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INSTITUCIÓN EDUCATIVA EMILIANO RESTREPO ECHAVARRÍA

“Aprendiendo a aprender se construye el saber”


INTEGRACIÓN ETICA-RELIGIÓN-ARTES-EMPRENDIMIENTO
CICLO III: GRADO SEXTO Y SÉPTIMO
GUÍA # 3

UNIDAD: JESÚS DIGNIFICADOR DEL SER HUMANO SABERES: la caridad como manifestación de amor a
EJEMPLO DE AMOR Y SERVICIO A LOS DEMÁS. los demás fortalecido a partir de la familia.

DOCENTES: Alvaro Plazas celular. 3112738647 Correos: Alvaro Plazas: alvaro.plazas@hotmail.com


Carlos Gómez celular 31234325156 Carlos Gómez: carlosgo1361@hotmail.com
Miller Barrera celular 3105799939 Miller Barrera: emprendedoressexto20@gmail.com
Rubiela Carrero celular 3132194045 Rubiela Carrero: jabracri-1996@hotmail.com
Damaris Gutiérrez celular 3112458036 Damaris Gutiérrez: matematicasieere701@gmail.com
Jaime Calderón celular 3138920272 Jaime Calderón: jaimecalderon2009@hotmail.es

NOTA: una vez desarrollada toda la guía se envía al docente según esta distribución, y todo lo concerniente
a gráficos deben ser elaborados a mano.
ALVARO PLAZAS: grados 6.1, 6.2 y 7.1
CARLOS GOMEZ: grados 6.3, 6.4 y 7.2
MILLER BARRERA: 6.5, 6.6 y 7.3
RUBIELA CARRERO: grado 7.4
JAIME CALDERON Y DAMARYS GUTIERREZ grado 7.5

COMPETENCIA: reconoce en la persona de Jesús el mejor modelo de Ser Humano dignificante de hombres
y mujeres, ejemplo por su amor y su entrega al servicio de los demás; servicio que es asumido como un
valor que se construye y fortalece a partir de la familia.

OBJETIVO: reconocer que la mejor forma de manifestación de amor hacia los demás se encuentra en la
entrega y servicio hecho desinteresadamente, valorando la acción de la familia en su construcción y
fortalecimiento.

Cómo podemos servir en época de confinamiento.

Las circunstancias del momento y la nueva forma de vida que hemos tenido que asumir se ha convertido
en un reto de formas, probablemente nuevas de convivencia familiar y social; situación que nos plantea y
exige encontrarnos mutuamente con nuevas fórmulas de sobrevivir y sobrellevar una realidad diferente y
por su puesto más difícil y complicada. Es por ello que nos hemos visto obligados, en muchos casos a tener
que convocarnos unos y otros a unir esfuerzos para no sucumbir ante el peso y dureza de dicha realidad.
Así pues, ayudarnos unos a otros, servir en un momento dado a quien más lo necesite; compartir con el
otro aquello que le hace falta; inventarnos otras formas de encontrar los ingresos ante el no recibir lo que
antes nos subsidiaba, como una acción de emprenderismo y hasta volvernos artistas para crear obras que
pudiesen sernos útiles en un momento dado para obtener algún recurso, haciendo menos difícil la
situación generada por el confinamiento, consecuencia de la pandemia. Es aquí en donde demostramos la
riqueza de nuestro corazón, habilidades y destrezas, en una actitud verdaderamente ética al demostrar
con actitudes coherentes el verdadero amor como seres humanos; en donde tuvimos que encontramos
en esa confraternidad que en ocasiones anteriores no existía por cuestión de vivir en un mundo libre,
descomplicado y tranquilo. Nos vemos acosados por una crisis que nos llama a la solidaridad, el servicio y
la ayuda mutua.
Jesús dijo: “…Yo estoy entre vosotros como el que sirve”. Como verdaderos discípulos de Jesús, nosotros
también debemos servir a los demás, siéndole útil especialmente al más necesitado.
El servicio es prestar ayuda a quienes lo necesitan. El servicio cristiano nace del amor genuino que se siente
por el Salvador, y del amor y la preocupación por quienes Él no sólo nos da la oportunidad de ayudar, sino
de guiar en la vida. El amor es más que un sentimiento; cuando amamos a los demás, deseamos ayudarlos,
nos preocupamos y hacemos todo lo posible por contribuir a solucionar sus necesidades sin esperar a
cambio ninguna retribución. Se sirve sin condición y nos llenamos de alegría y satisfacción por ver al otro
feliz por lo que hemos hecho por él.

