Dios terminó la creación y todo el planeta tierra parecía un hermoso
Edén: ríos, lagos y mares sin contaminación. Montañas y valles verdes, plantas y árboles frutales, comestibles todos. Peces, aves y animales exóticos, y muchos que ya ni siquiera podemos imaginar porque se extinguieron. Todo esto libre de contaminación ambiental y sobre todo sin contaminación espiritual. Y entonces formó al ser humano y lo bendijo. Le dijo: sean fructíferos y multiplíquense. (Gn 1:28).
El plan de Dios, desde el principio, ha sido bendecir y prosperar al ser
humano (Salmos 1:1-3). Aunque sabemos que esto se alteró en el momento en que el pecado entró. Pero ahora Dios restaura el ciclo de la bendición a través de Jesucristo.
1. La Lluvia, Figura De La Bendición (Job 36:26-28)
»Mira, Dios es más grande de lo que podemos comprender; sus
años no se pueden contar. Él hace subir el vapor de agua y luego lo destila en lluvia. La lluvia se derrama desde las nubes, y todos se benefician.
La Biblia nos describe que la forma en que Dios cuida de la tierra es a
través de la lluvia, con la cual se benefician todos. Me atrevo a decir entonces, que la lluvia es una figura de la bendición (Ez 34:26). Y basado en esto me atreveré a hacer la siguiente comparación. Salmos 65:9: Cuidas la tierra y la riegas, la enriqueces y la haces fértil. El río de Dios tiene agua en abundancia; proporciona una exuberante cosecha de grano, porque así ordenaste que fuera. el ciclo de la bendición
Dios tiene cuidado de su creación, y pese a que hemos sido infieles no
nos dejó desamparados, sino que envió a su hijo amado (como lluvia temprana que vino a regar la tierra) para dar su vida en una cruz y así preparar los corazones (hizo el terreno fértil con su sangre); luego envió su río (el Espíritu Santo) para que Su Palabra (la semilla que sembró) diera una exuberante cosecha, tan grande, que el mismo Señor Jesús dijo que haría falta obreros (Lc 10:2).
El Señor ha puesto en el corazón de sus siervos en diferentes partes
del mundo que es el tiempo de una lluvia fresca, de una bendición fresca. La tierra anhela esta lluvia. La iglesia desea esa lluvia fresca (Salmos 65:10):
Con lluvias empapas la tierra arada, disuelves los terrones y
nivelas los surcos. Ablandas la tierra con aguaceros y bendices sus abundantes cultivos.
Esta será una lluvia que:
· empapara la tierra arada (refrescará y fertilizará nuestras congregaciones),
· disolverá los terrones (las durezas en el corazón de los
miembros); y
· nivelará los surcos (provocará la unidad).
· a nivel de aguacero, ablandará la tierra (los que aún no le
conocen); y
· bendecirá así los cultivos (nuestros esfuerzos sembrando la
semilla, predicando la Palabra). el ciclo de la bendición
2. Los Ríos, Canales De Bendición (Job 38:25-27)
»¿Quién creó un canal para los torrentes de lluvia? ¿Quién trazó el sendero del relámpago? ¿Quién hace caer la lluvia en tierra árida, en el desierto donde nadie vive? ¿Quién envía la lluvia para saciar la tierra seca y hace que brote la hierba tierna?
¿De quién proviene la bendición? ¡De Dios! ¿Quién envía la lluvia
fresca? Dios definitivamente; pero el agua de la lluvia no cumple su propósito si no corre, ya que la lluvia cae sobre un solo lugar, pero debe alcanzar los alrededores, para ello Dios creó canales: ríos, arroyos, etc. La bendición del agua de la lluvia debe correr.
Esto me recuerda que la bendición no es sólo para nosotros, como ya
hemos leído, es para beneficiar a todos, y Él ha diseñado los canales para sus torrentes de bendición: tú y yo (Juan 7:38), somos esos canales para que la bendición fluya. Dios no nos diseñó para ser cisternas, sino manantiales de cuyo interior corren ríos de agua viva.
Tenemos que permitir al Espíritu Santo bendecir a los demás:
a) Al compartir nuestras bendiciones espirituales: la vida eterna.
Compartiendo el mensaje de salvación con aquellos que aún no le conocen.
b) A través del fruto del espíritu, ya que un fruto es para que lo
puedan disfrutar los demás. El fruto del espíritu permite que los demás vean la nueva vida que Cristo produce.
c) Al compartir las bendiciones materiales (Dt 24:20). Dios me da
para que también lo distribuya con los que lo necesitan. el ciclo de la bendición
3. El Ciclo Del Agua; El Ciclo De La Bendición
a) Todo comienza con el vapor de agua que asciende; figura de la
obediencia (Génesis 18:19). La obediencia a Su Palabra provocará que la oración, el clamor, la fe, la alabanza y adoración ascienda al trono del Señor y Él acumule ese vapor de agua en enormes nubes preparando la lluvia.
b) Entonces el agua se destila en lluvia; figura de Dios
derramando su bendición a petición de quien obedece y clama, conforme a su fe.
c) El agua corre por canales (ríos, arroyos, manantiales, etc.);
figura del Espíritu Santo fluyendo a través del creyente llevando la bendición a los demás.
d) Esto provocará que más vapor de agua (más personas
alabando y glorificando al Señor) ascienda; por tanto mayor cantidad de agua se derramará en lluvia. Y comienza el ciclo de nuevo hasta que provoquemos un diluvio espiritual (señales, milagros y prodigios).
e) Hasta que la tierra sea llena de su gloria, como el agua cubre el