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“La farsa del cajero”


BREVE EN UN ACTO (HUMOR)

Aurelio Ferretti (adaptación Ruben Casabella)

PERSONAJES:
ABOGADO – CAJERO – SECRETARIA – GERENTE

(la acción se desarrolla en la oficina de un abogado)

SECRETARIA: Doctor, se encuentra en la sala de espera un muchacho que


quiere hablar con usted y lo veo muy nervioso doctor.
DOCTOR: Que espere, que no sea impaciente y que espere.
SECRETARIA: Ése es el problema, doctor, está muy impaciente, se ve muy
alterado, le tuve que dar un vaso de agua y ofrecerle que se siente.
DOCTOR: ¿Cómo me dijo que se llama este muchacho?
SECRETARIA: Cátulo, doctor, Cátulo Flores.
DOCTOR: Cátulo... La verdad es que yo con ese nombre también estaría algo
nervioso y dígame ¿qué aspecto tiene.
SECRETARIA: Es un señor de unos treita años y.......
DOCTOR: Me refiero señorita si tiene aspecto de tener...digamos...poder
adquisitivo.
SECRETARIA: No, creo que no doctor.
DOCTOR: Que macana che.
SECRETARIA: Como dijo doctor.
DOCTOR: Nada...nada...hágalo pasar( suena el teléfono, atiende y tiene una
conversación dudosa donde habla de coimas y dinero, mientras mira a
cátulo que está parado en la puerta muy nervioso, corta y dice)usted debe
ser cátulo verdad.
CATULO: Si, buenas días doctor.
DOCTOR: Pase, tome asiento... A ver, cuénteme cuál es su problema.
CATULO: Es muy difícil doctor, no se como empezar.
DOCTOR: Porque no lo hace desde el principio.
CATÛLO: Bueno esta bien...¡soy un ladrón doctor!
DOCTOR: Shh, no diga eso... ¿Cómo va a decir eso?, nunca debe decir eso.
CATULO: Pero es la verdad doctor, es que soy un ladrón.
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DOCTOR: Está bien, está bien, pero no puede ir por la vida diciendo que es un
ladrón. ¿Qué abogado querría defenderlo, si usted mismo se está
condenando?
CATULO: ¡Qué hago doctor!, estoy desesperado no puedo más el peso en mi
conciencia me está matando, no doy más.
DOCTOR: Eso es otra cosa... Si su problema es moral, eso tendrá que hablarlo con
un cura o un psicólogo... Lo mío es, como le puedo explicar, es mas
practico, está más ligado a lo material... Pero explíqueme cuál es el
problema.
CATULO: Yo trabajo en un banco, en caja N° 3 del Trans Banc, y bueno, me sentí
tentado y robé dinero de la caja doctor, me entiende ahora soy un ladrón
y estoy desesperado.
DOCTOR: Shh... no vuelva a repetir la palabra “robé”. Eso nunca se dice, utilice
otras palabras, tomé... retuve... diga lo mismo pero en otros términos, me
entiende, Las paredes escuchan y todo lo que diga puede ser utilizado en
su contra...me entiende
CATÛLO: (baja la cabeza)Si doctor.
DOCTOR: Bueno, pero eso que usted me dice no es tan grave...tan terrible como
usted cree , lo podemos arreglar.
CATULO: Para mí es terrible, doctor.
DOCTOR: ¿Y de cuánto es la suma de la que estamos hablando?.
CATULO: De diez mil pesos, doctor.
DOCTOR: ¡Eso sí que es terrible.
CATULO: Le dije, doctor, es una barbaridad de dinero el que... retuve.
DOCTOR: Por el contrario, es poco.
CATULO: ¿Cómo me dice eso, doctor?
DOCTOR: Que el dinero que usted retuvo es poco , eso no alcanza para
nada ni para nadie.
CATULO: Sigo sin entender, doctor.
DOCTOR: Que con eso no alcanza para adornar a nadie, ¿me explico? A mayor
cantidad, mayor posibilidad, ¿me entiende?.
CATULO: No, sigo sin entender...
DOCTOR: Voy a tratar de ser claro. Esto es al revés que los remedios... Los
remedios en pequeñas dosis curan, en grandes cantidades matan.
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CATULO: Estoy confundido doctor, sigo sin entender... perdóneme.


