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Editorial

Con octubre inicia el último trimestre de este año, marcado por la pandemia de
Covid-19 y sus secuelas en la salud, pero también en la economía y otros ámbitos.
Y si bien la segregación que la emergencia sanitaria ha supuesto para una parte
importante de la población se ha traducido en modificaciones de las relaciones
sociales y las normas de convivencia, no ha sido obstáculo para el desarrollo de
actividades políticas ni ha representado un freno eficaz a la violencia en todas sus
expresiones.
Uno de los ámbitos en los que la violencia sigue presente es en el del abuso
contra las mujeres, expresado en golpes, hostigamiento y violaciones sexuales,
pero también en la conculcación de sus derechos legales y laborales, en el acceso
a la educación y un interminable etcétera.
Pese al encierro, las mujeres siguen luchando por la preservación de los espacios
que les permiten elevar su voz y se manifiestan con expresiones cuyos rasgos
característicos van desde el montaje de coreografías con temas referidos a su
lucha y la adopción de los pañuelos verdes como símbolo de su respaldo al
derecho que tienen a decidir sobre sus cuerpos y a que no se persiga ni penalice a
quienes se ven en la necesidad de interrumpir el embarazo hasta algunas
expresiones de abierta confrontación, en el caso de un grupo de jóvenes que se
presentan encapuchadas y vestidas de negro, que se identifican como
anarquistas, y con ello asignan la etiqueta de violentos a quienes comulgan con
alguna de las variantes de esta antigua corriente política.
Al respecto, en este número publicamos el ensayo de Fernando I. Salmerón
Castro Los anarquistas europeos en los orígenes de un movimiento social, en el
que el autor analiza las características de la versión europea más extendida de
este movimiento.
Cabe apuntar que el anarquismo —una corriente amplia y diversa como pocas—,
tuvo exponentes destacados en América, como Henry David Thoreau,
representante del llamado anarquismo individualista que floreció en Estados
Unidos durante la primera mitad del siglo XIX, o los hermanos Ricardo y Jesús
Flores Magón, en México, a principios del siglo XX, cuya militancia en esta causa
estuvo fuera de toda duda, pero orientaron su lucha hacia la satisfacción de las
demandas sociales de tierra, libertad y derechos individuales, que quedaron
plasmadas en la Constitución de 1917.
Asimismo, incluimos un artículo de Rodolfo Martínez Martínez, en el que reflexiona
sobre la relación entre anarquismo y violencia que algunos quieren hacer parecer
como sinónimos.
Este mes también se conmemora el llamado descubrimiento de América por parte
de Cristóbal Colón, quien arribó a este continente el 12 de octubre de 1492. Al
respecto, Alberto XXXXX se cuestiona si hay algo que festejar en el llamado Día
de la Raza y nos ofrece sus reflexiones en torno a la conjunción de dos mundos
que se dio a partir de ese momento.
Agradecemos sinceramente la preferencia de nuestros lectores y hacemos votos
porque el contenido de este número de Diversidad Cultural esté a la altura de sus
expectativas.

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