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NOMBRE: FAUSTO DARIO GOMEZ DUARTE

MAESTRANTE EN NEUROPSICOLOGIA CLINICA

1. ¿Cuál o cuáles son las diferencias entre un niño con un diagnóstico de TANV y uno
de TEA que permitan establecer un diagnóstico diferencial?

TANV AUTISMO
 El TANV es un trastorno de aprendizaje  El autismo es un trastorno generalizado
cuyas alteraciones se centran del desarrollo cuyas alteraciones se
fundamentalmente en el hemisferio centran más en la comunicación. La
derecho (orientación espacial, interacción social y la conducta.
psicomotricidad fina, y aspectos  Presentan dificultades marcadas en la
pragmáticos del lenguaje. comunicación y la interacción social, no
 Presenta contacto visual, se le puede existe teoría de la mente (capacidad de
interrumpir al hablar, respeta el turno de la atribuir estados mentales en los otros), no
palabra, aunque presentan dificultades en mantiene el contacto visual, las
la comunicación e interacción social, no dificultades pragmáticas son más
esta tan marcado como es el caso del evidentes.
autismo  Presenta una conducta más inflexible, son
 Trastorno que engloba déficit primario en más resistentes a los cambios. Presentan
percepción táctil y viso espacial, en las dificultades para anticipar situaciones
habilidades de coordinación visomotora y novedosas.
el procesamiento de la información no  Presencia de estereotipas y rituales y
verbal (táctil, visual y perceptivo) rutinas.
 Conducta más flexible, no existe presencia  Alteración en el funcionamiento ejecutivo,
de estereotipias, ni rituales ni rutinas. principalmente a nivel de anticipación,
 los niños con TANV no presentan como flexibilidad cognitiva e incluso conductual.
síntomas principales afectación de las  Las personas con autismo también
funciones ejecutivas y no suelen presentar pueden tener dificultades en orientación y
problemas de flexibilidad conductual. estructuración espacial, pero no
 El TANV es un tipo específico del trastorno constituyen el núcleo de su problema.
del aprendizaje a pesar de que no están además, pueden tener una habilidad
definidos los criterios diagnósticos, ya que especial para recordar itinerarios o
el TANV no aparece en las categorías recorridos, algo que no es frecuente en los
diagnósticas del CIE 10 o DSM-V niños y niñas con TANV.
 Presenta un nivel de inteligencia normal o
por arriba del promedio, pero con una
discrepancia entre el CIV>CIE de 10
puntos o más.
 Estos niños en un principio presentan
fallas de lectura de palabras, y caligrafía,
con el tiempo desaparecen las dificultades,
pero aumenta las dificultades en aritmética
 Pobre ejecución de tareas
construccionales (dibujar)
 Conservan habilidades en el área auditivo
verbal (atención, memoria y percepción)

1. Elija 3 síntomas centrales que presentan los niños con TANV.


DIFICULTADES PSICOMOTORAS

Los niños con TANV exhiben diferentes dificultades motoras, desde los primeros meses se
puede observar pasividad en la exploración del entorno, evitación de gatear o trepar a
objetos, frecuentemente los padres de niños con TANV recuerdan a su hijo como un “bebe
muy tranquilo” y lo describen con términos como “buda” “pachorron”. Las dificultades de
equilibrio son frecuentes y se hace evidentes cuando se inicia la marcha autónoma, hito
evolutivo que alcanzan con retraso. Posteriormente les costara mantener la verticalidad al
saltar, golpear una pelota, montar en bicicleta e incluso mantener una posición vertical al
sentarse. Suelen tener miedo a las alturas y evitan trepar en lo aparatos habituales en los
parques. Con frecuencia tienden a tumbarse en la mesa durante la realización de tareas
escolares. Estas dificultades motoras y las dificultades en el procesamiento táctil y visual
explican que la conducta exploratoria propia de la primera infancia sea escasa. Para
algunos autores esta limitación en la conducta exploratoria es una característica básica del
TANV (Molenaar- Klumper, 2002). Esta autora afirma que el TANV es “discapacitado e la
exploración táctil y visual”.

