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ARREBATAMIENTO
THOMAS ICE Y
TIMOTHY DEMY
Título del original: The Truth About the Rapture, © 1996 por Pre-Trib Research
Center y publicado por Harvest House Publishers, Eugene, Oregon 97402.
EDITORIAL PORTAVOZ
Kregel Publications
P. O. Box 2607
Grand Rapids, Michigan 49501 EE. UU.
Visítenos en: www.portavoz.com
ISBN 0-8254-1340-0
2 3 4 5 edición/año 01 00 99
Conclusión
Notas
Acerca de esta serie...
La serie «Profecía» está pensada para dar a los lectores un breve sumario de temas y
cuestiones individuales de la profecía bíblica. Para referencia rápida y facilidad de
estudio, estas obras se redactan en un formato de pregunta y respuesta. Las preguntas
siguen una progresión lógica, de modo que el lector que las lea seguidas conseguirá un
mejor aprecio por el tema y las cuestiones involucradas. Cada título está totalmente
documentado con notas al final del libro.
La perspectiva teológica que se presenta en toda la serie es la premilenarista y
pretribulacional. Los autores reconocen que ésta no es la única posición aceptada por
los cristianos evangélicos, pero creemos que es la perspectiva de mayor aceptación y
más destacada. Es también nuestra convicción que el premilenarismo, y de manera
específica el pretribulacionismo, es la explicación más acorde con el plan profético de
Dios revelado en la Biblia.
El estudio de la profecía y de sus intrincados componentes es una empresa detallada
y compleja, pero no es de imposible comprensión o resolución. Es susceptible de
error, malas interpretaciones y confusión. Pero esas posibilidades no deberían inducir
a ningún cristiano a apartarse del estudio de la profecía ni a alejarse de una sincera y
útil discusión acerca de la misma. El propósito de esta serie es proporcionar una
herramienta concisa y coherente a todos los que deseen una mejor comprensión de las
Escrituras. Si el lector profundiza, tendrá grandes compensaciones, y obtendrá
satisfacción al ir creciendo en el conocimiento y en el amor de nuestro Señor
Jesucristo y de su Palabra.
PRIMERA PARTE
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Introducción al arrebatamiento
pretribulacional
Arrebatamiento pre-ira —Esta postura enseña que todos los cristianos serán
tomados en el arrebatamiento aproximadamente tras el transcurso de tres cuartas
partes de la tribulación.
Postribulacionismo —Esta postura enseña que todos los cristianos serán
arrebatados al final de la tribulación.
Hay muchos argumentos en pro y en contra de cada una de las posturas acabadas de
mencionar, y esperamos tratar esos temas en futuros libros de esta serie. Sin embargo,
el propósito de esta obra es dar una presentación positiva del pretribulacionismo. Es a
esta tarea que pasamos ahora.
Es nuestro deseo en este libro dar una visión global de la perspectiva
pretribulacional. Nuestra manera de proceder será seguir un orden lógico bíblico. Así
como un constructor edifica una casa echando primero un fundamento adecuado sobre
el que edificar la casa, también la sana doctrina descansa sobre un fundamento seguro.
Nuestro examen global del pretribulacionismo puede sumarizarse en base de la
siguiente tabla compuesta de tres elementos: el fundamento, el cuerpo de la casa, y el
tejado.
Los cuatro elementos del fundamento bíblico que sustentan el pretribulacionismo
son una interpretación literal consecuente, premilenarismo, futurismo y una distinción
entre el programa de Dios para Israel y la iglesia. En la ilustración, el cuerpo de la casa
representa seis argumentos principales que se hallan en la Biblia en favor del
pretribulacionismo. No son las únicas razones para creer en un arrebatamiento
pretribulacional, pero abarcan mucha de la evidencia. El tejado de la casa representa
las implicaciones prácticas que surgen de un pretribulacionismo coherentemente
aplicado.
