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SÍNDROME MENÍNGEO

Tema: Síndromes del sistema nervioso


Sumario: Síndrome meníngeo. Concepto. Mecanismo de producción o fisiopatología.
Diagnóstico, importancia del estudio del líquido cefalorraquídeo. Semiodiagnóstico.
Objetivos: 1. Definir en qué consiste el síndrome meníngeo.
2. Explicar en qué consiste su mecanismo de producción.
3. Describir las bases para su diagnóstico.
4. Mencionar las alteraciones fundamentales del líquido cefalorraquídeo y sus
implicaciones.
5. Enumerar las causas más importantes de este síndrome.

Concepto: Se denomina síndrome meníngeo al conjunto de síntomas y signos producidos


como consecuencia de la invasión o agresión aguda de las meninges cerebroespinales por
algún proceso patológico, generalmente infeccioso.
Es importante aclarar que en el pasado, cuando se hacía referencia al síndrome meníngeo
de causa infecciosa, de hacía referencia a los términos meningitis y encefalitis como
procesos independientes, pero hoy en día se prefiere utilizar el término meningoencefalitis
de forma genérica por considerar que es muy poco probable que se afecten sólo las
meninges sin que participe el encéfalo y viceversa. Por otro lado se habla de
meningoencefalitis primarias cuando el agente infeccioso, procedente de un foco evidente
o no, ataca directamente las meninges, mientras que se reserva el término de
meningoencefalitis secundarias cuando el proceso causal es principalmente de tipo
inmunoalérgico, como veremos más adelante.
Desde el punto de vista terminológico, en ocasiones se utiliza el término reacción
meníngea para definir el cuadro de un síndrome meníngeo aséptico, producido por
irritación de las meninges por una punción lumbar o por la realización de una
neumoencefalografía, el cual muestra ligeras alteraciones del líquido cefalorraquídeo
(LCR), mientras que se reserva el término de meningismo para nombrar al síndrome
meníngeo ligero, donde no existe infección y en el que no hay alteraciones del LCR. A
reserva de lo anterior, en la práctica médica, ambos términos suelen emplearse
indistintamente.
Mecanismo de producción: Es importante dejar claro que la condición indispensable para
que se produzca un síndrome meníngeo, es que exista una inflamación meníngea de
cualquier etiología capaz de generar irritación de las raíces raquídeas, la cual es la
causante de la mayoría de las manifestaciones clínicas del síndrome (cuadro 1)

SÍNDROME
SÍNDROM E MENÍNGEO. FISIOPATOLOGÍA
FISIOP ATOLOGÍA

TRAUMATISMOS
Y QUÍMICOS
INFECCIÓN IRRITACIÓN POR
SANGRE

INFLAM ACIÓN DE LAS


MENINGES

IRRITACIÓN DE LAS RAÍCES


RAQUÍDEAS

CONTRACTURAS
MUSCULARES

Cuadro 1: La inflamación de las meninges es la base de la fisiopatología del


síndrome meníngeo.

Como se puede apreciar, pocas son las condiciones capaces de desencadenar la producción
de un síndrome meníngeo, en la práctica médica se resumen tres tipos fundamentales:
a) Las infecciones, reconocidas como las causas más frecuentes.
b) El sangramiento en el espacio subaracnoideo, que ocupa el segundo lugar.
c) La inflamación traumática o química, mucho menos frecuente.
En cualquiera de los tres casos, como consecuencia de una infección, de la presencia de
sangre, o de un trauma o sustancia química como el yodo en el espacio subaracnoideo, se
produce una inflamación de las meninges, las cuales, como rodean las raíces raquídeas, son
capaces de irritarlas haciendo que cualquier movimiento que cause tironeamiento de las
mismas sea extraordinariamente doloroso, siendo esta la causa de que se produzcan
contracturas musculares del raquis, que en definitiva son las que generan las alteraciones
que podemos encontrar al examen físico ( rigidez nucal, signo de Kerning, etc.).
Diagnóstico: Como ya se ha explicado en relación con otros síndromes, el diagnóstico se
basa los antecedentes y las manifestaciones clínicas (cuadro 2), a lo cual se incorpora la
inestimable ayuda que brindan los medios de diagnóstico, principalmente el estudio del
LCR.

