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50 años de asociación
1962-2012
Fotografía y fotoilustraciones
Manuel Valle
manuelvalle@gmail.com
Diseño y diagramación
ACE - Alianza en Comunicación Empresarial Ltda.
Impresión
Impresores Mohler Ltda.
ISBN 978-958-57578-0-6
2
Para María Stella:
dulzura e inspiración de mi vida,
fuente de fortaleza en esta senda.
A los Neurocirujanos,
que le salvaron la vida a mi papá,
y recuperaron mi buen andar.
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CONTENIDO
Agradecimientos........................................................................................................ 9
Presentación.............................................................................................................. 11
Prólogo....................................................................................................................... 15
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
3 Los maestros............................................................................................................. 59
Mario Camacho Pinto............................................................................................... 60
Ernesto Bustamante Zuleta...................................................................................... 63
Alejandro Jiménez Arango....................................................................................... 66
Carlos Alberto Acevedo Vega.................................................................................. 68
Arcesio Zúñiga Hernández....................................................................................... 70
José Mora Rubio......................................................................................................... 71
Jaime Gómez González............................................................................................. 72
Antonio Becerra Lara................................................................................................ 74
Juan Mendoza Vega.................................................................................................... 77
Juan de Dios Trujillo Mejía....................................................................................... 79
Humberto Uribe Posada........................................................................................... 80
Jaime Fandiño Franky............................................................................................... 81
Arnoldo Levy.............................................................................................................. 83
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CONTENIDO
Anexos........................................................................................................................... 163
Anexo 1. Condiciones para la existencia del programa de Neurocirugía
en las universidades............................................................................... 164
Anexo 2. El Neurocirujano como enfermo......................................................... 171
Anexo 3. La anécdota médica del clan 2008........................................................ 176
Anexo 4. Lecciones políticas de un hematoma subdural................................... 180
Anexo 5. Afiliados a la Asociación Colombiana de Neurocirugía.................. 182
Anexo 6. Condecoraciones entregadas por la ACN............................................ 191
Anexo 7. Medallas al mérito Antonio Becerra Lara entregadas por la ACN... 193
Anexo 8. Miembros junta directiva de la ACN................................................... 194
Bibliografía.............................................................................................................. 196
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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AGRADECIMIENTOS
H abría sido imposible escribir este libro sin la invaluable colaboración de un impor-
tante número de personas, todas ellas protagonistas de la gran historia de desarro-
llo de la Neurocirugía en Colombia, quienes siempre mostraron su disposición para
compartir con nosotros su información, experiencias e impresiones, y con ello nutrie-
ron la pluma que les dio vida a estas páginas.
Al doctor Juan de Dios Trujillo, quien revisó los primeros borradores, y cuyas reco-
mendaciones nos fueron de gran utilidad.
A Ricardo Luna Cano, por sugerirnos giros literarios para embellecer estas páginas, y a
Juan Manuel Angulo Burgos, por enviarnos unas fotos maravillosas del totumo.
Al doctor Hugo Sotomayor Tribín, quien con paciencia y sabiduría nos enseñó las
magníficas piezas y recuerdos que enriquecen el legado médico colombiano, en el Mu-
seo de Historia de la Medicina de la Academia Nacional de Medicina.
A Luis Bonilla Norato, Luis Carlos Cadavid, Humberto Uribe, Alfredo Pedroza y
Humberto Caiafa, cuyos importantes documentos y fotografías nutrieron esta histo-
ria. Y a Leonidas Quintana, de Chile, y León Turjanski, de Argentina, por facilitarnos
material que nos permitió ampliar nuestra visión de la Neurocirugía latinoamericana.
Los autores agradecemos muy especialmente al doctor Juan Carlos Oviedo, presidente
de la ACN, por su entusiasmo y la confianza que depositó en nosotros para registrar
en los anales de Colombia la historia de la Neurocirugía escrita con tinta indeleble por
prohombres, y que está llamada a constituir un hito en la historia misma de Colombia.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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PRESENTACIÓN
E l desarrollo vertiginoso de las Ciencias Neurológicas hace que lo hasta ayer impen-
sable hoy sea una realidad. Movimientos anormales que en el pasado reciente se
consideraban enfermedades crónicas e incurables, ahora tienen luz de control mediante
operaciones que nunca fueron imaginadas por los neurólogos; asimismo, y de más re-
ciente aparición, están las cirugías de trastornos psiquiátricos y epilépticos que cuentan
hoy con un moderno armamento que posibilita su control y hasta su curación.
Igual sucede en otras áreas del saber neuroquirúrgico, como el manejo de los aneuris-
mas cerebrales, que cada día está más avanzado tanto en lo endovascular como en lo
microquirúrgico. Grandes progresos en conceptos de biomecánica y estabilidad en la
columna por parte del Neurocirujano, hacen especial el cuidado de la médula espinal y
sus raíces, área que sin duda alguna ocupa un lugar privilegiado en nuestros intereses y
afectos.
La sobrevida de pacientes con tumores del sistema nervioso central viene en incremen-
to, gracias a planeaciones racionales con recursos que emplean la información digital,
con imágenes y equipos día a día más sofisticados para el acceso y la remoción de
lesiones tumorales, los cuales se complementan con radioterapias cada vez más exactas
y mejor programadas.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Nuestro gremio crecerá y será voz cantante en los escenarios nacionales e internacio-
nales solo si es capaz de contribuir al análisis y a la solución de la problemática colom-
biana. No podemos ser inferiores a lo que Colombia espera de nosotros, y eso es, que
protejamos su salud con ética y altura científica e intelectual.
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PRESENTACIÓN
de continuar, y nos heredaron una Asociación de la que nos sentimos orgullosos y que
seguimos construyendo con tesón para honrarlos no solo a ellos, sino a la profesión
misma.
Por eso la ACN aceptó entusiasta convertirse en editora del libro que está en sus
manos, elaborado por el Neurocirujano Remberto Burgos de la Espriella y la escritora
Marlyn Ahumada Yanet, quienes luego de hacer profundas investigaciones y realizar
conversatorios con Neurocirujanos de todo el país, lograron recoger con belleza y pre-
cisión la historia de una comunidad que sirve a su patria con honor y grandeza, desde
el área de la salud, y ha puesto el nombre de Colombia en alto durante cincuenta años.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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PRÓLOGO
Escrito con gran sentido histórico y de reconocimiento a los pioneros, este libro se
inicia con el capítulo titulado “Nace una especialidad”, que recorre someramente los
escenarios que hicieron posible, desde el siglo XIX, la cirugía nerviosa: los descubri-
mientos en Estados Unidos y en Inglaterra de la anestesia etérica o clorofórmica, se-
guidos poco después de la antisepsia y la asepsia como bases que volvieron predecible
y confiable la cirugía general. Al tiempo, a mediados del siglo, se da un resurgimiento
de la neurofisiología y sus alteraciones patológicas con los trabajos fundamentales de
Broca, Huglings Jackson y David Ferrier hasta el punto que los autores califican el
libro de este último, The Functions of the Brain, como una de las obras maestras de
la anatomía funcional. De ahí se sigue una importante sección sobre hemostasia en
cirugía que, arrancando de las innovaciones de Cushing y Mackenzie, nos lleva a través
de Halsted con sus pinzas hemostáticas y sus guantes al electrocauterio de Cushing
y Bovie, y finalmente a la coagulación bipolar, seguida de los primeros elementos
reabsorbibles ya en la década de 1940, todo ello amparado bajo la bandera que había
lanzado Harvey Cushing en 1904 con su conferencia The especial field of Neurosurgery
que los autores reconocen como el acta de nacimiento de la especialidad.
1 Exministro de Salud, expresidente y miembro honorario de la Academia Nacional de Medicina, presidente de la Sociedad
Colombiana de Historia de la Medicina.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Las siguientes páginas, escritas con nobleza y generosidad, están dedicadas a la neuro-
cirugía en Latinoamérica. Empezando con la consideración de las primeras trepanacio-
nes precolombinas, tratan de responder la pregunta de ¿cuándo nació la neurocirugía
latinoamericana? Su respuesta traza la identidad propia del grupo al 27 de febrero de
1944, cuando, por iniciativa del profesor uruguayo Alejandro Schroeder, se estructura
y conforma la Comisión Permanente que dará origen a los Congresos Latinoamerica-
nos de Neurocirugía (CLAN). Esa decisión llevará en mayo de 1945 a la celebración, en
Montevideo, del Primer Congreso Suramericano de Neurocirugía, bajo la presidencia
de Schroeder, al que asistieron médicos y profesores con ya larga experiencia en la
cirugía y las neurociencias. A juicio de los autores, la tríada propulsora la conforman
Chile, Uruguay y Argentina con las figuras cuyas biografías destacan a continuación.
La Comisión Permanente continuaría funcionando durante veinte años hasta con-
vertirse después en la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Neurocirugía
(Flanc).
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PRÓLOGO
Pero, además de aquellos hechos aislados en Bogotá, los autores manifiestan que el
verdadero inicio de la Neurocirugía se da en Medellín en 1894 cuando Tomás Queve-
do reseca por primera vez un tumor cerebral. De hecho, el XVI Congreso de la ACN
en 1994 lo consideró así, pues en ella se cumplieron tres aspectos fundamentales: el
diagnóstico exacto de localización de la lesión, la confirmación quirúrgica y extracción
al menos parcial de la misma, y la recuperación parcial en el postoperatorio de las alte-
raciones funcionales causadas por el tumor. Por ello los autores no vacilan en calificar
a Quevedo como el Macewen colombiano. A ese inicio se siguen otras varias interven-
ciones, a la vuelta del siglo, en Medellín y en Bogotá.
El tercer capítulo, como su nombre lo indica, está totalmente dedicado a los maes-
tros de la neurocirugía colombiana, en orden cronológico de nacimientos. No solo va
detallando la formación universitaria y académica sino las principales realizaciones y
publicaciones en su campo, insertando con frecuencia detalles de su vida privada y las
principales características de su personalidad. Son trece biografías de personajes de
nuestras capitales que en alguna forma interactuaron con el autor principal o con la
Asociación, y dejaron profunda huella en sus alumnos o las escuelas que formaron. Ya
fallecidos algunos de ellos, todos disfrutaron hasta el final de la distinción y acogida de
sus compatriotas, excepción hecha de Antonio Becerra Lara, profesor de la Universi-
dad del Rosario y primer secretario de la ACN, quien fuera cobarde y vilmente secues-
trado y asesinado por la guerrilla de las FARC en 1991. Las líneas a él dedicadas son un
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
El capítulo cuarto, “Los Servicios y las regiones”, se inicia como recordando a Becerra,
con una disquisición sobre la violencia política y la Neurocirugía, pero recordando al
tiempo cómo los 16 años del Frente Nacional contribuyeron a la creación y afianza-
miento de muchos Servicios neuroquirúrgicos entre los que se destacan los del Hos-
pital de San Juan de Dios de Bogotá y el de San Vicente de Paul de Medellín. En el
primero resaltan la labor realizada por profesores de la talla de Álvaro Fajardo Pinzón,
Mario Camacho Pinto y Alejandro Jiménez Arango, sucedidos a su vez por José Mora
Rubio y Juan de Dios Trujillo, y lo califica como “un semillero de Neurocirujanos de
lujo que se esparcieron por todo el país e incluso traspasaron fronteras”. Por eso, como
dirán más adelante, es lamentable la desaparición y cierre hace diez años de ese bastión
de la enseñanza y el saber universitarios.
Lo mismo a propósito del de San Vicente de Paul, cuyo servicio fue fundado en 1950
por Ernesto Bustamante Zuleta, iniciándose desde 1951 la primera cátedra de Neuro-
cirugía del país. En esos años van consolidándose también otras instituciones como
el Hospital Militar Central, el Hospital San José y el Instituto Neurológico de Co-
lombia. Después de Medellín pasan a mencionar las instituciones y Servicios de Cali,
en particular el Hospital de San Juan de Dios y el Universitario del Valle, con los
principales Neurocirujanos que en ellos intervinieron. En este último se hace énfa-
sis en la formación de residentes extranjeros, especialmente bolivianos, ecuatorianos
y centroamericanos. Después se pasa a analizar la región del Viejo Caldas, con sus
principales capitales: Manizales, Armenia y Pereira, y los Servicios y cátedras que allí se
iniciaron. De allí a recorrer la Costa Atlántica, “región de toderos”, dedicando men-
ción especial de una página a Jaime Rubio Segura, fundador de la cátedra y del Servicio
en la Universidad del Norte, fallecido a los 64 años de un cáncer que padeció la mayor
parte de su vida y quien, según los autores, dio estatus a la Neurocirugía en Barranqui-
lla. El capítulo concluye con un recorrido por las capitales de los santanderes, Cúcuta
y Bucaramanga, mencionando las fechas y los especialistas que allí iniciaron dichos
servicios a partir de la década de 1950.
En ese sentido el libro cumple con la obligación ineludible que tenemos los colom-
bianos –como yo lo planteaba en mi prólogo de 2006 al libro “Neurociencia-Con-
tribución a la Historia” de Toro, Román y Uribe– de escribir la historia de nuestras
especialidades. Y en ese proceso, como ocurre ahora, el historiador médico se va
transformando lentamente en el historiador humanista, más trascendente que “el poeta
de la Neurocirugía”, como sus amigos llaman a Remberto Burgos.
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PRÓLOGO
Los dos capítulos siguientes se centran sobre el presente y el futuro del recurso huma-
no en el país, comenzando con la pregunta: ¿Qué tanta Neurocirugía necesita Colom-
bia? Para ello apelan primero a las estadísticas mundiales que muestran la proporción
de Neurocirujanos por miles de habitantes, ocupando África un lugar desventajoso
frente a Europa y Estados Unidos. Considerando el volumen de procedimientos
realizados por año y la edad promedio de retiro de los Neurocirujanos a los 65 años, se
llega a un 5,2 por ciento, que debería ser el ritmo anual de crecimiento de sus relevos.
