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LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA EN EL DESARROLLO DE LOS

NIÑOS

Los libros son un pilar fundamental en el desarrollo cognitivo y emocional de


los más pequeños. Embarcarse en la lectura desde la infancia no solo
proporciona deleite y placer, sino que aporta una magnífica herencia cultural,
científica y literaria. Es un transporte de lo más efectivo, que nos acerca a nuevos
e interesantes mundos.

La lectura es un maravilloso proceso interactivo en el que se establece una


importante relación entre el texto y el lector que contribuye al desarrollo de las
áreas cognitivas del cerebro y el desarrollo emocional. La importancia de adquirir
este hábito desde edades tempranas se basa en sus beneficios a la hora de
estudiar, adquirir conocimientos y la posibilidad de que los niños/as experimenten
sensaciones y sentimientos con los que disfruten, maduren y aprenden, ríen y
sueñen.

El problema es que
hoy en día la
digitalización ha
influido en muchas
ocasiones de forma
negativa en la lectura,
no solo para los niños.
A menudo es
frecuente ver a los
niños entretenerse con
tablets o smartphones
desde una edad muy
temprana, antes
incluso de que
aprendan a leer o a
escribir. Independientemente de la conveniencia o no de este hábito, es
importante aprovechar esta etapa en la que están ávidos de recibir información
para despertarles esa curiosidad innata mediante la lectura de un libro. Por
ejemplo, leyéndolo para ellos.

La lectura en el desarrollo de los niños: Principales beneficios


Entonces, ¿cuáles son los beneficios de la lectura desde la infancia? El
primero, y más evidente, es favorecer que los niños sean buenos lectores en el
futuro.

En todas las edades la lectura es un vehículo de comunicación que implica una


serie de ventajas en el desarrollo del menor, incluso antes de que aprendan a
hablar, la lectura se puede presentar mediante dibujos e ilustraciones.

La lectura ayuda a expandir la capacidad de atención de los niños/as y a mejorar


su capacidad de pensar con claridad, ya que las historias y su estructura de
“principio, nudo y desenlace” ayudan a sus cerebros a pensar en orden y a
vincular causas, efectos y significados.

Asimismo, disfrutar de un libro desde pequeños favorece el aprendizaje de


palabras – complejas y no complejas- con mayor rapidez, mejora su comprensión,
la ortografía, la expresión, la redacción, ejercitan su cerebro y estimulan
enormemente su creatividad e imaginación. Esto les permite leer en voz alta con
mayor seguridad y tener un excelente desempeño escolar.

Igualmente, si un niño/a se adentra en las aventuras que un libro le proporciona,


aumenta, sin duda, los niveles de atención, de memoria y concentración,
adquiriendo la capacidad de escuchar y entender lo que se les dice con mayor
eficacia.

Además, es evidente que la lectura permite dejar volar la imaginación, transportar


al pequeño a nuevos mundos, escalando evolutivamente en la capacidad creativa,
haciéndolo, al mismo tiempo, más consciente de sus propias emociones y
mejorando la empatía hacia los demás.

Cuando los peques leen bien, incrementan su aprendizaje activo y surge un


potencial bastante grande en el futuro de su desarrollo, consiguiendo que se
fomente su autonomía y su implicación en su propio proceso de aprendizaje.

La lectura incentiva en ellos/as el interés por diferentes áreas, como naturaleza,


historia o arte, ayudándoles a descubrir su vocación en una edad temprana.

¿Cómo podemos actuar los padres, tutores, monitores y educandos para


fomentar la lectura en la etapa infantil?

En muchas ocasiones, tanto niños/as como adolescentes suelen asociar la lectura


con el trabajo, generando fuertes deficiencias lectoras y en el dominio de la
lengua. Está en nuestras manos la importante labor de enseñarles su vital
importancia y de que conozcan sus ventajas.

A pesar de que antiguamente eran las escuelas las encargadas de fomentar la


lectura en la etapa infantil, hoy en día este rol involucra a más agentes del
entorno del niño para incrementar los efectos de esta gran labor.

Consejos para fomentar la lectura en los niños

Antes de que lo mande la escuela como obligación, trata de que el contacto con el
libro sea algo más natural.

