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Las acciones de las personas sobre el medio ambiente siempre provocan efectos colaterales
sobre este, pero el impacto puede variar mucho en función de la intervención. La
preocupación por los impactos ambientales abarca varios tipos de acciones, como la
contaminación de los mares con petróleo, los desechos de la energía radioactiva o desechos
radioactivos/nucleares, la contaminación auditiva, la emisión de gases nocivos, o la pérdida de
superficie de hábitats naturales, entre otros.
Cuando hablamos del siglo XXI, se debe tener en cuenta que en este momento histórico se han
producido importantes y numerosos cambios en la esfera económica, tecnológica, social,
industrial, de la cultura y del medio ambiente. Cuyo rasgo más destacado es el avance
significativo de la ciencia y de las tecnologías.
Estos cambios han afectado a todos los ámbitos de la vida humana y su seguridad. Según el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 1994), la seguridad humana se
compone de siete dimensiones o valores a proteger: la seguridad económica, la alimentaria, la
sanitaria, la medioambiental, la personal, la comunitaria y la política.
DEGRADACIÓN AMBIENTAL
Los conflictos sociales, incluyendo las guerras como sus expresiones más violentas, están
aumentando como consecuencia del cambio climático; motivados por el acceso a los recursos
naturales como los bosques, las pesquerías, las tierras agrícolas y el agua, que ya es un
elemento clave en muchas de las guerras.
Por consiguiente, los problemas ambientales son los impactos de las actividades o conductas
del ser humano tanto sociales, económicas, políticas y culturales sobre su entorno o ambiente
natural. Es decir, el ser humano se relaciona con los elementos de la naturaleza y cuando este
interviene causando algún daño sobre ellos, es lo que se le conoce como problemas
ambientales.
Por otro lado, existen muchos problemas en el planeta tierra, pero entre lo más importantes
vale mencionar los siguientes:
Contaminación Ambiental
Cambio climático
Calentamiento global
Efecto invernadero
Deforestación
Desertificación
Incendios forestales
Modificaciones genéticas
Sobrepoblación
Pérdida de biodiversidad
Minería ilegal
Desastres naturales
Lluvia ácida
Dispersión urbana
Basuras y vertederos
En consecuencia, cada uno de estos problemas ambientales impactan sobre los ecosistemas
naturales, el paisaje, y la salud humana ocasionando efectos como cáncer, enfermedades
respiratorias, trastornos, inmunodeficiencia, alergias y otros que deterioran la calidad de vida y
el ambiente.
Así pues, existen muchos otros problemas ambientales que cada día se agravan más por la
degradación del medio ambiente y todos sus recursos naturales. Por lo tanto, el único
causante es la especie humana por el desconocimiento, no conocer los elementos del
ambiente y principalmente por la falta de educación ambiental que promueva el
conocimiento, sensibilización y conciencia en toda la humanidad en general como respuesta
ante estos impactos ecológicos para lograr un desarrollo sostenible.
De ahí que, toda la humanidad debe actuar ahora mismo por poner en práctica, medidas para
solucionar estos problemas ambientales que aseguren la supervivencia por medio de las
siguientes acciones:
No contaminar
No talar y quemar
Parar el consumismo
Con todo lo anterior dicho, es hoy y ahora mismo el comenzar con un cambio urgente de
conducta hacia el cuidado y protección del medio ambiente. La solución de todos los
problemas ambientales es responsabilidad del mismo causante como el hombre y de él
depende su propia existencia y la de las futuras generaciones en este planeta.
Finalmente, toda la humanidad sin duda alguna; está enferma de consumismo, materialismo,
codicia, ambición y todo tipo de interés económico que sobrepasa su importancia sobre la
salud y la verdadera calidad de vivir en un planeta libre de contaminación para los niños y
niñas. En definitiva, los problemas ambientales están logrando que el único hogar como el
planeta tierra deje de existir, porque si cada persona, familia, comunidad, escuela, estado y
sociedad en general no actúan inmediatamente por resolver esta catástrofe ambiental,
pondrán fin a la vida y al futuro del medio ambiente para siempre.