DOCTOR: ¡Usted es boludo¡ digo que con el dinero pasa lo contrario a lo que le
dije: grandes cantidades salvan, pequeñas cantidades va usted preso.
CATULO: pero ¿qué tengo que hacer entonces?
DOCTOR: ¿Usted ya hizo abandono del trabajo?
CATULO: No, esto que le estoy diciendo pasó hoy, hace un rato. Todavía puedo
devolver el dinero si es eso a lo que usted se refiere... Pero no lo tengo más
pagué una deuda de juego con él.
DOCTOR: Mal, muy mal.
CATULO: Ya sé que está mal, doctor, haber hecho lo que hice, se que el juego es
malo, pero ya lo hice doctor, ya lo hice y estoy desesperado.
DOCTOR: Veo que no nos estamos entendiendo... Usted no tiene que regresar al
banco a reponer el dinero en la caja, usted tiene que volver al banco a
sustraer más dinero de la caja.
CATULO: Pero ¿qué me está diciendo, doctor? ¿cómo voy a robar más dinero del
banco?.
DOCTOR: Shh... baje la voz...no le acabo de decir que ese dinero es poco. Para
salvarlo a usted necesitamos más dinero, mucho más... Y, bueno, la única
forma que tenemos de lograrlo es de las mismas arcas del banco.
CATULO: Pero eso es una locura ¿cómo voy a hacer eso, doctor?
DOCTOR: De la misma forma en que lo hizo la primera vez.

CATULO: Yo no me refiero a eso. Yo le estoy diciendo que no soy un ladrón, es la


primera vez que hago algo así.
DOCTOR: Eso lo dice usted. Para la justicia usted es un ladrón, así que, mi amigo,
usted está en problemas, y si sigue mis consejos yo se los puedo
solucionar.
CATULO: No se que decir...estoy muy confundido, esta seguro de lo que me está
diciendo.
DOCTOR: Muy seguro.
CATÛLO: ¿cuánto más tendría que... que... tomar?
DOCTOR: Cincuenta mil pesos más.
CATULO: ¡Cuánto doctor!
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DOCTOR: Shh...baje la voz cincuenta mil pesos más, recuerde grandes cantidades
salvan, pequeñas cantidades hunden.
CATULO: Esto es una locura, doctor... Bueno, doctor, lo voy a hacer, si no me
queda otra alternativa, lo voy a hacer.
DOCTOR: No le queda otra, vaya, vaya, haga lo que le digo y después me habla por
teléfono. Pero hágalo ya, no hay tiempo que perder, ¿cuánto puede
demorar en hacerlo?
CATULO: Y, ahora... enseguida... Pedí permiso diciendo que no me sentía bien y me
vine para acá.
DOCTOR: Bien... bien... vaya, hágalo y me habla.
CATULO: ¿Seguro, doctor?
DOCTOR: Seguro, dígame Cátulo... ¿cómo se llama su gerente?
CATULO: Burella, Cristian Burella.
DOCTOR: Bien, gracias, vaya... Ya tendrá noticias mías.
CATULO: Gracias, seguro doctor.
DOCTOR: Seguro, hasta luego. Vaya, vaya... (Llama por intercomunicador)
Señorita, ¿puede venir, por favor?
SECRETARIA: ¿Llamaba usted, doctor?
DOCTOR: Sí, vaya hasta el banco de la esquina.

SECRETARIA: ¿Al Trans Bank, doctor?