Todos debemos estar siempre dispuestos a prestar servicio, sin tomar en cuenta nuestra posición
económica, social, racial, cultural, política o religiosa.
Hay muchas formas de servir. Podemos ayudar a los demás económica, social, intelectual, física y
espiritualmente. Por ejemplo, podemos dar alimentos u otros artículos a quienes los necesiten; podemos
brindarle amistad a un recién llegado, cultivar un pequeño huerto para una persona anciana o cuidar de
un enfermo. Podemos instruir a quien necesita el conocimiento. Podemos enseñar el Evangelio a quienes
necesitan conocer la verdad o consolar a quienes sufren, entre otras tantas formas de aliviar y mejorar la
situación de crisis que pueda estar padeciendo el prójimo en un momento determinado.

Piense en personas de su familia o de su comunidad que tengan necesidades económicas, sociales, físicas
o espirituales y reflexione en cuanto a maneras de prestarles ese oportuno servicio.

A lo largo de la vida, todos dependemos de la ayuda de otras personas. Cuando éramos pequeños,
nuestros padres nos alimentaban, vestían y cuidaban; sin esos cuidados habríamos sufrido graves
consecuencias. Una vez que crecimos, otras personas nos enseñaron habilidades y conductas. El empleado
necesita de su jefe y viceversa; el maestro necesita de su estudiante, y éste a su vez requiere de quien lo
ayude a formar. Muchos de nosotros hemos necesitado cuidados durante una enfermedad o hemos
necesitado dinero durante una crisis económica.

Los cónyuges deben prestarse servicio y ayudarse el uno al otro. Pueden ayudarse en el cuidado de los
niños y apoyarse en los intereses y actividades que tengan. Los padres pueden hacer grandes sacrificios
para enviar a un hijo a la misión; el hermano mayor puede consolar a su hermanita o hermanito si ésta
tiene miedo de la obscuridad o de cualquier riesgo; ayudarlos a aprender a leer a cuidarlos de los peligros.
Los hijos pueden estar pendientes de ayudar a sus padres, serles muy obedientes, atenderlos y cuidarlos
en lo que esté a su alcance.
Tenemos muchas oportunidades de prestar servicio a nuestros vecinos, a nuestros amigos y aun a los
desconocidos. Si un vecino tiene dificultades ante cualquier situación difícil podemos ayudarlo; si una
madre está enferma, podemos cuidar a sus hijos o ayudarle con las tareas de la casa. Si vemos que un
joven se está alejando de la Iglesia, o está próximo a entrar en uno de tantos problemas que actualmente
los asedian, podemos ayudarle a regresar a la normalidad o evitar que se sumerjan en ellos; si alguien
ridiculiza a un niño, podemos brindarle nuestra amistad y persuadir a los demás a que sean bondadosos
con él.

Si tenemos talentos especiales, debemos utilizarlos para prestar servicio a los demás. Dios nos bendice
con talentos y habilidades para nuestro bien e igualmente para que ayudemos a mejorar la vida de otras
personas.
Es entonces a través del servicio a los demás que se expresa el verdadero amor a nuestros hermanos, y
que se hace evidente a través de la caridad y de la solidaridad

La caridad refiere a actitudes solidarias con el padecimiento ajeno, como la limosna o auxilio que se
presta a los desfavorecidos sin esperar ningún tipo de retribución.

La caridad es un concepto importante, puesto que forma junto con la esperanza y la fe el trío de
las virtudes teologales, es decir, los hábitos infundidos y apreciados por Dios en el espíritu de los seres
humanos, y que los dirigen hacia la salvación misma.

De acuerdo a los preceptos cristianos tradicionales, la caridad consiste en amar a Dios por encima de todas
las cosas por Él mismo, y al prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Esta práctica del bien
común, del mismo modo, suscitaría la reciprocidad y la benevolencia, es siempre generosa y
desinteresada.

Ejemplos de caridad

1. La limosna. Compartir el dinero que se tiene con alguien más necesitado, sin mirar de quién se trata, es
considerado el acto caritativo por excelencia en la sociedad capitalista moderna. Debe entenderse distinto,
no obstante, de la filantropía, que es la solidaridad con iniciativas consideradas moralmente valiosas o
dignas de ayuda monetaria.

2. Dar comida al hambriento. Otro gesto supremo de caridad, que consiste en alimentar a los demás sin
esperar pago ni retribución alguna, simplemente por hacer el bien de aplacar el hambre sobre la tierra. Es
llevado a cabo por numerosas instituciones benéficas locales e internacionales, entre ellas distintas Iglesias
a través de sus bancos de alimentos y ONG’s.

