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Artículo de Dale B.

Martin sobre Publicado


homosexualidad: Análisis por:juanstam
26/10/2013 6:00:00

exegética
Dale B Martin es profesor de religion en Yale, bisexual, erudito y famoso. Su
artículo alude a docenas de fuentes antiguas, desde siglos antes de Jesús hastra
siglos después. Cuando busqué las fuentes mismas, en su contexto original, me
quedé decepcionado de su aparente "erudición"

Análisis exegético del artículo

"Arsenokoités and Malakos: Meanings and Consequences"

por Dale B. Martin

en Biblical Ethics & Homosexuality: Listening to Scripture, Robert L. Brawley


ed.

(Westminster John Knox Press 1996).[1]

Dale B. Martin, profesor de ciencias de la religión en la Universidad Yale y


discípulo del famoso John Boswell, también profesor de Yale, es uno de los
mayores defensores de la igualdad sexual y por lo tanto opositor férreo de toda
homofobia, incluso en la interpretación bíblica. Sus artículos y libros hacen
época en los debates exegéticos con referencia a la diversidad sexual. Para
algunos/as, los argumentos de Martin son la refutación definitiva de la
interpretación de arsenokoitai como "homosexuales" y de malakoí como el
participante pasivo en una relación homosexual. [2]

Martin repite varias veces que no escribe tanto para aclarar el significado de las
dos palabras griegas que menciona como para desenmascarar la ideología que
priva en las interpretaciones conservadoras de 1Cor 6.9. No cabe duda de que
prejuicios "ideológicos" a veces figuran en la oposición a la igualdad sexual, pero
al analizar el escrito de Martin tendremos que preguntarnos si él no es culpable
de lo mismo. Desde el primer párrafo ridiculiza a sus opositores, juzga sus
motivaciones, generaliza sus juicios de ellos, interpreta tendenciosamente los
textos y juega con caricaturas. Parece que nunca ha conocido a pensadores como
Gordon Fee, Conzelmann. F.F. Bruce y N. T. Wright, que no caben en el
estereotipo de fundamentalistas fanáticos con lo que trabaja él. Por eso hay que
preguntar si Martin es menos ideológico que los objetos de sus burlas. Parece un
caso de los zopilotes tirando a las escopetas. Su artículo hubiera sido más
convincente, y más responsable, si hubiera sido menos subjetivo y visceral.

El argumento de Martin:

Martin descarta desde un principio la interpretación de arsenokoitês como


"homosexual" (arsen, varón y koitê, cama, coito), señalando con un humor un
poco sarcástico que el vocablo inglés "understand" no tiene nada que ver ni con
"under" ni con "stand" y que "chairman" no tiene que ver con sillas. Además,
afirma que derivar de los dos componentes del término el significado de
"homosexual" cae en el error de la interpretación etimológica. Más bien, afirma
Martin, su sentido debe determinarse por su uso en el mayor número posible de
textos parecidos. Partiendo de la premisa de que en las listas similares los vicios
están organizados lógicamente según los tipos de vicio, [3] Martin analiza una
serie de pasajes y afirma que en esas listas arsenokoites no aparece entre los
pecados sexuales sino entre los pecados sociales y especialmente económicos. De
esos argumentos Martin concluye que el término se refiere al abuso del sexo
(posiblemente homosexual) para hacer daño a otras personas.

Con un estudio similar de malakós (literalmente "suave, delicado") Martin


concluye que toda la amplísima gama de significados se concentra en un
concepto misógino de femineidad y afeminación. No implica, según Martin,
ninguna referencia necesaria a relaciones homosexuales ni al "participante
pasivo" de tales relaciones. Al contrario, la literatura antigua habla
de malakoí que eran apasionadamente heterosexuales.
 

Crítica exegética sobre arsenokoitês:

Para ridiculizar la interpretación de arsenokoitês como "homo-sexual" Martin,


con su característico dogmatismo, escoge los ejemplos absurdos de "under-stand"
y "chair-man" y critica la interpretación tradicional como un argumento de
etimología. Sin embargo, cuando ambos términos de la palabra compuesta son
claros e ipso facto entendibles, el análisis diacrónico (etimología) es totalmente
innecesario. Abundan palabras compuestas cuyo significado es inmediatamente
evidente: guardameta, guardacostas, robacarros, lavacarros, rompecabezas,
limpiabotas, y muchas más.[4] En el inglés, lengua materna de Martin, similares
palabras compuestas son frecuentes: weekend, headhunter, cheerleader, sunlight,
sunbeam, sunrise, sunset, suntan, sunburn etc. Contrario a la impresión de
sofisticación lingüística, este argumento de Martin es superficial, tendencioso y
exegéticamente irresponsable.

