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TEÓRICO 6.

BORGES.

LA TÉCNICA DEL CUENTO.

EL ALEPH Y FICCIONES exponen o ponen de manifiesto un laboratorio del lenguaje(=IDEA NUEVA


DE GOLOBOFF).

Casi todos trabajan desde diversas perspectivas esto que yo llamo “ laboratorio de lenguaje” o
“laboratorios de significación”.

En la exposición de estos mecanismos con los que se construye el lenguaje y la significación,


encontramos uno de los centros del pensamiento borgeano. Siempre le preocuparon estas
elaboraciones de palabras, esto que descubrió en el Golem cuando tenía 16 años y marca lo que se
ve en La muerte y la brújula. A esto lo veo en El Aleph, el Zahir, La Escritura del Dios, Las Ruinas
Circulares, Funes el Memorioso, El Milagro Secreto, La Biblioteca de Babel, La Lotería de
Babilonia, El Jardín de Senderos que se bifurcan, La Muerte y la Brújula, Pierre Ménard, autor del
Quijote, Biografía de Tadeo Isidoro Cruz, El Fín, para no nombrar todos, pero en éstos está el eje
central, la esencia de lo que se puede interpretar una escritura, palabra, significación, una
máquina de armar la significación, una retextualización de otro texto: el Tadeo, Pierre Ménard, El
Fín. Una textualización de una historia que se plantea cómo se la va a hacer de entrada, ¿dónde la
ubico?,¿cómo la cuento? Emma Zunz, Tema del Traidor y del Héroe.

Entonces, recordando de clases pasadas, sobre la concepción y el ejercicio de lo fantástico, del


género fantástico, Borges acuerda a la variedad fantástica de la literatura (Prólogo a la Invención
de Morel), propiedades alucinatorias o simbólicas, aunque las mismas se pueden descifrar
mediante postulados específicos, pero no necesariamente sobrenaturales (=idea antigua del
género fantástico.)

El sentimiento de lo vano de las cosas en Henry James. Henry James parece un escritor mundano,
pero al cabo de una página nos encontramos en el infierno, como pasa en El Zahir y El Aleph en los
que parece que estamos en el mundo mundano al principio.

Hay autores que fundándose en Kafka y en otros autores kafkianos del siglo XX hablan de las
fantasías de la conducta o de la imaginación. “Centrar la literatura fantástica en las fantasías de la
conducta y del sentimiento desplazando las que suscita el mundo exterior “(=los objetos, el
Aleph), es algo que no pasa en todos los cuentos de Borges pero sí pasa en los de Cortázar(el
hombre que trata de ponerse un pulóver son fantasías, casi, de la propia conducta, y en otros
también, como la duda entre lo que pasa y lo que no pasa, qué son esas voces, en Casa Tomada, o
si el hermano está o no muerto, en Cartas de mamá) En Borges sí hay objetos mágicos que
dependen del mundo exterior o de la fantasía o imaginación. De todos modos, con este
razonamiento de Borges sobre el cuento fantástico (*): lo vano, la ambigüedad en James, el
mundo crepuscular, ambiguo, el acento está puesto NO en el mundo exterior o en la imaginación
sino en la técnica del cuento, en aspectos más interiores del relato, sentimientos y puntos de vista
de escritores que habrían ayudado a la modernización del género y enriquecido por algunas
deliberadas negligencias del narrador.

(*)YO: Buscar dónde está ese comentario.

Vean cómo cuenta él la historia, el procedimiento del relato. Muchos de sus relatos son versiones.
No son como, pero tienen el mecanismo del chisme:”me dijo X que lo vio a Y con Z y no recuerdo
bien si me lo dijo…, etc.”

En El Hacedor refiere una historia en el cuento El Cautivo, que comienza así:

En Junín o en Tapalqué refieren la historia.

En Elogio de la Sombra (1969), “El etnógrafo” comienza así:

El caso me lo refirieron en Texas, pero había acontecido en otro estado.

En El Informe de Brodie(1970), “El otro duelo”, comienza así:

Hace ya tantos años que Carlos Reyles, hijo del novelista, me refirió la historia en Adrogué, en un
atardecer de verano.

Otros refieren de otro modo la historia. “La vi escrita”, “la contó X”, son procedimientos. No hay
relato sin procedimiento. La historia, el ritmo, cuento en 1ra,2da,3ra. persona. A veces el
procedimiento se ve o se detecta y otras veces no. A veces es omnisciente. En 3ra.persona es
donde menos se ve.

