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DORADA
PRESENTADO POR:
ELIANA GIRALDO QUITIAN
LAURA ALEJANDRA LOPEZ
SANTIAGO JOSÉ VALENCIA GAVIRIA
PRESENTADO A:
SANDRA JIMENA MURILLO SABOGAL
A medida que los venezolanos llegan a los hospitales del país en busca de la
atención médica que no tienen en su tierra, el panorama financiero de la sanidad pública se
hace cada vez más complejo en Colombia.
El hospital universitario Erasmo Meoz de Cúcuta parece de guerra. Si antes de la
oleada venezolana sus urgencias se mantenían colapsadas, hoy usan cualquier espacio para
poner sillas y camillas para atender a los enfermos. Los pasillos parecen una extensión de la
unidad de urgencias, y las salas de cirugía permanecen a tope. Pero aún con la dramática y
compleja situación, al final las personas reciben la atención que requieren, algo que no
ocurre con facilidad en el país vecino.
El Erasmo Meoz presenta la cara más visible y dramática del impacto que ha
recibido el sistema de salud por atender no solo a los migrantes sino a miles de venezolanos
que buscan en Colombia una luz ante el evidente derrumbe de la sanidad en la república
bolivariana. En los hospitales a lo largo de la frontera, o incluso de ciudades como
Cartagena, Bucaramanga, Medellín o Bogotá, la situación se repite.
El gobierno de Venezuela desmiente cualquier crisis en su sistema sanitario, pero
las cifras evidencian lo contrario. El 70 por ciento de las salas de emergencia ofrecen
servicios intermitentes o no funcionan, en el 90 por ciento de los hospitales públicos los
rayos X y tomografías tampoco sirven. Un 53 por ciento de los quirófanos no están
habilitados y hay un 88 por ciento de escasez de medicamentos. La OPS estimaba que a
julio de 2018, un tercio de los cerca de 66.000 médicos registrados habrían abandonado
Venezuela.
El derrumbe del sistema de salud del país vecino preocupa no solo a las autoridades
de Colombia, sino a las de todo el continente. Estas han visto cómo ese país se ha
convertido en un foco de enfermedades ya erradicadas, como el sarampión o la difteria, o
ha fortalecido otras, como la tuberculosis, la malaria y las enfermedades de transmisión
sexual, en especial el VIH-sida.
Más de 1.157.000 venezolanos han recibido vacunas desde agosto de 2017 a mayo
de este año, con un costo superior a los 16.000 millones de pesos. En Norte de Santander,
Santander, La Guajira, Arauca, Cesar, Magdalena, Atlántico y Antioquia, Bogotá y
Cartagena se concentra el 84 por ciento de las inmunizaciones aplicadas. La falta de
acciones reales de salud pública ha hecho que los indicadores de salud de Colombia y otros
países hayan sufrido retrocesos.
https://www.lafm.com.co/economia/cuales-son-los-efectos-de-la-crisis-venezolana-en-
colombia
https://www.semana.com/nacion/articulo/consecuencias-en-salud-de-la-migracion-
venezolana-en-colombia/628373
CONCLUSIONES