SEGUNDA PARTE
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Histórica
Una apropiada interpretación de la Biblia demanda que se tome en consideración el
contexto histórico. Este aspecto significa que se debe considerar el marco histórico y
las circunstancias en que se escribieron los libros de la Biblia. Explica el doctor Paul
Tan:
Contextual
Figuras de lenguaje
La interpretación literal reconoce que una palabra o frase se pueden emplear bien en
sentido llano (denotativo), bien en sentido figurado (connotativo). Lo mismo que en
nuestras conversaciones en la actualidad, la Biblia puede emplear lenguaje llano, como
«murió ayer» (uso denotativo del lenguaje). O se puede decir lo mismo de una manera
más pintoresca: «exhaló su último suspiro ayer» (uso connotativo del lenguaje). Un
punto importante a observar es que aunque podamos emplear una figura de lenguaje
para referirnos a la muerte de alguien, empleamos aquella figura para referirnos a un
acontecimiento que sucedió realmente. Algunos intérpretes creen erróneamente que
porque se pueda estar empleando una figura de lenguaje para describir un
acontecimiento (p. ej., la experiencia de Jonás en el vientre del gran pez en Jonás 2),
que el acontecimiento mismo no fue real. No es éste el caso. Se ha desarrollado una
«regla básica de interpretación» para ayudamos a discernir si un autor ha querido
emplear una figura de lenguaje o no:
Los literalistas comprenden que Isaías emplea una figura de lenguaje al enseñar que
la maldición adámica sobre la naturaleza será levantada en el milenio, cuando dice:
«todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso» (Isaías 55:12). Esta figura se
discierne por factores específicos en el contexto en que fue escrito, todo él tratando
acerca del levantamiento de la maldición sobre la naturaleza en este tiempo futuro.
Aunque se emplea lenguaje figurado, esto tendrá lugar realmente en la historia.
6. ¿Qué es el premilenarismo?
La segunda piedra fundamental que da sustento al arrebatamiento pretribulacional
de la iglesia es la doctrina bíblica conocida como premilenarismo. El premilenarismo
enseña que la segunda venida tendrá lugar antes del reinado de Cristo de mil años
sobre la tierra, con Jerusalén como capital. En la iglesia primitiva, el premilenarismo
era llamado quiliasmo, del término griego que significa mil que se emplea seis veces
en Apocalipsis 20:2-7. El doctor Charles Ryrie cita los rasgos esenciales del
premilenarismo como sigue: «Su duración será de mil años; su lugar, esta tierra; su
gobierno, teocrático, con la presencia personal de Cristo como Rey; y cumplirá todas
las promesas aún no cumplidas tocantes al reino terrenal.»
El premilenarismo está en contraste con la enseñanza postmilenarista de que Cristo
volverá después de haber reinado espiritualmente desde su trono en el cielo durante un
largo período de tiempo por medio de la iglesia durante la edad presente; contrasta
también con la similar postura amilenarista que también propone un reinado espiritual
presente de Cristo, pero desde una perspectiva pesimista. El premilenarismo bíblico es
un fundamento necesario para el pretribulacionismo, por cuanto es imposible que el
postmilenarismo o el amilenarismo den apoyo al pretribulacionismo.
El premilenarismo es sencillamente el resultado de interpretar la totalidad de la
Biblia, de Génesis a Apocalipsis, de la manera más natural: literalmente. Muchos de
los críticos admiten que si se aplica de manera consecuente el enfoque literal a la
totalidad de las Escrituras, el resultado natural es el premilenarismo. Si las promesas
del Antiguo Testamento han de ser cumplidas literalmente para Israel como nación,
entonces pertenecen todavía al futuro. Esto es también un soporte para el
premilenarismo. El premilenarismo da también un fin satisfactorio y victorioso a la
historia en el tiempo al contemplar al hombre por medio de Cristo cumplir con éxito el
mandato creacional de gobernar el mundo. El premilenarismo es un necesario
prerrequisito bíblico para erigir la posterior doctrina bíblica del arrebatamiento de la
iglesia antes de la tribulación de los siete años.