Este procedimiento de Borges ya es ambiguo. Ya no narro como un narrador omnipresente,


omnisciente, que sabe lo que piensa, sueña, lo que va a suceder.

Un ejemplo que junta todo: “La Intrusa” en El Informe de Brodie.

Es la historia de dos hermanos, Cristian y Eduardo Nilsen que viven juntos en el campo con la
misma mujer, Juliana Bustos. Ella prefiere a Eduardo. Cristian la mata para no perjudicar su unión
como hermanos.

El cuento comienza así:

Dicen (lo cual es improbable), que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nilsen, en el
velorio de Cristian, el mayor, que falleció de muerte natural hacia mil ochocientos noventa y tantos
en el partido de Morón. Lo cierto es que alguien la oyó de alguien(=ni siquiera el que habla) y la
repitió a Santiago Davobe (=amigo famoso de Macedonio y Borges que vivía en Morón. Por lo
tanto, mezcla personajes de la realidad), por quien la supe. Años después, volvieron a contármela
en Turdera, donde había acontecido. La segunda versión, algo más prolija, confirmaba en suma la
de Santiago, con las pequeñas variaciones y divergencias que son del caso. La escribo ahora
porque en ella se cifra, si no me engaño, un breve y trágico cristal de la índole de los orilleros
antiguos.Lo haré con probidad, pero ya preveo que cederé a la tentación literaria de acentuar o
agregar algún pormenor.(= falsear. No contar como me la contaron, todo lo cual pone en cuestión
la verdad del relato, la certeza de los hechos.)

Así procede en muchos otros cuentos. En Tema del Traidor y del Héroe (Ficciones), también
primero presenta el tema: historia bajo el influjo de Chesterton y Leibniz que se parece a la de
Julio César, pero me gustaría ubicarla en un ambiente más contemporáneo, en un país X o X,
mejor en Irlanda:

Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor y exornador de elegantes misterios) y del


consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento,
que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles.Faltan pormenores,
rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero
de 1944, la vislumbro así.

La acción transcurre en un país oprimido y tenaz: Polonia, Irlanda, la república de Venecia, algún
estado sudamericano o balcánico…Ha transcurrido, mejor dicho, pues aunque el narrador es
contemporáneo, la historia referida por él ocurrió al promediar o al empezar el siglo XIX. Digamos
(para comodidad narrativa) Irlanda; digamos 1824.

“El nido de la araña” de Bertolucci.(**) Ubica la trama en la Italia fascista. El héroe traidor es un
combatiente irlandés que relata. Es informante fascista. Se pasa de campo y es un hombre de la
dirección de la guerrilla irlandesa y la dirección lo descubre y lo condenan a muerte. Discuten,
confiesa y lo convencen para no matarlo como un traidor, sino supuestamente ser matado por el
enemigo, porque perjudica al movimiento, y entonces en un teatro lo matan. Aparece como
crimen de los ingleses. Figura del doble.

(**) YO: En Google no aparece. En definitiva, que tendría el argumento de “Tema del Traidor y del
Héroe” de Borges.

El procedimiento: Expone el tema, dice dónde va a ubicar la acción, cuándo y por qué.

Por cierto mecanismo inverso procede en Emma Zunz. Narrador omnipresente, omnisciente. No
entendemos el por qué de esas acciones hasta el final, donde se nos dice lo que Emma cuenta a la
policía. Las acciones que no entendía habían sido pensadas para hacer pasar por verdad lo que no
era. (=Cómo se arma un relato ficticio, que Borges dice que NO es fantástico, en el caso de Emma
Zunz.)

Creo que en casi todos los relatos de Borges, sobre todo los de El Aleph, pero está en el resto,
pone la desconfianza, radicada en el narrador borgeano, en la palabra de la comunicación. Pone el
acento en las deficiencias del código (esto de decir que conozco la verdad a partir de una
versión,etc. Yo ubico por lo general las acciones en el siglo XIX para que los realistas no me digan
que en esa esquina no había un bar, etc.)y abre la posibilidad de significación de otros códigos,
lenguajes, sistemas de comunicación (=”cifras”, dice Borges), otros emblemas. Esto, estos sitios,
mecanismos de producción de significados, está en La Muerte y la Brújula. Esto se ve bastante
bien en El Aleph si se piensa que El Aleph es un laboratorio de la significación (Aleph= 1ra. letra del
alfabeto hebreo, la primera que apareció en el mundo. Cuando Dios dice “ Yo soy el alfa y el
omega”, se supone que lo dijo en hebreo. Y dicen los cabalistas que es una de las 4 letras que
contienen los secretos del universo.)