Los dos componentes de arsenokoitês parecen derivarse de la condena de


homosexualidad en Lev 18:22 Lxx, meta arsenos ou
komêthêsê koitên gunaikeian. Además, en el griego existían otras palabras
compuestas con una estructura idéntica o parecida: mêtêrkoitês (quien tiene sexo
con la madre), doulokoitês (que tiene sexo con esclavos),  arsenothêlus (hombre-
mujer; hermafrodita), polukoitês, polukoinia, polukoiteô (duerme con muchos
hombres o mujeres; cf. polukoimêtos, que duerme mucho), arsenomanês (loco
por los hombres), arsenôma (semilla de varón) y arsenomixio,
arsenomiktes (homosexualidad, homosexual).[5]

De estas evidencias queda bien claro que el adjetivo arsenokoitês significa


"varón que se acuesta con otro varón". Dale Martin, sin embargo, rechaza este
sentido obvio, aparentemente natural, y apela a un argumento que resulta mucho
menos convincente, del posicionamiento del término en otras listas de vicios. En
ese proyecto Martin analiza el empleo de arsenokoitês en Oráculos
Sibilinos 2:73; Hechos de Juan #36; Teófilo, Ad Autólico; Hipólito, Refutación
de todas las herejías 5.26.22s y Bardesanes (según  Eusebio, Preparación para
el Evangelio 6.10.25).

Un pasaje que a Dale Martin se le olvidó:

Más pertinente para el tema es un texto que Martin no menciona en todo su


artículo, la epístola de Policarpo a los Filipenses 5:3:

Igualmente, que los jóvenes sean irreprensibles en todo,


teniendo cuenta, ante todo, de la castidad y sofrenándose de
todo mal. Bueno es, en efecto, que nos apartemos de las
concupiscencias (epithumía) que dominan en el mundo,
porque toda concupiscencia milita contra el espíritu, y ni
los pornoi (fornicarios), ni los malakoí (afeminados) ni
los arsenokoitai (homosexuales) han de heredar el reino de
Dios...

Este pasaje, fechado 107-8 d.C. a pocas décadas de la vida de Pablo, [6] aparece
en una serie de exhortaciones a los diáconos (5:1-2), los jóvenes y vírgenes (5:3),
los ancianos (6:1-2) y a todos (6:3). La exhortación a los jóvenes se concentra en
lo sexual, bajo la categoría general de epithumia, desglosada en los tres grupos
de pornoi, malakoí y arsenokoitai. Es claramente una lista de vicios ("vicelist").
Es significativo que aquí, en este primer ejemplo, arsenokoitai aparece entre los
pecados sexuales sin la menor referencia a lo económico ni a daños a otras
personas. La frase "no heredar el reino de Dios" sugiere que Policarpo está
reconrdando el texto de 1 Cor 6:9. Todo esto plantea un problema serio para la
tesis de Dale Martin.

¿Cuán convincentes son los pasajes que cita Martin sobre arsenokoitês?


 

El primer texto que Martin trae a colación es Oráculos Sibilinos 2:73, donde en
algunas versiones la prohibición "No practica la homosexualidad" aparece entre
el robo de semillas (2:71) y la infidelidad a las confidencias (2:73b), en un largo
pasaje de temas económicos sin otra referencia al sexo. Sin embargo,  de todo
este pasaje Alejandro Díez Macho, respetado autoridad en materia de escritos
apócrifos, dictamina que "la evidente interpolación de los vv. 56-118, tomada
burdamente del Pseudo-Focílides" no merece considerarse parte de OrSib 2, por
lo que decide omitir toda la interpolación de su versión de OrSib 2 para la
Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).[7] En el original de "Las Sentencias" de
Pseudo-Focíldes, fuente de la larga interpolación, la prohibición de
homosexualidad aparece en su debido lugar, en un extenso pasaje sobre el sexo
(Charlesworth II:581). La anomalía de OrSib 2:73 no es más que vestigio de un
interpolador tan confundido que ni pudo introducir bien su interpolación.

El segundo pasaje citado por Martin es Hechos de Juan (AcJn) 36. Se trata de un
largo discurso, confirmado por la sanidad divina colectiva de unas ancianas muy
enfermas, llamando a los varones de Éfeso a arrepentirse y convertirse a Cristo
(pgr 33-36). Se dirige a ellos como "presos de la incredulidad y esclavizados por
deseos vergonzosos" (pgr. 33), El predicador pasa de tema en tema casi sin
relación lógica o temática. Contrario al argumento de Martin, el documento no da
otra lista de pecados sexuales en la que no incluye la homosexualidad. Solamente
menciona, en párrafo 35, el adulterio, después del orgullo por la belleza física y
antes del pecado de negarse a ayudar a los pobres. [8] Menciona dos veces, por
separado, el pecado de gloriarse en la riqueza. Termina con dos listas finales, una
de vicios variados y otra de personas, separadas por un llamamiento al
arrepentimiento[9]. El análisis de todo el discurso deja muy dudosa la
interpretación de Martin.

