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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA


EDUCACIÓN UNIVERSITARIA CIENCIA Y TECNOLOGIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CENTRO DE FORMACION UNES LARA

TRABAJO SOBRE EL IUS PUNIENDI

DISCENTE:
ALMAO JOSE
C.I. V-22332872

DOCENTE:
ABOGADO DIMAS PEÑALOZA

BARQUISIMETO 14 DE JUNIO DEL 2020


1.- Valores superiores que propugna el Estado en el Ordenamiento Jurídico.

Segun la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Articulo 2: Venezuela se


constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como
valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la
justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la
preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

2.- En que Consiste la Potestad Punitiva del Estado.

La potestad punitiva o ius puniendi es la capacidad que corresponde a un determinado


sujeto, en la actualidad del estado, de imponer penas o medidas de seguridad ante la
comisión de delitos.

3.- La titularidad de Derecho a penar, sancionar ó castigar le corresponde a los ciudadanos o


al Estado Venezolano.

Le corresponde al Estado Venezolano. En el Estado actual, que es normalmente


democrático y de derecho el ius puniendi será la potestad o poder atribuida a determinados
órganos del Estado para imponer penas, sanciones y medidas de seguridad a quienes
después de un proceso, también contemplado en la ley, los establezca como responsable de
los delitos y estados peligrosos.

A estas personas, una vez juzgadas, se les van a aplicar penas, sanciones y medidas de
seguridad, siempre previstas en la ley (tipificadas) si se les considera culpables.

4.- Fundamentar el Ius Puniendi Estatal.

Historicamente el estado ha monopolizado el poder de castigar. Solo el "Ius Puniendi"


estatal puede operar como poderosa instancia pública capaz de resolver el conflicto
criminal de forma pacífica e institucional, racional y previsible, formalizada, eficaz e
igualitaria, con escrupuloso respeto de las garantias individuales. Solo el Ius Puniendi estatal
se halla en condiciones de asegurar la justa tutela de los bienes juridicos fundamentales,
monopolizando la violencia privada y la autodefensa. El Ius Puniendi pasa a convertirse en
un poderoso instrumento de política criminal en aras de la prevencion del delito.

Sin embargo, despues de la segunda guerra mundial se pudo comprobar como un estado
intervencionista, puede representar peligros importantes para las garantias individuales. Ha
quedado claro que es necesario someter a limites al Ius Puniendi.

El Ius Puniendi deberá respetar siempre los límites propios de una concepción garantista del
estado. Juridicamente se suelen distinguir dos manifestaciones del Ius Puniendi, el derecho
del estado a establecer normas penales y el derecho del estado a exigir el cumplimiento de
ellas.

El primer momento del Ius Puniendi entronca con el Poder Legislativo en la que se integra la
potestad de derecho de dictar normas penales; el poder político penal según Rocco. Segun
Mayer el problema es constitucional y no político.

En cuanto al segundo momento, el derecho del estado a exigir el cumplimiento de la norma


penal viene impuesto por la ley; de la violación de esta surge el derecho del estado a aplicar
y ejecutar la pena.

5.- Titularidad del Ius Puniendi

En épocas pasadas una serie de instituciones fueron titulares del mismo, pero en la
actualidad el Ius Puniendi es instranferible, indelegable y no susceptible de titulares. El
problema surge en relacion con los "delitos privados", cuya persecución requiere la previa
interposición de una querella; o en los " delitos semipúblicos" que precisan de una
denuncia. En derecho penal es el estado que tiene el control social, pero esto no impide que
en la actualidad se produzca la privatización del sistema penal. La Titularidad del Ius
Puniendi pertenece al estado en regimen de monopolio como expresión de su soberanía
esto parece fuera de toda discusión; pero en determinados presupuestos legalmente
determinados se admite la participación comunitaria en materias que no implican
directamente el ejercicio del Ius Puniendi.

En la actualidad solo una intervención pública garantiza la máxima eficacia preventiva, y por
tanto las fórmulas privativas no solo ponen en peligro las garantias irrenunciables de los
ciudadanos, sino la propia capacidad preventiva del sistema. Ni la sanción administrativa, ni
la reparación civil, ni cualquier otro sustituto privativo cumple la función que asume la
pena.

