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La energía está cuantificada

En 1913 el físico Niels Bohr tenía una respuesta muy revolucionaria y


propuso que la energía de los electrones del átomo está cuantificada y la
palabra cuantificada significa que los electrones solo pueden poseer una
cantidad de energía discreta. Esta afirmación se colocaba en contra de la física
clásica. La milenaria observación de los objetos que nos rodean dice todo lo
contrario, por ejemplo la cantidad de energía (manifestada en forma de
velocidad) que alcanza una pelota de béisbol depende de la fuerza con la que
el bate la golpea, de modo que mientras más fuerte es el choque mayor será la
velocidad que alcanzará la pelota incluyendo todos los estados intermedios de
forma continua.

Imagine ahora que la pelota en cuestión puede alcanzar solamente ciertos


niveles de energía fijos y por tanto solo puede viajar a determinadas
velocidades y no a ninguna otra intermedia con independencia de la fuerza
con que sea golpeada ¡menuda pelota! 

Aunque esto le parezca contraproducente en realidad la energía adquirida por


la pelota sí está cuantificada y no es continua, el asunto es que no podemos
detectarlo para cuerpos tan grandes, sin embargo para partículas tan pequeñas
como los electrones si se puede detectar. Veamos.

Asumamos que calentamos un


cantidad considerable de agua en
una estufa, a medida que se agrega energía al agua en forma de calor esta
adición se manifiesta como incremento de temperatura (una medida de la
cantidad de energía contenida). El incremento de temperatura aparenta
producirse siguiendo un patrón continuo y lento, y aunque use el termómetro
más sensible del mundo no podrá observar ningún salto de temperatura. Pero
esto no significa que no hay saltos de temperatura, lo que indica es que los
saltos son tan pequeños que no se pueden medir ya que están en el orden de
10-  grados (en el orden de la constante de Planck que debe su nombre al físico
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alemán Max Planck precursor de la teoría cuántica y cuyos trabajos en el


campo de la matemática permitieron a Bohr proponer su postulado de energía
cuantificada) ningún termómetro puede detectar semejante cambio. Sin
embargo los cambios en los estados energéticos de cuerpos mas pequeños
como los diminutos electrones son más grandes en relación a su masa y se
hacen detectables.

Esta situación ha traído como consecuencia que en la actualidad se reconozca


la existencia de dos físicas, la física clásica y la física cuántica. La física
clásica dice que los objetos pueden tener cualquier cantidad de energía y
funciona muy bien para los cuerpos grandes como la pelota de béisbol del
ejemplo o un planeta. La física cuántica dice que los objetos solo pueden tener
ciertas energías particulares y explica muy bien el comportamiento de objetos
diminutos como los átomos y los electrones y, de hecho, es la mas general de
las dos y es aplicable a los objetos grandes aunque no podamos detectarlo.

El modelo del átomo de Bohr

Bohr propuso que los electrones en un átomo viajan alrededor del núcleo en
órbitas circulares parecidas a las de los planetas en el sistema solar, y esto no
era nuevo, ya Rutherford años antes planteaba algo similar, lo nuevo era, que
según Bohr, los electrones solo podían tener cantidades particulares y fijas de
energía lo que trae como consecuencia que solo ciertas órbitas a distancias
fijas del núcleo estaban permitidas.
Para entender la relación entre la lejanía de una órbita y la cantidad de energía
del electrón que se mueve en ella solo resulta necesario recordar que el núcleo
está cargado positivamente y el electrón negativamente de modo que hay una
atracción entre ellos. Sustituyamos la atracción por un resorte según se
muestra en la figura 5.

Cuando el electrón está cerca del núcleo el resorte está relajado y el electrón
está en el menor nivel de energía posible (no hay energía acumulada en el
resorte). Para separar el electrón del núcleo a una órbita mas lejana se necesita
poner energía, y con ello vencer la atracción eléctrica. En el modelo de la
figura 5 esto equivale a estirar el resorte y la energía adicionada se almacena
en el resorte estirado. Tanto el electrón como el propio átomo han alcanzado
un estado menos estable de alta energía y si nada lo impide el electrón vuelve
atrás espontáneamente a la órbita interna liberando la energía almacenada en
el resorte.