En tercer lugar Martin apela a Teófilo de Antioquía, ad Autólico 1.2 pero de


nuevo hay serios problemas textuales. Ruiz Bueno, en Padres Apologistas
Griegas de la BAC (Madrid 1954) defiende el texto de Bardy y Sender
(rechazado por Martin) y lo escoge para su traducción (p.766-767). Como especie
de requisitos morales para conocer a Dios, Teófilo desafía al pagano Autólico a
demostrar que él no es moijos, pornos ni arsenokoitês.[10]

 
Martin mismo reconoce que su tesis tiene serias dificultades con los pasajes de
Hipólito y Bardesanes. Al fin de tanta investigación, el argumento de la
colocación de arsenokoitos en las listas de vicios convence menos que las
evidencias lexicográficas del término mismo, que Martin descarta muy
ligeramente, y el importante testimonio de Pol. 5.3, que Martin ni menciona.
Estos frecuentes problemas textuales subrayan lo precario del argumento sólo del
posicionamiento de determinados términos en supuestas listas de vicios. [11]

Crítica exegética sobre malakós:

Antes de analizar el significado de malakós, Martin analiza la historia de las


traducciones del término en inglés. Las versiones impresas más antiguas lo
traducen con "weakling" ("debilucho"; Tyndale 1534; Coverdale 1535; Cranmer
1539). Del fin del siglo XVI hasta el XX, la traducción preferida en ingles era
"effeminate" (Versión del Rey Jaime, 1611), pero igual que con arsenokoites,  a
partir de mediados del XX ocurre un cambio curioso: desaparece la traducción
"afeminado" para ceder el lugar al empleo de términos sexuales como
"sodomita", "pervertido" o "prostituto". La conclusión, según Martin, es que
"este viraje en las traducciones no resultó de las evidencias filológicas sino de
cambios en la ideología sexual".

Para contextualizar este argumento desde América Latina, sería necesario


analizar las traducciones bíblicas al castellano, para ver si era parecido o
diferente el desarrollo de la ideología sexual en los países de habla hispana. Por
otra parte, los idiomas son muy dinámicos y viven en constante evolución, sobre
todo en las connotaciones sociales y sicológicas de los términos (la
sociolingüística).  Además. entre los años 1600 y 1950 ocurrieron cambios
revolucionarios en la lingüística y la filología (papiros de Egipto, rollos de
Qumrán) que afectaron grandemente las traducciones bíblicas.

Martin inicia su exposición de malakós explicando que entre los muchos


significados que tiene, el elemento central común es la categoría de lo femenino,
y la esencia de lo femenino es el ser penetrado. Según la antigua ideología
sexual, señala Martin, "las mujeres existen para ser penetradas". Por eso, "un
hombre que se dejaba penetrar... podría tildarse de malakós".[12] Aunque Martin
rechaza la interpretación de malakós como "participante pasivo" en una relación
homosexual, afirma en repetidos pasajes esta íntima relación entre malakós y
penetración sexual.
 
 El campo semántico de malakós es vasto, siempre alrededor del eje "suave".  De
las cuatro veces que aparece en el NT, las otras tres (Mt 11:8ab; Lc 7:25) se
refieren a la ropa lujosa de los que viven en palacios. Entre otros significados
de malakós en la literatura griega aparecen tierno, tímido, cobarde, perezoso,
lujurioso y sensual. Viven con lujos, lo que produce decadencia y degeneración,
con todos los apetitos fuera de control. En realidad, hay pocas cosas malas que no
se incluyan en el empleo de este término. No significa homosexual, porque hay
muchos malakoí que no lo son, pero por otra parte, todos los homosexuales
penetrados eran malakoí. Por eso, este término en 1Cor 6:9 bien puede significar
"homosexual", y aun "penetrado", pero no necesariamente, porque podría tener
alguno de los muchos otros significados que le caben.

Martin afirma repetidas veces, con evidente satisfacción y placer, que


un malakós puede ser un ardiente y apasionado heterosexual. "En el mundo
antiguo", escribe, "la afeminación se asociaba tanto con el sexo heterosexual
como con el homosexual, o aun más".[13] Afirma repetidamente que malakós se
refiere mucho más a menudo a la sexualidad heterosexual que a la homosexual.
Pretende demostrarlo por el método de "estudio de palabras" (word study) del
término malakós, pero para documentar su "aun más" tendría que haber analizado
todos los textos donde aparece la palabra. [14] Al contrario, Martin ha escogido
los pasajes que parecen apoyar su tesis y omitido otros textos claves como
Pol Fil 5:3.

