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ESTUDIANTES:
1. ¿Qué es el precio?
Deriva del latín pretium que en su acepción general y jurídica no es más que el monto
pecuniario en que se estima el objeto de un contrato o también la fijación convencional
del valor económico del bien materia de venta. Rezzónico expresa que: “El precio
constituye la causa-fin de la obligación que contrae el vendedor, de transferir al
comprador la propiedad de la cosa que le vende, así como la cosa vendida constituye la
causa-fin de la obligación que contrae el comprador, de pagarle el precio”.
Por su parte Kaune Arteaga anota que el precio: “Es otro de los objetos de la
compraventa, que consiste en una suma de dinero que debe pagar el comprador al
vendedor, a cambio del derecho de propiedad que recibe”. Definir el precio en el contrato
de compraventa no es sencillo como podría parecer, pero se considera que es el objeto
de la principal prestación del comprador, consistente en transferir la propiedad del dinero
a cambio de la obligación del vendedor de transferir la propiedad del bien objeto de
venta.
Según nuestra normativa, dice Gutiérrez Camacho el precio la compraventa presenta los
requisitos siguientes: a) Es la contraprestación por la traslación de la propiedad y, b)
hade tener siempre una expresión dineraria. Por lo tanto, el precio es uno de los
elementos calificantes de la compraventa, lo que precisamente lo diferencia de otras
figuras contractuales.
En resumen, nada impide que un negocio jurídico pueda celebrarse en otras formas, en
tales casos son plenamente eficaces, sin embargo, no habrá compraventa por falta del
precio en dinero que es el elemento esencial, sin el cual la compraventa resulta nula.
En lo atinente a los títulos valores o títulos de crédito, éstos son instrumentos que
permiten agilizar el tráfico comercial, materializados en documentos que representan o
incorporan derechos patrimoniales que están destinados a la circulación y reúnen los
requisitos formales esenciales exigidos por la Ley N° 27287. Si bien lo más frecuente es
que los títulos valores se representan a través de soportes materiales como ocurre con
la letra de cambio, el cheque, el pagaré, la factura conformada, etc.; también pueden
representarse mediante anotaciones en cuenta, y/o registrado en una Institución de
Compensación o Liquidación de Valores, lo cual implica su previa desmaterialización,
como sucede con las acciones de una sociedad abierta, los bonos, los papeles
comerciales, etc.
Puede ocurrir, entonces, que el bien materia de compraventa sea pagado mediante la
entrega de títulos valores como letras de cambio, cheques, pagarés, certificado bancario
en moneda nacional o extranjera normadas por la Ley de Títulos Valores, en cuyo caso
es de aplicación el artículo 1233, según el cual, la entrega de títulos valores que
constituyen órdenes o promesas de pago, sólo extinguirá la obligación primitiva cuando
hubiesen sido pagados o cuando por culpa del acreedor se hubiesen perjudicado, salvo
pacto en contrario. Entre tanto la acción derivada de la obligación primitiva quedará en
suspenso.
Los requisitos del precio son tres: precio en dinero, precio serio y precio determinado o
determinable.
1) Precio en dinero.- El primer requisito del precio es que éste sea necesariamente en
dinero o signo representativo del valor de los bienes, que sirve de medio de pago en el
contrato de compraventa, en tal sentido, desde el punto de vista económico sus
funciones son: a) Como unidad de medida del valor económico que se atribuye a los
bienes y, b) Como instrumento de intercambio de bienes y servicios
Al abordar el tema sobre la doctrina jurídica se ha expuesto dos criterios sobre el precio:
Uno, que sostiene que el precio debe consistir necesariamente en dinero y, otro, según
el cual el precio puede consistir además del dinero en un signo que lo represente.
También ha quedado debidamente establecido que estos criterios no se oponen, sino
que el segundo complementa al primero y, desde luego, puede celebrarse la
compraventa tanto en moneda nacional como extranjera.
2) Precio serio y justo.- Llamado también precio real, es el convenido por las partes con
seriedad que, según Salvat, quiere decir precio real, efectivo y conocido; esto es, precio
veraz y ajustado con la verdad real. El precio deja de ser serio en dos casos: a) Cuando
es simulado o ficticio y. b) Cuando es irrisorio o vil.