Pero obviamente eso varía de un país a otro y de una cultura de salud a otra. Después
de analizar las condiciones del ejercicio, los seguros de malpráctica y el acceso a las ins-
tituciones, desembocan en la pregunta de hacia dónde va la Neurocirugía y cuál será el
comportamiento futuro de su fuerza laboral. En ello parece contrastar negativamente
Estados Unidos frente a países como Suiza y Suecia.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Las páginas siguientes parecen un ejercicio de futurología pues, partiendo de los avan-
ces tecnológicos presentes, lanza predicciones sobre lo que veremos en años venideros
como la resonancia magnética o la angiografía (“doppler”), intraoperatorios, la vi-
deoangiografía transmicroscópica, la cirugía robótica computarizada, en fin, todos los
progresos dirigidos “a mejorar la calidad funcional del paciente neurológico”, según
sus propias palabras. Que además se suplementan con los nuevos procedimientos o
medicamentos neurooncológicos para el manejo de los tumores. A juicio de los auto-
res, cada vez se aproximan más los límites entre los resultados de la investigación y las
aplicaciones inmediatas, dando como resultado la Neurocirugía funcional, en la que se
combinan la neurocirugía moderna, la informática, la biomedicina y la tecnología para
modificar los alterados comandos del cerebro que producen la enfermedad, ingre-
sando, como dicen, a las etapas de neuromodulación, cuyas características deben ser
eficacia, regulabilidad y reversibilidad. Los principales derroteros, trazados por Issam
Awad hace diez años, se transcriben en un recuadro al final de los textos, aventurándo-
se a predecir lo que significarían, de poderse aplicar efectivamente, en la mejoría de la
calidad de vida de los colombianos.
Una sección final de este capítulo se denomina “Inventos colombianos que salvan
vidas” y se inicia, como es lógico, con el descubrimiento del síndrome de hidrocefalia
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PRÓLOGO
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Por todo ello repetimos que este es un libro admirablemente escrito para celebrar
un onomástico admirable. Como lo dije hace seis años a propósito de un tratado
similar, por el afecto con el que ha sido escrito, por su comprensión y dedicación a
científicos y a pacientes, deberá permanecer por mucho tiempo en las bibliotecas de
sus lectores, sean ellos o no médicos. Y ante todo, porque cumple con el precepto de
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PRÓLOGO
Uno de sus autores, Remberto Burgos de la Espriella, ha sido en los últimos 25 años
uno de los Neurocirujanos más connotados del país y del continente. Javeriano y
formado en el Instituto Neurológico de Colombia, pronto viajó al Canadá para en-
trenarse en Western Ontario con Charles Drake, considerado el “padre” de la cirugía
moderna de aneurismas. Desde su regreso ha mantenido una labor discreta y sostenida,
mejorando cada vez sus técnicas y ocupando lugares tan destacados como la Presiden-
cia de la ACN y la honoraria de la Federación Latinoamericana de Neurocirugía, además
de recorrer el mundo como conferencista invitado a los más importantes foros de su
especialidad. Pero, ante todo, llevando como consigna el servicio social y la dedicación
a sus pacientes, que heredó de sus antepasados monterianos y que ha sabido transmitir
a sus colaboradores y a sus hijos, como se trasluce de la lectura de estas páginas.
¡Congratulemos, entonces, a sus autores y a sus protagonistas por abrirnos la luz in-
efable de las neuronas al interior de nuestro mundo!
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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NACE UNA ESPECIALIDAD
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
En un otoño inolvidable, el 18 de
noviembre de 1904, Harvey Cushing1
presentó en la Academia Médica de
Cleveland la conferencia: “The special
field of Neurosurgery”, la cual en gene-
ral se acepta como el banderazo formal
al inicio de la Neurocirugía como una
especialidad.
1 Harvey Williams Cushing (1869-1939). Médico estadounidense, instaurador de la Neurocirugía como técnica quirúrgica. Sus
aportes a la disciplina pasan por la descripción de los sistemas de coordinación orgánica, fisiología renal y observación de la
hipófisis. En 1932 describió el síndrome de Cushing.
2 William Macewen (1848-1924) fue un cirujano escocés, pionero en la cirugía moderna de cerebro.
3 Del latín professio onis, que significa acción y efecto de profesar.
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NACE UNA ESPECIALIDAD
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NACE UNA ESPECIALIDAD
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NACE UNA ESPECIALIDAD
10 William Stewart Halsted (1852-1922) fue un médico estadounidense, considerado uno de los pioneros de la cirugía moderna.
11 Victor Horsley (1857-1916) fue un Neurocirujano inglés.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
12 Leonard I. Malis (1919-2005) fue un Neurocirujano norteamericano que hizo grandes aportes a la microcirugía.
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NACE UNA ESPECIALIDAD
Desde que eran bebés, a los indígenas de la cultura Tumaco-La Tolita (400 a.C. - 400 d.C.) se les entablillaban
los cráneos para darles la forma que les correspondiera (piramidal, plana, etcétera), de acuerdo con su condición
social. La cerámica de la foto forma parte de la colección del Museo de Historia de la Medicina de la Academia
Nacional de Medicina.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Dos casos históricos de Macewen reali- los efectos del alcohol sobre el compor-
zados tres años después de que falleciera tamiento del individuo y sobre su mente.
el paciente al que no le fue posible ope- Fue un estudioso de la corteza cerebral
rar: intervino con una incisión recta de 4 y realizó experimentos variados de la
pulgadas a un niño de 9 años por hema- actividad eléctrica. Sus estudios sobre la
toma subdural postraumático, frontal rabia, la fisiología del sistema nervioso
derecho, a la altura de la sutura coronal, central y la glándula tiroides merecieron
y en 1881, guiado por las características grandes elogios.
clínicas (convulsión focal), retiró con
Algo poco conocido en Horsley, de alta
éxito un meningioma frontal izquierdo.
cuna y abolengo, es que era una persona
Además, con el rigor del académico,
de generosa sensibilidad social. Buscó
publicó sin reservas su experiencia y la
afanosamente la universalización de la
sometió a discusión13.
atención en salud, y especialmente que
Definitivamente Macewen tiene que ser la clase trabajadora tuviese acceso a los
reconocido como el primer Neurociru- servicios médicos.
jano.
13 Macewen, 1881.
14 Alumno de Wernicke, pionero en focalización cerebral, Otfrid Foerster (1873-1941) fue un importante Neurocirujano
alemán.
15 Clovis Vincent (1879-1947), Neurocirujano francés, se entrenó con Cushing.
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NACE UNA ESPECIALIDAD
16 Ludvig Pusepp (1875-1942) nació en Estonia. Es considerado el primer profesor de Neurocirugía en el mundo.
17 Wenceslao López Algo (1889-1943) fue un neurólogo y Psiquiatra español.
18 Thierry De Martel (1875-1940) fue un brillante Neurocirujano francés.
19 Fedor Krause (1857-1935) fue un Neurocirujano alemán.
20 Francesco Durante (1844-1934), Neurocirujano italiano.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Tríade propulsora
Sin lugar a dudas la tríade propulsora de
la Neurocirugía suramericana la con-
forman Uruguay, Chile y Argentina,
que representados por Alejandro H.
Schroeder y Román Arana Iñíguez, Al-
fonso Asenjo y Ramón Carillo, se con-
virtieron en la cima del Aconcagua de la
Cordillera de los Andes que habrían de
escalar los demás países para estar a la
altura de esos grandes fundadores de la
disciplina en estas latitudes.
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Esta pieza forma parte de la colección del Museo de Historia
de la Medicina de la Academia Nacional de Medicina.
NACE UNA ESPECIALIDAD
Chile
Alfonso Asenjo Gómez (1906-1980),
el padre
Yo pienso vivir nada más que para esto y
dedicado únicamente a esto.
(Carta de Asenjo a Héctor Valladares,
ofreciéndole ser su asistente).
21 Walter Edward Dandy (1886-1946) fue un Neurocirujano y científico norteamericano. Es considerado uno de los padres de
la Neurocirugía, junto con Victor Horsley y Harvey Cushing. Fue alumno de William Halsted.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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NACE UNA ESPECIALIDAD
(...) Progresar, progresar siempre, será mínimo detalle, y que culminó cuando se
la norma de este Servicio: para ello, con- inauguró en 1953.
tamos todos los que aquí estamos, lo
exigiremos a los que deseen penetrar a
En 1959 el doctor Asenjo sufrió un
través de su puerta, ampliamente abierta,
con dos pilares fundamentales: voluntad infarto que lo mantuvo “hospitalizado”
férrea, perseverancia y sin fatiga frente al en su casa durante varias semanas, por
trabajo. lo que decidió trasladar su oficina para
el lecho de enfermo y trabajar desde allí;
En el Instituto se formó entonces el pri-
obstinado, como era, no permitió que se
mer grupo de enfermeras neurológicas,
aplazara el VIII Congreso Suramericano
se incorporaron especialistas en neuro-
de Neurocirugía, el cual presidió.
patología y neurofisiología, y empezó
a impartirse capacitación en Neuroci- Exigente y metódico, para él la historia
rugía a un gran número de especialistas clínica era la pieza fundamental del ejer-
latinoamericanos que regresarían a sus cicio en la que el médico debía escribir
países de origen para extender la obra de sus opiniones y su plan de tratamiento.
su gran maestro. Los asuntos administrativos le hicieron
El constante ánimo docente y asistencial abandonar por ratos la actividad quirúr-
del doctor Alfonso Asenjo lo llevaron a gica, pero una sentencia en su escritorio
vincular al Instituto con la Facultad de reflejaba su filosofía: “La cirugía es el
Medicina de la Universidad de Chile. detalle”.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Uruguay
Alejandro H. Schroeder (1890-1954),
el neurólogo integral
Alejandro Schroeder.
Como en todos los países latinoamerica-
nos a principios del siglo XX, en Uru-
formación neurológica y neurofisiológi-
guay los procedimientos neuroquirúrgi-
ca, y compartió aulas con Wilder Pen-
cos estaban dirigidos a atender traumas,
field, Percival Bailey y Paul Bucy.
fracturas, hemorragias y abscesos. Hay
múltiples procedimientos descritos22, la Le impactó la forma del trabajo: detalla-
mayoría de ellos realizados por osados do, metódico y analítico. Además, largas
cirujanos generales (atrevidos realizaban jornadas sin descansar, sin claudicar. Ci-
craneoplastia con lámina de plata, que rugías con anestesia local, estimulación
sus pacientes, por fortuna, toleraban). eléctrica y mapa de la corteza motora.
22 Alfredo Navarro Benitez (1868-1951), cirujano uruguayo precursor de la Neurocirugía en su país, practicó una esquirlecto-
mía y operó un tumor, en 1897.
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NACE UNA ESPECIALIDAD
fue por eso por lo que volcó su energía se presentaban los trabajos académicos y
en el abandonado Instituto de Neuro- se publicaban las primeras experiencias.
logía fundado por Américo Ricardoni Preocupado por los problemas de salud,
(quien había fallecido en 1928), bajo y en una comunidad sacudida por la
cuya dirección nunca se practicó una parasitosis hidatídica, presentó un aporte
cirugía neurológica. importante: el abordaje neuroquirúrgico
para los quistes hidatídicos y el método
Resultan hoy incomprensibles los
que lleva su nombre para su resección.
intereses de esa época que dilataron
durante nueve años el nombramiento Soñó con un gran “Instituto Latinoame-
de Schroeder como director; ubicó en ricano” y, junto a Asenjo y otros, germi-
un área física todo un grupo humano nó el Primer Congreso Suramericano,
unido alrededor de las Neurociencias, y semilla de la vigorosa Flanc que aglutina
comenzó su producción académica y su a los Neurocirujanos de la región. En su
labor gremial: fundó la Sociedad de Neu- país formó a todos los integrantes que
rología y Neurocirugía, epicentro donde un centro neurológico necesita; sin duda
la experticia del recurso humano fue la
meta de su trabajo.
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NACE UNA ESPECIALIDAD
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Argentina
En Argentina, la Neurocirugía moder-
na tiene dos pioneros, Manuel Balado
y Ernesto Dowling, quienes resumen
la formación del Neurocirujano de esa
época. Iniciaban su entrenamiento en
su país de origen y luego viajaban al
exterior para perfeccionarlo y adquirir
nuevas destrezas, y regresaban trayen-
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NACE UNA ESPECIALIDAD
Para medir la gestión de los funcionarios Duramente atacado por sus contra-
del Estado existen los indicadores de dictores, quemadas sus memorias y
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA:
HISTORIA DE PROHOMBRES
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA:
HISTORIA DE PROHOMBRES
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2 Rafael Wenceslao Núñez Moledo (1825-1894) fue un político y escritor colombiano, varias veces presidente de los Estados
Unidos de Colombia y de la República de Colombia. Lideró La Regeneración que terminó el régimen federal de los Estados
Unidos de Colombia, promulgando la Constitución de 1886. Escribió la letra del Himno Nacional.
3 Antonio Vargas Reyes (1816-1873) fue quizá el médico más importante de Colombia en el siglo XIX.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA: HISTORIA DE PROHOMBRES
7 En 1867 se fundó la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, que incluyó la Escuela de Medicina. Su pri-
mer plan de estudios médicos, que serviría de modelo para las demás universidades, llevaba la impronta de la clínica francesa,
que tenía grabada Vargas Reyes.
8 La Lanceta apareció el 17 de abril de 1852.
9 Se publicó por primera vez en 1864 y, junto con La Lanceta, se convirtió en un medio para fomentar la conciencia de grupo
entre los médicos colombianos.