DOCTOR : Sí a ése... Vea al gerente, al señor Cristian Burella, y dígale que venga
urgente, que tengo algo muy importante que comunicarle.. Recálquele
que es urgente.
SECRETARIA: Bien lo haré...dígame doctor usted tuvo la misma impresión que yo.
DOCTOR: A que se refiere.
SECRETARIA: Que la persona que se fue, tiene aspecto de ser una buena persona.
DOCTOR: ah..si...si, todos los que me vienen a consultar tienen aspecto de ser
buenas personas.
SECRETARIA: A lo que me refiero a que Cátulo es diferente.
DOCTOR: Noto que hay cierta simpatía con ese hombre, le recuerdo señorita que
los que entran aquí son clientes...no amigos.
SECRETARIA: Si lo se, pero lo vi tan indefenso, pobre.
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DOCTOR: Esta bien...vaya haga lo que le dije, de lo contrario va a ver a su


protegido detrás de las rejas.
SECRETARIA: Si...si...enseguida doctor
DOCTOR: (Suena el teléfono, es Catulo): Hola, ah, Cátulo. Sí, dígame... Perfecto...
Todos en billetes grandes... Tomó cincuenta mil, ni uno menos...
Guárdelos en un lugar seguro...no..no.. Tráigalos para aquí mejor... Y
de esto nada a nadie... Perfecto... Perfecto... Tranquilícese, todo va a
salir bien... No se preocupe, deje todo en mis manos... No... no... lo moral
no tiene nada que ver , déjese de pavadas hombre... Traiga pronto el
dinero y todo saldrá bien... Cincuenta mil, ni uno menos... Bien, hasta
luego Catulo.
DOCTOR: (Habla con un político) como le va al político mas representativo...estuve
viendo lo suyo ...y le puedo asegurar que no existirá ningún problema en
hacer, claro, claro, déjelo todo en mis manos, eso si mi querido amigo ,
envíeme lo que usted ya sabe lo antes posible, usted conoce como son
estas cosas, hay que engrasar a mucha gente, me entiende, gracias hasta
pronto.
SECRETARIA: Doctor, traje conmigo a la gerente del Banco y la veo muy molesta.
DOCTOR: Ah, Mujer, mejor...mejor, mas facil.
SECRETARÏA: ¿Cómo dijo doctor?
DOCTOR: Nada,nada,Que pase, dígale que pase.
GERENTE: Dígame doctor, espero que el motivo al que usted le dio carácter de
urgente sea en verdad algo importante, mas le vale que lo que tiene que
decirme sea interesante.
DOCTOR: No se preocupe seguro le va a interesar a lo que yo me voy a referir o
informar, pero tome asiento, un cafecito.
GERENTE: No.. Comience con su exposición y por favor le repito mi tiempo es
valioso , Como usted comprenderá, soy un ejecutivo y no tengo tiempo
que perder, así que tratemos de ser lo más directos y prácticos posible.
DOCTOR: Bien, si así lo quiere... Le comunico, señoriGerente, que de las arcas de
su Banco faltan sesenta mil pesos.
GERENTE: ¡Qué está diciendo usted!
DOCTOR: Lo que escuchó: que de sus arcas faltan sesenta mil pesos.
GERENTE: Rie a carcajadas.
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DOCTOR: (Al escucharlo también ríe a carcajadas)


GERENTE: ( de golpe se pone serio e increpa al doctor) supongo que esto es una
broma y de mal gusto... ¿Usted me va a decir lo que pasa en mi banco?...
Vamos, por favor, yo soy un ejecutivo exitoso y tengo todo
perfectamente controlado.
DOCTOR: Bien, si usted no cree en mis palabras, tome llame por teléfono a su
banco y pregunte a su tesorero si en su caja N° 3 se encuentra su
empleado Cátulo Flores y si de su banco no le faltan sesenta mil pesos...
Pregunte, tome pregunte (le alcanza el teléfono)...
GERENTE: Ríe (marca): Hola, García, hágame un favor y con toda discreción...
¿Por qué no va a la caja N° 3 y dígale al señor...? (al doctor como me dijo
que se llamaba)

DOCTOR: Cátulo Flores.