Por eso, si el precio no se determina en una cantidad de dinero que sea cierta, precisa o
si no se señalan las bases con arreglo a las cuales pueda llegar a saberse cuál es la
cantidad, no hay contrato, pues en tal hipótesis se ignora el objeto de la obligación del
comprador, que no se sabe cuál es la suma que debe pagar por el bien materia de
compra, ni correlativamente lo que el vendedor puede exigir por concepto de precio.
a) Nociones.- El precio mixto es aquél que se paga un bien determinado, una parte en
dinero y otra parte en bien de distinta naturaleza. Durante la vigencia del Código Civil de
1936, existían fundadas razones para dudar de la naturaleza jurídica de un contrato que
tuviese como precio un pago que se efectúa parte en dinero y parte en otro bien, tal el
caso de quien compra un inmueble pagando una parte del precio en dinero y la otra
parte del mismo en especie como un predio rústico o un vehículo automotor.
Con relación a la calificación del contrato se está ante un caso particular de transmisión
de bienes, en que la posibilidad de elegir entre un contrato de compraventa o de
permuta ha llevado a ingeniar diferentes doctrinas. Sobre el particular se consideró las
siguientes posiciones: a) Que se trata de un contrato innominado o atípico. b) Que se
está frente a un contrato de permuta y, c) Que se trata de un contrato de compraventa.
2) Doctrina subjetiva.- Sobre este extremo también se dan dos corrientes: a) La que
considera, en primer lugar, que se debe estar a la intensión manifiesta de las partes y,
luego, si ésta se desconoce, si la parte de igual o mayor valor es en dinero, se está en
presencia de una compraventa; de lo contrario, será una permuta. b) La que estima, en
primer lugar, debe estar a la intensión manifiesta de las partes y, luego, si ésta se
desconoce, si la parte de mayor valor es en dinero, se está ante una compraventa; de lo
contrario será una permuta.
Así, el artículo 1531 dispone que, si el precio de una transferencia se fija parte en dinero
y parte en otro bien, se calificará el contrato de acuerdo con la intención manifiesta de
los contratantes, independientemente de la denominación que se le dé; pero, si no
consta la intención de las partes, el contrato es de permuta cuando el valor del bien es
igual o excede al del dinero; y de compraventa, si es menor. De ese modo, el Código
Civil del 84 adopta las dos últimas posiciones
El numeral 1530, prescribe que los gastos de entrega son de cargo del vendedor y los
gastos de transporte a un lugar diferente del de cumplimiento son de cargo del
comprador, salvo pacto distinto. Esto significa que las partes pueden pactar libremente
acerca de los gastos de entrega y transporte, pues el numeral en estudio sólo es
aplicable en vía supletoria, vale decir, cuando las partes contratantes no lo han previsto,
salvo pacto en contrario.
Por eso, expresa Arias Schreiber, lo primero que se debe señalar es el carácter
supletorio de este dispositivo, ya que conforme a su parte final el contrato prevalece en
todo cuando haya sido convenido, tanto en lo que se refiere a la entrega, como al
transporte a lugar diferente al que en ella se realiza. Se entiende que los gastos de
entrega corran por quien deba hacerla y los que surjan de una situación distinta -cual es
la de llevar el bien a otro lugar- sean asumidos por quien los genera, esto es, por el
comprador.
