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Universidad Nacional de La Plata

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación


Departamento de Ciencias de la Educación

Trabajos prácticos N° 8

UNIDAD N°6: Enfoques socioculturales

Contenidos

2da parte 4.2. La Zona de Desarrollo Próximo como base de la enseñanza. Comunidades de práctica y de
aprendizaje. Perspectivas contextualistas.

Bibliografía

- Coll, C. (2001). Las comunidades de aprendizaje y el futuro de la educación: el punto de vista del
forum universal de las culturas. Simposio Internacional sobre Comunidades de aprendizaje.
Barcelona.
- Nakache, D. (2004). El aprendizaje en las perspectivas contextualistas. En N. Elichiry, Aprendizajes
escolares. Desarrollos en psicología educacional (pp. 178 a 192). Buenos Aires: Manantial.

Links recomendados para introducirse en la temática

https://www.youtube.com/watch?v=e2mt4ClU1Zw Etienne Wenger. Introducción a las comunidades de


práctica: teoría y aplicaciones (En español, 41 minutos)

https://www.youtube.com/watch?v=9FLlbliLoEw Comunidades de práctica. Experiencia de Albacete.


España. (6 minutos)

Orientación para la lectura:

Atendiendo a la breve vida de Lev Vigotsky, los pilares de su enfoque han sido recuperados en circuitos
académicos mucho tiempo después de ser publicados. En esta oportunidad nos detendremos en una de
esas líneas de investigación: la de los teóricos de la cognición situada. Estos últimos, parten de una fuerte
crítica al modo en que la institución escolar intenta promover los aprendizajes. Refieren que suele
reducirse el aprendizaje a la capacidad de los individuos y se pierde de vista que se trata de algo social,
colectivo y colaborativo (Díaz Barriga, 2003). Sus críticas prestan especial énfasis a la forma en que se
enseñan aprendizajes declarativos abstractos. Sostienen que se descontextualizan y se transforman en
conocimientos inertes, poco útiles, escasamente motivantes y de relevancia social limitada.

Se intenta desde esta perspectiva invertir ciertos principios de los modelos tradicionales de educación:

 La escuela en posición primera frente a otras formas de educación


 Ir más allá de la concepción de transmisión que supone unidireccionalidad
 Considerar al aprendizaje como actividad socialmente situada

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El enfoque sociocultural plantea que el conocimiento es situado, producto de la actividad, el contexto y la
cultura en que se desarrolla y utiliza. Los modos de conocer están íntimamente vinculados con los
artefactos culturales que ofrezcan las situaciones, los cuales incluyen a las personas y a las herramientas.
Al pesar en términos de comunidades de práctica (Lave, J. Wenger., 1991, 1998) se considera al
aprendizaje como un lazo colectivo que asume como fundamental la participación de aprendices en
prácticas situadas socialmente donde la comunidad aporta un soporte interpretativo a aquello que se está
aprendiendo y las estructuras sociales regulan dichas prácticas. Se entiende al aprendizaje escolar como
proceso de enculturación en el que los estudiantes se integran a una cultura de prácticas sociales, y donde
se promueve la participación de sus integrantes en la construcción de su autonomía de acción y
pensamiento.

Desde este enfoque se propone también la noción de conocimiento distribuido a fin de explorar el
conocimiento más allá del marco individual, planteando a la cognición como construida entre los individuos
y construida socialmente, con esfuerzos cooperativos para alcanzar objetivos comunes y desarrollados en
entornos culturales.

La noción de conocimiento situado se apoya en la noción de comunidades de prácticas, donde la


participación en la práctica es la principal actividad mediante la cual se desarrolla el aprendizaje. Esta
intervención se basa en la negociación de significados, en una interacción constante entre experiencia y
comprensión, siendo una constitutiva de la otra (Lave, 1988).

En las orientaciones para la lectura de la unidad N° 3 presentábamos desde el texto de Nakache al


sistema de actividad de Engeström (2001) como unidad de análisis para comprender el aprendizaje, donde
sus elementos se definen de manera recíproca y situacionalmente. Este cambio de unidad de análisis
propuesta produce una modificación en la comprensión del problema del aprendizaje. En este punto cabe
destacar ciertas cuestiones que para este autor resultan imprescindibles para que el aprendizaje como
participación se produzca en una comunidad de práctica:

 Los participantes de la actividad deben tener acceso a las diferentes partes de la misma.
 Se debe promover una interacción horizontal entre los participantes, así como los relatos y
narrativas sobre las problemáticas que se presentan y sus posibles resoluciones.
 Las tecnologías y estructuras de la comunidad de práctica deben estar a disposición de la revisión
de quienes aprenden al interior de la misma.

Asimismo, resulta interesante desde esta perspectiva contextualista, y a partir de la revisión de unidades
de análisis que propone, pensar las particularidades de los aprendizajes que se generan en diferentes
contextos, así como las relaciones posibles que pueden encontrarse entre los contextos familiares y
escolares (Lacasa, 2000).

Por su parte, Cesar Coll nos plantea, en el material que les proponemos para la lectura, la necesidad de
ampliar el concepto de Educación, entendiendo a la misma como una responsabilidad compartida de la
sociedad y de la comunidad de la que forma parte. Se presenta una invitación a revisar ¿Qué
enseñamos?, ¿cómo enseñamos?, ¿Dónde enseñamos?, ¿para qué enseñamos?

