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Resumen: En la ensenada de Cariño (Ferrol, A Coruña) son conocidos desde hace años
los restos de un pecio de identidad y cronología indeterminada. La documentación biblio-
gráfica e histórica, y la tradición local, coinciden en situar en esta zona el hundimiento de
la nave veneciana La Ragazzona, capitana de la escuadra levantina de la Gran Armada
de 1588. La Universidad de Santiago de Compostela ha iniciado un proyecto de inves-
tigación acerca de la identificación de los restos arqueológicos de esta nave. Se presen-
tan ahora los primeros resultados de la prospección de la zona, cuyo objeto es por una
parte documentar y cartografiar los restos arqueológicos de la zona, con especial interés
821
en elementos que permitan datar e identificar el pecio referido. Por otro lado, se preten-
dió valorar el régimen de deposición de sedimentos aportados en la zona tras la cons-
trucción del Puerto Exterior de Ferrol, protegido por un gran dique de abrigo.
Palabras clave: Naufragio, Prospección subacuática, Siglo xvi, Italia, Armada Invencible.
Abstract: In the deeps of Cariño’s cove (Ferrol, A Coruña) has been known for years, by
amateur and by military divers from the Navy base Ferrol. They founded the remains of a
historical shipwreck, with indeterminate chronology and identity. Bibliography, Historical
documentation and local tradition are agree to place in this area the shipwreck of the «The
Ragazzona», The Levantine captain ship of The Spanish Armada who returned from Eng-
land in 1588. The University of Santiago de Compostela, has initiated a research project on
the identification of archaeological remains located in the Cariño´s cove. Are now presented
the first results of the underwater survey of the area, whose purpose is twofold: first, to
document and map the archaeological remains of the area; second, to check the area and
the sedimental processes there after the construction of the Outer Harbour of Ferrol, who
changes the rate of deposition of sediments in the archaeological site.
Key words: Shipwreck, Underwater survey, 16th Century, Italy, Spanish Armada.
Introducción
Estudio previo
De acuerdo con los datos aportados por Casado Soto (1988) y Fernández Duro (1845), La
Ragazzona o Regazona2 era una nave veneciana que la Corona embargó en Lisboa para
formar parte de una de las nueve escuadras regionales de la Grande y Felicísima Armada,
en este caso la escuadra de Levante, formada por barcos mediterráneos, de origen ita-
liano3. Fue la capitana de la escuadra, y en ella iba su comandante, el marino bilbaíno
Martín de Bertendona y Goronda. De acuerdo con el plan original la nave se situaría en
la vanguardia y ala izquierda de la Gran Armada, durante todo el trayecto y paso por el
canal de la Mancha (Konstam, 2011: 142). A las órdenes de don Alonso de Leiva forma-
ría parte de esta sección de veinte navíos, y participaría en el «grupo de socorro»: los bar-
cos de mayor porte de esa sección encargados de la defensa y apoyo del resto de navíos.
Tomaría parte de los combates más duros, como por ejemplo en el combate de Portland,
en que se enfrentaría al Ark Royal y a Howard (Konstam, 2011: 154).
Tras el periplo de retirada de la armada hispánica, circunnavegó las costas de Gran Bre-
taña e Irlanda, y se separó del grueso de la flota. Aunque no tenemos relatos directos de
su navegación por las costas de Irlanda, seguramente sufrió los azares que sufrieron tan-
tos otros navíos de las escuadras, pues pierde cables y las dos anclas mayores, probable-
mente en fondeos inseguros a lo largo de la costa. Pierde también el batel, probablemente
en algún desembarco en Irlanda en busca de provisiones. Llega a Galicia muy dañada de
jarcias y velas, de los temporales sufridos en viaje de retorno (Urgorri, 1987: 237).
La escuadra de Levante será una de las que más bajas sufrirá, junto con la escuadra
de Urcas. Tan solo la Ragazzona y dos navíos más llegarán a la Península, a Cantabria y
Galicia. No es un hecho extraño, pues eran los navíos más lentos, pesados y menos mari-
neros de todas las escuadras. En este sentido recordamos las palabras de Felipe II, recopi-
ladas por Fernández Duro (1845: 153): «Bien veo que, como decís, las naves levantiscas son
menos sueltas y más tormentosas para estos mares que las que se hacen por acá» (fig. 1).
