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EL

ARREBATAMIENTO

THOMAS ICE Y
TIMOTHY DEMY
Título del original: The Truth About the Rapture, © 1996 por Pre-Trib Research
Center y publicado por Harvest House Publishers, Eugene, Oregon 97402.

Edición en castellano: El Arrebatamiento, por Thomas Ice y Timothy Demy, © 1997


por Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49501.

Traducción: Santiago Escuain


Diseño de la portada: Alan G. Hartman
Compaginación: Nicholas G. Richardson

EDITORIAL PORTAVOZ
Kregel Publications
P. O. Box 2607
Grand Rapids, Michigan 49501 EE. UU.
Visítenos en: www.portavoz.com

ISBN 0-8254-1340-0

2 3 4 5 edición/año 01 00 99

Printed in the United States of America


Contenido

——————————– PRIMERA PARTE –——————————

Introducción al arrebatamiento pretribulacional

1. ¿Qué es el arrebatamiento pretribulacional?


2. ¿Qué términos emplea el Nuevo Testamento cuando se refiere al
arrebatamiento?
3. ¿Qué enseñan esos términos acerca de la naturaleza del arrebatamiento?
4. ¿Cuándo tiene lugar el arrebatamiento en relación con la tribulación?

——————————– SEGUNDA PARTE –——————————

¿Cuál es el fundamento bíblico para el


arrebatamiento pretribulacional?

5. ¿Cómo se debería interpretar la profecía?


6. ¿Qué es el premilenarismo?
7. El cumplimiento de la profecía, ¿es pasado, presente o futuro?
8. ¿Cuál es la relación entre Israel y la iglesia en la profecía?

——————————– TERCERA PARTE –——————————

¿Qué evidencias bíblicas hay de


un arrebatamiento pretribulacional?

9. ¿Por qué el arrebatamiento y la segunda venida son acontecimientos


separados?
10. ¿Por qué es necesario un intervalo entre las dos venidas?
11. ¿Por qué es la inminencia significativa para el arrebatamiento?
12. ¿Por qué es significativa la naturaleza de la tribulación?
13. ¿Por qué es significativa la naturaleza de la iglesia?
14. ¿Cómo se relaciona la obra del Espíritu Santo con el arrebatamiento?
15. ¿Hay otros argumentos en favor del pretribulacionismo?
———————————– CUARTA PARTE –——————————

¿En qué afecta hoy al creyente


el arrebatamiento pretribulacional?

16. ¿Cómo fomenta el arrebatamiento la vida de santidad?


17. ¿Cómo fomenta el arrebatamiento el evangelismo?
18. ¿Cómo fomenta el arrebatamiento las misiones mundiales?

Conclusión
Notas
Acerca de esta serie...
La serie «Profecía» está pensada para dar a los lectores un breve sumario de temas y
cuestiones individuales de la profecía bíblica. Para referencia rápida y facilidad de
estudio, estas obras se redactan en un formato de pregunta y respuesta. Las preguntas
siguen una progresión lógica, de modo que el lector que las lea seguidas conseguirá un
mejor aprecio por el tema y las cuestiones involucradas. Cada título está totalmente
documentado con notas al final del libro.
La perspectiva teológica que se presenta en toda la serie es la premilenarista y
pretribulacional. Los autores reconocen que ésta no es la única posición aceptada por
los cristianos evangélicos, pero creemos que es la perspectiva de mayor aceptación y
más destacada. Es también nuestra convicción que el premilenarismo, y de manera
específica el pretribulacionismo, es la explicación más acorde con el plan profético de
Dios revelado en la Biblia.
El estudio de la profecía y de sus intrincados componentes es una empresa detallada
y compleja, pero no es de imposible comprensión o resolución. Es susceptible de
error, malas interpretaciones y confusión. Pero esas posibilidades no deberían inducir
a ningún cristiano a apartarse del estudio de la profecía ni a alejarse de una sincera y
útil discusión acerca de la misma. El propósito de esta serie es proporcionar una
herramienta concisa y coherente a todos los que deseen una mejor comprensión de las
Escrituras. Si el lector profundiza, tendrá grandes compensaciones, y obtendrá
satisfacción al ir creciendo en el conocimiento y en el amor de nuestro Señor
Jesucristo y de su Palabra.
PRIMERA PARTE
———————————————––——————————————

Introducción al arrebatamiento
pretribulacional

1. ¿Qué es el arrebatamiento pretribulacional?


Una reciente encuesta de la revista U.S. News & World Report descubrió que el 61
por ciento de los americanos creen que Jesucristo volverá a la tierra, y que el 44 por
ciento creen en el arrebatamiento de la Iglesia. ¿Qué es el arrebatamiento? Con tanta
certidumbre a nivel popular, ¿por qué hay tanta confusión acerca de estos
acontecimientos a nivel de interpretación? La doctrina del arrebatamiento
pretribulacional es una importante enseñanza bíblica no sólo porque da atisbos del
futuro, sino también porque da a los cristianos motivación para la vida en el presente.
El arrebatamiento pretribulacional enseña que antes de la tribulación de siete años,
todos los miembros del cuerpo de Cristo (tanto los vivos como los muertos) serán arre-
batados en el aire para encontrarse con Cristo y ser luego llevados al cielo.
La enseñanza del arrebatamiento se presenta con gran claridad en 1 Tesalonicenses
4:13-18. En este pasaje, Pablo informa a sus lectores que los cristianos vivos en el
tiempo del arrebatamiento serán reunidos con los que murieron en Cristo antes de
ellos. En el versículo 17, la palabra castellana «arrebatados» es traducción del término
griego harpazó, que significa «tomar por la fuerza». Esta palabra se emplea 14 veces
en el Nuevo Testamento griego de diversas maneras.
A veces el Nuevo Testamento emplea harpazó con el sentido de «saquear»,
«llevarse» o «arrebatar» (Mateo 12:29; Juan 10:12). También puede tener el sentido de
«llevarse a la fuerza» (Juan 6:15; 10:28, 29; Hechos 23:10; Judas 23). Sin embargo,
para nuestros propósitos hay un tercer uso significativo. Este tercer uso es el del
Espíritu Santo llevándose a alguien a otro lugar. Vemos este uso de la palabra en
cuatro ocasiones (Hechos 8:39; 2 Corintios 12:2, 4; 1 Tesalonicenses 4:17;
Apocalipsis 12:5).
Este último uso aparece ilustrado en Hechos 8:39, donde Felipe, después de haber
llevado a cabo el bautismo del eunuco etíope, es «arrebatado» y transportado por Dios
del desierto a la ciudad costera de Azoto. De manera similar, la iglesia será, en un
instante, arrebatada de la tierra al cielo. No es sorprendente que un autor
contemporáneo haya llamado a este singular acontecimiento: «La gran recogida».
Algunos críticos en los países anglosajones observan que la palabra doctrinal que se
emplea, raptare, no aparece en la Biblia. Aunque es verdad por lo que respecta a las
versiones inglesas, el término correspondiente sí aparece bien traducido en las
versiones españolas como arrebatamiento, procedente del correspondiente término en
la versión latina rapere, que está en la raíz de la palabra inglesa raptare. Muchos
términos doctrinales coetáneos se derivan de una base latina. A lo largo de la historia
de la iglesia occidental, el latín fue la lengua aceptada para la discusión teológica. El
resultado es que muchos términos teológicos se desarrollaron en esta lengua (por
ejemplo, Trinidad). Y este es el caso en el ámbito anglosajón. En lengua castellana,
este argumento que usan los críticos en el ámbito anglosajón sería imposible, por la
estrecha correspondencia entre el sentido de harpazó y la traducción castellana
arrebatar, que nadie puede intentar poner en tela de juicio, y que pertenece a la misma
raíz latina que el término inglés. De modo que la pretensión de los críticos en el
ámbito anglosajón de que el arrebatamiento debería ser desechado sobre la base de la
lengua es ingenuamente incorrecto.

2. ¿Qué términos emplea el Nuevo Testamento cuando se refiere al


arrebatamiento?
El Nuevo Testamento emplea una diversidad de términos para describir los
multiformes aspectos del arrebatamiento:

 harpazó — «arrebatar», «tomar por la fuerza».


«Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y
así estaremos siempre con el Señor» (1 Tesalonicenses 4:17).
 episunagógé — «reunión», «asamblea».
«Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión
con él, os rogamos, hermanos,...»
 allassó — «cambiar», «transformar».
«He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta;
porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y
nosotros seremos transformados» (1 Corintios 15:51, 52).
paralambanó — «tomar a», «recibir a uno mismo».
«Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,
para que donde yo estoy, vosotros también estéis» (Juan 14:3).
 epifaneia — «manifestación», «aparición».
«... aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (Tito 2:13).
 rhuomai — «atraer a uno», «rescatar», «librar».
«... y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesucristo,
quien nos libra de la ira venidera» (1 Tesalonicenses 1:10).
 apokalupsis — «destapadura», «desnudamiento», «revelación».
«Por lo cual, ceñid los lomos de vuestro ánimo, sed sobrios, y tened vuestra
esperanza puesta completamente en la gracia que os ha de ser traída al tiempo
de la manifestación de Jesucristo» (1 Pedro 1:13, VM).
 parousia — «un estar presente, presencia», «una venida», «una llegada».
«Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el
labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta
que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y
afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca» (Santiago
5:7, 8).

No en cada uso de estas palabras en el Nuevo Testamento se hace referencia al


arrebatamiento. El contexto determina el sentido.

3. ¿Qué enseñan esos términos acerca de la naturaleza del arrebatamiento?


Un repaso de estos términos nos enseña que el arrebatamiento será un
acontecimiento iniciado por Cristo en el que Él vendrá en las nubes y se aparecerá a
los creyentes. Su manifestación resultará en atraer a sí, reunir, arrebatar y recibir a sí
mismo a estos creyentes. Durante este acontecimiento, los cristianos de todas las eras
serán transformados; los vivientes serán trasladados sin pasar por la muerte, mientras
que los que hayan dormido en Cristo resucitarán. Todos esos acompañarán entonces al
Hijo a la casa celestial del Padre que ha sido preparada para ellos.

4. ¿Cuándo tiene lugar el arrebatamiento en relación con la tribulación?


Hay cinco puntos principales de vista dentro del premilenarismo acerca de cuándo
acontece el arrebatamiento en relación con la tribulación de siete años.

 Pretribulacionismo —Esta posición enseña que todos los cristianos serán


tomados en el arrebatamiento que tendrá lugar antes de la tribulación.

 Arrebatamiento parcial —Esta posición enseña que el arrebatamiento tiene


lugar antes de la tribulación, pero que sólo serán tomados cristianos
«espirituales», mientras que otros cristianos pasarán a través de la tribulación.
 Midtribulacionismo —Esta postura enseña que todos los cristianos serán
tomados en el arrebatamiento a la mitad de la tribulación (después de los
primeros tres años y medio).

 Arrebatamiento pre-ira —Esta postura enseña que todos los cristianos serán
tomados en el arrebatamiento aproximadamente tras el transcurso de tres cuartas
partes de la tribulación.
 Postribulacionismo —Esta postura enseña que todos los cristianos serán
arrebatados al final de la tribulación.