Compartimos la opinión de Castillo Freyre, cuando expone que dentro del Derecho de
Obligaciones y Contratos resultaría imposible que se efectúe un pago en un lugar
distinto o diferente del de su cumplimiento. Si ello fuera así -explicaequivaldría a decir
que se puede cumplir con ejecutar una obligación en lugar distinto al convenido o a lo
establecido por ley. La frase que se está criticando constituye un error, ya que lo propio
no era referirse ‘a un lugar diferente del de su cumplimiento’, sino a un nuevo lugar que
las partes hayan convenido para el cumplimiento de la obligación de entrega, diferente
del originalmente pactado; vale decir, entendemos que se alude al supuesto en el cual
se ha variado -evidentemente por mutuo acuerdo- el lugar en que debía efectuarse el
pago. Una interpretación diferente en lo que respecta a este punto carecería de sentido
a) Precio fijado por acuerdo de partes.- Se trata del caso más frecuente puesto que en la
mayoría de las ventas las partes acuerdan en forma expresa el precio. Normalmente, el
precio es el resultado de la libre discusión entre las partes celebrantes del negocio
jurídico, por esta razón, el artículo 1543, se refiere a la nulidad de la compraventa
cuando el precio es fijado unilateralmente. En efecto, dicha norma señala que la
compraventa es nula cuando la determinación de precio se deja al arbitrio de una de las
partes, todo lo que significa que en la compraventa resulta esencial el acuerdo sobre el
bien materia de venta y el precio.
b) Determinación del precio por un tercero.- Es el caso menos frecuente, pero posible si
acaso las partes no pudieran fijar el precio de común acuerdo. Con relación a su
naturaleza jurídica, algunos autores sostienen que el tercero es: a) un árbitro, lo cual no
puede ser, porque el arbitraje supone siempre un conflicto de intereses o litigio que no
se da en este caso; b) otros, suponen que es un perito, que tampoco es admisible, en
razón de que éste emite su parecer a través de un dictamen, opinión que puede ser
aceptada o no; c) la doctrina más actual se inclina por la figura del mandato en razón de
que el tercero es un mandatario de las partes, tanto que vendedor como comprador
están obligados a acatar su decisión.
El Código se inclina por esta última posición, por eso el artículo 1544 prescribe, que es
válida la compraventa cuando se confía la determinación del precio a un tercero
designado en el contrato o a designarse posteriormente, siendo de aplicación las reglas
establecidas en los artículos 1407 y 1408. En tales casos el precio no está determinado,
pero será determinable.
Ahora bien, si la determinación del precio que es objeto del contrato es diferida a un
tercero y no resulta que las partes quisieron remitirse a su mero arbitrio, el tercero debe
proceder haciendo una apreciación de carácter equitativo. En este evento puede ocurrir
dos cosas: a) Que las partes consideren que la apreciación hecha por el tercero es justa
o. b) Que una de las partes se sienta lesionada y de ser así, nada impedirá impugnar el
precio fijado por el tercero, siendo el juez quien tendrá la última palabra.
Por otro lado, la determinación del precio librada al mero arbitrio de un tercero no podrá
impugnarse si no se prueba la mala fe. Es indudable que, si faltara la determinación del
precio y las partes no se ponen de acuerdo para sustituir al tercero, el contrato resulta
nulo
c) Fijación del precio en bolsa o mercado.- Las bolsas de comercio son instituciones
constituidas por empresarios o comerciantes con la finalidad de concertar sus
operaciones en el mundo de los negocios y de las finanzas que, unas veces, están bajo
la inmediata vigilancia o intervención del Estado y, otras, si bien lo están, pero la
intervención les otorga la más amplia libertad para su creación y funcionamiento. Los
mercados, en cambio, son lugares públicos donde concurren comerciantes y
consumidores para realizar sus transacciones generalmente sujetas a las leyes de la
oferta y de la demanda, pero por excepción, sujetas a intervención estatal a través del
llamado “control de precios” los que pueden cambiar de un día a otro
El artículo 1546 establece precisamente, que es lícito que las partes fijen el precio con
sujeción a lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 1235. Este numeral se refiere a
los índices de reajuste automático que fija el Banco Central de Reserva del Perú, a otras
monedas o a mercancías, a fin de mantener dicho monto en valor constante.
e) Fijación del precio a falta de determinación expresa.- Llamado también por otros
“precio corriente” o “precio del día” que funciona cuando no se ha determinado el precio.
Técnicamente es nulo el contrato de compraventa en el que se haya omitido el precio;
sin embargo, conforme al artículo 1547, en la compraventa de bienes que el vendedor
vende habitualmente, si las partes no han determinado el precio ni convenido el modo de
determinarlo, rige el precio normalmente establecido por el vendedor, esto es, el precio
del día. Se trata entonces de una presunción iuris tamtum, es decir, que admite prueba
en contrario.