 Predicando con el ejemplo: Los niños aprenden por imitación y viendo a


los adultos leyendo puede alimentar su curiosidad.
 Incluir en sus regalos de navidad o cumpleaños al menos un libro.
 Establecer un momento para compartir una lectura con ellos/as. Basta
con leer unos 15 minutos al día.
 Crea un ambiente propicio. Es recomendable adaptar un rinconcito
especialmente destinado a la lectura, por ejemplo, en el sofá junto a una
lamparita, sobre una manta o incluso algo que ellos mismos elijan.
 Presentar la lectura como una acción divertida y no por obligación.
 Trata de que el niño y la niña participe en la lectura para animarles a
prestar atención: hazle preguntas sobre qué le parece cierta parte de la
historia o sobre cómo podría haber terminado. Es importante que nos den
su opinión respecto a las cuestiones más complejas que involucran a los
personajes de las historias, de sus decisiones y sobre cómo deberían
actuar en función de propios los valores que le inculcamos en casa.
 Descubre con ellos/ellas el tipo de libros que más les atraen. Es
conveniente que, conforme vayan creciendo y avanzando en la lectura,
vayan experimentando los diferentes géneros literarios para que tengan una
mejor perspectiva de lo que les gusta leer.

Por otra parte, si el pequeño ha comprendido correctamente la lectura podemos


recompensarle proponiéndole juegos tras la lectura o hacer que dibuje lo que ha
asimilado de la historia.
FASES DEL DESARROLLO DE LA LECTURA EN UN NIÑO

Etapa logográfica

El niño reconoce la palabra como una unidad entera, aunque no sabe leerla ni
descifrarla. Sucede igualmente cuando un adulto observa una palabra latina o en
alfabeto cirílico (ruso) o similares (griego, etc).

Etapa pre-alfabética

El niño reconoce una palabra (conoce su significado) no leyéndola mediante la


conversión de las letras a sus correspondencias fonéticas (sonoras), sino que
“leen” las palabras recordando la forma que tiene, como si se tratase de un dibujo.

Depende de la longitud de las palabras, si tiene muchos trazos hacia arriba o


abajo ( f-y ), si tiene una mayúscula (cómo su nombre propio) etc.

Etapa parcialmente alfabética

El niño está en plena fase de aprendizaje de la lengua, mediante la consolidación


de las equivalencias fonéticas (el equivalente de cada letra a su sonido propio)
para leer la palabra mediante el sonido que generan. Se observa comúnmente que
el niño silabea en voz alta para escuchar la palabra.

No obstante, ya que no tiene soltura, suele prestar más atención a las primeras y
últimas sílabas para “adivinar” la palabra y ahorrar el esfuerzo de leerla toda.

Etapa alfabética completa

Sucede cuando el niño conoce bien todas las equivalencias fonéticas de las
letras y sílabas que forman la palabra y puede realizarlas con cierta rapidez,
ahorrando esfuerzo y ganando velocidad en la lectura.

A continuación, aprenderá la gramática mediante la comparación entre la forma en


que están escrita las frases y cómo se dicen correctamente en el lenguaje
hablado, hasta que mediante su relectura pueden autocorregirse.

Etapa alfabética consolidada

Es la culminación de las anteriores etapas, cuando el niño es plenamente


autónomo para la lectura, y tiene capacidad para leer entendiendo lo escrito,
su contexto, reteniéndolo en la memoria y disfrutando con la lectura.

La conversión entre grafemas y fonemas (entendida como el paso de la


representación escrita del sonido  – palabra- al recuerdo concreto del sonido a que
equivale cada letra/vocal) es automática e inconsciente.
 

Todas estas etapas se desarrollan al mismo tiempo que crece al niño (siempre
que esté escolarizado) y aunque son imprescindibles, es posible tan posible
“pararse” totalmente en una etapa como avanzar en todas arrastrando carencias y
errores de base que dificultan la lectura.

No obstante, es difícil pararse en una única etapa, ya que los subprocesos que las
conforman se producen y relacionan entre los distintos procesos de lectura.
ESTRATEGIAS DE LA LECTURA
Las Estrategias de Lectura, como su nombre lo dice, son varias actividades que
realizamos mientras leemos y nos ayudan a comprender lo leído para poder
obtener la información que buscamos, interpretar los textos y disfrutar de la
lectura. Entonces, quien aplica las estrategias de lectura es quien lee para sí
mismo, pero nos corresponde mostrar a los alumnos las estrategias que usa un
lector o escritor experimentado, para localizar información puntual en cualquier
texto y hacer deducciones e inferencias que permitan una mejor comprensión de
lo leído.