Hay muchos argumentos en pro y en contra de cada una de las posturas acabadas de
mencionar, y esperamos tratar esos temas en futuros libros de esta serie. Sin embargo,
el propósito de esta obra es dar una presentación positiva del pretribulacionismo. Es a
esta tarea que pasamos ahora.
Es nuestro deseo en este libro dar una visión global de la perspectiva
pretribulacional. Nuestra manera de proceder será seguir un orden lógico bíblico. Así
como un constructor edifica una casa echando primero un fundamento adecuado sobre
el que edificar la casa, también la sana doctrina descansa sobre un fundamento seguro.
Nuestro examen global del pretribulacionismo puede sumarizarse en base de la
siguiente tabla compuesta de tres elementos: el fundamento, el cuerpo de la casa, y el
tejado.
Los cuatro elementos del fundamento bíblico que sustentan el pretribulacionismo
son una interpretación literal consecuente, premilenarismo, futurismo y una distinción
entre el programa de Dios para Israel y la iglesia. En la ilustración, el cuerpo de la casa
representa seis argumentos principales que se hallan en la Biblia en favor del
pretribulacionismo. No son las únicas razones para creer en un arrebatamiento
pretribulacional, pero abarcan mucha de la evidencia. El tejado de la casa representa
las implicaciones prácticas que surgen de un pretribulacionismo coherentemente
aplicado.

SEGUNDA PARTE
———————————————––——————————————

¿Cuál es el fundamento bíblico para el


arrebatamiento pretribulacional?

No se puede entender lógicamente muchas doctrinas bíblicas aparte de ciertas


verdades fundamentales. Cuatro afirmaciones proveen el fundamento bíblico para el
arrebatamiento pretribulacional: 1) una consistente interpretación literal, 2)
premilenarismo, 3) futurismo y 4) una distinción entre Israel y la iglesia.

5. ¿Cómo se debería interpretar la profecía?


La interpretación literal consecuente es esencial para comprender de manera
apropiada lo que Dios está diciendo en la Biblia. Pero algunas personas creen que la
interpretación literal consecuente es o bien imposible o bien impracticable. Un crítico
cree que es una «presunción irrazonable» y «un ideal imposible». Frente a las falsas
caracterizaciones, ¿qué queremos decir por interpretación literal consecuente?

Una definición de interpretación literal


El diccionario define literal como «conforme a la letra del texto, o al sentido exacto
y propio, y no lato ni figurado, de las palabras empleadas en él». «La interpretación
literal de la Biblia significa sencillamente explicar el sentido original de la Biblia
según los usos normales y usuales de su lenguaje.»? ¿Cómo se consigue esto? Sólo
puede conseguirse mediante una interpretación del texto escrito que incluya la
consideración del método de interpretación gramatical (en base de las reglas de la
gramática), histórico (consecuente con el marco histórico del pasaje) y contextual (en
conformidad a su contexto). Esto es lo que quieren decir los literalistas por una
interpretación literal consecuente.

Interpretación gramatical, histórica, contextual


Gramatical
El aspecto gramatical de la interpretación literal considera el impacto de la
gramática sobre un pasaje. Eso significa que el estudiante del texto debería analizar
correctamente las relaciones gramaticales que las palabras, frases y oraciones tienen
entre sí. Escribe el doctor Roy Zuck:

Cuando hablamos de interpretar la Biblia de manera gramatical, nos


referimos al proceso de tratar de determinar su significado dilucidando cuatro
puntos: (a) el significado de las palabras (lexicología), (b) la forma de las
palabras (morfología), (c) la función de las palabras (partes de la oración), y (d)
las relaciones de las palabras entre sí (sintaxis).

El doctor Zuck amplía las cuatro áreas observadas en la cita anterior:

En el significado de las palabras (lexicología) nos interesamos por (a) la


etimología: cómo se derivan y desarrollan las palabras, (b) el uso: cómo son
empleadas las palabras por el mismo autor y por otros, (c) sinónimos y
antónimos: cómo se emplean palabras similares y contrarias, y (d) contexto:
cómo se emplean las palabras en diversos contextos.
Al tratar acerca de la forma de las palabras (morfología) consideramos cómo
se estructuran las palabras y cómo esto afecta a su significado. Por ejemplo, en
inglés la palabra eat significa algo diferente de ate [cambia el tiempo verbal —
N. del T.], aunque se emplean las mismas letras. La palabra part cambia en su
significado cuando se añade la letra s para hacer la palabra parts [pasa del
singular al plural —N. del T]. La función de las palabras (partes de la oración)
considera lo que hacen las varias formas. Eso incluye la consideración de los
sujetos, verbos, objetos, sustantivos y otros.... La relación de las palabras entre
sí (la sintaxis) es la manera en que se yuxtaponen las palabras para constituir
frases, cláusulas y oraciones.

El aspecto gramatical de la interpretación literal nos hace saber que cualquier


interpretación que entre en conflicto con la gramática es falsa.

Histórica
Una apropiada interpretación de la Biblia demanda que se tome en consideración el
contexto histórico. Este aspecto significa que se debe considerar el marco histórico y
las circunstancias en que se escribieron los libros de la Biblia. Explica el doctor Paul
Tan:

El concepto apropiado de lo histórico en la interpretación de la Biblia es


considerar las Escrituras como escritas durante unas determinadas edades y
culturas. Se pueden entonces extraer aplicaciones relevantes para nuestros
tiempos. Por ejemplo, la cuestión de los alimentos ofrecidos a ídolos sólo puede
interpretarse en base del marco histórico y cultural de los tiempos del Nuevo
Testamento. Los principios a extraer son relevantes para nosotros en la
actualidad.

Contextual

«Un pasaje sacado de contexto es un pretexto.» ¡Este lema es desde luego


verdadero! Sin embargo, uno de los más comunes errores que hacen aquellos que
malinterpretan un pasaje de la Biblia es el de sacar un versículo de su contexto
divinamente ordenado. Aunque una proposición pueda ser tomada de la Biblia, no es
la Palabra de Dios si se sitúa en un contexto que cambie el significado respecto al que
Dios quiso en su contexto original. El doctor Zuck escribe:

El contexto en el que se da una Escritura determinada tiene influencia en


cómo se ha de comprender aquel pasaje. El contexto incluye varios
componentes:
 el versículo o versículos inmediatamente anteriores y posteriores a un
pasaje.
 el párrafo y libro en el que aparecen los versículos.
 la dispensación en que fue escrito.
 el mensaje de la Biblia en su totalidad.
 el medio histórico-cultural de la época en que se escribió.

Un ejemplo ampliamente usado de un versículo sacado de contexto es 2 Crónicas


7:14: «Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren...»
Generalmente se cita este versículo como una explicación de por qué un país está en
decadencia. Debido a que se dirige a «mi pueblo», se dice que el éxito de una nación
depende de la obediencia de los cristianos al Señor. Así, Dios bendice o maldice a una
nación en base de la obediencia de los cristianos. Luego se cita 2 Crónicas 7:14 como
fórmula para la restauración nacional, porque el pasaje dispone que si «oraren, y
buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los
cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra».
Creemos que ésta es una ilustración de un pasaje sacado de contexto, debido a los
siguientes factores contextúales:

 «Mi pueblo» es designado en 2 Crónicas 6:24 como «Israel», como también se


ve por el fluir del contexto histórico.
 Salomón está preparándose para dedicar el templo recién construido, y 7:14 es
la renovación de parte de Dios del pacto de Moisés, bajo el que Israel, y sólo
Israel, opera.

Por cuanto este pasaje involucra a Israel y no a la Iglesia, es impropio relacionarlo


especulativamente con la cristiandad actual. La apropiada interpretación contextual
admite la observación general de que Dios se deleita en un pueblo humilde y
obediente, pero la obediencia y la oración deberían ofrecerse en base de su plan para la
iglesia.

Figuras de lenguaje
La interpretación literal reconoce que una palabra o frase se pueden emplear bien en
sentido llano (denotativo), bien en sentido figurado (connotativo). Lo mismo que en
nuestras conversaciones en la actualidad, la Biblia puede emplear lenguaje llano, como
«murió ayer» (uso denotativo del lenguaje). O se puede decir lo mismo de una manera
más pintoresca: «exhaló su último suspiro ayer» (uso connotativo del lenguaje). Un
punto importante a observar es que aunque podamos emplear una figura de lenguaje
para referirnos a la muerte de alguien, empleamos aquella figura para referirnos a un
acontecimiento que sucedió realmente. Algunos intérpretes creen erróneamente que
porque se pueda estar empleando una figura de lenguaje para describir un
acontecimiento (p. ej., la experiencia de Jonás en el vientre del gran pez en Jonás 2),
que el acontecimiento mismo no fue real. No es éste el caso. Se ha desarrollado una
«regla básica de interpretación» para ayudamos a discernir si un autor ha querido
emplear una figura de lenguaje o no:

Cuando el sentido llano de las Escrituras se ajusta al sentido común, no se


debe buscar otro sentido; por ello, se debe tomar cada palabra en su sentido
primario, ordinario, usual, literal, excepto que los hechos del contexto
inmediato, estudiados a la luz de pasajes relacionados y de verdades axiomáticas
y fundamentales, indiquen claramente lo contrario.

Los literalistas comprenden que Isaías emplea una figura de lenguaje al enseñar que
la maldición adámica sobre la naturaleza será levantada en el milenio, cuando dice:
«todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso» (Isaías 55:12). Esta figura se
discierne por factores específicos en el contexto en que fue escrito, todo él tratando
acerca del levantamiento de la maldición sobre la naturaleza en este tiempo futuro.
Aunque se emplea lenguaje figurado, esto tendrá lugar realmente en la historia.