De acuerdo a la propuesta de Bohr Figura 5.


el electrón solo puede tener ciertas
(cuantificadas) cantidades de energía, de modo que solo se puede encontrar a
ciertas distancias fijas del núcleo, distancias donde la energía requerida para
estirar el resorte corresponde con las energías permitidas.

Siguiendo este modelo del átomo, los electrones solo pueden saltar de un nivel
de energía permitida a otro, o de una órbita a otra (llamados saltos cuánticos)
pero nunca podrán tener niveles de energía entre estas etapas. Un símil en la
vida práctica corresponde, por ejemplo, a un pájaro sobre los cables eléctricos,
el pájaro solo se puede posar sobre los alambres, o bien mas bajos o mas altos,
pero nunca lo podrá hacer en el espacio entre los cables, o se posa en el cable
mas bajo, o en el que le sigue, o el próximo, y nunca en el espacio entre ellos.
Lo mismo es válido para los átomos de acuerdo a la teoría de Bohr.

Bohr le asignó a cada órbita permitida (las que se les llama capas) un número
cuántico principal (n) empezando por n = 1 en la capa mas próxima al
núcleo, n = 2 a la que le sigue y así sucesivamente. A medida que n es mayor
el electrón está mas lejos del núcleo y posee mayor energía para que pueda
existir allí.

Lo ideal es que los electrones en los átomos prefieran estar en la capa n = 1


debido a que es la capa de menor energía y en ella la tracción núcleo-electrón
es la mayor, pero los electrones también se repelen unos a otros (tienen carga
del mismo signo) y esta repulsión impide que puedan hacinarse todos en una
sola capa, además si se hiciera, adicionalmente, se produciría una drástica
caída de la energía del átomo.

Bohr, para resolver este asunto asumió que cada capa solo puede contener un
número fijo de electrones y a medida que las capas eran mas lejanas al núcleo
podían tener mayor cantidad dado el espacio disponible. El estableció que
cada capa puede albergar 2n2 electrones siendo n el número cuántico principal
de la capa.

Haciendo un resumen de los principales rasgos del modelo del átomo de Bohr
se puede decir:

1.- Las capas (órbitas) se hacen mas lejanas al núcleo a medida que el número
cuántico principal (n) aumenta.

2.- La energía de un electrón crece cuando crece n.

3.- Cada capa solo puede dar cabida a 2n2 electrones.

4.- Cuando se forma un átomo, primero se llena la capa mas interna (la de


menor energía) luego los electrones adicionales se acomodan en las capas
sucesivas hasta completar el número permitido en cada capa.

Llevemos estos rasgos básicos a números (figura 6).

La cantidad de electrones permitidos en las primeras cuatro capas son:

n =1 ====> 2 x 12 = 2 electrones.

n = 2 ====> 2 x 22 = 8 electrones.  Figura 6. Distribución electrónica según el modelo


de Bohr en las primeras cuatro capas.

n = 3 ====> 2 x 32 = 18 electrones.

n = 4 ====> 2 x 42 = 32 electrones

La distribución de los electrones del litio que tiene tres electrones y tres
protones (número atómico 3)

n = 1 ====> 2 electrones

n = 2 ====> 1 electrón

Esta es la esencia de la teoría de Bohr y veremos a continuación como nos


permite explicar el comportamiento químico periódico de los elementos y las
lineas en el espectro de la luz emitida por el hidrógeno.

