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Creo que todos consideramos innegable la necesidad de reconocer la ansiedad laboral y otras

enfermedades originadas por riesgos psicosociales dentro del cuadro del Anexo I del Real
Decreto 1299/2006. Ha sido el propio sindicato UGT que ha pedido recientemente que las
patologías provocadas por el estrés​ ​sean reconocidas como enfermedad profesional. Sin
embargo, he encontrado un curioso artículo que asegura que la Sociedad Española de
Psiquiatría (SEP) indica que el mismo no es una enfermedad laboral.

Los psiquiatras a los sindicatos: “El estrés no es una enfermedad laboral”


El artículo está firmado por Borja Negrete, y sin ánimo de exageración, me ha dejado “con las
tablas en la cabeza” (resúmen de molesto, preocupado e intrigado), y puede encontrarse en el
siguiente link:

https://www.redaccionmedica.com/secciones/psiquiatria/psiquiatria-corrige-a-los-sindicatos-el-e
stres-no-es-enfermedad-laboral--1409

El presidente de la SEP (Julio Bobes) ve con buenos ojos que el sindicato se esfuerce en
mejorar las condiciones laborales de los trabajos ​para que se reduzcan las situaciones de
estrés, pero incide en que no se pueden confundir términos. “Llamar patología al estrés es
exagerar la nota. Hay personas más vulnerables a él que otras. Un tipo de trastorno que sí es
una patología y afecta a muchos trabajadores es el ​trastorno adaptativo​. Estas personas se
adaptan con gran dificultad a los cambios y reaccionan con depresión, ansiedad o la
combinación de ambas”, explica Bobes.

Precisamente, la ​depresión ​y la ​ansiedad ​son dos de las patologías más frecuentes en las
personas que sufren acoso laboral o ​mobbing​. Este problema también ha sido denunciado por
UGT, que pide que las patologías que provocan sean reconocidas como enfermedad
profesional.

A este respecto, el presidente de la SEP opina que si bien es cierto que la depresión o la
ansiedad tienen la condición de patologías, “el apellido laboral o profesional no es correcto.
Que ese contexto favorable a su aparición no significa que no pueda aparecer en otros”.

Bobes subraya que cualquier acción encaminada a ayudar a las personas que sufren acoso
laboral es deseable, ya que “sufren de manera silenciosa y trabajan en unas condiciones
intolerables”.

Apunta que “el trato indigno no lo expresa la empresa, sino algunas personas” y que está
“totalmente de acuerdo con UGT” sobre la necesidad de regular contra el acoso laboral.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social de Bizkaia reconoció recientemente como ​accidente laboral ​la
incapacidad temporal ​de un trabajador que era discriminado diariamente en su puesto de trabajo. Con ello el INSS
es responsable del abono de la prestación económica a la mutua.

Este trabajador era personal de un Ayuntamiento vizcaíno y sufrió el pasado mes de septiembre de 2018
una ​crisis de ansiedad en su puesto de trabajo​. La mutua diagnosticó este episodio como “contingencia común
sin ver origen laboral”, según fuentes del sindicato UGT.

El médico de familia que le dio la baja laboral a este trabajador le remitió al psicólogo, que le diagnosticó
esta angustia como ansiedad, declarando que “la patología tiene base laboral motivada por ​riesgos psicosociales
motivadas por conductas discriminatorias​”.

El sindicato solicitó entonces el cambio de determinación de contingencia, puesto que entendía que se
trataba “claramente de una enfermedad derivada del trabajo”. UGT denunció también “la alta incidencia” de los
riesgos psicosociales entre la población trabajadora y ha pedido su reconocimiento como enfermedad profesional.

El Gobierno Vasco ha reconocido que en 2017 se denunciaron en Euskadi 317 casos de violencia psíquica
y 2.750 agresiones físicas y verbales.

El ​Observatorio Europeo de Riesgos (​OER​) ha revelado que el estrés es la principal causa de


absentismo y baja laboral. Por ello, se ha unido a las peticiones de la ​Confederación Europea de Sindicatos (​CES​)
para que se elabore una directiva europea que regule este tipo de riesgos para su aplicación en la Unión Europea.

