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PERELMAN

Tratar de caracterizar este objeto de enseñanza: las prácticas sociales de lenguaje, tratando de
establecer semejanzas o diferencias con otros ODE que han circulado en los diseños
curriculares y, por ende también, en el trabajo escolar.

En los diseños curriculares de PBA se ha planteado un cambio en el ODE. Deja de ser la Lengua
para ser las Prácticas del Lenguaje.

Según Bautier, legitimar las Prácticas del Lenguaje como objeto de enseñanza es un modo de
encarnar el proyecto de democratizar el acceso al conocimiento. Si están ausentes estas
prácticas en los diseños curriculares, si no están en el centro de la escena escolar, si los
sistemas educativos no asumen la responsabilidad de crear las condiciones para que los
alumnos se apropien de ellas, las consecuencias son la reproducción de las desigualdades
sociales relacionadas con el dominio de la lectura y escritura, que van a seguir siendo
patrimonio exclusivo de aquellos que nacen y crecen en medios letrados.

Profundizar en la decisión del cambio de objeto de enseñanza y porque esta decisión se


relaciona con el proyecto de democratizar el acceso al conocimiento. Distinguir de qué objeto
estamos hablando cuando se plantea enseñar legua, presentar las transformaciones que sufre
este objeto cuando se incorpora en las aulas el enfoque comunicativo de la enseñanza y
finalmente desentrañar cuales son los presupuestos que subyacen a la decisión de tomar como
ODE las Prácticas sociales del lenguaje y qué desafíos supone.

Cuando el objeto es la lengua, la podemos definir como objeto teórico que siempre constituye
un intento de conceptualizar lo que es homogéneo en las distintas manifestaciones del
lenguaje. Se concibe como un sistema de signos que tienen valores abstractos.

Cuando el objeto de enseñanza es la lengua, el eje está puesto en la gramática. La gramática


trata de formalizar y describir el sistema de lengua mediante una idealización o abstracción
que elimina las diferencias y variaciones del lenguaje. Por asimilación a esta manera de
producir conocimiento en la escuela, cuando se toma lengua como objeto de enseñanza, se
tiende a presentar como contenidos elementos lingüísticos abstractos.

Se selecciona en el curriculum los aspectos descriptivos y normativos que van a ser el eje del
de la lengua, y la función del docente es enseñar gramática: tomando como unidad de análisis
la oración y la palabra, y centrándose básicamente en el análisis sintáctico y morfológico. Se
tiende a enseñar estructuras generales aplicables a cualquier contenido. Se pone el acento en
tipificarlos o clasificarlos y se deja de lado cómo funciona el lenguaje en sus contextos de
circulación y producción.

Hasta podemos decir que los temas gramaticales se consideran como más contenidos si son
universales, si son comunes a toda situación, incluso en todas las lenguas, si puede traducirse
en estructuras vacías.

La práctica usual de las teorías gramaticales así como la tradición escolar, intentan eliminar lo
diferente, lo heterogéneo, lo diverso porque trabajan por abstracción.
Esto hace que la lengua que se transmite en la escuela sea finalmente la lengua dominante,
monolítica, inmodificable y asocial. Lo único que puede hacer la escuela es describir el sistema,
enseñar la normativa, hacer análisis sintáctico y morfológico.

El ingreso en la escuela de estas teorías trajo un divorcio entre este enseñar lengua, esta
sistematización de los contenidos lingüísticos y la lectura y redacción. Se trataba de temas
distintos: leer es leer en voz alta y también responder preguntas de comprensión en forma
gramatical y ortográficamente correcta; redactar es escribir narraciones o descripciones según
temas dados en la escuela, respetando también las normas de la lengua.

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