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un mismo y solo interés, a fin de que todos los movimientos de la máquina social no
tendiesen jamás que, hacia el bien común, lo cual no puede hacerse a menos que el
pueblo y el soberano sean una misma persona. De esto se deduce que yo habría
1.- Introducción
intrincadas. Por autoridad nos referimos comúnmente al poder moral que tiene el
normas sean justas o injustas. Por legitimidad nos referimos al poder moral que tiene el
Estado para hacer uso de la fuerza, en caso de desobediencia a sus órdenes. Y por
justicia nos referimos a los principios que en una sociedad gobiernan la distribución de
por sus implicaciones prácticas. En particular, que las leyes estén dotadas de autoridad
ciudadanos. Por ello, una de las tareas centrales de la teoría política es la de justificar
cuándo y bajo qué circunstancias las leyes están investidas de ese poder moral tan
con profundos desacuerdos sobre lo que es justo e injusto. Por eso el epígrafe de
Rousseau este primer capítulo refleja, según creo, un error de concepto: las personas
modo de acomodar con justicia esos intereses. Ello, no obstante, no impide que las
menos una suficientemente buena) y por una genuina aspiración de intentar convencer
a los demás de las bondades de esa solución. Así, por citar algunos ejemplos, algunos
cobertura de la seguridad social, mientras que otras personas creen que la salud
pública debe hacerse cargo de un número más limitado de enfermedades. Hay gente
que cree que para acceder a los cargos públicos burocráticos más altos debe exigirse
consideran que el sistema debe privilegiar de algún modo a las minorías vulnerables,
minorías que por razones estructurales no cuentan con recursos para costearse una
buena educación. Unos creen que la mujer tiene derecho a abortar antes de los tres
meses, mientras que otros consideran que el aborto es equiparable, desde el punto de
vista moral, a un homicidio. En definitiva, las personas discuten con pasión sobre la
necesita tomar en cada caso una decisión colectiva vinculante, que vaya investida de
autoridad y legitimidad. Las personas pueden seguir discutiendo sobre lo que la justicia
exige o permite, e incluso algunas personas pueden suspender el juicio sobre esas
cuestiones, pero la sociedad tiene que tomar una decisión, porque la cuestión es que
siempre habrá una decisión. Esto plantea entonces la cuestión del procedimiento para
de toma de decisiones cuando los desacuerdos sobre la justicia son tan amplios, tan
responder a esa pregunta de una manera relativamente simple. Así, se responde, las
en pie de igualdad. Sobre este suelo, el de la igualdad política, nos dicen, está
edificado el ideal regulativo de la democracia, un ideal que de aquí en adelante llamaré
ideal estándar. Y sobre los cimientos de ese ideal está construida la democracia
nos dice, todos los ciudadanos adultos tienen derecho, a participar en pie de igualdad,
trata, en ese sentido, de un ideal simple de legitimidad, que todos pueden comprender.
Se trata, por otra parte, de una respuesta que no necesita pronunciarse sobre la
existencia de algo así como la verdad o “justicia” sustantiva de las leyes. Incluso - se
dejar que todas las preferencias, sean las que sean, se agreguen en el proceso de tal
manera que a todas se les confiera un mismo derecho a ejercer una igual capacidad de
En este capítulo quiero someter a crítica la misma estructura conceptual del ideal
estándar en su mejor formulación, la articulada por Robert Dahl (1989, 1998), voy a
sostener que el mismo presenta tres puntos débiles. Las dos primeras debilidades
democracias contemporáneas.
los resultados sin caer en serios problemas que ponen en duda la existencia del mismo
las personas que se introducen en el proceso. Contra esta visión, intentaré mostrar que
participan en el proceso.
elementos o valores que tienen, entre sí, una intrincada conexión: la igual dignidad o
hacer recaer en un solo principio último la base moral de la legitimidad de las leyes.
Diré así que estos tres valores forman la base moral de la legitimidad de las leyes, y
El capítulo está dividido en cinco partes. En la primera, expongo con detalla las
resulta incapaz de dar una respuesta adecuada a los desafíos que plantea la verdad o
quinta parte, explico cómo es que esas bases morales justifican un sistema distinto al
conclusiones.
Robert Dahl, “en cualquier conjunto de personas que desean establecer o mantener
Dicho principio supone otorgar a todos los ciudadanos adultos derechos categóricos de
estos esté puesta en duda. Dahl pasa a preguntarse qué criterios deben ser satisfechos
por el proceso de gobierno de una asociación para cumplir con la exigencia de que sus
asociación. Según Dahl, existen al menos cinco de esos criterios ideales (1998):
1.- Participación efectiva: antes de que se adopte una política por la asociación, todos
los miembros adultos deben tener oportunidades iguales y efectivas para hacer que sus
puntos de vista sobre cómo haya de ser la política sean conocidos por los otros
miembros.
2.- Igualdad de voto: cuando llegue el momento en el que sea adoptada finalmente la
decisión, todo miembro adulto debe tener una igual y efectiva oportunidad de votar, y
todo miembro adulto debe tener oportunidades iguales y efectivas para instruirse sobre
4.- Control de la agenda: los miembros adultos deben tener la oportunidad exclusiva
de decidir cómo y, si así lo eligen, qué asuntos deben ser incorporados a la agenda.
5.- Inclusión de los adultos: todos o, al menos, la mayoría de los adultos que son
residentes permanentes, deben tener los plenos derechos de ciudadanía que están