Literal contra literal


El doctor Elliott Johnson ha observado que se puede disipar mucha de la confusión
acerca de la interpretación literal cuando se comprenden apropiadamente las dos
maneras principales en que se ha empleado este término a lo largo de la historia de la
iglesia: «(1) el sentido claro, llano de una palabra o frase enfrentado a un uso figurado,
y (2) un sistema que contempla el texto como dando la base de la verdadera
interpretación.» Así, los literalistas, por lo general, han empleado el término literal
para referirse a su sistema de interpretación (el uso consecuente del sistema gramatical
e histórico (la segunda definición de Johnson). Y una vez dentro de ese sistema, literal
se refiere a si una palabra o frase específicos se emplean en su contexto en un sentido
figurado o literal (primera definición de Johnson).
El segundo uso que hace Johnson del término «literal» (esto es, literalismo
sistemático) es sencillamente una designación para el sistema gramático-histórico
usado de manera consecuente. El sistema gramático-histórico fue reavivado por los
Reformadores. Lo enfrentaron al sentido espiritual (espiritualizado) o más profundo
del texto, que era el enfoque común durante la Edad Media. El sentido literal se
empleaba sencillamente como trampolín hacia un significado más profundo
(«espiritual»), que era considerado como más deseable. Una interpretación
espiritualizada clásica, por ejemplo, contempla a los cuatro ríos de Génesis 2 —el
Pisón, Gihón, Hidekel y Éufrates— como representantes del cuerpo, alma, espíritu y
mente del cuerpo. Procedentes de este sistema, los Reformadores se dieron cuenta de
la necesidad de volver al significado literal o textual de la Biblia. Por ejemplo, Martín
Lutero quiso debatir con Juan Eck a partir del texto de la Biblia.
El sistema de interpretación literal es el enfoque gramático-histórico o textual a la
interpretación. El uso del literalismo en este sentido se podría llamar
«macroliteralismo». Dentro del macroliteralismo, el uso consecuente del método
gramático-histórico da la conclusión interpretativa, por ejemplo, de que Israel se
refiere siempre y exclusivamente al Israel nacional. La iglesia no tomará el puesto de
Israel si se emplea consecuentemente el uso gramático-histórico de interpretación,
porque no hay indicaciones en el texto de que éste sea el caso. Por ello, uno ha de
imponer una idea desde fuera del texto, diciendo que el pasaje realmente significa algo
que no dice. Esta clase de enfoque sustitutivo es una forma suave de interpretación
espiritualizadora o alegórica. De modo que hay razones para decir que los que
cambian Israel por la iglesia no toman la Biblia literalmente, y que espiritualizan el
texto, por cuanto esta creencia es contraria a una interpretación macroliteral.
Los intérpretes literales consecuentes, desde el interior del sistema gramático-
histórico, discuten entre ellos si una palabra, frase o el género literario de un libro
bíblico es una figura de lenguaje (connotativo) o si debe tomarse de modo literal/llano
(denotativo). Hay discusión entre los literalistas acerca de si una palabra o frase en
concreto se emplean o no como una figura de lenguaje, en base del contexto de un
pasaje determinado. Algunos pasajes son de natural más claros que otros, y se
desarrolla un consenso entre los intérpretes, mientras que otros pasajes pueden llevar a
una división entre los intérpretes literales acerca de si esos pasajes deberían tomarse o
no como figuras de lenguaje. No obstante, se trata más de un problema de aplicación
que de método.
La Palabra de Dios debe entenderse por medio de la interpretación literal. Eso es
una importante piedra fundamental que da sustento al arrebatamiento pretribulacional.
Cuando la Biblia se interpreta de un modo literal consecuente, de Génesis a
Apocalipsis, es difícil evitar la conclusión pretribulacional.

6. ¿Qué es el premilenarismo?
La segunda piedra fundamental que da sustento al arrebatamiento pretribulacional
de la iglesia es la doctrina bíblica conocida como premilenarismo. El premilenarismo
enseña que la segunda venida tendrá lugar antes del reinado de Cristo de mil años
sobre la tierra, con Jerusalén como capital. En la iglesia primitiva, el premilenarismo
era llamado quiliasmo, del término griego que significa mil que se emplea seis veces
en Apocalipsis 20:2-7. El doctor Charles Ryrie cita los rasgos esenciales del
premilenarismo como sigue: «Su duración será de mil años; su lugar, esta tierra; su
gobierno, teocrático, con la presencia personal de Cristo como Rey; y cumplirá todas
las promesas aún no cumplidas tocantes al reino terrenal.»
El premilenarismo está en contraste con la enseñanza postmilenarista de que Cristo
volverá después de haber reinado espiritualmente desde su trono en el cielo durante un
largo período de tiempo por medio de la iglesia durante la edad presente; contrasta
también con la similar postura amilenarista que también propone un reinado espiritual
presente de Cristo, pero desde una perspectiva pesimista. El premilenarismo bíblico es
un fundamento necesario para el pretribulacionismo, por cuanto es imposible que el
postmilenarismo o el amilenarismo den apoyo al pretribulacionismo.
El premilenarismo es sencillamente el resultado de interpretar la totalidad de la
Biblia, de Génesis a Apocalipsis, de la manera más natural: literalmente. Muchos de
los críticos admiten que si se aplica de manera consecuente el enfoque literal a la
totalidad de las Escrituras, el resultado natural es el premilenarismo. Si las promesas
del Antiguo Testamento han de ser cumplidas literalmente para Israel como nación,
entonces pertenecen todavía al futuro. Esto es también un soporte para el
premilenarismo. El premilenarismo da también un fin satisfactorio y victorioso a la
historia en el tiempo al contemplar al hombre por medio de Cristo cumplir con éxito el
mandato creacional de gobernar el mundo. El premilenarismo es un necesario
prerrequisito bíblico para erigir la posterior doctrina bíblica del arrebatamiento de la
iglesia antes de la tribulación de los siete años.

7. El cumplimiento de la profecía, ¿es pasado, presente o futuro?


Creemos que la respuesta a esta pregunta es «futuro». El tercer fundamento bíblico
para un entendimiento sistemático del arrebatamiento pretribulacional es el futurismo.
Un aspecto importante pero aparentemente poco reconocido de la apropiada
interpretación de la profecía bíblica es el papel de la cronología. ¿Cuándo se cumplirá
una profecía en la historia? Hay cuatro posibilidades. Las cuatro perspectivas son
simples en el sentido de que reflejan las únicas cuatro posibilidades en relación con el
tiempo: pasado, presente, futuro y atemporal.
El preterista (pasado) cree que la mayor parte de las profecías, si no todas, ya se
han cumplido, generalmente en relación con la destrucción de Jerusalén el 70 d.C. El
historicista (presente) ve mucha de la actual era de la Iglesia como idéntica con el
período de la tribulación. Así, la profecía ha sido y seguirá siendo cumplida durante la
actual era de la iglesia. Los futuristas (futuro) creen que virtualmente todos los
acontecimientos proféticos no tendrán lugar en la actual era de la iglesia, sino que
tendrán lugar en la tribulación futura, o en la segunda venida o en el milenio. El
idealista (atemporal) no cree que la Biblia indique una cronología de acontecimientos,
o bien que podamos determinar la cronología por adelantado. Por ello, los idealistas
creen que los pasajes proféticos enseñan principalmente grandes ideas o verdades
acerca de Dios, para ser aplicadas con independencia del tiempo.

La trascendencia del futurismo


De los cuatro puntos de vista señalados más arriba, el único que lógica e
históricamente ha dado apoyo a la posición pretribulacional es el futurista. ¿Por qué?
Porque la cronología del arrebatamiento tiene que ver con cuándo tendrá lugar la
tribulación en la historia. El preterismo declara que la tribulación ya ha tenido lugar.
El historicismo dice que la tribulación comenzó en el siglo cuarto con los
acontecimientos que rodearon a la cristianización por parte de Constantino del Imperio
Romano y prosigue hasta la segunda venida. El idealismo niega que haya una
cronología de acontecimientos. Por eso, sólo el futurismo, que contempla a la
tribulación como un acontecimiento todavía futuro, podría jamás admitir un
arrebatamiento antes del comienzo de este período de siete años. Pero eso no significa
que todos los futuristas sean pretribulacionistas: no todos lo son. Pero para ser
pretribulacionista, se ha de ser futurista.

Apoyo para el futurismo


Se puede desarrollar una defensa del futurismo desde la Biblia comparando y
contrastando el futurismo con los otros tres enfoques. Por ejemplo, se puede decidir
por el futurismo en lugar del preterismo demostrando a partir de textos específicos de
las Escrituras que la «venida» en los pasajes debatidos se refiere a un regreso corporal
de Cristo al planeta Tierra, no a una venida mística mediada por el ejército romano.
Un área que apoya al futurismo frente al historicismo es el hecho de que los números
relacionados con días y años deben tomarse al pie de la letra. No hay realmente
ninguna base para pretender que los días significan años. Un argumento principal en
favor del futurismo sobre el idealismo es la realidad de que los números cuentan. En
otras palabras, ¿por qué iba Dios a dar cientos de declaraciones cronológicas y
temporales en la Biblia, si no tuviese la intención de indicar esos tiempos?
Contemplemos algo del apoyo general para el enfoque futurista. Primero y
principal, sólo el futurista puede interpretar toda la Biblia en sentido literal, y,
habiéndolo hecho, armonizar esas conclusiones en un sistema teológico consecuente.
Así como las personas, los lugares y los tiempos de Génesis 1—11 se dan para que se
entiendan literalmente, también los textos que tienen que ver con los tiempos del fin se
deben tomar literalmente. Días significa días; años significa años; meses significa
meses. La única manera en que el libro de Apocalipsis y otras porciones proféticas de
la Biblia tienen algún sentido es si se toman literalmente, lo que significa que todavía
no han sucedido. Así, son cosas futuras.
La Biblia es profecía en un tercio, y la mayor parte de ello es profecías aún no
cumplidas. Por cuanto la manera adecuada de comprender la revelación de Dios al
hombre es un enfoque literal consecuente a toda la Biblia (incluyendo la profecía), el
enfoque futurista es la forma correcta de contemplar la cronología de la profecía
bíblica. Sólo la comprensión futurista de la profecía bíblica puede sustentar el
arrebatamiento pretribulacional.

8. ¿Cuál es la relación entre Israel y la iglesia en la profecía?


«El Nuevo Testamento distingue invariablemente entre Israel y la iglesia», afirma el
doctor Amold Fruchtenbaum. Fruchtenbaum apoya esta conclusión por medio de un
poderoso doble argumento en el que primero demuestra la perspectiva bíblica de Israel
y luego muestra que la iglesia es contemplada en el Nuevo Testamento como una
entidad separada.

La distinción entre Israel y la iglesia


El cuarto fundamento bíblico sobre el que se erige el arrebatamiento
pretribulacional es la realidad de que Dios tiene dos pueblos: Israel y la iglesia. ¿Qué
queremos decir mediante esta distinción, y cómo incide en el pretribulacionismo?
La creencia de que el plan singular de Dios para la historia incluye los dos pueblos
de Israel y de la iglesia no implica que por ello haya dos caminos diferentes para la
salvación. Cuando se trata de la cuestión de la salvación, sólo hay una vía, por cuanto
todas las personas a lo largo de la historia descienden de una sola fuente: Adán. La
obra salvadora de Cristo es el único camino a la salvación para quienquiera, sea que el
salvo sea miembro de Israel o de la iglesia.