3. Obsequiar ropa. Tradicionalmente se obsequia la ropa vieja o en desuso y esto se entiende como un
gesto de compasión con los desposeídos; sin embargo, la verdadera caridad cristiana radicaría en entregar
la ropa en uso y en condiciones a aquellos que no poseen nada. No está bien dar lo que no me sirve en sí
por estar en mal estado, lo justo y bondadoso realmente es dar aquello que, aunque me sirva puede serle
útil a quien más lo necesita.

4. Socorrer al extraño. La compasión y la empatía en situaciones de riesgo o de fragilidad que vive algún
desconocido tendrían que producirse en un alma caritativa, que estaría dispuesta a brindar ayuda a
quienes no tienen vínculo alguno con ella y sin esperar ninguna forma de retribución presente ni futura a
cambio. Esta realidad fue patente recientemente con el ingreso a nuestro país de un alto número de
venezolanos, quienes en la mayoría de los casos de forma caritativa fueron aceptados en nuestro
territorio.

5. Ayudar desinteresadamente. Ya sea el clásico ejemplo de ayudar a la viejita a cruzar la calle o de cederle
el asiento a una mujer embarazada; la caridad supone brindar una mano amable al necesitado y anteponer
su bienestar al nuestro. En la cotidianidad pueden darse múltiples ejemplos prácticos de conductas
caritativas para con niños, ancianos o personas discapacitadas.

6. Perdonar. En muchas ocasiones el perdón puede convertirse en un acto de caridad, sobre todo en
situaciones en que nuestros agresores desean y necesiten hacer las paces por el daño que nos causaron.
Perdonar a quien nos ofende es un mandato cristiano contenido en no pocas de sus oraciones (como
el “padre nuestro”), y es valorado como una forma de desprendimiento del orgullo, rencores y rencillas,
que nos lleva incluso a amar a quienes nos ofenden.

7. Contemplar a los demás. Actuar de manera responsable incluso con aquellos a quienes no conocemos
o no nos conocen, es también una forma de caridad. Por ejemplo, al recoger los restos de la mesa en que
comimos en un restaurante de comida rápida, estamos pensando en el siguiente que la utilice, aunque no
sepamos quién es ni vaya jamás a agradecérnoslo; dejar el sitio que hemos ocupado pensando en quien
seguramente después lo vaya a utilizar; cuidar de los bienes y servicios públicos que han de ser útiles por
los otros.

8. Visitar a los enfermos. Una de las obras de misericordia cristianas, consiste en visitar al herido o al
enfermo y brindarle apoyo afectivo, material o de la índole que sea, incluso si se trata de una persona
ajena a nuestro entorno familiar o cercano.

9. Enterrar a los muertos. Este rito, común a muchas vertientes culturales del mundo entero, es entendida
en su mayoría como un acto de respeto y caridad por los difuntos, para permitir su descanso apropiado
lejos de la intemperie y de los elementos. Dejar pudrir el cadáver de alguien o alimentar con su cuerpo a
los animales, de hecho, solía ser un acto de humillación después de la muerte en las épocas antiguas, ya
que su espíritu era incapaz luego de descansar en paz.

10. Consolar al triste. Brindar consuelo a quienes han perdido algo o a alguien muy preciado, o a quien no
logró alcanzar un objetivo muy ansiado, incluso si se trata de desconocidos o, aún más, de rivales o
personas con quienes no tenemos algún afecto, es un gesto de caridad importante, que nos hace
hermanos a todos a partir del duelo, de la pérdida o de la decepción, así como de la muerte que a todos
nos espera al final de nuestro recorrido vital.

11. Liberar al cautivo. Otra de las obras de misericordia propuestas por el cristianismo, parece estar
alejada del reino de las leyes de los hombres (la jurisprudencia), pero su origen se remonta a los tiempos
de la esclavitud. Hoy en día, sin embargo, alude en todo caso a la compasión por aquellos que han
cometido errores y los expían en la cárcel y evitar el ensañamiento contra los que se han equivocado o
aquellos quienes atropellados por la violencia que vive nuestro país sufren el flagelo del secuestro o
desplazamiento forzado.

12.Educar al inculto. Transmitir el saber en lugar de monopolizarlo, sobre todo en casos en que no se
reciba a cambio ninguna forma de compensación, es también un acto de caridad, ya que se le brinda a
alguien desfavorecido por el sistema la oportunidad de aprender oficios, conocimientos o formas de
pensar que luego jueguen a su favor y mejoren su calidad de vida.

