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ISSN: 0185-0636
nuevaantropologia@hotmail.com
Asociación Nueva Antropología A.C.
México
D
esde las dos últimas décadas del y han inyectado —a su reencuentro con
siglo XX, la antropología ha ve- la antigua conocida de Malinowsky, Boas
nido encarando viejos y nuevos y White— aires de renovación y de entu-
temas con herramientas y métodos de una siasmo.
teoría interpretativa de la cultura; uno Mientras la antropología se beneficia-
de ellos es el de la tecnología. Al empren- ba con las corrientes semióticas de fines
der esta tarea, la ya añeja disciplina se de la década de 1960 y la de los setenta,
ha mostrado influida por el eclecticismo la tecnología comenzó a mostrarse en toda
de análisis interdisciplinarios que la han su complejidad y contingencia gracias a
despojado de atavismos reduccionistas nuevos enfoques de disciplinas tales como
la sociología del conocimiento científico,
** Este artículo forma parte del proyecto de in- la historia de la tecnología, y los estudios
vestigación “Generación y transmisión de conoci- sobre innovación, entre otros (Díaz, 1995).
mientos en México: flujo y redes entre los sectores Pronto surgieron programas de estu-
público y privado” (REF: 27794S), financiado por
el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Cona-
dio y redes de investigadores, impulsa-
cyt), con sede en el Instituto de Investigaciones dos principalmente por sociólogos e his-
Sociales de la UNAM. Agradezco al instituto las faci- toriadores, interesados en abordar lo que
lidades otorgadas para realizar mi trabajo. genéricamente se denomina “Estudios en
** Instituto de investigaciones Sociales, UNAM. Tecnología y Sociedad”, o “Tecnología y
70 María Teresa Márquez
Cultura” (Escobar, 1994: 212). Tales pondencia entre tecnología y cultura está
aproximaciones han dado por supuestas lejos de testimoniarse cabalmente en la
y evidentes las relaciones que sus nom- literatura antropológica (o en cualquier
bres proclaman en lugar de construirlas otra), a pesar de que algunos antropólo-
y explorarlas. Además, han centrado su gos (todavía una minoría) trabajan desde
atención —como en el caso de la Socie- tiempo atrás afinando las herramientas
dad para la Historia de la Tecnología (SHOT conceptuales disponibles e importando y
por sus siglas en inglés)— en describir adecuando teorías y categorías de análi-
estudios de casos privilegiados donde el sis. Empero, queda aún mucho camino
énfasis estuvo primero en las particula- por andar, sobre todo para la antropolo-
ridades internas de las complicaciones gía latinoamericana que debe incorporar
técnicas (propias del determinismo y el sus propios problemas y los matices de
evolucionismo tecnológico ingenuos) y, su atípica y compleja modernidad al es-
luego, en los análisis externalistas que tudio de la tecnología desde la cultura.
buscan interpretar el cambio tecnológico En este espacio, esperamos estar con-
“en contexto” (Staudenmaier, 1985 y tribuyendo al cumplimiento de esta ta-
1996). Sin embargo, en la mayoría de es- rea o, cuando menos, orientando hacia su
tos estudios, la forma en que se constru- causa algunas voluntades y talentos, sea
yen y operan esos contextos, así como las por convencimiento o por indignación.
maneras y las razones por las que adquie- Un estudio de caso sobre el desarrollo
ren significado para sus actores, apare- de software para el manejo y recupera-
cen como detalles por demás insignifican- ción de información en discos compactos
tes para disciplinas que sólo en la (CD-ROM) nos servirá para sustentar la
generalización parecen encontrar la vali- necesidad de construir puentes entre tec-
dez de sus teorías. nología y cultura, enfatizando en las for-
En suma, el vínculo entre tecnología y mas en que ambas dimensiones se arti-
cultura ha sido sobrestimado como una culan. Para ello proponemos el concepto
relación “natural” entre el mundo de los de estilo tecnológico como una categoría
objetos y el universo de lo simbólico. Des- de análisis que permitirá al investigador
pués de todo —formularía el contraargu- social penetrar en la caja negra de la tec-
mento—, tanto los sistemas de objetos nología (Woolgar, 1991) y abundar en la
como aquellos procesos diseñados para construcción de los significados que
instrumentarlos se basan en significados la hacen posible y la interpretan.
