Sunteți pe pagina 1din 25

el)

.a1.
E
o
.c
-
-a
el)

e
"O
O --
--1.
O:
--
a'"
,¡.
.,.',
a.
O a
••en ~
el) D
--
..c O
1.
m.
•••••

E O
••
o
~
O O 1. oE
a.
••• U J-
,
1. Planteo

Esta introducción a la filosofía de la historia tiene una doble


finalidad: facilitar una verdadera comprensión de los problemas que
plantea la filosofía de la historia y señalar un camino a través de
este sector de problemas poniendo de manifiesto que el sentido
inmanente de la historia estriba en el progreso. Esta aseveraci6n
pone de manifiesto las preguntas que en este aspecto deben for-
mularse. ¿Qué es historia y qué es filosofía de la historia? ¿Qué
significa sentido inmanente o trascendente de la historia? ¿Qué sig-
nifica progreso? Se da una respuesta a estas preguntas en sus mu-
tuas relaciones, de suerte que se presenta un sistema de categorías
de filosofía de la historia que se deja abierto, puesto que por ser
la historia también abierta -es decir, que su desarrollo no está
terminado- s610 puede pensarse en un sistema abierto. Y así como
este sistema es abierto porque lo es la misma historia, el carácter
de sistema de la filosofía de la historia es genuino porque toda
categoría apunta a otras categorías. Además, es propio de este ca-
rácter de sistema como tal, el hecho de que quede abierto porque
la mutua referencia de las categorías no está consumada. Mientras
las categorías remiten una a otra, señalan al propio tiempo una
realidad que no se expresa en categorías: en parte porque la reali-
dad no pasa por completo al pensamiento y en parte porque nues-
tro pensamiento queda limitado por una posibilidad práctica de
l comprensión.

,...I 2. Historia

Una exposición filosófica debe reunir dos requisitos; compren-


sibilidad de los conceptos y comprensibilidad del objeto. Tiene que
definir y explicar sus conceptos a fin de facilitar el acceso al objeto.
Los números en cuerpo mayor que figuran entre paréntesis remiten a &\ Lo primero que necesita explicación es el concepto historia, a fin
las Explicaciones (pág. 139 a pág. 177); los menores en lo alto de la línea,
a las Notas (pág. 179 a pág. 202). h~ de que podamos acercamos más al objeto de que trata la filosofía
de la historia.
¡.
\
20 LA IllSTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 21
La palabra historia designa, por una parte, el trascurso de los que trabaja~ I'rop_or<?iona_u~.conocimiento de un sectorde Jª"reJ,J,Ji-_
acontecimientos y por otra, la reflexión sobre este trascurso. Este dad. Esa realidad sigue siendo siempre trascendente con respecto
doble significado no es casual, pues la reflexión sobre el tras curso "i'eSe conocimiento. Si llegara un momento en que toda la realidad
forma parte también del propio tras curso (1). pasara al saber, la ciencia habría terminado. Ciencia es siempre
La palabra historia puede designar el tras curso de los aconteci- descubrir lo desconocido que se revela al conocer.
mientos como un todo o en un sector parcial así como especial- \ ~a cien:i~_§~ ,refiere. únicamente a la re~lidad percepti,bl.e, es
mente la marcha del acaecer humano total o parcial. Cabe distin- declra-ra- realidad fundamentalmente perceptible, de modo directo
guir pues: historia universal, historia cósmica (historia del universo), o indirecto. Es inmanente a la realidad c6smica, vital y humana.
historia de lo vital (historia de la vida), historia humana (historia Más allá del ser "fuera" de esta realidad perceptible, nada puede
de la humanidad) e historias especiales (historia de una época, país predicar ni negando ni confirmando.
o ciudad). En todas estas acepciones, la palabra historia puede fLa ~~c~a se pregunta cómo conoce la reali~a~~S(u<ºnº~e a sí
designar tanto la marcha de los respectivos acontecimientos como misma con la ayuda de una reflexi6n de que se, orienta a la realidad.
su descripci6n. X'aIferencia de una ciencia' práctica de la historia, que se orienta
Tanto en la terminología profana como en la científica, la expre- a la realidad trascendente, encontramos, pues, la ciencia teórica de
si6n historia se emplea las más veces en la acepci6n de historia hu- la historia (3).
mana universal o especial, pero también se habla de una historia La ciencia de la historia, en la forma que ha adoptado en los
del universo o de una historia de la vida. tiempos modernos, es una conquista europea. Comienza en las pos-
La palabra historia se emplea, las más veces, únicamente para la trimerías del Renacimiento y, como"las ciencia"SaeTa-naturaleza,
marcha pasada del acaecer y para la reflexi6n referente a ella; sin adquiere su desa;:~l1o 'm~tKdico - e-ü- el 'siglo xvn. Pero Yª-~_I)t~~de~
embargo, a veces se emplea también para esa marcha sin tener en esa época_hu~iencia de la histori~:Ja,tuvieron egipcios, mesopo-
cuenta la fase del tiempo, es decir incluyendo en el término lo pre- tamios, judíos, griegos, rOI,!lanos ychínos, y existi6 asimismo en el
sente y lo porvenir (2). medievo cristiano e islámico; sin embargo, no es igual que la mo-
derna ciencia de la historia, aunque no pocas veces se le parezca
m1l.cho (Tucídides, Ibn Jaldún) .
3. La historia como ciencia r Lo que sabemos de la historia lo debemos al juego combinado de
recuerdo, tradici6n, mito y ciencia, mas únicamente la ciencia nos
La filosofía de la historia tiene dos temas principales que se dis- proporciona el conocimiento moderno de la historia.f No s610 el
tinguen 'entre sí pero sin estar separados uno del otro. En efecto, historiador, sino cualquiera que viva en el ámbito de la civilizaci6n
es reflexión sobre la historia como marcha del acaecer, o sea sobre moderna, debe también a la ciencia (entre otras fuentes) su visi6n
í~-iu~tori'~ ~o~o realidad, la historia conocida, y sobre la historia de la historia. Ya la más elemental enseñanza escolar aprovecha
como ciencia, la historia cognoscente.> En el presente estudio se las conquistas de la ciencia moderna de la historia. Toda persona
trata la historia como realidad. Colocando en el punto central este moderna tiene una instrucci6n a la cual ha contribuido la ciencia.
tema principal, en modo alguno sufre detrimento el otro tema prin- El conocimiento humano comienza cuando procede a adjudica-
cipal, pues si tenemos historia como realidad lo debemos a nuestro ciones de sentido mediante el mito. En la medida en que la ciencia
conocimiento de la historia como ciencia. Además se requiere una puede penetrar en el tiempo y el espacio, hay mitos en los pueblos
reflexi6n a fondo sobre la ciencia de la historia. primitivos y en los civilizados. También es mito -jamás sustentado
(La ciencia de la historia describe y explica la marcha de los con toda consecuencia- la idea de que todo carece de sentido. El
acontecimientos.) Si ésta se toma en sentido universal, son también mito es una atribución de sentido al todo de la realidad. La historia
ciencias históricas, por lo menos en determinados aspectos, la astro- se conoce a través del mito antes de aparecer a la luz de la ciencia.
nomía, la geología y la biología. Y el mito no desaparece cuando la historia se ve con la luz de la
La ciencia positiva es diáfana. En primer lugar, no Vdirige la mi- ciencia. En este sentido son igualmente mitos los de los pueblos
radaja sí misma sino\a la realidad que es su objeto} Remite de sí mis- primitivos, del mundo antiguo, de judíos, cristianos, musulmanes,
ma a la realidad a que se dirige.{En esa orientación es investigación, budistas e hindués y asimismo los mitos de los positivistas, marxistas
descripción, juicio y ordenación de hechos a la luz de teorías con y nihilista s (4).
22 LA IDSTORIA COMO PROGRESO
PROLEGÓMENOS 23
Desde la aparición de la ciencia, ningún mito pudo sustraerse al
choque con ella. Al producirse ese choque, el mito tuvo que desapa- cionales. La hipótesis de que, por principio, la realidad entera puede
recer o modífícarse. Nunca permanece igual a sí mismo, como no aprehenderse con esas categorías, se denomina racionalismo; en
sea por analogía. La ciencia penetra en el mito, mas también éste cambio, la que parte del supuesto de que no es posible incluir toda
penetra en aquélla. El mito' sirve de apoyo y estímulo para la acti- la realidad en categorías racionales, se denomina intelectualismo.
vidad científica. La ciencia de la historia trabaja partiendo del La ciencia práctica como tal no tiene conciencia de esta diferencia;
supuesto de que la historia tiene un sentido o de que carece de él. 1\\
pero su posibilidad depende de esa idea fundamental racional-em-
Así puede decirse tanto de la historia de la humanidad como de pírica o intelectual-empírica.
la historia vital y cósmica. También estas últimas se conocen al A su vez, esa idea filosófica fundamental se apoya en una convic-
principio en forma de mito y también en ellas se enfrenta el mito ción mítica, que puede ser más o menos consciente. Esa conciencia
con la ciencia: la biología, la geología y la astronomía. En ese en- puede activarse mediante el conocimiento de otras culturas en las
frentamiento se pretende mantener el mito, poner de manífiesto la que se hayan formado otros mitos, ya sea de otras épocas o de otros
verdad que es el sentido intrínseco de su configuración. El mito, lugares de la tierra.
gracias a ese mantenerse -si logra resistir el choque-, se conserva
y es objeto de reflexión en su verdad.
La realidad es. Un hecho es una realidad averiguada. La averi-
guaci6n se obtiene partiendo de una esperanza. La esperanza cien-
tífica es la teoría. La ciencia descubre hechos partiendo de sus
--
4. La historia ...QQ111cw:eolidad-,~" ..

La filosofía de la historia es una reflexión directa sobre la realidad.


ConQcemos la Iilit~ria'-~ediante re~~~B1Ai!~diCionesL...mi!Q~~Y-~1
teorías y también contra éstas. No hay hechos sin teoría ni teoría sin
hechos. Una teoría se convierte en doctrina cuando constituye la saber cientf&..o. GraCIas a Iaimagen así obtenida-'de la realidad,
única explicación posible de los hechos. effiMSofud.e la historia se dirige a la realidad misma.
, Fundándose en la teoría, toda ciencia elige lo que le parece de Las ciencias hist6ricas nos haC.IDLQºnOceruna realidad que cam-
valor para el conocimiento del objeto: materia inerte, ente viviente, bia: el universo, la vida, la humanidads~;;odifican~"Eñ'esatrasfor:
hombre. El método de cada ciencia varía según las relacioness entre ~i6n existe un orden cronológico: lo primero es la historia cósmica,
la teoría y los hechos de la respectiva ciencia y, en consecuencia, luego viene la vital y por último la humana. Mas en esa aparici6n _
según su objeto. Por consiguiente, buscar para la historia de la hu- sucesiva, la etapa siguiente no elimina la anterior. Las etapas de la
111 manidad un método análogo al de las ciencias de la naturaleza tiene historia están enlazadas entre sí de tres modos diferentes: por una
tan poco sentido como buscar para las ciencias de la naturaleza un parte, la historia de lo cósmico ·sigue su curso cuando comienza la
1¡ método análogo al de las ciencias del espíritu. Esto no significa que
las ciencias de la naturaleza no tengan que ver absolutamente nada
historia de lo vital, y, asimismo, perdura después de aparecer lo
, humano. Luego, lo cósmico no sólo se opera en lo prevital sino tam-
j" con elementos de las ciencias del espíritu -basta pensar en el papel bién en lo vital y en lo humano, y también lo vital se opera en 10
humano. Las leyes físicas y químicas son tan valederas para la vida
I¡ que el observador humano desempeña en la astronomía y la micro-
física- o la historia con elementos de las ciencias de la naturaleza; oomo para lo inerte, y las biológicas tanto para el hombre como para
. así lo revela el papel que desempeñan la muerte, las catástrofes de
I
las plantas y animales. Pero en tercer lugar, 10 vital se origina de
la naturaleza, los accidentes, las enfermedades y las epidemias. 1
I
lo cósmico, y lo humano, de lo vital. La Qist<2ri~pues, c~ui-
La ciencia teóriQa..Pa.r.!;esiempre de ~Ju'_~e orienta :¡ d~d descontinuaga. '
hacia .la ciencia práctica. Esta debe su existencia a una reUéXibn . ta CO~l!:CI..-º-~.<::º.n_tinlladª es la evolució?,\ p~q~.!L.d.!L19_
filosófica implícita o explícita. Sólo es posible a condición de que inf ior ~~.KID.~Jo. ..superior: de lo inerte lo viviente y de lo viviente
por principio sea considerado como aprehensible el ser cósmico en el~ ombre. Evoluci6n no significa necesariamente un progreso en la
su seritido más amplio, que incluye el ser vital y el humano, y no misma línea; puede hacer también saltos de una llnea.a-otra 4~
se tenga por legítima ninguna tesis o teoría que no pueda demos- e~ión ascend&!!,tede lo inf.e.rio.r_..Jl..JQ~_~lJP~ti.9I:
..Jl..s:...EI.Q.ID:.~..Q",..EL
trarse por experiencia. En este sentido, la ciencia positiva es siempre progreso, desde el punto de vista cósmico, esaumento de comple-
empirismo. Para que sea posible se requiere, además, que lo expe- jidaa de la estructura cgIp.llscl!Lg¡,;. desde -el purlto de vista vital,
rimentado y lo experimentable puedan incluirse en categorías ra- aUID:eñtoaé1á"concienciavital;desde el punto de vista humano, au-
mento de la libertad. El aumento de complejidad es progreso porque
24 LA IDSTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 25
por ese camino se orrgma el hombre. El aumento de libertad es descubrirse un aumento de libertad, y luego que ese aumento de
progreso porque por ese camino llega el hombre a ser él mismo. libertad puede calificarse de progreso. La primera cuestión remite
Si la biología y la paleontología comprueban que las distintas a la fenomenología; la segunda, a la filosofía de la historia. La feno-
especies vivientes aparecieron sucesivamente en un determinado menología trabaja con un concepto provisional de libertad elaborado
orden aprehensible, es lícito suponer que también esas especies pro- por la filosofía. Si el progreso es progreso de la libertad, el progreso
ceden unas de las otras, aunque no hayamos. averiguado aún el es también cosa de la libertad: progreso libre. El propio progreso
cámo de ese proceso. Se ofrecen al biólogo dos posibilidades: que depende de la libertad, no está predeterminado en el sentido de
las nuevas especies hayan surgido pura y simplemente, como si dijé- que no sea libre.
ramos de la nada, o bien que se hayan desarrollado siempre par- La filosofía de la historia puede ser ontología y metafísica. Es
tiendo de especies anteriores, en el sentido de que, grosso modo, la ontología a título de reflexión sobre la marcha del acaecer, partiendo
especie posterior sea más evolucionada que la precedente. La pri- de ese mismo acaecer; dicho de otro modo: a condición de que siga
mera posibilidad no lo es realmente para el biólogo porque lo coloca siendo inmanente a la historia. Es metafísica en la medida en que
ante fenómenos de sucesiones que, por principio, no le permiten enlaza la marcha del acaecer con una realidad que, por principio,
dar una respuesta. Por consiguiente, si sólo le queda la segunda está fuera de la historia; dicho de otro modo: en la medida en que
alternativa, ésta lo obliga, por una parte, a describir mejor los he- es trascendente a la historia. La ontología y la metafísica, aun siendo
chos y, por otra, a investigar también el c6mo. La idea de que las diferentes, no están separadas: toda reflexión ontológica de la his-
especies hayan surgido de la nada deja abiertas dos posibilidades toria se inspira en una metafísica. En este sentido, tan metafísico
-que eso haya ocurrido pura y simplemente o que se deba a un es negar una realidad fuera de la historia como reconocerla.
acto de creación-e, pero la diferencia que tal vez sea de interés para La cuestión referente al progreso corresponde a la ontología de
el biólogo como hombre, no lo es para el biólogo como biólogo. La la historia porque el progreso como tal se opera dentro de la historia.
ciencia no se ocupa en absoluto de la nada." La hipótesis de la Teniendo en cuenta que la realidad humana es prolongación de la
evolución, como única posibilidad de interpretación científica, no realidad vital y cósmica, la ontología de la historia es idéntica a una
es una teoría sino una doctrina: renunciar a ella equivale a renun- ontología de la realidad, pues ésta no es otra cosa que historia 7.
ciar a la ciencia. Lo que puede decirse de la evolución vital de una
especie a otra, reza también, mutatis mutandis, de la evolución
desde la materia a la vida y desde el animal al hombre. Si esos dos
6. La historia como progreso
saltos de la evolución no pueden comprenderse como tales, es nece-
sario recurrir de nuevo a un de la nada -nihilista o creacíonísta->,
es decir, hay que renunciar a una explicación científica. Mas si eso La historia, como marcha del acaecer, es un pasohacíaadelante.
constituye factores críticos propiamente importantes s en una con- a
Estepaso hacia adelante es progreso si coñdlice" "Ünarealidad supe-
tinuidad descontinuada, se necesitarán explicaciones científicas y rfar: Esa cualidad de superior estriba en el aumento de libertad. La
filosóficas, a pesar de que jamás habrá una sola explicación com- 'materia inerte no es libre sino que está predeterminada =ya sea
pleta dado el carácter trascendente de la realidad con respecto a absolutamente o estáticamente. En este caso forman violento con-
nuestro conocimiento. traste, libertad y predeterminación. En los seres vivientes se observa
Sólo en perspectiva puede verse la realidad humana como conti- por vez primera un comienzo de libertad, denominado automovi-
nuación de la realidad vital y cósmica. Por esta razón, toda refle- miento por la tradición 8. ; En el hombre aparece la libertad que eli-
xión sobre la historia de la humanidad tiene que colocar siempre a mina la predeterminación en el sentido de que ella misma fija su
ésta en la perspectiva de la realidad vital y cósmica 6. propia dirección.
"'_ La ontología (kJ~historia "P'?,rt.~AElJ9~,hechos que .leproporcíonan,
por -üili' parte, las ciencias de la naturaleza inerte y viviente y, por
5. La historia como filosofía. otra, la ciencia de la historia. Es una interpretaoión de esos hechos,
mas no 'se interesa directamente por esos hechos como tales, sino
Si se sostiene que el aumento de libertad es progreso, es preciso por lasÍíneas de evolución observables en ellos. .Se funda en lo que,
mostrar, en primer lugar, que en la historia de la humanidad puede oabría denominar fenomenología de la realidad. Se plantea así a