Hay muchas estrategias de lectura, pero nos enfocaremos en las Estrategias


Básicas de Lectura (presentadas con mayor claridad en los programas de estudio
de Español de primaria 1993), explicando cómo aplicarlas cuando leemos para, y
con los niños, para que se apoderen de ellas y que cuando les corresponda leer
las utilicen con naturalidad.
Muestreo.
Es cuando tomamos partes de la información que tenemos (palabras, imágenes o
ideas) que funcionan para lograr la comprensión de las demás partes. Esta
estrategia está muy relacionada con la predicción e inferencia pero no se limita a
ellas.
Las mejores muestras que podemos tomar son el título y los subtítulos. Ellas nos
pueden indicar, en gran medida, si la información que buscamos estará en ese
párrafo o texto. En caso de no haber comprendido la información, son estas
muestras las que nos podrán “centrar” en el tema.
Algunas formas de promover la adquisición de esta estrategia son:

 Decirles el título del libro a leer y promover que los niños inventen una
historia a partir de él.
 Leerles un texto y pedir que le pongan título.
 Leerles frases o textos que sólo contengan sustantivos y verbos y dejar que
ellos complementen, con palabras de su elección, sin perder el sentido.
 Al aparecer una palabra desconocida por ellos, pedirles que traten de
definirla considerando lo demás que hay escrito en torno a esa palabra.
 Saltarse partes del texto y hacer preguntas para llenar la información que
falta.
 Leerles noticias y rescatar los datos principales.

Predicción.
Simplemente es suponer y decir lo que sucederá después, para esto, al leer nos
apoyamos en el conocimiento previo que tenemos del mundo. Esta estrategia nos
permite “saber” el final de una historia, la lógica de una explicación, la continuación
de una carta, etcétera, antes de conocerlos.
Cuando leemos predecimos naturalmente por tres razones: porque siempre
estamos más interesados en lo que pasará que en lo que esta pasando, porque
hay varias formas de interpretar la información que estamos recibiendo, y porque
predecir nos permite escoger una opción entre varias posibles.
Cuando leemos para niños debemos:

 Hacerles preguntas para averiguar qué conocimientos previos tiene del


tema.
 Preguntarles acerca de experiencias relacionadas con lo que se les está
leyendo.
 Hacerles preguntas de lo que creen que pasará y pedirles que lo justifiquen.
 Pedirles que describan a los personajes o los lugares (sin haber visto
imágenes).
 Hacer pausas antes de terminar la frase que estamos leyendo para que
ellos la terminen.
 Mostrarles secuencias de imágenes y pedirles que las ordenen y expliquen
su secuencia.
 Darles imágenes sin relación y pedirles que hagan una historia con ellas.

Anticipación.
Esta estrategia está muy relacionada con la predicción, pero sin necesidad de
justificación. Aunque el lector no se lo proponga, mientras lee va haciendo
anticipaciones, pueden ser al esperar que la frase termine con alguna palabra, al
darle un significado al tema.
Las anticipaciones de los niños serán más precisas mientras más información
tengan sobre los conceptos relativos a los temas, al vocabulario y a la estructura
del tipo del texto que lee.
Además de las sugerencias que sirven para favorecer la Predicción, también se
puede:

 Hacer una pausa cada que en la lectura aparece un verbo transitivo (llevar,
cargar, conseguir) y pedir que ellos la terminen.
 Enseñarles la imagen siguiente y sugerir que continúen con la historia.
 Preguntarles qué creen que pasará después.

Confirmación y Autocorrección.

Las predicciones y anticipaciones que hace un lector, generalmente son acertadas


y coinciden con lo que realmente aparece en el texto. Es decir, el lector las
confirma al leer. Sin embargo, hay ocasiones en que las predicciones o
anticipaciones son incorrectas. Aquí es donde interviene la confirmación y
autocorrección.
Las sugerencias para favorecer esta estrategia en los niños a quienes leemos son:

 Pedirles que hagan predicciones y anticipaciones para después


confirmarlas en la lectura.
 Preguntarles qué diferencias hay entre lo que ellos creían que pasaría y lo
que pasó.

Inferencia.
Es el hecho de suponer las causas de lo que se ha dicho o leído, basándose en
los conocimientos previos que se tienen del mundo. También implica unir o
relacionar las ideas que hay entre los párrafos del texto e incluso entre textos. Otra
forma de inferir es dar sentido adecuado a palabras y frases que tienen más de un
significado o a palabras desconocidas.
Inferir es ser capaz de interpretar lo que está escrito.
Al leer para niños es conveniente que detengamos la lectura para pedirles que nos
explique:

 Las razones de los hechos.


 Las causas de lo que los personajes sienten.
 El razonamiento detrás de lo que los personajes deciden.

Monitoreo.
Consiste en evaluar la comprensión que se va alcanzando durante la lectura,
lo que conduce a detenerse y volver a leer o a continuar encontrando las
relaciones de ideas necesarias para la creación de significados.
Para favorecer el uso de esta estrategia se pueden realizar actividades, durante y
después de la lectura, que nos permitan determinar:

 La atención que se ha prestado a la lectura.


 Las ideas que se formularon a partir del texto.
 La comprensión de la secuencia de hechos.
 El recuerdo de los detalles.

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