6.- Limites del Ius Puniendi

Dentro de las denominadas limitaciones al poder punitivo del Estado tenemos que hacer
referencia al hecho de que en ocasiones, dichos límites se basan en el fundamento político
(es exigencia del Estado social de Derecho) frente a otras ocasiones en las que el
fundamento utilizado para marcar los mismos es funcional (se basa en la necesidad del
derecho penal para proteger los bienes jurídicos más preciados). Por tanto, diremos que
todos los principios que pretenden limitar el ius puniendi derivan de ambos fundamentos.

Los principios limitadores del ius puniendi serían los siguientes:


Principio de legalidad: Comenzando con lo que sería el principio de legalidad, diremos que
el mismo se refiere a que únicamente la ley aprobada por el Parlamento (en ningún caso
por lo que sería el poder ejecutivo o judicial, y además hablamos aquí del legislador
nacional, en ningún caso autonómicos) es la que puede definir las conductas delictivas y
establecer las sanciones de las mismas. Por tanto, el significado principal de este principio
es el de entender que la ley es la fuente formal, inmediata y directa del Derecho Penal.

La doctrina mayoritaria entiende que las leyes penales tienen que tener el carácter de
orgánicas, según lo que se recoge en el 81 Constitución Española.

Es importante respecto al Derecho penal saber que este principio defiende la garantía
formal que obliga que se cumpla con la exigencia de lex praevia, scripta et stricta y además,
también se exige respecto al mismo que sólo por medio de una sentencia firme se pueda
apreciar la responsabilidad penal.

Decir, que este principio surge de la ideología de la Ilustración donde se promulga la división
de poderes y va a entenderse como una garantía de libertad, certeza y seguridad jurídica del
ciudadano.

En relación con el principio de legalidad, hay que hacer referencia a sus cuatro garantías:

Garantía criminal o también denominada nullum crimen sine lege: determina que no se va a
poder castigar como infracción penal un comportamiento que no esté con anterioridad
establecido en la ley (1.1 Código Penal).

Garantía penal o también denominada nulla poena sine lege: hace referencia a que no se
puede imponer una pena o una medida de seguridad, si la misma no estuviera recogida
previamente en la ley (2.1 Código Penal).

Garantía jurisdiccional o también denominada nemo damnetur nisi per legale iudicium:
hace referencia a que son los Tribunales de Justicia preestablecidos los únicos que pueden
imponer sanciones a aquellos que realicen un comportamiento considerado como delito en
la ley (117.3 Constitución Española).

Garantía de ejecución: determina que la forma de cumplir las penas y las medidas de
seguridad tiene que seguir lo que la ley recoge (25.2 Constitución Española).

Principio de intervención mínima: (principio de subsidiariedad), hay que hacer referencia a


que el mismo se refiere a que el Derecho penal tiene que ser la ultima ratio, es decir, que el
derecho penal tiene que ser el último recurso al que se debería de acudir, por tanto, si
existen otros medios menos lesivos, se utilizarán estos en primer lugar. Su aplicación en
aquellos casos en los que existan medios lesivos se considerará injustificable.
Aquí, debemos de hacer referencia también al denominado como carácter fragmentario del
derecho penal, que determina que el mismo no tiene la obligación de proteger todos los
bienes jurídicos y por tanto, que no tiene la obligación tampoco de penar todas las
conductas que dañen dichos bienes, sino que tiene que proteger las lesiones más graves
que se lleven a cabo frente a los bienes jurídicos más relevantes.

Principio de culpabilidad: por otro lado, es importante destacar este principio, que hace
referencia a que por un lado, no hay pena sin culpabilidad y por otro, que la pena no puede
sobrepasar la medida de la culpabilidad. Hay que hacer referencia a que siguiendo este
principio la culpabilidad tiene que ser entendida en sentido jurídico únicamente, no
considerando en ningún caso, la concepción moral que predomina en la sociedad.

Este principio parte de la idea de que existe lo que se conoce como libre albedrío, es decir,
tiene su origen en la idea de que el ser humano es dueño de sus propios actos, actos que no
están determinados por el entorno en el que dicho ser humano se encuentre.

El principio de la personalidad (o también denominado como principio de responsabilidad


personal), hace referencia a que no puede existir responsabilidad conjunta por un hecho
cometido por una persona, y tampoco puede darse responsabilidad por hecho ajeno en el
ámbito del derecho penal.

El principio de responsabilidad por el hecho que afirma que nadie puede ser castigado por
su conducta de vida o forma de ser.