~
27
PROLEGÓMENOS

26 LA IDSTORIA COMO PROGRESO


tido inmanente y trascendente. Sólo aplicando consecuentemente
la ontología de la historia una triple misión. En primer lugar, ti~~e este criterio es posible preguntar qué relaciones intrínsecas existen
queexpiícar determ~J}aclQsf:oI}c:e-Pto~
_~I(lplícitos-filosóficos con qu~ entre ambas clases de atribución de sentido.
trabaja esaTeñü'menología. Además debe ..nacer comprensibles críti-
~amen'te' dichos conceptos y, por último, tiene que fundamentar la
ídéntificación del adelanto de la libertad y pr()gresó. ¿Por qué y en 8. La historia como futuro
qué séñtldo es progreso el aumento de libertad?
Cabe hablar de progreso de la ciencia, de la técnica. Pero la La cuestión relativa al sentido de la historia se refiere a la direc-
cuestión decisiva no es si progresa la técnica, sino si hace pro- ción de sus modificaciones. Si se considera que el sentido de la his-
gresos la humanidad como tal en su ser-humano." ¿Llega a ser la toria es el progreso, se entiende que la historia, la marcha de los
humanidad cada vez más humanidad? Por consiguiente, el problema acontecimientos, se encamina en tina sola dirección. Esto no quiere
del progreso plantea la cuestión relativa al hombre, no sólo del decir que el progreso avance siempre en línea recta, sino que la
hombre corno individuo sino del hombre corno parte de la humanidad historia, vista con suficiente perspectiva, revela que el progreso
y con ello, al propio tiempo, la cuestión referente a la humanidad es la dirección dominante. Existen también retrocesoS Y estanca-
dentro de la cual está todo hombre. mientos, pero el progreso domina, y esto significa que el universo
presenta un crecimiento de la libertad a pesar de todos los movi-
mientos opuestos a ella (5).
7. Inmanencia y trascendencia , Si la filosofía de la historia es una reflexión sobre la marcha del
acaecer que se extiende desde 10 pasado hacia 10 futuro a través
Si puede mostrarse que hay progreso en este sentido, se pone de de lo presente, y si lo futuro desempeña ahí el papel especial de
manifiesto de esta suerte el sentido inmanente de la historia de la determinar -como direcci6n en que se mueve el acaecer- el sen-
tido inmanente de ese acaecer corno acaecer temporal, se plantea
humanidad. La historia no tiene sólo sentido desde un punto de
la cuesti6n de si es posible conocer 10 futuro y, en caso afirmativo,
vista que la ~~§<;!~-!lda-:-:-meJaJísico- como por ejemplo el.de la
cómo. Si 10 futuro no es perceptible porque todavía no existe ¿cómo
escatología cristiana, sino también en sí misma. 'ErséñtidóJnmanente,
y i:rtrascendente él.eb~n mantenerse siempre deslindados, mas no pensarlo?
En la vida ordinaria, como en la misma ciencia, trabajamos cons-
~J5af:idos'.Así,por ejemplo, el ideal de progreso de los siglos XVIII
tantemente con un saber de cosas futuras, del porvenir. En la vida
y XIX es una atribución de sentido a la historia. De suyo, esa atribu-
ción de sentido no excluye necesariamente la trascendente, pero ordinaria, alguien sabe, por ejemplo, que dentro de unos meses
dará en esta ciudad una conferencia sobre tal tema, o que la pró-
corno inmanente se m~Dtiene dentro .r:l.ela .historia. El progreso
xima semana se encontrará con un amigo determinado en un café
caracteri;l la .!1fsto~i~o~-;;'~ealidad'que acaece, corno transcurso
de- acórifédiñ'lentos.·Üna atribución de sentido trascendente está' determinado. Le consta perfectamente que ese saber se funda en
estipulaciones y que las estipulaciones pueden revocarse; no obs-
hasta cierto modo fuera"'dé fa hi~t~ria; porejemplo, la idea de la hiª-'
toii-a-'como historia creada'o' de la Vuelta de Cristo al fin de los siglos. tante, de hecho orienta su vida ateniéndose a ellas. Mas no sólo
en la vida ordinaria sino también en la ciencia, el saber de 10 futuro
Desde su ubicación extrahistórica, la atribución de sentido trascen- , desempeña un papel decisivo.\El físico, el químico y el técnico hacen
dente influye en la atribución de sentido inmanente a la historia, I
a menudo pronósticos; sabeñ los resultados a que conducirán sus
la polariza en su dirección.
actos. y esto reza no sólo para esas ciencias sino igualmente para
La atribución de sentido en la historia tiene una analogía con la
las ciencias del hombre. Se pide al sociólogo que elabore un plan
atribución de sentido a la vida del hombre individual. También en
para una sociedad determinada, con la idea de que ésta se desarrolle
ésta hay que deslindar el sentido inmanente y el trascendente, pero
ateniéndose a dicho plan. El economista calcula con una situación
sin separarlos. Alguien puede considerar que el sentido de su exis-
que se producirá después de una determinada serie de años. El
tencia es cuidar de su familia o -y- cultivar la ciencia, ejercer su
psic610g aconseja a los padres que traten de un modo determinado
profesión, dirigir con éxito una empresa. Todo eso no excluye que o
a su hijo para que éste se desarrolle de un modo determinado.
esa vida reciba, al propio tiempo, una atribución de sentido tras- Bien es verdad que todos ellos, técnicos, científicos, sociólogos,
cendente en una relación con Dios y la eternidad. Del mismo modo,
también en la historia debe distinguirse entre la atribución de sen-
28 LA HISTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 29

economistas y psicólogos, están convencidos de que surgen factores de progresiva desorganización se contrarresta con la aspiración de
imprevistos que pueden alterar su cálculo o su pronóstico; pero la materia viviente a una organización superior, como sostiene
precisamente esa convicción es importante porque revela la re- Teilhard de Chardin? ¿O bien cometemos ya un error cuando atri-
lación entre visión retrospectiva y visión prospectiva .. Fundándonos buimos validez universal a la ley de la entropía? La ley de la en-
en nuestro saber de lo pasado y de lo presente -y lo presente no es tropía es, efectivamente, una ley comprobada empíricamente, no
más que la forma que lo pasado tiene ahora=, podemos hacer un una ley de necesidad intrínseca, no una ley absoluta. Todas estas
pronóstico. A medida que aumenta nuestro saber de lo pasado, consideraciones corren el peligro de resultar meramente especula-
tanto más aumenta nuestra posibilidad de pronosticar, o nuestro sa- tivas. En la historia no se trata ni de un punto final definitivo ni de
ber de lo futuro.ide lo venidero. Sin duda se corre así el peligro de un comienzo absoluto. Mas así como el comienzo del universo, del
simplificar la realidad porque su forma se hace depender cada vez mundo de la vida, de la humanidad, se sustrae a nuestro saber,
más de la libertad humana; pero, en cambio, la libertad no altera porque sólo podemos descubrir lo que ya es, el final se sustrae igual-
lo dado sino que determina su dirección. mente a nuestro saber porque todavía no es 10.
El hombre supo siempre algo de lo futuro, y la ciencia hace au- Cabría objetar que ningún futuro es todavía y que no podemos
mentar constantemente este saber, aunque el carácter de la ciencia pronunciamos en absoluto sobre nada futuro. Mas el modo en que
esté condicionado por su supeditación a la libertad humana. La lo futuro, como tiempo que prosigue su marcha, no es todavía, es
ciencia de la historia se limita a lo pasado, a pesar de que siempre un modo de todavía-no-ser completamente distinto de aquel en que
lo vea necesariamente en la perspectiva de lo futuro; deja para la el final no es todavía. El movimiento de la flecha hacia su blanco
sociología el estudio científico de lo presente y lo futuro. La filo- o el de Aquiles hacia la línea que pretendiera alcanzar, es algo
sofía de la historia se interesa por la historia en sí misma; no por esencialmente distinto del ser en el blanco o en la línea que se pre-
la significación abstracta del acaecer, sino, ante todo, por ef acaecer tendiera alcanzar.' Por lo que respecta a lo futuro como historia que
concreto mismo. Por consiguiente, no puede limitarse al acaecer pa- prosigue su marcha, algo podemos saber mediante extrapolación
sado o presente. Por el hecho de que se interese por la historia en de lo pasado: Eso es imposible con respecto a lo futuro como final
sí misma, tiene que ocuparse tanto del de dónde como del adónde. porque en este caso no cabe la extrapolación. El final es algo com-
Su objeto es la marcha del acaecer, no en su facticidad concreta pletamente diferente de la historia. i Por consiguiente no se em-
antes bien en lo concreto de la procedencia y la dirección. prende investigación alguna sobre el final del universo, antes bien
I Si la filosofía de la historia como tal trata de dar sentido a la nos limitamos a seguir más allá las líneas en que se mueve la hu-
hiStoria -o sea a la marcha de los acontecimientos en su movimiento manidad, con lo cual se obtiene una nueva perspectiva del movi-
de lo pasado a lo futuro- nunca es únicamente contemplación de miento del mundo y el universo como fondo. Siempre que se habla
lo pasado sino que mira constantemente la totalidad del acaecer.' de un posible fin de la humanidad, se trata de un fin prematuro
Lo futuro, en consecuencia, pertenece a su esfera como lo pasado.' que la humanidad puede causarse a sí misma. Ese posible final per-
No es posible dar un sentido a un pasado absoluto, ya que el tenece a la historia porque como posibilidad se halla presente ya
pasado existe sólo en relación con el futuro. Sólo podría dársele ahora o en un próximo futuro 11.
un sentido si se pudiera tomar lo presente como medida absoluta.
En tal caso, lo presente sería aquello a que se orienta lo pasado como
si fuera su meta. Mas, ¿cómo es posible absolutizar de esta suerte 9. La historia como pasado
lo pasado si lo presente mismo pasa a su vez hacia lo futuro y, en
consecuencia, no existe un punto de descanso o final, sino sólo un Así como la filosofía de la historia no puede ocuparse con sen-
tránsito? tido del final de la historia -salvo que éste dependa de la propia
Tampoco es posible absolutizar lo futuro porque lo futuro es humanidad-, tampoco puede ocuparse del primer origen de la his-
futuro ser, y en calidad de ser temporal ese futuro ser es un cons- toria. La expresión primer origen no se entiende en este caso en la
tante devenir. ¿Acaso cabe descubrir un punto final en ese devenir? acepción de acto de creación trascendente a la historia, sino en la
¿Ofrece un punto final de esa índole la ley de la entropía? ¿Sabe- de período inicial del universo que sea cognoscible para la consi-
mos del universo lo suficiente para poderlo afirmar positivamente? deración científica. Del período inicial de la historia puede afir-
¿No será más bien que la aspiracián de la materia inerte a formas marse lo mismo que del período final: se sustrae a nuestra mi-
PROLEGÓMENOS 31
30 LA HISTORIA COMO PROGRESO
encontrar su cueva o en el caballo que reconoce a su dueño. Mas
rada 12. Comienzo y final sólo nos son conocidos indirectamente, también existe la previsión: el tigre enjaulado se impacienta cuando
recurriendo a teorías físicas que no tienen carácter de doctrina. Por se acerca la hora de la comida o el tigre suelto se dirige al bosque
más que la física y la astronomía tengan la indeclinable misión de para buscar su presa. Dos cosas aparecen con claridad: el recuerdo
reflexionar sobre los períodos inicial y final del universo, la filosofía es más intenso que la previsión, y ésta depende -por lo menos en
puede decir muy poco al respecto, como no sea mera especulación. alto grado- del recuerdo. Es indudable que lo que ocurre en el
Para la ontología de la historia reza lo siguiente: cuánto más se hombre, en comparación con los animales, es radicalmente dife-
aleja de sí la humanidad hacia mayores lejanías, tanto menos clara
resulta la visión, es decir tanto más se sustituye con teorías la doc-
• rente, pero existe también en esto cierta afinidad; en la naturaleza
viviente hay unidad. Esta afinidad se pone de manifiesto en el hom-
trina. Para la ontología de la historia basta inferir de lo pasado una I
',-. bre en una análoga relación entre recuerdo y previsión. El recuerdo
dirección y preguntarse si ésta continuará en lo futuro. No pro- es más intenso que la previsión, y la previsión está determinada en
yecta una fantasía de lo futuro, sino que mantiene abierto lo futuro alto grado por el recuerdo 15. Con esto nos acercamos a la cuestión
en la dirección a que apunta lo pasado 13. I de la tradición.
La distancia, o sea la unidad de vivencia actual, mirada retros-
pectiva y previsión de la imaginación, hace posible un relato narra-
10. Distancia tivo. Gracias a ella es posible comprender que algo era diferente
antes de ahora o que existe ahora algo que antes no existía y que
Reconocer que un sentido es la dirección en que se mueve la algo puede modífícarse o desaparecer después. De esta suerte se
historia, sólo es posible fundándonos en una fenomenología que ofrece la posibilidad de un relato narrativo, que adquiere sentido
ponga de manifiesto las líneas fundamentales de la historia cósmica, ,j
en la marcha de los acontecimientos sólo perceptible en la distancia.
vital y humana, con lo cual poseerá un criterio para medir el pro- El relato narrativo objetivo reproduce en principio lo percibido;
greso como lo superior comparado con lo inferior precedente. Esto en cambio, el mito da un relato que salta de la percepción a la in-
es posible, única y exclusivamente, gracias a la distancia propia terpretación del todo. El mito nace cuando el hombre comprende
del hombre y mediante la cual la historia pensada hace recognos- claramente que todo forma una unidad en cierto sentido. Por esta
cible la historia real. La historia como ciencia presupone que el razón, los mitos no son a menudo únicamente mitos del origen sino
hombre y la humanidad misma sean historia 14. también mitos del final. El proton y el éscaton son los genuinos
La historia como ciencia en la acepción moderna, está precedida dominios del mito 16. Todo mito tiene cierto presentimiento vislum-
de la historia como mero relato, que adopta diversas formas, desde brador de la estructura dínámina del mundo y la humanidad, por
el mito a la relación de hechos. Mas tanto el mito como la relación más estática que siga siendo la respectiva cultura.
de hechos requiere una conciencia del antes y del después. Pero Si, por consiguiente, el mito encierra una referencia a la estructura
el antes y el después sólo pueden reconocerse en la distancia. Un de la realidad, entonces resulta también una direcci6n para la his-
ente viviente completamente identificado con su vivencia actual, toria de la humanidad. Ahora bien, esta dirección puede ser: des-
no conoce ni el antes ni el después. El conocimiento del antes y cendente: paraíso-miseria actual del mundo; ascendente: miseria-
del después requiere una visión de conjunto, una aprehensión si- redención; descendente-ascendente: paraíso-miseria-futura sublimi-
multánea del entonces y del ahora, que sólo puede producirse anu- f dad; cíclica: la historia revierte constantemente a sí misma, de
lando la identificación con la vivencia propia actual. Bien es verdad
que la vivencia se experimenta aún como actual, pero incluye la
I, suerte que vuelve siempre a la situación de la cual había partido.
En el mito propiamente dicho, las más veces no es posible separar
actualidad del recuerdo y la previsión de la vivencia. Por esta razón, la atribución de sentido inmanente de la trascendente, pero la cien-
la conciencia ya no se disuelve en la vivencia sino que llega a ser cia y la filosofía llevan irremisiblemente a esa separación. Con ello
trídimensional. Esa inserción -y, en consecuencia, relativización- se plantea la cuestión de si hay para nosotros algo que haga posible
de la vivencia en el recuerdo y la previsión, es lo que denominamos -además de la atribución de sentido trascendente del mito- con-
distancia. servar la atribución de sentido inmanente, de suerte que no sólo
La distancia se encuentra ya en la conciencia, por lo menos de resista a la crítica de la ciencia y la filosofía sino que resulte con-
los animales superiores. El recuerdo aparece con mayor claridad firmada por ella, y la ciencia y la filosofía, a su vez, confirmadas
que la previsión, por ejemplo en el animal de rapiña que vuelve a
1,
¡.i

32 LA HISTORIA COMO PROGRESO 11;


PROLEGÓMENOS 33
en su sentido. Ya hemos anticipado la respuesta: el sentido inma- gioso propiamente dicho, salvo la idea de que la predicación de
nente de la historia estriba en el crecimiento de la libertad. Cristo se extienda paulatinamente por todo el mundo. Pero a me-
nudo piensa también que la predicación se opera ya en todo el
mundo. En todos estos puntos piensa estáticamente, del mismo
11. Realidad. dinámica modo que -como se revela en sus artes plásticas- se imagina que
las circunstancias exteriores de la vida de una época anterior o pos-
En cierto aspecto, la historia de la humanidad puede considerarse terior son exactamente las mismas que las de su propia época.
como paso de una interpretación estática de la realidad a una inter-
pretación dinámica. Originalmente, el hombre experimentó estáti-
camente la realidad, como algo permanente, tal como él la vivía.
Mas en ninguna parte encontramos una concepción completamente
estática de la realidad. En todas las partes donde hallamos cultu-
J La idea de una evolución dinámica de la humanidad en toda la
línea, no aparece propiamente hasta el Renacimiento, aunque ya
en la Edad Media se encuentran ejemplos de ella. En el Renaci-
miento, esta idea adquiere al propio tiempo el significado de pro-
greso. Tal vez el primero en formularla fue el abbé de Saint Pierre.
ras -y así lo acreditan tanto las culturas que desaparecieron como Sea como fuere, se adueña tempestuosamente de los siglos XVIII
las primitivas todavía existentes- se encuentran mitos originales y XIX, aunque no falten nunca voces en contra. En el siglo xx, la
que al propio tiempo son mitos de lo futuro. El estado actual ter- idea de progreso se convierte en la de retroceso, ya sea del Occi-
minará un día. Esa dinamización hacia ambos lados no es aún una dente o de la humanidad en general. Por el momento, lo único que
concepción dinámica de la realidad. Comienzo y final son, en la nos interesa es que se conserva el carácter dinámico de la realidad
concepción mítica, esencialmente de otra índole que la realidad humana, aunque siempre se encuentran también adeptos de su ca-
actual experimentada por el hombre primitivo mismo. Esa realidad rácter estático, que las más de las veces invocan razones de carácter
actual sigue siendo estática para él; lleg6 a ese estado gracias a religioso, partiendo de la corrupción humana que siempre se puso
intervenciones procedentes del exterior, y por otras intervenciones y siempre se pondrá de manifiesto (6).
de la misma procedencia se destruirá o quedará intensamente mo- La aparici6n de la concepción dinámica de la realidad humana
dificada, pero por su propio impulso, esa realidad presente es in- se explica, por una parte, por la concepción dinámica que el cris-
conmovible e invariable. tianismo tiene de la historia y, además, por el surgimiento de la
S610 en culturas posteriores y más maduras aparece una dínami- ciencia moderna de la historia. En el siglo XVII, tras laboriosa pre-
zaci6n de lo futuro. En el Occidente, para dar este paso fue más paraci6n en los siglos precedentes, la filología y la historiografía
importante la Biblia que la historiografía o la filosofía griegas. La alcanzan importante nivel. Paso a paso, gracias a esas ciencias, el
esperanza judaica del Mesías y la cristiana en la vuelta de Cristo hombre se familiariza con la idea de que la realidad humana está
dinamizan el cuadro de la historia humana en direcci6n a lo futuro. sujeta a incesante cambio y de que las concepciones y situaciones
El Mesías vendrá como hombre a este mundo, y precisamente a este políticas, sociales, culturales y religiosas evolucionan. Esos conoci-
pueblo judío perfectamente determinado. La Encarnación es un mientos y conceptos se confirman con los viajes de descubrimientos,
acontecimiento histórico, aunque su genuino significado sólo pueda y con la geografía y la etnología, que con el tiempo llegan a ser
descubrirse mediante la fe en la promesa o en su cumplimiento. En verdaderas ciencias. Si los chinos y los indios viven de otro modo
varios Padres de la Iglesia griegos y en san Agustín se encuentra que nosotros, ¿no es probable que nuestros padres vivieran de otro
una visi6n dinámica de la realidad humana, que aparece en la pers- modo que nosotros y que nuestros descendientes vivan también de
pectiva de creaci6n, pecado original, promesa, redención y retorno
de Cristo.
Esa perspectiva existe igualmente para el hombre medieval, pero
la evolución que él ve es sobre todo intrínseca: el drama de la con-
I
~:
!
un modo diferente del nuestro?
En el siglo XIX, otras ciencias amplían y ahondan esa concepción
dinámica. La geología y la biología descubren simultáneamente que
también la Tierra y la vida tienen su historia. La Tierra no fue
versión y la apostasía. Para él, la evolución extrínseca no es evolu- siempre como ahora, y en ella vivienron otros seres vivientes que
ción propiamente dicha, sino brusca interrupción del estado del no son las especies que ahora encontramos. Y existen tantos miem-
mundo antiguo provocada por una catástrofe de un nuevo mundo, bros intermedios que se ofrece una explicación racional: las dis-
idee. que se apoya en el apocaliptismo de la Biblia. El hombre me- tintas especies proceden unas de otras.
dieval no concibe la idea de un progreso intelectual, moral o relí- Esa idea de evolución se impone aun más con el descubrimiento
I~

34 LA HISTORIA COMO PROGRESO '1


I PROLEGÓ:MENOS 35
de huellas de seres vivientes que se hallan entre el hombre actual servir para expresar amor. Un instrumento raro puede servir para
y las especies animales que en la actualidad se parecen más al proporcionar satisfacción a su inventor. Pero, ¿para qué sirven la
hombre. Darwin había postulado esos miembros intermedios pero amistad, el amor, la alegría? Para nada. No sirven para nada por-
Cuvier, poco antes, los consideraba todavía imposibles y hasta se que ya no son medios para otra cosa. Por consiguiente, hay cosas
negó a reconocerlos cuando se le mostraron los hallazgos. ¿D6nde y actos que sirven para otra cosa; pero hay modos de ser del hom-
está, pues, no sólo desde el punto de vista actual bio16gico y psico- bre, como la amistad, el amor y la alegría, que no sirven para otra
lógico, sino también hist6rico, la frontera entre el hombre y el cosa. Hay cosas y actos cuyo sentido se encuentra en otra cosa; en
animal? El siglo xx incluy6 en un todo mayor esta dinámica de cambio, los mencionados modos de ser humanos, y otros más, en-
Tierra, vida y hombre porque la astronomía comenzó a inclinarse cuentran su sentido en sí mismos. En el primer caso hay un sentido
hacia la dinámica del universo. De esta suerte, en pocos siglos, se externo, en el segundo caso un sentido interno 17.
dínamízó paulatinamente toda nuestra concepción de la realidad; No bien la amistad sirve para otra cosa, por ejemplo para cultí-
mejor dicho: se descubri6 la estructura dinámica de ésta. var relaciones comerciales, ya no es amistad, sino una caricatura
Pero, ¿qué significa estructura dinámica de la realidad? Significa de la amistad. No bien la alegría sirve para otra cosa, por ejemplo
que para la realidad, en la acepción más lata, es esencial el mo- 1 para relajarse y poder lograr así mayor rendimiento en el trabajo,
vimiento y la trasformaci6n. Trasformación presupone unidad y !~ la alegría pierde su verdadero carácter, y nace un producto artifi-
variedad. Lo que se trasforma sigue siendo lo mismo y, no obstante, cial que a lo sumo conserva la apariencia de alegría. Si el amor
es diferente. Si no fuera diferente, no habría trasformaci6n, sino
!
-~ se pone al servicio de otra cosa, aunque sea de la reproducción,
u
s6lo sustituci6n de una cosa por otra. Nos trasformamos porque 1: deja de ser verdadero amor y ya s6lo es deseo de tener hijos. Esto
¡j
ya no somos los mismos que hace veinte años, ni siquiera los mis- no significa que estos modos de ser permanezcan cerrados en sí
mos que hace una hora; sin embargo, seguimos siendo los mismos mismos y que no irradien al mundo. La verdadera amistad significa
porque es en nosotros donde se opera el cambio. El universo se que en situaciones difíciles se preste también enérgica ayuda al
trasforma porque es el mismo universo que se modifica en cantidad amigo. La alegría fomenta un trabajo rápido y bueno. Amor, en el
(expansi6n del universo) y cualidad (ley de la entropía). La cues- significativo sentido de amor entre hombre y mujer, despierta des-
tión referente al sentido de la historia es la que pregunta la dírec- cedencia y se irradia en ella (7).
ci6n de las modificaciones de la realidad. Cuando determinados modos de ser humanos encuentran sentido
en sí mismos, se denominan desinteresados. Además de los mencio-
nados, son de la misma índole muchos otros modos de ser: la relí-
12. Interés y desinterés gíón, la moralidad, la filosofía, la ciencia, el arte. Por una razón
particular nos interesa poner especialmente de relieve la filosofía y
La cuestión relativa al sentido de la historia requiere una expli- la ciencia. Desde el siglo pasado -si no ya antes, en Bacon y Des-
cación más detenida del término sentido. ¿Qué es sentido? Cabe cartes- se ha afirmado con frecuencia que la ciencia no es contem-
preguntar por el sentido de un instrumento, el sentido de una ob- plación sino acción. La ciencia -piénsese especialmente en las cien-
servación, el sentido de una visita. La contestación dirá para qué cias de la naturaleza- cambia con el mundo. Desde Hegel, Comte
sirve el instrumento, la observación, la visita. Cabe seguir pregun- y Marx, lo propio se dice de la filosofía. Si así fuera, la ciencia y
tando, pero la respuesta no puede seguir siendo siempre: esto sirve la filosofía servirían, al parecer, a otra cosa y, por consiguiente, no
para esto. Un instrumento, por ejemplo, sirve para fabricar clavos. serían desinteresadas.
Cabe preguntar luego para qué sirven los clavos. Una observaci6n Pero esa opini6n no es exacta. Así como la amistad encuentra
sirve para indicar a uno de los interlocutores de una conversación su sentido en sí misma, sin servir a otra cosa, así ocurre también
que no hable de determinada cuestión. La conversación sirve para can la ciencia 18. Pero del mismo modo que el apoyo a un amigo
llegar a cierto acuerdo. en situación difícil es consecuencia de la amistad, también las cien-
Una visita puede servir para presentarse, por' ejemplo, cuando cias intervienen en el mundo. La física y la astronomía, como cien-
se pretende algo. Ese presentarse sirve, a su vez, para alcanzar la cias, s610 preguntan: ¿Cuál es la estructura de la realidad? Mas en
posición a que se aspira. Pero una visita puede servir, además, para la respuesta se encierran posibilidades de intervenir en esa estruc-
conservar la amistad con una persona. Una observación puede tura. La aprehensión de la estructura del átomo precedió a la posi-
36 LA HISTORIA COMO PROGRESO
PROLEGÓMENOS 37
bilidad de la fisión del núcleo, pero esa aprehensión no se obtuvo concepción que de la ciencia tenía Comte, habría significado el fin
con el fin de lograr la fisión, pues ni siquiera se sabía si ésta seria
de la ciencia si el mundo la hubiera adoptado.
posible algún día. Una vez lograda la aprehensión, la realización '"f. Por consiguiente, es preciso que distingamos entre ciencia pura
de la posibilidad comprendida pertenece también a la ciencia pura. y ciencia aplicada, como es tradición desde Aristóteles. La ciencia
Luego, la ciencia no se limita a modificar el mundo espiritual sino pura se interesa sólo por la verdad 21. La aplicada, por la modifi-
también el mundo material. cación de la realidad. Se fija una meta y sabe adónde quiere ir,
Por consiguiente, existe una intima relación entre aprehensión aunque esa meta no pueda alcanzarse por ahora y tal vez nunca.
de la ciencia y trasformación del mundo. Pero sería inexacto afirmar La tradición conoce la diferencia entre ciencia pura y aplicada, la
que la ciencia se cultiva pensando en esa trasformación. La actitud idea de que ésta depende de aquélla y de que la ciencia aplicada se
científica pura está por completo al servicio de la aprehensión 19. encamina directamente a la trasformación del hombre y del mundo.j
En la práctica del cultivo de la ciencia, tal vez muchos se dedi- Suscribimos estas tres tesis, aunque hacemos con respecto a la tra-
can a la ciencia pensando no en la aprehensión sino en las posibi- dición una distinción que consideramos sumamente importante para
lidades prácticas que así se les ofrecen. Pero ésos ya no cultivan la nuestra investigación. En efecto, la tradición considera que la ciencia
ciencia pura, sino la aplicada. pura es contemplación pura que si bien contempla la realidad no
¿Es importante esta distinción? ¿Por qué es preciso separar la la modifica. Nosotros, por lo contrario, sostenemos, como Hegel, XI.
ciencia pura de la aplicada? Así como para el hombre es importante que la ciencia pura, vista como desinteresada búsqueda de la verdad, "
distinguir entre la genuina amistad y el cultivo de relaciones de cuanto más desinteresada sea tanto más profundamente interviene
negocios, también es esencial para él deslindar siempre la ciencia en la realidad. Es precisamente la verdad lo que modifica a los
pura de la aplicada. En la ciencia pura, interesa única y exclusiva- hombres y, en consecuencia, al mundo, porque la aprehensión mo-S
mente la verdad; en la aplicada, lo que en definitiva se persigue difica al hombre y el hombre al mundo.
es dominar la naturaleza, lo cual es, y será siempre, muy diferente Hasta ahora hemos presentado como ejemplo las ciencias de la
de la búsqueda de la verdad 21). naturaleza. Pero precisamente para nuestro raciocinio es importante
El afán de poder se dirige desde el primer momento al logro de que lo dicho reza para todas las ciencias. Por esta razón vamos a
un fin determinado, lo cual provoca un angostamiento de la mi- mencionar como segundo ejemplo la ciencia de la historia. ~a filo- >--.
rada porque precisamente en esa aspiración se empeña todo pensar. sofía y la historia quedan consagradas como ciencias puras en el
Lograr un fin de antemano determinado significa, por su modo, siglo XVII, después de ciertos comienzos en los siglos anteriores, es-
aplicar un saber ya adquirido y aprehender las condiciones en que pecialmente en Erasmo. La hagiografía es un ejemplo elocuente en
puede realizarse dicho fin. En definitiva, se dirige a una posibilidad. este sentidoJ!:..a crítica ocupaba en ella un lugar totalmente secun-
La ciencia pura, por el contrario, es completamente abierta. No le dario porque no le importaba en primer lugar la exposición de la
importa en absoluto cuál sea el resultado de un raciocinio o de un verdad histórica real sino la edificación de sus lectores~as en la
experimento. Lo único que le interesa es la verdad. La ciencia en- Edad moderna se siente el deseo de conocer la verdadera biografía
cuentra su sentido -o si se quiere su finalidad- en sí misma. Modi- de los santos. \ Despierta la conciencia crítica que distingue entre
fica al mundo mediante ese tener-sentido-en-sí-misma que se ha la invención piadosa y los acontecimientos reales, como la que ponen
calificado de desinteresado. de manifiesto los bolandistas; apunta, por un lado, a otra concep-
La historia de la ciencia ofrece a montones ejemplos de una labor ción de la santidad, pero por otra parte, fomenta este otro juicio.
'científica desinteresada que insospechadamente dio luego frutos para ~uede decirse por consiguiente: la historia modifica las concep-
la ciencia aplicada. El descubrimiento de la matemática no eucli- ciones que el hombre tiene de la santídad.j
diana es uno de los ejemplos más elocuentes. Si la ciencia persiguiera Estos ejemplos son bastante concretos. Hemos indicado ya tantas
sólo la acción, nunca habría encontrado tiempo para derrocharlo veces que la astronomía, la teoría biológica de la evolución, la pre-
en esas formas de la matemática. Pero de esta suerte, tampoco la historia y otras ciencias trasformaron nuestra concepción del hombre
ciencia aplicada habría llegado al nivel en que ahora se encuentra. y del mundo, que no es necesario dar más ejemplos.¡!.o que importa
La ciencia aplicada depende de la pureza de la ciencia pura. Cuando decir ahora es que esas ciencias no se proponían modificar nuestras
la ciencia pura deja de interesarse lisa y exclusivamente por la concepciones del mundo. No buscaban más que la verdad.yMas la
verdad, también queda sellada la suerte de la ciencia aplicada. La verdad que en ellas se revela al hombre, lo modifica y, con él, al
38 LA HISTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 39
mundo.j.Añadamos de paso que ese descubrimiento de la verdad es especialmente impresionante en la historia porque acaecer es
es, irreversible; sólo una catástrofe podría hacerla desaparecer. mover, y mover lleva implícita una dirección. Mas ¿acaso la direc-
El término ciencia aplicada se emplea menos para las ciencias ción no lleva también implícita una meta? Y en caso afirmativo
del espíritu que para las de la naturaleza. Mas tampoco en aquellas ¿no se sigue de eso que el sentido de la historia se halla fuera de
carece de sentido. Los regímenes totalitarios obligan a la historia la historia, precisamente en esa meta? Mas también la ciencia tiene
a ser ciencia aplicada prescribiéndole una determinada visión histó- una meta: la verdad, pero esta meta no está fuera de la historia
rica, yeso tanto al historiador como al gran público. Esa imposición sino precisamente en ella; por consiguiente, la cuestión referente al
es fatal para el sentido histórico de la verdad, tan fatal para el in- sentido inmanente de la historia sólo es significativa si la meta de
vestigador como para el público. Pero no toda ciencia histórica la historia está en ella misma. En el capítulo anterior ya se descri-
aplicada tiene que colocarse contra la verdad y contra la ciencia bió que este sentido inmanente era el crecimiento de la libertad.
pura. En la enseñanza de la historia, que expone las conquistas de Este crecimiento de la libertad se halla, como tal, según la natu-
la humanidad y los peligros que la amenazan, tenemos un modo de raleza de la cosa, incluido en el propio movimiento de la historia.
ciencia aplicada. Mientras respete realmente la verdad y la ciencia De lo contrario, no existe tal sentido de la historia. Su acaecer, en
pura, esa clase de ciencia aplicada es sumamente importante, tanto consecuencia, es ya la meta hacia la cual se dirige la historia. Ésta
para el sentimiento social del hombre como para despertar interés es creciente realización 23. Su sentido no se halla fuera de ella, sino
por la ciencia histórica, pues ninguna ciencia puede florecer si no en la misma historia.
cuenta con el genuino interés también del profano, del diletante, Todo esto se presupone previamente no bien se habla del sentido
es decir de las personas que se deleitan en las actividades intelec- inmanente de la historia. Lo que importa es mostrar cómo se habla
tuales o artísticas. de él con razón fundada. Repitamos que, contra lo que a menudo
En el desinterés de la amistad y el amor, del arte y la ciencia, de se sostiene, el sentido inmanente no excluye el trascendente. Si la
la dicha y la religión, de la filosofía y la moralidad, el hombre con- historia encuentra su sentido en sí misma, eso no excluye que al
firma su libertad. La línea divisoria entre el desinterés y el utilita- propio tiempo encuentre su sentido en su referencia a Dios. Ni
rismo es la que garantiza al hombre su libertad. La libertad del siquiera excluye que esta atribución de sentido trascendente irradie
hombre no es sólo la libertad de obrar de uno u otro modo, sino ya hacia la atribución de sentido inmanente.
también la libertad de estar abierto a la verdad 22. Sentido presupone siempre, alguien que dé sentido y algo que
En la ciencia aplicada, el hombre aspira a su provecho; en la reciba el sentido. La expresión atribución de sentido no es muy
pura se realiza a sí mismo desinteresadamente. Una modifica el feliz porque acentúa demasiado el elemento activo a costas del
mundo deliberadamente y en un punto determinado de antemano; pasivo, de suerte que, con respecto a la historia, pueden surgir
la otra modifica al mundo porque un hombre que se trasforma síg- interpretaciones como la atribuci6n de sentido a lo carente de sen-
_nificaun mundo que se trasforma. tido de Lessing. Mas no puede decirse que la historia carezca de
Aplicando todas estas reflexiones a la cuestión referente al sen- sentido' hasta que el hombre no acabe atríbuyéndole sentido, antes
tido de la historia, es preciso hacer una triple distinción: el pregun- bien atribución de sentido significa descubrimiento de un sentido;
tar mismo, o sea la filosofía de la historía; lo preguntado, la histo- el sentido no aparece como algo que sea creado -arbitrariamente-
ria como marcha de los acontecimientos, y, por último, aquello por por el hombre, sino como algo que, como si dijéramos, sólo aguar-
que se pregunta, el sentido de la historia. El preguntar mismo es da ser descubierto. El sentido de la historia aparece en la concien-
desinteresado. Lo único que importa es la verdad. Y, sin embargo, cia del hombre que piensa. Esta conciencia no crea en modo algu-
o precisamente por esta razón, la respuesta es decisiva para nuestro no el sentido, ante bien lo descubre. En este caso, lo esencial es
ser-hombre. ¿Tiene la historia sentido, es decir, además de un sentido no sólo el ser descubierto sino también el descubrir (8).
trascendente eventual, un sentido inmanente que no postule nece- El sentido de un martillo se halla ya en el objeto en sí. Mas para
sariamente un sentido trascendente pero que tampoco lo excluya? quien no sabe qué es un martillo -un niño pequeño o un primitivo-
En caso afirmativo, este sentido inmanente es extrínseco o intrín- el martillo carece de sentido o, por lo menos, no tiene el sentido
seco: ¿acaso la historia, no como ciencia sino como marcha del que le corresponde. Este sentido es preciso descubrirlo. Pero el
acaecer, sirve a otra cosa o encuentra su sentido en sí misma? niño que un día ve cómo su padre maneja el martillo, en ese ins-
Ya se indicó la relación entre sentido y dirección. Esta relación tante le atribuye sentido, es decir, descubre su sentido por el modo
! - l"e".
~~"':~ ..i
¡ ,. -I~t:;,¡
1.,',

I \. \ 11 :;~.,. ,
J.á..t.
40 LA HISTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 41 r .'~vt~'.
en, que ese instrumento es utilizado. Por consiguiente, la atribución pasado está determinado, consta positivamente, aunque sólo lo co- lr~ ¡
de sentido se determina siempre por la estructura de aquello a que nozcamos de modo muy fragmentario. Lo futuro todavía no consta
se atribuye sentido. Así, por ejemplo, el sentido propio del martillo positivamente, no está determinado. No obstante, la vida cotidiana ,-
es: .instrumento para clavar clavos. Esto no excluye que sean per- y la mayoría de la ciencias trabajan con un saber de lo futuro.
fectamente posibles atribuciones de sentido contingentes: con el Es evidente que ese saber lo futuro, ese pensar anticipado, tiene
martillo puedo matar también una mosca molesta. Mas las atribu- que ser de una índole muy diferente del pensar consecutivo 24. El
f7
ciones de sentido contingentes siguen siendo fenómenos marginales pensar consecutivo parte de hechos positivos; el pensar anticipado
de la atribución de sentido propiamente dicha, es decir del descu- no se apoya en hechos positivos futuros precisamente porque lo
brimiento del sentido pertinente. Propiamente, sólo puede hablarse futuro aún no ha llegado, es decir todavía no ha pasado, no es
de atribución de sentido en su acepción estricta cuando se elabora \.. positivo; el pensar anticipado se apoya en una extrapolaci6n.
un instrumento nuevo o, mutatis mutandis, cuando se funda una Extrapolacíón significa, en este caso, prolongar líneas desde un
asociación con un fin determinado o éste se modifica cambiando por terreno conocido hacia otro desconocido. Gracias a extrapolaciones
otro el fin originahnente previsto. de esta índole, el químico, el físico y el astrónomo saben qué ocu-
Hay comportamientos humanos interesados y desinteresados. Los rrirá en determinadas circunstancias. Se pronostica mediante extra-
de la primera clase encuentran su sentido en sí mismos: la religión, polación un eclipse de sol, una reacci6n química. El sociólogo que
la moralidad, el arte, la ciencia pura, la alegría, la pena, la amistad, planifica se vale de la extrapolación. La extrapolación es posible
el amor; por esta razón no son útiles para otra cosa. En los de la fundándose en legalidades que se verificaron en lo pasado. Parte
segunda clase -la técnica, el acto económico, etc.- se sirvesiem- del postulado de que esas legalidades siguen siendo valederas. En
pre a otra cosa y, por consiguiente, su sentido está en otra cosa. este postulado se apoya toda la ciencia de la naturaleza. En una
Los modos de comportamiento mencionados en primer lugar no se ciencia como la sociología, la extrapolaci6n es más difícil porque
encaminan a la modificación de la realidad perceptible externa, el número de factores con que tiene que contar el socio16go al
como sin duda cabe afirmar del segundo grupo. Pero, precisamente investigar las comunidades humanas, es muchísimo mayor que en
mediante la distancia del comportamiento desinteresado con res- cualquier proceso físico. Además, en los fenómenos socio16gicos,
pecto a la realidad, toda modificación reahnente estructural de la como fen6menos humanos, hay que contar con la libertad del hombre.
realidad parte de ese comportamiento, mientras que los modos de Si el conocimiento de lo futuro de la humanidad sólo es posible
comportamiento determinados por un interés s610 llegan a ser ope- mediante extrapolación y ésta no puede hacer caso omiso de la
rantes dentro de la esfera determinada por los desinteresados. libertad, una investigaci6n dirigida a lo futuro debe tener presente
de qué clase es la extrapolaci6n aplicada. Si extrapolaci6n es el
trazado de líneas que encontramos en un terreno conocido -lo pa-
13. Pensar anticipado y pensar consecutivo sado- proyectándolas hacia un terreno desconocido -lo, futuro-,
se plantean varias cuestiones. ¿Es posible prolongar todas las líneas
La palabra pensar se emplea en sentido general, pero cabría usar encontradas en lo pasado o s610 algunas de ellas? Si sólo son algu-
como términos técnicos pensar anticipado, pensar actual y pensar nas, ¿c6mo descubrirlas? ¿Qué significa propiamente la afirmación
consecutivo. Pensar es tratar de comprender, tratar de descubrir de que es posible prolongar estas líneas? ¿En qué relación están
- un sentido. Pensar consecutivo es tratar de descubrir el sentido de estas líneas comprobables con la libertad humana?
lo pasado; pensar anticipado es tratar de descubrir el sentido de lo Es evidente que no pueden prolongarse todas las líneas que cono-
futuro, y pensar actual es tratar de comprender el sentido de lo cemos en lo pasado. Muchas ciencias, así como la experiencia coti-
l
presente. Pensar, en su acepción totahnente general, es un intento diana, nos enseñan que determinadas líneas se interrumpen de
de comprender, un intento de descubrir sentido. repente o se desvían. Y si se prolonga una línea determinada, el
La filosofía de la historia requiere una doble dirección de la mi- cómo de la prolongación dependerá del ámbito en que esa línea
rada: hacia lo pasado y hacia lo futuro. En ambas direcciones pre- se muestre. Una legalidad física, una vez establecida, se conserva :
gunta por un sentido. En su carácter de pensar consecutivo es un con sentido invariable, idéntico. Esto no es una ley absoluta, sino
pensar sobre lo pasado como historia positiva; como pensar antici- un postulado. Y lo es porque el hombre debe atenerse a la legalí- ¡
pado, un pensar sobre lo futuro como historia no positiva. Lo dad descubierta por las leyes de la naturaleza si quiere proseguir I

J_
42 LA HISTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 43

su pensar y obrar científicos; además para la humanidad actual, vención en la realidad del acaecer universal: en praxis 26. No im-
esto es necesaria condición de la vida, postulado racional, porque porta localizar históricamente esas ideas de Marx y demostrar su
las ciencias de la naturaleza no pueden contar con lo que no pueda afinidad con ideas de Comte y Hegel, La idea de que la filosofía,
abarcarse. Sólo por esta senda lo imprevisible puede convertirse en aun como teoría, trasforma la realidad, está relacionada con el pen-
previsible en proporciones crecientes. samiento histórico de Marx, Si Hegel abrió los ojos a Marx sobre
En el fondo, muchas lineas que traza la biología -las lineas de este carácter histórico de la realidad, Marx sacó determinadas con-
la evolución de las especies vivientes- son, por su indole, lineas secuencias que no se encuentran explícitas en Hegel sobre la rela-
evolutivas. Por esta razón no ostentan el carácter estático de las ción que hay entre la contemplación teórica de esta realidad y su
leyes físicas o químicas, antes bien por su propia indole son diná- trasformación.
micas; con ello, la relación entre el descubrimiento en lo pasado ·I~, Si la filosofía pretende contemplar la realidad integra y esta
y la prolongación en lo futuro, adquiere un carácter completamente realidad es histórica -o sea que se divide en pasado, presente y
diferente. A fortiori debe ser así, por ejemplo, para las lineas des- futuro- la filosofía implica una contemplación de lo futuro. Esa
cubiertas por la economía, la sociología, la historia y la lingüística. contemplación de lo futuro necesita -si quiere ser científica- por
La extrapolación se opera siempre de otro modo porque debe adop- una parte apoyarse en lo pasado y, por otra, ocuparse, a su manera,
tar la forma apropiada a cada sector. de lo que aún no es. Lo pasado, precisamente como ya sucedido,
es determinado, mientras que lo futuro, precisamente porque toda-
vía no ha sucedido, es indeterminado. Por consiguiente, la contem-
14. Reflexí6n y acci6n plación de lo futuro traza líneas que todavía no son. Pero trazando
esas lineas señala una senda hacia lo futuro por la cual debe lan-
La cuestión planteada con la distinción entre pensar anticipado zarse el hombre. Eligiendo esta senda configura él mismo su propio
y pensar consecutivo, conduce de plano a una problemática que futuro. De esta suerte, la contemplación influye en el obrar, y el
siempre fue actual en la filosofía, pero que adquirió su especial obrar del hombre trasforma la realidad 27.
actualidad gracias a Karl Marx. La undécima tesis de Marx sobre Esto nos lleva de nuevo a la distinción entre pensar anticipado
Feuerbach dice así: Los filósofos se limitaron a interpretar el mundo y pensar consecutivo. Pensar consecutivo es retroceder-con-el-pen-
de modo diferente, y 10 que importa es modificado 25. Tomando samiento a lo pasado. Lo pasado es lo que ya sucedió. Por esta razón
aisladamente esa sentencia en sí misma, cabe interpretada de tres está determinado, a pesar de que nuestra propia actitud ante lo
modos diferentes: 19 La trasformación del mundo tiene que ser pasado no esté determinada de modo categórico sino que puede
obra de los hombres, pero nada tiene que ver con la filosofía; 29 modificarse. Pensar anticipado es un pre-ver pensante de lo futuro,
la verdadera misión del filósofo consiste en trasformar el mundo, una contemplación de lo futuro, así como pensar consecutivo es
no en interpretado, y 39 interpretación del mundo y trasformación una contemplación de lo pasado. No estando aún determinado lo
del mundo son inseparables y, precisamente en esa comunidad, futuro, el pensamiento anticipado traza líneas hacia lo futuro, pues
constituyen la misión del filósofo. En cambio, relacionando esa sen- así 10 permite la extrapolación, con 10 cual ofrece un proyecto para
tencia, como última de las once tesis sobre Feuerbach, y colocán- un obrar humano que todavía ha de suceder. Lo futuro dependerá
dola luego en el marco de toda la obra de Marx como pensador y de cómo suceda ese obrar humano. En consecuencia, la contempla-
'político, sólo cabe la tercera interpretación. . ción no deja de estar enlazada con el obrar sino que señala el ca-
En consecuencia, para Marx, la filosofía es ambas cosas a la vez: mino a un obrar que modifica la realidad y, por lo tanto, es ella
interpretación y modificación de la realidad. No debe confundirse misma obrar, modificación de la realidad.
l.
esa postura con la separación, usual ya en los pensadores griegos, La filosofía de la historia no es una ocupación anodina. No es
entre ciencia práctica y teórica. La ciencia teórica es contemplación una desembarazada contemplación de lo pasado, sino que, como
pura; toma la realidad tal como es y la deja también tal como es. contemplación de la dinámica de la realidad, así como ésta se mueve
La ciencia práctica, por el contrario, es una intervención, guiada desde lo pasado a través de lo presente hacia lo futuro, es una
por la teoría, en la realidad o, por lo menos, señala las posibilida- atribución de forma a lo futuro. Lo futuro depende de la imagen
des de una intervención en la realidad; por ejemplo, la medicina o que el hombre se haga de él 28. Si no ve sus posibilidades, el avance
la ética. Mas para Marx, la teoría como tal se convierte en inter- degenera en decadencia, pero si las ve, el avance se convierte en
44 LA lllSTORIA OOMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 45
progreso. Señalar amenazas significa, al propio tiempo, indicar posi-
bilid~des. El sentido, es decir la dirección de la historia, es siempre E 16. Europa y el mundo
una. dirección posible gracias a la libertad humana. La atribución
de sentido liberta a la voluntad para obrar, para intervenir en la
mar~ha del acaecer. La ausencia de sentido aprisiona al obrar, lo Teniendo en cuenta que la ontología de la historia se interesa
paraliza o lo atomiza en ridículas menudencias. por la humanidad y que se considera que el progreso es el sentido
''¡
inmanente de la historia, este tema no tiene nada que ver primor-
dialmente, con un eventual hundimiento de la cultura europea. Por
5. Historia y libertad mucho que este problema ocupe para el europeo una posici6n central
, ,A:L. y por más que trate de él lo que se llama filosofía de la historia,
La filosofía de la historia aspira a la comprensi6n de una realidad al fin y a la postre no es un problema filosófico sino socio16gico
sin par, la historia del universo, de la vida, de la humanidad. Dentro que, como todos los problemas sociológicos, necesita conceptos filo-
de la historia pueden desarrollarse procesos susceptibles de repeti- s6ficos para sus planteos y respuestas. El problema de la ontología
ción, pero 'J~rilL"I!lisJl.l,ª,_~~_un-PHlce~.9.- ..Ynico, gu«::no puede. de la historia afecta a toda la humanidad. Si existe progreso en
re~.>.-p_ºI""J?º.º§.i,g~~I,1!~ jru::y~!~!!>.~
__ ..29. En consecuencia, la sentido onto16gico, ese progreso puede saltar de una rama de la
filosofía de la historia sólo puede seguir la marcha de este proceso humanidad a otra. La última palabra al respecto corresponde a la
y preguntarse cuál puede ser su marcha venidera. Pero la historia sociología y a la ciencia hist6rica. La ontología de la historia se
«<.Sla historia º~d; por consiguiente, tropieza con la limita a preguntar si hay progreso para la humanidad como tal, si
libertad Necesita averiguar la relª-cjQp,....e.ntre.-li~tt@_...Y__ a pesar de todos los retrocesos y estancamientos vuelve a aparecer
predetermínacíónvSí e 'S'eñBélO<Ié'Í3:"historiaestriba en el m:ggL~_S.9, de algún modo el progreso en la humanidad
o se~ enjr~ie~~mie;{to-'de-~·~~'[~~ª;:tró~e~a.fQn la libe~_, Si bien el problema del progreso no tiene nada que ver primor-
undo'óTe sentiao:-"cÓn'laliliertad como...selltido de la bistoJ:ia y al dialmente con el destino de la cultura europea, hay un enlace entre
propiotré~po, '~iaTib~rt-;'~dq~;,- a su vez, puede cumplir~. __ ambos. El camino por el cual busca actualmente su progreso la hu-
c~plir este_~~~!Jd~-O-:----- ,M
manidad, es el de la ciencia y técnica europeas. Tal vez la Europa
Mientras la filosofía de la .historia se ocupa de la libertad del del siglo xx corra la misma suerte que la Grecia del siglo IV anterior
hombre, lo que en definitiva le interesa es la libertad de la hu.JJill: a nuestra era, que precisamente en el momento en que .perdíó su
llidad. Por consiguiente, lí!,onto10giadelalllSforia se encuentra ante importancia política comenz6 su misión humanista 82. El buho de
l~tión de decidir qué es la humanidad }:'qué significa la liber- Minerva -dice Hegel- no emprende el vuélo hasta el crepúsculo.
tad de la hum.lUlidad. a diferencia de la libertad individual. .La También se plantea la cuesti6n de si la solidaridad del mundo no
ontología tradicional es una ontología de sustantividades individua- determina que las grandes culturas se mantengan mutuamente equi-
les, ante todo una ontología de cosas. La ontología de la historial' libradas en vez de suplantarse unas a otras.
por el contrario, tiene QJIe .diti.girs.e a algo que 110 es una sustan.
gjj,dad individ~~_E~~~.?..!i.~.dª-huE.J:~.nÜ,l-ªd 31. Para ella es de
'~~~ importancia fundamental comprender las relaciones entre la sus- 17. Análisis
tantividad individual y la colectiva, no a la manera de la sociología,
sino onto16gicamente. L!- impoL~~.trUctu.!.!l_ª.~_~~L,de laJJ.1J!I.!.l!~_ La terminología de cualquier objeto de investigación se deter-
~d com~undamento de la posibilidad de la estructura de ser mina en gran parte por el respectivo lenguaje. Mas esa determina-
del hombre y, viceversa, la estructura de ser del hombre como fun- ción es relativa, es decir tanto mayor cuanto más se trató un ob-
damento de la posibilidad de la estructura de ser de la humanidad.
'-,' jeto determinado en un lenguaje determinado. Entonces se forma
una terminología usual para ese objeto. Pero también esto sigue
I siendo relativo, pues no todos los autores emplean la misma ter-
I, minología. Determinadas ideas requieren nuevos términos. En toda
investigación importa determinar mejor los conceptos centrales.
Pero no es posible lo que había imaginado Spinoza: hacer una
46 LA IllSTORIA COMO PROGRESO PROLEG6MENOS 47
exposición filosófica a manera de deducción matemática, more geo- son de carácter puramente formal como en la matemática, donde
métrico. Un tratado matemático sólo tiene que preocuparse por ser la experiencia, suponiendo que ya desempeñe un papel en la for-
consecuente, con una consecuencia tal que sólo admita una inter- mación del concepto, no se incluye, por así decir, en el concepto,
pretación. En cambio, un tratado filosófico se ocupa de la realidad de suerte que éste, como tal concepto, no puede ser confirmado ni
en que vivimos y que somos nosotros; en él, una descripción o de- impugnado mediante la experiencia. Por el contrario, los conceptos
finición de un determinado concepto o término no encuentra puntos de la filosofía de la historia permanecen siempre referidos a la
.J
de apoyo como en la matemática. Al definir un triángulo como una experiencia, y ésta puede necesitar examen. Esto no significa que la
superficie cerrada por tres líneas rectas cada dos de las cuales se referencia a la experiencia sea de la misma índole en todos los con-
cortan entre sí, esa definición se apoya en términos conocidos (su- ceptos. Se exceptúan los conceptos puramente formales con que tra-
perficie, línea recta e intersección). Estos términos no tienen más baja la filosofía de la historia exactamente como todas las demás
que una interpretación. Eso ofrece como si dijéramos puntos de par- ciencias y que, por consiguiente, no son característicos de ella. Nues-
tida, puntos de apoyo para el pensamiento homogéneos para todos. tra atención ha de fijarse sólo en la relativa diferencia entre los
No ocurre lo mismo en una disquisición filosófica. Todo término conceptos adquiridos por experiencia interna y los adquiridos por
se describe con otros términos, con palabras corrientes del lenguaje experiencia externa.
ordinario. En principio, ese proceso de describir o definir, es infi- Conceptos como arte, ciencia y técnica son conceptos procedentes
nito. Mas una tarea infinita no puede cumplirse. No obstante, la de la experiencia externa. El arte, la ciencia y la técnica se encuen-
descripción no carece de posibilidades en un tratado filosófico. La tran en el mundo. El concepto trata de asir qué entendemos por
descripción se regula de suerte que, en primera, segunda o tercera arte, ciencia o técnica. Para ello necesitamos, por una parte, tener
instancia, se emplean términos que no sean problemáticos, que sin presente el lenguaje ordinario y, por otra, observar constantemente,
otra explicación puedan ser comprendidos del mismo modo por cual- por decirlo así, esos fenómenos. Salta a la vista que esa formación
quier persona perteneciente al país o países donde se hable la len- de conceptos no llega nunca a un concepto absoluto. A ello se opone
gua en cuestión. En una exposición filosófica, la descripción tiene ya la relatividad del lenguaje ordinario y además la de los fenó-
por finalidad esclarecer: se esclarece y explica en la medida nece- menos mismos. Los fenómenos tienen su historicidad: la ciencia es
saria para hacerla comprensible. Podríamos decir que la descrip- para nosotros algo diferente de lo que era para el hombre de la
ción tiene, pues, un límite didáctico. Pero al propio tiempo eso Edad Media, y para éste, a su vez, algo diferente de lo que era
da lugar a que, al escribir o hablar, el filósofo se vea obligado a para el griego de la Antigüedad. En nuestra misma época, holan-
apreciar dónde está ese límite. Y puede equivocarse. Mas, aunque deses y alemanes emplean la expresión wetenschap o Wissenschaft
no se equivoque, con el tiempo se suscitan cuestiones referentes a en un sentido mucho más amplio que la science de franceses e
términos que antes se consideraran inequívocos. Es así cómo el ingleses O la ciencia de los españoles. Por esta razón, toda defi-
pensar filosófico se mantiene en aquel movimiento que es necesario nición de conceptos significa por sí sola adopción de un punto
para que siga siendo pensar filosófico. Lo que importa es alcanzar de vista.
la mayor claridad posible en un momento determinado. Lo mismo, o más aún, cabe decir de los conceptos formados sobre
Hay que procurar describir todos los términos y conceptos que la base de la experiencia interna: pensar, tiempo, libertad, bondad.
sean esenciales para el razonamiento y además aquellos que sin También en ellos tropezamos siempre, por una parte, con el len-
descripción pudieran inducir a error. Esto no excluye que se pasen guaje ordinario y, por otra, con la historicidad de lo indicado con el
por alto conceptos perfectamente comprensibles para el que escribe concepto. La historicidad no excluye cierto factor de absolutidad,
o habla pero que necesitan descripción para el oyente o lector. Por mas ese mismo factor absoluto, a su vez, se da siempre en forma
otra parte, el carácter didáctico de todo tratado implica que a veces histórica. La antítesis entre conceptos de la experiencia externa e
se empleen giros que en rigor no son lógicos; por ejemplo, cuando interna no es absoluta. Arte, ciencia y técnica no pueden llegar a
se habla de tiempo progresivo, que es un pleonasmo. Mas puede ser ser conceptos para mí si carezco de toda experiencia interna de arte,
conveniente hacer resaltar un elemento contenido en un concepto, ciencia y técnica. Pensar, tiempo, libertad y bondad, son algo que
precisamente para llamar la atención sobre el elemento de ese con- también encuentro fuera de mí en el mundo. Oigo a otra persona
cepto que tenga mayor importancia en el conjunto expuesto. que piensa en voz alta. Descubro el tiempo en la marcha del día
Los conceptos que deben emplearse en filosofía de la historia no y encuentro sus huellas en edificios antiguos. Veo a un pueblo lu-
~1!
--'lIi
!l
1\;
48 LA HISTORIA COMO PROGRESO 49
"
,G)
!~J
PROLEGÓMENOS

chando pClr su libertad y admiro la bondad que emana de deter- I~


minadas personas 33. l 18. Fenomenología
La opinión de Comte de que la psicología como ciencia es im- '1':
.'¡'I' "
posible porque esa ciencia tiene que fundarse en la introspección,
no se ha refutado porque se haya demostrado que la psicología 'J El pensar fenomenológico es un pensar que trata de describir
con la mayor penetración posible los fenómenos dados a la expe-
pueda fundarse en la extrospección sino porque no hay introspección
ni extrospección puras. La tesis del behaviorismo que pretende
riencia. Este pensar fenomenológico es intencional: aparta la mirada l
de sí mismo, de la conciencia, y la dirige a lo experimentado. Eso
formar una psicología sin valerse de la introspección, se funda en
puede ser experiencia externa o interna, a pesar de que no hay
un análisis incompleto del proceso del pensar, pues los conceptos interioridad que no se exprese ni exterioridad que no se reconozca
de esa ciencia necesitan reconocimiento interno para que resulten ..11 ;

internamente. Todo lo que se ofrezca a la experiencia, sea lo que


utilizables. La experiencia externa y la interna no son sectores sepa- fuere, es fenómeno. Tanto en la experiencia interna como en la
rados entre sí, sino que se compenetran y, por consiguiente, s610
externa, lo que importa es la esencia del fen6meno. La esencia no
cabe hacer entre ellos una distinci6n. es condici6n arbitraria de un fen6meno, sino lo que caracteriza a
Si los conceptos a utilizar en la filosofía de la historia se refieren ese fenómeno como tal: lo que hace que la humanidad sea huma-
a la experiencia, no basta el análisis por sí solo para adquirir esos nidad y la libertad, libertad. La esencia no está detrás del fenó-
conceptos. El análisis puede eliminar contradicciones intrínsecas y meno sino que se muestra a sí misma 34.
esclarecer la tendencia y alcance del concepto, mas no proporciona
Esta esencia es dada. Se reconoce en evidencia. Pero la evidencia
el material que sirve para formar el concepto, pues eso corresponde
no es absoluta sino dialéctica. La evidencia del reconocimiento de
a la experiencia cotidiana y a la científica. Además del requisito del
esencia es siempre evidencia personal, certínidad para esa persona
análisis, o sea de la descripción del concepto, se pone ahora de ma-
determinada. Ser-persona es no-estar-solo, sino estar con otros. De
nifiesto otro requisito: encontrar el buen camino que conduzca al ahí que toda evidencia personal se encuentre en la movilidad del
hallazgo y descripción de la experiencia necesaria. El camino se-
estar con otros. En ella se pone en juego, se expresa en palabras y,
guido a este efecto es el que denominamos fenomeno16gico porque por consiguiente, se presenta al juicio del otro. En. esa dialéctica.
se da el nombre de fenómeno a aquello que se ofrece a la expe- toda evidencia es provisional por principio. Es valedera mientras no
riencia. En este sentido, tanto cabe decir que es fenómeno la liber- sea suplantada por otra evidencia. Siendo esta evidencia propia de
11
tad como la ciencia. toda filosofía y ciencia, éstas, a la vez que desplazamientos de evi-
Si se objeta que esto es posible con respecto a los fen6menos de dencia en el tras curso de su historia, ponen de manifiesto la volun-
la experiencia externa mas no de la interna, contestamos que ya

f
tad constante de atenerse a evidencias que se desacreditan. En la
se ha dado respuesta a esa objeción. No hay ninguna experiencia realidad de la filosofía y de la ciencia desempeña su papel, además
interna que no sea al mismo tiempo, hasta cierto punto, experiencia de la dialéctica de las evidencias, la adhesi6n a puntos de vista ya
externa. Si se alega que no es posible una fenomenología del pen- adquiridos a pesar de que fueron objeto de nuevos esclarecimientos.
sar o de la libertad porque no hay ninguna garantía de que mi ex- Una fenomenología de la experiencia externa describe los rasgos
"jjl í
periencia del pensar y de la libertad coincida con la de los demás, esenciales de la realidad "externa" tal como la conocemos por la
se olvida que ya el lenguaje por sí solo señala la comunidad de pen- experiencia cotidiana y la ciencia, por la filosofía y los mitos. Una
sar y libertad. Se olvida que la lógica puede fijar leyes del pensar ''~):1 ; '~ fenomenología de esta Índole constituye necesariamente la base de
universalmente valederas; que hay métodos para formar el pensa- la filosofía de la historia porque la filosofía que se orienta directa-
miento; que todo estudio filosófico es un proceso del pensar que :':\1 : mente a la marcha del acaecer lo conoce, sin embargo, fundándose
se somete a crítica y por eso mismo revela su carácter social. Se en la ciencia. Una filosofía de la experiencia externa ofrece una ima-
olvida que la libertad se realiza, o puede realizarse, en una serie
de formas externas describibles, por ejemplo en la libertad social, ': gen de la realidad como la que la ciencia presenta. Mediante una
fenomenología de esta índole, la filosofía de la historia se relaciona
la libertad política, la libertad religiosa. La diferencia entre los con-
ceptos que tienen como punto de partida la experiencia interna y
los que lo tienen en la externa, es relativa porque ser-hombre sig-
f )'
. ;
con todas las ciencias históricas en la acepción más lata: astronomía,
geología, biología, historia. La filosofía de la historia no puede hacer
caso omiso de la ciencia porque sólo ésta revela el modo y dirección
nifica ser-en-el-mundo. 1 :1 de la trasformación de la realidad.
1!1

1
~,
11
I
I

50 LA HISTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 51


A veces se advierte sobre el peligro de hacer depender de la energía contra la otra actitud unilateral que pretende que la filoso-
ciencia positiva un razonamiento filosófico. Tanto los métodos como fía nada tiene que ver con la ciencia positiva. Si la filosofía aspira
los resultados de la ciencia cambian continuamente. Por consi- a ser reflexión sobre la realidad tal como ésta se nos manifiesta,
guiente, un razonamiento filosófico que se apoye en ellos, se ata a no sólo encuentra en esa realidad el fenómeno ciencia sino que tiene
un estado de cosas provisional y esa provisionalidad le hace per- que explorar también esa realidad con el instrumento creado a este
der su importancia. efecto: la ciencia positiva. La filosofía tiene que defenderse de los
Eso es cierto si se toman como absolutos los actuales métodos y mencionados peligros tratando de colaborar del modo más Íntimo
resultados y -a diferencia de la actitud de los mismos hombres de posible con los representantes de las ciencias positivas. No puede
ciencia- se considera que la verdad es la fase última a que llegó ofrecerse como definitiva ninguna demostración científica o filosó-
la ciencia. En la conquista de la verdad, nada es definitivo ni abso- fica. El progreso de la ciencia es dialéctico, se opera en un cons-
luto. Todo método se trasforma, depura, refina y eventualmente es tante diálogo. Toda argumentación es una respuesta a anteriores
reemplazado por otro. Todo resultado es suplantado por otros resul- demostraciones y al propio tiempo una invitaci6n a proseguirlas.
tados. Esta constante dinámica de método y resultado no es arbi- La ciencia y b filosofía sólo se desarrollan dándose la mano: en
traria. En ella se dibuja, por una parte, la evolución de las ciencias. contactos mutuos entre sus representantes mediante publicaciones
que no es una constante en su última fase, aunque sí en su direc- en forma de libro o en revistas, y mediante congresos, entrevistas
ción. Por otra parte, a través de las ciencias se ve cada vez más personales, conferencias y críticas.
claramente la imagen de la realidad a que se dirige la ciencia. Lo Una fenomenología de la experiencia interna describe los rasgos
que importa en una fenomenología de la realidad externa, son las esenciales de la realidad interna que se nos ofrece en la experiencia
grandes líneas de esta realidad que se trasforma. propia pero también en la experiencia del estar-con-otros y que se
La filosofía, al hacer uso de los resultados de la ciencia, se halla conoce mediante su elaboración científica. Una filosofía de la his-
constantemente expuesta a dos peligros: en primer lugar, el de que toria como filosofía de la realidad universal, que en su historia pro-
conozca insuficientemente la experiencia científica en sus resultados. dujo la humanidad, es, necesariamente, tanto una filosofía de lo
con lo cual presenta como experiencia científica lo que nunca fue c6smico y de lo vital como una filosofía de lo humano; por consi-
tal o que dej6 de serio; el otro peligro es el desconocimiento del guiente, no s610 importa lo que la humanidad sea en la experiencia
carácter de la experiencia científica al utilizar datos de una deter- externa sino igualmente lo que el hombre es en la experiencia interna.
minada ciencia fuera de los dominios de esa ciencia, atribuyéndoles Se aproxima a la esencia del hombre en la duplicidad de la expe-
indebidamente una tendencia diferente de la que tenían en esa riencia externa e interna. Lo que la experiencia conoce como hom-
ciencia a que pertenecen y haciendo caso omiso de la diferencia bre con la ayuda del lenguaje, queda mejor iluminado con la expe-
que existe entre la experiencia directa y la interpretación de datos. riencia de todo cuanto caracteriza al hombre. De ahí la necesidad
Ambos peligros son tan reales como inevitables. La filosofía no de un análisis fenomenológico de conciencia, auto conciencia y liber-
puede evitados porque no puede trabajar desentendiéndose de las tad, en el cual lo interno se presenta siempre de algún modo como
ciencias positivas. Es preciso guardarse de dos posiciones igual- externo.
mente simplistas: la de limitarse a trabajar con la ciencia y la de En consecuencia, la fenomenología ofrece, por una parte, las gran-
hacer caso omiso de la ciencia. Es unilateral la pretensión de que la des líneas de la realidad que sucede y, por otra, la estructura de
filosofía no sea más que la síntesis de los resultados de las ciencias lo interno humano. Esta notoria ambigüedad en el empleo de este
positivas, o que una investigación sobre los métodos de esas cien- término, revela su unidad en la unidad dual de la esencia humana
cias, o bien, en definitiva, una teoría general de la ciencia. Todas interna y externa (9).
esas tareas son propias de la filosofía, pero ésta tiene al propio
tiempo otras; su pensar es reflexión tanto sobre la experiencia coti-
diana como sobre la científica, tanto sobre la experiencia interna 1.9. Pensar y comprender
como sobre la externa, tanto sobre lo que debe ser como sobre 10
que es. Esto no excluye que se ocupe también de la ciencia posi- Hemos definido el pensar como intento de comprender, como
tiva, ya sea de su manifestación en el mundo o de sus métodos v intento de descubrir sentido. En esto estriba la diferencia entre el
resultados. Por consiguiente, hay que poner en guardia con b misma pensar como estar en camino hacía el comprender, y el comprender

~
52 LA HISTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 53
como aprehensión, es decir, el tener evidencia, independientemente minada. Esta continuidad es estática o también dinámica. Cabe
de la relatividad propia de la evidencia como tal 35. En esto estriba, distinguir, en consecuencia, entre la extrapolación estática y la
al propio tiempo, la diferencia entre pensar-el-sentido y otras formas dinámica.
del pensar. En la filosofía de la historia importa en primer lugar el En el campo de la física y la química, la extrapolaci6n es está-
descubrimiento de un sentido, el sentido de la historia. Mas cuando tica porque lo que en ellas importa son procesos que se repiten
está en juego el pensar, también cuentan otras formas del pensar. idénticamente como revela la experiencia, y de los cuales se pos-
Además del pensar-el-sentido hay el pensar consecuente y el tula, por consiguiente, que en lo futuro se repetirán idénticamente.
pensar causal. También en estos otros casos, pensar es un intento Ya hemos indicado que ese postulado es razonable (§ 13). No obs-
de comprender: la consecuencia lógica o la causalidad. La matemá- tante, las leyes que esas ciencias descubren, no son inhistóricas en
tica utiliza el pensar consecuente; las ciencias empíricas, el conse- un sentido absoluto. Las leyes químicas se fundan en diversas
cuente y el causal. La interpretación de la consecuencia o la causa- posibilidades de una combinación de átomos en diversas clases de
lidad, puede seguir diferentes caminos. En este caso se habla de moléculas; no regían en anteriores fases del universo cuando toda-
comprender cuando la consecuencia o causalidad se aprehende, vía no había moléculas. Por consiguiente, la ciencia de la naturaleza
cuando es patente. El pensar es un intento de llegar a este punto. no sólo es histórica porque ella misma se desarroll6 hist6ricamente
De otro carácter es también el pensar ordenador, que se advierte en el trascurso de los siglos, sino también porque es histórico su ob-
en la ciencia de la naturaleza al lado del causal. Fen6menos parti- jeto. El sistema de Mendeleiev no s610 es histórico porque sus ele-
culares, siempre singulares y concretos se ordenan y subsumen bajo mentos se fueron descubriendo sucesivamente y sistematizando por
una ley universal, como por ejemplo: "Todos los metales se dilatan el pensar, sino también porque esos elementos mismos son hístó-
con el calor." La sistemática botánica y zool6gica es un ejemplo ricos en su génesis y relación 36.
típico del pensar ordenador. Su tarea se dirige a señalar un orden. La extrapolaci6n estática aparece también en la vida cotidiana
Una vez visto éste, queda comprendido el campo de la investigaci6n con la naturaleza. Estamos seguros de que el sol volverá a salir
ordenado. mañana, de que el agua hierve a condici6n de que se caliente sufi-
Cuando el pensar ordenador ordena un determinado sector de la cientemente. La expresión estático indica repetici6n idéntica. La
realidad, puede encontrarse con el pensar causal. Para Línneo, la extrapolación estática de los hechos naturales ofrece una base para
sistemática biol6gica era un pensar ordenador. Pero no bien el or- nuestro conocimiento de lo venidero. Aunque no quepa excluir,
den establecido presenta perspectivas hist6ricas en la teoría de la como completamente imposibles, modificaciones imprevistas, no pue-
evoluci6n, el orden recibe otra explicaci6n fundada en la evolución de contarse con ellas precisamente porque no son de prever. Por
de la vida, que a su vez se explica con ayuda del pensar causal. otra parte, la ciencia de la naturaleza en conjunto ofrece cada vez
Las formas del pensar se hallan enlazadas entre sí de diversos más posibilidades de averiguar eventuales modificaciones y de con-
modos. Siempre que se piensa, hay pensar consecuente. El pensar- tar con ellas, es decir de aprehender las posibilidades que resulten
el-sentido, el pensar causal y el pensar ordenador guardan entre de dichas modificaciones.
sí proporciones siempre variables, según el sector en que se piense Al principio, en la ciencia clásica de la naturaleza se consideraba
y el modo en que se lo piense. En la filosofía de la historia preva- como estática la continuidad en la astronomía, geología, física y
lece el pensar atribuidor de sentido: la cuestión central es la rela- química; pero en la actualidad ese carácter estático ha llegado a
tiva al sentido de la historia. ser bastante relativo, sobre todo en la astronomía y la geología, que
se ocupan de la historia del universo y de la Tierra. La continuidad
estática resalta del fondo de la continuidad dinámica. Por esta razón,
20. Extrapolaci6n la historia de la humanidad debe verse en la perspectiva de la his-
toria del universo y la Tierra. La estructura del universo nos mues-
No existe un conocimiento directo de lo futuro. El pensar anti- tra, desde el punto de vista histórico, el nacimiento de unidades
cipado s610 es posible mediante el pensar consecutivo. A este efecto materiales cada vez mayores y más complejas: átomos, moléculas
se emplea la extrapolaci6n, el trazado de líneas desde lo pasado y megamoléculas. Es un proceso irreversible. Tomándolo en con-
hasta lo venidero. Línea significa en este caso la continuidad de junto, se habla en este caso de una continuidad dinámica irreversible.
un fenómeno; por ejemplo, el peso específico de una materia deter- Una continuidad de esta índole aparece muy marcadamente en
54 LA HISTORIA COMO PROGRESO
PROLEGÓMENOS 55

el dominio de lo viviente. También en él se encuentran una serie Australia y África están aparentemente condenados a desaparecer.
de procesos estáticos, es decir que se repiten idénticamente, mas A juzgar por este criterio de poblaci6n creciente, estancada o de-
también, precisamente, el fenómeno dominante de la evolución de creciente, en la humanidad hay muchas líneas de evolución esta-
la vida. Esta evolución puede concebirse a modo de cañón o de plu- bilizadas porque existen agrupaciones étnicas que durante mucho
ma. La teoría original de la evolución de Darwín consideraba en tiempo no aumentaron ni disminuyeron en forma digna de mención.
línea recta las distintas etapas de la evolución, cada una como pro- Sin embargo, la historia de los últimos siglos revela una repentina
longación de la precedente, de suerte que cada fase evolucionaba actualización de esas líneas, primero en Europa, desde el siglo an-
desde otra (modelo del cañón). Muchos paleontólogos y zoólogos terior en Asia y en nuestros días en África. La población del mundo
modernos conocen, además, sobre todo tratándose de grandes saltos, aumenta, mas no ya gracias a su fuerza vital propia de toda vida,
la posibilidad de que la nueva forma no sea una continuaci6n en sino por la conciencia que de sí misma tiene la humanidad y que le
línea recta de la anterior, sino una prolongaci6n desarrollada en permite combatir los propios defectos mediante el empleo de la
más de una direcci6n de una variante ya existente (modelo de la ciencia y la técnica.
pluma). De esta suerte, el hamo sapiens no sería descendiente di- Esta distinción entre distintas líneas de evolución puede aplicarse
recto del hombre de Neandertal, sino una variante que al principio también a la evolución de las culturas humanas. Existen culturas
qued6 en la penumbra pero luego suplant6 al otro tipo. La aparici6n que se hallan estabilizadas desde hace muchos siglos, por ejemplo
simultánea de variaciones resulta tal vez mejor comprensible de en China; también ha habido muchas culturas que se hundieron y
este modo que con cualquier otra explicaci6n. Sea como fuere, las asimismo numerosas culturas que están en decadencia, culturas pri-
diferencias anatómicas hablan en muchos casos un lenguaje tan claro mitivas que ya no pueden sostenerse en el mundo de nuestros días,
que ni cabe pensar en una descendencia directa. Pero esto no im- así como culturas superiores que se trasforman de modo que ori-
plica en modo alguno la estabilidad de variantes y especies, pues en ginan una cultura completamente nueva. Ya se ha suscitado la cues-
esta visi6n no se niega tampoco la evolución de una especie desde tión de si la cultura europea no será tal vez una cultura que esté
otra, aunque se la tiene más por supuesta que por vista. terminando S7.
Las dos clases de líneas evolutivas pueden verse, a su vez, de También en los lenguajes pueden observarse esas líneas de evo-
distinto modo en la realidad hístórico-bíológíca. En primer lugar, lución. Hay lenguas muertas y lenguas moribundas. Otras se esta-
la biología conoce una serie de líneas extintas. ¿Qué queda hoy de bilizaron después de una evolución más larga o más breve, y aca-
los reptiles que antaño poblaban la tierra? Mas también se conocen ban por extinguirse cuando no encuentran la posibilidad de salir de
varias especies de mamíferos y aves que desaparecieron hace ya ese estancamiento. En el mundo actual, las lenguas de las pequeñas
mucho tiempo o ya en épocas históricas: el mamut, el ciervo gigante, colectividades desaparecen porque sólo pueden sostenerse las uni-
la moa, el avestruz de Madagascar. También hay especies que desde dades mayores y porque, además, es indispensable la unidad del
el primer momento aparecieron con la forma que hoy tienen y que lenguaje. Por otra parte, la diversidad de lenguas constituye una
han conservado hasta nuestros días. Si nos fijamos en esas especies riqueza porque cada lengua tiene sus posibilidades de expresión. Al
en sí, sin tener en cuenta una ramificación primitiva que a menudo parecer, la evoluci6n tiende en la actualidad a un estado de equili-
tampoco puede localizarse, en este caso ni siquiera podríamos ha- brio lábil entre un número relativamente grande de lenguas que se
blar de líneas de evolución en sentido propio porque no puede de- hablan en un territorio extenso o medianamente extenso.
cirse que haya evolución. Otras especies evolucionaron durante deter- Esta terminología puede aplicarse a diversos aspectos de las acti-
minadas edades geol6gicas hasta llegar a su última forma que es vidades humanas. La técnica y la ciencia son líneas de evolución
la que perdura. El período de esa estabilidad es a menudo, desde actuales. Esto significa que cabe esperar un ulterior desarrollo de
su comienzo hasta ahora, más largo que toda la duración de la evo- la técnica y la ciencia: una extrapolación dinámica. Una extrapola-
lución. Las actuales líneas de evolución son aquellas en que no se ción de esta índole arranca de algo positivamente dado: desde fi-
encuentran indicios de estabilización. nes de la Edad Media en Europa y desde fines del siglo XIX en todo
Las líneas de evolución son también importantes para la historia el mundo, la ciencia y la técnica hacen insopechados progresos.
humana. Son visibles tanto en grupos étnicos como en culturas. Mu- Contra la objeción de que ese desarrollo podría interrumpirse brus-
chos grupos étnico s se extinguieron en tiempos históricos, como los camente, cabe oponer una argumentación deductiva que revele que
tasmanios y ciertas tribus indias. Otros grupos étnicos de Oceanía, la humanidad no puede más que seguir el progreso técnico y cien-

....,"~
(
,
56 LA msTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 57
tífico. Este no poder ser de otro modo, no excluye la libertad por- siempre subjetivo -como juicio de alguien- y objetivo -como jui-
que está sometido a una condición: que la humanidad quiera sobre- cio de todos-; pero ninguno de ambos polos es absoluto. Se com-
vivir. La humanidad está en libertad de destruirse a sí misma. penetran de múltiples modos y así dejan indudablemente margen
Esta tensión entre poder ser de otro modo y no poder ser de otro para algo que sea más subietioo y más obietico. Los juicios mate-
modo es característica de la humanidad. máticos y de la ciencia natural se caracterizan por una mayor obje-
tividad; los estéticos y éticos, por una mayor subietividad, aunque
esto no significa que, con arreglo a la sentencia de gustibus non es!
21. El juicio ontolágioo disputandum, sean arbitrarios. La distinción entre juicios subjetivos
y objetivos es de validez meramente relativa (10).
La ontología de la historia tiene que percatarse de la índole de Ir
sus juicios. "La historia de la humanidad revela un crecimiento de
la libertad" es un juicio de otra índole que "El sentido de la historia 22. Sustantividad
es el crecimiento de la libertad". El primer juicio es un juicio fác-
tico, aunque de facticidad especial. La cuestión que se plantea es La historia corno realidad se define diciendo que es la marcha
c6mo puede averiguarse fácticamente la libertad, no sólo en la per- de los acontecimientos. Los términos acontecer y suceder son sinó-
sona individual sino en una humanidad que evoluciona. El segundo nimos en gran parte, si bien al decir acontecer se pone mayor énfa-
juicio se funda en una extrapolación: presupone el primero. No sólo sis en la ocurrencia de algo; al decir suceder, en el trascurso tem-
afecta a la facticidad de una libertad. pasada sino igualmente a una poral de algo. La misma distinción se da entre las palabras historia
libertad futura que la humanidad tiene que realizar todavía, de y acontecimiento. La definición de historia corno marcha de los acon-
suerte que el juicio depende de la libertad humana. Además de tecimientos esclarece la palabra aislada historia en el sentido de
su aspecto de facticidad, este juicio tiene otro de obligatoriedad: tornar por separado los dos elementos del significado, a saber la
es un juicio de valor. . temporalidad y la facticidad: sucede algo -un hecho- en la suce-
Hay diferentes clases de juicios de valor: éticos, econ6micos, ju- si6n de un determinado trascurso del tiempo.
rídicos, estéticos, ontol6gicos. Decir que el sentido de la historia Historia es cambio: se trata de la historia del mismo cosmos, de
estriba en el crecimiento de la libertad, es un juicio de valor onto- +Ia misma vida, de la misma humanidad, aunque siempre cambia.
lógico. Implica que el ser, como realidad perceptible, evoluciona Mas por el hecho de tratarse de lo mismo, eso puede también cam-
de la ilibertad a la libertad, de 10 inferior a lo superior. Afecta a la biar. El hombre cambia, porque sigue siendo el mismo, pero el
totalidad del ente, la cual se considera como una totalidad que se mismo pasa a ser otro. La realidad de la ontología no es el perma-
desarrolla en un plano superior. Siendo a la vez juicio de ser y jui- necer-igual-a-sí-mismo de Parménídes ni el continuo cambio de
cio de valor, es un juicio ontológico de valor. En él ser y valor no Heráclito. Este cambiar no puede encerrarse en un principio de
divergen sino que se implican recíprocamente 88. El hombre reco- posibilidad (potencia) y un principio de realidad (acto), corno
noce que el ser es valor, que tiene sentido. Del mismo modo, tam- pretendía Arist6teles, pues así sólo se explica la trasformaci6n dando
bién en un juicio jurídico se implican recíprocamente relaci6n ju- nombre a los aspectos del cambiar y del permanecer igual. Lo que
rídica y valor, de suerte que ambos, por lo menos en principio, l cambia, cambia por completo y sigue siendo igual en ese cambiar.
constituyen una unidad. Las trasformaciones sólo pueden describirse fenomenol6gicamente.
Los juicios de valor son tenidos injustamente por juicios subjetivos: Lo esencial es que las trasformaciones puedan describirse como
1,
se pretende que no son más que apreciaciones estrictamente indivi- síéndolo de un algo idéntico que durante las trasformaciones sigue
siendo lo mismo 89.
duales. Es la misma interpretación errónea que lleva a oponer la ex-
periencia interna a la externa como si fueran dos clases de experien- "" En sentido estricto, s610 hay identidad de ese mismo cuando hay
cia no sólo distintas sino además separadas. No hay juicios puramente sustantividad, o sea en el hombre; en los demás casos s610 la hay
subjetivos, pues el hombre no es una interioridad estrictamente en un sentido análogo. A este efecto es importante para la analogía
individual,JSus juicios son siempre juicios humanos, es decir juicios con la genuina sustantividad la distinción entre agregado e inte-
de un yo que siempre es ya un nosotros, que está siempre en el grado. Un pedazo de cuarzo o un astro, por ejemplo, son agrega-
mundo y no necesita salir previamente de sí mismo. Todo juicio es dos que tienen analogía con la sustantividad por el hecho de que

'jet 1,- Ad' ti_ A" ¡ e l.; .t"f


58 LA HISTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 59
de. algún modo sean encontrados por el hombre. La senda hacia categorías desempeñan un papel en todas partes, tanto en la vida
la genuina sustantividad comienza con el integrado más pequeño cotidiana como en la ideología y en la religión como en la ciencia.
y pasando por el átomo y la molécula conduce hasta los superiores La ciencia sólo es posible a condición de que haga uso de las Cate_
entes vivientes. Tienen sustantividad referida al hombre los uten- gorías, que son a priori con respecto a la ciencia.
silios del hombre: una mesa, un martillo, un libro, una casa. Esa En la ciencia práctica de la historia, como descripción de lo SUce_
sustantividad relativa existe sólo para aquel que conoce los objetos dido, se encierran categorías ontológicas como, por ejemplo, legali_
y su uso. dad, cambio, tiempo, libertad, causalidad, sentido. El historiador
También existe sustantividad analógica con respecto a colecti- las emplea, aunque temáticamente no advierte su presencia. Las
vidades como el cosmos, la vida, la humanidad. Su sustantividad categorías permanecen intemáticas, preontológícas,
analógica estriba en una doble característica: sólo hay un cosmos, Ir>
En la ciencia teórica de la historia, el historiador se percata de
una vida, una humanidad, y cada una de ellas tiene su estructura que utiliza categorías ontológicas. Se cerciora del papel que éstas
gracias a la cual constituye una unidad en cierto sentido. Para la desempeñan en la historiografía y de la forma en que se manifiestan
humanidad hay una doble unidad: la del origen y la de la totaliza- en lo históricamente dado: las categorías son en ella temáticas, on,
eíón de partes disgregadas en el curso de la historia. La unidad tológicas en sentido estricto; .
de la humanidad es original y final: está en lo pasado y en lo futuro. En la ontología se someten a completa reflexión las categorías
La ontología de la historia tiene la misión de pensar la sustantividad valederas para todo ser perceptible directa o indirectamente. Toda
de la humanidad en su cambio. categoría es tradicional, es decir fue o es descubierta en cierto mo-
mento dado por un determinado pensador y luego, si conviene
adoptada en el pensar ontológico, que siempre vuelve a pensarU:
23. Ontología y metafísica de nuevo. En la medida en que el pensar ontológico es efectiva_
mente ontología, la categoría no existe nunca en ella como facto
La ontología de la historia se dirige en línea recta a la historia sino como algo puesto que es preciso verificar: no como fact'U~
como realidad. Debe acabar conociendo esta realidad. La conoce por sino como positum. Por esta razón, las categorías están presentes'
el recuerdo, la tradición, el mito y la ciencia. Entendemos por mito en la ontología de modo metaontológico, porque son pensadas de
toda visión de la historia como totalidad; por consiguiente, también modo temático-crítico. '
toda visión religiosa. ,'Empleamos la palabra sin la menor connotación Esta distinción de los modos en que las categorías aparecen en
despectiva. El hombre piensa en mitos por necesidad: ya en su com- la historiografía positiva, en la historia teórica y en la ontología,
portamiento adopta el hombre una actitud con respecto a la tota- es esquemática. Un historiador puede saber exactamente cómo apli_
lidad de la realidad. Mito es una visión total que no procede de cará una categoría determinada, por ejemplo la legalidad, el sen,
la ciencia positiva. En este sentido que no tiene nada de despectivo, tido o el valor: En tal caso, el elemento teórico habla también en
tanto el cristianismo como el ateísmo son mitos que, como tales, su obra. El historiador teórico que se percata de las categorías can
determinan el sentido trascendente de la historia. De esta suerte que trabaja el historiador, puede no- sólo comenzar una crítica del
determinan la perspectiva desde la cual se ve el sentido inmanente método con arreglo al cual son aplicadas por los historiadores Una
de la historia. o más de esas categorías, sino también tiene que someter a crítica
'Es así cómo la ontología de la historia conoce la historia de el modo como esas categorías Influyen en el pensar cotidiano y en
la realidad mediatamente, aunque se dirija a ella no mediatamente, la filosofía. Así sus categorías adquieren carácter metaontológico.
a través del diáfano medio del recuerdo, de la tradición, el mito y ,
1.-
(si el filosofar es esencialmente peculiar del hombre, es decir
la ciencia. La ontología de la historia es, en consecuencia, algo si para el hombre es esencial plantearse la cuestión referente al sen_
distinto de la ciencia teórica de la historia. Ésta es una reflexión tido de lo que es 40, ese filosofar tiene que aparecer también, direc_
sobre la ciencia práctica -fáctica- de la historia. En esa reflexión recta o indirectamente, aunque sea rechazado el filosofar, lo Cual
utiliza categorías ontológicas. LLa ontología, explícita o implícita- a su vez es una especie de filosofía) Por esta razón, en la realidad
mente, dado que la filosofía domina el pensar cotidiano, pone a la de la faena científica raras veces o nunca aparece clara y distinta_
disposición de la ciencia histórica determinadas categorías; como mente la distinción entre historiografía, historia teórica y ontología
por ejemplo causalidad, legalidad, tiempo, libertad, sentido. Estas porque siempre es el hombre el que trabaja científicamente. Cons~
60 LA IDSTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 61
tantemente es preciso distinguir lo que en la realidad no está tividad en sentido primordial, la ontología que se dirige al ente es
separado. antropología filosófica. Mas la antropología filosófica prescinde de
Ontología es idéntica a filosofía inmanente de la historia. La filo- sí misma en su primer movimiento y, en consecuencia, es filosofía ,.1
sofía trascendente de la historia es metafísica. La ontología se di- del ente como ente (Aristóteles); luego, en el segundo movimiento,
rige al ser de la realidad perceptible entera, es decir a la realidad vuelve a sí misma como a su origen, desde el cual se opera ese l'
de mundo y humanidad, tal como ésta se nos manifiesta: como rea- pensar (Kant).
lidad cambiante mediante el recuerdo, la tradición, el mito y la Por estar orientada al ente (sustantividad), la ontología es, por
ciencia. La ontología general abarca a título de antologías regio- consiguiente, antropología filosófica (microontología) ; por estar
nales, la ontología del cosmos, de la vida y de la humanidad, no orientada a la totalidad del ente es filosofía de la historia (rnacro-
como realidades que se excluyan mutuamente, sino como realidades ~. ontología). Ahora bien, sólo el ente humano es sustantividad; por
sujetas a cambio que se implican mutuamente. En la medida en consiguiente no hay ningún pensar sobre la humanidad y la reali-
que es filosofía de la naturaleza, de la vida y de la humanidad, no dad y la realidad universal sin un pensar sobre el hombre. Por otra
se dirige al ente individual, sino a la totalidad de naturaleza, vida parte, la sustantividad humana no es una sustantividad absoluta,
y humanidad. sino que, como estar-en-el-mundo, apunta a la humanidad y a la
Ontología y ciencia se dirigen a la misma realidad, mas con dife- realidad universal en formas concretas que en cada momento son
rente planteo. A diferencia de toda ciencia positiva que busca la diferentes. \.Microontología y macroontología se distinguen entre sí,
estructura del ente que se encuentra en su esfera científica, la onto- mas no están separadas 42.
logía se plantea la referente al sentido de la totalidad de los entes La metafísica, a su vez, se encuentra con la teología de la historia.
en su unidad. Mientras, al proceder así, toda ciencia fáctica trabaja Por una parte, ésta es desenvolvimiento religioso de la metafísica;
con categorías preonto16gicas cuyo carácter ontológico se pone de por otra, referencia directa a la realidad de la historia. Su punto de
manifiesto en la respectiva ciencia teórica, la ontología es la com- partida es la tradición religiosa, que nosotros hemos denominado
pleta reflexión crítica de las categorías centrales de la realidad que, mito, porque es esencial que se refiera a acontecimientos de la his-
como tales, dominan también en la ciencia que se dirige a la reali- toria y los trasmita.
dad. Ciencia fáctica, ciencia teórica y ontología constituyen tres
clases de investigaci6n 6ntica en una fase ontológico-atemática
(preontoJ6gica), en otra onto16gico-temática y finalmente ontoló- 24. Analogía
gico-crítica (metaonto16gica).
La filosofía de la historia es no s610 ontología sino también meta- El pensar ontol6gico es siempre anaI6gico, o sea que hayal propio
física .. Mientras la ontología se dirige a la estructura interna y al' tiempo coincidencia y diferencia. Así puede decirse tanto para el
sentido de la realidad, la metafísica suscita la cuesti6n referente a ente de un determinado sector del ser como con respecto al ente
la relación entre el todo de la realidad perceptible en principio y en distintos sectores del ser 43. La realidad viviente es tan material
lo que, en principio, se sale de esta realidad 41. Una metafísica de como la inerte, pero de otro modo. Este pedazo de cuarzo es ma-
, esta Índole puede conducir a la negaci6n de ese salirse, de ese teria inerte; esta encina, materia viviente; este perro, materia con-
completamente diferente, o sea al ateísmo. Puede reconocer que la ciente, y este hombre, materia conciente de sí misma. Las leyes
realidad misma es una divinidad que, no obstante, como tal se sus- físicas y químicas rigen para toda la materia, pero menos exclusiva-
trae a la perceptibilidad que en principio cabía esperar y con la mente a medida que se trata de una materia superior.
. cual es idéntica: es la postura del panteísmo. Puede descubrir un La historia como realidad cambiante es, pues, distinta según sea
salirse que sea lo completamente diferente, el cual puede existir historia cósmica, vital o humana. La historia no llega a ser con-
sin la realidad porque la creó: es el teísmo. ciente hasta que aparece la autoconciencia: en el hombre. Si el paso
La ontología y la metafísica tienen, cada una, aspectos insepara- de la historia cósmica a la vital es ya un trastocamiento, un mo-
blemente relacionados entre sí aunque no coincidentes. Se dirigen, mento crítico, también el cambio de la vida al hombre, de la con-
por una parte, a la humanidad y a la realidad universal en su acae- ciencia a la autoconciencia, es para la historia el momento muv
cer; por otra, al hombre individual y a todo ente como ente. Como especialmente crítico porque la historia adquiere conciencia de sí
el ente es ante todo hombre, porque sólo el ente humano es sustan- misma en el hombre y con ello comienza la realidad, como realidad

•.
:
..,

LA HISTORIA COMO PROGRESO PROLEGÓMENOS 63


62
humana, a hacer su propia historia. Con el hombre, la historia se ontología penetra a menudo en el terreno de la ciencia teórica, y
hace cargo de sí misma: se piensa a sí misma y se hace a sí misma viceversa. Por último, la ontología de la historia se plantea la cues-
dentro de los límites que le impone su inserción en la historia cós- tión relativa al sentido de las líneas de evolución para el hombre y
mica y en la vital. La historia se presenta como un paulatino ascenso la humanidad. Para ella, el ser no es estático, sino una evolución
de la subordinación bajo la historia cósmica y la vital hasta el do- del ser inferior al superior, un devenir que es un ascender, una inte-
minio de la realidad cósmica, vital y humana. gración: progreso. Mas este progreso no es rectilíneo ni automático.
Frente a la integración está la desintegración, formándose así dos
caminos posibles, sin cesar transitados. ,
25. La faena de la ontología Si es posible ver la historia como progreso, tal como hasta ahora
se ha desarrollado, a pesar del contraste entre integración y desin-
¿Cómo puede definirse más concretamente la faena de la ontolo- tegración, ¿cómo puede considerarse la historia como futuro? Si es
gía de la historia? No puede considerarse que sea la de describir posible considerarla como progreso también para lo futuro, ¿qué
la historia del cosmos, de la vida y de la humanidad, mas adopta significado tiene entonces la expresión progreso y de qué índole es
esa historia tal como se la entregan las ciencias del cosmos, de la la esperanza de que llegue a ser progreso? ¿Qué ocurre con el pro- 11
vida y de la humanidad. Lo que le importa son las grandes líneas greso como crecimiento de la libertad y con la libertad misma como
de la evolución tal como las esboza una fenomenología de la expe- posibilidad de elección entre integración y desintegración? Para
riencia externa. Se atiene al respecto a lo que es doctrina y no elige poder contestar estas preguntas se requiere un análisis de lo que
entre teorías discrepantes siempre que tiene la posibilidad de evitar es la humanidad.
la invocación. de una teoría. En la aplicación de esa fenomenología
se esconde un factor dialéctico porque el filósofo, como profano en
la ciencia positiva, trata de leer a su manera las líneas de la evo- 26. Crítica, estática y dinámica
lución a partir de los datos de las ciencias, mientras que el científico,
en la medida en que conozca y compruebe dichas líneas, lo hace La ontología de la historia se divide en tres partes: crítica, está-
apoyándose en su familiaridad con el campo de su ciencia. Esa tica y dinámica. La crítica plantea la cuestión acerca de la unidad
diferencia de postura no impide el diálogo, antes bien lo hace de la realidad. ¿Es la realidad una unidad y, en caso afirmativo. de
posible. En este sentido, la fenomenología de la experiencia externa qué índole es esa unidad? Investiga los momentos diacríticos de la
es necesariamente dialéctica y, por consiguiente, siempre provisio- realidad: la génesis de la vida, la génesis del hombre. ¿Aparece
nal, pero esa provisionalidad es tan orientada como el desarrollo de aquí cada vez algo completamente diferente en la historia de la
la propia ciencia positiva. realidad? ¿O bien la vida es una forma superior de la materia y el
Por consiguiente, la filosofía de la historia tiene que considerar hombre lo es de la vida? ¿Y de qué índole es entonces lo nuevo que
que una de sus primeras tareas consiste en elegir esas líneas de en cada una de esas ocasiones brota y aparece en la forma supe-
evolución; no es una tarea puramente filosófica y, precisamente rior? ¿Surge también ahora algo nuevo, de suerte que la historia se
por esta razón, hace necesario el diálogo con la ciencia positiva del vea colocada ante una elección cuyos términos son la unidad o •
mismo modo que, en el fondo, queda siempre supeditada a los la ruina de la humanidad?
Mientras en la crítica se piensa la unidad de la realidad que suce- JI
resultados de esa ciencia. No es la filosofía sino la ciencia positiva
de, realidad que aun siendo la misma se trasforma constantemente '11
la que ha descubierto el carácter histórico de la realidad entera (ll).
No obstante, la fenomenología de la historia trabaja COn numerosos j y, en consecuencia, es siempre nueva, en la estática se plantea la
conceptos de naturaleza implícitamente filosófica. Estos conceptos cuestión referente a la relación entre hombre y humanidad, tal como
pasan a ser explícitos en las respectivas ciencias teóricas y se some- puede describírsela en la actualidad. Resulta del encuentro entre
ten a reflexión crítica completa en la ontología de la historia que. antropología filosófica y sociología filosófica. La dinámica describe
al efecto, invoca a menudo una fenomenología de la experiencia y piensa luego el desarrollo de la humanidad desde el origen hasta
interna. Lo que importa en este caso son conceptos como hombre, lo futuro. En ella, la evolución como desenvolvimiento del ser se
humanidad, libertad, conciencia, autoconciencia, mito, lenguaje. identifica concretamente con el progreso. Después de esta atribución
trabajo, técnica. En el pensar tal como de hecho se produce, la de sentido inmanente a la historia se abandona el punto de vista

I .1

• M _,
I¡ • , ,

1 :"..
i ,]
L~_,
LA HISTORIA COMO PROGRESO
Capitulo Segundo
ntológico para adoptar otro metafísico. ¿Es preciso que esta realidad
erceptible, a título de realidad que deviene, sea totalmente tras-
endida en la dirección de 10 completamente otro? La teología de la Crítica
ístoría pregunta luego por el testimonio de ese completamente otro ~
, ,1'
en el mundo.

/'

S-ar putea să vă placă și