compartidos (conocimientos técnicos, con-
sensos políticos, acuerdos económicos,
reconocimiento social de necesidades, etc.) LA TECNOLOGÍA
y, ellos mismos —los objetos— devienen EN LA MIRADA ANTROPOLÓGICA
en significados de aceptación o rechazo,
posición social, poder cultural, etcétera. A continuación revisaremos brevemen-
No se necesita ser un observador exi- te algunas de las recientes contribucio-
gente para aceptar o, por el contrario, nes antropológicas al estudio de la tec-
para denunciar que esta perfecta corres- nología.
Estilo tecnológico 71
2
Sobre el surgimiento de la antropología del ci- 3
Hay en Lemonnier una preocupación justifi-
berespacio puede consultarse David Hakken, cada por reconocer los trabajos precursores en el
Should the AAA Intervene in the Cultural Cons- estudio del homus technicus y de las representa-
truction of Cyberspace? Disponible en línea en URL: ciones sociales de la tecnología de Mauss, Haudri-
http: //sts.sunyit.edu/anthropolgy/index.html. Véa- court y Leroi-Gourhan, entre otros clásicos de la
se también Escobar (1994). antropología francesa (véase Lemonnier, 1989).
Estilo tecnológico 73
go de posibles vías tecnológicas que toman pueden ser resueltas de manera satisfac-
—o rechazan—, adaptan o desarrollan a toria desde las perspectivas arriba revi-
partir de lo que encuentran en su propio sadas y, por tanto, nos sirve aquí para
ambiente o tradiciones o en las de otras evidenciar la necesidad de construir puen-
sociedades. Al realizar tales elecciones los tes que ayuden al analista social a orde-
grupos construyen y mantienen diferen- nar y entender los complejos itinerarios
cias de status o identidad y permiten al que siguen los significados cuando se ha-
analista identificar las condiciones de cen artefactos.
cambio y continuidad en la cultura mate-
rial y en las conductas culturales.
Por un lado, las elecciones tecnológi- ESTUDIO DE CASO:
cas no serían más que “traducciones” en EL CENTRO NACIONAL EDITOR
el sentido empleado por Latour (1992), DE DISCOS COMPACTOS
esto es, respuestas tecnológicas arbitra- DE LA UNIVERSIDAD DE COLIMA
rias (pues no se corresponden necesaria- (CENEDIC)
mente con una mera eficacia técnica) a
un problema definido en términos de ló- El Cenedic es un laboratorio universita-
gicas sociales altamente diversas (Lemon- rio donde se desarrolla software para la
nier, 1993: 16). Por el otro, tales eleccio- compilación, el ordenamiento (indexa-
nes, el conocimiento tecnológico que ción), almacenamiento y búsqueda de in-
requieren y las relaciones sociales de pro- formación en bases de datos que se alma-
ducción que conllevan, repercuten consi- cenarán en discos compactos (CD-ROM).
derablemente en las conductas técnicas Fue incubado en 1989 en el Departamen-
y en el propio mundo material. to de Sistemas de la Dirección de Biblio-
A la luz de los argumentos de Lemon- tecas de la Universidad de Colima (UC).
