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Introducción
La estrategia de aprendizaje basado en la resolución de problemas pretende que los estudiantes
solucionen situaciones de la vida real con sus propias estrategias, a través de sus conocimientos
previos, investigaciones y reflexiones.
La estrategia formativa basada en la resolución de problemas demanda del estudiante la capacidad de
análisis y resolución de la situación, desplegando para ello, competencias que permitan poner a prueba
la teoría en situaciones prácticas y concretas.
Su finalidad es formar estudiantes capaces de analizar y enfrentarse a los problemas de la misma
manera en que lo hará durante su actividad profesional, es decir, valorando e integrando el saber que
los conducirá a la adquisición de competencias profesionales
La característica más innovadora del aprendizaje basado en la resolución de problemas es el uso de
problemas como punto de partida para la adquisición de conocimientos nuevos y la concepción del
estudiante como protagonista de la gestión de su aprendizaje.
Mientras que tradicionalmente primero se expone la información y posteriormente se intenta aplicarla
en la resolución de un problema, en el aprendizaje basado en la resolución de problemas, primero se
presenta el problema, luego se identifican las necesidades de aprendizaje, se busca la información
necesaria y finalmente se vuelve al problema.
El aprendizaje basado en la resolución de problemas se fundamenta en el paradigma constructivista de
que conocer y, por analogía, aprender implica ante todo una experiencia de construcción interior,
opuesta a una actividad intelectual receptiva y pasiva. En este sentido, Piaget afirma que conocer no
consiste en copiar lo real, sino en obrar sobre ello y transformarlo -en apariencia y en realidad-, a fin de
comprenderlo.
El aprendizaje basado en la resolución de problemas tiene sus orígenes en la Universidad de
MacMaster, en Canadá, en la década de los sesenta, apareciendo una década más tarde en Europa, en
la Universidad de Mastricht. El objetivo era mejorar la calidad de la educación de los médicos,
cambiando la orientación de un currículum basado en una colección de temas y exposiciones por parte
del docente por otro más integrado que estuviera organizado según los problemas de la vida real, que,
en definitiva, es donde confluyen las diferentes áreas del conocimiento.
El aprendizaje basado en la resolución de problemas supone grandes ventajas tanto para el estudiante
como para el docente.
Permite un aprendizaje significativo. Esta estrategia fomenta que el estudiante relacione la información
nueva con la que ya posee, ya que para resolver el problema debe incorporar nuevos conocimientos y
experiencias a los que ya había asimilado anteriormente, y modificar y reconstruir ambos de forma
interrelacionada. Esto implica, además, que los estudiantes deben ser capaces de juzgar y decidir la
pertinencia de los conocimientos, detectar matices y diferencias, y reformular o ampliar sus certezas.
Es muy versátil. Como docente, el aprendizaje basado en la resolución de problemas permite
estructurar actividades abiertas sobre cualquier tema, desde diversos enfoques multidisciplinares y en
distintos contextos. También es posible ajustar su complejidad y la longitud del proyecto, para que se
adapte a las necesidades del docente y de sus estudiantes.
Fomenta la autonomía. Esta estrategia se asienta sobre la importancia del aprendizaje activo y de
aprender a aprender, es decir, de dar al estudiante libertad y dotarle de las herramientas y las
estrategias necesarias para que organice y construya su proceso de aprendizaje. El aprendizaje basado
en problemas mejora la toma de decisiones, la capacidad de análisis, la detección de necesidades y
objetivos y, por lo tanto, potencia la autonomía, la responsabilidad y la independencia del estudiante.
Resulta motivador y ameno. Enfoca el conocimiento desde un punto de vista práctico y a través de un
reto, lo que apela a la curiosidad, establece metas y crea expectativas. Este proceso motiva a los
estudiantes y los anima a aprender con una finalidad específica: solucionar el problema.
Prepara para el futuro. Esta estrategia potencia la habilidad para identificar, analizar y resolver
problemas y puede utilizarse para simular situaciones y retos reales. Ayuda al estudiante a desarrollar
destrezas de todo tipo que le ayudarán no solo en sus estudios, sino también en su vida cotidiana.
Entre otras habilidades, trabajan la creatividad, la adaptación a los cambios, el razonamiento, la lógica y
el pensamiento crítico.
Este método promueve el desarrollo del pensamiento crítico y creativo, la adquisición de habilidades
interpersonales y el trabajo en colaboración.
En definitiva, en esta realidad, el tutor es el guía del proceso de gestión del conocimiento, y el
estudiante es el responsable de “aprender a aprender”.