La fiebre del oro está corriendo por las planicies del sur de Venezuela, a medida que por sus
ríos y drenajes se vierten miles de litros de sustancias tóxicas que amenazan al ecosistema y a
las poblaciones más pobres, sobre todo las indígenas.
El auge de la minería aurífera dentro del Parque Nacional Canaima, declarado patrimonio de la
humanidad la UNESCO, ha desatado luchas territoriales en Bolívar entre mineros ilegales e
indígenas por hacerse del control de zonas ricas en oro. Para los explotadores de este metal
precioso el término “medio ambiente” es demasiado etéreo.
La contaminación
Con el uso rudimentario y sin control del mercurio para la extracción de oro, miles de litros de
esta sustancia tóxica están corriendo a diario por los ríos y afluentes del minero estado Bolívar,
contaminando peces y sembrados, y generando un alto riesgo de malformaciones en recién
nacidos y problemas neurológicos en los pobladores a corto plazo, denuncian organizaciones
ambientales.
El mercurio se utiliza para separar y extraer el oro de las piedras en las que se encuentra. Este
se adhiere al valioso mineral, formando una amalgama que facilita su separación de la roca,
arena u otro material. Luego se calienta la amalgama para que se evapore el mercurio y quede
el oro, explica una guía del Programa de Naciones Unidas para Medio Ambiente (PNUMA).
"En muchos casos sólo 10% del mercurio agregado a un barril o a una batea (en el caso de la
amalgamación manual) se combina con el oro para producir la amalgama. El resto (90%) es
sobrante, debe retirarse y reciclarse, o se libera en el medio ambiente", convirtiéndose en un
peligroso factor para la naturaleza, según los especialistas al servicio de PNUMA.
Cerca de 50.000 mineros se dedican a la extracción de oro en Bolívar, según datos de 2017 de
la Cámara Minera de Venezuela, pero las estadísticas aún no exponen los dígitos de afectados
por la exposición al mercurio, un problema común en muchos países de Suramérica donde
esta forma de economía es clave en zonas remotas y no es controlada por el Estado.
Un reporte del Observatorio de Ecología Política de Venezuela indica que “el uso prolongado
de mercurio para la extracción de oro y otros minerales ha dejado terribles secuelas en el
ambiente y la salud de las comunidades, con uno de los índices de contaminación más altos en
el mundo”.
Bolívar es el estado más grande de Venezuela y por él circula más de una decena de ríos con
afluentes hacia Brasil y Colombia. Las vertientes de agua contaminada terminan tarde o
temprano mezclándose, por lo que una pequeña crisis ambiental en un par de poblados puede
terminar convirtiéndose en un problema internacional.
El mercurio en sus distintas formas es tóxico para el sistema nervioso central y el periférico. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la inhalación de vapor de mercurio
puede ser nociva para los sistemas nervioso e inmune, el aparato digestivo, los pulmones y
riñones, con consecuencias a veces letales.
En el caso de Venezuela, Colombia y Perú, la extracción del oro se realiza generalmente a cielo
abierto deforestando bosques y vertiendo mercurio sin reparar en las consecuencias para el
medio ambiente y las poblaciones indígenas.
Las sales de mercurio inorgánicas “son corrosivas para la piel, los ojos y el tracto intestinal y, al
ser ingeridas, pueden resultar tóxicas para los riñones. Es por eso que la insuficiencia renal, a
largo plazo, es uno de los mayores problemas por la exposición al mercurio”, detalla el médico
venezolano Samuel Yary, quien desde el estado Bolívar ha sido testigo, junto a sus colegas, de
los padecimientos que algunos pobladores expresan tras revelar su exposición a ese metal
pesado.
Explotación extendida
Un mapa con 33 sitios de actividad minera dentro y en los alrededores del Parque Nacional
Canaima, verificados por vía satelital entre 2017 y 2018, fueron presentados por esta
organización en un detallado informe enviado a la UNESCO este año, para advertirle de los
daños a este patrimonio de la humanidad.
SOS Orinoco ha constatado evidencias de las enfermedades por envenenamiento por mercurio
entre los mineros, cuya expectativa de vida es muy baja por los riesgos a los que se enfrentan.