Israel
Fruchtenbaum observa que «el término Israel es contemplado teológicamente como
refiriéndose a todos los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, también conocidos
como judíos, el pueblo judío, israelitas, hebreos, etc.» Observa él que la elección
nacional distingue a Israel de aquellas naciones que no fueron escogidas (las que
conocemos como gentiles), y bosqueja cuatro razones para la elección de Israel: 1)
Fueron «escogidos sobre la base del amor de Dios ... para ser ―un reino de sacerdotes y
una nación santa‖ (Éx. 19:6, VM) ... para representar a las naciones gentiles delante de
Dios.» 2) «Dios escogió a Israel para ser receptora de su revelación y para que la
registrase (Dt. 4:5-8; 6:6-9; Mt. 23; Ro. 9:5; He. 2:16-17; 7:13-14).»
Ningún cristiano orientado bíblicamente negaría estos propósitos relacionados con
Israel. Las diferencias comienzan a surgir cuando consideramos a Israel en relación
con la Iglesia. «Algunos teólogos insisten», observa Fruchtenbaum, «en que en algún
punto la iglesia recibe las promesas dadas a Israel y que por ello viene a ser el ―Nuevo
Israel‖ (lo que se conoce como la teología del reemplazo). Algunos creen que los
términos iglesia e Israel se emplean prácticamente de modo ―intercambiable‖,
generalmente citando Gálatas 6:16, y algunos Romanos 9:6.»
Sin embargo, las personas comúnmente conocidas como dispensacionalistas
interpretan la Biblia literalmente y por ello no confunden los términos Israel y la
Iglesia, por cuanto no hay base en el texto de ningún pasaje bíblico para apoyar tal
postura.
Tras esta observación de los importantes aspectos del uso bíblico de Israel,
examinaremos ahora la naturaleza de la iglesia.
La iglesia
Fruchtenbaum da seis razones bíblicas que apoyan el concepto de que la iglesia es
una obra distinta, en la casa de Dios, de Su pueblo Israel.
1. «La primera evidencia es el hecho de que la iglesia nació en Pentecostés,
mientras que Israel hacía ya siglos que existía.» Eso, junto con «el uso del
tiempo futuro en Mateo 16:18, muestra que no existía durante el tiempo narrado
en los evangelios». La iglesia, nacida en Pentecostés, recibe el nombre de
cuerpo de Cristo (Colosenses 1:18). La entrada en el cuerpo es mediante el
bautismo del Espíritu (1 Corintios 12:13), en el que son unidos judíos y gentiles.
Es evidente que la iglesia comenzó el día de Pentecostés, por cuanto Hechos 1:5
contempla el bautismo del espíritu como algo futuro, mientras que Hechos 10 lo
vincula con el pasado, específicamente con Pentecostés.
2. «La segunda evidencia es que ciertos acontecimientos en el ministerio del
Mesías fueron esenciales para el establecimiento de la iglesia: la iglesia no
llega a la existencia hasta que han tenido lugar ciertos acontecimientos.» Esos
acontecimientos incluyen la resurrección y ascensión de Jesús para llegar a ser
cabeza de la iglesia (Efesios 1:20- 23). «La iglesia, con creyentes como el
cuerpo y Cristo como la cabeza, no existió hasta que Cristo ascendió para llegar
a ser su cabeza. Y no podía llegar a ser una entidad operativa hasta después que
el Espíritu Santo proveyese los necesarios dones espirituales (Efesios 4:7-11).»
3. «La tercera evidencia es el carácter de misterio de la iglesia.» Un misterio en la
Biblia es una verdad oculta no manifestada hasta el Nuevo Testamento (Efesios
3:3-5, 9; Colosenses 1:26, 27). Fruchtenbaum da una lista de «cuatro rasgos
definitorios de la iglesia [que] se describen como misterio: (1) El concepto de
cuerpo de creyentes judíos y gentiles unidos en un solo cuerpo es designado en
Efesios 3:1-12 como un misterio. (2) La doctrina de Cristo habitando en cada
creyente, el concepto de Cristo-en-vosotros, es llamado un misterio en
Colosenses 1:24-27 (cf. Colosenses 2:10-19; 3:4). (3) La iglesia como Novia de
Cristo es designada un misterio en Efesios 5:22-32. (4) El arrebatamiento es
designado un misterio en 1 Corintios 15:50-58. Esos cuatro misterios describen
cualidades que distinguen a la iglesia de Israel.»