Explicación de la periodicidad química

La posibilidad de explicar el comportamiento químico periódico de los


elementos fue uno de los logros principales del modelo de Bohr.
Consideremos los elementos litio (Li) de número atómico 3 y sodio (Na) de
número atómico 11 que tienen propiedades químicas similares y pertenecen al
grupo IA (1) de la tabla periódica. Al distribuir los electrones por capas según
el modelo de Bohr tenemos:

Litio con tres electrones

n = 1 ====> 2 electrones

n = 2 ====> 1 electrón

Si se fija hay un aspecto similar en ambos elementos, ellos tienen llenas las
capas mas internas, y un solo electrón en la última capa. Esta capa mas
externa se llama capa de valencia y la razón por la que tienen comportamiento
químico similar es porque tienen una configuración idéntica de la capa de
valencia. Analicemos ahora otro par de elementos, vayamos lejos en la tabla
periódica y tomamos el flúor (F) de número atómico 9 y el cloro (Cl) de
número atómico 17 ellos están colocados en el grupo VIIA (17) lo que nos
dice que tienen propiedades químicas similares. ¿Y la capa de valencia? si
distribuimos los electrones de acuerdo a Bohr tenemos:

Flúor con 9 electrones

n = 1 ====> 2 electrones

n = 2 ====> 7 electrones

 
Ahora se repite la situación, ambos tienen 7 electrones en la última capa o
capa de valencia. Si usted elabora la distribución de electrones por capas de
otros elementos de la tabla periódica llegará a la conclusión de que, según el
modelo de Bohr, las propiedades de los elementos son periódicas porque a
medida que se van llenado las capas mas internas, la configuración de la
capa de valencia se repite (¡pero cuidado! expresado de este modo simple trae
problemas con ciertos elementos como veremos mas adelante).

Una excepción se produce con el elemento helio (He) de número atómico 2


del grupo VIIIA (18), este elemento tiene solo 2 electrones en su capa de
valencia, mientras los del resto del grupo tienen 8. No es difícil darse cuenta
que el helio con solo dos electrones los debe tener alojados en la primera capa
(capacidad de la capa n = 1) y no hay mas electrones para situar en capas
posteriores. Si hace la distribución del resto de los elementos del grupo como
el Neón (Ne) con número atómico 10 y de este en adelante todos tienen 8
electrones en el último nivel o capa de valencia.

Explicación de las lineas del espectro del hidrógeno

Otro de los principales triunfos del modelo atómico de Bohr fue que brindó la
posibilidad de explicar el origen de las lineas en el espectro discontinuo de la
luz emitida por el hidrógeno electrizado.

Bohr calculó cuidadosamente la cantidad de energía que era necesaria para


hacer "saltar" un electrón de una órbita a la siguiente en el átomo de
hidrógeno en las primeras 7 capas. Si asignamos el valor unidad (1eV) a la
energía del electrón en la primera capa, los valores relativos para las capas
superiores se muestran en la figura 7 en la forma de un diagrama de energía.

Se han usado valores relativos de las energías de los diferentes niveles


(tomando como unidad la energía de la primera capa) y no los valores
absolutos porque como se verá a continuación esto es lo importante.
Para explicar las lineas del espectro del hidrógeno Bohr parte de la idea de que
los átomos comienzan en su estado fundamental, siendo este estado aquel en
que el átomo tiene la menor cantidad de energía total o lo que es lo mismo con
todos sus electrones en las capas mas bajas posibles. Para el caso del
hidrógeno que tiene solo un electrón el estado fundamental es con este en la
primera capa.

Normalmente los átomos de hidrógeno están la mayoría del tiempo en el


estado fundamental, con el electrón en la capa n = 1, pero si se le adiciona
energía al átomo, en forma de calor o de electricidad, el electrón puede
"saltar" a una capa de mas energía y entonces se dice que el átomo esta
en estado de excitación, y en este estado, uno o mas átomos pueden tener sus
electrones en capas de mas energía, aun cuando las capas de menos energía
los puedan albergar.