Veo que este cuento, con esa entrada cotidiana, casi mundana, en un universo mundano, nos
presenta 2 secciones: la de los escritores que creen que el lenguaje poético es el de la
comunicación (escritores realistas) y la del otros, como yo, Borges. Que hay otro lenguaje, que no
es el que maneja el realismo, Carlos Argentino Daneri, que es también un Aleph ridículo, del que
se burla el narrador, y se maneja con el lenguaje al que Borges ve deficiente, impropio para
manejar poéticamente el mundo. ESTO ESTÁ DICHO DE OTRO MODO, MÁS CIENTÍFICAMENTE,
POR REST EN “El universo de los signos”.

LA MUERTE Y LA BRÚJULA.

Artificio de la lengua literaria para crear una ficción realista. Falsas pistas bastardean el policial.
Esto da idea del laboratorio del lenguaje. Dice Goloboff que esta idea se podría probar con el
texto. Ahí aparece enfrentada también una crítica al policial. El cuento es también una parodia del
policial. Hay una crítica, casi, a la lectura común, en el enfrentamiento, desde el principio, entre el
policía, Treviranus, que razona con el sentido común sobre el crimen y Lönrot, el investigador, que
le dice que es una hipótesis que puede ser verdadera, pero que están ante un crimen rabínico,
entonces no deben aplicarle un razonamiento policial ,sino rabínico.

Hay dos sistemas lingüisticos de la significación enfrentados. Uno más rudo, más vasto.

El diálogo:

-No hay que buscarle tres pies al gato-decía Treviranus, blandiendo un imperioso cigarro-. Todos
sabemos que el Tetrarca de Galilea posee los mejores zafiros del mundo. Alguien, para robarlos,
habrá penetrado aquí por error. Yarmolinsky se ha levantado; el ladrón ha tenido que matarlo.
¿Qué le parece?

-Posible pero no interesante-respondió Lönrot-. Usted replicará que la realidad no tiene la menor
obligación de ser interesante. Yo le replicaré que la realidad puede prescindir de esa obligación,
pero no las hipótesis. En la que usted ha improvisado interviene copiosamente el azar. He aquí un
rabino muerto; yo preferiría una explicación puramente rabínica, no los imaginarios percances de
un imaginario ladrón.

Treviranus repuso con mal humor:

-No me interesan las explicaciones rabínicas; me interesa la captura del hombre que apuñaló a
este desconocido.

Treviranus le dice “yo preferiría”, como si fuera una elección. Y esto es porque sin esa voluntad de
preferencia no habría cuento, literatura, todo se reduciría a la noticia policial.

Más adelante, el narrador dice:


(…) el periodista declaró en tres columnas que el investigador Erik Lönrot se había dedicado a los
nombres de Dios para dar con el nombre del asesino. Lönrot, habituado a las simplificaciones del
periodismo, no se indignó.

La narración realista y la narración fantástica están enfrentadas en este cuento.

Lo que expone el cuento es la posibilidad de un relato policial o de que haya enigmas(=más


literario, más complejo) , enigmas que sólo develaremos cuando tengamos cara a cara al asesino
después de la operación en la que lo vamos a seguir, que sólo develaremos si sabemos leer la
operación. Por lo tanto, el policía sólo sabe descubrir al autor del crimen.

Hay muchos elementos de prueba de laboratorio. El toma un sistema lingüístico, significativo, que
trae la historia, su conocimiento de la cábala y que explica el nacimiento del universo y de la
significación a partir del Tetragramáton (=las 4 letras que contienen el secreto del universo.)