El principio de dolo o culpa (también denominado como principio de responsabilidad


subjetiva) considera que para que alguien pueda ser sancionado por la realización de una
conducta delictiva, el hecho delictivo que la persona haya realizado tiene que ser doloso
(querido) o culposo (imprudente).

Principio de exclusiva protección de los bienes jurídicos: implica que el Derecho Penal solo
debe intervenir si existe una amenaza de lesión o de peligro para un concreto bien jurídico.
Para que un bien sea protegido jurídicamente debe reunir una serie de requisitos que
justifiquen esa protección. En nuestro caso la Constitución es un compendio en el que se
reflejan los derechos o los bienes jurídicos protegidos. Solamente va a ser posible que se
tipifiquen como delitos, aquellos comportamientos (tanto acción como omisión) que
lesionen o pongan en peligro los bienes jurídicos más preciados, es decir, los considerados
como auténticos valores.

Principio de efectividad, eficacia o idoneidad: para comprobar la utilidad o la idoneidad de


una pena o una restricción de un derecho, habrá que constatar, si es adecuada para
conseguir el fin perseguido. Será necesario entonces que dicha restricción del derecho
resulte útil para lograr o alcanzar el objetivo punitivo.

Principio de proporcionalidad: Va a ser necesario que la gravedad de lo que motiva la pena


del autor resulte proporcionada a la del hecho cometido. En un primer momento, esta
exigencia nación para la imposición de medidas de seguridad y así garantizar un medio
proporcionado en atención a la utilidad preventiva. Hay dos aspectos que deben
diferenciarse bien en lo referente a la gravedad de las penas:

Exigencia de proporcionalidad de la pena atendiendo al delito.

Exigencia de proporcionalidad establecida en base a la importancia social del hecho.

Principios de humanidad o humanización y de resocialización: este principio abarca tanto el


momento previo a la imposición de la pena como a su ejecución. Este principio ha incidido
sobre todo en las penas de privación de libertad, por ejemplo a través de la suspensión.
Pero todavía es una cuenta pendiente el hecho de humanizar las penas largas o perpetuas
que se consideran inhumanas, por atender a la destrucción de la personalidad. En
todo caso nuestra constitución en su artículo 15 "Todos tienen derecho a la vida y a la
integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas
o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan
disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra"

7.- La Potestad Punitiva que tiene el estado Venezolano es ilimitado o por el contrario tiene
limites.

Tiene límites, tiene radios de acción que implican el respeto a los derechos civiles
consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como en las
leyes nacionales. Las garantías constitucionales son un gran obstáculo al ius puniendi. El
poder punitivo del Estado, en este caso, el Estado venezolano, tiene determinados límites
de actuación al momento de ejercer su castigo en contra del sujeto que ha subsumido su
conducta en el tipo penal, es decir, cuando se configura la tipicidad como uno de los
elementos del delito. Esos límites se materializan antes del proceso penal, en el desarrollo
del proceso penal y una vez concluido éste.De conformidad con el ordenamiento jurídico
venezolano, en los límites del ius puniendi, encontramos:

Prescripción: limitación al ius puniendi del Estado para la persecución y castigo de los
hechos punibles. La prescripción se clasifica en prescripción ordinaria, contemplada en el
artículo 108 del Código Penal; y prescripción extraordinaria (judicial), establecida en el
precepto jurídico 110 ejusdem.
Pena máxima: el Estado venezolano al castigar un delito tiene un límite en la sanción, y es
que en Venezuela la pena máxima es de treinta años, más de eso, no se puede otorgar en la
sentencia condenatoria definitivamente firme; así como también se prohíbe la pena de
muerte. Este principio está respaldo en el artículo 44.3 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en concordancia con el artículo 94 del Código Penal venezolano.

Legalidad: no se puede castigar a ninguna persona por algún delito o falta que no esté
contemplado como tal en leyes preexistentes. Como podemos observar, aquí el Estado
venezolano tiene una gran limitación, ya que, para poder ejercer el ius puniendi, tiene que
haber un sustento legal que justifique su accionar. El artículo 49 numeral 6 ampara tal límite
al ius puniendi.

Muerte del imputado: la muerte del imputado impide al Estado seguir ejerciendo su poder
punitivo en contra de esa persona, que previamente, fue sometida al ius puniendi.

Territorialidad: el Estado venezolano, titular de la acción penal, que es ejercida a través del
Ministerio Público, está limitado territorialmente al momento de ejercer su ius puniendi, y
es que este límite se circunscribe en que solamente puede ejercer su facultad de castigar
dentro del territorio venezolano, no puede castigar a otros sujetos que cometan actos
delictivos en un país distinto al de la República Bolivariana de Venezuela. Esto, sin perjuicio
de lo establecido en el artículo 4 del Código Penal.