SÍNDROME
SÍNDROM E MENÍNGEO. DIAGNÓSTICO

ANTECEDENTES: - CEFALEA CRÓNICA


- INFECCIÓN RESPIRATORIA
- INYECCIÓN DE AIRE O CONTRASTE

CUADRO CLÍNICO

CONTRACTURA EVIDENTE OPISTÓTONOS


GATILLO DE FUSIL

MANIOBRA DE LEWINSON
RIGIDEZ NUCAL
CONTRACTURA SOLAPADA KERNING
BRUDZINSKI

FIEBRE
CEFALEA
OTROS SÍNTOMAS
VÓMITOS
CONVULSIONES

Cuadro 2. Los antecedentes del paciente y las manifestaciones clínicas encontradas


son de inestimable valor en el diagnóstico del síndrome meníngeo.

Los antecedentes obtenidos en el interrogatorio del paciente o sus familiares tienen una
gran importancia. El dato de una infección respiratoria en los días previos nos pone sobre
aviso (sobre todo en los viejos), sobre la posibilidad de una infección del sistema nervioso
central por una bacteria como el neumococo. En el caso de tratarse de un enfermo con
cefalea crónica, ello nos da la clave sobre la existencia de un aneurisma o un tumor, los
cuales con frecuencia sangran. Obviamente, cuando obtenemos el dato de la realización
previa de una neumoencefalografía o una mielografía, la causa del síndrome meníngeo en
cuestión estará clara para nosotros. No obstante, con cierta frecuencia no existe un
antecedente de consideración que nos aclare la posible causa del síndrome meníngeo,
correspondiendo entonces un papel protagónico a los medios diagnósticos.
Los hallazgos al examen físico de un enfermo con síndrome meníngeo son bastante
específicos, y como planteamos al inicio, se basan fundamentalmente en las maniobras para
evidenciar la contractura muscular dolorosa. En los enfermos con una intensa contractura
evidente debida sobre todo a la falta de atención médica en los estadíos iniciales (lo cual no
es frecuente en nuestro país), el hallazgo de posiciones como el opistótonos y la posición en
gatillo de escopeta pueden comprobarse. Sin embargo, lo más frecuente es que tengamos
necesidad de evidenciar la contractura solapada mediante maniobras como la de Lewinson,
la cual consiste en pedirle al paciente que trate de llevar su barbilla al pecho; cuando existe
contractura, el enfermo tendrá que abrir la boca para lograrlo. Otras maniobras para
evidenciar la rigidez simple de la nuca, y las maniobras de Kerning y Brudzinski positivas
serán definitorias para tener la certeza de que estamos ante un enfermo con un síndrome
meníngeo.
Por último, debemos insistir en que junto con las manifestaciones clínicas dependientes de
las contracturas musculares, existen síntomas y signos que con elevada frecuencia
acompañan al cuadro de un síndrome meníngeo. Existe una tríada clásica, sobre todo en
casos de meningoencefalitis, constituida por la fiebre, la cefalea y el vómito. La fiebre del
síndrome meníngeo no tiene características distintivas, pero debemos decir que casi nunca
falta, aún en los casos que no tienen una etiología infecciosa. La cefalea es un síntoma
prácticamente obligado, la misma es total, continua, y con frecuencia se incrementa cuando
el enfermo baja la cabeza. El vómito también es frecuente, y aunque puede no poseer
características distintivas, con cierta frecuencia no es precedido de náuseas, lo cual es
característico del vómito de origen central. En casos severos el vómito posee la típica
característica que permite nombrarlo como vómito en proyectil. Aunque con menor