Si volvemos al tubo con hidrógeno electrificado de la figura 4, la electricidad


puede suministrar la energía suficiente para que se produzcan varios estados
de excitación, pero los átomos tienden a los estados de menos energía, de
manera que no permanecerá así por siempre y eventualmente el electrón
regresa a su posición de menor energía, liberando el exceso (tal y como el
caso del modelo con resortes). La cantidad de energía liberada es igual a la
absorbida para llegar al estado de excitación.

Una vía por la cual el átomo puede liberar energía es en forma de luz y la
cantidad liberada en el "salto" hacia atrás determina la longitud de onda
equivalente a la cantidad de energía liberada y con ello el color de la luz
emitida.

Cuando un átomo de hidrógeno excitado se relaja (el electrón salta de capas


de mayor a menor energía) por ejemplo, si lo hace de n = 2 al estado
fundamental, la energía del electrón va de 11.2 eV a 1.0 eV (figura 6) por lo
que la energía liberada es de 10.2 eV. Si se fija en la tabla 1 a continuación,
esta particular transición del electrón resulta en energía correspondiente a la
luz ultravioleta y por tanto esta linea no la podemos ver en el espectro del
hidrógeno.

Tabla 1. Energía y longitudes de onda para la luz ultravioleta y visible.


 
Radiación Energía (eV) Longitud de onda (nm)
Ultravioleta > 3.74 < 380
Violeta 3.34-2.95 380-430
Azul 2.95-2.64 430-480
Verde 2.64-2.24 480-565
Amarillo 2.24-2.10 565-620
Naranja 2.10-1.95 620-650
Rojo 1.95-1.69 650-750

La parte que podemos ver del espectro muestra cuatro lineas (figura 4 arriba),
una linea roja, otra verde, una tercera azul y la última violeta (añil). Si nos
fijamos en el gráfico de la figura 7 encontraremos coincidencias muy
significativas, observe que el electrón al relajarse de n = 3 a n = 2 libera 1.9
eV (13.1eV - 11.2 eV) y que esta cantidad de energía según la tabla 1
corresponde a la de la luz roja que va de1.95 a 1.69 eV. Se deduce entonces
que los "saltos" de los electrones de n = 3 a n = 2 en los diferentes átomos
excitados son los que generan la linea roja del espectro. Como nuestro
electrón ha "bajado" de n = 3 a n = 2 todavía no está en el estado fundamental
de lo cual se concluye que no necesariamente los saltos de los electrones se
producen del nivel alcanzado al estado fundamental y que pueden alcanzarlo
dando "saltos" por etapas.

Haga el mismo análisis para el resto


de las capas y verá una
sorprendente coincidencia entre las Figura 7. Diagrama de energía relativa por niveles
energías liberadas en cada salto y del hidrógeno.
los colores correspondientes al resto
de os colores del espectro de lineas
del hidrógeno.   Figura 8. Subniveles del átomo.

Al realizar los cálculos para el helio


(He), las lineas que predice el Figura 9. Diagramas de energía de capas y
cálculo de Bohr para este átomo no subniveles.
se corresponden con el espectro real
que produce el gas, y de hecho, sus cálculos fallan al predecir las lineas
espectrales en todos los casos de átomos con mas de un electrón. En menos de
20 años el modelo de Bohr fue reemplazado por el modelo atómico actual. Sin
embargo sus postulados sobre la energía cuantificada del electrón y las
cantidades máximas de electrones que cada capa puede albergar se
mantuvieron correctas.

Los subniveles y la configuración electrónica.

Examinemos ahora un refinamiento importante del modelo de Bohr cuya


esencia es muy importante en el desarrollo del modelo actual. Cuando Bohr
realizaba sus experimentos, los instrumentos no estaban tan perfeccionados
como para mostrar que las lineas simples del espectro del hidrógeno
producidas por los átomos en estado de excitación eran más complejas que lo
que parecían en aquel entonces. Mas tarde se puedo demostrar que en algunos
casos, las aparentes lineas simples eran en realidad el conjunto de varias lineas
próximas muy finas de colores similares. Bohr se enfrentó por varios años con
este descubrimiento tratando de adaptar su modelo básico a la nueva realidad,
y a la conclusión que llegó, y que propuso, junto a otros, es que en realidad
cada capas consiste en varios subniveles que están separadas muy
cercanamente en distancia y energía.