Etapa 1: Presentación del problema: Consiste en la presentación por parte del docente de un problema
que sea posible de ser resuelto dentro del contexto formativo y que exija de los estudiantes la
investigación, puesta en práctica y evaluación de las soluciones desarrolladas.
Las situaciones/problemas
En el aprendizaje basado en la resolución de problemas, se trabaja en grupos pequeños de entre 8 a 10
estudiantes más un tutor.
Las variables significativas son seleccionadas por el docente, el enunciado contiene sólo los datos
necesarios y suficientes para resolver el problema. El docente plantea el problema a los estudiantes y
resuelve cualquier duda que puedan tener. Además, les indica el tiempo de entrega y los criterios de
evaluación.
Es fundamental señalar que las situaciones/problemas deben poseer ciertas características, ya que no
todo problema cumple con las condiciones intrínsecas para poder desarrollar lo que se busca en la
estrategia de aprendizaje basado en la resolución de problemas.
Según Duch las características que debe reunir el planteamiento de una situación/problema son:
• El diseño del problema debe despertar interés y motivación.
• El problema debe estar relacionado con algún aprendizaje esperado.
• El problema debe reflejar una situación de la vida real.
• El problema debe llevar a los estudiantes a tomar decisiones basadas en hechos.
• Deben justificarse los juicios emitidos.
• El problema debe permitir hacerse preguntas abiertas, ligadas a un aprendizaje previo y ser
tema de controversia.
• El problema debe motivar la búsqueda independiente de información.
El primer paso es la lectura y el análisis individual de la situación/problema. Los equipos dialogan para
identificar el problema, mientras el docente se posiciona en el rol de tutor o guía.
Es importante que los estudiantes, para integrar el conocimiento, entiendan la relación que se
establece entre los diferentes elementos de la situación, a la vez que desarrollan el razonamiento y
aprenden a enfrentarse a los problemas de una forma lógica y secuencial.
En esta fase, los estudiantes desarrollan de forma individual o colectiva las estrategias de búsqueda,
qué información es relevante y qué fuentes de consulta utilizarán. La investigación a través de libros,
revistas, diarios, páginas de Internet, entrevistas a expertos, experimentos o la realización de estudios
de campo y maquetas, permitirá a los estudiantes adquirir los datos y conocimientos necesarios para
afrontar el problema.
El conocimiento obtenido de las diversas fuentes consultadas es analizado de manera crítica, se discute
y comparte con el grupo tutorial; aquí confrontan la información que han seleccionado con la que ya
tenían y vuelven a examinar el problema para identificar nuevas necesidades de información. De este
conocimiento se extraen principios que se puedan aplicar a la situación y a situaciones similares.
Etapa 2: Planificación de la solución: Consiste en la búsqueda y recolección de información conceptual,
procedimental e histórica que pudiera aportar a la generación de una solución al problema. Implica
también, el desarrollo de hipótesis y posibles soluciones.
Generación de soluciones alternativas
Una vez definido y formulado el problema, se trata de generar posibles soluciones. Dos consejos
importantes para lograr una generación más eficaz y creativa de posibles soluciones son:
• No depender totalmente de viejos hábitos, es decir, es necesario pensar en aproximaciones
diferentes.
• No limitarse a las ideas convencionales, es decir, generar ideas nuevas u originales.
A continuación, se verán distintos principios importantes a la hora de generar alternativas de solución:
- Especificidad: Hay que describir las soluciones en términos específicos en vez de generales. De esta
forma, se facilita la toma de decisiones posterior y podrá disponerse de más posibles soluciones. Sin
embargo, no merece la pena especificar las soluciones hasta el máximo detalle; esto es algo que habrá
que hacer sólo con la solución elegida.
- Lluvia de ideas: Para lograr un mayor número y creatividad de posibles soluciones, conviene seguir los
siguientes principios:
Cantidad: Hay que pensar en tantas soluciones como sea posible. Aunque puede pensarse en
cómo un problema parecido fue solucionado anteriormente por uno mismo o por otras personas,
no hay que limitarse a soluciones convencionales o que hayan funcionado bien en el pasado.
La crítica queda diferida: La evaluación crítica de las soluciones es importante para la toma de
decisiones, pero no para la generación de soluciones, ya que limita el número de estas. Por tanto,
hay que dejar volar la imaginación e intentar conseguir un gran número de ideas originales sin
pensar en si serán apropiadas o factibles. Cuanto más disparatada la idea, mejor. Una idea
"ridícula" puede ser modificada más tarde para producir una solución muy buena que de otra
manera no habría sido descubierta.
