Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Ciclónicas
Encuentro de escritoras hondureñas
C U E N T O
Tatiana Sánchez
(Danlí, El Paraíso, Honduras 1993) Lingüista y docente de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Máster en lengua y
literatura hispánica por la UNAN-LEÓN. Activista de diferentes
colectivos artísticos como: Colectivo artístico Xoxonal (CAX) 2015,
colectivo Artístico Apolión 2016, miembro activa de la Asociación
Nacional de Escritoras Hondureñas (ANDEH). Organizadora
encuentro anual de mujeres artistas “Nos llaman Brujas” desde el
2017. Coordinadora del Proyecto “Bibliotecas Rurales”, bailarina
del cuadro de danza Folklórica “Tierra nuestra UNAH”. Artista
polifacética, músico de carretera y artesana.
Ciclónicas
Encuentro de escritoras hondureñas
C U E N T O
Ciclónicas N°13.
(Cuento)
CICLÓNICAS:
Encuentro de escritoras hondureñas
Primera edición
septiembre 2020
© de los cuentos: Tatiana Sánchez
Edición bajo el cuidado de Armando Maldonado
Corrección de textos: Iveth Vega
Publicado por Ediciones MALPASO, propiedad
de Inversiones Culturales Honduras: ICH.
Tegucigalpa, MDC. Honduras.
Septiembre de 2020
-5-
Una vez por mes el alcalde, el párroco y los diez niños subían al Cerro
de La Cruz; ambos vestían de negro y los niños todos de rojo carmesí. Los
niños iban preparándose para poder ser colaboradores de la iglesia y
convertirse en acólitos, por lo cual debían de cumplir con una rigurosa
rutina de purificación del alma y largas caminatas de madrugada
específicamente a las 3:00 am. El Cerro de La Cruz tenía estaciones donde
estaban impresas en vitrales, imágenes del santo viacrucis y debajo de estas
se iluminaban símbolos desconocidos que se aparecían con el resplandor
de la enorme luna, todos debían de tocar estos símbolos con la sien.
Los siguientes meses las actividades eran similares, los niños danzaban
y el mismo señor seleccionaba a uno que iría con él. En ocasiones los
hacían rezar desnudos mientras saltaban la cuerda, otras, el primero que
llegara a las piernas del “mostachón” –como ellos le llamaban- ganaba
como premio un pedazo de tarta que lo hacía dibujar cosas extraordinarias
en el suelo y ésta con un poco de luz de las estrellas se iluminaba haciendo
correr a los demás por el contorno del mismo. Con los meses uno a
uno eran seleccionados los niños.
-7-
La tierra prometida
A mi comunidad: Corral Falso
“Porque para cada uno la tierra prometida tiene muchas caras y diferente forma, incluso la
muerte.”
Esas eran sus excusas o más bien sus argumentos. La verdad es que él
ya no necesitaba trabajar, gracias a él y a su esposa sus hijos eran
profesionales y cada quien trabajaba, hasta los ayudaban a ellos, pero el
temor a sentirse un inútil le carcomía el orgullo, ¿qué haría todo el día en
su casa? Era una de las preguntas que constantemente se hacía.
-8-
no podía dejar de pensar en su vida como chofer e iba mirando sin mirar,
todos los movimientos y maniobras eran ya mecánicas. Llegó la hora que
aquél señor se bajara del autobús, antes de bajar lo miró a los ojos y le dijo:
—Ya es hora. —
Para muchos de ustedes esto pude ser insignificante, pero para alguien
que ha trabajado toda su vida en el mismo camino era una idea descabellada.
Aceleró a todo lo que daba el viejo autobús repitiendo —¡ya llegué a mi
tierra prometida, ya llegué a mi tierra prometida, no lo puedo creer por fin
llegué a mi tierra prometida!— y con toda la convicción del mundo se
dirigió derechito al precipicio.
-9-
Huevos estrellados:
el calentamiento no es un cuento
-10-
nos vemos de frente, es sentirse como las hormigas que tratabas de
incendiar con una lupa cuando eras niño; ahora ya no me parece divertido.
