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“El Derecho no es un fin, sino un medio.

En la escala de valores no aparece el


derecho. Aparece en cambio la justicia que es un fin en sí y respecto de la
cual el derecho es tan solo un medio de acceso. La lucha debe ser, pues, la
lucha por la justicia.” Eduardo Couture. “Los Mandamientos del Abogado”

DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO


DEL CONTENIDO PROGRAMÁTICO
El Programa está conformado por tres (3) unidades, como son: UNIDAD I.
Generalidades sobre el derecho procesal del trabajo. UNIDAD II. El Procedimiento Ordinario
Laboral. UNIDAD III. Procedimientos Especiales del Trabajo.

Siguiendo el orden pre señalado, se pasa a la Unidad I.

UNIDAD I. GENERALIDADES SOBRE EL DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO.


Objetivo de la Unidad: Determinar el contenido del Derecho Procesal del Trabajo, la
Jurisdicción Social, Principios Orientadores, Organización, Función e instituciones que la
conforman, tomando en cuenta su naturaleza especialísima.

Esta primera unidad está a su vez compuesta por cinco (5) temas, a saber:

Tema 1. Introducción al Derecho Procesal del Trabajo.


1. La Jurisdicción Social. 2. El Derecho Procesal Social y el Derecho Procesal del
Trabajo. 3. Naturaleza del Derecho Procesal del Trabajo. 4. Autonomía del Derecho Procesal
del Trabajo. 5. Relaciones con otras disciplinas jurídicas.
Tema 2. Los Conflictos. La Organización Administrativa y Judicial del trabajo.
1. Los conflictos de trabajo. Causas. Clasificación y sistemas de solución. 2.
Organización Judicial del Trabajo. 3. Institución de la Defensoría Pública de los Trabajadores. 4.
La Competencia.
Tema 3. Fuentes y Principios Fundamentales que orientan el Derecho Procesal del
Trabajo.
1. Fuentes del Derecho Procesal del Trabajo. 2. Principios orientadores del Derecho
Procesal del Trabajo. 3. Interpretación del Derecho Procesal del Trabajo.
Tema 4. Las partes en el Proceso Laboral Venezolano.
1. Las Partes: Parte Formal – Parte Sustancial. 2. Capacidad o legitimación Procesal. 3.
Capacidad de los sujetos laborales.
Tema 5. De la Inhibición y la Recusación.
1. Conceptos. 2. Causales de Inhibición y Recusación. 3. Trámites y procedimientos. 4.
Efectos.

Demos paso al tema uno (1).

TEMA 1. INTRODUCCIÓN AL DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO.


Como el título lo indica este primer tema trata de darnos una visión inicial de la
cátedra, básicamente su concepto, génesis y lugar en el derecho, compartiendo con otras
ramas de la ciencia jurídica.

Usted, ustedes, para poder leer esta información de seguro emplearon un


procedimiento, es decir, siguieron unos pasos para, por ejemplo, prender la computadora y
buscar en ella con el programa respectivo este documento, una vez abierto leerlo, y esto
requiere saber subir o bajar la página o contenido reflejado en la pantalla. O tal vez el
procedimiento fue a través del teléfono, activar los datos, abrir la aplicación, entrar en una
conversación, descargar, compartir o pasar la información a la computadora, etc.

De modo que los procedimientos son importantes, pues representan los pasos para
efectuar algo. Y entre las diversas formas se pretende realizar las actuaciones de la mejor
manera posible, es decir, con calidad y cantidad, en el menor tiempo. En pocas palabras, con
eficacia. Y eso, es igual en todo, en los procesos productivos de una pequeña o gran empresa,
en los quehaceres del hogar, etc.

De manera que es fácil entender que así como, p.e., los ingenieros o los médicos
deben dar unos pasos para efectuar su labor de construcción o de una operación, así el
abogado para hacer cumplir el derecho ha de seguir un procedimiento. Lo contrario sería
hacer lo que quisieramos, lo cual de ser permitido generaría un caos, y sobre todo inseguridad
jurídica, vale decir, lo contrario a la seguridad jurídica, en este caso representada en la
confianza que los ciudadanos sobre las reglas de procedimiento.