Sin embargo, los expertos de la organización anotan que son los mineros los responsables de la
contaminación porque “el mercurio es esencial en el proceso de extracción del oro”.
Las minas a cielo abierto tienden a incluir estanques de agua servida para curar el oro, y los
gases emanados no solo han resultado nocivos para los mineros y habitantes, sino en conjunto
para el ecosistema de ese rico estado venezolano.
Los daños ambientales más evidentes generados con la explotación del Arco Minero son la
remoción de los fondos de los ríos y la deforestación, aunque los expertos de SOS Orinoco
sugieren que “el peor efecto de todos es el socio ambiental ya que la minería ha destruido y
desestructurado las comunidades indígenas”.
La región
Conforme la fiebre del oro se expande en Venezuela y con ello sus consecuencias, en América
Latina son pocos los países donde los propios pobladores tienen controles a la hora de utilizar
mercurio u otros químicos para la explotación aurífera.
Investigadores de la Universidad Externado de Colombia estiman que al menos 80 ríos
colombianos estarían contaminados con mercurio, con los departamentos de Chocó, Bolívar y
Antioquia entre los que más afectados, ha reportado Radio Caracol.
El Departamento Nacional de Planeación de Colombia estima que ese país es el tercero con
mayores índices de contaminación por mercurio en el mundo por detrás de China e Indonesia,
explicó a esa radio Milton Montoya, director de Investigaciones del Departamento de Derecho
Minero de la Universidad Externado.
Una investigación del Centro de Innovación Científica Amazónica, que trabaja desde Perú,
reveló que en los últimos 32 años (1985-2017), 95.750 hectáreas fueron deforestadas por la
minería aurífera en el sureste de la Amazonía peruana -un área más vasta que la ciudad de
Lima- y uno de los grandes responsables es el uso prolongado del mercurio.
Los expertos de SOS Orinoco no tienen evidencias hasta ahora de que el cianuro, como otro
elemento químico que facilita la explotación aurífera ilegal, se esté usando en zonas
venezolanas, explicaron a DIARIO LAS AMÉRICAS. “Aquí es fundamentalmente el mercurio”,
subrayaron.
América Latina y el Caribe han participado en la negociación del Convenio de Minamata sobre
el mercurio, una estrategia de las Naciones Unidas para frenar su uso y emisión. Aún quedan
varios países de la región por ratificar este mecanismo legal y crear las bases para su
aplicación.
En casos como los que se ven en las selvas de Colombia, Venezuela y Perú, donde buena parte
de territorios ricos en recursos están siendo explotados ilegalmente, hace falta la conciencia
nacional sobre los daños futuros. Si el oro genera riquezas, las tierras muertas traen miseria.
La actividad minera, tal y como está planteada, fragmentará los ecosistemas de la zona, en su
mayoría bosques, provocarán una importante pérdida de especies tanto de flora como de
fauna, algunas de las cuales ya se encuentran amenazadas. Es de destacar que muchas de las
especies de la zona son endémicas, es decir, no se encuentran en ninguna otra parte del
mundo.
Los bosques continuos que queden en pie correrán riesgo de degradarse progresivamente
dada las severas condiciones que tendrán las áreas deforestadas, las cuales propician sequias
locales, mayor efecto del viento que favorecerá la continua caída y muerte de árboles que
queden expuestos.
La zona del sur del Orinoco representa el área con mayor biodiversidad del país. Se estima que
más de la mitad de especies de la fauna del país habita en esta zona del territorio nacional,
entre las que se incluyen especies emblemáticas como el manatí, la tonina rosada, el caimán
del Orinoco y la tortuga Arrau. Especies que ya se encuentran amenazadas.
La inevitable perdida de especies de fauna que se producirá de llevar a cabo esta actividad en
la extensión propuesta en este proyecto, hará difícil la recuperación de estos ecosistemas,
pues se estarán eliminando especies que cumplen funciones importante en la naturaleza.
El tipo de minería planteada, producirá la modificación del terreno y pérdida de suelo. En las
áreas que requieren la minería a cielo abierto resulta difícil la recuperación de los ecosistemas.