Durante la etapa infantil (3-6 años), con la incorporación al colegio, se observan además
dificultades en la adquisición de habilidades motoras finas: les cuesta hacer uso de los
cubiertos para comer y tienen dificultad para vestirse, abotonarse, colorear, picar, ensartar,
rasgar y recortar.

La torpeza motora en los movimientos globales es una constante durante el periodo


escolar. Son descritos como niños torpes y patosos. Sus movimientos son lentos y
descoordinados por lo que tienden a evitar los juegos físicos y actividades deportivas tales
como juegos con pelotas, montar en bicicleta, patinar, nadar, etc. Como señala Tanguay
(2002), el niño con TANV “tiene dificultad para que su cuerpo haga lo que él quiere, cuando
él quiere y como él quiere”.

En cuanto a las habilidades grafomotoras, les cuesta adquirir la pinza manual y suelen
ejercer una presión excesiva en el lapicero. El aprendizaje de la escritura es, por lo
general, un proceso arduo y costoso para estos niños porque se sustenta principalmente
en las funciones motora y visoespacial. Les cuesta memorizar los patrones motores de
cada letra, programar secuencias de movimientos manuales (praxias) y ajustar la
producción escrita a una pauta.

En un estudio realizado con una muestra española de niños con TANV, con edades
comprendidas entre los 8 y 16 años, se concluye que las particularidades del
comportamiento motor y gestual son los rasgos clínicos más evidentes. El 80 % de los
sujetos de la muestra presentaba torpeza motora, el 49 % manierismos (movimientos
superfluos e inútiles que acompañan a un acto motor) y un 32 % torpeza grafomotora
(Vaquerizo et al., 2009).

DIFICULTADES VISOESPACIALES

En estudios realizados con pacientes lesionados se sabe que el hemisferio derecho tiene
un papel relevante en la percepción visual, imaginería visual y movimiento en el espacio
(Corballis, 2003).

Las publicaciones sobre el TANV posteriores a Rourke coinciden en situar las dificultades
visoespaciales como una característica básica del trastorno, pero la descripción que se
hace en las mismas es amplia y diversa. A partir de sus observaciones clínicas Thompson
(1997) enumera un extenso listado de dificultades en los niños con TANV que incluye
problemas de diversa índole: procesamiento gestáltico, constancia de la forma, síntesis de
la información, memoria visual, orientación y relaciones espaciales, coordinación
visomotora y rotación mental

En las actividades cotidianas estos niños tienen dificultades en actividades y juegos tales
como puzzles, rompecabezas, juegos de construcciones y montaje de piezas. En los
desplazamientos les cuesta recordar referencias espaciales y se guion por detalles y
claves verbales, suelen tener dificultades de orientación y seguimiento de itinerarios en
espacios complejos (ej. callejero, colegio, centro comercial etc.).

Tanguay (2002) destaca que los niños con TANV tienen dificultad para orientarse respecto
al espacio tanto ellos mismos como los objetos y, como consecuencia, frecuentemente
parecen “desorientados”. También les cuesta calibrar las distancias que hay entre ellos y
los objetos, mas aun cuando estos están en movimiento. Estas dificultades de “conciencia
espacial” y las dificultades de coordinación y control motor explican que estos niños tengan
un riesgo mayor de golpes con objetos, caídas y accidentes.

Molenaar- Klumper (2002) afirma que las personas con TANV tienen dificultad en percibir
la globalidad, analizar, organizar y sintetizar la información además tienen pocas
representaciones mentales de la realidad debido a su poca actividad exploratoria en los
primeros años. Como consecuencia, les cuesta mucho manejarse en entornos novedosos
y en la solución de problemas que tengan un componente visoespacial (ej. Geometría,
instrucciones sobre itinerarios, tareas con gráficos y mapas, etc.).

