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LECCIÓN 40

La adoración de
Dios en la Iglesia
Primaria 2: Haz lo Justo B

Objetivo
Fortalecer el deseo de los niños de adorar a Dios en la Iglesia.

Preparación
1. Con espíritu de oración, estudie Éxodo 20:8 y Doctrina y Convenios 25:12.
2. Prepare una estrella de cuatro puntas, como se ilustra más abajo, y póngala
en la bolsa de papel que habrá de utilizar para realizar el juego.

3. Prepárese para ayudar a los niños a repetir la letra del verso “A la iglesia
voy”.
4. Materiales necesarios:
a. Un ejemplar de Doctrina y Convenios.
b. Una bolsa de papel.
c. La lámina 3–25, Vamos a la Iglesia; la lámina 3–59, La repartición de
la Santa Cena (62021); la lámina 3–64, La oración en la Iglesia; la lámina 3–
65, El canto en la Iglesia; la lámina 3–66, Escuchemos en la Iglesia, y la
lámina 3–67, El presidente Spencer W. Kimball.
d. Tiza, pizarra y borrador.
5. Haga los arreglos necesarios para las Actividades complementarias que
desee llevar a cabo.

Sugerencias para el desarrollo de la lección


Pida a un niño que ofrezca la primera oración.
Si en la clase anterior usted instó a los niños a hacer algo en particular durante la
semana pasada, pregúnteles si lo hicieron.
El domingo es un día especial
Actividad para despertar el interés
Ayude a los niños a repetir la letra del verso “A la Iglesia voy”.
Qué gozo y alegría siento, si a la iglesia voy.
Un quieto son oigo al entrar y quedo voy a mi lugar.
Amigos puedo saludar, si a la iglesia voy.
Con grata voz entono himnos, si a la iglesia voy;
Y la cabeza inclinar, las oraciones escuchar.
Pensar más bien que conversar, si a la iglesia voy.
Del Padre Celestial me enseñan, si a la iglesia voy.
Las gracias puedo a Él dar, por mi familia y hogar.
Por bellas cosas que apreciar, si a la iglesia voy.
Explique que nuestro Padre Celestial sabía que teníamos necesidad de contar
todas las semanas con un día en el que pudiéramos aprender más de Él y de
Jesucristo. Por lo tanto, hizo del domingo un día especial para nosotros, un día en
el que hemos de ir a la reunión sacramental y a la Primaria. Él desea que el
domingo sea un día de felicidad, un día cuya llegada siempre esperemos con
anhelo, interés y buena disposición.
La Iglesia es un lugar especial
Relato y análisis
Cuente a los niños la historia de un niño que tuvo un problema por el que estuvo a
punto de dejar de ir a la Iglesia. Se llamaba Vaughn Featherstone, y años después
llegó a ser Autoridad General. Como introducción al relato, explique que la familia
del élder Featherstone era muy pobre y por esa razón no contaban con los medios
para comprar mucha ropa.
“ … yo tenía un par de zapatos que usaba para ir a la Iglesia. No eran de los
mejores y tenían agujeros en la suela; yo hacía plantillas de cartón o cartulina para
evitar tocar el suelo con los pies. Cuando estaba en la Iglesia, me sentaba y me
aseguraba de no cruzar la pierna para que nadie viera que tenía los zapatos rotos.
Todo marchó bien hasta que los zapatos estuvieron completamente rotos. Yo no
sabía qué hacer. Recuerdo que era sábado y pensé: Tengo que ir a la Iglesia. Allí
me siento importante y ellos se preocupan por mí. Con esto en mente, fui hacia
una caja de zapatos que algunos vecinos nos habían regalado. Los miré uno por
uno, pero no había ningún par que me sirviera … había uno, pero era de los
zapatos que usan las enfermeras. ¿Cómo puedo usar estos zapatos? En la Iglesia
se van a reír de mí, pensé, de modo que decidí que no me los pondría y no iría a
la Iglesia.”
• ¿Qué sentirían ustedes si se encontraran en la situación del élder Featherstone?
• ¿Qué harían?
Dé a varios niños la oportunidad de responder, y luego continúe el relato:
“Esa noche y temprano por la mañana seguí meditando acerca del problema …
¡Sabía que tenía que ir! … y decidí lo que iba a hacer. Iría corriendo temprano a la
Iglesia y me sentaría en las primeras bancas antes de que llegaran los demás.