El enorme ojo roji-naranja nos penetra desde el cielo por todos lados,
como escudriñando en lo más profundo de nuestro ser y nos castiga con su
furia infernal que se siente en la piel; falta una sombra que cobije, falta
saliva en los labios, falta conciencia en la gente. El regreso a casa se vuelve
utópico.
-11-
Cabeza de pájaro
“Si me encierran
cantaré,
cantaré
como un ave con dolor”
-12-
cegatona, tropezando muy a menudo, pero sin dejar de hablar mal de las
personas. Igual yo debo obedecerla y con ella sí se me permite hablar —de
todas maneras, no lo hago, prefiero quedarme en silencio—.
Ella me repite una y otra vez cómo debo comportarme, cómo cuidar de su
hijo, ahora mi marido, cómo lavar su ropa, cómo cocinarle sus platillos
preferidos, cómo dejarme usurpar en el acto sexual y mantenerme alejada
de las “cosas de los hombres”.
Desde que me casé con Germán, mi vida ha cambiado poco. Los malos
tratos son igual o peores. Anoche, por ejemplo, dejé caer una taza de
vidrio, se rompió y olvidé recogerlo, cuando Germán se levantó a mitad de
la noche, casi dormido y descalzo para tomar un vaso de agua, se hirió los
pies y gritaba enfurecido maldiciones a mi nombre, corrí para socorrerlo,
pero él me esperaba con un pedazo de vidrio decidido a cortarme la boca
para que dejara mi mutismo engendrado.
Corrí como pude a esta habitación para evitar a la bestia. Contemplo
despojada y despreocupada mi alrededor. ¡Lo he decidido! ¡Sí! ¡Hoy
mismo me largo de aquí, de esta estúpida y legal jaula! ¡Hoy esta cabeza de
pájaro va en busca su libertad!
-13-
Ninfa del mediterráneo
— ¡por Dios, soy la mujer más afortunada del mundo, ella me eligió a
mí para mostrarse, yo sabía que existían, yo lo sabía— pensó para sí
misma en voz baja y en calidad de histeria.
-14-
cabello y brincando de emoción viendo los tres metros de cola de pescado,
la extraña criatura parecía mantener todo en calma, siguiendo con la vista
todos los pasos de la muchacha de arriba abajo, como si esto fuera muy
común ya para ella.
—Telma, hija, llevas dos días sin salir ¿te encuentras bien?— Hablaba
su madre desde fuera de la habitación con un tono de voz casi indiferente
a la situación.
—He estado muy agotada por lo paseos que hemos realizado, ese paseo
al Mar Muerto me dejó muerta— su madre sonrió desde el otro lado de la
puerta y se tranquilizó.
Lo que su madre no sabía era el recelo de sirena por Telma. Cada que
ella decidía salir, Nereida manipulaba sus sentimientos, la seducía
terminado ambas en la bañera, haciendo que perdiera completamente el
interés por salir al mundo exterior.
Sirena gimió y rugió molesta al ver que Telma se decida a salir, con la cola
evitó sus pasos y se apoderó de la puerta. Con sus uñas de marfil rasguñó el
vientre de la pobre niña de diecisiete años, quien intentaba gritar, pero de su
boca no salía voz alguna. Sirena se abalanzó sobre ella y nuevamente laceró el
vientre, de inmediato introdujo su mano y arrebató una pequeña bolsa de
placenta conteniendo algo... una pequeña figura humanoide.
Telma al verse rota desde adentro quiso llorar, había comprendido todo.
Fue elegida para gestar en su vientre un pequeño ser mítico y ahora debía
morir.
Ahí sin que nadie lo supiera la sirena y su hijo por fin fueron libres.
-17-
Índice
5 El alcalde de las actividades satánicas
8 La tierra prometida
12 Cabeza de pájaro
Ciclónicas
Encuentro de escritoras hondureñas
C U E N T O