GERENTE: Cátulo Flores que se apersone al teléfono que quiero conversar con el
(Sin colgar) Mire, doctor, le advierto que esto que está diciendo es muy
delicado y de resultar una broma, usted se verá en graves problemas,
porque yo personalmente me voy a encargar de que lo echen del Colegio
de Abogados, ¿entiende?.
DOCTOR: Entiendo.
GERENTE: Hola, sí... ¿Cómo que no está?... ¿Cómo que abandonó el lugar?... ¿Y el
dinero de la caja, no está el dinero, como que no esta?... Monedas... sólo
monedas... No, deje, no haga la denuncia, no comunique esto a nadie, ya
veré qué hago... gracias, García (se desploma en la silla).
DOCTOR: Y... ¿qué me dice?.
GERENTE: Que lamentablemente tiene razón. Ah, pero cuando lo agarre la policía,
voy a hacer que le den veinte años de cárcel.
DOCTOR: Error.
GERENTE: ¿Cómo error?, me han robado, señor, me han robado.
DOCTOR: Yo no lo veo así.
GERENTE: ¿Cómo que no lo ve así? Es muy claro, esto fue un robo, estafa, abuso
de confianza.
DOCTOR: Tranquilícese usted...
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GERENTE: Pero, ¡cómo me pide que me tranquilice si en mi banco faltan sesenta


mil pesos¡... ¿Usted quiere que me tranquilice?
DOCTOR: Bueno, no se tranquilice si no quiere, pero estando nerviosa no va a
solucionar nada.
GERENTE: (se levanta y pasea nervioso) Cárcel, Eso, cárcel para ese ladrón y otros
ladrones que andan sueltos, estafando a gente como nosotros, trabajadora
y honesta.
DOCTOR: (Se hace el disimulado a estas dos últimas palabras) Veo que siendo una
persona de negocios no entiende la situación.
GERENTE: ¿Que es lo que tengo que entender yo, señor? Esto está muy claro, ese
hombre que es un ladrón, me ha robado señor, me ha robado.
DOCTOR: Yo no lo llamaría así... Digamos que, dado su trabajo y el escaso sueldo
que percibe, el pobre hombre se vio tentado.
GERENTE: Así que usted lo carátula como tentación.
DOCTOR: Paso a explicarle... Esto vendría a ser como el dependiente de una
panadería que trabaja en el despacho vendiendo biscochos, si el
empleado se come un bizcocho qué pasa, nada, se comió un bizcocho.
GERENTE: ¿Qué quiere decir?, ¿que mi empleado se comió un bizcocho?... Preso...
Preso tiene que ir.
DOCTOR: Veo que sigue sin entender.
GERENTE: ¿A qué se refiere?
DOCTOR: Que si usted manda preso a su cajero, no tendrá forma de recuperar el
dinero.
GERENTE: (Interesada) Y, dígame de qué forma cree usted que yo pueda
recuperar el dinero...
DOCTOR: Bueno, su cajero, arrepentido del acto cometido, compungido y con un
gran peso sobre su conciencia, estaría dispuesto a devolverle a usted,
digamos... treinta mil pesos.
GERENTE: ¿Treinta mil pesos?, pero eso es la mitad de lo robado.
DOCTOR: Exactamente, la mitad de lo tomado.
GERENTE: No, no, no puedo aceptar ese chantaje.
DOCTOR: No es chantaje. Un juez lo vería como un arrepentimiento y sería leve la
condena, además, usted es mujer de negocios y más vale pájaro en
mano, me entiende, “con todo respeto de lo de pájaro en mano claro”.
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GERENTE: Sí, algo de razón tiene, mejor recuperar la mitad... Y ¿dónde está el
dinero?

