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Año de Cielos Abiertos 549 Guatemala, 13 de Marzo de 2,005

LA OFRENDA QUE LIBERTA


(Jn 8:32)

INTRODUCCIÓN
Antes de la caída el hombre tenía una comunión con Dios, quien descendía al huerto, hablaba con Adán (Gn 3:8-10), pero
luego del pecado, para tener comunión con El Señor, era necesario un altar y una ofrenda, conociendo los beneficios de esa
ofrenda, el diablo busca estorbar el momento de la ofrenda, de la misma manera que Goliat, quien se presentaba en el valle
retando al pueblo de Dios a la hora de la ofrenda de la mañana y a la hora de la ofrenda de la tarde para infundirles temor y
que huyeran del campo de batalla (1 Sa 17:16, 24).

DESARROLLO
Ofrenda Hebreo Minchah: regalo, tributo, presente, oblación, sacrificio, de una raíz inusual, en el sentido de distribuir. En el
momento que nos acercamos con una ofrenda, Dios mira primero la condición espiritual, luego la intención de nuestro
corazón, si es en la forma correcta, entonces la recibe; cada vez que una persona llega delante del Señor y se presenta,
debe de examinar qué es lo que lo ha motivado para llevar la ofrenda a Dios, porque la ofrenda será recibida, pero tal vez no
se tome en cuenta para nuestro beneficio si al momento de presentar la ofrenda hay problemas en nuestra vida, hay
distintas razones que pueden impedir que la ofrenda sea agradable, veamos algunos ejemplos.

EL ODIO (Gn. 4:3-8) Caín y Abel llevaron una ofrenda, pero la ofrenda de Caín no fue agradable al Señor porque era el fruto
de una tierra que había sido maldecida, su actitud fue la de enojarse contra su hermano y al final lo mató; la actitud que tenía
que tomar era la de examinar su actitud, para luego ofrendar. Actualmente muchos cristianos presentan su ofrenda a Dios,
pero su corazón está lleno de odio y rencor contra alguna persona; Jesús dijo que en el momento de llegar al altar con una
ofrenda nos recordamos de que nuestro hermano tiene algo en contra nuestra, que dejemos allí la ofrenda, vayamos a
reconciliarnos con él, para después volver al altar para presentar la ofrenda (Mt 5:22-24). Lo importante es el cambio en el
corazón de quien ofrenda, porque el odio anula la capacidad de ofrecer una ofrenda de olor grato a Dios.

UN CORAZÓN MAL AGRADECIDO Y ENDURECIDO (1 Sa. 25:4-33) Nabal significa insensato; de la misma manera que se
llamaba, así era su actitud; a pesar de que fue protegido por David y sus hombres en contra de ladrones y salteadores del
ganado durante mucho tiempo en el tiempo del esquileo de sus ovejas David le pidió comida para él y sus hombres, pero
este insensato negó conocer a David y no les convidó de su banquete. Dios hizo justicia por su actitud, luego de diez días,
su corazón se puso duro como una piedra y murió. La falta de gratitud nace de un corazón endurecido que no es capaz de
ofrendar porque no comprende el bien recibido y todo lo que tiene se lo atribuye a su propia fuerza e inteligencia, nunca
puede llegar a pensar que ha sido Dios el que se lo ha provisto, Samuel dijo al pueblo de Israel cuando se recordaran las
cosas que Dios había hecho por ellos, su actitud tenía que ser la de servirle con agradecimiento (1 Sa. 12:24)

LA AMARGURA (1 Sa 1:6-15) como resultado de la amargura de alma Ana era estéril y no podía dar ofrenda al Señor, en
el momento de derramar su amargura le promete a Dios ofrendarle el fruto de su vientre y Dios recibe esa ofrenda. Simón
el mago estaba en hiel de amargura y en prisión de maldad como la prioridad de su vida era el dinero, pensó en obtener un
don espiritual para beneficiarse del mismo, pero fue rechazado (Hch 8:19-22). El amor al dinero es la raíz de todos los
males; uno de estos males es la amargura que encierra a cristianos en cárceles de maldad para que no puedan ofrendar con
un corazón recto a Dios; no debemos permitir que la amargura llene nuestro corazón pues será un estorbo para ofrendar y
para alcanzar la gracia que está reservada para este tiempo, para obtener la estatura de primicias (He 12:15).

