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CICLO LECTIVO:
INTRODUCCIÓN
Tal es así que, el presente informe surge a partir de la lectura de la obra de Norberto
Boggino “Cómo prevenir la violencia en la escuela” y tiene como finalidad dar a conocer
las formas de trabajo necesarias para el logro de una mejor convivencia, así como también
los diversos puntos de análisis que se deben considerar a la hora de abordar las situaciones
de violencia en el ámbito escolar.
Para ello, el trabajo se encuentra estructurado en dos partes, donde se verán reflejadas las
temáticas más importantes de la obra fuente.
DESARROLLO
PARTE 1:
Norberto Boggino afirma que: “la posibilidad de resolución de un problema tiene que
partir del planteo de la complejidad de los componentes que lo producen o provocan, y del
análisis del mismo como caso en el marco de la trama de la producción y de la lógica de
construcción del problema”.
Partiendo de esta cita, se puede decir que una de las grandes cuestiones planteadas por el
autor tiene que ver con que no se pueden considerar las situaciones de violencia en forma
aisladas; sino que, más bien, hay que tener presente todos los aspectos que pueden
provocarlas, como ser: las marcas sociales y pautas culturales (procesos estructurales y
coyunturales), la función social de la escuela, la normatividad y la acción instituyente
(procesos institucionales y organizacionales), y las relaciones vinculares (procesos
psicológicos).
Así mismo, hablar de la escuela, implica hablar no solo de ella en tanto institución
educativa sino también como una comunidad, donde interactúan personas de diferentes
edades, cada una con sus propias creencias y culturas. Y es aquí, donde toma importancia lo
planteado por Boggino, la necesidad de una convivencia basada en la comunicación.
¿Por qué la importancia del diálogo? Desde el punto de vista del autor: “la clase es el lugar
por excelencia para aprender conviviendo y convivir aprendiendo”. Es decir, que se trata de
uno de los pocos medios que resultan efectivos para evitar las discrepancias, las discusiones
sin sentido, las faltas de respeto y todas las formas de violencias que uno puede imaginar;
considerando que, mediante la comunicación uno puede dejar de lado las divisiones y crear
espacios de encuentro con el otro.
Del mismo modo, para construir la convivencia es necesario tener en cuenta las estructuras
de participación y tipos de conducción. El autor, por su parte, menciona tres estructuras:
una conducción democrática, una conducción autoritaria y una falta de conducción. La
importancia de este análisis parte de la elección que realice cada actor institucional.
Todo esto, debido a que “el respeto por lo diverso y lo diferente constituye el punto de
partida de la práctica educativa y de la deconstrucción de la convivencia escolar”. Es
decir que, al ser la escuela un lugar de socialización donde se configuran las relaciones, no
hay que dejar de lado el trabajo que este implica, partiendo de la necesidad de formar los
valores de cada sujeto desde tres ejes fundamentales: el marco jurídico-político, la
formulación pedagógica y la práctica escolar.
Trabajar la violencia y/o la indisciplina, no es tarea sencilla; menos aún dentro de un aula.
Lugar, donde pareciera que las diferencias se potencian y las similitudes desaparecen. Por
lo que hay que considerar que, uno de los puntos de partida son los contenidos
actitudinales, donde lo importante debe ser formar el respeto por el otro, por lo diferente o
desconocido; a fín de poder re-construir las normas sociales y culturales, de la mano de la
mirada de un/a docente que acompaña, guía y aconseja, reflexionando sobre lo dicho y lo
hecho y abriendo las puertas al diálogo y la construcción a partir de los errores y aciertos.
Así, “el docente tendrá que diferenciar las posibilidades de aprender de cada alumno, los
saberes e ignorancias, las normas sociales y culturales y, a partir de ello, podrá ajustar
sus intervenciones pedagógicas”. Lo que implica constituir la clase como un escenario de
interacción, donde la comunicación y el respeto sean los pilares más importantes; ya que,
como se mencionaba anteriormente, el diálogo ayuda a evitar situaciones de violencia.
CONCLUSIÓN
Generar un encuentro con el otro es un desafío. Sin embargo, conocer nuevos caminos a
partir del otro es una nueva forma de comenzar a ver más allá de los propios pensamientos
e ideas. Comienzo que puede dar fin a una de las grandes preocupaciones de la escuela: la
violencia.
BIBLIOGRAFÍA.