Variedad: Se trata de lograr la mayor variedad posible de tipos de soluciones. Para ello, conviene
escribir todas las soluciones y clasificarlas según el tipo de estrategia o aproximación que
representan para resolver el problema.
Si una estrategia está representada por pocas soluciones específicas, debe intentarse generar
más soluciones. Luego, hay que intentar pensar en nuevas estrategias que no estén
representadas por ninguna de las soluciones y generar nuevas soluciones para dichas estrategias.
- Aumento de la cantidad y variedad de las soluciones: Una vez que se tenga una lista de soluciones
siguiendo los principios enumerados arriba, puede aumentarse la cantidad y calidad de estas mediante
los siguientes procedimientos:
Modificaciones: Examinar la lista de soluciones y considerar qué cambios y adiciones pueden
hacerse para mejorar las soluciones existentes o generar nuevas soluciones.
Combinaciones: Examinar la lista de soluciones y considerar cómo se pueden combinar soluciones
individuales para producir nuevas soluciones.
Imaginación: Imaginarse a sí mismo afrontando la situación problemática y alcanzando la meta.
Alternativamente, imaginarse cómo actúa un modelo o persona eficiente que es similar a uno
mismo en ciertos aspectos, pero que sabe manejar bien la situación problemática.
- Búsqueda de ayuda en caso necesario: Con problemas graves o difíciles puede ser necesario buscar
información o ayuda sobre las posibles soluciones acudiendo a libros, expertos o profesionales. Este
será el caso cuando:
a) No se pueda pensar en ninguna posible solución después de haberlo intentado durante algún
tiempo.
b) La lista de soluciones sea muy limitada.
c) Se descubra posteriormente que ninguna de sus soluciones es satisfactoria.
Es importante obtener información no solo de las posibles soluciones, sino también de los pros y
contras de cada una de ellas.
Una vez generado un número suficiente de posibles soluciones, se trata de ver cuál o cuáles de ellas
son las más adecuadas para lograr la meta propuesta, al tiempo que se maximizan los beneficios
significativos y se reducen los costos.
Los pasos para seguir son los siguientes:
- Selección preliminar: Tras examinar la lista de soluciones, se eliminan:
a) Aquellas cuya realización conlleva obviamente consecuencias negativas inaceptables y,
b) Aquellas que no sean factibles, ya sea por falta de habilidad, falta de recursos u otros obstáculos.
- Anticipación de los resultados o impacto de las soluciones: Se trata de escribir las principales
consecuencias significativas que es probable que tenga cada solución, ya que esto facilitará su
evaluación posterior. Hay que tener en cuenta las consecuencias probables, no las que es improbable
que ocurran. Deben considerarse los siguientes tipos de consecuencias:
• Positivas (beneficios, ganancias) y negativas (costos, pérdidas).
• A corto y a largo plazo.
• Personales (por ejemplo, eficacia esperada de la solución; tiempo y esfuerzo requeridos;
efectos en el bienestar emocional, físico, psicológico y económico; efectos en otras metas
personales y valores) y sociales (por ejemplo, efectos en el bienestar personal y social de otros,
en los derechos de otros, en las relaciones interpersonales, en la reputación, estatus y prestigio
de otros).
- Evaluación de las soluciones: Se trata de juzgar y comparar las distintas soluciones alternativas. Una
forma sería ponderar cada una de las consecuencias positivas (ventajas) y negativas (inconvenientes)
esperadas de cada solución. Por ejemplo, para cada solución se valoran de 0 a 10 cada una de sus
ventajas e inconvenientes; luego la puntuación total correspondiente a los inconvenientes se resta de
la puntuación total correspondiente a las ventajas. Finalmente, se elige aquella solución que tiene una
puntuación positiva global más alta.
D’Zurilla (1986/1993) propuso simplificar también la tarea de evaluación centrándose en los siguientes
cuatro criterios:
a) Resolución del problema. ¿En qué medida es probable que la solución alcance la(s) meta(s)
propuesta(s)?
b) Bienestar emocional. ¿En qué medida es probable que me sienta bien o mal si pongo en práctica
esta solución?
c) Tiempo/esfuerzo. ¿Cuánto tiempo y esfuerzo es probable que requiera esta solución?
d) Razón beneficios/costos (bienestar personal-social general). ¿En qué medida es favorable
(beneficios sobrepasan a los costos) o desfavorable (costos sobrepasan a los beneficios) la razón
beneficio/costos con esta solución? Se consideran aquí las consecuencias positivas y negativas, a
corto y largo plazo de cada solución para uno mismo y para los demás.