Y ¿qué sería entonces un procedimiento? ¿Será sinónimo de proceso? No son


sinónimos, como vemos de seguida:

“Procedimiento y proceso. Sin romper la unidad del Derecho Adjetivo (v.), en que uno y otro se
integran, caben diferenciaciones esenciales entre ambos. De modo característico, el procedimiento
es la forma, y el proceso (v.), el fondo. El primero actúa de continente o molde; el segundo, de
contenido o fisonomía. (…) El procedimiento constituye el camino; el proceso, el vehículo que
permite recorrerlo a las partes y a los órganos (sujetos) públicos que lo transitan.
Si se quiere un ejemplo diferenciador, el establecimiento de un plazo es un acto procedimental; su
utilización, un acto procesal. La forma de redactar un escrito y la oportunidad de presentarlo
corresponden a lo procedimental; los hechos y alegatos consignados en él son materia del proceso,
porque tienden a fijar el planteamiento, a sostener una pretensión y a determinar una resolución.”
(CABANELLAS, Guillermo. “Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual”, 12a Edición. Editorial
Heliasta, S.R.L. Buenos Aires-Argentina. 1979, T.V, 806 P. p.434)

Y en palabras del preindicado autor, el PROCEDIMIENTO JUDICIAL es el “Conjunto de


trámites y formas que rigen la instrucción y resolución de una causa, en cualquiera de los
fueros.” (Ibidem 437)

Por ejemplo, en la causa o proceso penal de José contra Pedro, la Fiscalía se equivocó
aplicando los lapsos del procedimiento laboral y no del penal.
Recalquemos esto: el proceso penal o el civil, o cualesquiera, pueden cambiar el
procedimiento, para hacerlo más eficaz, y se modificarían normas del COPP o del CPC, según el
caso, pero el proceso sigue siendo penal o civil, incluso, imaginemos que en el futuro lleguen a
tener un procedimiento compartido.

Y aquí es pertinente preguntarnos ¿Sería útil que existiera un procedimiento único?

En materia de niños, niñas y adolescentes, en materia laboral, civil, penal, mercantil,


contencioso administrativo, etc., el procedimiento no es el mismo, y podemos decir que ello es
así en virtud de que las materias, y por ende las personas intervinientes son distintas, niños,
trabajadores, herederos, sujetos activos y pasivos de delitos, comerciantes, el Estado, etc, pero
no podemos olvidar que poseen la finalidad común o compartida de hacer JUSTICIA expedita.

Si la finalidad es la misma, los lapos pueden ser iguales o similares o con pocas
diferencias, incluso dos o tres procedimientos serían mejor que la lluvia o multiplicidad de ellos
para las diferentes ramas del derecho, y peor aún múltiples procedimientos dentro de una
misma rama, como ocurre en materia civil con su procedimiento ordinario o común y al lado,
los llamados procedimientos especiales.

Por qué es de interés esto? Imagínese que usted sacó ‘20’ puntos en Procedimiento
Civil, pero ‘01’ en procedimiento penal. Ahora imagínese que ud ha ganado todos los casos
civiles, pero un amigo ha sido detenido injustamente en una cola de gasolina, y cuando ud
pretende ayudarlo por fraternidad, se da cuenta, no sólo que el procedimiento es diferente,
sino que a su amigo no se le concedió la inmediata libertad por un error de usted por
desconocer una interpretación jurisprudencial respecto a una norma procedimental para
intentar un amparo (Habeas Corpus). A la vez, resulta que ese mismo amigo tenía pendiente
una audiencia preliminar laboral, a la cual ud compareció pero no consignó escrito de
promoción de pruebas, a pesar de que tenía abundante material probatorio.

Evidente es que todo habría sido más fácil si el procedimiento fuese común a los
procesos del ejemplo.

Pero vallamos más allá de nuestras propias fronteras y seamos más globales. Han
escuchado hablar del Código Modelo Iberoaméricado? Es como su nombre lo indica un intento
por unificar los procedimientos civiles en iberoamérica. Si el referido cuerpo normativo fuese
acogido, y se convierte en una realidad en la práctica, se tendría la posibilidad de que el
Venezolano que hoy reside en Chile conocería el procedimiento civil por ser el mismo que en
Venezuela.