4. «La cuarta evidencia de que la iglesia es distinta de Israel es la singular relación
entre judíos y gentiles, que en Efesios 2:15 es llamada ―un solo y nuevo
hombre―.» Durante la actual era de la iglesia Dios está salvando un remanente
de los dos anteriores grupos (Israel y los gentiles), y combinándolos en un tercer
y nuevo objeto: la iglesia. Esta unidad de judíos y gentiles en un solo y nuevo
hombre cubre sólo la era de la iglesia, desde Pentecostés hasta el
arrebatamiento, y después de este tiempo, Dios restaurará a Israel y completará
su destino (Hechos 15:14-18). 1 Corintios 10:32 refleja precisamente esta
división con estas palabras: «No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la
iglesia de Dios.»
5. «La quinta evidencia para la distinción entre Israel y la iglesia se encuentra en
Gálatas 6:16.» «Parece lógico considerar al ―Israel de Dios‖ (Gálatas 6:16)
como judíos creyentes en contraste a los judíos incrédulos llamados ―Israel
según la carne― (1 Corintios 10:18).» Este pasaje no da apoyo a la falsa
pretensión de los teólogos del reemplazo que pretenden que Israel es suplantado
por la iglesia. Más bien, la Biblia enseña que un remanente de Israel es
combinado con gentiles elegidos durante esta edad, para constituir una entidad
totalmente nueva que el Nuevo Testamento llama la iglesia (Efesios 2).
La teología del reemplazo trata de enseñar que por cuanto los gentiles son
descritos como «descendencia de Abraham» (Gálatas 3:29), eso es equivalente a
decir que son Israel. Pero este no es desde luego el caso. La descripción que da
Pablo de los creyentes gentiles en Gálatas 3:29 significa sencillamente que
participan en las bendiciones espirituales (esto es, la salvación) que vienen por
medio de Israel (Romanos 15:27; 1 Corintios 9:11, 14). «Los que son la
simiente espiritual son partícipes de las bendiciones espirituales judías, pero
nunca se dice de ellos que vengan a ser partícipes de las promesas físicas,
materiales o nacionales.» Por tanto, las promesas nacionales de Israel quedan
intactas, y esperan su cumplimiento aún futuro.
6. «En el libro de los Hechos, tanto Israel como la iglesia existen simultáneamente.
El término Israel se emplea veinte veces, y ekklesia (iglesia) diecinueve veces;
pero ambos grupos son siempre considerados distintos.» De modo que el
teólogo del reemplazo no tiene ninguna base bíblica real sobre la que
fundamentar su pretensión teológica de que Israel y la iglesia han venido a ser
lo mismo.
La trascendencia de la distinción
Si se niega la distinción entre Israel y la iglesia, entonces no hay base para
contemplar un futuro para Israel ni para la iglesia como un nuevo y singular pueblo de
Dios. Si Israel y la iglesia se refunden en un solo programa, entonces las promesas del
Antiguo Testamento para Israel nunca se cumplirán, y los teólogos del reemplazo
generalmente las consideran como espiritualmente cumplidas por la iglesia. La fusión
del destino de Israel en la iglesia no sólo junta en uno lo que las Escrituras presentan
como dos cosas distintas, sino que también elimina la necesidad de la futura
restauración del pueblo originalmente escogido por Dios para que se cumpla
literalmente Su promesa de que serán un día cabeza, y no cola (Deuteronomio 28:13).
Cuanto más los creyentes vean un plan preciso para Israel y un plan preciso para la
iglesia, tanto más se darán cuenta de que cuando el Nuevo Testamento se refiere a la
iglesia, está describiendo un destino y una esperanza separados para ella. La iglesia se
hace más específica en el plan de Dios. El futuro de Israel incluye los siete años de
tribulación, y luego, poco antes del regreso de Cristo a Jerusalén, se convertirá a Jesús
como su Mesías, al serles quitado el velo y contemplar la nación a Aquel que fue
traspasado. Por otra parte, la esperanza específica de la iglesia (el arrebatamiento antes
de la septuagésima semana de Daniel) es el regreso de Cristo en cualquier momento.