Los riesgos psicosociales ocupan, entre los riesgos emergentes, el primer lugar entre los riesgos
laborales, un aumento que “no ha hecho sino crecer como consecuencia de la crisis económica mundial que ha
afectado, en lo que ha empleo se refiere, de una forma especialmente intensa en nuestro país”.

El sindicato UGT ha manifestado que la “resistencia” de la justicia a asimilar las dolencias psíquicas a las
enfermedades físicas “dificulta la calificación profesional de la contingencia, surgiendo problemas para la debida
cobertura de enfermedades, dolencias psíquicas o daños provocados por acoso moral o cualquier otro riesgo
psicosocial, que realmente tienen su causa y se desencadenan con ocasión o como consecuencia del trabajo".

El trastorno por ansiedad es un tipo de enfermedad mental caracterizado por la existencia


persistente de ansiedad, miedo, preocupación en una persona, yendo mucho más allá de la
ocasional ansiedad que a lo largo de la vida experimentan las personas ante los cambios o
toma de decisiones importantes.

En el caso del trastorno por ansiedad, esta preocupación o miedo no desaparecen y pueden
empeorar con el paso del tiempo, llegando a interferir e incluso afectar gravemente a la
realización de las actividades cotidianas, el desempeño de la actividad profesional, el
desempeño académico o las relaciones sociales y personales.
El art. 156 de la Ley General de la Seguridad Social define como accidente de trabajo "toda
lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que efectúa
por cuenta ajena" y "se presumirá, salvo prueba en contrario, que son constitutivas de
accidente de trabajo las lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y en el lugar del
trabajo".

En Igual sentido se pronunciaba hace un año el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco
considerando como accidente de trabajo la crisis de ansiedad que sufrió una trabajadora
cuando la empresa le comunica la tramitación de dos expedientes sancionadores contra ella, y
obliga a pagarle la prestación durante los meses que estuvo de baja. En esa ocasión, el juez
interpretó que "el cuadro de tensión nerviosa" que sufrió la trabajadora aquel día fue "la causa
exclusiva del desequilibrio psíquico determinante del proceso de incapacidad temporal" y así,
que la prestación tuvo como origen un "accidente de trabajo". La trabajadora, de 47 años y casi
10 años de antigüedad, no tenía en su historial médico antecedentes psiquiátricos.

En la referida sentencia, cuando la empleadora comunicó a la mujer un expediente por motivos


laborales, la mujer tuvo que ser evacuada en ambulancia a un centro sanitario debido al estado
de alteración emocional que sufría y que ese estrés derivo en un malestar que se prolongó
durante los meses que estuvo de baja. Sendos informes de médicos de la mutua y de un centro
público de salud indican que "la patología es exclusivamente laboral, sin que concurra ningún
factor ajeno al trabajo".

Conforme a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, "la integridad física de las personas
trabajadoras es un derecho fundamental". Los trabajadores tienen derecho a que el trabajo no
tenga riesgo para nuestra salud. La calificación como accidente de trabajo de este tipo de
enfermedades viene siendo admitida por la jurisprudencia, siempre y cuando se acredite
fehacientemente la relación causa/efecto entre la realización de un trabajo y la aparición
posterior de la enfermedad. Y para que una enfermedad sea calificada como accidente de
trabajo, sin conexión o vinculación con enfermedad previa, es preciso que concurran los
siguientes requisitos: a) que la enfermedad haya sido contraída con motivo del desempeño de
la actividad laboral y b) que el trabajo sea la única o exclusiva causa de su aparición, extremos
ambos cuya prueba incumbe a la persona trabajadora que pretende incardinar su padecimiento
en la consideración de accidente de trabajo.

Conforme a ley debe procederse a una evaluación de riesgos psicosociales para prevenir
situaciones como las aquí descritas y, donde la sobrecarga laboral, la falta de recursos
humanos y de medios, provocan con frecuencia situaciones de estrés y ansiedad insoportables,
que en muchas ocasiones desembocan en crisis de ansiedad que requieren in situ atención
médica, tratamiento farmacológico y baja por enfermedad.

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