Escua- Martín
dra de de Berten-
Levante: dona
Tone-
Cons- Toneles
Capitán Tipo ladas Cañones Marineros Soldados Destino E M P
trucción Macho
Sueldo
La Re- Martín de
gazona Berten- Nao Adriática 1.249 1.079 30 80 333 Regresó 33,91 12,16 6,9
(Capitana) dona
La Lavia Martín de
Nao Adriática 728 607 25 71 271 Perdido 29,31 10,49 6,18
(Almiranta) Aranda
La
Alonso Medite- 823
Trinidad Nao 1.100 956 42 75 338 Perdido 34,32 11,94 7,24
Luzón rránea
Valencera
San Fran-
cisco de Galeón Tirrénica 961 883 89 294 Perdido 39,27 10,15 6,22
Florencia
La Rata
Santa Alonso de Medite-
Nao 820 713 35 93 355 Perdido 31,13 10,83 6,56
María En- Leiva rránea
coronada
Santa
María de
Nao Tirrénica 800 696 26 63 279 Perdido 32,06 10,83 6,48
Gracia (S.
J. Sicilia)
Diego
Medite-
La Juliana Téllez Nao 860 748 32 65 290 Perdido 31,63 11 6,67
rránea
Enríquez
La Trini-
dad de Nao Tirrénica 900 815 22 66 342 Regresó 31,61 10,63 6,61
Escala
San
Nicolás Nao Tirrénica 834 695 26 68 226 Regresó 30,6 10,42 6,61
Prodanelli
La Anun-
Nao Adriática 703 586 24 80 200 Perdido 27,58 10,06 6,61
ciada
Santa
María de Nao Tirrénica 666 472 18 38 183 Perdido 27,3 9,19 5,74
Visón
Figura 1. Escuadra de Levante, relación de navíos y características. Datos tomados de Casado Soto (1988: 217), Martin y
Parker (2011:451) y algunos datos de Fernández Duro (1845:197).
Sabemos por el gran artículo publicado por Fernando Urgorri Casado lo que le acon-
tece a la Ragazzona tras llegar a Galicia (1987:236,240). La nave llega a la ría de Muros el 10
de octubre de 1588. Es probable que su capitán quisiera llevarla a Lisboa, para ser devuelta
a sus dueños, pero los daños considerables que sufre le hacen quedarse allí. Por orden del
rey, Felipe II, el marqués de Cerralbo, gobernador de Galicia, reclama a Bertendona que el
navío debe ir a A Coruña, para realizar las reparaciones definitivas y ser devuelta a su legí-
timo dueño. Finalmente el domingo 3 de diciembre, ante la insistencia, la nave emprende la
singladura entre Muros y Coruña. Sufre un temporal de oeste-noroeste a diez leguas de La
Coruña. Le rompe la vela mayor, obligándole a navegar solo a trinquete, y la acaba empu-
jando a tan solo treinta pasos de las Islas Sisargas donde se afirma en un fondo de roca. Pese
a las reticencias de los pilotos y tripulantes de Muros, que viéndose perdidos le pedían que
diese de través en la playa y salvasen sus vidas, el recio marino decide intentar salvar el barco.
Aguanta y da cuatro cañonazos de auxilio. Serán respondidos por dos pinazas vizcaínas de
Malpica, probablemente balleneras, que lo auxilian, remolcando la nave por el angosto paso
de las Sisargas. Llega a una legua del puerto de A Coruña la noche del día 7, y ante la impo-
sibilidad de entrar en puerto, pese a los intentos de remolque de las galeras Diana y Prin-
cesa, fondea con el único ancla que le quedaba (había perdido sus dos últimas anclas y cables
en las Sisargas) y una más que le facilita otro barco. Esa noche, otra tormenta la hace garrear
hacia la ría de Betanzos, hasta que el viento rola, y la hace derivar, sin gobierno, hacia la ría
de Ferrol, donde intenta afirmarse con una pequeña ancla que llevaban, sin éxito. El navío
se va contra la playa, y encalla, el día 8 de diciembre de 1588.