Sea cual sea el procedimiento elegido, se registran las distintas soluciones y las calificaciones otorgadas
a cada criterio (si es el caso) y a cada solución. No siempre es fácil anticipar y evaluar las consecuencias
de las posibles soluciones. Un método que puede ser útil en algunos casos es imaginar paso a paso la
puesta en práctica de las diversas soluciones.
- Elección de un plan de solución: Después de evaluar las soluciones, hay que hacerse las siguientes
tres preguntas:
a) ¿Existe una solución satisfactoria? (aunque no significa que es perfecta).
b) ¿Necesito más información antes de poder seleccionar una solución o combinación de
soluciones? De todos modos, la búsqueda de información no debe ser excesiva, ya que esto puede
servir para evitar la generación e implementación de una solución.
c) ¿Qué solución o combinación de soluciones debo escoger para llevar a la práctica?
Si se piensa que hay una solución satisfactoria y la respuesta a la segunda pregunta es negativa, o sea
no necesita más información, se procede a elaborar un plan de solución que resuelva el problema
satisfactoriamente al mismo tiempo que maximice el bienestar emocional, minimice el tiempo y
esfuerzo requeridos y maximice la razón beneficios/costos.
Etapa 3: Ejecución: Consiste en la puesta en marcha de las soluciones para el problema planteado.
Una vez que se tiene elaborado el plan de acción, es hora de poner en práctica la solución y comprobar
en qué medida funciona. Los pasos son los siguientes:
- Aplicación de la solución. Para comprobar si la solución funciona, hay que ponerla en práctica. Es en
este momento cuando se pueden experimentar obstáculos inesperados ya sean de tipo ambiental
(oposición o falta de apoyo por parte de otras personas) o personal (inhibiciones emocionales, falta de
habilidades, déficit de motivación, creencias erróneas).
Si estos obstáculos impiden la realización de la solución, hay que estudiar la forma de superarlos y
actuar en consecuencia. Si esto no es posible o falla, puede buscarse otra solución que pueda ser
ejecutada más eficazmente.
- Autorregistro. Conviene observar y registrar la aplicación de la solución y los resultados que se van
obteniendo. Deben seleccionarse una o más medidas apropiadas para ver si se van consiguiendo
resultados. Además, es muy útil confeccionar uno o más gráficos que permitan observar el grado de
progreso en diferentes ámbitos.
Etapa 4: Evaluación: Consiste en realizar un cotejo de los resultados de las soluciones propuestas con la
información referencial investigada, a fin de confirmar desde la práctica la veracidad de hechos, teorías
y procedimientos.
En el aprendizaje basado en la resolución de problemas, la evaluación se constituye en una
herramienta por medio de la cual se le otorga al estudiante la responsabilidad de evaluar su proceso de
aprendizaje y de formación. Es decir, se trata de visualizar la evaluación como un proceso en el que la
responsabilidad es compartida por los estudiantes y los tutores.
Esta práctica comporta un cambio sustancial en relación con el método tradicional. El valor de la
evaluación en el aprendizaje basado en la resolución de problemas es contemplar la evaluación
individualizada, cualitativa y formativa. El estudiante tiene la posibilidad de evaluarse a sí mismo
desarrollando así su espíritu de autocrítica, a sus compañeros, al tutor, al proceso de trabajo en equipo
y a los resultados del proceso.
- Autoevaluación. Tras un tiempo suficiente de aplicar la solución, se evalúan los resultados empleando
los mismos criterios y procedimiento de calificación utilizados previamente para juzgar cada solución;
por ejemplo, resolución del problema, tiempo y esfuerzo requeridos, consecuencias personales y
consecuencias para los demás. En función de los resultados de la autoevaluación, se lleva a cabo uno
de los dos siguientes procesos:
Auto reforzamiento. Si se está satisfecho del grado de coincidencia entre los resultados obtenidos y
los resultados anticipados se obtienen los beneficios de haber resuelto el problema y la
consiguiente satisfacción.
Averiguación y corrección. Si existe una discrepancia insatisfactoria entre los resultados obtenidos y
los resultados anticipados, hay que considerar los siguientes puntos:
a) ¿Son exactos los datos en que se fundamenta la evaluación de fracaso?
b) ¿Se llevó a cabo la solución del modo previsto? Si ciertos obstáculos lo impidieron, habrá que
pensar en modos de superarlos.
c) ¿Hay señales de cambio o progreso que quizá no se hayan descubierto?