nier, la agenda de investigación de una La formación del Cenedic (1989-1993)
antropología de la tecnología se define tuvo lugar en el interior de coyunturas
entonces por las preguntas sobre cómo políticas y económicas locales y naciona-
y dónde las elecciones tecnológicas tienen les especialmente favorables. En la pers-
lugar. pectiva local, los gestores del Cenedic fue-
Estas tres perspectivas antropológicas ron particularmente hábiles en presentar
de la tecnología permiten estudiar rele- su proyecto de edición de CD-ROM al rector
vantes aspectos de ciertos procesos socio- de la UC quien, por las características de
culturales de asimilación y de uso de in- gobierno de la institución, centralizaba
novaciones tecnológicas. Sin embargo, el todo el poder de decisión y pronto adoptó
repertorio de posibilidades de lo que al Cenedic como un medio para que la
Mauss denominó “un fenómeno social to- universidad ganara la atención y el reco-
tal” (Pfaffenberger, 1988a: 244 y 249) no nocimiento de la comunidad local y de la
se agota en unas pocas y bien demarca- burocracia educativa del gobierno central
das miradas antropológicas. Por ejemplo, y de sus fondos de financiamiento. La efec-
el caso de estudio que se presenta a con- tividad del Cenedic como capitalizador de
tinuación plantea interrogantes que no atención y prestigio resultó al paso del
74 María Teresa Márquez
tiempo tan efectiva que, cuando en 1997 que sus propios objetivos y el contexto les
el rector de la UC fue elegido gobernador plantean.
del estado de Colima, reconoció pública- El personal del Cenedic lo componen
mente el papel del Cenedic en su elección.4 aproximadamente 60 personas, la mayo-
En la perspectiva nacional, la propues- ría jóvenes estudiantes o egresados de
ta del Cenedic se alineó perfectamente con carreras relacionadas con el cómputo y
la política de modernización tecnológica la informática.5 Frente a un mercado lo-
de la educación superior emprendida por cal restringido, estos jóvenes encuentran
el gobierno mexicano desde los ochenta allí un espacio de aprendizaje y experi-
(Luna, 1997), a la par que coincidía con mentación que ha llevado a la creación
un periodo de relativa prosperidad eco- de un modelo de operación y desarrollo
nómica que permitió destinar importan- tecnológico basado en: 1) desarrollo de
tes recursos públicos a proyectos de de- soluciones personalizadas (design custo-
sarrollo científico y tecnológico. Ambas mer), 2) énfasis en el diseño de interfaces
expectativas (las locales y las nacionales) y plataformas de consulta “amigables” y,
apelaban a un incipiente e incierto valor 3) desarrollo endógeno de procesos técni-
intrínseco de la tecnología (en especial las cos y herramientas de programación.
TI) que aparecía en el proyecto político del Por otra parte, los clientes del Cenedic
gobierno de la UC y del país como incues- son en su mayoría instituciones educati-
tionable camino al progreso y a la moder- vas, dependencias públicas y organismos
nidad. Estos aspectos se tradujeron en culturales, cuyas sedes se ubican en la
apoyo político, consenso social y asigna- ciudad capital, distante unos 750 km de
ción de recursos económicos, si no abun- Colima. Estos clientes aportan la infor-
dantes, sí suficientes para que el Cene- mación (sea textual o multimedia) que va
dic realizara acciones de transferencia a ser procesada, estructurada en campos
tecnológica, equipamiento técnico, capa- de consulta y preparada para acceder a
citación de personal, construcción de in- ella a través del soporte CD-ROM.
fraestructura, etcétera. Hasta 1997 la mayoría de los proyec-
Desde entonces, el trabajo del Centro tos de edición de un CD-ROM 6 se financia-
ha transitado por tres etapas tecnológi- ban bajo la forma de riesgo compartido.
cas bien definidas: 1) bases de datos refe- El cliente no aportaba capital (excepto,
renciales, 2) bases de datos de texto com- en algunos casos, para cubrir los costos
pleto, y 3) bases de datos multimedia. de la reproducción masiva del disco). Los
Éstas dan cuenta de las habilidades de
su equipo de trabajo, que le permiten no
sólo mantenerse al día con los adelantos 5
La edad promedio del personal del Cenedic en
tecnológicos, sino innovar ante los retos el periodo del trabajo de campo (enero 1997-mayo
1998) era de 21.5 años.