Esta actividad generará una enorme cantidad de sedimentos que tendrán a su vez compuestos
contaminantes como en el caso del cianuro, que se convertirán en un pasivo ambiental. La
deforestación masiva impactaría la región más antigua del planeta, a la cual le ha llevado más
de 4.000 millones de años desarrollarse sin posible recuperación.
En cuanto a la salud también se tendrán efectos catastróficos. Por ejemplo:
Las zonas deforestadas y donde se generen pozos de agua representarán condiciones idóneas
para las especies de los mosquitos Anopheles darlingy y Anopheles marajoara trasmisores del
plasmodiumcausante de la Malaria. Actualmente, la región del estado Bolívar ya es foco de
malaria a causa de la deforestación por minería.
A pesar de que se piensa que el cianuro es menos contaminante que el mercurio, ya que este
compuesto puede descomponerse de forma natural en el ambiente dando productos no
tóxicos, esto sólo podría ocurrir si el cianuro se encuentra en bajas concentraciones y en
condiciones de un medio neutro con suficiente luz solar. Sabemos, por experiencia de otras
actividades mineras en la región, que para poder disolver oro se necesitan 350 mg de cianuro
por litro de agua, y en un proyecto de esta magnitud se necesitaría miles de litros de agua y en
caso de un accidente de derrame de cianuro, el cual es factible ya que ha ocurrido en otras
zonas de Latinoamérica (Ej: Mina Veladero Argentina,) la descomposición natural podría ser
poco probable ya que extensas áreas de la cuenca del Orinoco son zonas oscuras y muy
turbias, que impedirían la descomposición.
El daño en los ecosistemas acuáticos de la región, debido a la tala de bosques, erosión de los
suelos, sedimentación en los cursos de agua y alteración del régimen fluvial por embalses y
distritos de riegos afectará irremediablemente la biodiversidad acuática y los recursos
pesqueros continentales del país.
Buena parte de la alta productividad pesquera del noreste del país se debe a la influencia del
río Orinoco y sus aguas enriquecidas en nutrientes. No obstante, si las concentraciones de
micronutrientes aumentan significativamente ante aportes antropogénicos, tal como se espera
con las actividades mineras, se produciría un colapso del sistema costero con altas
consecuencias sobre los recursos marinos pesqueros del país.
Se espera que la actividad minera genere una alta descarga sedimentaria que traería cambios
negativos en la producción pesquera en la región del Caribe Este. Aún sin realizar el proyecto
del Arco Minero, se ha reportado que en época de abundantes lluvias hay descensos
significativos en la salinidad y aumentos importantes en la temperatura, que generan alta
susceptibilidad en peces a infecciones bacterianas. Igualmente, se ha reportado que a través
de la descarga del río Orinoco puede ocurrir la dispersión de patógenos producto de
contaminantes de origen antropogénico, provocando mortandad masiva de peces en la región.
Finalmente, hay que destacar que la temporada de huracanes del Atlántico coincide con la
época de mayor descarga de agua del río Orinoco. Las evidencias demuestran que la
intensidad y duración de la mayoría de los huracanes más destructivos de la historia en la
región, han sido influenciados por la interacción atmósfera-océano con la descarga de los ríos
Orinoco y Amazona justo antes de llegar al Caribe. Esto implica que al generar aguas aún más
cálidas debido al incremento de la descargas del río Orinoco producto de la megaminería, se
generarán período de huracanes más vigorosos a los observados en los últimos meses.
Sabemos que es necesario el desarrollo económico y tecnológico del país, pero respetando la
legislación que rige la materia, garantizando la conservación de los ecosistemas y con ellos los
servicios que estos ofrecen. Los bloques de explotación minero del proyecto incluyen varias
Áreas bajo régimen de administración especial, cuya figura debe y tiene que ser respetada.
Existen países en la región, como el caso de Costa Rica, que han preferido otras actividades
económicas antes que la megaminería y por ende se están dirigiendo un desarrollo sostenible.
Nosotros, de desarrollar este proyecto, perderíamos la oportunidad de:
3. Ser ejemplo de un desarrollo que empodere a sus comunidades y las haga salir de la
dependencia y de la pobreza.
https://www.derechos.org.ve/actualidad/ucv-consecuencias-ambientales-del-proyecto-arco-
minero