10 Nació como Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales en enero de 1873 por iniciativa de los doctores Manuel Plata Azue-
ro, Nicolás Osorio, Evaristo García, Leoncio Barreto y Abraham Aparicio, quienes convinieron en crear una sociedad que
tuviese por objeto “el estudio y adelanto de las ciencias médicas y naturales, así como también el de dar solidaridad al cuerpo
médico y unidad al ejercicio de la profesión”.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
11 Resultado de una propuesta que los doctores Enrique Osorio Fonseca y Luis Carlos Cadavid hicieran en ese congreso de la
Asociación Colombiana de Neurocirugía realizado en la ciudad de Cartagena de Indias.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Sectarismo político y
Neurocirugía
Uno de los casos más tristes de la Co-
lombia republicana ocurrió el 15 de oc-
tubre de 1914. El general Rafael Uribe
Uribe sufrió un trauma de cráneo por
la herida que con hachas le ocasionaron
dos carpinteros, Galarza y Carvajal.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
14 António Caetano de Abreu Freire Egas Moniz (1874-1955) fue un psiquiatra y neurólogo portugués. Inventó la lobotomía
y la angiografía. Fue el primer presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía, la segunda en el mundo después de la
norteamericana.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA: HISTORIA DE PROHOMBRES
15 Leo Testut (1849-1925) fue un médico francés, profesor de anatomía, célebre por su obra Traité d´anatomie humaine, conside-
rado uno de los tratados de anatomía más completos y mejor ilustrados que existen.
16 Realizado por Abraham Flexner (1866-1959), un educador norteamericano que con su informe, publicado en 1910, reformó
la educación médica en Estados Unidos.
17 La Residencia es el camino que deben recorrer los médicos para obtener su título formal como Neurocirujanos. Es un sistema
remunerado de capacitación de posgrado inmediato a tiempo completo con dedicación exclusiva. Lo caracteriza la práctica de
la capacitación en servicio, esto es, desarrollar actividades asistenciales programadas y supervisadas en instituciones.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
18 Alfonso Asenjo se formó bajo la tutela del Profesor Wilhem Toenis en Berlín.
19 El anexo 1 de este libro describe las condiciones para la existencia del programa de Neurocirugía en las universidades
colombianas.
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LOS MAESTROS
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LOS MAESTROS
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LOS MAESTROS
Diversos atributos son los rasgos del él quien hiciera la última intervención
liderazgo y entre estos la creatividad, antes de dar por terminadas las reu-
la iniciativa y la perseverancia. Es más niones de trabajo. Lograba concluir de
importante saber escuchar que hablar, manera afortunada y dejar a cada uno
dialogar que polemizar, y mantener el de los participantes con la sensación de
péndulo del consenso en búsqueda de que sus opiniones habían sido escucha-
proyectos colectivos. Y si este año, 2012, das y aceptadas.
se celebran los 50 años de la Asociación
Colombiana de Neurocirugía, es porque Sus colegas le tenían absoluta confian-
en 1962 el profesor Camacho Pinto, za y por ello lo llamaban a acudirlos en
con tacto y convicción, contagió a sus los diferentes servicios en donde había
colegas el fervor por crear una entidad pacientes con problemas neurológicos.
que uniera el talento Neurocirujano Practicó las primeras lobotomías fron-
colombiano. tales en 1942 y, con el doctor Luis Jaime
Sánchez, documentó en abril de 1943 las
El doctor Camacho Pinto fue el primer once iniciales. En 1946 llamó la atención
presidente de la Sociedad Neurológica sobre casos de tumores de la protu-
de Colombia, en 1961, y muchos lo con- berancia y publicó los primeros casos
sideran el “padre” de la Neurocirugía en intervenidos por hematomas subdurales
la ciudad de Bogotá.
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LOS MAESTROS
ERNESTO BUSTAMANTE
ZULETA
Nació en Medellín el 13 de febrero
de 1922. Estudió Medicina en la Uni-
versidad de Antioquia, donde como
estudiante fue monitor de Anatomía y
Fisiología. Se graduó en 1947 con tesis
de grado sobre yodoventriculografía.
Estudió Neurocirugía en el Instituto
Neurológico de Santiago de Chile, bajo
la dirección de Alfonso Asenjo; regresó
a Colombia en 1949, y se convertiría en
el gran maestro de los futuros Neuroci-
rujanos del país.
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LOS MAESTROS
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muestra en tres capítulos la vida con vanguardia de la época con las ejecu-
enigmas y respuestas, y auscultada por ciones prácticas, de resultados visibles
quien durante todos estos años ha tenido inmediatos.
una de las más prolijas actividades inte-
Su padre también fue médico reputado,
lectuales de nuestro medio, y una valiosa
profesor universitario y director de un
labor en la orientación de muchos de los
manicomio, al tiempo que se mantuvo
actuales talentos de las neurociencias
activo políticamente como ministro de
continentales”.
Gobierno, representante a la Cámara y
ALEJANDRO JIMÉNEZ senador, entre otras dignidades.
2 Cuando el doctor Jiménez llegó a ocupar el cargo, la cartera era conocida como Ministerio de Higiene, y él le cambió el
nombre por el de Ministerio de Salud.
3 El doctor Jiménez le cambió el nombre por el hoy reconocido Instituto Nacional de Cancerología.
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LOS MAESTROS
4 No obstante, es factible que un Neurocirujano siga operando después de cumplir esa edad, caso en el cual debe someterse a
periódicos exámenes médicos de aprobación. En Canadá, por ejemplo, a Charles George Drake (1920-1998) le concedieron
una enmienda especial, dadas las excelentes condiciones en las que se encontraba cuando cumplió la edad obligatoria de
suspender sus actividades quirúrgicas. 67
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ARCESIO ZÚÑIGA
HERNÁNDEZ
(1923-1994) Nació en Andalucía (Valle
del Cauca). Recibió su grado de doctor
de la Universidad Nacional, en 1949.
Hizo su internado en el Hospital San
Juan de Dios e inició su residencia en
neurología en el Instituto del Radium.
Hizo su residencia en la Universidad de
Washington, en la que terminó siendo
jefe de residentes. Fue residente de neu-
rología en el Gallinger Hospital, en la
misma ciudad, y en Boston fue residente
De izquierda a derecha los doctores Arcesio Zúñiga, Carlos Alberto Reyes
de Neurocirugía del doctor James Pop- y Antonio Montoya.
pen, en la Clínica Lahey. Ya en Colom-
bia, se estableció en Cali, donde ejerció
Se le considera uno de los pioneros de la
su profesión con lujo.
Neurocirugía en Cali, junto con Carlos
El doctor Arcesio Zúñiga fue otro Alberto Acevedo. Le encantaba la pato-
ejemplo de la relación cercana que logía de columna, tanto, que escribió un
existió en cierta época entre la Neuroci- sensacional libro de anatomía quirúrgica
rugía y la política. Su carisma para tratar de columna vertebral (Dolor lumbar),
a la gente lo llevó a escalar posiciones con explicaciones muy claras.
importantes como secretario de Salud
Pública municipal y departamental, Introdujo en Colombia el concepto de
alcalde de Cali, presidente del Conce- “Clínica de la columna” para la aten-
jo de la misma ciudad, y senador de la ción multidisciplinaria de los pacientes
República. que sufren afecciones de la misma, los
cuales, por su elevado número, copan
De inteligencia superior, espontáneo, la atención de la consulta de los hospi-
propenso a las causas civiles y educacio- tales.
nales, se ganó el cariño de los vallunos,
que disfrutaron de sus talentos médicos En 1992 publicó el libro La rosa de
y catedráticos desde la Universidad del los vientos, que muestra su dimensión
Valle, donde enseñó hasta el final de sus sensible ante los diferentes aspectos de
días. la cotidianidad del ser humano.
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LOS MAESTROS
De las virtudes del doctor José Mora el deber ser integral de los especialistas:
Rubio, la templanza es quizá la que más conocedores de su arte, pero al mismo
le ayudó en la enseñanza a sus alumnos, tiempo personas virtuosas, de gran cali-
quienes definieron su carácter profesio- dad humana, filosofía bajo la cual orien-
nal de “neurólogos-cirujanos”, como él tó y formó excelentes Neurocirujanos,
se lo inculcaba, porque –les decía–, no que inclusive consideran que durante el
podían ser unos meros “trepanadores de tiempo que él dirigió el Servicio de Neu-
cráneos”. rocirugía del Hospital San Juan de Dios
de Bogotá, existió una verdadera escuela
Estricto en sus actuaciones y de gran neuroquirúrgica local.
serenidad, era un convencido de que los
médicos tienen que ser organizados y pul- De gustos refinados, era todo un sibari-
cros, no solo en su presentación personal, ta, que disfrutaba del vino y los boleros,
sino también en la de las historias clínicas pero en la intimidad y el calor de su
de sus pacientes, que siempre debían estar hogar, con su familia y amigos que lo
escritas a máquina y acompañadas por los acompañaban encantados.
exámenes respectivos, en orden.
El doctor Mora Rubio recorrió todo
Un maestro en todo el sentido de la pa- el escalafón docente en la Universidad
labra, el doctor Mora Rubio pregonaba Nacional, hasta ser profesor titular,
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Tan buen escritor como buen conver- Juan Mendoza Vega es, más que un
sador, podría calificarse con el mote de maestro, un humanista que sin aspavien-
“caballero de la tertulia”. Deleita escu- tos, sin etiquetas ni protocolos demues-
charlo y resulta edificante para cual- tra que el verdadero valor del médico
quier Neurocirujano ser su contertulio. radica en ser integral.
Siempre resulta inspirador este hombre
Son profusos sus escritos sobre la ética
de maneras cordiales que disfruta la
que debe atender un profesional de la
vida con tal intensidad y pasión, que
Medicina. Sus pensamientos profundos,
contagia.
análisis sesudos y su carisma, teñidos
Ese caballero no temía confesar sus de la pasión propia de quien sabe que es
debilidades, si creía que con ello podía portador de una gran responsabilidad so-
contribuir a devolverles la salud a sus cial –que cumple con lujo–, hacen que sus
pacientes. De manera que acudía a las enseñanzas se incrusten como valiosos
opiniones de sus pares, quizá que tuvie- tesoros en los corazones de quienes han
ran mayores conocimientos que él en tenido la fortuna de conocerlo, y se man-
determinada área, quizá mayor expe- tengan intactas con el paso de los años.
riencia en ciertos asuntos quirúrgicos o,
Por ello el doctor Juan Mendoza ha
simplemente, que pudieran asesorarlo
ostentado todos los pergaminos que
para terminar con éxito sus tratamien-
un Neurocirujano en Colombia puede
tos. Es decir, un paciente del doctor Juan
llegar a alcanzar. Ha sido distinguido
Mendoza siempre podía tener la seguri-
de mil maneras. Dondequiera que han
dad de hallarse en las mejores manos.
necesitado a una buena persona, a un ser
Hubo momentos en los que el hospital humano de calidades, valores y princi-
pasó por grandes dificultades económi- pios arraigados, ha estado él, como un
cas, ante las cuales nunca se amilanó. Y mosquetero dispuesto a entregarlo todo,
entonces era el mismo que pedía conse- a jugársela por una buena causa.
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Arnoldo Levy es toda una institución en con lo que fue posible centralizar a los
la Neurocirugía de su departamento. Y pacientes y así tener un mejor control
lo es, porque mientras estuvo en sus ma- sobre ellos. Asimismo, fortaleció el área
nos en el Servicio del Hospital Univer- de la enfermería neurológica.
sitario del Valle los avances se hicieron
De una franqueza sin igual, con simpli-
evidentes, los ideales se concretaron y
cidad exponía sus argumentos y des-
las realizaciones fueron más frecuentes.
armaba iras. Mantiene la vitalidad del
Allí llegó en 1966, de Nueva York, y se atleta que siempre fue, y sigue activo en
vinculó específicamente al Departamen- la consulta privada y aconsejando a los
to de Ciencias Básicas, donde, junto con colegas que ven en él a un experimenta-
el doctor Jorge Cruz, organizó la mate- do cirujano del nervio periférico, ade-
ria de neuroanatomía. más del gran visionario en la cirugía de
Impulsó la cirugía vascular, tumoral, columna, la cual estaba convencido debía
de columna y de nervio periférico, y en practicar el Neurocirujano íntegramente,
1972, luego de asistir a un congreso en inclusive en la parte de instrumentación.
Estados Unidos, trajo a Colombia el Por eso aprendió a hacerlo, al lado de los
concepto de magnificación del acto qui- ortopedistas de Cali.
rúrgico con la utilización de telelupas, y
Uno de los polos de desarrollo de la
más tarde implementaría el microscopio.
Medicina en Cali es el Centro Médico
El doctor Levy era un excelente clínico, Imbanaco, que nació en 1976 promo-
cirujano hábil, siempre tratando de in- vido por él y otros profesores de la
corporar nuevas técnicas en las cirugías escuela de Medicina de la Universidad
vascular y de columna vertebral. Fomen- del Valle. Imbanaco ha tenido desde
tó, junto con el doctor Alberto Reyes entonces un desarrollo impresionante,
(a quien reemplazó en la jefatura del en especial porque incorpora tecno-
Servicio del Hospital Universitario del logía de punta para que los pacientes
Valle), la neurorradiología; igualmente del occidente colombiano tengan a su
buscó la asignación de una sala de veinte disposición todas las facilidades que la
camas para el Servicio de Neurocirugía, medicina moderna brinda.
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LOS SERVICIOS Y LAS REGIONES
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1 Historiadores colombianos estiman que entre 1948 y 1953 se registraron 200.000 muertes por la violencia partidista.
2 Presidente de Colombia entre 1942 y 1945.
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3 Designado por el Senado de la República, Alberto Lleras Camargo terminaría el periodo presidencial de Alfonso López
Pumarejo, y unos años después se convertiría en el 47º Presidente de Colombia (1958-1962).
4 Presidente de Colombia en el periodo 1946-1950.
5 El Instituto de Seguros Sociales fue una de las empresas más grandes del Estado y actuó como actor principal en el campo
de la seguridad social en Colombia.
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6 Como el textil, por ejemplo, que logró márgenes superiores al 150 por ciento.