JESÚS Y LA OFRENDA.
En la ley de Moisés se presentaba una ofrenda por la mañana y otra por la tarde, era la ofrenda continua, Jesús se presentó
como ofrenda, lo crucificaron a las nueve de la mañana, (Mr. 15:25), y murió a las tres de la tarde, la hora de la ofrenda de la
tarde (Mr. 15:31-37). Cuando estaba en la cruz le dieron a beber vinagre mezclado con hiel, pero El lo escupió mostrando
que no iba a recibir la amargura, no permitió que el diablo contaminara su ofrenda perfecta. El vaso que se amarga no puede
ser una ofrenda grata a Dios ni su ofrenda puede ser de olor fragante.

El Señor dijo “hay más dicha en dar que en recibir” (Hch 20:35 BAD) porque recibir es fácil, Nabal fue beneficiado por mucho
tiempo, pero su corazón no cambió; quien aprende a dar con liberalidad es porque antes ha sido limpiado y libertado en su
corazón, esta es la ofrenda que liberta, porque no hay ninguna atadura en nuestra vida y podemos entregar constantemente
lo que le agrada a Dios, el apóstol Pablo decía “no es que busque dádivas, sino busco fruto que abunde en vuestra cuenta”
(Fil. 4:17) buscaba fruto que evidenciaba una vida abundante (3 Jn 2) con repercusiones en la vida eterna. Cuando algún
cristiano dice que no está preparado para ofrendar, debe de recordar que la ofrenda que debe de presentar primero, es su
propia vida, como Esteban que estuvo dispuesto no solamente a predicar, sino también a ofrendar su propia vida para que
con su muerte impactara al que sería llamado el apóstol de los gentiles, a Pablo (Hch. 7:58-59) incluso Jesús dijo que el
grano de trigo debe de morir para entonces llevar mucho fruto (Jn. 12:24)
En la Biblia podemos encontrar ejemplos de personajes que en algún momento ofrendaron con liberalidad, no fue solamente
a Dios a quien le dieron la ofrenda, sino a otras personas, debido a que habían pasado por un proceso de liberación no
tenían amor por los bienes terrenales, sino que su propósito fue hallar gracia delante de otros.

JACOB (Gn 28:20-22)


Cuando iba huyendo de su casa y de su hermano, El Señor se le presentó en sueños en Betel por lo que Jacob hizo un
pacto con el que quiso condicionar a Dios con sus diezmos diciéndole que si lo guardaba en su viaje de ida y de regreso, le
daba pan y vestido y si le daba paz, Jehová sería su Dios y le daría el diezmo de todo lo que le diera; es decir que sería su
Dios después de veinte años porque hasta ese tiempo regresó, por eso cuando Dios le habla a su pueblo les dice “hijos de
Jacob” porque ofrecieron y no cumplieron lo prometido (Mal.3:6) en el momento de hacer la promesa, Jacob aun no era
libre, ni tenía temor del Señor, pero por medio del trato con Labán, llevo un proceso que le permitió ser prosperado por Dios
cuando pasó el Jordán para ir a la casa de Labán, solo llevaba un cayado, al regresar de ese lugar iba con cuatro mujeres,
once hijos, animales, siervos y siervas, a pesar de que fue engañado diez veces con el salario que tenía que recibir y de las
trampas que le hizo su suegro, fue fiel en las riquezas ajenas, entonces El Señor le dio las propias (Lc 16:12). Durante 20
años Labán se aprovechó de él, pero Dios lo vio y le dio la sabiduría para hacer riquezas (Gn 31:7-13); le reveló en sueños
cómo debía negociar con su suegro; si Labán le decía “los pintados serán tu salario” todas las ovejas parían pintados y si
decía “los listados serán tu salario” todas las ovejas parían listados. Dios le quitó todo el ganado a Labán y se lo dio a
Jacob, pero aun le faltaba experimentar el poder de una ofrenda generosa.

