugnación dirigida a la anulación de la acción. En este sentido de acuerdo a la relación
lógica procesal podemos decir que no existe la excepción sin la acción, ya que esta no es
autónoma, necesita de la acción para su ejercicio pues siempre va a constituir una defensa
contra aquella, en tanto que la acción no necesita de la excepción para su existencia en
tanto derecho público del individuo de obtener tutela judicial, pero la excepción debe
ser garantizada a los fines de obtener una sentencia sin vicios que puedan anularla y
garantizar así el debido proceso, uno de los pilares fundamentales de un estado de derecho.
LA ACCION PENAL
De acuerdo al estudio del derecho penal, desde ese punto de vista entendemos el delito
como un hecho típico y antijuridico, establecido en la ley y sancionado con una pena, que
desde la óptica social se le puede tomar como una violación no solo de las normas legales
sino de la seguridad de la colectividad, los intereses ciudadanos y al orden jurídico en general,
de aquí que la transgresión de una norma penal produce el mérito de una pena y en
consecuencia da nacimiento a una acción penal.
En materia penal entienden delitos de acción pública y delitos de acción privada, y en
esto solo se diferencia del concepto general de la acción en determinar quiénes son los
que tienen la cualidad para dar inicio al proceso y obtener resolución mediante
sentencia; en los delitos de acción publica la titularidad de la acción corresponde
exclusivamente al estado mediante instituciones constituidas previamente para tal fin, es
decir, instituciones que tienen como finalidad perseguir y solicitar al órgano embestido de
jurisdicción la sanción por la comisión de los hechos punibles investigados, y por eso son
denominados de esa manera, mientras que los delitos de acción privada corresponde a la
víctima impulsarlo hasta obtener favorable sentencia, en estos delitos, los de acción privada,
el ejercicio de la acción no corresponde exclusivamente al estado.
CARACTERES DE LA ACCION PENAL.
Es de suma importancia estudiar y analizar las características de la acción penal, pues en
ellas se verifica la diferencia que existe entre este tipo de acción con respecto a la acción
civil, su importancia desde el punto de vista social y en particular que la hace tan excepcional
en referencia a su cualidad de ejercicio por parte del estado
La acción penal es exclusivamente publica debido a los siguientes razonamientos: