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EL EFECTO DOMINÓ MÁS ALLÁ DEL CORTO PLAZO

I. INTRODUCCIÓN

Sin lugar a dudas la pandemia ha puesto en aprietos al planeta entero, la economía


al igual que otros sectores no ha sido la excepción. El mundo experimenta una
recesión económica consecuencia de la aplicación de medidas restrictivas sobre los
mercados internacionales. Bolivia, así como todos los países del mundo está
experimentado el efecto de este nuevo escenario. El presente trabajo describe los
efectos de la pandemia por sectores priorizados como el financiero, el empresarial,
el sistema de pensiones, las familias bolivianas, así como los efectos derivados de
la implementación de políticas públicas promovidas y ejecutadas desde el gobierno
nacional.

La estadística y evolución tanto de los escenarios de evolución del COVID-19 para


Bolivia, como los informes y proyecciones realizados por el Fondo Monetario
Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) sobre el impacto economía macroeconómico y microeconómico
(empresas) respectivamente, formaron parte importante del análisis de cara a una
contextualización base de organismos internacionales especializados.

II. CONTENIDO

II.1. Evolución de la Pandemia, Tradeoffs

Siguiendo el análisis de Antonio Saravia respecto a la reinterpretación de las cifras


de contagio y decesos consecuencia al COVID-19, se tenía a principios del mes de
mayo un saldo negativo respecto a los logros de la cuarentena medidos en muertes
evitadas a partir de la implementación de las medidas de restricción de circulación
en el país. De acuerdo al autor para principios de mayo en un escenario catastrófico
de no haber aplicado medidas tan estrictas para evitar una escalada en los
contagios Bolivia hubiera tenido 1,1 millones de infectados y un saldo trágico de
4.286 decesos que para ese tiempo ascendían tan solo a 102 casos fatales.

Aplicando el índice VSL (Value of Statistical Life) por el cual se define el costo de la
vida humana en términos de 120 unidades del Producto Interno Bruto per cápita,
que para los fines del presente estudio se tomó los últimos datos disponibles para
la gestión 2019 en dólares americanos (3.552,07 dólares americanos al año), se
llega a la conclusión que mientras la cuarentena permitió ahorrar 4.184 vidas
humanas equivalentes al 1,7 millones de dólares, los costos económicos
expresados en pérdidas proyectadas del Producto Interno Bruto para el 2020
ascendían a 2,4 millones de dólares americanos que deja un saldo negativo para el
país aproximadamente 700 millones de dólares americanos.

El razonamiento plasmado en la investigación de Saravia, es complementado con


una corrección sobre el cálculo de las tasas de letalidad que han sido mal
implementadas por los gobiernos en muchos casos coadyuvando a la psicosis
colectiva que ha alterado los mercados ya venidos a menos consecuencia de las
restricciones aplicadas especialmente a la oferta. Las tasas de IFR (Infection Fataly
Rate) corregidas dan muestra de una brecha mucho mayor de contagiados de los
que los sistemas de salud pueden llegar a confirmar y por ende distorsionan los
datos CFR (Case Fataly Rate) utilizados por los sectores gubernamentales como
insumo a la hora de tomar decisiones.
TABLA 1: TASA DE LETALIDAD DEL COVID-19 (expresado en porcentajes)

DETALLE FECHA Infectados Casos Decesos Decesos CFR IFR


Confirmados Reales Escenario (Confirme (Infecte
d Cases d Fataly
Fataly Rate)
Rate)
ESCENARIO may-20
- Antonio 1.100.000
Saravia (20% 2.081 102 4.286 4,90% 0,39%
> Suecia)

ESCENARIO ago-20
- Bolivia 105.050 4.233 4,03%
Oficial
ESCENARIO ago-20
- Bolivia 1.100.000
4.233 0,38%
Corregido
Real

Fuente: Elaboración propia con datos de datosmacro.com1

En tal sentido, actualizando las cifras de autor, tal que estas correspondan con las
nuevas proyecciones realizadas tanto por la CEPAL (Comisión Económica para
América Latina y el Caribe) como por el Banco Mundial, que manejan dentro de sus
escenarios para el país contracciones de -5,2% y -5,9% en el PIB respectivamente;
dichas contracciones traducidas en términos reales ascenderían a 2,1 y 2,4 millones
de dólares en pérdidas a la economía nacional.

Ahora bien, aún bajo el escenario original donde se podían esperar pérdidas
humanas en torno a 4.286 se podía hablar de un saldo positivo entre las muertes
contabilizadas y las hipotéticas de no haber implementado un sistema de
cuarentena estricto para finales del mes de julio 2020. Esto traducido en datos
concretos se refleja en 1.392 vidas humanas que fueron salvadas, mismas que,

1
Extraído del sitio web de Datos Macro en https://datosmacro.expansion.com/otros/coronavirus/bolivia
traducidas a términos monetarios mediante el uso de la tasa VSL, representarían
un ahorro al país de 593 millones de dólares.

Sin embargo, si contrastamos las proyecciones pesimistas brindadas tanto por la


CEPAL como por el Banco Mundial respecto al efecto de la pandemia en la
economía boliviana se tendría como saldo neto una pérdida entre los 1.528 – 1.813
millones de dólares americanos. Es decir, para finales del mes de julio el margen de
diferencia entre haber asumido la cuarentena y las pérdidas incurridas por haber
restringido las actividades económicas y el funcionamiento de los mercados se
traduce en 2,2 – 2,7 veces más de pérdidas que las registradas por Saravia a
principios de mayo 2020.

TABLA 2: EL COSTO DE VIDA ESTADÍSTICO Y BENEFICIO CUARENTENA


(expresado en dólares americanos)

FECHA IFR (en (PIB per capita VSL TOTAL ACTUAL (+/-) LIFE LOSS
porcentajes) 2019) VALUE VALUE
LIFE LIFE
LOSS LOSS
BOLIVIA
8/5/2020 0,39% 3.548,00 425.760,00 102 4286 4.184 1.781.379.840

13/7/2020 0,39% 3.552,07 426.248,28 1866 4286 2.420 1.031.520.838

30/7/2020 0,39% 3.552,07 426.248,28 2894 4286 1.392 593.337.606

19/8/2020 0,39% 3.552,07 426.248,28 4233 4286 53 22.591.159

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Antonio Saravia.


TABLA 3: ESCENARIOS DE BENEFICIO/COSTO ENTRE VIDAS SALVADAS vs
CONTRACCIÓN DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO
(expresado en dólares americanos)

FECHA (+/-) LIFE Proyección Proyección (+/-) COSTO/BENEFICIO)


LOSS CEPAL - Banco
Julio 2020 Mundial -
(-5,2% PIB) Junio 2020 (-
5,9%)
8/5/2020 1.781.379.840 1.224.000.000 2.448.000.000 557.379.840 - 666.620.160

13/7/2020 1.031.520.838 2.121.600.000 2.407.200.000 - 1.090.079.162 - 1.375.679.162

30/7/2020 593.337.606 2.121.600.000 2.407.200.000 - 1.528.262.394 - 1.813.862.394

19/8/2020 22.591.159 2.121.600.000 2.407.200.000 - 2.099.008.841 - 2.384.608.841

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Instituto Nacional de Estadística

Queda señalar que la evidencia y las conjeturas realizadas a partir del enfoque
expuesto, vienen a señalar una “verdad” que ha tratado de ser minimizada por
muchos Estados del mundo, pero en especial Estados como el boliviano que
postergan la reactivación económica a partir de una liberación de todas las
actividades, con las medidas de bioseguridad respectivas claro está, destinando sus
esfuerzos a lidiar con las consecuencias directas de las restricciones en los sectores
más empobrecidos y más vulnerables de la economía, hoy por hoy atendidos a
través de transferencias directas del Estado a manera de bonos que permiten ganar
tiempo pero que en los hechos solo alargan la agonía del conjunto de la sociedad
habida de respuestas estructurales.

II.2. Respuesta del Estado

Para entender la forma en la que el Estado boliviano abordó la crisis sanitaria es


muy importante considerar el contexto y la naturaleza que rodea este nivel en
particular. El carácter transitorio de la gestión se constituía en un limitante para la
estructura política que se hizo con el mando del poder Ejecutivo, específicamente
este poder, conviviendo con 2 estructuras el Legislativo y Judicial heredados del
régimen saliente inconcluso en su gestión.

Un escenario de ingobernabilidad político social se configuraba previamente,


antecediendo la crisis sanitaria, tal que existían sectores sociales contaminados con
consignas de índole política movilizados o bien desarrollando muestras simbólicas
en contra de las nuevas autoridades transitorias.

Llegada la pandemia, El Estado Transitorio sucumbe a las directrices y lineamientos


cambiantes de la Organización Mundial de la Salud, tomando el recaudo de
rápidamente asumir el cierre a la libre circulación y enfrentar un periodo de
cuarentena estricta en la medida que se pueda dilatar lo más posible los casos de
contagio doméstico del COVID-19 teniendo especial atención a los casos
importados derivados de la llegada de compatriotas y/o ciudadanos extranjeros a
territorio nacional.

La capacidad hospitalaria para enfrentar un aluvión de pacientes con el riesgo


constante de colapsar como sistema de salud, tal cual sucedió en Italia o España,
era identificada por el Estado Transitorio como una de las prioridades a tratar,
equipar las salas para la atención de pacientes críticos en los principales hospitales
de 3er nivel del país se convirtió en una carrera contra reloj frente a la cuarentena y
la presión social por recobrar su derecho al libre tránsito para aprovisionarse y
desarrollar sus actividades económicas.

La inyección de recursos hacia los sectores más empobrecidos, así como


subvenciones al pago de servicios básicos, como la energía eléctrica fueron las
primeras medidas de respuesta para aminorar la presión social habida de
respuestas a la incertidumbre sobre el tiempo de la cuarentena en sí. El Banco
Central viabilizó un crédito por 7.000 millones de bolivianos (1.005,7 millones de
dólares americanos) al Ejecutivo Nacional para responder en esta primera etapa
(marzo 2020), de los que 3.476 millones de bolivianos (499,4 millones de dólares
americanos) fueron destinados exclusivamente a crear incentivos desde la
demanda vía bonos – consumo a través de las Entidades Financieras.

Posteriormente los municipios como entidades territoriales elevan la protesta al


Ejecutivo Nacional en busca de mayores recursos de tal forma que se pueda
avanzar con la mayor prontitud posible en la dotación de equipamiento y
acondicionamiento de los sistemas de salud local para poder recibir pacientes tanto
en sus etapas de sospecha, como en su aislamiento y su tratamiento en situaciones
críticas si este fuere necesario.

En respuesta surge el “Fondo COVID” para julio 2020, con una suma de 279
millones de bolivianos (40,1 millones de dólares americanos) a ser transferido a los
339 municipios que componen el sistema político administrativo boliviano.

Dos políticas con prioridades distintas, la primera si bien orientada a subvencionar


la canasta familiar de las familias más empobrecidas restringidas al trabajo
consecuencia a la cuarentena, también coadyuva y fomenta el consumo de las
familias a través de la transferencia directa de recursos con “efectos expansivos” en
la demanda de mercado.

Por otro lado, la segunda medida se constituye en una política de salud, para el
aprovisionamiento de medicamentos e insumos, acondicionamiento de espacios de
aislamiento con las capacidades necesarias y la compra de equipos u otros que
garanticen acceso a los pacientes críticos a la respiración asistida.

Párrafo aparte merecen los créditos externos que fueron aprobados por la Asamblea
Legislativa pasados mediados de agosto 2020, fueron viabilizados 704,3 millones
de dólares americanos que el Ejecutivo ha destinado a reponer los recursos ya
erogados a través de los bonos y subvenciones en la etapa inicial. Quedando
pendientes 327 millones de dólares en créditos del Fondo Monetario Internacional
(FMI) aún en consideración por la Asamblea Legislativa que dada la
ingobernabilidad antes mencionada pretende retener el mayor tiempo posible la
aprobación de recursos extraordinarios que el Ejecutivo Nacional podría utilizar para
iniciar una segunda etapa en la que la adquisición de vacunas y/o pruebas de
laboratorio hacen al nuevo escenario mundial vigente dados los nuevos
descubrimientos e investigaciones en torno al COVID-19.

Finalmente, la última medida de cara a la reactivación económica con el programa


Crédito 123 con un fondo de 3.400 millones de bolivianos (488,5 millones de dólares
americanos) busca socorrer las necesidades de liquidez del sector de empresas
privadas en relación a capital de trabajo y sortear estos periodos de restricción
cumpliendo con sus responsabilidades más urgentes, el pago de sueldos y salarios,
en el entendido que perder fuentes laborales en este contexto solo incrementaría el
desempleo e incrementaría aún más el número de sectores sociales en emergencia
permanente con la conflictividad que esto supone.

II.3. Efectos Sectoriales ante la Respuesta del Estado

II.3.1. Sistema de Pensiones

El Sistema de Pensiones puede oscilar entre un Sistema de Capitalización Individual


y un Sistema de Reparto, con ciertos matices de un extremo a otro.

El Sistema de Pensiones de Bolivia se encuentra manejada por dos empresas


aseguradoras “BBVA Previsión AFP S.A” y “Futuro de Bolivia S.A AFP” , cabe
mencionar que actualmente ambas empresas se encuentran a la espera de pasar
al administración del Fondo de Pensiones a la Gestora Pública de Seguridad Social
creada hace un poco más de 3 años por el Gobierno del ex presidente Evo Morales
Ayma, lamentablemente a la fecha esta transferencia se encuentra aún pendiente
de efectivizarse a costa de los recursos de los pensionistas que explicaremos más
adelante.

Haciendo una revisión de los datos de los rendimientos de los Fondos de Pensiones
en manos de las aseguradoras antes mencionadas se tiene un claro
comportamiento a la baja desde el año 2002 (Futuro de Bolivia AFP, 2020) mismo
que no pudo ser revertido en ninguna de las gestiones posteriores hasta mayo –
2020 (última actualización disponible en Futuro de Bolivia AFP, 2020).
GRÁFICO 1: EVOLUCIÓN PORCENTUAL DE RENDIMIENTOS FONDOS DE
PENSIONES (expresado en porcentaje)

18,00%
16,00%
14,00%
12,00%
10,00%
8,00%
6,00%
4,00%
2,00%
0,00%

Futuro de Bolivia S.A. AFP BBVA Previsión AFP S.A.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de BBVA Previsión AFP S.A

La evolución de la rentabilidad acumulada que es el dato brindado por las


Administradoras de Pensiones en promedio tuvo como límite máximo 12,30% anual
y 11,93% en el periodo de 1997-2019 correspondiente a Futuro de Bolivia y BBVA
Previsión respectivamente, sin embargo, este indicador puede darnos una idea
totalmente alejada de la realidad. Veamos.

Si uno habla de un indicador acumulado se refiere al crecimiento adicional sobre


una base anterior que se va sumando hasta el final del periodo de análisis. En este
caso si extraemos solamente los rendimientos individuales a partir del dato de
referencia acumulado se evidencia que los niveles de rendimientos anuales
nominales no superan el 1,5%. En este nuevo escenario se tiene que durante el
mismo periodo de análisis anterior el nivel de rendimiento registrado tanto para
Futuro de Bolivia y BBVA Previsión fue de 0,39% y 0,38% respectivamente.
GRÁFICO 2: EVOLUCIÓN PORCENTUAL DE RENDIMIENTOS INDIVIDUALES
FONDOS DE PENSIONES (expresado en porcentaje)

14,00%

12,00%

10,00%

8,00%

6,00%

4,00%

2,00%

0,00%

-2,00%

Futuro de Bolivia S.A. AFP BBVA Previsión AFP S.A.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de BBVA Previsión AFP S.A

Sin embargo, aún queda pendiente conocer el efecto de la inflación sobre los
rendimientos anuales registrados por el Fondo de Pensiones en manos de estas
dos empresas aseguradoras, porque no debe quedar fuera del análisis la influencia
de la inflación sobre los márgenes de utilidad dado un nivel de precios en la
economía nacional fluctuante registrado en las estadísticas del Banco Central de
Bolivia.

Aplicando un nuevo filtrado de la información se tiene para el mismo periodo de


análisis el rendimiento real anual del fondo de pensiones, es decir menos el efecto
inflación, se situó en un margen de -4,23% para ambas empresas aseguradoras. Es
decir, se tuvo en promedio rendimientos tan bajos que no pudieron mantener el valor
de los aportes de pensionados dentro de las oscilaciones de precios registradas a
lo largo del análisis. Este dato no es menor si se toma en cuenta que esta
información no es transmitida hacia los verdaderos interesados, los pensionistas,
que ignoran la evolución de sus propios fondos y tienen total seguridad que estos le
serán suficientes para poder gozar de una jubilación segura y mantener un nivel de
consumo similar al disfrutado durante la época activa del trabajador.

GRÁFICO 3: EVOLUCIÓN PORCENTUAL DE RENDIMIENTOS INDIVIDUALES


REALES FONDOS DE PENSIONES (expresado en porcentaje)

8,00%
6,00%
4,00%
2,00%
0,00%
-2,00%
-4,00%
-6,00%
-8,00%
-10,00%
-12,00%
-14,00%

Futuro de Bolivia S.A. AFP BBVA Previsión AFP S.A.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de BBVA Previsión AFP S.A

II.3.1.

a. Inversión del Sistema de Pensiones en la Banca Comercial Boliviana

Respecto a la estructura de cartera que las Administradoras de Pensiones


mantienen y apelando a datos del último informe de BBV Previsión octubre-
diciembre 2019, es necesario hacer notar que el Fondo de Capitalización Individual
(FCI) y Fondo de Capitalización Colectiva (FCC) hacen a las dos grandes categorías
dentro de la Administración de Fondo de Pensiones propiamente dicha.

En el caso particular del FCI, aquel que cuenta con los aportes individuales de cada
uno de los 2.358.813 trabajadores actuales y jubilados registrados, asciende a
19.188 millones de dólares americanos, de los cuales 57,56% están invertidos en la
Banca Comercial Boliviana (entre Depósitos a Plazo Fijo y Bonos Bancarios
Bursátiles) es decir 11.044,61 millones de dólares americanos. Por otro lado 26,38%
están invertidos en el Sector Público a través de Bonos que ascienden a 5.061,79
millones de dólares americanos.

Por otro lado, se tiene el Fondo de Capitalización Colectiva (FCC) que se constituyó
a partir de las acciones en manos del Estado luego del proceso de capitalización,
mismo que fue pensando como fondo para financiar el Pago del Bonosol. El mismo
asciende a 88,26 millones de dólares americanos invertidos en un 96,55% en el
Sector Transporte (Empresa Ferroviaria Andina S.A, Empresa Ferroviaria Oriental
S.A y Lloyd Aéreo Boliviano S.A) por un monto de 85,21 millones de dólares
americanos.

Tan solo 2,61% del FCC pasan nuevamente a Inversiones dentro del FCI, es decir
2,30 millones de dólares americanos en tanto que el saldo de recursos del fondo
(0,84%) se mantienen con liquidez en cuenta, es decir 0,74 millones de dólares.

Aquí es correcto realizar una apreciación en sentido que los magros márgenes de
rentabilidad detallados en un inicio responden a las escasas alternativas de
inversión que ofrece la banca comercial boliviana, que a lo largo de los últimos 14
años ha bajado considerablemente las tasas de interés pasivas con el objetivo de
incentivar el consumo y la dinamización de la economía por el lado de la demanda,
en el marco de una política económica nacional impulsada desde el Gobierno
Nacional.

II.3.2. Sistema Financiero

A pesar de los esquemas conceptuales manejados desde el propio Banco Central


al establecer los diferentes respaldos del sistema financiero compuestos por los
depósitos de los clientes en las diferentes modalidades o activos financieros
ofertados por las entidades financieras (banca comercial, mutuales, cooperativas,
fondo financiero privado, etc) existe una realidad totalmente distinta que es pasada
por alto por las autoridades monetarias y subestiman la capacidad del propio
ciudadano de poder distinguir sobre opciones de inversión, consumo u ahorro en
base a incentivos reales e información de mercado objetiva más allá de los paquetes
financieros promocionados por las entidades financieras para influir sobre las
decisiones individuales del virtual cliente.

Haciendo un análisis histórico sobre las tasas de interés vigentes en el sistema


financiero y su comportamiento en los últimos 19 años (2001-2019) se puede llegar
a conclusiones bastantes esclarecedoras que permiten conocer el estado actual del
sistema financiero bajo una óptica alternativa (“outside the box”).

Para tal efecto se toma las tasas de interés nominales históricas disponibles en las
estadísticas del Banco Central y se las contrasta con las tasas de inflación anuales
registradas para cada periodo analizado, esto con el fin de obtener la tasa de interés
real que el ciudadano efectivamente percibe y recibe.

Bajo esta premisa se tiene que en promedio las tasas de interés en cajas de ahorro
fueron negativas es decir no cumplían ni siquiera con el mantenimiento de valor
cosa que si bien requiere de un cálculo “sofisticado” con el que no todo ciudadano
estaría familiarizado sin embargo este es perceptible a partir del poder adquisitivo
de su dinero, el contexto en el que se encuentre y las alternativas de colocación de
capitales ya sea en otros instrumentos o ya sea desarrollando algún
emprendimiento privado.

Durante el periodo de análisis (2001-2019) se tuvo un promedio anual en la tasa de


interés de las cajas de ahorro de -2,45%. Se puede separar en dos intervalos
diferentes tomando en cuenta la aplicación en teoría de un nuevo modelo
económico a partir del año 2006 en adelante. El primer intervalo sugiere un
promedio anual en la tasa de interés de las cajas de ahorro de 0,47% (2001-2005)
mientras que el segundo intervalo de tiempo registra un promedio anual de -3,50%
(2006-2019).

Estos datos no permiten realizar análisis comparativos entre un periodo y el otro


puesto que se carece de datos en cuanto al primer intervalo, bajo un modelo
“neoliberal”, sin embargo, estos datos permiten analizar el comportamiento de la
banca como tal, que en líneas generales presentó tasas negativas reales
mostrándose como una mala alternativa de “ahorro”.

GRÁFICO 4: EVOLUCIÓN TASAS PASIVAS PROMEDIO ANUAL REALES


(expresado en porcentaje)

6,00%

4,00%

2,00% PROMEDIO ANUAL TASA DE


0,47% INTERES PASIVA CAJA DE
AHORRO
0,00%
PROMEDIO(2001-2005)
-2,00% -2,45%
-3,50%
PROMEDIO(2006-2019)
-4,00%

-6,00%
PROMEDIO(2001-2019)

-8,00%

-10,00%

-12,00%

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Banco Central de Bolivia.

Por el lado de los depósitos fijos (DPF) se procede a un análisis similar al anterior,
en líneas generales el promedio anual de las tasas de interés pasivas ofertadas fue
de 0,01%. Nuevamente apelando a la separación de intervalos se tiene durante el
primer intervalo (2001-2005) un promedio anual en la tasa de interés de 6,37%
mientras tanto el segundo intervalo registro un promedio anual negativo en la tasa
de interés de - 2,26%. En líneas generales si bien se tiene un comportamiento
promedio durante el periodo integro (2001-2019) este muestra el estrecho margen
del incentivo real ofertado por el sistema financiero promedio.
GRÁFICO 4: EVOLUCIÓN TASAS PASIVAS PROMEDIO ANUAL REALES
(expresado en porcentaje)

12,00%

10,00%

8,00%
6,37%
6,00%
PROMEDIO ANUAL TASA DE
INTERES PASIVA DPF
4,00%
PROMEDIO(2001-2005)
2,00%
0,01%
0,00% PROMEDIO(2006-2019)
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
-2,00%
PROMEDIO(2001-2019)
-2,26%
-4,00%

-6,00%

-8,00%

-10,00%

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Banco Central de Bolivia.

En vista de lo expuesto y rebatiendo la lógica del Banco Central que maneja todos
los depósitos bajo un mismo parámetro (exceptuando los depósitos a la vista) en
sentido que considera que su naturaleza y la necesidad de liquidez de los clientes
es casi nula en el corto plazo, solamente guiados por las tasas nominales brindadas
por las propias entidades financieras. Es necesario señalar que dado el
comportamiento de las tasas de interés reales presentadas, muestran que no existió
un incentivo al ahorro, siguiendo un comportamiento guiado por señales de
mercado, los ciudadanos si bien mantuvieron recursos bajo la denominación de
Caja de Ahorro estos no reflejan la verdadera intencionalidad y comportamiento del
cliente respecto al objetivo que desea darle a sus recursos. Una tasa de interés
negativa desnuda una verdad que los clientes reconocen como real y orientan su
comportamiento en tal sentido.
Sus “cajas de ahorro” no están pensadas para generar “ahorro” plusvalía y/o
mantenimiento de valor en el corto, mediano o largo plazo. Estos son utilizados sí,
pero como medios de pago y disponibilidad de recursos para realizar operaciones y
transferencias tal que sus transacciones puedan realizarse en el menor tiempo
posible, con seguridad y disponibilidad sin la necesidad de recurrir a la entidad
financiera sujeta a horarios de atención y demás pasos burocráticos.

En sencillas palabras, las “cajas de ahorro” son solo recursos en circulación,


altamente fluctuantes y cuya demanda de liquidez es mucho mayor al concepto
original del cual el Banco Central se descuelga para explicar las dinámicas en las
entidades financieras; por tal motivo esta nueva afirmación nos permite retirar estos
recursos del análisis a la hora de establecer la relación entre los “activos” y “pasivos”
manejadas en las entidades financieras, los inputs y los outputs, su equilibrio y
lógica tras sus diferentes interacciones.

Para completar el análisis es turno de analizar las tasas de interés activas históricas
de las entidades financieras durante el periodo 2001-2019, en la medida de
visibilizar el comportamiento que tuvieron a lo largo del tiempo y la relación
complementaria con las tasas de interés pasivas.

En promedio anual se registró una tasa de interés anual de 10,89% durante el 2001-
2019, nuevamente tomando dos intervalos de tiempo distintos, el primer intervalo
(2001-2005) tuvo una tasa de interés mucho mayor a la del segundo intervalo,
teniendo un promedio anual de 19,69% frente al 7,68%.

Si se recurre al concepto más básico que se tiene de la tasa de interés, que se


refiere a esta como el costo del dinero, en este caso transformado en capital
dependiendo del destino que este tenga en particular. Es posible deducir que el
costo de ese capital se redujo en el segundo intervalo de tiempo consecuencia de
un mayor incentivo para las inversiones por parte del Estado a través de las
entidades financieras, mediante mecanismos que pueden ir desde bajar la tasa de
encaje legal hasta programas de créditos sociales destinados a beneficiar a una
población en particular como la adquisición de una casa propia u acceso a capital
semilla para iniciar un emprendimiento acorde a sus capacidades financieras.

En líneas generales tener tasas de intereses tan poco atractivas en las cajas de
ahorro y medianamente interesantes, pero aún bajas en los Depósitos Fijos, son
claras señales de un comportamiento orientado a incentivar las inversiones en
desmedro del ahorro y/o formación de capital de manera natural tal que se equilibren
los recursos disponibles efectivos y los recursos cedidos en calidad de préstamo.

Este proceso se conoce como “descapitalización” de la banca, cuando la brecha


entre los recursos “reales” de los cuales dispone efectivamente la banca y los
recursos que se ofertan en diferentes tipos de créditos a tasas variables en función
del mercado en particular (consumo, microcrédito, vivienda, empresarial, etc.) se
encuentran fuera de un equilibrio, es decir créditos sin respaldo real de efectivo
sustituido por promesas de pago a futuro. Este comportamiento en las entidades
financieras si bien no es nuevo, sino se va remontando a la creación misma del
dinero y los primeros bancos los cuales seguían un patrón de oro, plata y otros
metales que respaldaban el papel moneda que era utilizado como medio, no así
como riqueza. Es decir, el papel moneda servía solamente como medio de canje
para recuperar el oro, plata y demás metales que eran difíciles de trasladar a través
de largas distancias.

Siendo que la riqueza, llámese oro plata o cualquier otro metal precioso, restringía
a los bancos crear papel dinero sin respaldo, esto mantenía una especie de
equilibrio y efectos inflacionarios relativamente controlados. Sin embargo los bancos
comerciales no tardaron en encontrar formas alternativas por las cuales burlar estas
restricciones y generar mayores rentabilidades a partir del cobro de interés a través
de los créditos otorgados, a sabiendas de que las transacciones de compra y venta
en el mercado se hacían por medio del dinero se dio un nuevo escenario en que la
creación de dinero inorgánico se daba sin la necesidad de imprimir moneda sino de
gestionar créditos de recursos no disponibles a partir de anotaciones contables y
valores futuros no cobrados aún.
Luego de la Gran Depresión se vio por conveniente extender la tuición de la
estabilidad monetaria a un ente especializado, el Banco Central, que impida que los
bancos desarrollen este tipo de colapsos en su búsqueda por buscar mayores
niveles de rendimiento sin precautelar los ahorros a partir de comportamientos
irresponsables a la hora de otorgar créditos u otros activos financieros.

Finalmente, luego de la Segunda Guerra Mundial y el acuerdo Bretton Woods, se


elimina el respaldo de oro requerido por los Bancos Centrales para la creación de
dinero y por ende liberando a la banca comercial de cara a un proceso expansivo
para la reactivación de la economía mundial post guerra. Esta situación derivo de
ahí en adelante en la expansión de la base monetaria respaldada absolutamente
por nada, es decir el papel moneda solamente responde a la economía del país de
origen, traducido en el valor de su Producto Interno Bruto, alejada totalmente de las
verdaderas existencias de oro u otro metal precioso con valor propio.

Como conclusión se puede ver que los DPFs se constituyen en los únicos recursos
que respaldan las operaciones bancarias en tanto que se mantienen fijos durante
periodos de tiempo determinados, es decir la liquidez de estos instrumentos no es
la misma a la de las cajas de ahorro que como se estableció anteriormente solo
cumplen como un medio más para realizar transacciones y no así como una reserva
de riqueza como tal.

II.3.2.

a. El Efecto del FCI en la Banca Comercial Boliviana

El Fondo de Capitalización Individual (FCI) tiene invertidos 11.044,61 millones de


dólares americanos en la banca comercial (76.870,59 millones de bolivianos),
distribuidos entre depósitos a plazo fijo y bonos bancarios bursátiles. Este flujo de
capital es un colchón importante para la banca comercial, recursos que permiten a
la banca posicionar créditos que si dependieran exclusivamente de los depósitos
del público no tendrían la magnitud y el mismo efecto en la economía nacional que
es finalmente la motivación tras las políticas públicas encaradas por la anterior
administración heredadas por el gobierno transitorio actual y aún vigentes mientras
se escribe este documento.

En base a datos del Banco Central de Bolivia para diciembre 2019 correspondiente
al pasivo del sistema financiero local, se tiene que 27,58% (88.860 millones de
bolivianos) del total de pasivo corresponde a los Depósitos a Plazo Fijo, mientras
que las Cajas de Ahorro representan tan solo el 16,84% (54.260 millones de
bolivianos) que en total representan 44,42% del total del pasivo (143.120 millones
de bolivianos).

Este dato comparado con el activo del sistema financiero solamente tomando en
cuenta el financiamiento al sector privado y al sector público da cuenta de un
desbalance entre lo que se recibe y los créditos que se otorgan. El Financiamiento
al Sector Privado a diciembre 2019 alcanzó 185.708 millones de bolivianos y por su
parte el Crédito al Sector Público por un total de 62.525 millones de bolivianos
haciendo un subtotal de 248.233,2 millones de bolivianos.

El desbalance en términos proporcionales da cuenta que los créditos son 1,73 veces
mayores que los depósitos, asumiendo Caja de Ahorro y Depósitos a Plazo Fijo
como el fondo disponible para colocar créditos. Sin embargo, si aplicamos el
razonamiento anterior en cuanto a separar los recursos de Caja de Ahorro que
conceptualmente son malinterpretados por el Banco Central de Bolivia en función al
comportamiento y conducta real y efectiva de los ahorristas es necesario corregir el
último dato.

Bajo la hipótesis en cuestión el desbalance solamente involucraría los recursos


pasivos provenientes de los Depósitos a Plazo Fijo en comparación con los del
subtotal de créditos de financiamiento al sector privado y público, tal que proporción
real entre y créditos es de 2,79 veces. Una diferencia así permite entender el
verdadero estado del sistema financiero actualmente presionado por un contexto de
recesión económica, riesgos de impago y un claro proceso de “desahorro”
consecuencia de la demanda por liquidez de los ahorristas para paliar necesidades
de consumo como alimentación, atención médica e insumos.

II.3.3. Empresa Privada

Las proyecciones sobre el impacto de la pandemia en la economía según


instituciones como el FMI y la CEPAL distan de ser alentadores, en la medida que
las proyecciones anteriores quedaron cortas ante perspectivas aún más serias,
mostrando que, a pesar de los esfuerzos de los Bancos Centrales, Organismos
Internacionales las proyecciones a junio 2020 hablan de escenarios para las
economías emergentes con caídas en promedio de -9,4% PIB, entre los márgenes
de Brasil (-9,1%) y México (-10,5%).

En ese mismo la CEPAL realizó un análisis sectorial dedicado a la empresa privada


y comportamiento frente a estos escenarios de recesión mundial. Se identificaron
rubros en la empresa privada que sufrirán efectos en distintas intensidades,
tomando en cuenta el contexto de restricciones y cuarentenas aún presentes en los
países de Latinoamérica y el Caribe.

Respetando en enfoque de la CEPAL, es que se analizó el caso de la economía


nacional en base a las actividades identificadas en el cálculo del Producto Interno
Bruto nominal y los sectores que se enmarcan dentro de estas tal como se puede
apreciar en la siguiente tabla:
TABLA 4: EFECTOS ECONÓMICOS SOBRE LOS MACROSECTORES DEL
PRODUCTO INTERNO BRUTO NOMINAL (2019)
(expresado en miles de bolivianos)

ACTIVIDAD ECONÓMICA 2019(p) %


PRODUCTO INTERNO BRUTO (a precios de mercado) 282.586.681 100,00%
Fuertes Derechos s/Importaciones, IVAnd, IT y otros Imp. Indirectos 46.207.872 16,35%
PRODUCTO INTERNO BRUTO (a precios básicos) 236.378.809 88,15%

Moderados 1. AGRICULTURA, SILVICULTURA, CAZA Y PESCA 34.537.059 12,22%


- Productos Agrícolas no Industriales 19.114.243 6,76%
- Productos Agrícolas Industriales 5.330.929 1,89%
- Coca 1.334.203 0,47%
- Productos Pecuarios 6.568.096 2,32%
- Silvicultura, Caza y Pesca 2.189.588 0,77%

Significativas 2. EXTRACCIÓN DE MINAS Y CANTERAS 27.324.864 9,67%


- Petróleo Crudo y Gas Natural 10.279.448 3,64%
- Minerales Metálicos y no Metálicos 17.045.417 6,03%

Significativas 3. INDUSTRIAS MANUFACTURERAS 29.641.940 10,49%


- Alimentos 10.802.675 3,82%
- Bebidas y Tabaco 5.255.466 1,86%
- Textiles, Prendas de Vestir y Productos del Cuero 1.664.807 0,59%
- Madera y Productos de Madera 1.433.910 0,51%
- Productos de Refinación del Petróleo 2.865.737 1,01%
- Productos de Minerales no Metálicos 4.398.894 1,56%
- Otras Industrias Manufactureras 3.220.451 1,14%

Significativas 4. ELECTRICIDAD GAS Y AGUA 6.128.363 2,17%

Significativas 5. CONSTRUCCIÓN 8.145.711 2,88%

Fuertes 6. COMERCIO 19.812.898 7,01%

Fuertes 7. TRANSPORTE, ALMACENAMIENTO Y COMUNICACIONES 26.322.326 9,31%


- Transporte y Almacenamiento 23.615.481 8,36%
- Comunicaciones 2.706.845 0,96%

Significativas 8. ESTABLECIMIENTOS FINANCIEROS, SEGUROS, BIENES


INMUEBLES Y SERVICION PRESTADOS A LAS EMPRESAS 30.314.401 10,73%
- Servicios Financieros 15.506.323 5,49%
- Servicios a las Empresas 6.168.461 2,18%
- Propiedad de Vivienda 8.639.617 3,06%

Fuertes 9. SERVICIOS COMUNALES, SOCIALES, PERSONALES


Y DOMÉSTICO 12.271.271 4,34%

Fuertes 10. RESTAURANTES Y HOTELES 7.061.011 2,50%

Fuertes 11. SERVICIOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 47.545.818 16,83%

Fuertes SERVICIOS BANCARIOS IMPUTADOS -12.726.853 -4,50%

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Instituto Nacional de Estadística.