Coll analiza en su texto al aula en tanto una comunidad de aprendizaje, introduciendo una nueva visión de
la enseñanza y el aprendizaje, que habilita la revisión de las prácticas educativas vigentes. La metáfora del
aula como sostén de muchas zonas superpuestas de desarrollo próximo y promotora del aprendizaje por
apropiación mutua y negociación de significados constituye el marco teórico desde el que se analiza el
sistema de actividad áulico y las prácticas que surgen en ella.

A continuación, propone pensar a las instituciones educativas y al territorio (pueblo, ciudad, región) en
tanto comunidades de aprendizaje. Por último, desarrolla lo que él conceptualiza como las comunidades
virtuales de aprendizaje. Atendiendo al contexto de ASPO que estamos transitando y que las prácticas
educativas de todos los niveles de enseñanza de nuestro país han virado hacia este tipo de entorno de
trabajo, consideramos interesante detenernos a pensar y repensar las prácticas educativas en los entornos
virtuales.

Para pensar el potencial de las TIC para transformar la enseñanza y mejorar el aprendizaje podemos
servirnos de las nociones vigostkianas de mediación e instrumentos psicológicos (Vigostky, 2000). Este
argumento se apoya en la naturaleza simbólica de las tecnologías de la información y comunicación en
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general, y de las tecnologías digitales en particular, y en las grandes posibilidades que brindan para buscar
información, representarla, procesarla, transmitirla y compartirla.

El ingreso de las nuevas tecnologías en el aula debe prever nuevas asignaciones de roles y nuevas
distribuciones de saberes. Las TIC pueden mediar relaciones entre los elementos del triángulo interactivo–
estudiantes, profesores y los contenidos del aprendizaje – y contribuir a conformar el contexto de actividad
en el que tienen lugar estas relaciones. También pueden mediar las interacciones y los intercambios
comunicativos entre docentes y alumnos y entre estudiantes. La capacidad mediadora de las TIC como
instrumentos psicológicos es una potencialidad dependiendo del uso que los participantes hagan de ellas
(Coll, 2004; Coll, Onrubia y Mauri, 2007).

Por lo tanto, la incorporación de las TIC en las actividades áulicas no es en sí misma un factor innovador y
transformador de las prácticas educativas. Las TIC generalmente se muestran como un elemento
reforzador de las prácticas educativas existentes, promoviendo la innovación cuando se insertan en una
dinámica de innovación y cambio educativo. Si las TIC coordinan y determinan las formas de organización
de la actividad conjunta o si conforman un espacio o entorno de enseñanza y aprendizaje, existen más
posibilidades de que las nuevas tecnologías puedan transformar o innovar las prácticas educativas.

Las nuevas tecnologías tienen un lugar central en el desarrollo de nuevas formas de interacción virtual.
Han contribuido para posibilitar y optimizar algunas dimensiones de las características de la interacción,
como dotarla de mayor rapidez, mayores posibilidades del tipo de formato con el cual se envía la
información o de nuevas posibilidades de comunicación entre los miembros de una comunidad de
aprendizaje. Sin embargo, el medio que se utilice para producir la comunicación no determina en sí mismo
la naturaleza del proceso comunicativo. Ya no se trata de usar la TIC para hacer lo mismo pero con mayor
rapidez, comodidad y eficacia, sino para hacer cosas diferentes, para poner en marcha procesos de
enseñanza y aprendizaje que no serian posibles sin las nuevas tecnologías.

En el contexto de la sociedad del conocimiento, las tecnologías de uso educativo son un soporte
fundamental para la instrucción. Las herramientas que brindan las nuevas tecnologías estimulan la
experimentación, la reflexión y la generación de conocimientos individuales y colectivos, favoreciendo la
conformación de un espacio de intercreatividad que contribuye a la creación de un entorno de aprendizaje
colaborativo.

El aprendizaje colaborativo es entendido como un proceso de interacción en el que los miembros del grupo
se asumen responsables de sus acciones e integran las habilidades y contribuciones de sus pares en un
esfuerzo coordinado para la actividad que los convoca. Tal como plantea Andreoli (2013) la colaboración
va a depender del establecimiento de un lenguaje y significados comunes respecto a la tarea y de una
meta común al conjunto de participantes. Es un desafío, para los docentes, generar espacios que
posibiliten la construcción colaborativa del conocimiento y crear las condiciones para que el estudiante
vaya, progresivamente, actuando de manera más autónoma, responsable y estratégica, en la gestión de
su propio proceso de aprendizaje. Debe apoyar los procesos de aprendizaje que prioricen el diálogo y la
interacción colaborativa, distribuida. Debe propiciarse el rol protagónico de los estudiantes en las
contribuciones que pueden hacer al desarrollo de la información y los recursos del aprendizaje.

Preguntas orientativas

1) ¿Qué características diferenciales plantearía entre las concepciones tradicionales de la educación y las de
las perspectivas contextualistas?
2) ¿Por qué se le da un lugar central a la participación y la acción en las propuestas de comunidades de
prácticas?
3) ¿De que manera podrían tenderse puentes entre los contextos cotidianos y escolares a fin de enriquecer los
aprendizajes?
4) Considerando a las aulas como “Cultura del aprendizaje” (Coll, 2001) identifique los rasgos que permiten
sostener que las mismas son Comunidades de Aprendizaje.
5) ¿Cómo generaría una comunidad de aprendizaje en entornos virtuales para la enseñanza de su disciplina?
¿Que aportes le brindaría la virtualidad para dicho proceso?
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