7 Laureano Eleuterio Gómez Castro (1889-1965) fue Presidente de Colombia de 1950 a 1951, cuando por su delicado estado
de salud le cedió temporalmente el poder a Roberto Urdaneta Arbeláez. Retomó sus funciones el 13 de junio de 1953, pero
poco tiempo después fue depuesto en un golpe de Estado por el general Gustavo Rojas Pinilla.
8 El general Gustavo Rojas Pinilla gobernó “La dictadura militar” entre 1953-1957.
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LOS SERVICIOS Y LAS REGIONES
mayoría de los cuales fueron fundados y Este último, no obstante, quedó relega-
dirigidos por la Iglesia con una filosofía do y fue el primero el que recibió mayor
de atención caritativa a los dolientes. De atención. De manera que se dejaron de
ahí que un buen número de ellos en Co- lado los procesos de urbanización y mi-
lombia tenga precisamente ese nombre: gración de la población campesina hacia
San Juan de Dios. las ciudades, en momentos en los que
estos se aceleraban. Tanto, que en 1950
La pionera Bogotá abona el había en Bogotá 620.340 habitantes, cifra
terreno que se duplicaría en 1960 y lo volvería a
hacer diez años más tarde10.
En los tiempos en los que se comenza-
ron a crear los servicios de Neurociru-
gía, la capital de Colombia era pujante;
su desarrollo tenía una concepción más
urbana de ciudad y menos la de aldea en
expansión que tuvo en sus principios.
En 1950, por ejemplo, el importante
arquitecto francés Le Corbusier9 ideó
su ordenamiento mediante el esquema
“Plan piloto” regido por las consignas
programáticas del entonces Nuevo
Estilo Internacional, y en 1953 Paul
Lester Winer y José María Sert, el “Plan
regulador”, ambas aproximaciones de
lo que en términos de ordenamiento
urbano estaba sucediendo en la capital,
y lo que sucedería en las cinco décadas
siguientes.
9 Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido a partir de la década de 1920 como Le Corbusier fue un teórico de la arqui-
tectura, arquitecto, diseñador y pintor suizo nacionalizado francés. Es considerado uno de los arquitectos más influyentes
del siglo XX.
10 En 1960 tenía 1.305.857 habitantes, 2.512.300 en 1970, y en 1980, 4.214.382.
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Desde entonces adquirió una dinámica Hasta mediados del siglo XX práctica-
que en ciertas épocas lo convirtió en el mente el San Juan de Dios era el único
principal centro de salud pública y de
investigación científica y médica, hasta
su lamentable cierre en 1999, debido
a la negligencia y la corrupción de sus
administradores. Había nacido rico. No
solo la Corona española le entregaba
ingentes presupuestos, sino que también
le donaban importantes sumas familias
adineradas de la época, que se aunaban
a sus propios recursos representados
en tierras y locales comerciales. Y así
se mantuvo durante mucho tiempo, e
inclusive llegó a ser una de las entidades
más ricas de Colombia.
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LOS SERVICIOS Y LAS REGIONES
11 Conocida también como la “Ciudad Blanca”, la Ciudad Universitaria es el conjunto de edificios que conforman el Campus
principal de la Universidad Nacional de Colombia, el más grande del país. Está compuesta por un conjunto de bloques
arquitectónicos, de los cuales 17 han sido declarados monumentos nacionales.
12 Wilder Graves Penfield (1891- 1976) fue un Neurocirujano canadiense.
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13 Jaime Unda Baena, Himmler Serrato, y los hermanos Jorge y Juan Carlos Luque.
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Las altas calidades que exhibe el Servicio Mientras funcionó, el Instituto Neu-
de Neurocirugía del Hospital San José rológico de Colombia sirvió a más de
han sido reconocidas nacional e inter- 200.000 enfermos del país y de Hispa-
nacionalmente. Por un valioso legado noamérica. Por sus aulas pasaron Neu-
que sin duda comenzó a transmitirse rólogos y Neurocirujanos que hoy son
desde su primer jefe, el doctor Antonio
José Becerra Lara, quien fue vilmente
asesinado por la guerrilla terrorista, que
sin miramientos de ninguna naturaleza
les arrebata a los colombianos preciados
prohombres.
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La emprendedora Medellín,
a la vanguardia
Antioquia es una de las regiones co-
lombianas más pujantes y prósperas en
todos los aspectos: económicos, cien-
tíficos, culturales y sociales. Es cuna
indiscutible del desarrollo nacional. Por
población, por la violencia que padecían
eso, no sorprende que en su capital,
–y aún hoy padecen– principalmente las
Medellín, haya nacido en 1950, apenas
zonas rurales.
un año después del primero de Bogotá,
el Servicio de Neurocirugía en el Hos- La Medicina de la capital antioqueña del
pital San Vicente de Paul, vinculado a la siglo XIX es reconocida mundialmente,
Universidad de Antioquia. porque en 1844 el doctor José Ignacio
Quevedo hizo la primera operación ce-
El primer Neurocirujano en llegar a la
sárea exitosa en Latinoamérica. La de los
región, en 1948, fue Luis Carlos Posada
siglos XX y XXI ha registrado el primer
González, quien recibió su entrenamien-
trasplante de médula ósea en la región, y
to en Estados Unidos en la Universidad
el primer trasplante de riñón y páncreas
de Michigan, y poco tiempo después lo
simultáneo, entre otros.
haría, de Chile, el doctor Ernesto Busta-
mante Zuleta. Hospital San Vicente de Paul
En esa época, Medellín contaba con algo Como el Hospital San José en Bogotá,
más de 358.000 habitantes, que veinte la idea de crear el Hospital San Vicente
años más tarde superarían el millón. Al de Paul en Medellín nació de un grupo
igual que Bogotá y otros centros urba- de antioqueños filántropos, encabeza-
nos del país, veía crecer rápidamente su do por Alejandro Echavarría Isaza14,
14 Alejandro Echavarría Isaza (1859-1928) fue un industrial y filántropo antioqueño, considerado uno de los adalides de la
industria, la empresa privada y la sociedad anónima colombianas. Además del Hospital Universitario San Vicente de Paul,
fundó entre otras la empresa de textiles “Coltejer” y la primera empresa de luz eléctrica en Medellín.
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debido a que en ese tiempo era depri- desarrollo solo cogió bríos a partir de la
mente la situación del único hospital de década de 1930, y en la actualidad es uno
la capital paisa, llamado también como de los principales centros económicos
el de la capital de la república, San Juan e industriales del país, y el principal del
de Dios. suroccidente colombiano.
Cali, la moderna
Cali, la capital del Valle del Cauca, con
más de dos millones de habitantes es la
tercera ciudad más poblada de Colom-
bia, detrás de Bogotá y Medellín. Fue
fundada en 1536, por lo que es una de
las más antiguas de América, pero su
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Ese sueño convertido en realidad era, Sin embargo, no satisfecho con esta
sin lugar a equivocarse, el FIRE. Allí los monumental gestión, el doctor Fandi-
cuatro dignatarios de más alto rango de ño impulsó y sacó adelante la ley de la
la Neurocirugía mundial, en compañía república para proteger al estigmatizado
de sus homólogos colombianos, pasa- paciente epiléptico, como deber prima-
ron un rato inolvidable, escuchando a rio de la responsabilidad social que a
Jaime Fandiño Franky, su creador, con- veces el Estado distraído olvida.
tar su experiencia. Cómo en 1964 fundó
A principios del siglo XX, Luis Carlos
la Liga Colombiana contra la Epilepsia
López, el conocido “Tuerto”, descri-
y seis años más tarde la Fundación
bió en su famosa poesía a los zapatos
Instituto de Rehabilitación contra la
viejos como inspiradores del cariño a su
Epilepsia. Quince años de trabajo sin
ciudad nativa. Jaime Fandiño, con esta
descanso, luchando y convencien-
obra monumental que es el FIRE, abierta
do, hasta lograr en 1989 el Hospital
Neurológico, con lo cual se articulaba
la motivación inicial en un contexto
integral de atención a quienes padecen
esa enfermedad y a los que sufren las
neurológicas.
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LAPROFESIÓN HOY: ¿QUÉ TANTA
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
De acuerdo con las estadísticas dispo- considera que los Neurocirujanos deben
nibles, en la actualidad, alrededor de retirarse de los quirófanos a los 65 años
24.000 Neurocirujanos atienden a una y se estima que si cada año lo hiciera el
población mundial de 5.479 millones de 3,3 por ciento, el ritmo de crecimiento
personas1, lo que significa que hay uno de sus relevos debería ser un poco más
de ellos por cada 230.000 habitantes. alto: 5,2 por ciento.
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vaticinan que se aproxima una crisis en el cirujanos que necesita una población en
número de estos especialistas en ese país6. países en vía de desarrollo: se trata de la
atención del equipo integral de Neuroci-
En cambio parecería ideal la situación
rugía que permite que el especialista ten-
de Suiza y de Suecia, cuyos gobiernos
ga además de las laborales asistenciales,
tienen un plan universal de aseguramien-
desempeño en aspectos académicos y
to, y como norma general los pacientes
participación en investigaciones clínicas
acuden a diferentes especialistas para
aplicadas.
pedir segundas opiniones.
El “modelo cubano” habla de que para
una población de 500.000 habitantes se
requiere un equipo de cinco Neurociru-
SITUACIÓN EN janos, un Servicio de Neurocirugía, un
LATINOAMÉRICA residente por año y una renovación del
recurso humano cada veinte años.
Dos elementos son constantes y comu-
nes a todos los países de Latinoamérica: Cada especialista debe hacer en prome-
el aumento de los gastos en salud –en la dio cuatro cirugías semanales y trabajar
que la región invierte alrededor de 6,7 sin fatiga y con el tiempo suficiente para
por ciento de su producto interno bruto preparar cátedra, de manera que se pueda
(PIB)–, y el incremento del número de convertir en un motor de desarrollo
Neurocirujanos y de sus programas de comunitario7.
formación.
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8 Un hospital de tercer nivel es aquel que brinda atención médica a las actividades encaminadas a restaurar la salud y rehabilitar
a usuarios referidos por los otros niveles (primero y segundo), que presentan padecimientos de alta complejidad diagnóstica
y de tratamiento, mediante una o varias especialidades médicas, quirúrgicas o médico-quirúrgicas. Este nivel puede compren-
der también funciones de apoyo especializado para la vigilancia epidemiológica, actividades de investigación y desarrollo de
recursos humanos altamente capacitados.
9 Rubiano S., 2007.
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Los horarios de trabajo exceden las Están tan asfixiados los noveles Neuro-
doce horas y en algunas instituciones cirujanos con la enorme carga laboral,
los profesionales deben hacer turnos que no tienen tiempo –ni ganas– para
presenciales. Muy pocas les conceden el estudiar o publicar, y pareciera que
día compensatorio para que descansen dejaran la responsabilidad de su forma-
de forma tal que mantengan sus mentes ción continua en manos de la ACN, y en
lúcidas para tomar las decisiones acer- la de las industrias, los costos inheren-
tadas. Pocas son también las que reco- tes a su capacitación y actualización en
nocen la disponibilidad inmediata de los seminarios y congresos17. No existe el
especialistas de turno, que los obliga a sentido de pertenencia con los centros
sacrificar el irrecuperable tiempo familiar educativos, a los que no consideran
por una remuneración que en ocasiones su alma mater, y los lazos afectivos y
es inferior al costo del transporte hasta académicos con ellos son cada vez más
el lugar de la emergencia. delgados.
Con todo, el interés de los Neurociruja- Como si fuera poco, menos del 1 por
nos jóvenes se inclina más por encontrar ciento de los Neurocirujanos están
un puesto hospitalario y cada vez menos vinculados a actividades de investiga-
por dedicarse a la consulta privada, ilu- ción y no hay en la actualidad ninguno
sión histórica de la profesión que se ha involucrado en proyectos que busquen
esfumado. respuesta social a los problemas de salud
pública.
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LA PROFESIÓN HOY: ¿QUÉ TANTA NEUROCIRUGÍA NECESITA COLOMBIA?
SITUACIÓN MÉDICO-LEGAL
En estos días complicados del ejerci-
cio, cuando la inmensa mayoría de las
condiciones son adversas para la buena
práctica19, la Neurocirugía colombia-
na goza de gran prestigio y merecido
posicionamiento en el concierto mundial
de la especialidad. No obstante, triste y
preocupante paradoja: en Colombia la
neurocirugía es la rama que tiene el ma-
yor número de demandas y problemas
médico-legales.
En efecto, mientras en el año 2000 en
el concierto de las demandas a la Medi-
cina la Neurocirugía ocupaba el octavo
puesto, en 2006 se ubicó en el primero,
con un peligroso 33 por ciento de todas
las interpuestas20. Una de las razones
que explican la diferencia del valor entre
las tarifas de los Neurocirujanos que
practican en Estados Unidos y los que
lo hacen en Latinoamérica es el costo
del seguro de mala práctica que, como
se dijo, en ese país está alrededor de los
120.000 dólares anuales21, mientras que
en Colombia se acerca a los 5.000 (10
millones de pesos)22.
es factible. Este siglo ha contemplado
cambios tan épicos que van desde las Ahora bien, con el inusitado incremen-
grandes resecciones hasta los trasplan-
to en las quejas y problemas médico-
tes de órganos; desde las prótesis más
complicadas hasta las microcirugías más legales, es esperable que los costos se
sutiles. disparen en Colombia y que ocurra
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
tuales aplicaciones se disfrace una estra- profesional, abrirán las puertas, sin exclu-
tegia para escudar intereses económicos siones, para que la educación continuada
que poco le servirían a la disciplina. la reciban sin discriminación de ninguna
clase todos los estudiantes de posgrado.