Esa unificación tal vez llegue algún día, y sobre todo cuando se ha convertido en una
urgente necesidad para los miles y miles de abogados que emigran y se ven limitados para
ejercer su profesión. Y de seguro uds podrían aportar ideas para el desarrollo de esa
unificación procedimental.

Ahora bien, dicho lo anterior ¿qué sería el procedimiento laboral? Con sus propias
palabras ud puede decir, algo como el procedimiento empleado en los procesos laborales o del
trabajo. Pero podemos ser más generosos en la respuesta. ¿Es de una rama del Derecho? ¿Qué
persigue?, ¿es especial?, ¿es uno solo?, ¿dónde se hace valer?, ¿cuándo?

En sentido estricto, reducido o limitado (estricto sensu) el procedimiento del trabajo se


refiere a las actuaciones ante los tribunales, pero en sentido amplio (latus sensus) abarcaría
todas las gestiones que se hagan además ante las autoridades administrativas (como la
Inspectoría del Trabajo) para lograr hacer cumplir frente a otro la aplicación del derecho
sustantivo del trabajo (p.e, pago de horas extras, vacaciones no disfrutadas, indemnizaciones
por accidente laboral).

La cátedra se centraría en el procedimiento laboral ante tribunales y en segundo orden


ante la Inspectoría del Trabajo. Y se trata de un procedimiento ordinario aplicable a todas las
causas posibles, salvo en los casos de Estabilidad (despidos o desmejoras), en las nulidades de
Providencias Administrativas de Inspectorías del trabajo, Instituyo Venezolano de los Seguros
Sociales (IVSS) y el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laboral (INPSASEL),
cuando sean de competencia laboral, que tienen un procedimiento de nulidad regido
fundamentalmente por la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa (LOJCA);
y de otra parte el procedimiento de amparo (laboral), que se centra en la LOASDGC) y su
desarrollo jurisprudencial.

El Procedimiento laboral o del trabajo sería entonces el diseñado para solucionar los
conflictos de naturaleza laboral, y es estudiado en esta cátedra de Derecho Procesal del
Trabajo como rama de las Ciencias del Derecho, y que es especial, como se explica ut infra,
vale decir, más adelante.

1. LA JURISDICCIÓN SOCIAL.
La administración de justicia en sentido propio se efectúa a través de los tribunales, y
son ellos los que realizan actividad jurisdiccional, a ellos está encomendado precisamente,
administrar justicia. De modo que jurisdicción social hace alusión a los tribunales con
competencia en el área de la llamada Justicia Social.

Al hablar de Justicia Social, obvio es relacionarlo con la colectividad y no con el interés


individual. Ahora bien, NO se puede caer en el extremo de creer que lo importante es lo
individual, y la suma de las soluciones enfocadas de manera individual de manera automática
genera una justicia social, la paz o tranquilidad en la colectividad. De otra parte, el otro
extremo es creer que sólo el enfoque colectivo es lo que se debe tomar en cuenta, ahogando
todo derecho individual. Se debe tener presente que la “naturaleza del hombre, a la vez
individual y social, reclama una armoniosa combinación de ambos principios: libertad
individual y bienestar social.” ( CALDERA, Rafael. “Derecho del Trabajo”. 2da Edición. Tomo I. Buenos Aires –
Argentina. Edit. “EL ATENEO” Pedro García, S.A. 1981. 627p, p.58 ). Se ha de tener un equilibrio, y no cual
reloj de péndulo, ir de un extremo a otro, o como expresa el Dr. Rafael Caldera, escapar de la
“ley física del péndulo”, y para “lograr el equilibrio es preciso tener una idea clara de justicia y
una firme voluntad de servirla” (Idem). Y agrega el autor respecto a la función de la justicia
social que:

“Su función es la de realizar (ese) bien común por encima de intereses particulares. Esta función es
diferente de la que algunos le atribuyen. La justicia social no representa un particularismo de clases;
no es, ni puede ser, un instrumento de opresión proletaria sobre los demás sectores sociales. Con la
vista puesta en el bien común, le toca dar siempre a cada uno lo que le corresponde. En necesario
entenderlo y dejarlo sentado.” (Idem)

La Justicia social tiene como punta de lanza al Derecho del Trabajo, pero igualmente es
protagonista, o impregna, cada vez más, otras ramas del Derecho, por ejemplo, el derecho
agrario, el de niños, niñas y adolescentes, el derecho de inquilinato o arrendamiento, etc.