Borges adquiere entre los 14 y los 16 años estos conocimientos en su bachillerato en Ginebra. En
1916 aparece la novela El Golem de Gustav Meyrink, autor austríaco no judío. Borges dice que el
primer libro que leyó en alemán fue esa novela. Historia de la creación de un hombre por la
judería de Praga. Los judíos pertenecían a una secta (había varias), pero estaba la de Hasidim
(Jasidim, en hebreo), herética, que interpretaba la palabra de Dios de manera sacrílega, como un
lenguaje cifrado. Hay que someter a las Escrituras a una serie de operaciones interpretativas que
consisten en asignar números a las letras, considerar el sistema alfabético hebreo como
numerado y hacer una serie de operaciones con esos números que van a dar diferentes, parecidos
con otras letras. Otra operación es leer las palabras en el texto de derecha a izquierda. Dicen los
cabalistas que la palabra de Dios está en las Sagradas Escrituras pero no visible con la lectura que
hacemos civilmente, por lo que hay que ver qué es lo que está oculto, pero mediante métodos
muy rigurosos y muy cifrados: leer las palabras al revés, AMOR-ROMA, NADA-ADÁN, para ver qué
pudo estar queriendo decir Dios con esta palabra invertida. También el acróstico: nombre cifrado
con la primera letra de cada verso.

Dios pudo crear al mundo a partir de la palabra, el Verbo. Y luego crea a los animales pero le dice a
Adán sus nombres, le traslada la palabra al hombre.

Cuenta la leyenda que en los siglos 12-11, en judería de Praga , o sefaradíes, se crea el Golem. No
tiene vida y le ponen en la frente una caja de madera con una palabra tallada que le va a dar vida.
Es la palabra EMET (=VIDA). Cuando cobra vida, es medio tonto, hace tropelías, hasta que lo
agarran, le sacan una letra, muy a lo cabalista, y convierten la palabra en MET(= MUERTE), y el
Golem muere.

Con este sistema, que es un laboratorio de la significación, compone Borges este cuento y otros,
como La Escritura del Dios. Dice Borges que el poema El Golem es una reescritura interna de Las
Ruinas Circulares.

En La Muerte y la Brújula está también la crítica y parodia al policial. El género policial tiene 2
grandes vertientes: 1) Intelectual, razonadora, que viene de Poe, Chesterton. Es la que maneja
buena parte del policial argentino y sobre todo Borges, que fue traductor de Chesterton. Sus
cuentos son la marcha de una investigación y de… 2) El Policial Negro (años 20,30,40, en EE.UU.)
que no es tan intelectual, sino social. Lo que expone la literatura negra norteamericana es el
crimen social. No interesa descubrir el crimen sino ir develando el sistema(Truman Capote,
Chandler, en parte Walsh, pero él gira a lo político, algo de Piglia.)

Seis problemas de Don Isidro Parodi (1942).

Pero en La Muerte y la Brújula se burla un poco del género, ya que, finalmente, describiéndonos
el razonamiento culto, inteligente, lo único que va a descubrir Lonröt es que lo maten, pero no el
propósito ni que él va a ser la víctima. Por lo tanto, el que tenía razón era el mero policía, no él.
Red Scharlach (Rojo Escarlata) es el verdadero asesino.

(XX?) dice que en este cuento hay un sistema de espejos, como un reloj de arena. La parte
superior de ese reloj imaginario aparece en la primera parte del cuento representado por el
Paradigma hebreo (enunciación del Tetragramáton, Golem,etc.) y abajo estaría el Paradigma
Griego (o greco-latino), a partir del simulacro del 3er. asesinato., en el que Gryphius, el inquilino
de la pieza del bar Liverpool House, es la víctima supuesta de ese simulacro, y Treviranus
encuentra en su pieza un diccionario hebreo bilingüe (greco-latino) donde están subrayadas unas
líneas que dan unas claves del cuento:

(…) El día hebreo empieza al anochecer y dura hasta el siguiente anochecer.

Más adelante, Red Scharlach le dice a Lönrot:

Yo subrayé ese pasaje en el manual de Leusden; ese pasaje manifiesta que los hebreos
computaban el día de ocaso a ocaso; ese pasaje da a entender que las muertes ocurrieron el cuatro
de cada mes.

Previamente, cuando Lönrot llega a la quinta de Triste-le-Roy, dice el narrador:

Pensó que apenas un amanecer y un ocaso (un viejo resplandor en el oriente y otro en el
occidente)lo separaban de la hora anhelada por los buscadores del Nombre.

Que el cuento fue un resplandor en Oriente y un resplandor en América.( YO: NO ESTOY SEGURA
SI ENTENDÍ BIEN.)