A cada subnivel dentro de la capa se le asignó una letra, s para el


primero, p para el segundo, d para el tercero y f  para el cuarto según puede
verse en la figura 8. No todas las capas tienen todos los subniveles. La primera
capa solo tienen el subnivel s y a medida que nos alejamos del núcleo, cada
capa va ganando un subnivel de modo que la capa n =2 tiene los
subniveles s y p; la capa n =3 tiene los s, p y d; y el subnivel n = 4 tiene
los s, p, d y f. Del mismo modo se propuso que cada subnivel alberga una
cantidad máxima fija de electrones:

s ---> 2 electrones

p ---> 6 electrones

d --> 10 electrones

f --> 14 electrones

Note que la capacidad total de cada capa se mantiene igual a la propuesta por
Bohr en su modelo original 2n2.

El tamaño y la cantidad de energía va creciendo a medida que nos movemos


del subnivel s al f dentro de cada capa de modo que en una misma capa el
subnivel s tiene menor tamaño y energía que el p y este a su vez que el d y así
sucesivamente.

Cuando se trató el asunto de los niveles de energía de las capas (figura 7) se


pudo ver que a medida que nos alejamos del núcleo (n crece) los nivel de
energía están más y más cerca. Esta cercanía de la cantidad de energía de las
capas mas lejanas da lugar al hecho de que algunos subniveles de un capa
pueden cruzar a la capa próxima y situarse por encima del subnivel s de la
capa "invadida". La figura 9 representa esquemáticamente este hecho usando
diagramas de energía.

Según hemos dicho la energía de los subniveles se incrementa en la dirección


de s a f  es decir s < p < d < f  de modo que podemos decir que toda la capa n = 3 tiene
mas energía que el conjunto de la capa n = 2, pero observe bien lo que pasa en n = 4 en
la figura 9. Note que el subnivel 4s tiene menos energía que el 3d aunque la capa 4
tenga el valor de n mayor, se produce un cruce de subniveles.

La regla para el completamiento de los subniveles es la misma que la establecida para


las capas en el modelo simple de Bohr, es decir primero se llenan los subniveles s con la
cantidad permitida de electrones (2), luego los restantes electrones se va acomodando en
las capas sucesivas hasta completar cada una para seguir en la siguiente.

La modificación hecha al modelo simple, al agregarles los subniveles, resolvió un


problema que atormentaba a Bohr y que se le llamó "el problema del potasio".

El potasio (K) que está en el grupo IA (1) de la tabla periódica posee 19 electrones, y
como se debe esperar de tal grupo, tiene solo un electrón de valencia, pero ¿qué pasa
cuando se quieren acomodar los 19 electrones por el modelo simple de Bohr? Veamos
la tabla 2 a continuación:
Capa Electrones posibles Total en la Total acomodados
por capa capa
n = 1 2 2 2
n = 2 8 8 2 + 8 = 10
n =3 18 9 2 + 8 + 9 = 19

Tabla 2. Como resultarían acomodados los electrones del potasio


según el modelo simple de Bohr.

Evidentemente algo anda mal, según el comportamiento químico del potasio


la última capa (o capa de valencia) debe tener solo un electrón y no 9, ¡el
potasio no tiene valencia 9!. El modelo modificado resuelve ese problema.
¿Ya se dio cuenta porqué? Vamos a distribuir los electrones según el nuevo
modelo y el resultado se resume en la tabla 3. Apóyese en la figura 9 para
comprender.