En nuestra tradición jurídica existen dos posiciones sobre qué precio deberá tomarse en
cuenta, éstas son: a) El precio corriente de plaza, del día de la entrega del bien y. b) El
precio en el cual el vendedor expende habitualmente el bien. Consideramos que la
norma se refiere a esta última; es más, si se tratara de bienes que tienen precio de bolsa
o de mercado se presume que, a falta de indicación expresa sobre el precio, rige el del
lugar en el cual debe realizarse la entrega.
f) Determinación del precio por peso neto.- Previamente, conviene establecer la
diferencia que existe entre peso bruto y peso neto. El primero, se refiere a la ‘pesantez’
total de algún bien incluido el envase, embalaje o el vehículo que le sirve de transporte;
mientras que el segundo, al peso real del bien materia de venta, sin considerar el
envase, embalaje o el vehículo que le sirve de transporte.
Ahora bien, el artículo 1548, dispone, que en la compraventa en que el precio se fija por
peso, a falta de convenio, se entiende que se refiere al peso neto: todo ello para evitar
imprecisiones.
Por eso, el artículo 1549 establece, que es obligación esencial del vendedor perfeccionar
la transferencia de la propiedad del bien. La forma cómo se perfecciona esta
transferencia, depende de la naturaleza del bien materia de compraventa: si se trata de
bienes muebles, la transferencia del derecho de propiedad se perfecciona con la entrega
o tradición del bien materia de compra, así lo determina el artículo 947; en cambio, si se
trata de bienes inmuebles la traslación del dominio se produce con el sólo
consentimiento o acuerdo de las partes contratantes sobre el bien objeto de venta y el
precio, conforme lo establece el artículo 949.
Pero, cuando la entrega del bien y sus accesorios no sea simultánea al contrato sino con
posteridad, el vendedor tiene además la obligación, por un lado, de no cambiar el estado
del bien objeto de venta, menos de modificarlo ni mejorarlo y, por otro, la de conservar el
bien tal como se encontraba al momento de la celebración del contrato. No está
permitido que una vez concertado el precio de un vehículo, al momento de su entrega,
se hayan retirado los espejos retrovisores o cualquier otro accesorio.
c) Entrega de documentos y títulos del bien vendido.- De otro lado, la entrega del bien
vendido, trae consigo la obligación de entregar al comprador los antecedentes y títulos
que acrediten el derecho de propiedad del vendedor sobre el bien vendido.
Precisamente, el artículo 1551 dispone, que el vendedor tiene la obligación de entregar
al comprador los documentos y títulos relativos a la propiedad o al uso del bien vendido,
salvo pacto distinto.
d) Oportunidad y lugar de entrega del bien.- En cuanto al tiempo de entrega existen dos
tendencias legislativas. Una de ellas, estima que el bien debe ser entregado en el
momento que lo pida el comprador y, otra, que tal entrega se haga en el momento de la
celebración del contrato. El artículo 1552 establece, que el bien debe ser entregado
inmediatamente después de celebrado el contrato, salvo la demora resultante de su
naturaleza o de pacto distinto.
Con respecto al lugar de entrega, el artículo 1553 preceptúa que, a falta de estipulación,
el bien debe ser entregado en el lugar en que se encuentre en el momento de celebrarse
el contrato. Si el bien fuera incierto, la entrega se hará en el domicilio del vendedor, una
vez que se realice su determinación. Este precepto contempla dos casos: a) Tratándose
de un bien cierto, esto es, individualizado, si no existiera estipulación alguna, el bien
debe ser entregado en el lugar en que se encuentre al momento en que se concluyó el
negocio y. b) Refiriéndose a un bien incierto, es decir, que no estén debidamente
identificados, sólo podrá precisarse por su especie y cantidad (cereales, semovientes) la
entrega se hará en el domicilio del vendedor.
e) Responsabilidad por demora en la entrega del bien.- El artículo 1554 contempla dos
situaciones: a) Caso de la demora por culpa del vendedor, situación en la que éste debe
responder ante el comprador por los frutos del bien, ya que se trata de una sanción por
la dilatación injustificada de entregar el bien, así como por los daños y perjuicios que
ocasiona tal demora. b) Caso de la demora sin culpa del vendedor, esto es, por un
hecho ajeno a su voluntad, situación en la cual se justifica que el vendedor sólo
responda por los frutos que efectivamente haya percibido. Se advierte, que cuando se
hace referencia a los frutos, se sobrentiende que están incluidos también los productos
por simple aplicación del artículo 896.
a) Nociones.- Sin duda, otra de las obligaciones que tiene el vendedor, es recibir el
precio del bien que ha vendido, aún cuando no exista una norma expresa al respecto.