Los regalos del hombre le abren el camino y lo llevan delante de los grandes (Pr 18:16) Cuando Jacob decidió regresar a su
tierra le avisó a Esau que iba en camino, pero sintió un gran temor de él, pues su hermano había jurado que lo mataría, la
actitud de Jacob al no querer enfrentar un problema delante de una sola persona hizo que pasados los años tuviera que
enfrentarse a cuatrocientas personas más; para apaciguar la ira de su hermano, tomó de lo que le nació en su corazón ,
(ahora un corazón trabajado por Dios) un presente muy generoso. Para ablandar de esa manera el corazón de su hermano;
vemos que ahora puede ofrendar con liberalidad, reconociendo que lo que tiene lo ha recibido de gracia, y de gracia lo daba
(Gn 33:8-10), y con esta ofrenda logra cambiar la decisión de su hermano Esau de matarlo.

ABRAHAM Gn 13:18)
Por medio de las demandas que le fue haciendo en el transcurso de su vida, Abraham fue aprendiendo que tenía la
necesidad de ofrendar distintas cosas al Señor. La primer demanda que recibió fue la de dejar su tierra y su parentela para
ir a habitar a una tierra que le era desconocida (Gn. 12:1) aprendió que era necesario dar el diezmo de todo, aun antes que
hubiera una ley escrita (Gn 14.18-20), aprendió a renunciar a las riquezas que le ofrecía el rey de Sodoma, escogiendo
antes mantener el pacto que había hecho con el Dios Altísimo, con la seguridad de que El le iba a prosperar y enriquecer
(Gn 14:21-23) de esa manera iba siendo liberado en su corazón y cuando ya tenía madurez, una estatura espiritual
adecuada, la fe necesaria, Dios le pidió una ofrenda imposible humanamente de dar, a su propio hijo sobre el cual tenía
promesa de descendencia (He 11:17-19) Cuando le hicieron la petición a Abraham ya estaba ejercitado no solamente en el
dar, sino también en efectuar actos de fe, en ningún momento se puso a pensar que Dios se estaba contradiciendo, pues le
había prometido una descendencia imposible de contar por medio de Isaac su único hijo, pero como la fe es creativa, pensó
que a pesar de que iba a entregar a su hijo Isaac, Dios podía resucitarlo para cumplirle la promesa, por eso le dijo a los
siervos “Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros” (Gn. 22:5) en
un sentido figurado entregó a su hijo y lo volvió a recibir, por eso fue llamado el Padre de la fe; le mostraron el día del Señor,
vio al carnero trabado de los cuernos en el Monte Moriah, donde más tarde iba a morir el Señor por nosotros. Su secreto era
que levantaba un altar y ofrecía una ofrenda dondequiera que llegaba.

ABIGAIL (1 Sa 25:17-18).
Esta mujer, sabía muy bien que su esposo era un hombre necio, como significa su nombre; conocía el poder de la ofrenda y
por tener fe creyó que podía persuadir a David de lo incorrecto que era querer vengarse de Nabal y todos los hombres de su
casa. Le preparó seis distintos tipos de alimento, siendo una ofrenda generosa para David y sus hombres luego se presentó
intercediendo por Nabal y pidiendo que toda la culpa fuera echada sobre ella. Esta fue una ofrenda para interceder por su
esposo, y que finalmente fue aceptada por David, protegiendo de esa manera su casa. El que intercede se pone en el lugar
de la persona por la cual pide, Abigail se puso en el lugar de Nabal no solo para pedir clemencia sino para dar la ofrenda que
su marido debía haber dado. Esto le impactó a David y recibió la ofrenda de sus manos y la bendijo por hablarle con tanta
sabiduría y persuadirlo de no vengarse por su propia mano, y cuando Nabal muere, la manda a llamar por medio de sus
siervos y se casa con ella (1 Sa 25:40-42). Una característica de la iglesia que se casará con el Señor, es que también
conoce la bendición que hay en el ofrendar pues es un proceso de liberación para su corazón.

CONCLUSIÓN
En la sabiduría inescrutable de Dios, El designó la ofrenda como un medio para hacernos libres no solo para dar con
liberalidad, sino para limpiarnos de la basura que muchas veces llevamos dentro y no lo sabemos. La ofrenda nos ayuda a
medir cuán libres somos y nos delata delante de Dios. Gracias a El por su don inefable en Cristo Jesús

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