Israel
Fruchtenbaum observa que «el término Israel es contemplado teológicamente como
refiriéndose a todos los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, también conocidos
como judíos, el pueblo judío, israelitas, hebreos, etc.» Observa él que la elección
nacional distingue a Israel de aquellas naciones que no fueron escogidas (las que
conocemos como gentiles), y bosqueja cuatro razones para la elección de Israel: 1)
Fueron «escogidos sobre la base del amor de Dios ... para ser ―un reino de sacerdotes y
una nación santa‖ (Éx. 19:6, VM) ... para representar a las naciones gentiles delante de
Dios.» 2) «Dios escogió a Israel para ser receptora de su revelación y para que la
registrase (Dt. 4:5-8; 6:6-9; Mt. 23; Ro. 9:5; He. 2:16-17; 7:13-14).»
Ningún cristiano orientado bíblicamente negaría estos propósitos relacionados con
Israel. Las diferencias comienzan a surgir cuando consideramos a Israel en relación
con la Iglesia. «Algunos teólogos insisten», observa Fruchtenbaum, «en que en algún
punto la iglesia recibe las promesas dadas a Israel y que por ello viene a ser el ―Nuevo
Israel‖ (lo que se conoce como la teología del reemplazo). Algunos creen que los
términos iglesia e Israel se emplean prácticamente de modo ―intercambiable‖,
generalmente citando Gálatas 6:16, y algunos Romanos 9:6.»
Sin embargo, las personas comúnmente conocidas como dispensacionalistas
interpretan la Biblia literalmente y por ello no confunden los términos Israel y la
Iglesia, por cuanto no hay base en el texto de ningún pasaje bíblico para apoyar tal
postura.
Tras esta observación de los importantes aspectos del uso bíblico de Israel,
examinaremos ahora la naturaleza de la iglesia.

La iglesia
Fruchtenbaum da seis razones bíblicas que apoyan el concepto de que la iglesia es
una obra distinta, en la casa de Dios, de Su pueblo Israel.
1. «La primera evidencia es el hecho de que la iglesia nació en Pentecostés,
mientras que Israel hacía ya siglos que existía.» Eso, junto con «el uso del
tiempo futuro en Mateo 16:18, muestra que no existía durante el tiempo narrado
en los evangelios». La iglesia, nacida en Pentecostés, recibe el nombre de
cuerpo de Cristo (Colosenses 1:18). La entrada en el cuerpo es mediante el
bautismo del Espíritu (1 Corintios 12:13), en el que son unidos judíos y gentiles.
Es evidente que la iglesia comenzó el día de Pentecostés, por cuanto Hechos 1:5
contempla el bautismo del espíritu como algo futuro, mientras que Hechos 10 lo
vincula con el pasado, específicamente con Pentecostés.
2. «La segunda evidencia es que ciertos acontecimientos en el ministerio del
Mesías fueron esenciales para el establecimiento de la iglesia: la iglesia no
llega a la existencia hasta que han tenido lugar ciertos acontecimientos.» Esos
acontecimientos incluyen la resurrección y ascensión de Jesús para llegar a ser
cabeza de la iglesia (Efesios 1:20- 23). «La iglesia, con creyentes como el
cuerpo y Cristo como la cabeza, no existió hasta que Cristo ascendió para llegar
a ser su cabeza. Y no podía llegar a ser una entidad operativa hasta después que
el Espíritu Santo proveyese los necesarios dones espirituales (Efesios 4:7-11).»
3. «La tercera evidencia es el carácter de misterio de la iglesia.» Un misterio en la
Biblia es una verdad oculta no manifestada hasta el Nuevo Testamento (Efesios
3:3-5, 9; Colosenses 1:26, 27). Fruchtenbaum da una lista de «cuatro rasgos
definitorios de la iglesia [que] se describen como misterio: (1) El concepto de
cuerpo de creyentes judíos y gentiles unidos en un solo cuerpo es designado en
Efesios 3:1-12 como un misterio. (2) La doctrina de Cristo habitando en cada
creyente, el concepto de Cristo-en-vosotros, es llamado un misterio en
Colosenses 1:24-27 (cf. Colosenses 2:10-19; 3:4). (3) La iglesia como Novia de
Cristo es designada un misterio en Efesios 5:22-32. (4) El arrebatamiento es
designado un misterio en 1 Corintios 15:50-58. Esos cuatro misterios describen
cualidades que distinguen a la iglesia de Israel.»
4. «La cuarta evidencia de que la iglesia es distinta de Israel es la singular relación
entre judíos y gentiles, que en Efesios 2:15 es llamada ―un solo y nuevo
hombre―.» Durante la actual era de la iglesia Dios está salvando un remanente
de los dos anteriores grupos (Israel y los gentiles), y combinándolos en un tercer
y nuevo objeto: la iglesia. Esta unidad de judíos y gentiles en un solo y nuevo
hombre cubre sólo la era de la iglesia, desde Pentecostés hasta el
arrebatamiento, y después de este tiempo, Dios restaurará a Israel y completará
su destino (Hechos 15:14-18). 1 Corintios 10:32 refleja precisamente esta
división con estas palabras: «No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la
iglesia de Dios.»
5. «La quinta evidencia para la distinción entre Israel y la iglesia se encuentra en
Gálatas 6:16.» «Parece lógico considerar al ―Israel de Dios‖ (Gálatas 6:16)
como judíos creyentes en contraste a los judíos incrédulos llamados ―Israel
según la carne― (1 Corintios 10:18).» Este pasaje no da apoyo a la falsa
pretensión de los teólogos del reemplazo que pretenden que Israel es suplantado
por la iglesia. Más bien, la Biblia enseña que un remanente de Israel es
combinado con gentiles elegidos durante esta edad, para constituir una entidad
totalmente nueva que el Nuevo Testamento llama la iglesia (Efesios 2).
La teología del reemplazo trata de enseñar que por cuanto los gentiles son
descritos como «descendencia de Abraham» (Gálatas 3:29), eso es equivalente a
decir que son Israel. Pero este no es desde luego el caso. La descripción que da
Pablo de los creyentes gentiles en Gálatas 3:29 significa sencillamente que
participan en las bendiciones espirituales (esto es, la salvación) que vienen por
medio de Israel (Romanos 15:27; 1 Corintios 9:11, 14). «Los que son la
simiente espiritual son partícipes de las bendiciones espirituales judías, pero
nunca se dice de ellos que vengan a ser partícipes de las promesas físicas,
materiales o nacionales.» Por tanto, las promesas nacionales de Israel quedan
intactas, y esperan su cumplimiento aún futuro.
6. «En el libro de los Hechos, tanto Israel como la iglesia existen simultáneamente.
El término Israel se emplea veinte veces, y ekklesia (iglesia) diecinueve veces;
pero ambos grupos son siempre considerados distintos.» De modo que el
teólogo del reemplazo no tiene ninguna base bíblica real sobre la que
fundamentar su pretensión teológica de que Israel y la iglesia han venido a ser
lo mismo.

La trascendencia de la distinción
Si se niega la distinción entre Israel y la iglesia, entonces no hay base para
contemplar un futuro para Israel ni para la iglesia como un nuevo y singular pueblo de
Dios. Si Israel y la iglesia se refunden en un solo programa, entonces las promesas del
Antiguo Testamento para Israel nunca se cumplirán, y los teólogos del reemplazo
generalmente las consideran como espiritualmente cumplidas por la iglesia. La fusión
del destino de Israel en la iglesia no sólo junta en uno lo que las Escrituras presentan
como dos cosas distintas, sino que también elimina la necesidad de la futura
restauración del pueblo originalmente escogido por Dios para que se cumpla
literalmente Su promesa de que serán un día cabeza, y no cola (Deuteronomio 28:13).
Cuanto más los creyentes vean un plan preciso para Israel y un plan preciso para la
iglesia, tanto más se darán cuenta de que cuando el Nuevo Testamento se refiere a la
iglesia, está describiendo un destino y una esperanza separados para ella. La iglesia se
hace más específica en el plan de Dios. El futuro de Israel incluye los siete años de
tribulación, y luego, poco antes del regreso de Cristo a Jerusalén, se convertirá a Jesús
como su Mesías, al serles quitado el velo y contemplar la nación a Aquel que fue
traspasado. Por otra parte, la esperanza específica de la iglesia (el arrebatamiento antes
de la septuagésima semana de Daniel) es el regreso de Cristo en cualquier momento.
Así que la distinción entre Israel y la iglesia, tal como aparece enseñada en la
Biblia, da una base de sustento para el arrebatamiento pretribulacional. Los que
funden ambos programas no pueden lógicamente sustentar los argumentos bíblicos en
favor del pretribulacionismo.

TERCERA PARTE
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¿Qué evidencias bíblicas hay de un


arrebatamiento pretribulacional?
9. ¿Por qué el arrebatamiento y la segunda venida son acontecimientos
separados?
En la sección anterior hemos dado una base o fundamento para el
pretribulacionismo. En esta sección comenzaremos dando evidencia bíblica específica
para el arrebatamiento pretribulacional. El primer lugar donde empezar es el concepto
bíblico de que el arrebatamiento de la iglesia es un acontecimiento distinto de la
segunda venida de Cristo a la tierra.
John Feinberg observa que es importante distinguir entre el arrebatamiento y la
segunda venida para establecer el pretribulacionismo frente a la pretensión no
pretribulacional de que la Biblia no enseña esta tesis:

El pretribulacionista ha de mostrar que hay una suficiente disimilitud entre los


pasajes claros acerca del arrebatamiento y los pasajes claros acerca de la
segunda venida para apoyar la afirmación de que las dos clases de pasajes
podrían estar refiriéndose a dos acontecimientos que podrían acontecer en
momentos diferentes. El pretribulacionista no tiene que demostrar, en este punto
... que los dos acontecimientos tienen que acontecer en tiempos diferentes, sino
sólo que los datos exegéticos de los pasajes tocantes al arrebatamiento y los
tocantes a la segunda venida no imposibilitan que los acontecimientos tengan
lugar en tiempos diferentes. Si puede hacer esto, el pretribulacionista ha
demostrado que su tesis no es imposible. Y con ello ha refutado la más enérgica
línea evidencial del postribulacionista.

Un factor clave para comprender la enseñanza del Nuevo Testamento del


arrebatamiento pretribulacional gira alrededor del hecho de que se presentan dos
futuras venidas de Cristo. La primera venida futura es el arrebatamiento de la iglesia a
las nubes, antes de la tribulación de siete años; la segunda venida futura tiene lugar al
final de la tribulación cuando Cristo volverá a la tierra para inaugurar su reinado de
mil años. Cualquiera que esté deseoso de conocer la enseñanza bíblica acerca del
arrebatamiento y de la segunda venida debe estudiar y decidir si las Escrituras se
refieren a uno o dos acontecimientos futuros.