6
Por edición me referiré en adelante al proceso
4
Discurso pronunciado por el gobernador Fer- que comprende: tratamiento de datos, digitaliza-
nando Peña en la inauguración del VIII Coloquio ción de imágenes y video, desarrollo de software y
de Automatización de Bibliotecas de la Universi- de interfaces (pantallas), y armado y “quemado”
dad de Colima el 26 de noviembre de 1997. de premaster.
Estilo tecnológico 75
gastos de producción eran más bien cu- concretar estos objetivos el centro orien-
biertos por el centro (es decir, por la UC). tó todas sus energías a dos actividades:
Las ganancias provenientes de la comer- “hacer ruido” y “hallarle el modo”.
cialización —en parte a cargo, muchas
veces, del mismo Cenedic— se repartían a) “Hacer ruido” consiste en una per-
en partes iguales con el cliente. Esta mo- manente y muy poco sutil estrategia de
dalidad resultaba económicamente ren- hacerse notar exhibiendo todo nuevo pro-
table tanto para el cliente (que en mu- yecto, cliente, proceso de producción, de-
chos casos regresa cada año a actualizar sarrollo o producto terminado, literalmen-
la información de su CD-ROM) como para te a quien se deje abordar, desde alumnos
el propio Cenedic, que pudo de esta ma- de escuelas primarias de la localidad has-
nera formar una cartera de clientes, “con- ta “distinguidos” visitantes nacionales y
tagiarse” del prestigio de ellos y configu- extranjeros del mundo de la política, los
rar una oferta y demanda tecnológicas negocios, la cultura y la computación. Sin
atractivas. Estas conquistas resultan por embargo, en el Cenedic no sólo se hace
demás imprescindibles para un centro ruido con presentaciones a visitantes o
que se ubica en una zona geográfica y con la exhibición de una infraestructura
culturalmente periférica, sin una trayec- moderna, sino por medio del propio con-
toria reconocida entre las empresas de tenido de la tecnología que se propone,
desarrollo de software y con recursos en este caso, de las soluciones de software.
materiales y humanos más bien en for- Ellas corresponden a dos criterios de
mación. calidad:8 la alta flexibilidad de las funcio-
Tanto la trayectoria de formación del nes de consulta de información en el CD-
Cenedic como sus objetivos y estrategias ROM y el diseño de pantallas (interfaces)
comerciales, su posicionamiento en el de consulta visualmente atractivas y con
campo de las nuevas tecnologías y las atributos gráficos (tamaño de letra, tipo-
características de su mano de obra (bara- grafía, color, etc.) que faciliten al usuario
ta pero innovadora) llevaron a la confi- la recuperación de información. En la
guración de una tecnología que no es más práctica, ambos criterios de calidad son
que la traducción de otros objetivos defi- formas efectivas (y efectistas) de hacer
nidos por el grupo, tales como la conquis- ruido en tanto que captan la atención y
ta de prestigio social, independencia tec- definen cierta singularidad.
nológica de grupos hegemónicos, sean
nacionales o extranjeros, y reconocimien-
novación, y trabajan en instituciones de escaso pres-
to social en tanto locales con capacidad tigio). Este argumento ha sido ya refutado contun-
de adaptación e innovación, es decir, re- dentemente por Bijker (1997: 174). Aquí conside-
conocimiento de su marginalidad.7 Para ramos al Cenedic como un centro tecnológico
marginal por su particular interpretación en los
estándares internacionales que rigen su campo.
7
Para Gieryn y Hirsh (1983), muchas innova- 8
En ingeniería de software, calidad es un con-
ciones exitosas se explican por su “marginalidad” junto de características de un elemento o producto
(jóvenes innovadores que provienen de campos de que le confiere la aptitud para satisfacer necesida-
trabajo diferentes de aquel donde se realiza la in- des explícitas o implícitas.