2. El Derecho Procesal Social y el Derecho Procesal del Trabajo.


Partimos del hecho de que el Derecho Social tiene por norte el bien común, no el
beneficio de un sector en detrimento de otro, sino la comprensión de que el bien común es
positivo tanto para la colectividad como para el individuo.
El Derecho Procesal Social está referido a la forma de hacer efectivo el Derecho Social
(Derecho del trabajo, Derecho de niños, niñas y adolescentes, etc.); de modo que el Derecho
Procesal del Trabajo (DPT) es el que trata sobre la forma de hacer cumplir el derecho
sustantivo laboral, a través de la aplicación de las reglas procesales por ante los tribunales del
trabajo.

Inicialmente, las causas laborales se resolvían a través del procedimiento ordinario


previsto en el CPC, sin embargo, con el desarrollo de la especialización se hizo presente el
Derecho Procesal del Trabajo (DPT).

El Derecho Procesal del Trabajo (DPT), también puede decirse que “es el conjunto de
las normas jurídicas que regulan el procedimiento para que los órganos jurisdiccionales
(laborales), resuelvan los conflictos jurídicos derivados del hecho social trabajo y a garantizar
su efectiva tutela.” (MORA DÍAZ, Omar Alfredo. “Derecho Procesal del Trabajo”, Caracas,
Organización Gráficas Capriles, C.A. 2013, p.35)

3. Naturaleza del Derecho Procesal del Trabajo.


Recordemos que al hacer referencia al Derecho del Trabajo, la mayoría de los
estudiosos en la materia, entre ellos el profesor Rafael Alfonzo-Guzmán, que en su naturaleza
jurídica no encuadra o se adecúa a la antigua y famosa clasificación romana de derecho público
y derecho privado. Y ello es así, toda vez que aunque regule relaciones entre particulares de
derecho privado (o de derecho público), la regla es que se privilegie el orden público, que
incluso las relaciones privadas, los acuerdos de voluntad estén sometidos en su mayoría a un
marco de acción prediseñado, que las partes no pueden desmejorar. Así, se concluye que
convergen o se reúnen normas de derecho privado y de derecho público en un ambiente
eclético.

Ahora bien, al hacer referencia a procedimiento, esas normas son diseñadas por el
Estado, para que cuando los sujetos involucrados (empleador y entidad patronal pública o
privada) acudan a los tribunales a dirimir o solucionar sus diferencias, sepan a qué atenerse en
cuanto a forma y oportunidad de los actos procesales.

Sin embargo, el proceso y su procedimiento NO son un fin en sí mismo, sino que


pretenden obtener la verdad de los hechos (situación fáctica o premisa menor), para poder
definir la norma sustantiva (salario, vacaciones, etc.) a aplicar (premisa mayor del silogismo
jurídico), a la cual se adecúan o subsumen los hechos, para llegar a una conclusión o sentencia
acorde a derecho y justicia, y no a caprichos o voluntades de cada quien, como se grafica a
continuación:

Los hechos del caso específico (cobro de horas extras). = Premisa Menor
La norma prediseñada en la que el caso concreto se encuadra. = Premisa Mayor
La tarea de subsunción o engrane de los hechos en el derecho. = Conclusión (Demanda, o contestación o
sentencia según de quien se trate).

El proceso y el procedimiento persiguen la justicia no la mera aplicación de normas


sustantivas y/o adjetivas (procedimiento).