Pensé: Pondré los pies hacia atrás del banco para que nadie me vea, y esperaré
hasta que todos se vayan. Una vez que todos hayan salido, correré nuevamente
hasta mi casa. Ese era mi plan. Entré como un rayo a la Iglesia media hora antes;
no había nadie allí. Escondí los pies debajo del banco, y muy pronto comenzaron
a llegar los demás. Repentinamente alguien anunció: “Y ahora tendremos la
separación de clases”. ¡Me había olvidado de que teníamos que ir a clase … ! Me
sentí aterrorizado. Los hermanos acomodadores llegaron por el pasillo hasta la
hilera de bancas en la cual yo me encontraba sentado; todos se pusieron de pie y
salieron. Yo permanecí en mi lugar; no me podía mover por miedo a que alguien
viera mis zapatos. La presión social era intensa. Toda la reunión pareció
detenerse y esperar a que yo me moviera, de modo que tuve que ponerme de pie
y salir. Seguí al grupo de mi clase escaleras abajo.
“Creo que ese día aprendí la lección más grande de mi vida. Cuando llegamos al
salón de clase, vi que la maestra había colocado las sillas formando un
semicírculo. Sentí como que cada uno de mis zapatos midiera medio metro de
ancho. No pueden imaginarse lo avergonzado que me sentía. Observé a todos a
mi alrededor, pero ninguno de los niños de ocho o nueve años de edad se rió de
mí. Ninguno me miró ni señaló mis zapatos. La maestra tampoco miró. Yo los
observaba a cada momento para ver si alguien me miraba … Lógicamente ellos
vieron los zapatos de enfermera, pero tuvieron la delicadeza de no reírse de mí”
(Vaugh J. Feathersone, “Acres of Diamonds”, Speeches of the Year, 1974, Provo,
Brigham Young University Press, 1975, págs. 351–352).
• ¿Por qué estuvo el élder Featherstone dispuesto a ponerse los zapatos de
enfermera para ir a la Iglesia? (Porque tenía grandes deseos de ir a la Iglesia.)
Ponga de relieve el hecho de que Vaughn Featherstone sabía lo importante que
es ir a la Iglesia, por lo que se sentía feliz de ir todas las semanas, aun cuando su
familia no tenía los medios para comprarle buenos zapatos; consideraba que ir a
la Iglesia era más importante que tener un bonito par de zapatos nuevos.
Vamos a la Iglesia para adorar a nuestro Padre Celestial y
a Jesucristo
Actividad en la pizarra y láminas
Explique que en todo el mundo niños y niñas asisten a la Iglesia con sus padres
todos los domingos. Cuando vamos a la Iglesia y tomamos parte escuchando y
aprendiendo, en verdad estamos adorando al Señor.
Con letras de molde, escriba en la pizarra la palabra Adoración.
Aclare que hay muchas maneras de adorar a Dios en la Iglesia. Exponga la lámina
3–59, La repartición de la Santa Cena.
Recuerde a los niños que cuando tomamos la Santa Cena, recordamos a
Jesucristo. Si hemos sido bautizados, renovamos el convenio bautismal que
hicimos de recordarle siempre y de obedecer Sus mandamientos. El tomar la
Santa Cena es una de las formas más importantes de adorar al Señor cuando nos
encontramos en la Iglesia.
Ponga la lámina 3–65, El canto en la Iglesia, junto a la lámina de la Santa Cena.
Pasaje de las Escrituras
Especifique que cuando cantamos un himno con agradecimiento en el corazón,
expresamos de ese modo el amor a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo. Si no
cantamos, perdemos la oportunidad de adorarles.
Lea a los niños Doctrina y Convenios 25:12. Haga hincapié en que nuestro Padre
Celestial se siente complacido cuando le cantamos himnos y canciones sagradas.
Actividad con láminas
Ponga la lámina 3–64, La oración en la Iglesia, junto a la lámina que ilustra el
cantar en la Iglesia.
Mencione que cuando estamos en la Iglesia, oímos muchas oraciones.
Recuérdeles que cuando otra persona está ofreciendo una oración, debemos
cerrar los ojos, inclinar la cabeza y escuchar todo lo que se diga.
• ¿Qué decimos al final de una oración? (Amén.)
• ¿Por qué decimos “amén”? (Para indicar que estamos de acuerdo con lo que se
ha dicho.)
Indique que durante la Santa Cena podemos orar en silencio. Mientras pensamos