TABLA 5: EFECTOS ECONÓMICOS POR CATEGORÍA Y ESCENARIO


ANALIZADO (expresado en miles de bolivianos y dólares americanos)

Bs. Bs. Bs. $ $ $


Bs. % $ E1 E2 E3 E1 E2 E3
Fuertes 146.494.342 51,84% 21.048.038 13.770.336 13.330.857 15.381.758 1.978.497 1.915.353 2.210.023
Significativas 101.555.280 35,94% 14.591.276 9.546.795 9.242.110 10.663.974 1.371.666 1.327.889 1.532.180
Moderados 34.537.059 12,22% 4.962.221 3.246.017 3.142.420 3.625.870 466.382 451.497 520.958
PIB Nominal 282.586.681 100,00% 40.601.535 26.563.148 25.715.388 29.671.601 3.816.544 3.694.740 4.263.161

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Escenarios 2020 CEPAL.

TABLA 6: EFECTOS ECONÓMICOS POR ESCENARIO ANALIZADO GLOBAL


(expresado en miles de bolivianos y dólares americanos)

Escenario 2020 Bs. $


Promedio LAT (9,4%) 26.563.148 3.816.544
Brasil (9,1%) 25.715.388 3.694.740
México (10,5%) 29.671.601 4.263.161
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Escenarios 2020 CEPAL.

Se pudo evidenciar que de las 13 actividades identificadas (tomando en cuenta


adicionalmente los derechos, impuestos y aranceles como resultado de otras
actividades económicas que también contribuyen a la estructuración del PIB
Nominal para el año 2019).

Las 3 intensidades o grados de afectación económica consecuencia de la pandemia


se resumen en Fuertes, Significativos y Moderados. En el caso boliviano se tienen
7 actividades vulnerables a un grado o intensidad de afectación “Fuerte” que
ascenderían a un valor económico a precios corrientes de 146.494 millones de
bolivianos (21.048 millones de dólares americanos). Por otro lado, existe 5
actividades con un grado de vulnerabilidad “Significativo” que ascenderían a un
valor económico a precios corrientes de 101.505 millones de bolivianos (14.591
millones de dólares americanos). Finalmente queda 1 actividad con el menor grado
de afectación o vulnerabilidad moderado que asciende a 34.537 millones de
bolivianos (4.962 millones de dólares americanos).

Todas las valoraciones responden a los últimos registros del PIB Nominal en Bolivia
a precios corrientes correspondiente al año 2019. Esto con el objetivo de poder
establecer los valores más próximos a las actividades analizadas y así como los
futuros impactos económicos proporcionales a los últimos registros de cada
actividad económica recopilada alrededor del Producto Interno Bruto.

En términos porcentuales y de acuerdo a los valores de cada actividad económica


se tiene que 51% de la economía del país se verá golpeada con la mayor intensidad
es decir 7 actividades vulnerables a los impactos catalogados como “Fuerte”,
seguidamente se tiene que el 35,94% de las actividades económicas vulnerables a
impactos tipo “Significativos” esta vez con 5 actividades identificadas.

Curiosamente la segunda actividad económica más importante en la estructura del


PIB es la única que recibirá el menor de los impactos producto de la pandemia.
Estando catalogada como vulnerable a impactos “Moderados”, el ultimo valor
registrado fue de 34.537 millones de bolivianos (4.962 millones de dólares
americanos) que hacen a un 12,22%, un valor nada despreciable tomando en
cuenta que esta actividad se desarrolla a lo largo y ancho del país en mayor o menor
medida, con diferentes usos y costumbres, así como diferentes mercados a los
cuales dirigen sus volúmenes de producción.

Aplicando los escenarios propuestos por el Fondo Monetario Internacional en su


reporte de junio 2020, se tendría que Bolivia siguiendo el promedio para
Latinoamérica y el Caribe una caída en el crecimiento del PIB de -9,4% que
equivaldría a 26.563 millones de bolivianos o 3.816 millones de dólares americanos
tomando como base el valor el PIB a precios corrientes registrado el año 2019.

Un escenario más favorable sería el pronosticado para Brasil con una caída de -
9,1% en el PIB, si Bolivia siguiera ese mismo escenario se tendría un golpe a la
economía de 25.715 millones de bolivianos o 3.694 millones de dólares americanos
o por el contrario hablar de un escenario pesimista como el de México con una caída
de 10,5% en su producción nacional en el caso boliviano se traduciría en una
pérdida de 29.671 millones de bolivianos o 4.263 millones de dólares americanos.