frecuencia, pueden aparecer convulsiones debidas a la irritación de la corteza motora por el
proceso causal y/o a edema cerebral concomitante, el cual ensombrece el pronóstico de los
enfermos afectados.
Por último, debemos recordar que en ocasiones el proceso causal aporta sus
manifestaciones clínicas al cuadro de un síndrome meníngeo, y como ejemplo podemos
citar que en caso de que exista una neumonía o bronconeumonía, los síntomas respiratorios
estarán presentes.
Pero habíamos dicho que los medios diagnósticos son de inestimable ayuda, sobre todo
para identificar la naturaleza del proceso causal del síndrome meníngeo (cuadro 3). Existen
algunas investigaciones inespecíficas o generales que son de un gran valor. Entre ellas
tenemos:
a) Estudios inespecíficos: El hemograma casi siempre pone de manifiesto una
leucocitosis (la mayoría de las veces con neutrofilia), y una velocidad de
sedimentación globular (VSG) acelerada. El hemocultivo puede ser de inestimable
ayuda para identificar el germen causal, al igual que las pruebas serológicas para
leptospira, meningococo, HIV, etc.
b) Estudios imagenológicos: La TAC tiene una elevada especificidad para el
diagnóstico de hemorragia sub aracnoidea (HSA), pero todos ellos son de una gran
importancia en el diagnóstico de procesos expansivos intracraneales como los
tumores, abscesos, aneurismas, etc.
c) Estudio del líquido cefalorraquídeo: Esta es la investigación más importante en un
paciente con un síndrome meníngeo, toda vez que brinda una información de
inestimable valor que nos permite llegar a una serie de conclusiones sobre la
etiología del síndrome meníngeo. El nombre de la investigación es “estudio cito
químico del líquido cefalorraquídeo”, aunque luego de obtenida la muestra de
este líquido mediante la punción lumbar, se pueden indicar otros estudios del mismo
como son los cultivos, coloración de Gram., pruebas serológicas para diversos tipos
de gérmenes, etc. Mediante la punción lumbar se puede medir (o inferir por la
rapidez del goteo), si la presión del LCR está aumentada como es frecuente en las
HSA y en las meningoencefalitis bacterianas. El aspecto del mismo, observado por
el médico que realiza la punción lumbar, es de suma utilidad, y así tenemos que
cuando el líquido es como agua de arroz, se pueden sospechar la meningoencefalitis
viral y la tuberculosa. Si el líquido es muy turbio (purulento), entonces el proceso
puede ser consecuencia de una meningoencefalitis bacteriana. En cambio, cuando el
líquido es como “agua de melón” o francamente hemorrágico, el planteamiento de
HSA se impone. Una vez que recibimos los resultados del análisis cito químico
realizado en el laboratorio, debemos prestar atención a tres parámetros
fundamentales:
1. Las proteínas: Que generalmente están elevadas por encima de 45 Gr% en las
meningoencefalitis y tumores.
2. La glucosa: La cual, clásicamente disminuye mucho en las
meningoencefalitis bacterianas.
3. Las células: Las cuales están aumentadas en todas la meningoencefalitis, y
en dependencia del tipo de células que predomine, es posible inferir el tipo
de agente causal, por ejemplo, cuando las células están muy aumentadas a
predominio de polimorfos nucleares, entonces se debe pensar en las
meningoencefalitis bacterianas, mientras que si el predominio es de
linfocitos, entonces la sospecha recae sobre la meningoencefalitis viral y
tuberculosa.