Muchas legislaciones como la peruana la consideran innecesaria, pero indudablemente
es otra de las obligaciones que debe cumplir el vendedor. El vendedor, se entiende, está
obligado a recepcionar el precio del bien que ha enajenado en el lugar, de la forma y
tiempo convenidos y, si no existe convenio, debe distinguirse dos situaciones: a) Si la
venta es al contado, el precio debe recepcionarse en el momento y lugar de la entrega
del bien. b) Si la venta no es al contado sino por la modalidad de la venta a plazos, el
precio deberá recibirse en el domicilio del comprador.
2) Que, respecto del vendedor concurran los supuestos del artículo 1338, esto es,
cuando injustificadamente se haya negado a recibir el pago. Se entiende que hay
negativa tácita en los casos de respuestas evasivas, de inconcurrencia al lugar pactado
en el día y hora señalados para su cumplimiento, cuando se rehúse a entregar el recibo
correspondiente o conductas análogas.
9. Explique las obligaciones del comprador.
9.1 Obligación de pagar el precio.- Así como la obligación principal del vendedor es la
transferencia de la propiedad del bien objeto de compraventa, también, la obligación
más importante del comprador es pagar el precio estipulado en el momento, de la
manera y en el lugar fijados por las partes, lo cual no significa que no posea otras
obligaciones convencionales y legales.
No está demás señalar que el pago del precio no sólo es una obligación visceral del
comprador, sino también otro elemento esencial y particular del contrato de
compraventa, ya que, sin él, el negocio resultaría también nulo o inexistente como ya se
mencionó anteriormente.
a) Tiempo, forma y lugar de pago del precio.- Sobre el particular el artículo 1558,
prescribe que el comprador está obligado a pagar el precio el momento, de la
manera y en el lugar pactados. A falta de convenio y salvo los usos diversos, debe
ser pagado al contado en el momento y lugar de entrega del bien. Pero, si el pago
no puede hacerse en el lugar de entrega, se hará en el domicilio del comprador.
Contempla cuatro situaciones posibles:
1) Caso de resolución por incumplimiento total de pago del precio.- Por mandato del
artículo 1428 el vendedor puede solicitar alternativamente: a) El cumplimiento o
ejecución forzosa del contrato, esto es, que el comprador pague el precio prometido,
o. b) La resolución del contrato a fin de que quede sin efecto alguno. En uno u otro
caso, el vendedor puede solicitar la indemnización de daños y perjuicios. Es más, a
partir de la citación con la demanda de resolución el comprador queda impedido de
cumplir con la obligación de pagar el precio.
Es más, con respecto a la falta de garantía en el saldo del precio el artículo 1560
señala que se observará lo dispuesto en el artículo 1559, si el contrato se resuelve
por no haberse otorgado, en el plazo convenido, la garantía debida por el saldo del
precio.
Según el numeral 1562, modificado por Ley N° 27420 de 07.02.01, las partes
pueden convenir que el vendedor pierde el derecho a optar por la resolución del
contrato si el comprador hubiera pagado determinada parte del precio, en cuyo caso
el vendedor sólo podrá optar por exigir el pago del saldo. Comparto la opinión de
Castillo Freyre cuando dice, que el nuevo texto resulta absurdo por inoperante,
porque en la práctica nunca se va a pactar la excepción prevista por el artículo 1562,
salvo que se trate de algún supuesto exótico de compraventa, por eso, mejor
hubiera sido la simple derogatoria de dicho numeral que inclusive hubiera dado
mayor claridad a la norma.