Si asumimos la misma distribución de las actividades económicas contribuyentes a


la formación del Producto Interno Bruto para conocer los daños económicos por
sectores en el escenario promedio para Latinoamérica y el Caribe, llegaremos a
conclusiones donde los 7 sectores (Comercio, Transporte, Servicios Comunales
Sociales Personales y Domésticos, Restaurantes y Hoteles, Servicios de la
Administración Pública, Servicios Bancarios Imputados, Derechos, Impuestos
Aranceles) dentro de la categoría “Fuertes” absorberán 13.770 millones de
bolivianos o 1.978 millones de dólares americanos en pérdidas (51,84%), los 6
sectores (Extracción de Minas y Canteras, Industrias Manufactureras, Electricidad
Gas y Agua, Construcción, Establecimientos Financieros y Seguros) dentro de la
categoría “Significativa” sufrirán pérdidas por 9.242 millones de bolivianos o 1.371
millones de dólares americanos y por último la única actividad perteneciente a la
categoría “Moderada” (Agricultura, Pecuaria, Caza y Pesca) tendrá pérdidas por
3.246 millones de bolivianos o 466 millones de dólares.
El objetivo de este ejercicio si bien aproximado y para nada probabilístico o producto
de una construcción de modelos estadísticos permite entender la composición de
los impactos económicos por sector en base a las proyecciones de los organismos
internacionales FMI y apoyados en el análisis sectorial de la CEPAL. Existe un
riesgo profundo en la “cicatrización” de la empresa privada, fenómeno que
básicamente explica la incapacidad de empresas y/o industrias de reinventarse y
perder finalmente el know/how y el capital invertido al declararse definitivamente en
bancarrota con las consecuencias respectivas en el mercado laboral y las cadenas
de proveedores construidas o largo del tiempo. Sin duda alguna este es uno de los
temores más grandes desde la óptica de la CEPAL para una Latinoamérica y el
Caribe con niveles de productividad por debajo de los registrados en Estados
Unidos cada vez más alejados tomando en cuenta la “brecha externa” que pasó de
un porcentaje de 36,6% de productividad laboral en Latinoamérica y el Caribe
respecto a la productividad laboral registrada en Estados Unidos en la década de
los 80s, a representar 1/5 en promedio entre 1999-2018 (aproximadamente 19%).

Esto habla de un margen nada favorable para el comercio internacional desde


Latinoamérica y El Caribe en relación a otras regiones con mayor acceso a
tecnología y prácticas mucho más eficientes como los modelos de economías a
escala. Pasando a un análisis de “brecha interna” es decir de los niveles de
productividad diferenciados entre micro, pequeña, mediana y gran empresa. Los
márgenes de diferencia hacen que en la medida que las empresas son más
pequeñas sus niveles de productividad caen, por la propia naturaleza de la actividad
desarrollada, los capitales y el recurso humano disponible. En una comparación con
cifras al año 2016 las medianas empresas tenían menos de un 50% de la
productividad de las grandes empresas, luego las pequeñas empresas comparadas
mantenían una productividad laboral tan solo del 26% y finalmente la microempresa
presenta tan solo el 6% de la productividad registrada en las grandes empresas.

Esta demás señalar que en el caso de Latinoamérica y el Caribe existe un denso


entramado de micro y pequeñas empresas que como quedo de manifiesto registran
menores niveles de productividad laboral tal que son más vulnerables y susceptibles
a los impactos derivados de la pandemia, las restricciones en la oferta y una
demanda alicaída en un mercado cada vez más deprimido a pesar de las
intervenciones estatales.

II.4. El Desenlace – A la espera de la pieza restante

A la luz de hechos descritos y analizados anteriormente, resta preguntarse el evento


que se constituya en la pieza restante para desencadenar un verdadero efecto
dómino en la economía boliviana. Una idea que parecía descabellada en sus inicios,
pero con el tiempo fue tomando tal fuerza hasta convertirse en un proyecto de ley
impulsado por el Movimiento al Socialismo precisamente por su candidato a la
presidencia en los próximos comicios electorales, Luis Arce Catacora, habla de la
devolución parcial de las AFPs.

La propuesta pone en manifiesto una devolución parcial voluntaria del 10% a todas
las personas que manejen un fondo individual por debajo de 100.000 Bs, para
inyectar alrededor de 1.200 millones de dólares americanos en la economía. Sea
este proyecto viabilizado o no por la Asamblea Legislativa Nacional, hay un peligro
real que más y más pensionados presionen al próximo Gobierno para que este
pueda dar luz verde a la disposición de sus fondos de pensiones en tanto que la
crisis económica pone en aprietos no solo a los sectores vulnerables de la sociedad,
las familias con ingresos más bajos y la mal llamada “nueva clase media” (en
palabras del ex mandatario Álvaro García Linera).

No es un elemento a desestimar en los próximos años, la presión social ante la


desesperación y pánico colectivo combinada con medidas gubernamentales
ineficientes puede convertirse en una verdadera bomba de tiempo con muy poco
margen para que el Estado pueda desactivar.

Una devolución de las AFPs supone de manera ineludible la liquidación de sus


inversiones en manos de la banca comercial, tal cual se detalló anteriormente. Una
descapitalización del sistema financiero local en un contexto en el que se han
postergado los cobros de interés por el lado de sus activos en la banca comercial y
un aceleramiento en el desahorro de las familias aumenta el riesgo sobre las
entidades financieras al verse limitada su disponibilidad de liquidez, extendiendo la
mano hacia el Banco Central de Bolivia.

El Banco Central de Bolivia por otro lado no solo debe garantizar la sostenibilidad
del tipo de cambio fijo sino también financiar los déficits fiscales del Nivel Central
como consecuencia en una caída de los ingresos públicos en mayor medida
explicados por la caída en la recaudación tributaria que a su vez tiene origen en el
proceso de cuarentena que aún se mantiene si bien con algo de flexibilizaciones
aún como barrera para el retorno a la normalidad que tanto ansían los sectores
productivos del país.

La empresa privada si bien contó con un alivio momentáneo sobre sus deudas
bancarias, no podrán reponerse y pararse nuevamente por sus propios medios si la
flexibilización de la cuarentena se posterga. Este sector requerirá inyecciones de
capital para poder sortear por más tiempo las medidas de gestión de la pandemia
del COVID-19, capital que ya no estará en condiciones de ofertar la banca comercial
ni el propio Banco Central, resta pensar en un último recurso, aumentar el
endeudamiento externo, nuevamente para “ganar tiempo” hasta que se disponga
un retorno efectivo a la normalidad de todos los sectores sin excepción alguna.

El efecto dominó va más allá de las medidas inmediatas que buscan salir al paso,
pero en definitiva alimentan el efecto destructivo de la postergación de medidas de
shock acordes a la coyuntura que si bien pueden generar mucho rechazó en la
población son ineludibles si realmente se desea estabilizar la economía boliviana
como punto de partida para pensar en un nuevo plan de desarrollo post-pandemia.
III. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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