Las semanas siguientes se intenta recuperar la nave, y se aligera de artillería y basti-
mentos. Pese a los esfuerzos la nave se quiebra y ante tantos daños estructurales como
824 sufría, se hace imposible el rescate (Urgorri, 1987: 240).
La artillería rescatada de la Ragazzona se usará unos meses más tarde, en mayo 1589,
desde el nuevo castillo de San Antón, que estaba en construcción. Su capitán, parte de
sus tripulantes y la artillería del barco reforzarán las defensas de A Coruña durante el
asalto inglés de la Contraarmada de Francis Drake y John Norris. Serán determinantes los
restos de la Gran Armada llegados a Galicia para la protección de la plaza, que junto a
heroínas y héroes anónimos y famosos consiguieron rechazar un ejército muy superior
en número (González Garcés, 1989).
No disponemos de documentación acerca de los azares del barco tras las infructuosas
labores de rescate, y su posterior abandono. Pero suponemos que una nave encallada en
las cercanías de una playa, habrá sido paulatinamente desmontada, recuperándose todos
aquellos objetos que pudiesen tener algún valor pecuniario o utilidad.
Queda bastante confuso en las diversas recopilaciones de noticias y autores por noso-
tros consultadas, el tema de la definición tipológica del barco, oscilando desde la denomi-
nación galeaza, hasta carraca, pasando por la de de galeón o nao. En este caso debemos
referirnos que la documentación por nosotros consultada del Archivo General de Simancas
(Secciones de Guerra y Marina –anteriormente Guerra Antigua– y Contaduría de Sueldo)
insiste en denominarla Nave veneciana. Para este caso, y en este problema de la defi-
nición del barco seguiremos el magnífico trabajo publicado por José Luis Casado Soto
(1988) que define a la Ragazzona como nave. Su interpretación nos lleva a concluir su
identificación como una nao mediterránea, que él diferencia de la cantábrica con este tér-
mino (pues el término nave se aplica genéricamente a barcos de diversa tipología). En su
libro refiere como características de este tipo su acusado volumen de obra muerta, y una
mayor manga que las naos cantábricas. Para el caso específico de la Regazona menciona
que fue construida en Venecia o Ragusa, con una técnica constructiva de origen adriático,
pues tenía un coeficiente de eslora/manga de 2,78, que la diferenciaba notablemente de
las levantiscas de origen tirrénico, con coeficientes de entre 2,94 y 2,97.
Con respecto a los autores gallegos que tratan el tema de este naufragio, el primero
en publicar algún dato o documentación acerca de la Ragazzona es Fernando Urgo-
rri Casado (1987) que narra los acontecimientos y azares de la nave desde su llegada
a Muros, utilizando la documentación transcrita por Sans Barrutel o la obra de Fernán-
dez Duro.
Otro autor que trata el tema de la Ragazzona es Fernando Patricio Cortizo, que la cali-
fica como nave genovesa (2000: 96) y menciona como dato importante, que intenta fon-
dear en la playa de Cariño con la única ancla que le quedaba, hundiéndose en la Punta
de Fornelos. La califica de Almiranta de las naves de Levante.
El arqueólogo Ramón Patiño (2002: 22) en su catalogación duplica como dos nau-
fragios independientes la información del hallazgo de 1990, que luego describiremos, y
del hundimiento de la Regazona, sin incluir más precisiones geográficas ni de uno ni de
otro que el de que se hallan en la ría de Ferrol.
Miguel San Claudio (2003: 25), vuelve a incluir el pecio de la Ragazzona en su recopi-
lación, y lo identifica como un galeón genovés, embarrancado en la ensenada de Cariño
cuando intentaba entrar en Ferrol.