Así que la distinción entre Israel y la iglesia, tal como aparece enseñada en la
Biblia, da una base de sustento para el arrebatamiento pretribulacional. Los que
funden ambos programas no pueden lógicamente sustentar los argumentos bíblicos en
favor del pretribulacionismo.
TERCERA PARTE
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Acotando la cuestión
Por lo general, los postribulacionistas mantienen que si el arrebatamiento y la
segunda venida son dos acontecimientos distintos separados por unos siete años,
debería haber al menos un pasaje en las Escrituras que enseñase esto con claridad. Sin
embargo, la Biblia no siempre enseña la verdad de Dios siguiendo nuestros propios
planteamientos ni de manera que responda directamente a todas nuestras preguntas.
Por ejemplo, un unitario podría plantear una pregunta similar acerca de la Trinidad.
«¿Dónde hay al menos un pasaje en las Escrituras que diga claramente que las
Personas de la Deidad son distintas?» Los que creemos en la Trinidad contestamos que
la Biblia enseña la Trinidad, pero de una manera diferente a como él querría.
Muchas importantes doctrinas bíblicas no nos son dadas directamente en un solo
versículo; a menudo tenemos que armonizar pasajes para llegar a conclusiones
sistemáticas. Algunas verdades son directamente expuestas en la Biblia, como la
deidad de Cristo (Juan 1:1; Tito 2:13). Pero doctrinas como la Trinidad y la naturaleza
encarnada de Cristo son producto de la armonización bíblica. Tomando en cuenta
todos los textos bíblicos, los teólogos ortodoxos llegaron a reconocer con el tiempo
que Dios es una Trinidad y que Cristo es el Dios-Hombre. De manera similar, una
consideración sistemática de todos los pasajes bíblicos nos revela que las Escrituras
enseñan dos venidas futuras.
Los postribulacionistas a menudo mantienen que la posición pretribulacional está
erigida simplemente sobre la suposición de que ciertos versículos «cuadran» sólo en
tanto que se suponga que el modelo pretribulacional del arrebatamiento sea el
correcto. Pero a menudo dejan de clarificar ante sus lectores que el postribulacionismo
es igual de dependiente de suposiciones. El error del postribulacionismo procede de
dejar de observar distinciones bíblicas factuales.
Por ejemplo, el ministerio de Cristo tiene dos fases que giran alrededor de sus dos
venidas. La primera fase tuvo lugar en la primera venida de Cristo cuando vino en
humillación para padecer. La segunda fase comenzará en la segunda venida de Cristo
cuando reinará sobre la tierra en poder y gloria. Dejar de distinguir estas dos fases fue
un factor clave en el rechazo que Jesús sufrió como Mesías en su primera venida. De
la misma manera dejar de ver las claras distinciones entre el arrebatamiento y la
segunda venida lleva a muchas personas a error en la interpretación del plan futuro de
Dios.
Las diferencias entre los dos eventos (el arrebatamiento y la segunda venida)
armonizan de manera natural con la posición pretribulacional, mientras los otros
puntos de vista no son capaces de explicar con naturalidad el texto bíblico con relación
a tales distinciones. El siguiente gráfico muestra una compilación de pasajes sobre el
arrebatamiento en contraste a otros que se refieren a la segunda venida.
Con base en las referencias anteriores, podemos observar una gran diferencia en el
carácter de los pasajes que se refieren al arrebatamiento en comparación a los que
tratan con la segunda venida, tal como se resume a continuación:
John Walvoord concluye que estos ―contrastes hacen evidente que el traslado de la
iglesia es un evento bastante distinto en carácter y tiempo del regreso del Señor para
establecer su reino, y confirma la conclusión de que el traslado tiene lugar antes de la
tribulación.‖
Diferencias adicionales
Pablo habla del arrebatamiento como un ―misterio‖ (1 Corintios 15:51-54), es decir,
una verdad no revelada hasta su divulgación por los apóstoles (Colosenses 1:26),
convirtiéndolo en un evento aparte, mientras que la segunda venida está predicha en el
Antiguo Testamento (Daniel 12:1-3; Zacarías 12:10; 14:4).