76 María Teresa Márquez
además, los procesos técnicos no están do. Pfaffenberger llamará a esta respues-
documentados ni existe un procedimien- ta ajuste situacional, categoría que per-
to especificado de control de calidad, en mite interpretar la negociación entre los
cada nuevo proyecto de edición, de algu- actores y la tecnología. Pero ¿qué hay de
na manera se reinventa el mundo. la adecuación tecnológica en sí? ¿Acaso
En resumen, los ingenieros del Cene- está condenada a perderse en un mundo
dic copian, cortan, pegan, adaptan, arman de confrontaciones dramáticas de signi-
e inventan software para manejar y re- ficados en aras de no caer en el relato fe-
cuperar información de bases de datos en tichista de la tecnología? Los programas
CD-ROM. Y lo hacen a la medida del clien- de investigación resumidos también po-
te, con un reconocible impacto visual y drían explicarnos cómo cada paso en la
con méritos absolutamente “propios”. De construcción del sistema sociotécnico lla-
esta manera han respondido también a mado Cenedic ha sido una elección guia-
sus objetivos culturales, pues su tecnolo- da por representaciones simbólicas con-
gía compite ventajosamente con otras dis- tenidas en los artefactos, dispositivos y
ponibles en el mercado, sean de factura técnicas elegidos y también en los de-
nacional o internacional (véanse figuras sechados. Pero ¿qué lugar ocupa en este
1 y 2), y han logrado mantenerse a salvo análisis el propio proceso de armado o
de la dependencia tecnológica. Finalmen- construcción de esa elección? ¿Cómo ex-
te, el reconocimiento social ha venido de plicar que los ingenieros del Cenedic es-
la mano de organismos como la UNESCO, cogieran precisamente el desarrollo de
de quien el Cenedic es Centro Regional software y no otro medio técnico para ex-
en el área de las TI. presar tales representaciones simbólicas?
¿Qué es lo que diferencia entonces la pro-
ducción de software de la producción de
PREGUNTAS otros medios tecnológicos en términos
QUE CONSTRUYEN PUENTES culturales?
En concreto, lo que el caso del Cenedic
Las miradas antropológicas a la tecnolo- nos plantea es cómo y por qué sus inge-
gía resumidas arriba tienen el gran mé- nieros y técnicos idean la solución de las
rito de incorporar al análisis la produc- marcas, por qué eligen interfaces gráfi-
ción de significado y las luchas de poder cas atractivas en lugar de, por ejemplo,
—que la apropiación de tales significados un desarrollo de software replicable que
conllevan— como indisolublemente liga- pueda optimizar los recursos y costos. En
das a los artefactos. Sobre esas bases, otras palabras, ¿cómo podemos explicar,
podríamos decir, por ejemplo, que el mé- desde el significado construido, el conte-
todo de las marcas es un proceso de rein- nido mismo de la tecnología sin volver a
vención donde un grupo (llamémoslo los la simple consideración de la tecnología
marginales) responde a otro (hegemóni- como cultura material y, además, sin per-
co) mediante una adecuación tecnológica dernos en un mar de significados y mun-
que refleja su particular visión sobre cómo dos simbólicos desmaterializados?
debe ser y cómo se debe construir el mun- Describir y entender el caso del Cene-
78 María Teresa Márquez
po.10 Por tratarse de la arqueología, resul- Siguiendo a Ian Hodder (1990: 45),
ta un término estrechamente vinculado a planteamos aquí que el estilo es “una pro-
la cultura material y usado para estable- piedad relacional, antes que una relación
cer correlaciones entre forma y contenido, puramente objetiva. Es decir, una propie-
dejando de lado lo referente a la función, dad interpretativa de todo evento. Estilo
que sería determinada por usos más bien [en suma] es [...] la evocación de un even-
prácticos. De esta manera, los objetos son to individual a una general manera de
tomados como codificaciones de presumi- hacer”.