Hixinio Puentes Novo (2003: 19) al describir a la Ragazzona la denomina galeón
de guerra, vuelve a calificarla de Almirante y la da por hundida en Punta Fornelos, en
la ensenada de Cariño. Menciona también que unas prospecciones arqueológicas en el
2001 estuvieron a punto de confundir el barco con un mercante de mediados de siglo
xviii. ¿Quizás se refiera al pecio de Punta Barbeira, que luego veremos? 825
Respecto a la documentación más puramente arqueológica que hemos localizado, dis-
ponemos de un indicio claro de un naufragio: el hallazgo a mediados de enero de 1990,
por parte de un pescador de erizos4, a unos 10 m de profundidad de: «…cinco cañones,
una ancleta y restos de varias ánforas de barro…». Le adscriben una cronología a los res-
tos del siglo xv al xviii. Aunque la noticia de prensa no precisa el área específica de apa-
rición, apunta indirectamente hacia la ensenada de Cariño.
Conocemos que a principios de febrero y otra vez a inicios de diciembre de 1990 la
Unidad de Buceo de la Armada realiza un par de inmersiones en dichos restos ubicados
en Punta Fornelos, con la redacción de un somero informe y fotografías que se encuen-
tran únicamente en el Museo Naval de Ferrol, y que el escritor Luis Gorrochategui San-
tos ha publicado parcialmente (2011: 133).
En el preinventario de yacimientos arqueológicos subacuáticos de Galicia de la Xunta
de Galicia, la Ragazzona aparece reflejada en el catálogo, con el código 2.48. Sus datos
aparecen de manera individualizada, pero con la misma ubicación de la ensenada de
Cariño. El hallazgo de 1990 denominado aquí Cañota, Restelos (código 2.51), se ubica en
el catálogo en otro sitio, en Punta Barbeira. Se apunta también en esta última ficha (2.51)
a que la Xunta pagó una prospección en la zona de la que se desconocen los resultados.
Aparte de estos «dos» yacimientos solo está inventariado documentalmente en la zona
el hundimiento del Príncipe Carlos, fragata sueca procedente de Puerto Rico, que se hun-
dió en un punto desconocido del entorno de Cariño, en 1771 (código 2.52).
4 Juan José Piñeiro Estraviz. Noticia en La Voz de Galicia, El Ideal Gallego y en El progreso. Fecha: 24 de enero de 1990.
Las obras de creación del Puerto Exterior de Ferrol-Caneliñas llevaron las consecuen-
tes labores de E.I.A. en toda la zona de la ensenada de Caneliñas-Cariño. Se descartaron
labores arqueológicas en el pecio de Punta Fornelos, por ser su ubicación compatible
con las obras proyectadas (ubicarse a más de 200 m del área a proyectar).
No obstante se realiza prospección en el entorno inmediato, localizando los restos de
un naufragio, que en un inicio se presupone podrían ser los de la Ragazzona (de ahí
quizás la confusión de Hixinio Puentes). Posteriores actuaciones en la zona, en mayo-
junio del 2001, revelan que este pecio hallado en Punta Barbeira, correspondía a un
mercante alemán de casco de madera y forro de cobre, hundido a finales del siglo xix5.
En la zona de Punta Viñas se localizan materiales dispersos de época moderna y con-
temporánea, de los que ulteriores actuaciones no aportaron más datos. También se men-
ciona el hallazgo de un posible falconete descontextualizado, notificado a las autoridades
en 1991, y que no pudo ser relocalizado6.
Con todos estos antecedentes y estudios previos acerca del naufragio y los condicionan-
tes, estudios bibliográficos, cartográficos y documentales, se decidió seleccionar una pri-
mera área de trabajo, asumible por nosotros en el tiempo de trabajo planeado.
Debido a los condicionantes del naufragio, supusimos en buena lógica la localización
de los posibles restos a la entrada de la ría, ya que todo el mundo conoce la dificultad de
826 entrada a vela en la ría de Ferrol, máxime con temporal, y un navío en tan mal estado y
falto de tripulación. Debíamos descartar el espacio del Puerto Exterior, ya prospectado
y sin resultados en la localización de un naufragio que coincidiera con las características
del navío que estábamos procurando.
Centramos la planificación de la búsqueda en la banda Este de la zona, y como pri-
mera área de búsqueda la ensenada de Cariño. Esta es una zona mencionada de antiguo
como buen fondeadero (Tofiño 1793) y parecía la zona de playa más lógica y posible
de varada del navío. Por otra parte esta zona tenía el potencial arqueológico ya mencio-
nado, refrendado por la información bibliográfica y las noticias de prensa que teníamos,
y que mencionaba la existencia de un pecio en su entorno, cuyos restos se interpreta-
ban por diversos autores como pertenecientes al naufragio de la Ragazzona.
