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Cómo la cultura determina el desarrollo tecnológico

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Pocos ejemplos evidencian mejor el hecho de que las construcciones culturales surgen de las
propias necesidades, como el de la multitud de términos diferentes que tienen las lenguas usadas
por los esquimales para referirse a la nieve. Aunque quizás sea un hecho al que el tiempo ha
transformado en mito, desvirtuándolo demasiado, sí tiene buena parte de razón, como cuenta José
Antonio Díaz Rojo en el Espacio Virtual Cervantes. Si los esquimales tienen muchas palabras
distintas para definir la nieve, es porque necesitan mucha concreción para hablar de algo constante y
habitual para ellos: distinguir su intensidad, estado, etc.

El desarrollo de un
país está ligado a su renta, pero la influencia de sus problemas sociales determina en gran medida el
uso de una tecnología o no / Imagen: dominio público (www.splitshire.com)
De la misma forma, se puede explicar en parte cómo avanza el desarrollo tecnológico en un país u
otro, más allá de las diferencias en su PIB o su renta per cápita: las sociedades recurren a la
innovación para solucionar problemas. Y nadie mejor que un conciudadano para entender los
problemas de un país, de una región, y buscar soluciones. Por ejemplo: ¿alguien hubiese acertado a
pensar hace diez años que Kenia iba a convertirse en uno de los líderes mundiales en pagos
móviles? El Banco Mundial explica y contextualiza este fenómeno: en un país con escaso acceso a
las tarjetas de débito e incluso a las cuentas bancarias, los pagos a través de SMS para facturas,
transacciones entre particulares, etc., han tenido un protagonismo especial. En Nigeria ha ocurrido
algo similar.

Lejos de Kenia y Nigeria, numerosas multinacionales han ido proponiendo sus modelos en torno a
los pagos móviles, con excelentes resultados en muchas situaciones, como arroja el informe
de Bruce Rogers para Forbes, pero en ningún caso logrando una aceptación global ni nacional
tan eficaz como en el caso de Kenia.

Seguimos con África: la agricultura en Ghana se está revolucionando gracias al móvil. El desarrollo
lo forman la operadora local Esoko, en colaboración con la entidad IFPRI y como parte del
programa Food Africa. Los agricultores ghaneses reciben dos veces por semana un mensaje de
texto con el precio de mercado de sus cultivos, semillas, fertilizantes, etc.; así como las variaciones
regionales dentro del país. El resultado: un mercado más competitivo, y prevención ante posibles
engaños relacionados con los precios dada la escasa información. Mientras en cada vez más
países del mundo el SMS está condenado al olvido, en otros suponen una
excelente oportunidad.
Lejos de lo que
podamos pensar, los desarrollos tecnológicos no solo están ligados al mundo más desarrollado. Es
en las regiones más limitadas donde se encuentran los ejemplos más destacados / Imagen: dominio
público (www.splitshire.com)
Otro ejemplo: ¿por qué cada vez nacen más start-ups en Silicon Valley orientadas a “reemplazar a
las madres”? Este último término, que podrá ser más o menos acertado, nació en un artículo de
Business Insider de mayo de 2015 en el que Biz Caron reflexionaba sobre las crecientes start-
ups enfocadas en realizar tareas domésticas solicitándolas desde una app. La causa podría
resumirse en que Silicon Valley está cada vez más poblada por personas que comparten perfil:
jóvenes, poco acostumbrados a lavar la ropa, plancharla, hacerse la comida o limpiar la casa, con
poco tiempo para ello, mucho dinero para pagar a otra persona para que lo haga en su lugar, y una
tendencia perenne a buscar una solución desde su teléfono móvil. Un ejemplo de manual
de tecnología desarrollada respondiendo a necesidades locales.

Uber, paradigma de ese Silicon Valley donde todo se hace desde el smartphone (pedir un coche,
pagarlo, incluso poner la música que sonará por los altavoces del vehículo durante el trayecto) tuvo
que adaptarse cuando llegó a India: por primera vez, comenzó a aceptar dinero en efectivo. ¿Qué
alternativa le quedaba en un país en el que ni las tarjetas de débito son habituales ni las cuentas
bancarias son tan necesarias como en otros lugares?

En Israel se ha creado un ecosistema de  start-ups que muchas otras naciones, a priori mejor
posicionadas para la creación de una malla de empresas innovadoras capaces de
internacionalizarse, no han podido replicar. Una de las claves es que no se encuentran clones de
otras start-ups de renombre. Mientras que en otros países conviven las versiones locales o
regionales de Airbnb, Uber, Foursquare u otras empresas emergentes de relumbrón, en Israel se
apuesta por la originalidad.

El paradigma de la
tecnología al servicio de la cultura lo encontramos en esos ecosistemas de start-ups, originados por
toda una nueva era de necesidades creadas / Imagen: dominio público (www.splitshire.com)
Y volviendo al tema que nos ocupa, ¿qué ha hecho tan especial a Israel en este sentido? Su
ubicación geopolítica le da ventaja: justo en el centro entre el desarrollo y los servicios de países
europeos, la industrialización y el nivel tecnológico de países orientales como Japón, Corea del Sur o
Taiwán, y economías emergentes superpobladas como India y China. Una vez más, el contexto.

Todo esto lo resume bien un estudio sobre cultura y tecnología publicado por Andrew O. Urevbu,
profesor del departamento de psicología de la educación y análisis de planes de estudio en la
Universidad de Benin (Nigeria), que recoge la web de la UNESCO: “¿Cuál es entonces la relación
entre la cultura y la tecnología? La cultura de una sociedad determina la índole (la forma y el
contenido) del desarrollo tecnológico y la evolución de la cultura tecnológica. De ahí que la
tecnología sea una empresa cultural que existe en distintos grados en todas las sociedades”. Más
adelante se refiere a la tecnología como “la aplicación sistemática de varias ramas del saber a
problemas prácticos, los cuales varían de una región a otra, a causa del clima o de la geografía, o
bien de otros factores que rigen el entorno en el que se vive”.

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