4) Efectos de la resolución por falta de pago del precio.- El artículo 1563 previene,
que la resolución del contrato por incumplimiento del comprador da lugar a que el
vendedor devuelva lo recibido, teniendo derecho a una compensación equitativa por
el uso del bien y a la indemnización de los daños y perjuicios, salvo pacto en
contrario. Alternativamente, puede convenirse que el vendedor haga suyas, a título
de indemnización algunas de las armadas que haya recibido, aplicándose en este
caso las disposiciones pertinentes sobre las obligaciones con cláusula penal.
Es bueno recordar que por razón de resolución las partes se deben restituir las
prestaciones en el estado en que se encontraran al momento en que se hubiera
producido la causal que motivó la resolución y si ello no fuera posible deberán
reembolsarse en dinero el valor que tenían en el tiempo de la celebración del
negocio.
5) Resolución de la compraventa de bienes muebles no entregados al comprador.-
Igualmente, el artículo 1564 dispone, que en la compraventa de bienes muebles no
entregados al comprador, sí éste no paga el precio, en todo o en parte, ni otorga la
garantía a que se hubiere obligado, el vendedor está facultado para disponer del
bien. En tal caso, el contrato queda resuelto de pleno derecho, vale decir, que no
requiere que sea declarado por el juez. Sus requisitos son: a) Que el vendedor no
haya hecho la tradición del bien mueble al comprador. b) Que el comprador no haya
pagado el precio en todo o en parte.
2) Declaración y Pago del Impuesto por venta de inmuebles.- Para calcular el monto a
pagar por el impuesto16, primero determina el costo del inmueble, así obtendrás la
ganancia efectiva respecto de la cual aplicarás el porcentaje correspondiente.
b) Los inmuebles adquiridos a título gratuito (por ejemplo, obtenidos por una
herencia, o cuando no pagaste por la adquisición del inmueble) con anterioridad al 1
de agosto de 2012, tienen como costo de adquisición el valor de autoavalúo
ajustado por el índice de corrección monetaria aplicado al año y mes de adquisición
del inmueble.
No se trata, pues, de una imposibilidad originaria como cuando una prestación se hace
imposible antes de la celebración del contrato que sin duda devendría nulo, sino de una
imposibilidad sobrevenida entre la conclusión del negocio y su ejecución. Tal es el caso
de la venta de un automóvil o de un departamento que se destruyen durante un sismo
antes de que ocurra su entrega. ¿Quién deberá soportar el daño o perjuicio de la
prestación y quién de la contraprestación? Desde la antigüedad se han establecido
normas para adjudicar el riesgo, sea para tener que soportarlo o intentar su
resarcimiento; sin embargo, ningún jurista ha considerado el riesgo desde el lado del
comprador, lo que ha constituido por mucho tiempo una laguna doctrinal.
Por eso, la transferencia del riesgo, no sólo es una de las innovaciones importantes que
trae el ordenamiento jurídico civil de 1984, sino que por medio de ella se pone fin al
‘problema de los riesgos en la compraventa’ que no tuvo solución bajo la vigencia del
Código Civil derogado; sin embargo, las normas referidas a la compraventa devienen
redundantes y hasta contradictorias con los demás preceptos referidos a las
obligaciones de dar y los contratos con prestaciones recíprocas. 10.2
Debe destacarse, entonces, la importancia que tiene distinguir entre el periculum rei que
es el perjuicio que sufre el propietario por la pérdida de la cosa que funciona sólo en el
ámbito de los derechos reales y, el periculum obligationis, que es el perjuicio resultante
de la imposibilidad de cumplir una prestación obligacional que opera en el campo de las
obligaciones y de los contratos. En la compraventa que es un contrato con prestaciones
recíprocas rige el periculum obligationis donde los únicos principios aplicables son el
periculum est creditoris (el riesgo es del acreedor) y el periculum est debitoris (el riesgo
es del deudor).
Esto equivale a decir que los principios que están en juego en la contratación no son el
res perit dominó (la cosa se pierde para su dueño), sino el periculum est creditoris (para
casos de pérdidas del bien por culpa del acreedor) y el periculum est debitoris (para
casos de pérdida del bien por culpa del deudor y sin culpa de las partes). Los artículos
1431, 1432 y 1433 se refieren a la transferencia del riesgo en los contratos con
prestaciones recíprocas y el numeral 1434, a la transfere
11. Explique los casos de transferencia del riesgo en la compraventa.- El Código Civil
peruano contempla cuatros casos.