No se dispone de estudios que hablen de
la calidad de vida de este especialista que La Neurocirugía es una disciplina in-
ejerce alta complejidad en Colombia26; tegral que le permite al médico que la
sin embargo, llama la atención la inci- escoge encontrar un vehículo de reali-
dencia de enfermedades cardiovasculares zación personal para cumplir la función
en este grupo poblacional. Tampoco se social que como ciudadano le correspon-
conocen análisis sobre su edad de retiro, de: ser ese Hipócrates moderno28.
pensión y seguridad en la vejez; pero la
verdad es que hoy existen colegas mayo- Hoy la inmensa mayoría de los Neuro-
res de 65 años que –por física necesidad– cirujanos colombianos solo atiende la
aún siguen haciendo turnos de disponi- carga de la enfermedad neuroquirúrgica
bilidad en algunos centros hospitalarios. y ha olvidado los otros espacios donde
debe participar en forma activa.
Para lograr la redistribución del recurso
humano se deben adecuar facilidades El talante individual, los deseos de su-
mínimas que permitan practicar una peración y esa mística de luchar contra
Neurocirugía con responsabilidad, y esta la adversidad –sello del colombiano– se
es una función del Estado. El Gobierno tipifican en el Neurocirujano del país
debe organizar y regular los centros de que ha hecho de su disciplina una espe-
cuarto nivel, y como responsable de una cialidad reconocida con una dosis alta de
función indelegable, debe ser el garante sacrificio personal y un proyecto colec-
para que el recién egresado encuentre tivo activo en la Asociación Colombia-
escenarios hospitalarios adecuados para na de Neurocirugía. Sin equívocos: La
su práctica. Neurocirugía es el espejo del país.
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DEL PEBETERO AL MICROSCOPIO
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
2 Considerado el padre de la radiografía en Colombia, Gonzalo Esguerra Gómez (1902-1989) fue designado en 1966 miem-
bro honorario de la Sociedad Neurológica de Colombia –por iniciativa del doctor Jaime Gómez González–. En esa oportu-
nidad, dictó una conferencia sobre tres mil casos neurológicos examinados en el Laboratorio de Radiología de la Clínica de
Marly en 25 años, durante la cual hizo las afirmaciones citadas.
124
DEL PEBETERO AL MICROSCOPIO
cirujano: Yodoventriculografía en el
diagnóstico de los tumores intracranea-
nos. En la misma ciudad se describió
en 1948 la angiografía como método
diagnóstico3, y sería el mismo doctor
Bustamante quien en 1951 intervendría
el primer aneurisma cerebral.
125
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
diagnósticos para las lesiones en la fosa y más tarde lo hicieran los oftalmólogos,
posterior y poca resolución para la pato- y los cirujanos vasculares y los plásticos.
logía en médula espinal.
Hoy día el microscopio quirúrgico es
En la década de 1980 llegó la resonancia pieza imprescindible del mobiliario mé-
nuclear magnética, el empujón final para dico, porque sin él no se pueden hacer
los métodos diagnósticos no invasivos. intervenciones complejas. El primero
Hay que darle crédito a un Neurólogo en llevarlo a una sala de operaciones
soñador colombiano, el doctor César fue Carl Olof Nylen5, en 19216, y con
Rafael Maldonado, quien con habilidad ello causó toda una revolución que tuvo
gerencial no solo logró convencer a in- su apogeo en la década de 1950, con la
versionistas de que trajeran la primera a introducción de la serie Zeiss opmi, y la
Colombia para el Instituto Neurológico, aplicación Kurze de un microscopio para
sino que con generosidad recorrió el país Neurocirugía en 1957.
enseñando sus principios físicos y sus
bondades diagnósticas. Los sofisticados y modernos micros-
copios del nuevo milenio permiten
Luego vinieron todas las aplicaciones de- disponer en tiempo real de la imagen
rivadas: resonancia funcional, espectros- angiográfica y el tumor. De manera que
copia y tractografía, que son en conjunto su advenimiento les abrió a los Neuro-
la cartografía que muestra las coordena- cirujanos un mundo nuevo, que ahora
das que construyen el mapa anatómico exacerbaba sus sentidos: el de la microci-
exacto y permite al cirujano entrar por rugía. Antes del microscopio, bajo la luz
esa hendiduras naturales subaracnoideas de la lámpara cialítica, tenían la visión
a los sitios más escondidos del cerebro, limitada del helicóptero, esa que, como
ese órgano que apenas se está empezan- se dice en el argot popular, solo les per-
do a comprender. mitía ver “los árboles del bosque”.
detallados mapas quirúrgicos, sus rutas En 1991 y 1994 Zeiss presentó micros-
y la técnica que en los últimos 45 años copios diseñados especialmente para
cimentaron la Neurocirugía moderna. Neurocirugía (Opmi CS y Opmi ES), y
En 1999, Yasargil fue reconocido como con esto principió la nueva era de dise-
“El Neurocirujano del siglo XX”, no solo ños específicos con estas características:
por sus inventos como el microscopio suficiente magnificación sin distorsión de
flotante, retractores autoajustables, clips la imagen, iluminación sin excesivo calor,
y aplicadores de clips para aneurismas, y estabilidad sin sacrificar la flexibilidad.
entre otros, sino por su contribución
La novel generación de Neurocirujanos
enorme a la planificación de las inter-
se embarcó en el bus microquirúrgico y
venciones quirúrgicas y a la manera de
la inmensa mayoría se entrenó en esta
usar sus técnicas, y de trabajar con un
nueva técnica. Los laboratorios de mi-
microscopio en pequeños vasos del
crocirugía y los cursos de microanatomía
cerebro.
contribuyeron a la formación comple-
mentaria del Neurocirujano. Hoy se da
por establecido que la Neurocirugía es
la disciplina microquirúrgica por exce-
lencia. Su máxima expresión técnica fue
la realización de los puentes vasculares
entre la circulación extracraneana y la
intracerebral, cirugía de gran exigencia
técnica, que décadas más tarde entró en
desuso por los resultados poco alentado-
res de los estudios cooperativos.
EL HITO DE LA
NEUROANESTESIOLOGÍA
Por supuesto no puede dejar de men-
cionarse la anestesiología, que sin duda
ha sido hito en la Neurocirugía, por los
aportes científico-técnicos que le ha
hecho. Y es que por la mejor compren-
sión que en la actualidad se tiene de los
factores que influyen sobre la presión
intracraneal, es posible evitar las antes
inevitables hernias por las zonas de las
craneotomías durante las operaciones.
127
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
¿QUO VADIS?
En la actualidad se cuenta con salas de
cirugía soñadas en algunos centros de
atención terciaria ubicados en las princi-
pales ciudades del país: mesas de cirugía
con controles electrónicos, que permi-
ten acomodar y desplazar al paciente
acorde con las necesidades del cirujano,
fusión entre la informática y la medici-
na, dispositivos que almacenan datos,
microscopios balanceados con cámaras
que registran en tiempo real lo que el
cirujano está haciendo…
128
DEL PEBETERO AL MICROSCOPIO
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
8 La rotación por neurorradiología implica que el residente está en contacto con estas técnicas; y quien pretenda entrenar en
ellas, debe hacer primero un fellowship formal de dos años.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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7
INGENIO COLOMBIANO QUE SALVA VIDAS
SALOMÓN HAKIM
Nació el 4 de junio de 1923 en Barran-
quilla y murió en Bogotá el 5 de mayo
de 2011. Estudió Medicina en la Univer-
sidad Nacional de Colombia, donde se
graduó con tesis laureada. Se especializó
136
INGENIO COLOMBIANO QUE SALVA VIDAS
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
1 Del griego “estereo”, que significa tridimensional, y del latín “tactica” que significa alcanzar.
2 Por ejemplo el Atlas D´Anatomie Stereotaxique en 1957 de J Talairach, en 1959 George Schantelbrand y Percival Bailey
otros atlas, en 1969 Andrew y Watkins.
3 Lo cual marca el inicio de la radiocirugía estereotáxica. Cuando el paciente tenía colocado el marco estereotáxico, se ha-
bilitaba para que recibiera la irradiación desde una fuente externa; así nació la radiocirugía que permitía llevar la fuente de
irradiación a un punto dentro del cerebro.
138
INGENIO COLOMBIANO QUE SALVA VIDAS
4 Médico egresado de la Universidad Nacional, fellow del Instituto Neurológico de Illinois y de la Universidad de Tulane (New
Orleans, Estados Unidos).
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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INGENIO COLOMBIANO QUE SALVA VIDAS
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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INGENIO COLOMBIANO QUE SALVA VIDAS
TÉCNICAS
NEUROQUIRÚRGICAS Y
OTRAS INNOVACIONES
De los tremendos avances en los apara-
tos que amueblan hoy los quirófanos, no
se han rezagado las técnicas propuestas
por los Neurocirujanos para operar lo
antes inoperable, o hacer abordajes de
manera que se disminuyan los riesgos
para sus pacientes.
8 James, 1960.
9 Thompson, 1962.
143
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
también la preservación del colgajo óseo; pios de Toison, la usó para las primeras
que la amplitud de la apertura permitiera craneotomías.
el trabajo endocraneano y que los aspec-
Latinoamérica también hizo sus aportes
tos cosméticos después de la cirugía no
al desarrollo de la craneoplastia. Andrés
lastimaran el desarrollo social del enfer-
Llobet14 (1885) pionero de la especiali-
mo.
dad en Argentina, recomendó el uso de
Primero fueron los agujeros de trépano la plastia en condiciones como: postrau-
y su expansión mediante la gubia, que mática, tratamiento de la hidrocefalia y
permitía la craniectomía amplia y sufi- craneotomía “liberadora” de epilepsia.
ciente para tratar la patología intracra- Describió su experiencia utilizando hue-
nena. so frontal de perro y porcelana dental, y
propuso como material ideal el plástico
Es clásica la descripción de Francesco
de la época: celuloide con óptimas con-
Durante en 1884 de un colgajo fronto-
diciones para moldeado.
temporal para un tumor de base de
cráneo (destruía la laminosa cribosa del Los Neurocirujanos colombianos del si-
etmoides), y el cuidado para mantener glo XX maduraron con la sierra de Gigli,
el colgajo y taponar los senos frontales que en arduas faenas en la craneotomía
evitando la infección (tapones de yodo). entrenó la inexperta, pero ansiosa mano
de los residentes.
En 1863 se describieron los primeros
colgajos osteoblásticos; un año después Antes de los craneótomos eléctricos
lo hicieron Wolff10 y luego Ollier W., y y neumáticos de hoy llegaron las tre-
en 1889 Wilhelm Wagner en su clásica finas, unos aparatos que posibilitan la
osteoblástica. En 1891 Toisón J.11 propu- obtención de cilindros de hueso que se
so sin éxito la división del cráneo me- utilizan posteriormente y permiten la
diante una sierra en cadena que se pasara restitución del colgajo óseo, el cual se
entre los agujeros de trépano. incorpora al cráneo para evitar defectos
cosméticos.
En 1897 Leonardo Gigli12 desarrolló
una sierra de alambre para seccionar la En Colombia fue el doctor Ernesto
sínfisis púbica en procedimientos obsté- Bustamante quien las popularizó, y él
tricos13; Obalinski, siguiendo los princi- y su grupo de Antioquia las tenían de
144
INGENIO COLOMBIANO QUE SALVA VIDAS
145
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
146
INGENIO COLOMBIANO QUE SALVA VIDAS
Para quienes no conocen el Caribe co- diferente grosor, presentes por su bajo
lombiano, vale aclarar que allí el totumo costo en cualquier inventario. Traba-
lo utilizan los campesinos e indígenas jando con la dependencia de mante-
artesanos como materia prima para nimiento del hospital universitario
elaborar múltiples utensilios. Dicen los convertían estos alambres de acero en
caribeños que comer arroz con coco con marcos rectangulares para estabilizar
una cuchara de palo (hecha de totumo), las diferentes fracturas, desde la unión
es una delicia gourmet, y que el famoso cráneo-cervical hasta la región lumbo-
suero costeño (“sour cream”) solo se sacra. Muchos años el ingenio de esos
conserva puro si se sirve con una cuchara Neurocirujanos permitió la reducción
de totumo. No es difícil imaginar cómo abierta y la estabilización de variedad de
apodarán en ese macondiano Caribe fracturas en su departamento.
colombiano del Nobel Gabriel García
Márquez a un paciente que tenga en
parte “cabeza de totumo”. OTRAS TÉCNICAS
Holter, Hakim y Raimondi son sinóni-
mo de derivaciones ventrículo-peritonea-
INSTRUMENTACIÓN CALEÑA les y válvulas para regular el flujo. En la
Cali, la capital del Valle del Cauca, época de los hospitales de caridad, caren-
fue quizá la primera ciudad donde los tes de recursos económicos, descuellan
Neurocirujanos empezaron a entrenarse los estudios del Hospital San Vicente de
en instrumentación de columna, y fue Paul para solucionar la hidrocefalia. Se
Arnoldo Levy uno de los más fogosos colocaba un catéter único, que se com-
aprendices. praba por carrete a los distribuidores, y
se cortaba de acuerdo con el tamaño del
Eran tiempos difíciles para el hospital paciente. Era un tubo único que llegaba
público; enfermos sin recursos con la hasta el peritoneo; la “válvula de presión
patología de origen traumático a la or- media” se hacía realizando oclusión distal
den del día. Sueltos los Neurocirujanos del catéter, y se lograba con 4 hendiduras
de sus socios originales, los ortopedistas, de 5 mm. Costo: 30 dólares. ¡La válvula
debían resolverlas. Cuando llegaban más económica del mundo!
los pacientes con trauma raquimedular
Harvey Cushing creó un patrón de oro,
y había que estabilizar su columna, era
la cirugía transesfenoidal, para resección
imperativo acudir a lo que estaba en el
de tumores de hipófisis; sin embargo,
inventario.
su técnica no tuvo mayores desarro-
Arnoldo Levy y Miguel Velázquez llos, debido a que se presentaban casos
solo tenían los clavos de Steinmann de recurrentes de infección. Unos años
147
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
148
INGENIO COLOMBIANO QUE SALVA VIDAS
16 Ernesto Samper Pizano es un abogado y economista colombiano que ocupó la Presidencia de la República entre 1994 y
1998.