El movimiento en el rapto para el creyente es de la tierra al cielo, mientras que en la
segunda venida es del cielo a la tierra. En el arrebatamiento, el Señor viene por sus
santos (1 Tesalonicenses 4:16), mientras que en la segunda venida el Señor viene con
sus santos (1 Tesalonicenses 3:13).
En el arrebatamiento, el Señor viene solamente por los creyentes, pero en su regreso
a la tierra impactará a todas las personas.
El arrebatamiento es un evento de traslado/resurrección en el que el Señor lleva a
los creyentes ―a la casa del Padre‖ en el cielo (Juan 14:3), mientras que en la segunda
venida los creyentes regresan del cielo a la tierra (Mateo 24:30). Hindson dice, ―Los
diferentes aspectos del regreso de nuestro Señor están claramente delineados en las
propias Escrituras. La única cuestión real en el debate escatológico es el intervalo de
tiempo entre ellos.‖
CONCLUSIÓN
Las distinciones entre la venida de Cristo en el aire para arrebatar a Su iglesia son
demasiado grandes para ser reducidas a una sola venida al final de la tribulación. Estas
distinciones bíblicas proveen una fuerte base para la enseñanza del rapto pre-
tribulacional. Cuando consideramos que a la iglesia se le promete la exención de la
tribulación de Israel (1 Tesalonicenses 1:10; 5:9; Apocalipsis 3:10) y que la 70ª
semana de Daniel (Daniel 9:24-27) es para Israel y no para la iglesia, tal como las 69
semanas anteriores, entonces solamente es lógico deducir que la iglesia será arrebatada
antes de la tribulación. Tal esperanza es de hecho la "Bienaventurada Esperanza".
Amén; sí, ¡ven, Señor Jesús! ¡Maranatha!
El juicio “bema”
2 Corintios 5:10 enseña que todos los creyentes de esta era deben presentarse ante el
tribunal de Cristo en el cielo. Este evento, a menudo conocido como el "juicio bema"
(véase también Romanos 14:10; 1 Corintios 3:10-15; 4:2-5), es un evento jamás
mencionado en los relatos concretos relacionados con la segunda venida de Cristo a la
tierra. En cambio, la segunda venida trae consigo el juicio de Dios a los incrédulos,
expresado normalmente por alguna forma de la palabra griega krinô. Así, se puede
establecer a partir del texto bíblico que el juicio bema – se aplica sólo a los creyentes
de la edad de la iglesia, mientras que el juicio krinô es para los incrédulos.
La Biblia indica que cada individuo perteneciente al Cuerpo de Cristo comparecerá
ante el bema en asociación con el regreso de Cristo por la Iglesia (es decir, el rapto
pretribulacional). El Dr. Robert Gromacki observa:
Dado que la ejecución normal de un juicio como éste requeriría cierto tiempo, el
intervalo de siete años entre ambos juicios explica muy bien ese requisito.
Cualquiera sea el punto de vista que uno tenga sobre el regreso de nuestro
Señor, una cosa es clara en la Escritura profética, la boda tiene lugar en el cielo
(Apocalipsis 19:7-9) antes del regreso triunfal de Cristo con Su Iglesia redimida
a Su lado (Apocalipsis 19:11-16).
Los no pretribulacionalistas no explican cómo la iglesia llegó al cielo antes de
regresar con Cristo a la batalla de Armagedón. En el mejor de los casos, algunos
sugieren que son "arrebatados" después de la Tribulación sólo para regresar
inmediatamente con el Señor. Este arreglo, sin embargo, ¡deja poco o nada de
tiempo para la boda!
Los 24 ancianos en el cielo
Los 24 ancianos de Apocalipsis 4:1-5:14 se entienden mejor como representantes de
la Iglesia. El Dr. Charles Ryrie explica:
El hecho de que el juicio de las naciones se produzca antes del milenio y por
tanto prevea la población de la tierra milenaria, constituye un fuerte argumento
para el pretribulacionismo. Porque un rapto postribulacional no dejaría ninguna
oveja para este juicio. Si los pretribulacionistas están en lo cierto al situar este
juicio antes del milenio, entonces el postribulacionismo recibe un rotundo golpe.