No extradición: otra limitación que se presenta al momento de ejercer el poder punitivo, es


la no extradición de venezolanos, es decir, ningún venezolano puede ser extraditado, bien
sea venezolano por nacimiento o venezolano por naturalización. El fundamento
constitucional de esto se encuentra en el artículo 50 de nuestra Carta Magna relacionado
con el artículo 6 del Código Penal.

Personalidad de la pena: cuando una persona comete un hecho punible, el Estado


venezolano está limitado a ejercer su poder punitivo en contra de esa persona, ya que la
responsabilidad penal en la República Bolivariana de Venezuela es personalísima.

Retroactividad de la ley penal: la ley penal tiene efecto retroactivo, solamente, cuando
beneficie al reo. Así que, el sistema de justicia al momento de operar con el ius puniendi,
está restringido a aplicar disposiciones legales retroactivas en perjuicio del reo; solamente
puede aplicarlas cuando lo beneficie.

Proporcionalidad: las medidas cautelares, que se utilizan para asegurar las resultas del
proceso judicial, deben ser proporcionales en relación con el hecho
delictivo que haya realizado el imputado. He aquí un límite importante que se le impone al
ius puniendi, ya que el Estado no puede aplicar una medida de coerción personal en
desproporción con la gravedad del delito cometido por el sujeto activo.

Cosa juzgada y única persecución: no se puede juzgar dos veces a una persona por el mismo
hecho que ya había sido juzgada. Non bis in idem, double jeopardy, o lo que es lo mismo, no
dos veces por lo mismo, otorga seguridad jurídica en los procesos judiciales. Cuando hay
sentencia firme, ese proceso no puede ser reabierto, a excepción de cuando se ejerce el
recurso de revisión penal contemplado en el Libro Cuarto, Título V del Código Orgánico
Procesal Penal.

Ley escrita, previa y formal: esto va estrechamente de la mano con la legalidad, explicada
anteriormente. El derecho venezolano se rige por las directrices del Derecho Positivo, por lo
tanto, toda ley debe ser escrita, previa y debe ser sometida a los procesos formales que
establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en los artículos 204
(iniciativa), 205 (discusión), 207 (sanción o aprobación), 214 (promulgación) y 215
(publicación). El artículo 212 de la Constitución Nacional da muestra del formalismo legal, al
establecer la fórmula que precederá al texto de las leyes.

Acción penal y delitos de acción pública: el titular de la acción penal es el Estado


venezolano, y dicha acción se ejerce a través del Ministerio Público; es decir, éste sustenta
el poder punitivo, es el facultado para ejercerlo únicamente en los delitos de acción pública.

Inviolabilidad del hogar doméstico y de las comunicaciones privadas: los artículos 47 y 48 de


la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela limitan considerablemente al
Ministerio Público cuando se disponga a ejercer su poder punitivo, ya que de manera
expresa y clara restringe el acceso al hogar doméstico sin orden de allanamiento (47), así
como también se garantiza la inviolabilidad de las comunicaciones privadas (48). Las
excepciones para hacer el allanamiento sin orden, únicamente, se circunscriben en impedir
la perpetración de un delito, impedir la continuidad de un delito y cuando se persigue a
personas para su aprehensión.

Prohibición de desaparición forzosa de personas: el poder del Estado venezolano es tan


grande, que se le debe imponer restricciones para que no sea atropellador de los derechos
civiles; y pensando en ello, el legislador estableció la prohibición de desaparecer
forzosamente a las personas, tal como se evidencia en el artículo 45 constitucional en
concordancia con el artículo 180.A del Código Penal. El sujeto activo de este delito puede
ser únicamente un funcionario público. Hay que tener en consideración que el Estado
venezolano es uno solo, y mediante la figura de la descentralización (artículo 4 Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela) es que puede operar para cumplir todas sus
funciones, específicamente, mediante la división del Poder Público, como lo podemos
apreciar en el artículo 136 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Derechos del imputado: los derechos del imputado contemplados en el artículo 127 del
Código Orgánico Procesal Penal imponen barreras determinantes al ius puniendi, debiendo
el Estado venezolano reconocerle tales derechos para que pueda desenvolverse legalmente
en el proceso judicial.

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