Dicho lo anterior, se concluye que el Derecho Procesal del Trabajo (DPT), igual que los
demás procedimientos, corresponde al campo del derecho público, puesto que se imponen
normas de orden público (de obligatorio cumplimiento), pasando a un reducidísimo segundo
plano, la voluntad de las partes involucradas, con las características propias que pueda tener el
derecho procesal de cada rama del derecho, en el caso del DPT, el hecho social trabajo. A la
par se destaca que procedimiento laboral el Juez tiene amplias facultades para buscar la
verdad (art. 5 LOPT), no se tiene que limitar con la actuación de las partes (Principio
Dispositivo), sino que debe impulsar la continuación del proceso de oficio, es decir, aún sin que
se lo pidan (Principio Inquisitivo), es el que dirige el proceso como Rector del proceso (art. 6
LOPT).

De manera excepcional se permite a los particulares relajar o apartarse de lo que dice


la norma de procedimiento, p.e, hacer una defensa anticipada, como apelar antes de que la
sentencia dictada (oralidad) sea publicada con todos sus fundamentos (escrituralidad y
seguridad jurídica); o renunciar a un lapso dado en beneficio de la parte que renuncia a él.

También es posible que aunque no se cumpla al pie de la letra la norma de


procedimiento, se cumpla el objetivo y por ende se haga innecesario reponer la causa para
corregir el error, es lo que se conoce como Teoría Finalista, es decir, que cumplido el fin, no
son relevantes los errores formales, p.e, una notificación efectuada en persona no facultada
para darse por notificado, la cual a su vez le comunica a la persona adecuada, y esta participa
oportunamente en el acto y etapa procesal correspondiente (audiencia preliminar, audiencia
de juicio, etc).
4. AUTONOMÍA DEL DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO.
Ciertamente el DPT no es una rama del Derecho Procesal Civil o Penal, ni de ningún
otro, sino que posee, por decirlo así su propia personalidad. Siendo autónoma tiene sus
principios propios, producto de la especialidad de la materia, al grado tal que tiene su propio
cuerpo adjetivo como lo es la Ley Orgánica Procesal del Trabajo (LOPT), y antes de ella se regía
por la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimientos del Trabajo (LOTPT).

El Procedimiento laboral regido por la LOPT, tomó entre otros, aportes, precisamente
del Código Procesal Civil Modelo para Iberoamérica (Instituto Iberoaméricano de Derecho
Procesal).

La CRBV, contiene normas que orientan nuestro sistema de justicia en general, así
como de la competencia laboral tanto a nivel sustantivo como adjetivo, y prevé la creación de
la LOPT, en concreto en la Disposición Transitoria Cuarta en donde se lee:

“Dentro del primer año, contado a partir de su instalación, la Asamblea Nacional aprobará:
(Omissis)
4. Una ley orgánica procesal del trabajo que garantice el funcionamiento de una jurisdicción laboral
autónoma y especializada, y la protección del trabajador o trabajadora en los términos previstos en
esta Constitución y en las leyes. La Ley Orgánica Procesal del Trabajo estará orientada por los
principios de gratuidad, celeridad, oralidad, inmediatez, prioridad de la realidad de los hechos, la
equidad y la rectoría del juez o jueza en el proceso. ”

Pasado más del año previsto en la norma transcrita, la Asamblea Nacional aprobó en el
año 2003 la LOPT, cuyo proyecto emanó de la Sala de Casación Social (SCS) del Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ). Así esta norma procesal no sólo dio mayor especialidad al DPT como
autónomo, sino que lo modernizó enormemente.

Es de interés el contenido otorgado al artículo uno (1) de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo (LOPT), en la cual el legislador expone el objetivo de la norma adjetiva laboral, como
sigue:

“Artículo 1°.- La presente Ley garantizará la protección de los trabajadores en los términos
previstos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes, así como el
funcionamiento, para trabajadores y empleadores, de una jurisdicción laboral autónoma,
imparcial y especializada.
Parágrafo Único: La designación de personas en masculino tiene, en las disposiciones de
esta Ley, un sentido genérico, referido siempre, por igual a, hombres y mujeres. ”
(Subrayado agregado)
De la norma transcrita, en su encabezamiento, podemos distinguir dos objetivos: el
Primero está referido al DPT como un instrumento para hacer cumplir la normativa laboral con
independencia del cuerpo legal en que se encuentre (CRBV, LOTTT, etc). En segundo lugar, y
con un sentido más preciso, un proceso laboral en el que el administrador de justicia imparcial,
es decir, que no tenga favorecimiento por alguna de las partes, que sea autónomo, toda vez
que no dependa su criterio de otras personas o instituciones, solo de su interpretación del
derecho en la búsqueda de la justicia. A su vez un DPT autónomo como se indicó en líneas
anteriores.