El futuro de Israel
Un intervalo de tiempo es necesario para que el programa de Dios para la iglesia, un
tiempo en que judíos y gentiles están unidos en un cuerpo (cf. Efesios 2-3), no se
mezcle de ninguna manera con su plan pendiente y futuro para Israel durante la
tribulación. El Dr. Renald Showers observa:
Todos los otros puntos de vista del Arrebatamiento hacen que la Iglesia sufra
por lo menos parte de la semana 70, lo que significa que estos otros puntos de
vista mezclan el programa de 70 semanas de Dios para Israel y Jerusalén con su
programa para la iglesia.
CONCLUSIÓN
El rapto pretribulacional de la iglesia no sólo satisface la necesidad bíblica de
establecer una distinción entre el traslado de los santos de la era de la iglesia en el
rapto, previo a la segunda venida, sino que también maneja sin problema la necesidad
de una brecha temporal, que armoniza una serie de eventos bíblicos futuros. Este
criterio de un intervalo temporal de siete años refuerza la probabilidad de que el
pretribulacionismo refleje mejor el punto de vista bíblico.
El hecho de que Cristo podría volver pronto, en cualquier momento (pero puede que
aún no) es un apoyo para el pretribulacionismo. ¿Qué pasajes del Nuevo Testamento
enseñan esta verdad? Entre los versículos que enseñan que Cristo podría volver en
cualquier momento, sin advertencia, y que instruyen a los creyentes a esperar y anti-
cipar la venida del Señor se incluyen:
1 Corintios 1:7 — «esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.»
1 Corintios 16:22 (RV60) — «Maranatha.»
Filipenses 3:20 — «Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.»
Filipenses 4:5 — «El Señor está cerca.»
1 Tesalonicenses 1:10 — «y esperar de los cielos a su Hijo.»
Tito 2:13 — «aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.»
Hebreos 9:28 — «así también Cristo ... aparecerá por segunda vez, sin relación
con el pecado, para salvar a los que le esperan.»
Santiago 5:7-9 — «Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del
Señor ... porque la venida del Señor se acerca.... he aquí, el juez está delante de
la puerta.»
1 Pedro 1:13 — «y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando
Jesucristo sea manifestado.»
Judas 21 — «esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida
eterna.»
Apocalipsis 3:11; 22:7, 12, 20 — «Ciertamente vengo en breve.»
Apocalipsis 22:17, 20 — «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye,
diga: Ven.... El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en
breve. Amén; sí, ven. Señor Jesús.»
Hay sin embargo un extraño silencio en cuanto a este término en los capítulos 4
– 19. Este hecho es especialmente digno de mención cuando se contrasta tal
ausencia con su frecuente presencia en los primeros tres capítulos. Una buena
razón de este fenómeno es la ausencia de la verdadera iglesia y de verdaderas
iglesias evangélicas en los siete años antes de la segunda venida. Los verdaderos
creyentes de la iglesia han ido a presencia de Cristo en el cielo antes del inicio
de los acontecimientos del período de siete años. La iglesia no es mencionada
durante los juicios de los sellos, de las trompetas y de las copas, porque la
Iglesia no está aquí durante el derramamiento de esos juicios.
Por cuanto Dios ha prometido que la iglesia no puede pasar por el tiempo de «la ira
del Cordero» o «el gran día de su ira» (Apocalipsis 6:16, 17), la iglesia será llevada al
cielo antes de este tiempo.
El perdón de los pecados por medio de Cristo prepara a la iglesia de modo que no
sea tomada de improviso por el día del Señor (1 Tesalonicenses 5:1-9), el cual incluye
la tribulación. Esto se conseguirá mediante el arrebatamiento, mencionado en el
capítulo precedente (1 Tesalonicenses 4:13-18).