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
150
8
UN GREMIO FORJADOR DE FUTURO
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Llegar al medio siglo es, para los seres frutos de una labor en pro del bienestar
humanos y sus organizaciones, el resul- de hombres y mujeres de todas las eda-
tado de cincuenta años de sueños, de des y condiciones, en un ambiente que
realizaciones y de esperanzas, todos ellos siempre ha sido, es y será un ejercicio de
forjados a base de esfuerzo y sacrificios. investigación.
En el caso de la Asociación Colombiana
de Neurocirugía, estas cinco décadas Todo eso ocurre en medio de un mundo
la mantienen plena de satisfacción por cada día más convulsionado y de una
el sentimiento permanente del deber nación permanentemente al borde del
cumplido para con los Neurocirujanos, derrame, que demandan con urgencia
la profesión, la familia y, principalmente, la intervención con alta cirugía, pero
para con la sociedad y el país; son diez principalmente con una elevada dosis de
lustros durante los cuales ha entregado amor patriótico, el compromiso de todos
sin tregua los desvelos, los afanes y los aquellos poseedores de un cerebro y un
Mario Camacho Pinto José Mora Rubio Álvaro Fajardo Pinzón Arturo Morillo Quiñones
1962-1963 1978-1980 1963-1964 1969-1970 1964-1965 1965-1966
152
UN GREMIO FORJADOR DE FUTURO
Jaime Gómez González Ignacio Vergara García Antonio Becerra Lara Juan Antonio Gómez
1966-1967 1967-1968 1968-1969 1970-1971
153
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
154
UN GREMIO FORJADOR DE FUTURO
Ernesto Bustamante Carlos Alberto Acevedo Juan Mendoza Vega Jaime Fandiño Franky
1975-1976 1977-1978 1980-1982 1982-1984
155
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
con docentes de todo el país. Con ello se tes históricos de este simposio les han
busca no solo generarles espacios de es- facilitado a los Neurocirujanos el logro
tudio, sino también que estrechen lazos para su país de la realización de eventos
de amistad desde su periodo de forma- continentales de la mayor trascendencia,
ción, perdurables en el tiempo. como el XXIV Congreso Latinoameri-
cano de Neurocirugía que se celebró en
Simposio internacional. Es el evento de Cartagena en 1994, y el XXX Congreso
mayor importancia de la ACN; posibilita Latinoamericano en 2008, en Bogotá.
que los especialistas en ejercicio y aque-
llos en entrenamiento asistan a talleres y Asimismo se realizan unos talleres
conferencias cuyos expositores invitados teórico-prácticos durante el congreso,
son profesores extranjeros, avalados por con temas que contribuyen a la forma-
la Federación Mundial de Sociedades de ción integral de los Neurocirujanos y
Neurocirugía. a fomentar su creatividad y espíritu de
investigación. Talleres como “Medicina
Este evento internacional sin duda repre- basada en la evidencia” y “Cómo publi-
senta una valiosa oportunidad para que car un artículo médico” son una muestra
los Neurocirujanos, sin necesidad de salir del compromiso de la Asociación Co-
del país, escuchen en jornadas académi- lombiana de Neurocirugía con elevar los
cas los adelantos científicos y los avances estándares académicos de sus asociados
tecnológicos de la Neurocirugía mundial. y articular su llave docente-asistencial.
Además, es la imagen de la medicina
colombiana en el contexto internacional Como la ACN es una entidad sin ánimo
de las Neurociencias; los anteceden- de lucro, que funciona gracias al aporte
Manuel Palacios Palacios Humberto Uribe Posada Edgar Ordoñez Mora Arnoldo Levy
1984-1986 1986-1988 1988-1990 1990-1992
156
UN GREMIO FORJADOR DE FUTURO
de sus afiliados, para los congresos nacio- Álvaro Corredor, Germán Gastelbondo,
nales e internacionales acude a las institu- Álvaro Calderón V., Mario Camacho
ciones públicas y privadas, con las cuales Pinto, Miguel Eljaiek, Álvaro Fajardo
comparte objetivos corporativos afines, Pinzón, Jaime Gómez, Miguel Gutié-
como la de contribuir a la capacitación y rrez, Jorge Huertas, José Joaquín Leiva,
educación continuada de los especialistas Guillermo Laverde, Juan Mendoza Vega,
del país. José Mora Rubio, Jaime Potes, Leonidas
Romero, Fernando Rosas P., Hernando
Rodríguez V., Abel Ramírez Perdomo,
EL PRINCIPIO José Sánchez Montenegro, Juan Trujillo,
Fernando Trujillo, Ignacio Vergara G.,
Fue un grupo de hombres visionarios Juan Antonio Gómez y Manuel Palacios.
venidos de las diferentes ramas de las Aunque no estuvieron en la reunión, por
Neurociencias, los que se reunieron una motivos ajenos a su voluntad, se les con-
noche del 6 de abril de 1962 en el Club sidera también miembros fundadores al
Médico, en Bogotá, con el objetivo de doctor Ernesto Perilla, y a la única mujer
fundar la Sociedad Neurológica de Co- de la lista, la doctora Lucía Parra.
lombia, y así lo hicieron. Ellos fueron los
La primera junta directiva estuvo con-
doctores:
formada por los doctores Mario Ca-
Jorge Arregocés, Gerardo Aristizábal, macho Pinto (Presidente), José Mora
Luis Bonilla, Antonio Becerra Lara, Rubio (Vicepresidente), Antonio
Francisco Barón C., Juan B. Castaño, Becerra Lara (Secretario), Jaime Gómez
Luis Casasbuenas, Hernando Corredor, González (Tesorero), e Ignacio Vergara
Humberto Caiafa Rivas Germán Peña Quiñones Tito Perilla Cepeda Alfredo Pedroza Campo
1992-1994 1994-1996 1996-1998 1998-2000
157
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Edwin Ruiz Alarcón Himmler Serrato Lavao Remberto Burgos Óscar Gerardo Aponte Puentes
2000-2002 2002-2004 De la Espriella 2008-2010
2004-2006
158
UN GREMIO FORJADOR DE FUTURO
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LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
160
UN GREMIO FORJADOR DE FUTURO
PUNTO DE ENCUENTRO
LATINOAMERICANO
Los Neurocirujanos colombianos agre-
miados en la ACN han organizado cuatro
versiones del Congreso Latinoamericano
de Neurocirugía (CLAN). La primera se noamericano, digno hermano de sus
llevó a cabo en Medellín en 1957 y fue hermanos con asociaciones de Neuroci-
presidida por el doctor Ernesto Busta- rugía: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile,
mante; luego la oportunidad fue para Ecuador, Uruguay, Paraguay, Venezuela,
Bogotá en 1969, bajo la presidencia del Guatemala, El Salvador, Honduras,
doctor Mario Camacho Pinto; le seguiría Nicaragua, Perú, México, Costa Rica,
el de Cartagena, en 1994, cuyo presiden- Cuba, Panamá y República Dominicana.
te fue el doctor Germán Peña Quiñones, Y fraterno, también, de los latinos en
y por último el presidido por el doctor Estados Unidos y Canadá.
Remberto Burgos de la Espriella, en el
Todos los CLAN han presentado buenos
año 2008.
balances, gracias a una conjunción de
Sin duda, el congreso latinoamericano es esfuerzos y de compromisos de país,
un reto mayúsculo. El nombre habla por tendientes a lograr una meta diáfana
sí solo de la magnitud de sus aspiracio- en su concepción: convertir al máximo
nes, de su ambición de congregar en su evento de la Neurocirugía regional en un
seno ideas, pensamientos, conocimiento punto de referencia mundial para quie-
y liderazgo en un planeta cada día más nes deseen obtener, simultáneamente,
cercano, cada día más unido por las co- conocimientos y aprendizaje, práctica
municaciones y la tecnología, un planeta y teoría. Pero también intercambiar ex-
cada día más parecido a lo que Marshall periencias de vida profesional, estrechar
McLuhan llamara la “aldea global”. lazos de amistad y construir puentes que
acercan culturas.
Colombia los ha asumido con el com-
promiso, la dedicación, la audacia y la El último realizado en Colombia (CLAN
pasión que caracteriza a este país lati- 2008), por ejemplo, recibió a importantes
161
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
162
ANEXOS
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 1
CONDICIONES PARA LA EXISTENCIA DEL PROGRAMA DE
NEUROCIRUGÍA EN LAS UNIVERSIDADES
1 La Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (Ascofame) nació el 18 de marzo de 1959, como producto de la
misión de educadores médicos conformada por los doctores Maxwell Lapham, Charles Goos y Robert Berson, quienes
entregaron el informe: “Un estudio de la educación médica en Colombia”. El acta de creación la suscribieron las siete
universidades con facultades de Medicina existentes en ese momento: Universidad de Antioquia, Universidad de Caldas,
Universidad de Cartagena, Universidad del Cauca, Universidad Javeriana, Universidad Nacional y Universidad del Valle.
164
ANEXOS
enfermedades del sistema nervioso central, particularmente aquellas que son suscep-
tibles de tratamiento quirúrgico; tratar independientemente, por métodos médicos
quirúrgicos, aquellos que caben dentro de su especialidad, desempeñándose general-
mente en una institución hospitalaria de tercer nivel. Está en capacidad de mantenerse
actualizado dentro de su especialidad, para lo cual debe conocer y saber utilizar las
fuentes de información, asistir a las reuniones científicas de la especialidad y conocer
oportunamente y juzgar en forma crítica las innovaciones importantes dentro de su
especialidad.
Perfil administrativo
En el área administrativa está en capacidad de desarrollar labores administrativas básicas
en las áreas a su cargo; posee conocimientos gerenciales en salud y la legislación vigente
en salud, y está en capacidad de diseñar programas preventivos en su especialidad.
Perfil docente
Debe tener capacitación que le permita adquirir habilidades docentes o mejorar las que
ya tiene, conocer el manejo correcto de las ayudas didácticas modernas, y utilizar las
herramientas que le aportan la informática y la epidemiología.
Perfil investigativo
Está en capacidad de llevar a cabo investigaciones, entender los principios básicos de
la estadística empleada para los trabajos de investigación, respetar los principios de la
bioética y tener un sólido respaldo humanístico.
Requisitos para el ingreso a la universidad
Ser médico general graduado en una universidad colombiana o en una universidad
extranjera debidamente reconocida con el título de médico homologado de acuer-
do con la legislación vigente.
Haber cumplido con el requisito legal del “Servicio social obligatorio”.
Los demás requisitos específicos de cada Facultad de Medicina.
Criterios básicos para la selección de los estudiantes
Prueba de conocimientos.
Puntaje del examen de estado en Medicina (ECES).
Análisis de la hoja de vida académica y profesional.
Entrevista.
La entrevista debe buscar al menos las siguientes características del individuo:
• Estructura ética y moral.
• Capacidad de liderazgo.
165
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
166
ANEXOS
167
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
• Tumores espinales. 5
Cirugía vascular
• Aneurismas cerebrales. 30
• Malformaciones arteriovenosas. 5
• Endarterectomía carotídea. 2
Cirugía transesfenoidal
• Base de cráneo. 40
Tumores
• Tumores supratentoriales. 60
• Tumores fosa posterior. 10
• Tumores de la pineal. 5
• Tumor de ángulo pontocerebeloso. 5
• Tumores de línea media. 10
Cirugía infantil
• Derivaciones ventriculares para hidrocefalia. 30
• Mielomeningocele. 10
• Tumores. 10
• Hematomas cerebrales por trauma. 30
Otras
• Dolor. 60
• Estereotaxia. 10
• Nervio periférico. 10
Componentes básicos en investigación
Epidemiología básica
Análisis crítico de la literatura
Principios básicos de la investigación
Duración mínima del programa
10 semestres.
25 semanas por semestre.
168
ANEXOS
169
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
170
ANEXOS
Anexo 2
EL NEUROCIRUJANO COMO ENFERMO
171
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Esta historia de feliz término del profesor Benavid nos permite afirmar que los pro-
fesionales de la salud acostumbramos a ocultar, negar o minimizar nuestros síntomas,
pues pensamos que la “blusa blanca nos inmuniza”. No les prestamos atención a
manifestaciones simples, y la injustificada excusa de la “falta de tiempo” nos persigue.
A veces, irresponsables, llegamos a situaciones extremas, y es en los momentos menos
apropiados cuando llega la enfermedad.
Hay una cultura de prejuicio entre los médicos y cierto grado de señalamiento social,
pues se presume que un médico enfermo no está en condiciones de atender en forma
idónea a sus pacientes. Es como si no pudiésemos quitarnos de encima el pijama del
individuo convaleciente que al terminar su periodo de recuperación regresa al trabajo.
En una encuesta dirigida a una población de neurocirujanos sobre el lugar donde prefe-
ría ser atendido, cerca del 50 por ciento respondió que en el hospital donde practicaba
y en el Servicio en el que laboraba. Es una muestra de la confianza que se tiene de lo
conocido, y del terror a un desenlace por fuera de la órbita en la que se siente seguridad.
Eben Alexander III, Neurocirujano norteamericano y profesor de la Universidad de
Harvard, en el año 2008 permaneció dos semanas en coma en la unidad de cuidados
intensivos, debido a una meningitis bacteriana por E. coli. Estar bien y de un momento
a otro ser víctima de la puerta giratoria que nos arroja a esos laberintos, a esos preci-
picios que no entendemos. Qué duro es que, de sopetón, se derribe el puente que nos
comunica con el entorno y se interrumpan los lazos de unión que mantenemos con
nuestros seres queridos.
Desde el siglo V a.C., Hipócrates describió la conciencia como una función cerebral,
en contravía de la idea que hasta entonces se tenía de que ella radicaba en el corazón2.