Acotando la cuestión
Por lo general, los postribulacionistas mantienen que si el arrebatamiento y la
segunda venida son dos acontecimientos distintos separados por unos siete años,
debería haber al menos un pasaje en las Escrituras que enseñase esto con claridad. Sin
embargo, la Biblia no siempre enseña la verdad de Dios siguiendo nuestros propios
planteamientos ni de manera que responda directamente a todas nuestras preguntas.
Por ejemplo, un unitario podría plantear una pregunta similar acerca de la Trinidad.
«¿Dónde hay al menos un pasaje en las Escrituras que diga claramente que las
Personas de la Deidad son distintas?» Los que creemos en la Trinidad contestamos que
la Biblia enseña la Trinidad, pero de una manera diferente a como él querría.
Muchas importantes doctrinas bíblicas no nos son dadas directamente en un solo
versículo; a menudo tenemos que armonizar pasajes para llegar a conclusiones
sistemáticas. Algunas verdades son directamente expuestas en la Biblia, como la
deidad de Cristo (Juan 1:1; Tito 2:13). Pero doctrinas como la Trinidad y la naturaleza
encarnada de Cristo son producto de la armonización bíblica. Tomando en cuenta
todos los textos bíblicos, los teólogos ortodoxos llegaron a reconocer con el tiempo
que Dios es una Trinidad y que Cristo es el Dios-Hombre. De manera similar, una
consideración sistemática de todos los pasajes bíblicos nos revela que las Escrituras
enseñan dos venidas futuras.
Los postribulacionistas a menudo mantienen que la posición pretribulacional está
erigida simplemente sobre la suposición de que ciertos versículos «cuadran» sólo en
tanto que se suponga que el modelo pretribulacional del arrebatamiento sea el
correcto. Pero a menudo dejan de clarificar ante sus lectores que el postribulacionismo
es igual de dependiente de suposiciones. El error del postribulacionismo procede de
dejar de observar distinciones bíblicas factuales.
Por ejemplo, el ministerio de Cristo tiene dos fases que giran alrededor de sus dos
venidas. La primera fase tuvo lugar en la primera venida de Cristo cuando vino en
humillación para padecer. La segunda fase comenzará en la segunda venida de Cristo
cuando reinará sobre la tierra en poder y gloria. Dejar de distinguir estas dos fases fue
un factor clave en el rechazo que Jesús sufrió como Mesías en su primera venida. De
la misma manera dejar de ver las claras distinciones entre el arrebatamiento y la
segunda venida lleva a muchas personas a error en la interpretación del plan futuro de
Dios.

La naturaleza del arrebatamiento


El arrebatamiento es presentado con toda claridad en 1 Tesalonicenses 4:13-18. Está
caracterizado en la Biblia como una «venida de traslación» (1 Corintios 15:51, 1
Tesalonicenses 4:15-17) en la cual Cristo viene por Su iglesia. El segundo
advenimiento es Cristo regresando con Sus santos, descendiendo del cielo para
establecer Su reino terrenal (Zacarías 14:4-5; Mateo 24:27-31). Edward Hindson
observa:

El arrebatamiento (o "traslado") de la iglesia es a menudo paralelo a los "raptos"


de Enoc (Génesis 5:24) y Elías (2 Reyes 2: 12). En cada caso, el individuo
desapareció o fue llevado al cielo. En Su ascensión, nuestro Señor mismo fue
"alzado" al cielo (Hechos 1:9). La descripción bíblica del arrebatamiento
implica tanto la resurrección de los creyentes que murieron como el traslado de
los creyentes vivos en el aire para encontrarse con el Señor (1 Tesalonicenses
4:16-17; 1 Corintios 15:51 52).

Las diferencias entre los dos eventos (el arrebatamiento y la segunda venida)
armonizan de manera natural con la posición pretribulacional, mientras los otros
puntos de vista no son capaces de explicar con naturalidad el texto bíblico con relación
a tales distinciones. El siguiente gráfico muestra una compilación de pasajes sobre el
arrebatamiento en contraste a otros que se refieren a la segunda venida.

Con base en las referencias anteriores, podemos observar una gran diferencia en el
carácter de los pasajes que se refieren al arrebatamiento en comparación a los que
tratan con la segunda venida, tal como se resume a continuación:
John Walvoord concluye que estos ―contrastes hacen evidente que el traslado de la
iglesia es un evento bastante distinto en carácter y tiempo del regreso del Señor para
establecer su reino, y confirma la conclusión de que el traslado tiene lugar antes de la
tribulación.‖

Diferencias adicionales
Pablo habla del arrebatamiento como un ―misterio‖ (1 Corintios 15:51-54), es decir,
una verdad no revelada hasta su divulgación por los apóstoles (Colosenses 1:26),
convirtiéndolo en un evento aparte, mientras que la segunda venida está predicha en el
Antiguo Testamento (Daniel 12:1-3; Zacarías 12:10; 14:4).
El movimiento en el rapto para el creyente es de la tierra al cielo, mientras que en la
segunda venida es del cielo a la tierra. En el arrebatamiento, el Señor viene por sus
santos (1 Tesalonicenses 4:16), mientras que en la segunda venida el Señor viene con
sus santos (1 Tesalonicenses 3:13).
En el arrebatamiento, el Señor viene solamente por los creyentes, pero en su regreso
a la tierra impactará a todas las personas.
El arrebatamiento es un evento de traslado/resurrección en el que el Señor lleva a
los creyentes ―a la casa del Padre‖ en el cielo (Juan 14:3), mientras que en la segunda
venida los creyentes regresan del cielo a la tierra (Mateo 24:30). Hindson dice, ―Los
diferentes aspectos del regreso de nuestro Señor están claramente delineados en las
propias Escrituras. La única cuestión real en el debate escatológico es el intervalo de
tiempo entre ellos.‖

PROBLEMAS DEL POSTRIBULACIONISMO


Uno de los puntos fuertes de la posición pretribulacionista es que puede armonizar
mejor los muchos eventos de la profecía del fin de los tiempos debido a su distinción
entre el arrebatamiento y la segunda venida. Normalmente, los postribulancionistas ni
siquiera intentan responder a tales objeciones y los pocos que lo intentan luchan con el
texto bíblico presentando interpretaciones sesgadas. No Obstante, los
pretribulacionistas no encuentran dificultades para ofrecer respuestas.

¿Qué problemas presenta el postribulacionismo?


Primero, el postribulacionismo requiere que la iglesia esté presente durante la
semana 70 de Daniel (Daniel 9:24-27) aunque estuvo ausente en las primeras 69. Esto
es a pesar de que Daniel 9:24 dice que las 70 semanas son para Israel. El
pretribulacionismo no está en conflicto con este pasaje, como lo está el
posttribulacionismo, ya que la iglesia parte antes del comienzo del período de siete
años.
Segundo, el postribulacionismo niega la enseñanza del Nuevo Testamento acerca de
la inminencia – que Cristo podría venir en cualquier momento. El pretribulacionismo
no tiene problemas con estos pasajes del Nuevo Testamento, ya que considera que
ninguna señal debe preceder al rapto.
Tercero, el postribulacionismo premilenial no ofrece respuesta a su problema de
quién poblará el milenio si el arrebatamiento y la segunda venida ocurren al mismo
tiempo. Dado que todos los creyentes serán trasladados en el arrebatamiento y todos
los incrédulos serán juzgados, porque a ningún injusto se le permitirá entrar en el reino
de Cristo, entonces nadie quedaría en cuerpos mortales para iniciar la base poblacional
del milenio. El punto de vista pretribulacional no tiene ningún problema en este punto.
Cuarto, el postribulacionismo no puede explicar el juicio de las ovejas y los cabritos
después de la segunda venida en Mateo 25:31-46. Igual que en el problema anterior,
¿cómo habría creyentes en cuerpos mortales, si fueran raptados en la segunda venida,
que estuviesen disponibles para entrar en el reino de Cristo? El Pretribulacionismo no
tiene ese problema.
Quinto, ya que Apocalipsis 19:7-8 indica que la iglesia, la Esposa de Cristo, está
preparada para acompañar a Cristo a la tierra (Apocalipsis 19:14) antes de la segunda
venida, ¿cómo podría suceder esto razonablemente si una parte de la iglesia está
todavía en la tierra esperando el advenimiento de Cristo? Si el rapto de la iglesia tiene
lugar en la segunda venida, entonces ¿cómo es que la Esposa (es decir, la iglesia)
también viene con Cristo a su regreso? No habría tiempo suficiente para que esto
suceda dentro de una secuencia postribulacional, la posición pretribulacional no
presenta ese problema.

CONCLUSIÓN
Las distinciones entre la venida de Cristo en el aire para arrebatar a Su iglesia son
demasiado grandes para ser reducidas a una sola venida al final de la tribulación. Estas
distinciones bíblicas proveen una fuerte base para la enseñanza del rapto pre-
tribulacional. Cuando consideramos que a la iglesia se le promete la exención de la
tribulación de Israel (1 Tesalonicenses 1:10; 5:9; Apocalipsis 3:10) y que la 70ª
semana de Daniel (Daniel 9:24-27) es para Israel y no para la iglesia, tal como las 69
semanas anteriores, entonces solamente es lógico deducir que la iglesia será arrebatada
antes de la tribulación. Tal esperanza es de hecho la "Bienaventurada Esperanza".
Amén; sí, ¡ven, Señor Jesús! ¡Maranatha!

10. ¿Por qué es necesario un intervalo entre las dos venidas?


Numerosos elementos del Nuevo Testamento pueden ser perfectamente
armonizados mediante un intervalo de tiempo pretribulacional de al menos siete años,
mientras que otros puntos de vista, especialmente los postribulacionalistas, se ven
obligados a postular escenarios que no permitirían de manera realista el paso normal
del tiempo. La mejor manera de armonizar temporalmente los siguientes
acontecimientos es con un intervalo de tiempo como el propuesto por el
pretribulacionismo.

El juicio “bema”
2 Corintios 5:10 enseña que todos los creyentes de esta era deben presentarse ante el
tribunal de Cristo en el cielo. Este evento, a menudo conocido como el "juicio bema"
(véase también Romanos 14:10; 1 Corintios 3:10-15; 4:2-5), es un evento jamás
mencionado en los relatos concretos relacionados con la segunda venida de Cristo a la
tierra. En cambio, la segunda venida trae consigo el juicio de Dios a los incrédulos,
expresado normalmente por alguna forma de la palabra griega krinô. Así, se puede
establecer a partir del texto bíblico que el juicio bema – se aplica sólo a los creyentes
de la edad de la iglesia, mientras que el juicio krinô es para los incrédulos.
La Biblia indica que cada individuo perteneciente al Cuerpo de Cristo comparecerá
ante el bema en asociación con el regreso de Cristo por la Iglesia (es decir, el rapto
pretribulacional). El Dr. Robert Gromacki observa:

El juicio ocurrirá inmediatamente después de la venida de Cristo por los


creyentes. . . . El apóstol Pablo escribió: "Así que, no juzguéis nada antes de
tiempo, hasta que venga el Señor...‖ (1 Corintios 4:5). Por lo tanto, este no es un
juicio constante que cada cristiano experimenta en la tierra o justo después de la
muerte. Es un evento de una vez por todas que ocurre justo después de la
aparición de Cristo (I Tesalonicenses 4:13-18).

Dado que la ejecución normal de un juicio como éste requeriría cierto tiempo, el
intervalo de siete años entre ambos juicios explica muy bien ese requisito.