Por medio de la iglesia de Filadelfia (Apocalipsis 3:10), a la iglesia se le promete de
manera explícita que será guardada «de la hora de la prueba», que es la tribulación.
Aquí tenemos un claro pasaje que enseña que la iglesia escapará de la tribulación, por
cuanto Dios se ha propuesto que será «para probar a los que moran sobre la tierra».
A los creyentes se les promete ser guardados de la hora de la prueba. Eso significa
que la iglesia está totalmente ausente del período de tiempo de esta hora de prueba. Se
dice que será una prueba de carácter mundial. Además, será para probar «a los que
moran sobre la tierra». El término griego para «moradores de la tierra», una sola
palabra, se emplea otras diez veces en Apocalipsis (6:10; 8:13; 11:10 [dos veces];
13:8, 12, 14 [dos veces]; 17:2,8) como «una compañía de gente constantemente a la
vista en todo Apocalipsis como objetos de la ira de Dios a causa de su rebelión contra
Él.... Esos son hombres dados al mal y al odio contra los santos de Dios.» Así, no
podría ser mayor el contraste entre lo que Dios tiene reservado para su iglesia y para
los incrédulos. Cada aspecto de este pasaje da apoyo al pretribulacionismo.
El remanente piadoso de la tribulación es presentado como perteneciente a Israel, no
como miembros de la iglesia. Así, los pretribulacionistas no intentan confundir
términos generales como escogidos y santos, que se usan en la Biblia de todos los
salvos de todas las edades, con términos específicos como iglesia y los que están en
Cristo, que se refieren sólo a creyentes de esta era.
La naturaleza y el propósito de la iglesia se designan como singulares y separados
de Israel. Esto da una base bíblica para el traslado de la iglesia antes que Dios
consume los siete años finales que conducen a la redención de Israel. Hemos visto que
hay pasajes específicos que prometen el traslado de la iglesia antes que comience el
tiempo de la tribulación. Esto sólo puede tener sentido dentro de un contexto
pretríbulacional.
Para quien esté familiarizado con el discurso del Aposento Alto hecho por el
Señor Jesús, como indudablemente Pablo lo estaba, la fluctuación entre el
neutro y el masculino refleja cómo se considera al Espíritu Santo. Ambos
géneros son apropiados, dependiendo de si el orador (o escritor) piensa en la
concordancia natural (masc., debido a la personalidad del Espíritu Santo) o en la
gramatical (neutro debido al nombre pneuma; véanse Juan 14:26; 15:26; 16:13,
14). ... Esta identificación del que detiene, con profundas raíces en la historia de
la iglesia ... es muy atractiva. La presencia especial del Espíritu como aquel que
habita en los santos terminará abruptamente en la parusia como comenzó
abruptamente en Pentecostés. Cuando el cuerpo de Cristo haya sido arrebatado
al cielo, el ministerio del Espíritu volverá de nuevo a lo que hacía por los
creyentes en el período del A.T. ... Su función de refrenar el mal por medio del
cuerpo de Cristo (Juan 16:7-11; 1 Juan 4:4) cesará de manera similar a la
manera en que puso fin a su acción de contender en los días de Noé (Génesis
6:3). En aquel punto, se dará rienda suelta a la iniquidad y comenzará la
rebelión inspirada por Satanás. Parece que to katechón («lo que retiene») era
bien conocido en Tesalónica como un título del Espíritu Santo, de quien los
lectores habían venido a depender en sus intentos personales de combatir la
iniquidad (1 Tesalonicenses 1:6; 4:8; 5:19; 2 Tesalonicenses 2:13).
Una interpretación natural de este pasaje lleva a identificar al Espíritu Santo como
el que detiene. Este punto de vista da apoyo al pretribulacionismo.
Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque
lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber
agradado a Dios.
CUARTA PARTE
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Puesto que todas estas cosas han de ser desechas, ¡cómo no debéis vosotros
andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la
venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y
los elementos, siendo quemados, se fundirán! ... Por lo cual, oh amados, estando
en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha
e irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es
para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría
que le ha sido dada, os ha escrito (2 Pedro 3:11, 12, 14, 15).
Conclusión