Así, estos dos paradigmas enfrentados van a llegar hasta el final.

En el diálogo final entre Lönrot y Scharlach nos encontramos con la paradoja de Zenón de Elea de
Aquiles y la tortuga, que aparece mencionada como “laberinto griego”. (1)

El cuento sucede en Buenos Aires porque Bs.As. tiene 3 puntos, no tiene el este. Y tiene un río que
pasa por Avellaneda, sin decir Avellaneda:
Al sur de la ciudad de mi cuento fluye un ciego riachuelo de aguas barrosas, infamado de
curtiembres y de basuras.

Avellaneda está manejada por conservadores y por un caudillo conservador, Alberto Barceló,
enemigo o socio de Ruggierito. Por eso dice caudillo “barcelonés”:

Del otro lado hay un suburbio fabril donde, al amparo de un caudillo barcelonés, medran los
pistoleros . (2)

Este cuento se puede leer como un cuento policial, como se hace en el colegio.

La mitad de las citas de Borges son falsas. Función: falsificar la realidad.

Uno de los libros que aparece en La Muerte y la Brújula aparece en otro cuento.

Esas citas forman parte de la ficción porque la realidad no existe.

La literatura siempre va a ser ficción.

Borges ha cautivado a legiones de escritores, o sea, a gente que trabaja con el lenguaje, con la
literatura, no lectores comunes. En países socialistas era ávidamente leído. Probablemente, el
lector en el que haya pensado no era el común y por eso resulta difícil de leer para algunos, o en
general.

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DE INTERNET.

(1) Zenón de Elea pretendía demostrar que todo lo que percibimos en el mundo es ilusorio.
Sus paradojas demuestran que el movimiento no existe, que todas las distancias son
infinitas, que no existe el tiempo.
(2) Alberto Barceló (1873-1946) diputado y senador nacional e intendente del partido de
Avellaneda por el partido conservador entre 1909 y 1917, luego en 1924,1927 y 1932, por
lo que el partido de Avellaneda fue considerado su “feudo”. Descendía de un catalán de
Arenys de Mar que fue comerciante en Concepción del Uruguay y vino a caballo a
instalarse en Barracas al Sur (luego Avellaneda).
En esa época, la política argentina estaba llena de personajes que paralelamente a la
actividad pública desarrollaban otra vinculada al juego ilegal, la prostitución y toda clase
de negocios ilegales. Por lo general, eran caudillos con mucho poder que eliminaban a sus
adversarios cuando éstos se ponían muy molestos, que tenían muchos matones a su
servicio y manejaban los asuntos públicos como si fuera una gran empresa de su
propiedad.
Juan Ruggiero, alias “Ruggierito”, era uno de esos matones. Durante las primeras décadas
del siglo XX fue la fuerza de choque del comité conservador de Avellaneda, base política
de Alberto Barceló. Ruggiero se enfrentaba a la fuerza de choque del comité radical,
acaudillada por Julio Valea, alias el “Gallego” Julio. Cuando Barceló asumió funciones
públicas más altas, la asociación de Ruggiero con el comité conservador incidió
negativamente en la imagen de Barceló, quien se distanció de él. Un día en el que el
Gallego Julio estaba en el Hipódromo de Palermo mirando a su caballo correr en la última
carrera, alguien lo mató de un balazo. Se sospechó que el asesino era Ruggiero instigado
por Barceló. El grupo del Gallego se vengó matando a Ruggiero. Barceló, en pro de su
propia reputación, le arregló un funeral público, cubriendo el ataúd con una bandera
argentina.
Cuentan que entre la enorme cantidad de propiedades que tenía Barceló, se destacaban
su mansión permanente de Avellaneda y su casa de fín de semana o quinta en Monte
Grande, que se decía que tenía una complicada red de túneles para permitirle a Barceló
escapar en caso de que las circunstancias así lo exigieran.
A la mala vida en Avellaneda se sumaba la creación en 1932 del Partido Fascista Argentino,
con sede en Avellaneda, y las andanzas de los grupos paramilitares promovidos por la
Legión Cívica Argentina, que salían a castigar judíos.
Avellaneda se creó en 1906, durante la gobernación de Marcelino Ugarte. Antes se
llamaba Barracas al Sur y sólo la separaba del barrio de Barracas un angosto y pestilente
brazo del río.
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