Subnivel Electrones posibles Total en el Total acomodados


por subnivel subnivel
1s 2 2 2
2s 2 2 2+2=4
2p 6 6 2 + 2 + 6 = 10
3s 2 2 2 + 2 + 6 + 2 = 12
3p 6 6 2 + 2 + 6 + 2 + 6 = 18
4s 2 1 2 + 2 + 6 +2 +6 + 1 = 19

Tabla 3. Distribución de los electrones del potasio usando el modelo modificado de


Bohr

Como puede apreciarse hay un solo electrón en el nivel de valencia, que


corresponde al subnivel 4s que tiene menor energía que el 3d . Sí, esto implica
que se comienza a llenar la capa n = 4 (en el subnivel 4s) del modelo simple
antes de completarse la capa n = 3 que puede albergar 18 electrones según el
modelo simple. Este "cruzamiento" de subniveles es mas pronunciado a
medida que se avanza a capas superiores a partir de n = 4.

Notación de la configuración de electrones

Aunque la representación de la configuración de los electrones se puede hacer


con el diagrama de energía para cada compuesto, el asunto es tedioso y
laborioso, de manera que para facilitar la cuestión, los químicos han elaborado
una forma de representar la configuración de los electrones mas simple.
Cada subnivel ocupado, empezando con el subnivel de menor energía, se
representa con su letra minúscula itálica (s, p, d, f) precedida por el número
cuántico principal de la capa (n). El número de electrones que ocupan un
subnivel se coloca como superíndice a la letra correspondiente de este
subnivel, por lo tanto podemos representar la configuración de los electrones
del potasio como:

1s22s22p63s23p64s1

Siempre los electrones de valencia serán aquellos que están en la capa con el
número cuántico mayor; para el caso del potasio mostrado arriba es 1 electrón
(valencia 1) que está con el número cuántico 4 (1s22s22p63s23p64s1).

La cosa no termina ahí

El modelo del átomo de Bohr después de agregado el concepto de subniveles


no fue comprendido por muchos físicos de su época, especialmente a lo
relativo a la cuantificación de la energía. El entrenamiento en la física clásica
imponía una barrera infranqueable para algunos, pero no hubo mucho tiempo
para adaptarse, en menos de 10 años la física cuántica fue aun más lejos y el
comportamiento de los electrones y su cuantificación requirió de conceptos
aun más "extraños" como el efecto túnel una forma de comportamiento de los
electrones que se desprendía de las ecuaciones de la física cuántica.

Tratemos de entender este efecto usando una pelota de tenis. Supongamos que
la pelota de tenis sigue las mismas leyes de la física de los electrones. La
teoría del efecto túnel nos dice que si usted coloca la pelota de tenis dentro de
una caja fuerte, luego la cierra y la deja en paz por un tiempo, cuando regresa
puede encontrar la pelota fuera de la caja aunque, evidentemente, la energía
que posee no es suficiente para
penetrar la pared. No es que haya
magia en esto, es que, según las leyes de la física cuántica esto es posible.
Para cuerpos grandes como la pelota de tenis las leyes de la física clásica son
las que aplican pero para cuerpos diminutos como lo electrones los efectos
cuánticos son importantes y el extraño efecto túnel se ha observado en los
experimentos. Este extravagante efecto por el cual los electrones aparecen en
lugares "inaccesibles" se justifica con el llamado principio de
incertidumbre traído a colación por Heisenberg en la década de 1930.

Este principio esencialmente dice que con partículas tan pequeñas como el


electrón es imposible saber en tiempo real donde está y hacia donde se dirige
y que mientras mas exactitud se use en la determinación de donde está, menos
podrá saber hacia donde va en el próximo instante. Este principio entra en
franca contradicción con la física clásica, en la cual, si usted determina la
posición de un objeto un tiempo antes y otro después puede predecir donde
estará en un tercer tiempo mas adelante.

