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Eucaristía X aniversario de

la Pascua de
Carlos Deiver Ruiz

Canto de entrada:
Saludo presidencial.
Monición ambiental:
BIENVENIDOS a esta celebración en memoria de CARLOS DEIVER RUIZ SILVA, nos unimos a la
intención y sentimientos de sus familiares, con nuestra compañía, ellos desean que sea un sentido
y sencillo homenaje a su hijo.
Vamos a armarnos de fe, la fe del Pueblo de Dios, para brindar juntos un canto a la Vida, la Vida con
mayúscula, la vida de la que ya goza en plenitud este hermano nuestro.

Escuchemos….

Acto penitencial:
Somos seres imperfectos, limitados, limitados sobre todo en cuanto al tiempo, aunque nos cueste
asimilarlo. Pero afortunadamente la muerte no es el final del camino, es solo cruzar la puerta hacia
la Vida, con mayúscula. Nuestro destino es vivir, plenamente. Por nuestra resistencia a ver más allá,
por apegarnos a lo material e inmediato y no ambicionar con fuerza la Vida que nos ofrece Dios cada
día, pidamos al Señor la gracia de su perdón, porque lo necesitamos para vivir.

Momento de silencio….

Yo confienso…

Canto penitencial…

Oración:
Padre bueno, vuelve tu mirada sobre tu hijo Carlos Deiver, que ha cerrado sus ojos a las realidades
de esta vida y los ha abierto a las que son misteriosas y desconocidas para nosotros. En fe te pedimos
que cuides de él con especial amor de Padre y que nosotros nos sintamos confortados con la
seguridad de que Tú los has acogido como a tu hijo muy querido. Contamos con tu ayuda y
esperamos que nunca nos falte. Es lo que te pedimos humildemente en nombre de tu hijo Jesús,
que vive y reina en la…….
LITURGIA DE LA PALABRA

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios

Alguno preguntará: ¿Y cómo resucitan los muertos?, ¿qué clase


de cuerpo traerán?

Necio, lo que tú siembras no cobra vida si antes no muere. Y,


además, ¿qué siembras? No siembras lo mismo que va a brotar
después, siembras un simple grano, de trigo, por ejemplo, o de
alguna otra semilla. Es Dios quien le da la forma que a él le
pareció, a cada semilla la suya propia.
Todas las carnes no son lo mismo; una cosa es la carne del
hombre, otra la del ganado, otra la carne de las aves y otra la
de los peces. Hay también cuerpos celestes y cuerpos terrestres,
y una cosa es el resplandor de los celestes y otra el de los
terrestres.
Hay diferencia entre el resplandor del sol, el de la luna y el de
las estrellas; y tampoco las estrellas brillan todas lo mismo.
Igual pasa en la resurrección de los muertos: se siembra lo
corruptible, resucita incorruptible; se siembra lo miserable,
resucita glorioso; se siembra lo débil, resucita fuerte; se siembra
un cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual. Si hay cuerpo
animal, lo hay también espiritual.
Palabra de Dios.

Salmo 23
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 16, 1-8

Transcurrido el día de precepto, María Magdalena, María la de Santiago


y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarlo.

El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro ya salido


el sol. Se decían unas a otras:

-¿Quién nos correrá la losa de la entrada del sepulcro?

Al levantar la vista observaron que la losa estaba corrida (y era muy


grande). Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la
derecha, envuelto en una vestidura blanca, y se quedaron
completamente desconcertadas. Él les dijo:

-No tengan miedo. ¿Buscan a Jesús el Nazareno, el crucificado? Ha


resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Y ahora,
vayan, digan a sus discípulos y, en particular, a Pedro: «Va delante de
ustedes a Galilea; allí lo verán, como se los había dicho».

Salieron huyendo del sepulcro, del temblor y el espanto que les entró, y
no dijeron nada a nadie, del miedo que tenían.
Palabra del Señor.

Homilia.

Preces:
Te damos las gracias, una vez más, Padre bueno, por Carlos Deiver Ruiz
Silva todos nuestros seres queridos difuntos.
Señor escúchanos.
Y te rogamos que nada de su vida se pierda, que todos los que les
conocimos seamos continuadores de su buen quehacer, de sus
esperanzas y anhelos.
Señor escúchanos.
Que su estilo de vida cristiana nos sirva de ejemplo. Queremos que
continúen viviendo en todos y cada uno de nosotros, en nuestros
corazones, en nuestras ganas de vivir, en nuestras ideas y en nuestra
conciencia.
Señor escúchanos.
Que todos los que estuvimos unidos a ellos, estemos aún más unidos
ahora entre nosotros. Y que esta unión nos ayude a continuar caminando
en este mundo nuestro tan necesitado de hombres y mujeres nuevos.
Señor escúchanos.

Rito de la luz (las personas toman luz del Cirio Pascual)


Oración:
Dios de infinita misericordia,
confiamos a tu inmensa bondad a tu hijo Carlos Deiver y
a cuantos han dejado este mundo para la eternidad,
donde tú esperas a toda la humanidad,
redimida por la sangre preciosa de Jesucristo,
muerto en rescate por nuestros pecados.

No mires, Señor,
tantas pobrezas, miserias y debilidades humanas
con las que nos presentaremos ante el tribunal
para ser juzgados para la felicidad o la condena.

Míranos con la mirada piadosa


que nace de la ternura de tu corazón,
y ayúdanos a caminar en el camino de una completa purificación.

Que ninguno de tus hijos se pierda en el fuego eterno,


donde ya no puede haber arrepentimiento.

Te confiamos, Señor, las almas de nuestros seres queridos,


y de las personas que han muerto sin el consuelo sacramental
o no han tenido manera de arrepentirse
ni siquiera al final de su vida.

Que nadie tenga el temor de encontrarte


después de la peregrinación terrenal,
en la esperanza de ser acogidos
en los brazos de la infinita misericordia.

La hermana muerte corporal


nos encuentre vigilantes en la oración
y llenos de todo bien,
recogido en nuestra breve o larga existencia.

Señor, que nada nos aleje de ti en esta tierra,


sino que en todo nos sostengas
en el ardiente deseo de reposar serena y eternamente.
Padre santo, Dios eterno y Todopoderoso, te pedimos por (el nombre
del difunto), que llamaste de este mundo.
Dale la felicidad, la luz y la paz. Que él, habiendo pasado por la muerte,
participe con los santos de la luz eterna, como le prometiste a Abraham
y a su descendencia.
Que su alma no sufra más, y te dignes resucitarlo con los santos el día
de la resurrección.
Perdónale sus pecados para que alcance junto a Ti la vida inmortal en el
reino eterno.
Por Jesucristo, Tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo.
Amén.

Ofertorio
Después del Padre nuestro, invocamos la presencia del Espíritu Santo:
Aquí estamos, Padre Dios, por la dolorosa separación de tu hijo Carlos,
aunque nos consuela saber que ya está en tus manos amorosas de Padre.
Necesitamos tu Espíritu, Señor, para superar nuestra tristeza y levantar
el ánimo. Reconocemos humildemente que nos hacemos los ciegos
cuando se cruzan con nosotros los hermanos más necesitados y nos
fingimos sordos y ocupados cuando nos vienen a pedir auxilio. Danos
un buen corazón. Queremos estar como disponibles siempre para quien
más nos necesite. Brindamos por la esperanza en otro mundo mejor,
porque no estamos solos en esta tarea, si contamos, Padre Dios, con la
fuerza de tu espíritu y la presencia entre nosotros de tu hijo Jesús.
AMÉN.

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