De los pasajes citados por Martin para este argumento, la mayoría están alejados
del mundo de Pablo en el tiempo (p.ej. Aristófanes, 400 a.C) y en cultura
(comedias eróticas de Plautón; una novela romántica de Chariton) y difícilmente
estarían en el campo semántico de malakós para Pablo a mediados del primer
siglo. En otros argumentos de su estudio de esta palabra, Martin no da suficiente
atención al contexto de los pasajes. Por ejemplo Filón, en su relato del desorden
moral de Sodoma (de Abraham 133-138), describe primero la situación general
de toda la población, incluso "los que buscan con pasión loca a las mujeres"
(133-135a) y después denuncia el sexo entre hombres (135b-136). No dice que
eran malakoi los que con pasión enloquecida seducían las esposas de otros
hombres ni tampoco Filón aplica el término malakós a ellos.

Igualmente, del drama Ekklesiazusae ("Asamblea de las mujeres") de


Aristófanes, del que Martin cita la frase de una vieja a un joven, "Ven mi
suavecito" (malakion), para invitarlo al sexo heterosexual, pero no aclara el
contexto necesario para interpretar bien el uso del término. Como indica el título
del drama, las mujeres de Atenas, inspiradas por la formidable Praxagora, se han
vestido de hombres para invadir la ekklesia de la ciudad, tomar el poder y
establecer un socialismo radical, hasta en el sexo. El sexo será totalmente abierto
a todos y a todas, pero antes de tener sexo con su querida o querido, el varón
tendrá que tener sexo primero con una vieja fea o la joven con un viejo nada
atractivo, para acostarse sólo después con su novia o novio. [15] Las viejas tenían
autorización legal para obligar a los varones a ir a acostarse con ellas.

En eso viene un joven que busca a su novia pero se encuentra con una vieja fea
que pretende obligarle a tener sexo con ella, como exige la ley. Queda empatado
el debate con esa primera bruja cuando entra una segunda vieja, aun más fea, y
una tercera todavía más repugnante. En sus muchos argumentos para persuadir el
joven a "cumplir la ley" y acostarse con ellas, las viejas emplean una gran
variedad de epítetos, algunos cariñosos pero muchos irónicos. El uso
de malakós por una de las viejas obviamente era un insulto con que se burlaba de
él por no querer tener sexo con ella. Al final del drama el joven todavía no se ha
acostado con nadie, al contario de la versión de Martin. Con las viejas no quiere,
y con la joven no se lo permiten ellas [16]

Al fin de su largo análisis, Martin confiesa que no sabe con seguridad qué
significan estos dos términos, pero se inclina a pensar
que arsenokoitês probablemente se refiere a uno que hace daño al prójimo (quizá
por explotación sexual) y que malakós probablemente significaba "afeminado".

 
Conclusión:

Dale Martin ha articulado un argumento masivo contra las interpretaciones


tradicionales, a menudo homofóbicas, de arsenokoitês y malakós. Aunque su
estilo es dogmático y sarcástico, y sus argumentos, examinados críticamente, son
tendenciosos y a veces claramente errados, su trabajo tiene mucho que
enseñarnos en varios sentidos.

Un tema del pensamiento de Martin, repetido a lo largo de su artículo, llama


mucho la atención. Lo propio de la mujer, insiste el autor, es el ser penetrada,
mientras lo propio del varón es penetrar y eyacular. Entonces podemos preguntar,
¿No apoya eso la interpretación del malakós como el afeminado agente pasivo
que es penetrado y el arsenokoitês como el agente activo (masculino) que
penetra y eyacula? Martin ridiculiza esa interpretación con tremendo desprecio:
los que afirman eso o son ignorantes, dice, o son deshonestos. Pensadores como
F.F. Bruce y Gordon Fee merecen más respeto que eso.

Martin concluye su artículo con una advertencia, muy justificada, contra la


explotación homofóbica de la Biblia. La exégesis fiel es un deber cristiano, pero
la mejor exégesis puede ponerse al servicio del prejuicio y del odio. Martin cita
unas palabras de San Agustín sumamente apropiadas para todos y todas: "Quien
juzga haber entendido las divinas Escrituras o una parte de ellas, y con esta
inteligencia no edifica este doble amor de Dios y del prójimo, aun no las
entiende" (Sobre la doctrina cristiana 1.35.40).

¡En eso todos debemos estar de acuerdo!

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