La novia de Cristo en el cielo


Junto con el juicio bema, Apocalipsis 19:7-10 muestra a la iglesia como una novia
que ha sido preparada para el matrimonio (con "lino fino", que representa "las
acciones justos de los santos") con su novio (Cristo). La novia ya ha sido vestida en
preparación para su regreso en la segunda venida con Cristo a la tierra (Apocalipsis
19:11-18). De ello se desprende que la iglesia ya tendría que estar completa y en el
cielo (debido al rapto pretribulacional) para haber sido preparada de la manera que
describe Apocalipsis 19. Esto requiere un intervalo de tiempo que el
pretribulacionismo maneja bien.
Al parecer, la preparación de la novia y el juicio bema son diferentes ilustraciones
de un mismo evento. El bema se centra en el proceso de juicio, mientras que la novia
ilustraa los resultados. El Dr. Edward Hindson explica:

Cualquiera sea el punto de vista que uno tenga sobre el regreso de nuestro
Señor, una cosa es clara en la Escritura profética, la boda tiene lugar en el cielo
(Apocalipsis 19:7-9) antes del regreso triunfal de Cristo con Su Iglesia redimida
a Su lado (Apocalipsis 19:11-16).
Los no pretribulacionalistas no explican cómo la iglesia llegó al cielo antes de
regresar con Cristo a la batalla de Armagedón. En el mejor de los casos, algunos
sugieren que son "arrebatados" después de la Tribulación sólo para regresar
inmediatamente con el Señor. Este arreglo, sin embargo, ¡deja poco o nada de
tiempo para la boda!
Los 24 ancianos en el cielo
Los 24 ancianos de Apocalipsis 4:1-5:14 se entienden mejor como representantes de
la Iglesia. El Dr. Charles Ryrie explica:

En el Nuevo Testamento, los ancianos como los más altos oficiales de la


Iglesia son quienes la representan (cf. Hechos 15:6; 20:28), y en el Antiguo
Testamento, veinticuatro ancianos fueron nombrados por el Rey David para
representar a todo el sacerdocio levítico (1 Crónicas 24). Cuando esos
veinticuatro ancianos se reunieron en el recinto del templo en Jerusalén, toda la
casa sacerdotal estaba representada. Por ello, parece más probable que los
ancianos representen a los redimidos, ... la iglesia por lo tanto está en el cielo
antes de que comience la tribulación.

Si estos ancianos se relacionan con la iglesia, entonces significaría al menos dos


cosas: 1) Sería necesario el arrebatamiento y la recompensa de la Iglesia antes de la
tribulación y se requeriría una brecha cronológica para que ellos cumplieran con sus
deberes celestiales durante la tribulación de siete años. 2) Demostraría que la iglesia
en su totalidad ya estaba en el cielo antes de que comenzaran los eventos de la
tribulación.

El juicio a las naciones gentiles


Sería imposible que el juicio de los gentiles (el juicio de las naciones) se llevase a
cabo después de la segunda venida si el arrebatamiento y la segunda venida no están
separados por un lapso de tiempo. ¿Cómo se separarían tanto los salvos como los no
salvos, aún en sus cuerpos naturales, en el juicio, si todos los creyentes vivos son
trasladados en la segunda venida? Esto sería imposible si el traslado tiene lugar en la
segunda venida, pero se resuelve a través de una brecha pretribulacional.
El Dr. John F. Walvoord señala que si ―el traslado sucede en conexión con la
segunda venida de Cristo a la tierra, no habría necesidad de separar las ovejas de los
cabritos en un juicio posterior, sino que la separación habría tenido lugar en el acto
mismo del traslado de los creyentes antes de que Cristo estableciera finalmente su
trono en la tierra (Mateo 25:31)‖. Una vez más, este ―problema‖ se resuelve adoptando
una perspectiva pretribulacional con un intervalo de al menos siete años.

La población del milenio


En la segunda venida, los creyentes no mártires que llegaron a la fe en Cristo
durante la tribulación no son trasladados, sino que llevan a cabo ocupaciones
ordinarias como la agricultura, la construcción de casas y la crianza de los hijos (Isaías
65:20-25) durante el milenio siguiente. Esto sería imposible si todos los santos fuesen
trasladados en la segunda venida de Cristo a la tierra, como enseñan los
postribulacionistas. Debido a que los pretribulacionistas tienen al menos un intervalo
de siete años entre la remoción de la iglesia en el arrebatamiento y el regreso de Cristo
a la tierra, esto no resulta un problema porque millones de personas se salvarán
durante el intervalo y así estarán disponibles para poblar el milenio en sus cuerpos
naturales para cumplir con las Escrituras.
El Dr. Steven McAvoy concluye:

El hecho de que el juicio de las naciones se produzca antes del milenio y por
tanto prevea la población de la tierra milenaria, constituye un fuerte argumento
para el pretribulacionismo. Porque un rapto postribulacional no dejaría ninguna
oveja para este juicio. Si los pretribulacionistas están en lo cierto al situar este
juicio antes del milenio, entonces el postribulacionismo recibe un rotundo golpe.

El futuro de Israel
Un intervalo de tiempo es necesario para que el programa de Dios para la iglesia, un
tiempo en que judíos y gentiles están unidos en un cuerpo (cf. Efesios 2-3), no se
mezcle de ninguna manera con su plan pendiente y futuro para Israel durante la
tribulación. El Dr. Renald Showers observa:

Todos los otros puntos de vista del Arrebatamiento hacen que la Iglesia sufra
por lo menos parte de la semana 70, lo que significa que estos otros puntos de
vista mezclan el programa de 70 semanas de Dios para Israel y Jerusalén con su
programa para la iglesia.

Se necesita un lapso de tiempo después de que Dios complete su programa con la


Iglesia, para que pueda concluir Sus planes para Israel. Sólo con un intervalo de siete
años, como postulan los pretribulacionistas, el programa de Dios armoniza de manera
no conflictiva.

CONCLUSIÓN
El rapto pretribulacional de la iglesia no sólo satisface la necesidad bíblica de
establecer una distinción entre el traslado de los santos de la era de la iglesia en el
rapto, previo a la segunda venida, sino que también maneja sin problema la necesidad
de una brecha temporal, que armoniza una serie de eventos bíblicos futuros. Este
criterio de un intervalo temporal de siete años refuerza la probabilidad de que el
pretribulacionismo refleje mejor el punto de vista bíblico.

11. ¿Por qué es la inminencia significativa para el arrebatamiento?


La enseñanza neotestamentaria de que Cristo podría regresar en cualquier momento
y arrebatar a Su Iglesia sin señales o advertencias previas (esto es, la ―inminencia‖) es
un argumento tan importante a favor del pretribulacionismo que se ha vuelto una de
las doctrinas más ferozmente atacadas por los oponentes de la posición
pretribulacionista. Se dan cuenta de que si el Nuevo Testamento enseña la inminencia,
un rapto pre-tribulación es prácticamente seguro.

Definición bíblica de inminencia


El Dr. Renald Showers define y describe la inminencia de la siguiente forma:

1) Un acontecimiento inminente es aquel que "se cierne sobre alguien, está


siempre a punto de sorprender o alcanzar a alguien; y está cercano a ocurrir"
(The Oxford English Dictionary, 1901, V. 66). Así, la inminencia trae consigo
la sensación de que algo puede suceder en cualquier momento. Otras cosas
pueden suceder antes del evento inminente, pero no es necesario que ocurra
nada antes de que suceda. Si algo debe suceder antes de que ocurra cierto
acontecimiento, dicho acontecimiento no es inminente. En otras palabras, la
necesidad de que primero tenga que suceder alguna otra cosa destruye el
concepto de inminencia.
2) Por cuanto una persona nunca sabe con exactitud cuándo tendrá lugar un
acontecimiento inminente, no puede contar con un cierto lapso de tiempo antes
que tenga lugar el acontecimiento inminente. A la luz de esto, debería estar
siempre preparado para que suceda en cualquier momento.
3) Una persona no puede legítimamente establecer o implicar una fecha para tal
suceso inminente. Tan pronto como se establece una fecha para un
acontecimiento inminente, destruye por ello mismo el concepto de inminencia,
porque con ello está diciendo que ha de transcurrir un cierto intervalo de tiempo
antes que aquel acontecimiento pueda tener lugar. La existencia de una fecha
específica para un acontecimiento es contraria al concepto de que aquel
acontecimiento puede suceder en cualquier momento.
4) Una persona no puede legítimamente decir que un acontecimiento inminente
sucederá pronto. El término «pronto» implica que un acontecimiento ha de
suceder «dentro de un breve tiempo (después de un punto particular en el
tiempo, especificado o implicado).» Como contraste, un acontecimiento
inminente puede tener lugar dentro de un tiempo breve, pero no necesariamente
tiene que hacerlo para ser inminente. Como espero que veáis ya, «inminente» no
significa lo mismo que «pronto».

El hecho de que Cristo podría volver pronto, en cualquier momento (pero puede que
aún no) es un apoyo para el pretribulacionismo. ¿Qué pasajes del Nuevo Testamento
enseñan esta verdad? Entre los versículos que enseñan que Cristo podría volver en
cualquier momento, sin advertencia, y que instruyen a los creyentes a esperar y anti-
cipar la venida del Señor se incluyen:
 1 Corintios 1:7 — «esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.»
 1 Corintios 16:22 (RV60) — «Maranatha.»
 Filipenses 3:20 — «Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.»
 Filipenses 4:5 — «El Señor está cerca.»
 1 Tesalonicenses 1:10 — «y esperar de los cielos a su Hijo.»
 Tito 2:13 — «aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.»
 Hebreos 9:28 — «así también Cristo ... aparecerá por segunda vez, sin relación
con el pecado, para salvar a los que le esperan.»
 Santiago 5:7-9 — «Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del
Señor ... porque la venida del Señor se acerca.... he aquí, el juez está delante de
la puerta.»
 1 Pedro 1:13 — «y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando
Jesucristo sea manifestado.»
 Judas 21 — «esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida
eterna.»
 Apocalipsis 3:11; 22:7, 12, 20 — «Ciertamente vengo en breve.»
 Apocalipsis 22:17, 20 — «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye,
diga: Ven.... El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en
breve. Amén; sí, ven. Señor Jesús.»