en Jesucristo, podríamos pedir a nuestro Padre Celestial que nos ayude a escoger
lo justo y obedecer los mandamientos.
Ponga la lámina 3–66, Escuchemos en la Iglesia, junto a la de la oración.
Análisis
• ¿Cómo podemos demostrar en la Iglesia que estamos escuchando con
atención? (Sentándonos tranquilos y callados, mirando al orador o al maestro y
escuchándole con atención.)
Pida a los niños que mencionen algunas de las personas a las que debemos
escuchar cuando estamos en la Iglesia. Dígales que levanten un dedo cuando
deseen participar. Entre las respuestas podrían estar: un orador en la Primaria o
en la reunión sacramental, los jóvenes que bendicen la Santa Cena, los que oran
en la clase o en las reuniones y el maestro.
Relato
Muestre la lámina 3–67, El presidente Spencer W. Kimball, y explique que él fue
un Profeta y el duodécimo presidente de la Iglesia. A continuación, cuénteles el
siguiente relato acerca de él:
“Spencer W. Kimball era sólo un niño cuando oyó a una de las autoridades de la
Iglesia decir a los miembros de la congregación que debían leer las Escrituras.
Pensó entonces que él nunca había leído la Biblia y por tanto se impuso la meta
de leerla.
“Cuando a la conclusión del sermón se fue a casa, subió a su habitación en la
buhardilla, encendió una pequeña lámpara de petróleo y esa misma noche leyó los
primeros capítulos de Génesis. Aun cuando era una tarea difícil, él sabía que si
otras personas podían hacerlo, él también podía.
“Un año después terminó de leer todos los capítulos de la Biblia. Cuando hubo
terminado, sintió la agradable satisfacción de saber que se había fijado una meta y
que la había alcanzado” (véase Spencer W. Kimball, “Haciendo planes para una
vida plena y satisfactoria”, Liahona, septiembre de 1974).
• ¿Por qué decidió Spencer W. Kimball leer la Biblia? (Porque oyó a un líder de la
Iglesia decir a los que estaban en la congregación que debían leer las Escrituras.)
• ¿Qué han oído ustedes decir en algún discurso que les haya interesado o que
les haya ayudado a cumplir con los mandamientos o aprender más acerca del
evangelio?
Resumen
Juego
Muestre a los niños la estrella que preparó. Haga notar que en ella se encuentran
escritas las cuatro maneras de adorar a Dios que usted les ha enseñado hoy.
Explíqueles que usted pondrá la estrella en la bolsa de papel y dará a cada uno de
ellos la oportunidad de sacarla, tomándola de una punta, y que deberán responder
a lo que usted les indique tocante a la palabra escrita en la punta de la estrella que
hayan tomado.
A continuación se mencionan algunas sugerencias. Formule la misma pregunta
cada vez que se escoja la misma punta. Como hay muchas respuestas diferentes
para el tema indicado por cada palabra, este juego se podría repetir a fin de dar a
todos los miembros de la clase varias oportunidades de participar.
Escuchar: Nombra algunas de las personas a las que debemos prestar atención
en la Iglesia. (Los miembros del obispado, los presbíteros que bendicen la Santa
Cena, los oradores y los maestros de la Primaria.)
Cantar: Nombra una canción que te guste cantar en la Iglesia. (Si lo desea,
podrían cantar la canción que el niño escoja.)
Orar: Nombra una de las ocasiones en las que se dice una oración en la Iglesia.
(La primera oración, la bendición del pan, la bendición del agua, la última oración,
la oración que se ofrece en silencio, las oraciones para empezar y para terminar la
Primaria.)
Santa Cena: Nombra una de las cosas que puedes hacer durante el servicio de la
Santa Cena. (Pensar en Jesucristo, sentarme tranquilo y callado, escuchar las
oraciones, recordar el convenio bautismal.)
Testimonio del maestro
Exprese su testimonio de que cuando escogemos adorar a Dios de la manera
correcta, recibimos grandes bendiciones de paz, adquirimos una mayor
comprensión del evangelio y nos sentimos más cerca de nuestro Padre Celestial y
Jesucristo. Exhorte a los niños a prestar más atención durante la próxima reunión
de la Iglesia.
Pida a un niño que ofrezca la última oración.