Los procesos de sedimentación en el entorno nos daban también una urgencia rela-
tiva en la asunción de labores de búsqueda, antes de que los sedimentos pudiesen cubrir
el yacimiento arqueológico y no fuese posible detectarlo visualmente (véase fig. 2).
Ya acotada una zona de prospección asumible en un desarrollo de tan solo cinco días
de trabajo, centrada en la ensenada de Cariño, nos propusimos la realización de los tra-
bajos planeados. Como ya adelantábamos, esta primera etapa de proyecto de investiga-
ción, protección y difusión del pecio supuesto de la Ragazzona, debía cristalizar en un
trabajo de campo, que tuvo cinco objetivos básicos, de vital importancia en la evalua-
5 Prospección arqueológica en la Ensenada de Cariño, Ferrol. Sondeos valorativos. Informe final dirigido y redactado por el
arqueólogo subacuático Alberto González Fernández.
6 Estudios complementarios al estudio de impacto ambiental de las obras de ampliación del puerto de Ferrol. Prospección
arqueológica subacuática y terrestre, redactado y dirigido por el arqueólogo subacuático Alberto González Fernández (p. 36).
827
Figura 2. Área seleccionada para la prospección arqueológica subacuática. Nótese la diferencia del entorno entre la
ortofoto de 2011 y la del 1957 (vuelo americano).
dos inmersiones al día en el área seleccionada. Cada una de las inmersiones tendría una
duración de entre sesenta y noventa minutos por turno, no superando en ningún caso
las tres horas de inmersión por jornada, como es preceptivo.
La dinámica de trabajo consistía en el barrido de áreas previamente escogidas, deli-
mitadas por boyas posicionadas, a fin de ir eliminando zonas y acotando el espacio de
trabajo hasta la localización de los restos.
Debido a los conocidos condicionantes del naufragio se estableció realizar una pros-
pección preferencial de la zona de rompiente, a una cota de 10 m de profundidad e infe-
rior, hasta la línea de costa.
Dependiendo del tipo de fondo, se realizó una inspección exclusivamente visual,
como ya hemos dicho, en los fondos de tipo rocoso, e inspección visual y con detector
en los fondos de arena.
La dificultad y condiciones intrínsecas que presentan los fondos estudiados dificulta-
ron la búsqueda por varios motivos.
Es una zona con presencia de grandes fondos de arena, que puede tener elemen-
tos arqueológicos sedimentados, que una prospección visual no detecta. Actualmente es
una zona poco hidrodinámica. Esto repercute en los fondos rocosos, cubiertos de gran-
des bosques de laminaria, que los temporales invernales no arrancan y regeneran, per-
maneciendo todo el año en el área de búsqueda.
Se encuentra en proceso de sedimentación de arena, sobre todo de fangos, que cubren
los elementos del entorno y dificultan el trabajo por su permanencia en suspensión en
la zona. Estos fangos llegan probablemente por la modificación del régimen de corrien-
tes creado por el puerto exterior de Ferrol, que hace que se acumulen en la parte inte-
828 rior del puerto y que durante el llenado de la marea se muevan hacia la zona objetivo,
reduciendo enormemente la visibilidad, y condicionando horarios y dinámica de trabajo.
Se prospectó el área seleccionada inicialmente, a fin de localizar los restos arqueo-
lógicos. Una vez localizados los primeros objetos, elementos metálicos concrecionados
y perfectamente mimetizados en el entorno, y ante la presencia de un importante bos-
que de laminaria (que dificultaba enormemente las labores de identificación y registro
de los restos), se decidió efectuar una tala y retirada de las algas del área de dispersión
de restos arqueológicos. Se cortaban por la parte baja del tallo, no retirando en ningún
caso el rizoide, para permitir la regeneración de los ejemplares en la zona en un futuro.
Al mismo tiempo que se efectuaban estas labores se continuó buscando nuevos ele-
mentos del naufragio en su entorno inmediato, prospectando de manera circular desde
cada uno de los objetos localizados.
