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La adoración de
Dios en la Iglesia
Primaria 2: Haz lo Justo B
Objetivo
Fortalecer el deseo de los niños de adorar a Dios en la Iglesia.
Preparación
1. Con espíritu de oración, estudie Éxodo 20:8 y Doctrina y Convenios 25:12.
2. Prepare una estrella de cuatro puntas, como se ilustra más abajo, y póngala
en la bolsa de papel que habrá de utilizar para realizar el juego.
3. Prepárese para ayudar a los niños a repetir la letra del verso “A la iglesia
voy”.
4. Materiales necesarios:
a. Un ejemplar de Doctrina y Convenios.
b. Una bolsa de papel.
c. La lámina 3–25, Vamos a la Iglesia; la lámina 3–59, La repartición de
la Santa Cena (62021); la lámina 3–64, La oración en la Iglesia; la lámina 3–
65, El canto en la Iglesia; la lámina 3–66, Escuchemos en la Iglesia, y la
lámina 3–67, El presidente Spencer W. Kimball.
d. Tiza, pizarra y borrador.
5. Haga los arreglos necesarios para las Actividades complementarias que
desee llevar a cabo.
Actividades complementarias
Escoja de entre las siguientes actividades las que sean más apropiadas para los
niños de su clase. Puede realizarlas durante la lección, como repaso o resumen.
Para más información, véase “El período de clases”, en “Ayudas para el maestro”.
1. Ate un botón dentro de una de las esquinas de un pañuelo. Diga a los niños
que usted lo va a dejar caer y que ellos deben levantar la mano si escuchan
cuando el pañuelo caiga al suelo. Elogie a los que levanten la mano porque ello
significa que estaban escuchando con mucha atención. En seguida, saque el
botón y vuelva a dejar caer el pañuelo. A continuación, diga a los niños que
levanten la mano si esta vez escucharon caer el pañuelo en el suelo.
Diga a los niños que siempre deben escuchar con atención, tal como lo hicieron
con el pañuelo; que cuando alguien se pone de pie para dirigirles la palabra, ya
sea el obispo, la presidenta de la Primaria o uno de los niños de la Primaria
para dar un discurso, ellos deben escucharles con atención. Cuando los
maestros se ponen de pie frente a ellos en el salón de clase, quiere decir que
deben escuchar a fin de oír lo que el maestro diga. Recuerde a los niños que es
importante que ellos siempre oigan las cosas importantes que se les digan; por
lo tanto, es preciso que escuchen atentos lo que se está diciendo.
2. Cuente el siguiente relato:
A Carmen le gustaba ir a la Primaria. Un domingo, su padre le preguntó:
—¿Carmen, qué aprendiste hoy en la Primaria?
La niña pensó por un momento y contestó:
—No me acuerdo, papá.
Entonces Carmen recordó que durante todo el período de la Primaria había
estado pensando en lo mucho que se iban a divertir en el cumpleaños de su
amiga Sabrina, al día siguiente. ¡No había prestado atención durante todo el
período de la Primaria!
Entonces su papá le dijo:
—Carmen, me complace que vayas a la Primaria, pero mamá y yo deseamos
que también seas reverente mientras estás allí.
—Pero, papá, ¡yo estuve bien tranquila y callada!
—Y me alegro mucho que hayas estado callada, Carmen, pero eso es sólo un
aspecto de la reverencia, ya que es preciso que también escuches con atención
y participes en todas las cosas. Cuando se ofrece una oración, debes estar
pensando en lo que se dice como si fueras tú misma la que está diciendo la
oración, y luego debes decir amén. Cuando cantes, debes pensar en la letra de
la canción. Además, debes prestar atención a tus maestros. Y si participas en
todas las cosas de la Iglesia, te sentirás más cerca de nuestro Padre Celestial.
¡Eso es ser reverente!
3. Si hubiera en su clase un niño que no esté presente o que sea menos
activo que los demás, tome unos minutos para escribirle una carta. Pida a los
niños que le ayuden mencionando cosas que hacen los domingos en la Iglesia
y de las cuales el niño a quien dirijen la carta no haya disfrutado. Exprésele en
la carta que tanto usted como el resto de los miembros de la clase le echan de
menos. Pida a cada uno de los niños que firme la carta, y asegúrese de que el
niño la reciba.
4. Ayude a los niños a cantar o a repetir la letra del verso “Las puertas de la
capilla”.
Las puertas de la capilla así oigo decir:
Aquí reverencia hay que rendir.
¡Chist; callad!
Hay cosas que afuera es mejor hacer:
Jugar, brincar, corretear, reír.
Mas si a entrar por las puertas vas,
¡Chist; callad!
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