Sunteți pe pagina 1din 3

 Prueba a darle diferentes tipos de carne (pavo, pollo,

cerdo, ternera, conejo…), para ver cuál acepta mejor.


 Cocina la carne de formas diferentes y atractivas: asada,
en salsa, a la parrilla, a la plancha, en brochetas, canelones, con
macarrones, en croquetas, etc.
 Si le cuesta desmenuzarla, dale carne guisada en salsa que
queda mucho más blandita. Además, pártesela en trozos
pequeños.
 No le llenes el plato de carne o se sentirá desmotivado.
Ponle poco y, si se lo acaba y quiere más, vuélvele a llenar el
plato.

Es importante que comprendamos que nuestro quehacer comprende todo el


proceso de la alimentación y desarrollo de la misma y por ello nos
reconozcamos como profesionales responsables de la promoción de una
adecuada alimentación desde sus inicios, por lo mismo debemos estar en
conocimiento de los posibles trastornos de la alimentación que pueden
presentarse en la población pediátrica, específicamente en edad preescolar.

En la actualidad existe una alarma a nivel país por los altos índices de
obesidad en la población pediátrica que aumentan a un paso muy acelerado,
pese a ello no son pocos los trastornos alimentarios que pueden presentarse
en la misma población y que se constituyen en un objeto de preocupación para
padres y cuidadores y en un ítem de consulta frecuente en las consultas
pediátricas.
Según Chatoor y cols existe 6 tipos de desórdenes alimentarios del lactante y
preescolar.
 

La definición de estos trastornos no resulta tan fácil y muchas veces coexisten


o se superponen unos a otros, lo claro es que la presencia de cualquiera de
estos trastornos puede constituirse en un problema que puede comprometer el
estado nutricional del niño que a su vez puede ser un factor estresante para
padres y cuidadores influyendo en la dinámica familiar. Es por esto que es de
gran importancia que el profesional fonoaudiólogo provea a la comunidad de
orientación respecto a aquellas conductas que pueden resultar nocivas o como
potenciadoras de un adecuado proceso de alimentación.

A continuación presentaremos algunas:


• Realizar en forma paulatina la introducción de nuevos sabores y texturas a la
alimentación. La transición de la papilla a otras texturas, puede ser un proceso
difícil para los niños pequeños es por eso que se debe realizar en forma
pausada respetando sus preferencias.
• La introducción de nuevas texturas debe relacionarse con el desarrollo de la
masticación recordando que inicialmente los bebes solo son capaces de
realizar movimientos verticales de la mandíbula y que solo cerca del año y
medio pueden efectuar movimientos rotatorios
• Favorecer la etapa en que el niño comienza a interesarse por la auto
alimentación y comienzan a alimentarse con los dedos «finger foods», es
recomendable proveer al niño de alimentos suaves, que sean fáciles de
manipular y seguros, evitando alimentos demasiado duros que puedan ser un
riesgo para este. Permitir que el niño pruebe manipule y se ensucie con el
alimento hará que ña transición entre la alimentación pasiva y la autolimitación
con utensilio sea más fácil.
• Procurar que en forma precoz la integración del niño a la dinámica de
alimentación familiar, que se siente a la mesa y comparta la hora de
alimentación con el adulto, que le observe e imite las conductas alimenticias,
muchas veces este proceso es retrasado por los padres y cuidadores, quienes
buscan un espacio de tranquilidad durante las horas de alimentación y
prefieren prolongar la alimentación diferida de los niños pequeños y el adulto.
• Limitar el consumo de alimentos que proporcionen un alto número de calorías
en consistencia líquida, bebidas muy azucaradas, exceso de leches, ya que
pueden aumentar la saciedad y limitar el apetito a la hora de las comidas
fuertes. Por ello se sugiere que las colaciones de los preescolares sean
acompañadas de agua y no jugos o leches de cajita.

Existe un porcentaje de la población infantil que pese a que presentará


dificultades en la alimentación, aun cuando se haya considerado las medidas
antes descritas, en este caso puede ser que el niño efectivamente presente
alguna alteración sensorial que este determinando su mala disposición a un
determinado sabor o textura. En estos casos es adecuado prestar atención a
como este se dispone frente a otro tipo de experiencias sensoriales, tales como
movimientos, estímulos táctiles, auditivos o visuales. Para el tratamiento es
frecuente el trabajo colaborativo de fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales.

S-ar putea să vă placă și