En las actividades escolares en cuaderno, los niños con TANV pueden tener dificultades
en la disposición y colocación ordenada de las actividades y en la estimación del espacio
que va a ocupar una tarea.

Los niños con TANV tienen dificultad en la percepción y organización del tempo, así como
en la comprensión de conceptos temporales (ej. Horas, días, semanas) y relaciones
inclusivas entre ellos (ej. Una semana tiene 7 días, una hora tiene 60 minutos etc.)

Algunos niños con TANV realizan con normalidad tareas en las que se valoran algunos
aspectos básicos de la percepción visual como son la identificación de objetos en figuras
superpuestas, discriminación figura-fondo y constancia de la forma, mediante pruebas
como el Test de evaluación de la percepción visual (Frostig, 1988) o el subtest de
percepción visual de la batería de Luria DNI (Manga y Ramos, 1991).

La copia de dibujos ha sido tradicionalmente una de las tareas mas utilizadas para evaluar
la habilidad visoespacial/viso constructivo tanto en adultos como en niños. El test de copia
de una figura compleja (Rey, 1999) es, sin duda el mas utilizado. El resultado de los niños
con TANV en esta prueba es generalmente muy bajo.

BAJA COMPETENCIA SOCIAL

Los niños con TANV presentan dificultades sociales que se derivan principalmente de una
alteración en el procesamiento de la información no verbal. Estas dificultades se relacionan
con la disfunción del hemisferio derecho.

El niño pequeño con TANV tiene motivación e interés por la relación con otros niños,
también dispone de una buena competencia lingüística, pero encuentra dificultades en el
procesamiento de esos elementos no verbales.

En una situación social, cuando el niño con TANV adopta el papel del receptor puede tener
dificultad en procesar esos elementos no verbales y no comprender con acierto lo que está
sucediendo o el sentido de lo que se esta comentando. Los niños con TANV tienen
dificultad en comprender no lo que se dice son como se dice. Cuando adopta el papel de
emisor puede tener dificultades en guardar la distancia corporal apropiada y en la
utilización adecuada de gestos miradas, posturas, etc. Perdiendo así la capacidad de
matizar el mensaje verbal. Todo ello lo convierte en un niño con baja competencia social.

Cuando el niño con TANV esta en situaciones de juego y conversación con iguales se
hacen evidente las dificultades, en estos momentos menos estructurados los errores de
interpretación e intervenciones fuera de contexto son constantes. Tienden a ser literales en
la interpretación de mensajes y no captan las bromas o ironías porque únicamente
codifican el lenguaje verbal. En este sentido, son ingenuos y no detectan las mentiras. Si,
por ejemplo, un niño con evidente expresión de enfado grita a voces que no está enfadado,
el niño con TANV lo creerá mientras que todos sus compañeros darán poca credibilidad a
las palabras.

Se pierden en situaciones abiertas y poco estructuradas (ej. Fiestas, patios, etc.). Por la
dependencia de las habilidades verbales pueden ser catalogados como “pesados”. Es
también frecuente que las aportaciones del niño con TANV no encajan con el “tono” de la
situación. Vistos desde fuera, estos niños parecen estar “fuera de lugar”.

En el aula, los niños con TANV pueden adoptar el papel de “gracioso” como intento de
sentirse valorados por el grupo. La reacción de los demás les puede reconfortar, pero el
hecho es que en muchas ocasiones los compañeros se ríen “de” ellos y no “con” ellos. En
definitiva, este comportamiento no suele ser apropiado para integrarse en el grupo.

Por último, el niño con TANV puede interpretar los acercamientos normales de otros niños
de una manera negativa, hostil y amenazante. Este hecho guarda relación con el modelo
de hipótesis de valencia (Davidson, 1995) según el cual, el patrón de dominancia
hemisférica en el procesamiento emocional depende de la valencia de los estímulos. Así,
el hemisferio izquierdo es dominante para el procesamiento de emociones positivas
(felicidad, sorpresa) mientras que el hemisferio derecho es dominante para el
procesamiento de emociones negativas (enfado, tristeza).

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