1) Riesgo del contrato por pérdida de bienes ciertos.- Bienes ciertos son aquéllos
que están debidamente individualizados, identificados o determinados como
puede ser un libro sobre contratación, el vehículo marca Toyota de placa de
rodaje No. BK-1097, el edificio 1535 de la Avenida La Marina, etc. Está previsto
en el artículo 1567, según el cual, el riesgo de pérdida de bienes ciertos, no
imputable a los contratantes, pasa al comprador en el momento de su entrega.
Ahora bien, el artículo 1569 dispone que, en caso de compraventa de bienes por
peso, número o medida, se aplica el artículo 1568 si, encontrándose los bienes
a su disposición, el comprador no concurre en el momento señalado en el
contrato o determinado por el vendedor para pesarlos, contarlos o medirlos,
siempre que se encuentren a su disposición. El numeral ya no se refiere a la
compraventa de bienes ciertos, sino a bienes inciertos o de bienes fungibles.
4) Transferencia del riesgo por expedición del bien a lugar distinto de la entrega.-
Está contemplado en el artículo 1570, el mismo establece que, si ha pedido del
comprador, el vendedor expide el bien a lugar distinto a aquél en que debía ser
entregado, el riesgo de pérdida pasa al comprador a partir del momento de su
expedición. Tal es el caso de quien compra un vehículo automotor en est
ciudad, pero pide se le entregue en Tacna, sufriendo una aparatosa volcadura
en el trayecto. Los daños ocasionados los deberá asumir el comprador.
Entonces, resulta justo que el vendedor quede liberado del riesgo, a partir del
momento de su expedición, en razón de que el comprador ha autorizado que el
bien sea remitido a un lugar distinto del convenido para su entrega, salvo pacto
en contrario, aún cuando algunos especialistas piensan que hubiera sido
conveniente que el Código prescinda de esta norma.
a) Venta a satisfacción del comprador.- Denominada venta ad gustum, tiene lugar cuando
su objeto consiste en bienes que es costumbre gustar, paladear o degustar antes de
comprarla, tal como ocurre en la venta de licores, perfumes o comestibles. Messineo las
llama ‘venta con reserva de que agrade’, la cual está subordinada a un previo agradar
para que pueda perfeccionarse la venta.
Ésta última orientación ha sido adoptada por la legislación peruana, por eso el artículo
1571 señala que, la compraventa de bienes a satisfacción del comprador se perfecciona
sólo en el momento en que éste declara su conformidad. Esta declaración hecha por el
comprador puede ser conocida dentro del plazo estipulado en el contrato, dentro del
plazo fijado por los usos comerciales y, en defecto de ambas formas, dentro de un plazo
prudencial que será fijado por el vendedor.
b) Venta a prueba.- Llamada también “venta a ensayo o prueba” que según Lacantinerie y
Saignat es aquélla en la que el comprador se reserva el derecho de ensayar la cosa
antes de comprarla definitivamente. En esta venta la facultad de ensayar o probar
proviene de una especulación formal o de una cláusula del contrato. Ejemplo, la
compraventa de un vehículo de segundo uso.
La doctrina presenta dos orientaciones: una, estima que la venta con sujeción a prueba,
es una bajo condición resolutoria, de modo que la compraventa queda resuelta no
obstante que el comprador ha efectuado la prueba con éxito verificando que el bien tiene
las cualidades que afirma el vendedor o que resulta idónea para la finalidad a la que está
destinada y aunque dichas constataciones hubieran dado resultados positivos, se
encontraría el comprador en la más absoluta libertad de no aceptar la oferta; otra,
considera que esta venta es hecha bajo la condición suspensiva de que el bien tenga las
cualidades pactadas o cuando sea idónea para la finalidad a que está destinada.
Nuestro Código adopta la segunda orientación en el artículo 1572.