Al considerar los anteriores pasajes, observamos que Cristo puede venir en


cualquier momento, que el arrebatamiento es verdaderamente inminente. Sólo el
pretribulacionismo puede dar un significado pleno y literal a este inminente
acontecimiento. Otras posturas tienen que redefinir inminencia de manera más
imprecisa que lo que el Nuevo Testamento permitiría. El doctor Walvoord declara:
«La exhortación a esperar ―la manifestación gloriosa‖ de Cristo a los suyos (Tito 2:13)
pierde su sentido si la tribulación ha de suceder primero. En tal caso, los creyentes
deberían esperar señales.» Si no se acepta la tesis pretríbulacional de la inminencia,
entonces tendría sentido esperar señales relacionadas con los acontecimientos de la
tribulación (esto es, el Anticristo, los dos testigos, etc.) y no a Cristo mismo. Pero el
Nuevo Testamento, como se demuestra más arriba, instruye de manera uniforme a la
iglesia a esperar a la venida de Cristo, mientras que a los santos de la tribulación se les
dice que esperen señales.
La exhortación del Nuevo Testamento a ser consolados mediante la venida del
Señor (Juan 14:1-3; 1 Tesalonicenses 4:18) no tendría ningún sentido si los creyentes
hubieran de pasar primero por alguna parte de la tribulación. En lugar de ello, el
consuelo tendría que esperar a que pasasen los acontecimientos de la tribulación. No: a
la iglesia se le ha dado una «bienaventurada esperanza» en parte debido a que el
regreso del Señor es verdaderamente inminente.
La iglesia primitiva tenía una especial salutación mutua, como se registra en 1
Corintios 16:22, que era «¡Maranatha!» (RV) Se trata de tres palabras arameas: Mar
(«Señor»), ana («nuestro»), y tha («ven»), significando «Señor nuestro, ven». Un
saludo tan singular refleja una anhelante expectativa de la bienaventurada esperanza
como una realidad muy presente en las vidas diarias de aquellos antiguos cristianos.
La vida de la iglesia en la actualidad sólo mejoraría si «Maranatha» volviese como un
sincero saludo en boca de un pueblo expectante. ¡Maranatha!
12. ¿Por qué es significativa la naturaleza de la tribulación?
La Biblia enseña que la tribulación (esto es, los siete años, la semana septuagésima
de Daniel) es un tiempo de preparación para la restauración y conversión de Israel
(Deuteronomio 30:3-11; Zacarías 12:10). Mientras que la iglesia experimentará una
tribulación en general durante esta edad presente (Juan 16:33), nunca es mencionada
como participante en el tiempo de angustia de Israel, que incluye la gran tribulación, el
día del Señor y la ira de Dios.
Ni un solo pasaje del Antiguo Testamento acerca de la tribulación se refiere a la
iglesia (Deuteronomio 4:29, 30; Jeremías 30:4-11; Daniel 8:24-27; 12:1, 2), ni jamás
el Nuevo Testamento menciona la iglesia en relación con la tribulación (Mateo 13:30,
39-42, 48-50; 24:15-31; 1 Tesalonicenses 1:9, 10; 5:4-9; 2 Tesalonicenses 2:1-11;
Apocalipsis 4—18). Un silencio así habla atronadoramente y sustenta la posición
pretribulacional.
Si el pretribulacionismo es verdaderamente la enseñanza de las Escrituras, entonces
esperaríamos que los pasajes que se refieren a la tribulación pasarían constantemente
en silencio la cuestión de la iglesia. Eso es precisamente lo que encontramos. Sin
embargo, encontramos frecuentemente a Israel en estos textos. El doctor Robert
Gromacki ha estudiado Apocalipsis 4-19, lo que da la perspectiva más detallada de la
tribulación de siete años en la Biblia, y ha puesto en evidencia lo que sigue:

Hay sin embargo un extraño silencio en cuanto a este término en los capítulos 4
– 19. Este hecho es especialmente digno de mención cuando se contrasta tal
ausencia con su frecuente presencia en los primeros tres capítulos. Una buena
razón de este fenómeno es la ausencia de la verdadera iglesia y de verdaderas
iglesias evangélicas en los siete años antes de la segunda venida. Los verdaderos
creyentes de la iglesia han ido a presencia de Cristo en el cielo antes del inicio
de los acontecimientos del período de siete años. La iglesia no es mencionada
durante los juicios de los sellos, de las trompetas y de las copas, porque la
Iglesia no está aquí durante el derramamiento de esos juicios.

Sólo el pretribulacionismo es capaz de dar su pleno sentido a términos como «el


tiempo de la angustia de Jacob» (Jeremías 30:7), como un pasaje que declara
específicamente que la tribulación es para Jacob (esto es, Israel). Por cuanto el
propósito de Dios para la tribulación es restaurar a Israel (Jeremías 30:3, 10) y juzgar a
los gentiles (Jeremías 30:11), es evidente que este propósito no incluye a la iglesia.
Esto explica por qué será llevada al cielo antes de este tiempo.

13. ¿Por qué es significativa la naturaleza de la iglesia?


El plan y propósito de Dios para la iglesia tendrá una natural relación con que Él
retire a la Novia de Cristo antes de la tribulación o la deje pasar a través de ella. Sólo
el pretribulacionismo puede dar un sentido plenamente bíblico a la enseñanza del
Nuevo Testamento de que la iglesia difiere significativamente de Israel. De la iglesia
se dice que es un misterio (Efesios 3:1-13) por el que judíos y gentiles son ahora
unidos en un cuerpo en Cristo (Efesios 2:11 -22). Esto explica por qué la traslación de
la iglesia al cielo no es nunca mencionada en ningún pasaje del Antiguo Testamento
que trate de la segunda venida después de la tribulación, y por qué a la iglesia se le
promete exención del tiempo de la ira de Dios durante la tribulación (1 Tesaloniccnses
1:9, 10; 5:9; Apocalipsis 3:10).
Es útil al determinar la ocasión del arrebatamiento observar que la traslación de la
iglesia no se menciona nunca en los pasajes que se refieren a la segunda venida de
Cristo después de la tribulación. El apóstol Pablo observa en los siguientes pasajes que
la iglesia no está señalada para la ira de Dios que será descargada durante siete años de
la tribulación:

 Romanos 5:9 — «Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él


seremos salvos de la ira.»
 1 Tesalonicenses 1:9, 10— «os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al
Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los
muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.»
 1 Tesalonicenses 5:9 — «Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para
alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.»

Por cuanto Dios ha prometido que la iglesia no puede pasar por el tiempo de «la ira
del Cordero» o «el gran día de su ira» (Apocalipsis 6:16, 17), la iglesia será llevada al
cielo antes de este tiempo.
El perdón de los pecados por medio de Cristo prepara a la iglesia de modo que no
sea tomada de improviso por el día del Señor (1 Tesalonicenses 5:1-9), el cual incluye
la tribulación. Esto se conseguirá mediante el arrebatamiento, mencionado en el
capítulo precedente (1 Tesalonicenses 4:13-18).
Por medio de la iglesia de Filadelfia (Apocalipsis 3:10), a la iglesia se le promete de
manera explícita que será guardada «de la hora de la prueba», que es la tribulación.
Aquí tenemos un claro pasaje que enseña que la iglesia escapará de la tribulación, por
cuanto Dios se ha propuesto que será «para probar a los que moran sobre la tierra».

 Apocalipsis 3:10 — «Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo


también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo
entero, para probar a los que moran sobre la tierra.»

A los creyentes se les promete ser guardados de la hora de la prueba. Eso significa
que la iglesia está totalmente ausente del período de tiempo de esta hora de prueba. Se
dice que será una prueba de carácter mundial. Además, será para probar «a los que
moran sobre la tierra». El término griego para «moradores de la tierra», una sola
palabra, se emplea otras diez veces en Apocalipsis (6:10; 8:13; 11:10 [dos veces];
13:8, 12, 14 [dos veces]; 17:2,8) como «una compañía de gente constantemente a la
vista en todo Apocalipsis como objetos de la ira de Dios a causa de su rebelión contra
Él.... Esos son hombres dados al mal y al odio contra los santos de Dios.» Así, no
podría ser mayor el contraste entre lo que Dios tiene reservado para su iglesia y para
los incrédulos. Cada aspecto de este pasaje da apoyo al pretribulacionismo.
El remanente piadoso de la tribulación es presentado como perteneciente a Israel, no
como miembros de la iglesia. Así, los pretribulacionistas no intentan confundir
términos generales como escogidos y santos, que se usan en la Biblia de todos los
salvos de todas las edades, con términos específicos como iglesia y los que están en
Cristo, que se refieren sólo a creyentes de esta era.
La naturaleza y el propósito de la iglesia se designan como singulares y separados
de Israel. Esto da una base bíblica para el traslado de la iglesia antes que Dios
consume los siete años finales que conducen a la redención de Israel. Hemos visto que
hay pasajes específicos que prometen el traslado de la iglesia antes que comience el
tiempo de la tribulación. Esto sólo puede tener sentido dentro de un contexto
pretríbulacional.

14. ¿Cómo se relaciona la obra del Espíritu Santo con el arrebatamiento?


2 Tesalonicenses 2:1-12 trata acerca de un hombre de pecado que es retenido hasta
un tiempo posterior. La interpretación de la causa de la retención del mal (2:6) como
el ministerio del Espíritu Santo que habita y obra por medio del cuerpo de Cristo
durante la edad actual da apoyo a la interpretación pretribulacional. Por cuanto «el
inicuo» (la bestia o Anticristo) no puede manifestarse hasta que aquel quien al
presente lo detiene (el Espíritu Santo) a su vez sea quitado de en medio (2:7, 8), la
tribulación no puede tener lugar hasta que la iglesia haya sido trasladada.
La cuestión clave en el escenario anterior es si el Espíritu Santo es el que detiene.
Después de repasar las varias interpretaciones que se dan de este pasaje, el doctor
Robert Thomas concluye:

Para quien esté familiarizado con el discurso del Aposento Alto hecho por el
Señor Jesús, como indudablemente Pablo lo estaba, la fluctuación entre el
neutro y el masculino refleja cómo se considera al Espíritu Santo. Ambos
géneros son apropiados, dependiendo de si el orador (o escritor) piensa en la
concordancia natural (masc., debido a la personalidad del Espíritu Santo) o en la
gramatical (neutro debido al nombre pneuma; véanse Juan 14:26; 15:26; 16:13,
14). ... Esta identificación del que detiene, con profundas raíces en la historia de
la iglesia ... es muy atractiva. La presencia especial del Espíritu como aquel que
habita en los santos terminará abruptamente en la parusia como comenzó
abruptamente en Pentecostés. Cuando el cuerpo de Cristo haya sido arrebatado
al cielo, el ministerio del Espíritu volverá de nuevo a lo que hacía por los
creyentes en el período del A.T. ... Su función de refrenar el mal por medio del
cuerpo de Cristo (Juan 16:7-11; 1 Juan 4:4) cesará de manera similar a la
manera en que puso fin a su acción de contender en los días de Noé (Génesis
6:3). En aquel punto, se dará rienda suelta a la iniquidad y comenzará la
rebelión inspirada por Satanás. Parece que to katechón («lo que retiene») era
bien conocido en Tesalónica como un título del Espíritu Santo, de quien los
lectores habían venido a depender en sus intentos personales de combatir la
iniquidad (1 Tesalonicenses 1:6; 4:8; 5:19; 2 Tesalonicenses 2:13).

Una interpretación natural de este pasaje lleva a identificar al Espíritu Santo como
el que detiene. Este punto de vista da apoyo al pretribulacionismo.

15. ¿Hay otros argumentos en favor del pretribulacionismo?


Además de los argumentos acabados de presentar en esta obra, hay razones
adicionales para creer en el pretribulacionismo. Esos argumentos varían en cuanto al
grado de apoyo que dan al pretribulacionismo, pero no deberían ser pasados por alto ni
ignorados.

 Nuestro Señor, en Lucas 21:36, habló a sus discípulos acerca de la posibilidad


de que los creyentes escapasen a la tribulación: «Velad, pues, en todo tiempo
orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.» Más tarde fue revelado
por medio de los apóstoles que esta posibilidad vendría realmente a ser una
realidad para la iglesia.