172
ANEXOS
Al despertar del coma, Alexander se sorprendió de tener recuerdos durante ese estado,
los cuales no guardaban ninguna relación con su vida anterior al episodio. Sus recuerdos
correspondían a un estado de conciencia más amplio y libre que aquel que es controlado
por el cerebro: uno espiritual profundo que no logramos comprender ni explicar bajo
los mecanismos fisiopatológicos con los cuales hoy entendemos el estado comatoso.
En la actualidad el doctor Alexander continúa su práctica neuroquirúrgica privada y
dedica mucho tiempo a estudiar los enigmas incomprendidos de la funciones cere-
brales, y particularmente lo inescrutable que son ciertas manifestaciones neurológicas
entre la que sobresale el estado hermético de conciencia. El artículo que escribió de su
experiencia ocupa el primer lugar entre los más leídos de la Asociación Americana de
Neurocirugía, y pronto publicará un libro sobre el tema.
Sobresaliente el ejemplo de Alexander; en vez de ocultar sus dudas, temores e inquie-
tudes científicas, lo que podríamos llamar “coma social”, ha expuesto su vivencia para
liderar proyectos de investigación que expliquen su experiencia.
Gail Rosseau, Neurocirujana de Chicago y compañera de la Federación Mundial de
Neurocirugía, narra con detalles la historia de Jhon Ratilff. Este Neurocirujano de
Stanford y deportista de alto rendimiento, corredor de maratón, presentó dolor torá-
cico y dificultad respiratoria. Pensó que era “estrés” e ingresó a su jornada de cirugía
agendada. Realizó una fusión C1-C2 y luego una laminectomía cervical. Al día siguien-
te le fue diagnosticado un trombo-embolismo pulmonar, y en la actualidad está toman-
do anticoagulantes.
Qué tal que por esos caprichos, la vida nos dijera que debemos cambiar nuestras
costumbres, pasatiempos y aficiones. ¿Estamos preparados para un cambio abrupto
en nuestro estilo de vida? Es tan absorbente nuestra disciplina que quizá no hayamos
cultivado otras opciones distintas a ejercerla.
Esta es quizá una de nuestras mayores debilidades: dejamos hace mucho de ser inte-
grales en nuestra formación y ya no tenemos tiempo para disfrutar las cosas simples de
la vida. Olvidamos, por ejemplo, que el tiempo que se deja de pasar con la familia, es
irrecuperable.
En todas las historias de Neurocirujanos como pacientes, hay una que toca puntos
muy sensibles del momento: las necesidades del paciente como persona. Roy A. E.
Bakey, médico Neurocirujano, después de luchar contra el cáncer gástrico, recomenda-
ba como lección de vida:
Como paciente debe: conocer la enfermedad, saber cuál es su estado y cuáles son
las posibilidades.
Recuerde: la mejor medicina para el paciente hospitalizado es “ver” a su doctor.
¡Aplíquela!
173
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
174
ANEXOS
Deberíamos aceptar las revisiones médicas que se nos exijan y suspender o dismi-
nuir la actividad profesional, sí así se nos aconsejara.
Debemos recordar que todos los neurocirujanos llegan a una edad en la que la
competencia técnica o la resistencia física, precisa para determinadas intervencio-
nes, disminuye. Tenemos el deber de reducir nuestra actividad de forma adecuada,
cuando esto ocurra.
Deberíamos evitar una sobrecarga que pudiera dar lugar a un cansancio excesivo o
a estrés y, como consecuencia, a un deterioro de la capacidad profesional.
Deberíamos evitar estilos de vida o hábitos personales que puedan afectar a la
competencia neuroquirúrgica.
Si nos enteramos de que un colega presenta síntomas clínicos o alteraciones de
conducta que hagan sospechar problemas de salud capaces de influir en el cuidado
de los pacientes, tenemos la obligación de discutir el problema con dicho colega,
en forma inmediata. Si este no acepta ningún consejo, debe comunicarse la si-
tuación a la autoridad adecuada. Esta autoridad puede ser un compañero de más
edad, la dirección del centro u otro organismo que regule la práctica médica. Tales
revelaciones deben ser veraces, en interés de los pacientes.
175
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 3
LA ANÉCDOTA MÉDICA DEL CLAN 2008
176
ANEXOS
177
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
rezar), y dejar que estos dos doctores, que a pesar de estar preocupados eran optimis-
tas, hicieran su oficio.
No comprendía porqué todo había sido relativamente fácil. Llegó a la clínica, la aten-
dieron como a una persona conocida y con gran afecto las monjitas rezaron con ella,
las enfermeras, cariñosas, le explicaron en qué consistía la cirugía y el doctor de la
nariz, sonriente, le comentó que ésta le quedaría “un poquito respingada” (“como la
de Dorita”, -pensó). Un médico joven y alegre que ayudaba a sus doctores se encargó
de todos los exámenes y la ingresó al quirófano. Entre nubarrones recuerda los ojos
de quienes la operaron y cuando se despertó notó que no podía respirar, por cuenta de
unos algodones que le taponaban las fosas nasales, y se sintió aturdida por los ruidos y
el timbre de los aparatos a los que la tenían conectada.
Los primeros días, ¡qué sed!, el agua se le antojaba tan necesaria como el trabajo, y no
podía dejar de beber, tras lo cual de inmediato debía orinar. Su orina no tenía ningún
color, y se asustó. ¿Será que todas las personas a las que les operan la hipófisis orinan
clarito? –se preguntaba.
Empezó a notar los cambios en su fisonomía, y ocho días luego de la intervención,
le dijo al Dr. Burgos, con los ojos iluminados por la gratitud: “Doctor, ¿se fija cómo
estoy de bonita?”
Sus dos complicaciones se resolvieron: la presión arterial y el azúcar se normalizaron
y ahora solo quedaba esa medicina tan cara que debía aspirar una vez al día para regre-
sarle a la orina su color característico… ¿Será que con los adelantos de la ciencia ya
descubrieron remedios que desde la nariz colorean la orina?
Más ayuda
Para Margarita María esa tarde era crucial; después de dos cirugías cerebrales, estaba
ansiosa por saber cuál era la situación de su tumor y, aunque confiaba plenamente en
su médico, no estaría tranquila hasta escuchar el resultado del examen de resonancia
nuclear magnética del cerebro.
Durante tres meses se había preparado “mental y espiritualmente” para hacerse este
examen y escuchar el veredicto. Una vez llegaba a la sala de Rx la invadía el miedo,
regresaba a su casa y durante noches no dormía pensando en sus pequeños hijos, que
la necesitaban. Fueron necesarios tres meses de tomar antidepresivos para reforzar el
valor que se requiere ante ese fiscal de imágenes posquirúrgicas.
Entró temblando al consultorio, al tiempo que adivinaba en el rostro satisfecho de su
cirujano una buena noticia. Ya él conocía el resultado y en forma escueta le anunció:
“todo perfecto, no hay ningún problema”.
178
ANEXOS
No se sorprendió cuando el doctor Burgos añadió: “tengo la persona que necesito que
ayude este año” (Cada año, después de su operación en 1988, Margarita María le pedía
a su cirujano que le informara la situación de algún paciente que pudiera necesitar su
ayuda). Así llegó a Yolanda, a quien principió a darle un aporte económico mensual
para que pudiera cumplir con el pago de un seguro médico independiente, y de esa
manera acceder a los cuidados posquirúrgicos que requería.
Pensó en sus hijos y en los de Yolanda, en cómo sus vidas estaban unidas por un tumor
cerebral, y dio gracias al Cielo por haberle brindado una tercera oportunidad de vivir y,
sobre todo, porque le seguía permitiendo conjugar, en silencio, y con toda la pasión, el
verbo “dar”.
179
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 4
LECCIONES POLÍTICAS DE UN HEMATOMA SUBDURAL
Por encargo del presidente John Kennedy, en 1963 el expresidente Alberto Lleras
Camargo se encontraba promoviendo en Brasil el programa “Alianza para el Progreso”,
cuando sufrió un hematoma subdural, que obligó su retorno inmediato al país, el cual
se hizo vía Lima.
Preocupada, doña Berta Puga le solicitó a un amigo de la familia buscar a un neuroci-
rujano colombiano para que se trasladara a la ciudad peruana y atendiera a su marido.
Así fue como Jaime Gómez-González viajó en misión oficial por encargo del entonces
presidente Guillermo León Valencia.
En el vuelo coincidió el médico con el profesor de neurocirugía Earl Walker, a quien
el presidente Kennedy –tan cercano a Lleras Camargo– había enviado para evaluar la
situación neurológica del paciente, que empeoraba con los días.
En Lima le diagnosticaron un hematoma subdural crónico. Su familia quiso corres-
ponder a la gentileza de Kennedy y aceptó trasladarlo al Hospital John Hopkins de
Baltimore, donde Walker y Gómez operaron al ilustre enfermo, quien se recuperó
satisfactoriamente en la casa del embajador Germán Zea, en Washington, y regresó un
mes después al país, para seguir orientando a la opinión pública.
Hoy la historia se repite en un político. El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, sufrió
la misma dolencia. Pero ¿existe algún vínculo entre Lleras Camargo y Petro? Sí: una
mancha espesa de sangre que se apoderó de la superficie de su cerebro y lo comprimió.
Solo eso.
Lleras Camargo entendió que no todos los pacientes podían trasladarse al exterior
para someterse a cirugía neurológica, y con el espíritu generoso que lo caracterizaba,
impulsó la iniciativa de Jaime Gómez, de crear una institución altamente especializada
en la materia. Así, como regalo del subdural crónico del expresidente Lleras, le quedó
a Colombia el Instituto Neurológico y la generación de especialistas en Neurociencias
que allí se formaron, y que hoy están regados por todo el país. La gran frustración
posterior: su cierre en 1998, por la debilidad de nuestro sistema de salud que no supo
rescatarlo.