DOCTOR: Está en mi poder, yo se lo garantizo.


GERENTE: Bueno, está bien, antes de perderlo todo, recupero por lo menos la
mitad. Acepto, pero que él me firme la renuncia inmediatamente y no lo
quiero ver más por el banco, porque donde lo agarre haré que lo págue
caro.
DOCTOR: Va a cometer nuevamente un error. Si usted lo despide, no
tiene posibilidad de recuperar el resto de la suma, o sea los otros treinta
mil pesos, mientras que si usted lo vuelve a emplear y le descuenta un
porcentaje del sueldo todos los meses, al cabo de algunos años usted
habrá recuperado la totalidad del faltante. Además, esto se mantendría
entre usted yo y el empleado infiel, al cual va a tener que cuidar muy bien
para que esto no trascienda, por el prestigio del Banco, digo.
GERENTE: Sí, no me conforma, pero veo que no tengo otra alternativa. Dígame, ¿el
cajero no se estiraría un poco más, no llegaría a devolver cuarenta mil
pesos?.
DOCTOR: Ni un peso más... Mire, le voy a decir mas y quiero ser absolutamente
sincero con usted por que veo que es una persona honesta y trabajadora...
si yo tuviera dinero, también hubiera aportado para su devolución, ese
chico me da mucha pena.
GERENTE: Bueno, si no queda otra opción, acepto. Por lo menos, recupero algo de
dinero y sobre todo la imagen del Banco. Bueno, está bien, si ya no
queda otra alternativa esta tarde lo espero.
DOCTOR: Allí estaré, le entregaré el efectivo y le devolveremos el trabajo a ese
pobre muchacho... Y quiero llevar también a su conocimiento que yo no
cobré por esto ningún tipo de honorarios. El muchacho me daba mucha
pena.
GERENTE: ¿Supongo que yo tampoco tendré que abonar honorarios?.
DOCTOR: Absolutamente nada, de vez en cuanto hay que practicar la solidaridad,
no le parece.
GERENTE: Este hombre no se estiraría un poquito más.
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DOCTOR: Ni una moneda más.


GERENTE: Bueno, está bien, lo espero en mi oficina. Hasta luego.
DOCTOR: Hasta luego señorita, hizo usted un buen arreglo, no se arrepentirá.
SECRETARIA: Doctor, se encuentra Catulo Flores en la sala de espera. En
realidad, hace bastante tiempo que estaba allí, desde que llegó la gerente,
pero para que no se encontraran lo hice pasar a mi oficina y me tome el
atrevimiento de servirle un café, no se, me da pena verlo en ese estado
¿hice mal, doctor?.
DOCTOR: Veo que ese hombre despertó en usted cierta ternura, bien hágalo pasar.
CATULO: Doctor, hice todo lo que me pidió, aquí está el dinero.
DOCTOR: Bien, bien. Bueno, mire Cátulo, tengo noticias buenas para usted.
CATULO: Lo escucho, doctor.
DOCTOR: Bueno, usted no será demandado por su gerente y se lo volverá a
emplear en el Banco.
CATÛLO: Cuanto le agradezco doctor, no puedo creer que haya terminado de esta
forma.
DOCTOR: Bueno la cosa no termino todavía usted tendrá que devolverle al banco,
eso si en cómodas cuotas, la suma de sesenta mil pesos.
CATULO: Pero como hago para devolver esa cantidad de dinero, no hubiera sido
mas fácil devolver los Díez mil pesos que tomé en un principio.
DOCTOR: Sh hable mas bajo ya le dije en nuestra primera entrevista, grandes
cantidades salvan, pequeñas cantidades hunden
CATÛLO: Pero me va a costar veinte años para devolver esa cantidad.
DOCTOR: de otra forma le hubiera costado 20 años de cárcel.
CATULO: Entiendo, doctor, ¿pero cómo hago yo para devolver el dinero al Banco y
pagarle a usted sus honorarios?.