13. Dar buen consejo. Una variante de la ayuda a los demás y sobre todo a los extraños, consiste en
siempre brindar el mejor consejo posible a quien lo requiera, sin prestar atención a nada excepto su
beneficio inmediato y futuro. Un buen consejo no contempla las necesidades de quien lo da, sino de quien
lo recibe solamente.

14. Enseñar la palabra. Para los cristianos y muchas de las sectas religiosas, una de las máximas formas de
la caridad es transmitir su religión a los que no la profesan, ya que así estarían brindándoles, de acuerdo
con sus creencias, la forma última de salvación para su espíritu y aproximándolos un paso a Dios,
básicamente en el enfoque hacia cambios de actitud que favorezcan el bien común y la confraternidad por
el solo hecho de ser hijos de Dios y/o seres humanos con igualdad de dignidades.
Estas entre tantas son formas muy apropiadas de manifestar la caridad, en consideración con el servicio
oportuno al necesitado especialmente. Teológicamente, son las vivencias en las que la fe y la oración se
ponen de manifiesto y realmente adquieren validez, de lo contrario estas manifestaciones hacia Dios
estarían perdidas. Muy bien, al respeto, San Agustín y San Pablo lo promulgaban: “la fe y la oración sin
obras de caridad, nacidas de un corazón amoroso, estarán muertas”.

A nivel de la expresión emprenderista, aplica la caridad cuando nuestro trabajo elaborado se realiza con
honestidad, sin egoísmo y con todas las garantías, para que quien se sirva de él quede plenamente
satisfecho y lo disfrute tal como se planeó alcanzarlo. Cuando dentro de los objetivos fundamentales está
el hacer el bien a quien va a hacer uso de lo que hago y le doy o le vendo y aún menos se vaya a perjudicar
con lo que recibe. Pensar y sentir siempre que lo que hago para los demás le ha de ser útil y realmente se
va a beneficiar de ello y no le a resultar ser un engaño.

Se puede considerar así mismo la caridad como el arte de hacer el bien. Y ha de ser un arte realmente en
la medida en que se elabore con pulcritud, limpieza, cuidado y belleza para bien del otro. Que quien reciba
y se beneficie de la obra que le he garantizado se sienta orgulloso y feliz de su adquisición.

ACTIVIDAD

Apreciado estudiante, reciba esta información, para que, junto con sus padres y hermanos, lean
detenidamente su contenido y reciban la información pertinente y se tenga un conocimiento más amplio
acerca de la importancia de saber vivir en familia o comunidad fraterna, y que, tomando como referencia
la importancia y necesidad de ayudarnos mutuamente, valoremos el servicio caritativo como el mejor
modelo a seguir en función de sobrellevar con menores padecimientos el rigor del confinamiento
ocasionado como consecuencia de la pandemia.

De igual manera en cumplimiento de los procesos de evaluación establecidos en los acuerdos de la


institución, conteste las siguientes preguntas a partir de las áreas de religión, ética, artes y
emprendimiento, las cuales constituyen el grupo de áreas integradas para los grados sexto y séptimo:

1.¿Por qué considera importante y necesaria la ayuda mutua especialmente en esta época de
confinamiento, y de qué maneras se han visto beneficiados en casa con la ayuda solidaria de los demás?

2. ¿Luego de leídas y analizadas los 14 casos de formas de caridad, cuáles han vivido realmente al interior
de su hogar, por lo que se sientan realmente satisfechos?

3. ¿Por qué es bueno apoyar y comprar los productos y artículos que se producen y se venden en nuestro
municipio?

4. ¿Crees que es importante apoyar las pequeñas microempresas? Justifica su respuesta.

5. ¿Crees que es importante apoyar la producción nacional? Justifica su respuesta.

6. ¿Crees que es importante y necesario apoyar el EMPRENDIMIENTO de los colombianos? Justifica su


respuesta.

En el área de artes.
Materiales:
Papel, vinilos, pinceles.
Realizar 3 difuminados con amarillo, azul, rojo (A medida que voy pintando a cada color le voy agregando
más blanco hasta el final de la hoja.)

7. Teniendo los 3 difuminados en cada uno de ellos voy a escribir una frase alusiva al “AMOR A LOS
DEMÁS”. La frase debe tener un color que resalte con el fondo; la frase y el estilo de letra es libre de
acuerdo a su creatividad.

8. Con estos dos personajes DIBUJA tu propia historieta donde resaltes el RESPETO Y AMOR POR LOS
DEMÁS.

Docente,

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