SÍNDROME
SÍNDROM E MENÍNGEO. MEDIOS DIAGNÓSTICOS

a) EX ÁMENES INESPECÍFICOS:
EXÁMENES INESPECÍFICOS
- HEM OGRAM A Y VSG
- HEM OCULTIVO
- PRUEBAS SEROLÓGICAS
b) EXÁMENES IMAGENOLÓGICOS:
IMAGENOLÓGICOS
- TAC
- RM N
- Rx DE CRÁNEO
- ARTERIOGRAFÍAS
c) ESTUDIO CITOQUÍMICO
CITOQUÍMICO DEL LCR:
LCR

AGUA DE ARROZ ( M E VIRAL Y TB)


ASPECTO PURULENTO O TURBIO (M E BACTERIANA)
HEMORRÁGICO O XANTOCRÓMICO (HSA)

PRESIÓN AUM ENTADA M ÁS DE 12-15 CM DE AGUA


PROTEÍNAS AUM ENTADAS MÁS DE 45 GR/L
GLUCOSA DISMINUYE EN M E BACTERIANAS
CÉLULAS AUM ENTAN EN LAS ME

Cuadro 3. Medios de diagnóstico utilizados en un síndrome meníngeo.


El estudio del LCR es de la mayor importancia.

Semiodiagnóstico: Durante la exposición hemos hecho referencia a distintos


semiodiagnósticos a tener en cuanta en el síndrome meníngeo, no obstante, precisaremos
algunas especificidades sobre los mismos, las cuales se recogen en el cuadro 4. Es
importante señalar que de forma general, cada vez que nos enfrentemos a un paciente con
un síndrome meníngeo, debemos recordar que en la inmensa mayoría de los casos, las
causas responsables del mismo están incluidas en una de dos categorías:
a) Infecciones del sistema nervioso central.
b) Hemorragia subaracnoidea.
Veamos a continuación estos aspectos en más detalle según nos muestra el cuadro.

SÍNDROM E MENÍNGEO. SEMIODIAGNÓSTICO

NEUMOCOCO, M ENINGOCOCO
M ENINGOENCEFALITIS BACILO TB, ESPIROQUETAS
PRIMARIAS
P RIMARIAS HEMÓFILO, HONGOS
PROTOZOARIOS

SARAMPIÓN
M ENINGOENCEFALITIS
VARICELA
SECUNDARIAS
S ECUNDARIAS POST-VACUNALES (RABIA, VIRUELA)

RUPTURA O FISURA DE ANEURISMAS


HEMORRAGIA TRAUMÁTICAS
SUBARACNOIDEA HIPERTENSIVAS
TUMORES

Cuadro 4. Resumen de los semiodiagnósticos de un síndrome meníngeo.

Observemos que las meningoencefalitis primarias ocupan el primer lugar, y éstas pueden
estar producidas por múltiples microorganismos, los más frecuentes son los neumococos,
meningococos, hemófilos, bacilo tuberculoso, y algunas espiroquetas, hongos y
protozoarios. Como causas de meningoencefalitis secundarias (recordar que se deben a un
mecanismo de hipersensibilidad), tenemos al sarampión, varicela y a los estados post-
vacunales como sucede con las vacunas antirrábica y antivariólica.
Las hemorragias subaracnoideas (HSA) constituyen otra causa frecuente de síndrome
meníngeo en la práctica médica; las mismas pueden deberse a ruptura o fisura de
aneurismas intracraneales, hipertensión arterial, traumatismos, y sangramiento de tumores.
Queremos insistir en el hecho de que ante un síndrome meníngeo, el médico práctico debe
suponer que está en presencia de una infección del sistema nervioso central o una
hemorragia subaracnoidea hasta que se demuestre lo contrario.
A continuación, como colofón, una foto del órgano que más se afecta cuando se produce un
síndrome meníngeo: el cerebro, y un esquema de las meninges que recubren al mismo.
Todo el daño que producen enfermedades como las señaladas, se concentra en este órgano,
y de ahí la elevada mortalidad de algunas de ellas.

CORTE DE LAS MENINGES

MEMBRANAS QUE RECUBREN


EL ENCÉFALO

Profesor: Dr. Rolando Teruel Ginés.

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