Tras la retirada de la vegetación, y el reconocimiento de la totalidad de los restos en
el área circundante, se decidió establecer un cabo guía de referencia en el mayor desa-
rrollo longitudinal de los restos del naufragio a fin de, por un lado, facilitar la guía de la
zona de limpieza, y por otro servir de referencia espacial para la orientación (debido a
la escasa visibilidad) y realización de la planimetría de los restos.
Tras la finalización de las labores de desbroce y retirada de la zona objetivo de los
restos de algas, se procedió al registro propiamente dicho de los restos hallados.
Se estableció en el desarrollo longitudinal del cabo-guía una cinta métrica, que sir-
viese de referencia, y sobre ella se trazaron paralelas a los extremos de cada una de las
concreciones metálicas que forman el pecio, y medidas directas con rumbo y distancia,
de manera que posteriormente se puedan representar planimétricamente. Por último se
posicionaron con GPS cada uno de los elementos hallados.
829
Figura 3. Toma de datos del anclote localizado. 128 cm de longitud entre uñas, 66 cm de caña. Tiene la concreción rota en
las uñas.
Por último, se ha realizado una diagnosis del estado de conservación del pecio, y se
realizará una propuesta de conservación de los restos, para el establecimiento de medi-
das encaminadas a la protección futura del yacimiento.
Constatamos que el pecio, sin protección alguna desde 1990, ha sido «visitado» por
numerosos buceadores, de diverso tipo. De las noticias de prensa que disponíamos, en
las que mencionan la existencia de cerámicas a hoy, han cambiado las cosas. Hemos
constatado la total ausencia en el área inmediata al pecio de restos en superficie de tipo
cerámico o lígneo. Ello, unido a la constancia de daños, perforaciones y roturas intencio-
nales en las concreciones de algunas las piezas metálicas nos lleva a suponer un deterioro
antrópico y daño intencionado de las condiciones originales del pecio y sus elemen-
tos. Todo esto no solo afecta y perjudica una conservación futura de los restos, sino que
también dificulta enormemente el proceso científico de identificación y caracterización
cronotipológica del pecio. Por ahora, debemos basar todo en el estudio documental rea-
lizado y en el estudio y análisis tipológico de las piezas de artillería concrecionadas en
el fondo (fig. 4).
830
Como conclusiones preliminares podemos apuntar que está fuera de toda duda la exis-
tencia de un naufragio en la ría de Ferrol. El contexto y la disposición de los restos parecen
indicar que el barco ha dado de través en la zona de Cariño, donde se hallan dispersos estos
restos arqueológicos. La disposición de los elementos a lo largo de 34,10 m de desarrollo
longitudinal de los restos por 15,15 m de ancho máximo respecto al eje, y su orientación
este-oeste, hace suponer que la nave dio allí yendo a la deriva, quizás intentando ganar la
playa de Cariño para varar. Las profundidades de aparición de los restos que oscilan de los
2,9 m a los 9,2 m7 hacen suponer que el barco quedó tras el naufragio al menos con parte
de la obra muerta a la vista. Hoy en día se pueden observar en el sitio unas siete piezas de
artillería de hierro, de aspecto, tamaños y calibres heterogéneos, y un anclote, además de
piedras de origen alóctono que muy probablemente formasen parte del lastre del navío.
Respecto a las piezas de artillería, su aspecto exterior, y en conjunto, parecen responder
a una fase de preordenanza, esto es, anteriores al siglo xviii. Ello parece confirmarse por sus
características generales: aspecto muy masivo, calibres reducidos, cascabeles cortos o de
forma cónica, sin excesivo desarrollo de la bola y bocas sin atrompetamiento y sin grandes
refuerzos apreciables. A falta de completar el estudio, nos hace suponer un contexto cohe-
rente para este yacimiento de entre finales del siglo xvi y principios del siglo xviii (fig. 5).
Cañón 2 1,58
Cañón 3 1,95-2,00 9
Cañón 4 2,4 20 8
Cañón 5 2,53 17 12
Figura 5. Cuadro resumen de las principales características de las piezas que se han podido registrar: Longitud hasta la faja
alta de culata, longitud del cascabel y calibre en cm.
Apéndice
Agradecimientos
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