Actividades complementarias
Escoja de entre las siguientes actividades las que sean más apropiadas para los
niños de su clase. Puede realizarlas durante la lección, como repaso o resumen.
Para más información, véase “El período de clases”, en “Ayudas para el maestro”.
1. Ate un botón dentro de una de las esquinas de un pañuelo. Diga a los niños
que usted lo va a dejar caer y que ellos deben levantar la mano si escuchan
cuando el pañuelo caiga al suelo. Elogie a los que levanten la mano porque ello
significa que estaban escuchando con mucha atención. En seguida, saque el
botón y vuelva a dejar caer el pañuelo. A continuación, diga a los niños que
levanten la mano si esta vez escucharon caer el pañuelo en el suelo.
Diga a los niños que siempre deben escuchar con atención, tal como lo hicieron
con el pañuelo; que cuando alguien se pone de pie para dirigirles la palabra, ya
sea el obispo, la presidenta de la Primaria o uno de los niños de la Primaria
para dar un discurso, ellos deben escucharles con atención. Cuando los
maestros se ponen de pie frente a ellos en el salón de clase, quiere decir que
deben escuchar a fin de oír lo que el maestro diga. Recuerde a los niños que es
importante que ellos siempre oigan las cosas importantes que se les digan; por
lo tanto, es preciso que escuchen atentos lo que se está diciendo.
2. Cuente el siguiente relato:
A Carmen le gustaba ir a la Primaria. Un domingo, su padre le preguntó:
—¿Carmen, qué aprendiste hoy en la Primaria?
La niña pensó por un momento y contestó:
—No me acuerdo, papá.
Entonces Carmen recordó que durante todo el período de la Primaria había
estado pensando en lo mucho que se iban a divertir en el cumpleaños de su
amiga Sabrina, al día siguiente. ¡No había prestado atención durante todo el
período de la Primaria!
Entonces su papá le dijo:
—Carmen, me complace que vayas a la Primaria, pero mamá y yo deseamos
que también seas reverente mientras estás allí.
—Pero, papá, ¡yo estuve bien tranquila y callada!
—Y me alegro mucho que hayas estado callada, Carmen, pero eso es sólo un
aspecto de la reverencia, ya que es preciso que también escuches con atención
y participes en todas las cosas. Cuando se ofrece una oración, debes estar
pensando en lo que se dice como si fueras tú misma la que está diciendo la
oración, y luego debes decir amén. Cuando cantes, debes pensar en la letra de
la canción. Además, debes prestar atención a tus maestros. Y si participas en
todas las cosas de la Iglesia, te sentirás más cerca de nuestro Padre Celestial.
¡Eso es ser reverente!
3. Si hubiera en su clase un niño que no esté presente o que sea menos
activo que los demás, tome unos minutos para escribirle una carta. Pida a los
niños que le ayuden mencionando cosas que hacen los domingos en la Iglesia
y de las cuales el niño a quien dirijen la carta no haya disfrutado. Exprésele en
la carta que tanto usted como el resto de los miembros de la clase le echan de
menos. Pida a cada uno de los niños que firme la carta, y asegúrese de que el
niño la reciba.
4. Ayude a los niños a cantar o a repetir la letra del verso “Las puertas de la
capilla”.
Las puertas de la capilla así oigo decir:
Aquí reverencia hay que rendir.
¡Chist; callad!
Hay cosas que afuera es mejor hacer:
Jugar, brincar, corretear, reír.
Mas si a entrar por las puertas vas,
¡Chist; callad!

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