DOCTOR: No se preocupe por mis honorarios, hay veces en que hay que perder...
Bueno, esta vez pierdo con gusto, porque veo en usted a un
Buen muchacho... Lo importante de todo esto es que usted haya zafado,
digo, haya solucionado su problema.
CATULO: No sé cómo agradecérselo, doctor.
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DOCTOR: Nada, nada, pero otra vez que quiera hacer algo así, hábleme antes de
cometer el ilícito, de esa manera tenemos más posibilidades.
CATULO: No entiendo qué me quiere decir con eso.
DOCTOR: Usted me habla con tiempo, las cosas salen mejor.
CATULO: No doctor, le agradezco pero usted no me verá más por aquí.
DOCTOR: Bueno, no diga eso.
CATULO: No, doctor, yo no pienso delinquir más. Me equivoqué una vez y le juro
que no lo voy a volver a hacer.
DOCTOR: No diga eso, uno nunca sabe.
SECRETARIA: Basta doctor, no pude evitar escuchar detrás de la puerta y lo que
usted esta haciendo con Catùlo no es justo
DOCTOR: Vaya.. Vaya, pero mire a quien tenemos aquí, a un abogada defensora de
almas nobles.
SECRETARIA: No, no soy abogada, pero usted no puede inducir a un hombre
honesto como Catùlo a delinquir en la forma que lo hizo.
DOCTOR: Caramba hasta hace unas horas atrás era otro el cuadro de situación y
otros los conceptos, cuando este hombre tembloroso y con un gran cargo
de conciencia al que usted llama honesto se presento ante mi confesando
casi a los gritos que era un ladrón, que había robado.
SECRETARIA: Por eso mismo lo digo, Catùlo es una persona sana, recuperable, se
equivoco nada mas, un ladrón de verdad lo hubiera negado siempre, pero
el no, se equivoco una vez, nada mas, seguro que no lo volverá a hacer.
CATULO: Basta, por favor.

DOCTOR: Me gustaría que a esa misma deducción filosófica se las explique a la


policía o a un juez y verá que los resultados serian totalmente
diferente a los obtenidos y hoy mismo su amiguito estaría ya tras las
rejas.
SECRETARIA: Yo no dudo de su habilidad en la forma que manejo la situación,
pero no me parece honesta su actitud.
DOCTOR: Señorita llevo a su conocimiento que yo no hice las leyes ni me
convocaron para hacerlas, yo solamente...digamos...la soslaye y utilice
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algunos recursos para evitar el litigio, que hubiera sido largo y penoso
para el pobre catulo.
SECRETARIA: Aunque esos recursos incluya quedarse con 20.000 pesos como
usted lo hizo.
DOCTOR: Exactamente señorita, incluido eso, o usted cree que cualquier abogado
estaría dispuesto defender a un empleado bancario que gana 1200 pesos
mensuales y en la forma que estaba comprometido , no cabe duda que
terminaría preso, aquí lo que importa son los resultados.
CATULO: Basta, no se lastime mas, realmente no merezco su defensa.
SECRETARIA: No es solamente por usted Cátulo, demasiadas actitudes
desagradables vi de parte suya doctor y que rayan con la inmoralidad.
DOCTOR: A el problema es moral, continúe...continúe usted.
CATÛLO: Deje, deje usted, puede perder su empleo por mi culpa.
SECRETARIA: No catùlo al empleo lo dejo en este momento, ya vi demasiado para
saber que este no es mi lugar.
DOCTOR: Bueno creo que ya no queda nada por decir, usted señorita pase mañana
que le liquidaré sus haberes y usted Catulo, ya sabe... Con tiempo... Y si
hay algún compañero de trabajo suyo con problemas, no dude en darle mi
teléfono. ( A solas Mientras, el doctor acomoda el dinero y saca su parte)
Yo siempre dije... más vale un mal arreglo que un buen juicio.

APAGÓN

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