180
ANEXOS
181
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 5
AFILIADOS A LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE
NEUROCIRUGÍA
182
ANEXOS
Anexo 5. Continuación
Silvio Mario Rosales Maldonado Barranquilla
Jaime Rubio Segura Barranquilla
Manuel Sánchez Rojas Barranquilla
Néstor Taboada Taboada Barranquilla
Oscar Antonio Tilano Molina Barranquilla
Ramiro Torres Ortega Barranquilla
Hugo Zuleta Angulo Barranquilla
Juan Carlos Acevedo González Bogotá
Juan José Alandete Herrera Bogotá
Oscar Gerardo Aponte Puentes Bogotá
Jaime Andelfo Arias Guatibanza Bogotá
Gerardo Aristizábal Aristizábal Bogotá
Jorge Humberto Aristizábal Maya Bogotá
Pablo Enrique Baquero Herrera Bogotá
Víctor Hugo Bastos Pardo Bogotá
Antonio José Becerra Gómez Bogotá
Juan Antonio Becerra Suárez Bogotá
Miguel Enrique Berbeo C. Bogotá
Cesar Augusto Buitrago Guzmán Bogotá
Remberto Ignacio Burgos De La Espriella Bogotá
José Luis Buriticá Bohórquez Bogotá
Ernesto Bustamante Zuleta Bogotá
José Nel Carreño Rodríguez Bogotá
Ismael Alfonso Casanova Álvarez Bogotá
Hernando Alberto Cifuentes Lobelo Bogotá
William Cortés Lozano Bogotá
Carlos Cure Hakim Bogotá
José Fernando Díaz Peecchenino Bogotá
César Jacobo Díaz Silva Bogotá
Roberto Carlos Díaz Orduz Bogotá
Juan Carlos Diez Palma Bogotá
Jairo Espinosa Martínez Bogotá
Oscar Feo Lee Bogotá
Julio Roberto Fonnegra Pardo Bogotá
Carlos García Orjuela Bogotá
Kemel Ahmed Ghotme Ghotme Bogotá
Gilberto Armando Goyes Cadena Bogotá
Manuel Alberto Gutiérrez Molina Bogotá
183
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 5. Continuación
Oscar Fernando Gutiérrez Rincón Bogotá
Jorge Eduardo Guzmán Prenk Bogotá
Néstor Danilo Guzmán Ruiz Bogotá
Fernando Hakim Daccach Bogotá
Salomón Hakim Dow Bogotá
Jhon Jairo Hernández Castro Bogotá
Eduardo José Jaramillo Carling Bogotá
Enrique Jiménez Hakim Bogotá
Fernando Jimeno Jiménez Bogotá
Leonardo Laverde Bogotá
Jorge Enrique Luque Suárez Bogotá
Juan Carlos Luque Suárez Bogotá
Hugo Eduardo Márquez Jiménez Bogotá
Jairo Martínez Bogotá
Carlos Eduardo Martínez López Bogotá
Juan Armando Mejía Cordovez Bogotá
Juan Mendoza Vega Bogotá
Enrique Monsalve Vargas Bogotá
Jairo Montes Del Castillo Bogotá
Santiago Morales Camacho Bogotá
Jesús María Neissa Rosas Bogotá
Edgar Gerardo Ordóñez Mora Bogotá
Luis Alejandro Osorio Bohórquez Bogotá
Enrique Osorio Fonseca Bogotá
Adriana Páez Bogotá
Manuel Roberto Palacios Palacios Bogotá
Javier Gustavo Patiño Gómez Bogotá
Pedro José Penagos González Bogotá
Germán Camacho Bogotá
José Hernando Peñaloza Rojas Bogotá
Tito A. Perilla Cepeda Bogotá
Luis Fidel Pinzón Patiño Bogotá
Fernando Portilla Duarte Bogotá
José Tomas Posada Forero Bogotá
Francisco José Posada Gómez Bogotá
Juan Carlos Puentes Vargas Bogotá
Martha Pulido Fajardo Bogotá
Carlos Ramírez Caballero Bogotá
184
ANEXOS
Anexo 5. Continuación
Jaime Alejandro Ramos Girón Bogotá
Juan Carlos Ramos Torres Bogotá
William Mauricio Riveros Castillo Bogotá
Mario Fernando Rodríguez Saavedra Bogotá
Hernando Rodríguez Vargas Bogotá
Armando Rojas Calderón Bogotá
Luis Orlando Rojas Romero Bogotá
Himmler Serrato Lavao Bogotá
Adriana Serrano Russi Bogotá
Álvaro Ricardo Soto Ángel Bogotá
Mauricio Toscano Heredia Bogotá
Juan Trujillo Mejía Bogotá
Gustavo Adolfo Uriza Sinisterra Bogotá
Juan Gabriel Vergara Palma Bogotá
Wilson Villarreal Cantillo Bogotá
Rafael Villabona Bogotá
Roberto Carlos Zambrano Núñez Bogotá
Oscar Zorro Bogotá
Germán Arango Álvarez Bogotá
Jaime Fandiño Franky Bogotá
Rafael Azuero González Bucaramanga
Marco Tulio Barrera Bucaramanga
Mario Bueno Duran Bucaramanga
Carlos Chacón Bucaramanga
Carlos E. Corso I. Bucaramanga
Neftalí Cossio Lozano Bucaramanga
Iván Darío Freire Carlier Bucaramanga
Carlos Enrique Maiguel Carrizosa Bucaramanga
Ricardo Molina Valencia Bucaramanga
Guillermo Alfonso Monsalve Duarte Bucaramanga
Jaime Ramírez Bucaramanga
Iván Darío Ramírez Giraldo Bucaramanga
Vladimir Rodríguez P. Bucaramanga
Leonidas Romero Bucaramanga
José A. Sánchez M. Bucaramanga
David Sánchez Salcedo Bucaramanga
Gabriel Manuel Vargas Grau Bucaramanga
Pedro Arturo Cogollo Buga
185
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 5. Continuación
Álvaro López Figueroa Buga
Carlos Alberto Acevedo Vega Cali
Carlos Albero Acevedo Velasco Cali
Pablo Miguel Arango Pava Cali
Milton Marino Barbosa Cali
Oswaldo Coral Guerron Cali
Oliver García Cali
Francisco Antonio Guzmán Perlaza Cali
Gerardo Antonio Hernández Ávila Cali
Álvaro Ramón Holguín Giraldo Cali
Jorge Iván Holguín Díaz Cali
Arnoldo Levy Levin Cali
Carlos Antonio Llanos Lucero Cali
Javier Mauricio Lobato Polo Cali
Maria José Martínez Gómez Cali
Daniel Enrique Medina Jiménez Cali
Antonio Montoya Casella Cali
José Ferney Navarro Arias Cali
Juan Carlos Mosquera Martínez Cali
Jaime Olayo Muriel Cali
Elmer Enrique Ortega Montero Cali
Jorge Humberto Parra Cali
Alfredo Pedroza Campo Cali
Alfonso Perdomo Cali
Bernardo Pérez Valencia Cali
Dunia Patricia Quiroga Angulo Cali
Carlos Alberto Reyes Cali
Luis Fernando Santacruz Cali
Jairo Enrique Sánchez Giraldo Cali
Fernando Sánchez Varón Cali
Ernest Karl Senz Salazar Cali
Julio Solarte Reina Cali
Libardo Trujillo Solarte Cali
Juan Alfonso Uribe Arango Cali
Gustavo Vásquez Cali
Fernando Velásquez Lasprilla Cali
Miguel Velásquez Vera Cali
Rafael Almedia Pérez Cartagena
186
ANEXOS
Anexo 5. Continuación
Juan Carlos Benedetti Isaac Cartagena
Gilberto Caballero Vergara Cartagena
Salim Díaz Yamal Cartagena
Leonardo José Domínguez De La Ossa Cartagena
Guillermo García Quintana Cartagena
Luis Carlos Gómez Arregocés Cartagena
Fredy Antonio Llamas Cano Cartagena
Osvaldo Enrique Molina Olier Cartagena
Eduardo Montes Montes Cartagena
Sandra Piña Cartagena
Fernando Alfonso Ponce Iglesias Cartagena
Haroldo Romero Cartagena
Rubén Sabogal Barrios Cartagena
Luis Yarzagaray Cartagena
Víctor Enrique Antolinez Ayala Cúcuta
Ramiro Calderón Tarazona Cúcuta
Carlos Hernán Cano Aconcha Cúcuta
Rafael Fandiño Prada Cúcuta
Marco Oliverio Fonseca González Cúcuta
Judith Patricia Gutiérrez Montoya Cúcuta
Carlos Humberto Mora Urbina Cúcuta
Ramón Elías Patiño Guerrero Cúcuta
Néstor Wilfrido Pérez Mejía Cúcuta
Emad Mustafá Saleh Attalah Cúcuta
Libardo Enrique Pulido Fuentes Duitama
Bernardo Soto Arboleda Envigado
Miguel Alejandro Alfonso Sarmiento Ibagué
Larmont Antonio Aljuri López Ibagué
Jose Edgar Castaño Herrera Ibagué
Alfonso Díaz Suárez Ibagué
Raúl Antonio Hurtado Valle Ibagué
Orlando López Carvajal Ibagué
Carlos Alberto Mora Ojeda Ibagué
Nelson Alberto Morales Alba Ibagué
Hernán Ñañez Banbaguó Ibagué
Carlos Ramón Rivera Ibagué
Nelson Alberto Morales Alba Ibagué
José Ferney Gómez Ipiales
187
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 5. Continuación
Julio Cesar Chávez Dorado Manizales
Ricardo Marín M. Manizales
Alberto Muñoz Cuervo Manizales
Carlos Alberto Pardo Trujillo Manizales
Gustavo Iván Sánchez Mojica Manizales
Ramiro Sierra Manizales
Oscar Jaime Toro Echeverry Manizales
Sergio Rodrigo Ángel Bedoya Medellín
José Darney Ardila Cardona Medellín
Juan Fernando Arias Montoya Medellín
Sigifredo Betancour M. Medellín
Luis Carlos Cadavid Tobón Medellín
Hernán Javier Castaño Vélez Medellín
Adolfo Cumplido Posada Medellín
Fernando Díaz Corrales Medellín
Rodrigo Ignacio Díaz Posada Medellín
Jorge Iván Escobar Arango Medellín
Hernán Darío Estrada Londoño Medellín
Francisco Giraldo O. Medellín
Jorge Hernán Giraldo Ramírez Medellín
Ignacio Alberto González Borrero Medellín
Jorge William González González Medellín
Carlos Hernán Gómez Navarrete Medellín
Javier González Mejía Medellín
Juan Diego Gutiérrez Botero Medellín
Gilberto Hincapié Soto Medellín
Jorge Holguín Medellín
Héctor Alfredo Jaramillo Betancur Medellín
Carlos Mario Jiménez Yepes Medellín
Rodrigo Antonio Lopera Upegui Medellín
Adriana Lucia López Ríos Medellín
Cecilia Inés Marín Moreno Medellín
Carlos Eduardo Navarro Restrepo Medellín
Diego Alberto Osorio Alzate Medellín
Luis Fernando Osorio Naranjo Medellín
Oscar León Ospina Aristizábal Medellín
Boris Pabón Medellín
Carlos Mario Piedrahita Zapata Medellín
188
ANEXOS
Anexo 5. Continuación
Raúl Piedrahita Medellín
Carlos Alberto Rivera Suárez Medellín
Oscar Romero Pertuz Medellín
Carlos Alberto Ruiz Castaño Medellín
Luis Alejandro Serrano Crisóstomo Medellín
Luis Vicente Syro Moreno Medellín
Humberto Uribe Posada Medellín
Mario Vásquez Soto Medellín
Carlos Jaime Yepes Sánchez Medellín
Álvaro Francisco Amaya Corrales Montería
Manuel De Jesús Echenique Vélez Montería
Rafael Alberto Grandett Niño De Rivera Montería
Jesús Antonio Jiménez Isaza Montería
Oswaldo De Jesús López Santos Montería
José Fernando Arango Villa Neiva
Edna C. Camargo Neiva
Andrés Rubiano Neiva
Oscar Raúl Sarmiento Bermúdez Neiva
Héctor Alonso Suárez Carreño Neiva
Juan Carlos Ortiz Neiva
Porfirio Muñoz Bermeo Pasto
Jaqueline Madroñero Pasto
Manuel Augusto Botero Baena Pereira
Mauricio Alberto Cadavid Estrada Pereira
Hans Carmona Villada Pereira
Jorge Luis Osorio Cardona Pereira
Luis Edgardo Sánz Suárez Pereira
Carlos Alfonso Téllez Cabal Pereira
Ehumir Téllez Martínez Pereira
Pablo Vela De Los Ríos Pereira
Armando Yaruro Astudillo Pereira
Jose Ferney Gómez Muñoz Popayán
Pablo Hurtado Popayán
Carlos Alberto Velasco López Popayán
Pablo Ordóñez San Juan De Pasto
Jairo Enrique Blanco Rubio Santa Marta
Gary Jose Caballero García Santa Marta
Vladimir De La Cruz Restrepo Santa Marta
189
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 5. Continuación
Ángel Alfonso Miguel Sarmiento Santa Marta
Elías Navarro Del Portillo Santa Marta
Rafael Ospino Núñez Santa Marta
Oscar Redondo Makacio Santa Marta
Orlando Antonio Visbal Chewin Santa Marta
Guillermo Segundo Borja González Sincelejo
Jaime De Jesús Martínez González Sincelejo
Jorge Luis Mercado Geney Sincelejo
Ismael De Jesús Viera Jarava Sincelejo
Gustavo Orlando Álvarez Álvarez Tunja
Jorge Enrique Hernández De Castro Tunja
Juan Manuel Rincón Pulido Tunja
Álvaro Suárez Chaparro Tunja
Jorge Aguirre Lujan Valledupar
William Gutiérrez Ortiz Valledupar
Carlos Lafaurie Valledupar
Jorge Alberto Roca Baute Valledupar
Dora Lilia Baquero Maldonado Villavicencio
Juan Carlos Menéndez Barreto Villavicencio
Rolando Enrique Peñaloza Gualdrón Villavicencio
Marco Antonio Rojas Gutiérrez Yopal
190
ANEXOS
Anexo 6
CONDECORACIONES ENTREGADAS POR LA ACN
191
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 6. Continuación
Ciudad Doctor
Bucaramanga Carlos Julio Chacón
Cali Álvaro Holguín
Cali Antonio Montoya Casella
Cali Alfredo Pedroza Campo
Cali Miguel Velásquez
Cartagena Jaime Fandiño Franky
Cartagena Guillermo García
Cartagena Luis Yarzagaray
Cúcuta Ramiro Calderón Tarazona
Ibagué Raúl Hurtado Valle
Ibagué Ramón Rivera Bulla
Ibagué Alfonso Díaz Sandoval
Medellín Luis Carlos Cadavid
Medellín Adolfo Cumplido P.
Medellín Jorge Iván Escobar
Medellín Javier González
Medellín Oscar León Ospina Aristizábal
Medellín Mario Vásquez Soto
Medellín Jorge Iván Escobar
Medellín Luis Fernando Osorio Naranjo
Medellín Francisco Giraldo O.
Medellín Gilberto Hincapié
Medellín Sigifredo Betancour M.
Medellín Oscar Leon Ospina Aristizábal
Pereira Ehumir Téllez Martínez
Popayán Henry López
Santa Marta Oscar Redondo Makacio
Santa Marta Orlando Visbal
Tunja Álvaro Suárez Chaparro
Neiva Héctor Suárez Carreño
Cartagena Luis Carlos Gómez
192
ANEXOS
Anexo 7
MEDALLAS AL MÉRITO ANTONIO BECERRA LARA,
ENTREGADAS POR LA ACN
193
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
Anexo 8
MIEMBROS JUNTA DIRECTIVA DE LA ACN
194
ANEXOS
Anexo 8. Continuación
Año Presidente Vicepresidente Secretario Tesorero Vocal
1990 - 1992 Arnoldo Levy Germán Peña Remberto Burgos Adolfo Cumplido Álvaro Jurado
Rodrigo Ingnacio Tito Perilla Alfredo Pedroza Ramiro Calderón
1992 - 1994 Humberto Caiafa
Díaz Posada Cepeda Campo Tarazona
Germán Alfredo Edwin
1994 - 1996 Adolfo Cumplido Eduardo Montes
Peña Quiñones Pedroza Campo Ruiz Alarcón
Tito Ricardo Feris Antonio Becerra María José
1996 - 1998 Rubén Sabogal
Perilla Cepeda Chadid Gómez Martínez
Alfredo Hernando Gabriel Vargas María José
1998 - 2000 Guillermo García
Pedroza Campo Cifuentes Lobelo Grau Martínez
Edwin Enrique
2000 - 2002 Salvador Mattar Bernardo Pérez Elmer Ortega
Ruiz Alarcón Antolinez
Himmler Oscar Gerardo Juan Carlos Juan Carlos
2002 - 2004 Antonio Montoya
Serrato Lavao Aponte Oviedo Cañón Menéndez
Remberto Burgos Juan Carlos Nestor Danilo Juan Carlos Mario
2004 - 2006
de la Espriella Oviedo Cañón Guzmán Ruiz Benedetti Isaac Bueno Durán
Juan Carlos
2006 - 2008 Marcos Fonseca Gustavo Álvarez Juan Carlos Diez
Menéndez
Oscar Gerardo Antonio Jaime Alejandro Ernest Karl Marco Oliverio
2008 - 2010
Aponte Puentes Berrío Mendoza Ramos Girón Senz Salazar Fonseca González
Leonardo
Juan Carlos Gerardo Gustavo Adolfo
2010 - 2012 Domínguez de Alberto Dau
Oviedo Cañón Hernández Ávila Uriza Sinisterra
la Ossa
195
LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA, 50 AÑOS DE ASOCIACIÓN
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