Ahora bien, la prueba o ensayo debe realizarse en el plazo y según las condiciones
pactadas en el contrato o por los usos comerciales; pero, sino se realizara tal ensayo o
el resultado de ésta no es comunicado al vendedor, dentro del plazo indicado, la
condición se tendrá por cumplida, vale decir, que el contrato tendrá plenos efectos desde
su celebración.
Compraventa sobre bienes inmuebles.- En cambio, cuando se trata de bienes sobre medida,
particularmente, la compraventa asume las modalidades que a continuación se señalan:
La facultad del comprador para optar por la rescisión está contemplada en el artículo
1575 que expresa, que si el exceso o falta en la extensión o cabida del bien vendido es
mayor que un décimo de la indicada en el contrato, el comprador puede optar por su
rescisión, esto es, dejar sin efecto el negocio por una causa contemporánea a su
celebración. Tal hecho significa: a) Que el comprador no está en aptitud de pagar el
mayor precio correspondiente al exceso de extensión o cabida, o. b) Que al comprador
no le conviene adquirir el bien con una extensión o cabida menor. Es obvio que la
rescisión tiene efecto retroactivo y constituye un derecho establecido en favor del
comprador.
Así mismo, la ley prevé dos situaciones: a) Las facilidades para que el comprador pague
el exceso que resulta de una venta de esta modalidad, obligando al vendedor le conceda
el plazo no menos de 30 días si aquél no pudiera pagar el precio de modo inmediato;
pero, si el vendedor no lo hace, el plazo será fijado por el juez en la vía incidental, con
arreglo a las circunstancias. b) Facilidades para que el vendedor devuelva al comprador
la diferencia resultante, en cuyo caso se aplica igual regla concediéndole el plazo de 30
días.
Finalmente, la ley establece el plazo de caducidad de seis meses para las acciones
derivadas del derecho del vendedor al aumento del precio y del comprador a su
disminución, así como el derecho de este último para pedir la rescisión del contrato. El
plazo se computa desde la recepción del bien por el comprador.
La primera parte del artículo 1577, trata sobre la venta ad corpus cuando señala que, si
el bien se vende fijando precio por el todo y no con arreglo a su extensión o cabida, aun
cuando ésta se indique en el contrato, el comprador debe pagar la totalidad del precio a
pesar de que se compruebe que la extensión o cabida real es diferente, por tanto, no
habrá reajuste del precio.
a) Nociones.- Llamada antiguamente “venta contra documentos”, es aquélla que tiene lugar
entre localidades distintas, propios del comercio marítimo o transoceánico que
presupone mercaderías en viaje o no entregados todavía al comprador; sin embargo,
según que la mercadería viaje por vía aérea, marítima o terrestre, el título o documento
representativo dará al comprador el modo de obtener del respectivo porteador la entrega
de la mercadería. Entonces, es la segunda figura especial de venta mobiliaria regulada
por el Código, precisamente el artículo 1580 refiere: que, en la compraventa sobre
documentos, la entrega del bien queda sustituida por la de su título representativo y por
los otros documentos exigidos por el contrato o, en su defecto, por los usos.
b) Oportunidad y lugar de pago.- El artículo 1581 previene que, el pago debe efectuarse en
el momento y lugar de entrega de los documentos indicados en al numeral 1580, salvo
pacto o usos distintos. Este precepto constituye una excepción al principio contenido en
el numeral 1558, según el cual, el precio debe ser pagado en el momento, de la manera
y en el lugar pactado.
Finalmente, debe indicarse que las ventas sobre documentos suelen incluir: a) La
cláusula ‘cif’ (cost, insurance, freight), en la cuál el precio de venta incluye el costo de la
mercadería, el seguro y el flete. b) La cláusula ‘fob‘ (free on board) en cuyo caso se
incluye todos los gastos hasta poner la mercadería a bordo. c) La cláusula ‘fas’ (free
alongside ship) en cuyo supuesto sólo se incluyen los gastos de transporte hasta el
costado del buque.
d) Cláusula penal.
e) Reserva de propiedad.
P.D. Deberá ser remitida al aula virtual con el nombre del vendedor (por ejemplo) Contrato de
Compraventa Juan Pérez