Y un procedimiento laboral especializado toda vez que es distinto al procedimiento


ordinario civil, es propio de la materia procesal laboral, así, tiene su propia ley adjetiva laboral,
como lo es la Ley Orgánica Procesal del Trabajo (LOPT). Pero además de tener su propia
normativa, es especial porque los jueces que lo aplican son especializados laborales, es decir,
jueces de competencia especializada laboral, en tribunales conformados en Circuitos
Judiciales, p.e. Circuito Judicial Laboral sede Maracaibo, CJL sede Cabimas, CJL del Área
Metropolitana de Caracas, etc. (37 a nivel nacional). Entonces, ¿En qué sentido será
especializado? Como se ha indicado, ley adjetiva propia, jueces especializados en conocimiento
laboral y cuya competencia se circunscribe a esa materia, en los tribunales que conforman un
Circuito Judicial Laboral (Para el caso del estado Zulia, Maracaibo-Cabimas. Resolución N°
2003-00025 y N° 2003-0265, del 6 de agosto y 13 de octubre de 2003, respectivamente).

NOTA: Es de indicar que aún existen tribunales que poseen múltiples competencias,
p.e, civil y mercantil, laboral, de niños, niñas y adolescentes. Esta es la excepción a la regla, y se
debe a factores tales como que en esas zonas el giro de causas es mucho menor.

Es de indicar que la especialidad del procedimiento laboral no excluye que se apoye de


las normas del derecho procesal civil, o de algún otro proceso, siendo que el Derecho es un
Sistema que se interrelaciona, solo que en esa labor de aplicación analógica o por similitud se
debe adecuar a la especialidad de la materia.

Así también es fácil entender que tiene principios que son compartidos con otras
ramas del Derecho (ej. oralidad), y otros que le son propios (p.e., in dubio pro operario, y la
irrenunciabilidad) como se analizará más adelante en el Tema 3.
5. RELACIONES CON OTRAS DISCIPLINAS JURÍDICAS.
El DPT es parte del derecho es una rama del mismo. Y como si se tratase de un árbol y
sus ramas, todas se relacionan. En ese sentido, obvio es que se relaciona el DPT con el resto
del Derecho.

La relación que salta a la vista es la de este con el Derecho del Trabajo en sentido
sustantivo (individual o colectivo), toda vez que el procedimiento del trabajo tiene como fin
último hacer cumplir el derecho del trabajo (salario, vacaciones, horas extras, etc.), a través de
las reglas procedimentales del trabajo.

Igual podemos relacionarlas con todos los demás procedimientos, siendo el Derecho
Procesal Civil (DPC) la columna vertebral o guía de todos los procedimientos, y a la que se
acude en casos de vacíos o lagunas en la normativa procesal del trabajo, toda vez que el
derecho es un sistema (Argumento Sistemático), pero adecuando la aplicación a la naturaleza
especial de la materia laboral (art. 11 LOPT).

El Derecho Procesal del Trabajo, puede, por ejemplo, en los casos de nulidad de
providencias administrativas emanadas de la Inspectoría del Trabajo, en los casos de
inamovilidad, puede nutrirse de la normativa y jurisprudencia del Derecho Administrativo y el
Contencioso Administrativo.

Y así sucesivamente, se pueden precisar relaciones del DPT con otras ramas del
Derecho, pues se reitera el Derecho es un todo organizado.

Ahora pasemos a realizar unas actividades respecto al tema.

Prof. Guillermo Barrios A.


gabarrios1@urbe.edu.ve

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