Si aceptamos este principio como válido, y así lo hizo Schrödinger, el modelo


del átomo como se ha visto hasta ahora entra en problemas. Para todos los
modelos anteriores, incluyendo el de Bohr modificado, el electrón necesita
una posición precisable para que se pueda considerar en una órbita o ruta
determinada, es decir poco mas o menos debe ser una suerte de partícula
cargada eléctricamente a la que hemos colocado en capas y subniveles, y el
principio de incertidumbre cambia esa percepción. Si unimos a esto, que ya en
los años tempranos del siglo XX se había observado experimentalmente que el
electrón muestra un comportamiento de onda (¡como si fuera luz!) estaremos
envueltos en un verdadero embrollo.

Entonces ¿por fin qué es un electrón?. Schrödinger dio una respuesta en 1925
y en lugar de ver el electrón como una partícula lo vio como una niebla de
materia cargada negativamente, la que llamó orbital. La nube no era de
"densidad" constante, en algunos lugares era un niebla densa y en otros tenue,
y supuso que la parte densa de la niebla era la zona donde con más
posibilidades se podía encontrar el electrón, para muchos físicos esto era
demasiado, el propio Einstein decía que "Dios no juega a las adivinanzas con
el universo" pero el peso aplastante de los hechos experimentales ha obligado
a la mayoría de físicos y químicos a aceptarlo, aun a regañadientes.

Lo mas asombroso es que Schrödinger no se detuvo ahí, el trató el orbital (la


niebla) casi como si fuera una masa elástica de jalea o gelatina que tiene un
movimiento ondulado y puede cambiar de forma igual que hace la gelatina
cuando se sacude el recipiente que la contiene. Bueno, y sigamos adelante,
según Schrödinger el electrón en forma de niebla puede exhibir movimientos
ondulatorios (tal como la gelatina) y que estos movimientos conducen a que la
"nube" adquiera diferentes formas que se calculan con una ecuación
matemática que se conoce como ecuación de onda.

Del cálculo sale, que un orbital s es esférico, uno p tiene la forma muy


parecida a cuando usted ata el centro de un globo largo inflado, y el orbital d a
la que adquieren cuatro globos algo alargados inflados y amarrados por sus
bocas, las figuras 9 y 10 muestran la forma de dos orbitales uno s y
otro p (pero también hay orbitales d y f). Note que se usa la misma
nomenclatura de subniveles del modelo de Bohr.

Veamos ahora como funciona el modelo moderno. Usemos el litio (Li) como
ejemplo que tiene una configuración 1s22s1 como estado fundamental, según
Bohr, 2 los electrones están en la capa 1s y otro en la capa mas grande 2s.
Schrödinger diría que los electrones existen; 2 como el orbital 1s, y el otro
como el orbital mas grande 2s. 

Figura 9.  Un orbital


Figura 11. Configuración de electrones según Schrödinger para el litio.

Una "nube" mas grande implica que el electrón está más tiempo como
promedio lejos del núcleo y al igual que en el modelo de Bohr mientras más
lejos del núcleo mas energía posee el electrón. Cuando se agrega energía al
átomo de litio en su estado fundamental 1s22s1 y esta es suficiente, se puede
alcanzar el estado de excitación 1s22p1 y Schrödinger ve que pasa lo siguiente:

Figura 12. Paso del estado fundamental 1s22s1 al estado de excitación 1s22p1 del


átomo de litio.

El electrón de valencia ha pasado de la forma de niebla esférica 2s a la forma


de niebla como globo atado al centro 2p.

En resumen el modelo actual del átomo mantiene el núcleo pequeño, masivo y


con carga positiva de Rutherford; la proposición de Bohr de la energía
cuantificada de los electrones; pero cambia la versión del electrón como
partículas en órbita a la del electrón como niebla (el orbital) que tiene las
propiedades:

1.- Una forma particular resultado de su movimiento ondulatorio.

2.- Una forma y cantidad de energía particulares derivadas de su número


cuántico principal n.

El orbital determina el espacio o volumen alrededor del núcleo en el cual  muy


probablemente esté el electrón.

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