 La liberación divina es una regla a menudo seguida por Dios precediendo a su


juicio. Esto queda claramente ilustrado en los casos de Enoc, Noé, Lot, Rahab,
etc. (2 Pedro 2:5-9). Por ejemplo, cuando consideramos la historia de Enoc,
encontramos una ilustración tanto de liberación como de arrebatamiento antes
del juicio. Observemos el enérgico énfasis en la liberación física del juicio al
comentar el Nuevo Testamento, en Hebreos 11:5, acerca de este acontecimiento
del Antiguo Testamento:

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque
lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber
agradado a Dios.

 Dios repatriará a sus embajadores a casa antes de declarar la guerra al mundo,


así como en las relaciones internacionales contemporáneas una nación repatria a
sus embajadores antes de una declaración o acción de guerra. El doctor Ed
Hindson observa: «En 2 Corintios 5:20, los creyentes son llamados
―embajadores de Cristo‖ que llaman al mundo a que se reconcilie con Dios
antes que sea demasiado tarde. En los tiempos bíblicos, los embajadores eran
llamados cuando llegaba el momento de hacer la guerra al enemigo.» Este
concepto da apoyo sólo al pretribulacionismo.

 Apocalipsis 4 – 19 es ampliamente reconocido como descriptivo de la


tribulación. En cambio, Apocalipsis 2 – 3 da instrucciones relativas a la iglesia.
El arrebatamiento pretribulacional se refleja en el hecho de que el apóstol Juan
es invitado a subir al cielo (Apocalipsis 4:1) en el mismo punto del texto bíblico
(entre Apocalipsis 3 y 4) en el que según los pretribulacionistas tendrá lugar el
arrebatamiento.

CUARTA PARTE
———————————————––——————————————

¿En qué afecta hoy al creyente el


arrebatamiento pretribulacional?

16. ¿Cómo fomenta el arrebatamiento la vida de santidad?


Como todos los aspectos de la doctrina bíblica, la enseñanza acerca del
arrebatamiento tiene su dimensión práctica. Ya antes hemos observado que el
escenario del arrebatamiento está modelado sobre la base del ciclo de compromiso
matrimonial y casamiento en el antiguo Israel. Después del compromiso, conocido
como desposorio, y que era más vinculante que los modernos compromisos, el novio
tenía que ocuparse edificando una estancia en la casa de su padre para que cuando
celebrasen la boda tuviesen lugar donde vivir (Juan 14:1-3). Este periodo intermedio,
que generalmente duraba al menos un año, era contemplado como un tiempo de
prueba para la lealtad de la novia, para ver si permanecería casta y fiel para el novio.
Mientras tanto, durante esta ausencia, la novia se ocupaba preparando su ajuar y
esperando el día en que se uniría a su amado. Así es con la iglesia mientras Cristo está
ausente.
La iglesia está esperando el regreso de Cristo en el arrebatamiento, como una joven
prometida esperaría su casamiento con su amado: «a quien amáis sin haberle visto» (1
Pedro 1:8). La vida que vive cada creyente hasta el regreso de Cristo es una prueba de
lealtad y fidelidad, que está motivada por un deseo de ser hallado en pureza cuando Él
venga por fin a por su iglesia.
El arrebatamiento no es una manera de pensar que aliente a una actitud «escapista»,
como un modo de huir de la realidad. Al contrario, está vitalmente relacionado con la
vida cristiana en la dura realidad presente. Cualquier creyente con amor en su corazón
por el Salvador que viene querrá vivir una vida pura y santa hasta su regreso:

Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos


de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se
purifica a sí mismo, así como él es puro (1 Juan 3:2, 3).

Observemos que este pasaje relaciona directamente nuestra presente conducta


cristiana con un acontecimiento futuro: el arrebatamiento. ¿Por qué? Porque nuestro
destino como hijos de Dios no queda completado en esta vida, y es a aquella meta
futura que nos dirigimos. En el arrebatamiento, cuando recibamos nuestros cuerpos de
resurrección, también nuestros caracteres quedarán perfeccionados. Pero, mientras
tanto, debemos ser purificados en nuestra conducta presente fijando nuestra esperanza
en el regreso de Cristo. Según este pasaje, éste debería ser un motivo para una vida
santa.
Muchos no se dan cuenta de cuántas veces el Nuevo Testamento menciona nuestra
futura bienaventurada esperanza como motivo para una vida piadosa en el presente.
Observemos también los siguientes versículos:

Puesto que todas estas cosas han de ser desechas, ¡cómo no debéis vosotros
andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la
venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y
los elementos, siendo quemados, se fundirán! ... Por lo cual, oh amados, estando
en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha
e irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es
para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría
que le ha sido dada, os ha escrito (2 Pedro 3:11, 12, 14, 15).

En ese pasaje, la amonestación de Pedro se refiere a la segunda venida, no al


arrebatamiento, pero adopta el mismo enfoque que el usado por Juan en el sentido de
que muestra cómo un acontecimiento futuro debería impactar la vida presente de un
creyente. Pedro razona que la «santa y piadosa manera de vivir» debería brotar de una
recta contemplación del futuro juicio de Dios. Además, los cristianos deben procurar
«con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz» en esta vida
presente. Por cuanto Pedro exhorta a la «diligencia», se demanda que un creyente
ejerza un esfuerzo específico para la vida santa. No viene porque sí. También vemos
una oportunidad para la salvación durante el intervalo entre las venidas del Señor.
Hay más de veinte referencias específicas en el Nuevo Testamento vinculando la
conducta presente de los creyentes con nuestro destino futuro. Se dice que nuestra
expectativa del arrebatamiento apremia a que velemos por Cristo mismo (1 Corintios
15:58); alienta a los líderes de la iglesia a la fidelidad (2 Timoteo 4:1-5); alienta a una
paciente espera (1 Tesalonicenses 1:10); resulta en expectativa y esperanza (Filipenses
3:20; Tito 2:13; Hebreos 9:28); promueve una piadosa moderación (Filipenses 4:5);
desarrolla la «mentalidad celestial» (Colosenses 3:1-4); impulsa a un trabajo fructífero
(1 Tesalonicenses 2:19, 20); da consolación (1 Tesalonicenses 4:18); apremia a la
firmeza (2 Tesalonicenses 2:1, 2; 1 Timoteo 6:14; 1 Pedro 5:4); infunde diligencia y
actividad (2 Timoteo 4:1-8); promueve la mortificación de la carne (Colosenses 3:4, 5;
Tito 2:12, 13); demanda sobriedad (1 Tesalonicenses 5:6; 1 Pedro 1:13); contribuye a
permanecer en Cristo (1 Juan 2:28; 3:2); da paciencia bajo las pruebas (Santiago 5:7,
8), y amonesta a la obediencia (2 Timoteo 4:1).
El doctor Renald Showers sumarizó algunas implicaciones prácticas del
arrebatamiento pretribulacional con la siguiente observación:
La inminente venida de Cristo debería tener un increíble efecto práctico en las
vidas de los cristianos individuales y sobre la iglesia como un todo. El hecho de
que el glorificado Hijo de Dios puede salir de los portales del cielo en cualquier
momento ha sido presentado por Dios como el motivo más apremiante e
incesante para la vida santa y para el activo ministerio (incluyendo misiones,
evangelismo y enseñanza bíblica), y la mayor cura para el letargo y la apatía.
Debería significar una gran diferencia en los valores, acciones, prioridades y
objetivos de cada cristiano.

17. ¿Cómo fomenta el arrebatamiento el evangelismo?


Vimos en la Pregunta 16 que 2 Pedro 3 enseña que el regreso de nuestro Señor debe
ser considerado por los cristianos no como un retardo, sino como una oportunidad para
los que todavía no han confiado en Cristo y acudido a la fe (2 Pedro 3:8, 9, 14, 15). De
modo que la inminente venida de Cristo en el arrebatamiento ha impulsado a menudo
a muchos a un estado urgente de celo evangelístico.
El doctor Tim LaHaye ha observado que los impactados por una creencia bíblica en
el arrebatamiento pretribulacional producen a menudo «una iglesia evangelística de
cristianos que ganan almas, pues cuando creemos que Cristo puede aparecer en
cualquier momento, procuramos compartirlo con nuestras amistades, no sea que vayan
a ser dejados atrás cuando Él venga.»
En nuestra propia vida hemos conocido a muchos contemporáneos que han llegado
a la fe en Cristo como resultado de esfuerzos evangelísticos mediante el vehículo de la
predicación profética. Específicamente, cientos de miles de cristianos han sido
motivados a dar testimonio evangelístico como resultado de libros como La agonía del
gran planeta Tierra, de Hal Lindsey. Y miles de personas han llegado a la fe en Cristo
como resultado de la influencia de los libros de Lindsey que se centran en el
arrebatamiento pretríbulacional.
La creencia en el pretribulacionismo fomenta el evangelismo cuando los creyentes
se sienten impactados por la realidad de que Cristo podría volver en cualquier
momento, sin ninguna advertencia previa. Así, se da prioridad a toda y cada
oportunidad para evangelizar a los perdidos. Siempre que aquellos que creen en el
regreso inminente de Cristo se han dado cuenta de las implicaciones de tal expectativa,
ello ha sido entonces un poderoso motivo para el evangelismo.

18. ¿Cómo fomenta el arrebatamiento las misiones mundiales?


Si el pretribulacionismo ha impulsado a muchos al evangelismo, entonces sería de
esperar que sirviese de gran estímulo para las misiones mundiales. Y así ha sido en
realidad.
El doctor LaHaye ha observado:

La creencia en el inminente regreso de Cristo impulsa a los cristianos y a las


iglesias a desarrollar una visión misionera de alcance mundial para alcanzar a
los perdidos para Cristo en esta generación. Tenemos más razón para creer que
Cristo vendrá en vida nuestra que cualquier otra generación desde que Él ascen-
dió al cielo y prometió regresar. Naturalmente, deberíamos anhelar
ansiosamente alcanzar a nuestros amigos con sus buenas nuevas.

El doctor Timothy Weber, historiador de la iglesia, ha observado que la creencia en


el arrebatamiento ha sido un gran incentivo para las misiones en los últimos 150 años.
Para la década de 1920, los premilenaristas declaraban que constituían «una
abrumadora mayoría» del movimiento [misionero]. Otros calculaban que los creyentes
en la inminencia de la segunda venida formaban entre el 75 y el 85 por ciento de la
fuerza misionera mundial.... los premilenaristas americanos estaban mejor
representados en el campo misionero que en las iglesias nacionales.... En lugar de
aminorar la involucración misionera, el premilenarismo la potenció.

A pesar de que algunos críticos dicen que la creencia en la venida inminente de


Cristo es un estorbo para las misiones, la realidad demuestra precisamente lo
contrario. La creencia en el pretribulacionismo ha tenido y seguirá teniendo un
impacto positivo sobre el esfuerzo misionero mundial.

Conclusión

La doctrina del arrebatamiento pretribulacional da a los cristianos una gran


esperanza para el futuro. La Biblia nunca ha dispuesto que la doctrina y la vida
espiritual estén separadas. El estudio de la profecía y la comprensión del
arrebatamiento nos dan a la vez el conocimiento de la Palabra de Dios y la expectativa
diaria del regreso de Cristo mientras le esperamos y proclamamos su evangelio.

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