bles conductas y opciones sociales ubica-
das en un tiempo y en un espacio específi-
cos. Las variaciones entre atributos Estilo como relación interpretativa
formales (tipos, motivos y diseños) esta-
rían dando información sobre la identidad En 1969 una pequeña investigación es-
grupal, la organización social y un amplio colar del curso Computational Stilistic
y heterogéneo repertorio de valores, ideas, realizada en la Universidad del Norte de
normas, etc. (teoría del intercambio de in- Carolina (Chapel Hill) intentó averiguar
formación). Esta misma información po- si el estilo de programación era una bue-
dría ser igualmente recogida si se atiende na base para detectar quién había escri-
a la posibilidad de elección que sobre va- to un programa de cómputo (Byars, 1969).
rias alternativas funcionalmente equiva- El experimento, dirigido por un estudian-
lentes se objetiva en el estilo (teoría de la te de psicología, consideró dos niveles de
variación isocrática). análisis: la semántica del programa y el
Las críticas a estos enfoques que arran- texto. Cuatro grupos de programadores
can a los objetos de sus contextos históri- escribieron rutinas de programación en
cos y de los procesos socioculturales que lenguaje Fortran que luego fueron anali-
les dan sentido, han venido desde dentro zadas estadísticamente. Los resultados
y desde fuera de la arqueología. No es establecieron que las diferencias entre las
nuestro interés ocuparnos de esta discu- rutinas escritas provenían de los peque-
sión ahora, sino más bien demostrar que ños e individuales hábitos de codificación
el estilo no es ni una cualidad distintiva de los programadores (incidencia en la
impresa en los artefactos como respuesta utilización de ciertos comandos, número
creativa de sus constructores (definición de rutinas, cantidad de líneas de código
por diferencia), ni una característica for- escritas, etc.), antes que de característi-
mal hecha de patrones de repetición en cas atribuibles a los diferentes tipos de
los objetos tecnológicos (definición por programas que se pidió escribir (científi-
semejanza). cos y estadísticos). Aunque el estudio no
ofrece ningún concepto de estilo, queda
claro que se mueve en la idea común de
10
Una revisión de las principales teorías sobre estilo como la “manera de hacer algo”. Así,
estilo en la arqueología es la que ofrece Hegmon
(1993). Para una perspectiva más actual, interdis-
la manera del programador A se caracte-
ciplinaria y extensa puede consultarse Carr y Nei- rizaría por escribir rutinas de programa-
tzel (1995). ción extensas, mientras el programador
80 María Teresa Márquez
B prefiere las rutinas cortas para alcan- hecha y, por tanto, tiene una existencia
zar el mismo objetivo. Pero, ¿eso es todo objetiva como evento. En el evento como
lo que se puede decir del estilo? ¿Con base interpretación, todo evento comprende un
en qué universo podemos establecer la entendimiento subjetivo y un componen-
diferencia entre una rutina corta y otra te creativo en la construcción de similitu-
que no lo es? ¿Son estas peculiaridades des y diferencias reales.
suficientes para definir un estilo? Este doble abordaje del estilo permite
De acuerdo con Hodder no lo son, y no salvar una de las mayores limitaciones
porque se trate de modos individuales y que tradicionalmente se le imputaron al
aislados de hacer —tanto los individuos concepto: ser una construcción espacial
como los grupos son capaces de construir incapaz de dar cuenta del cambio y pro-
estilos—, sino porque el enfoque de esta penso a fijar o congelar los significados
“manera de hacer” se refiere únicamente en el tiempo. De modo que, si tomamos
a aspectos de la estructura objetiva del esta perspectiva interpretativa del esti-
programa, aislándolo de un contexto de lo, en donde cada evento cambia el con-
significación mayor (consideraciones de lo texto para el siguiente evento, entonces
que es valioso definidas por el universo la interpretación dependerá de la posición
total de los estudiantes de la clase, reglas de los intérpretes en el contexto. Aparece
generales de escritura de software, están- entonces una secuencia sin fin, una dia-
dares de calidad mundialmente recono- léctica donde al analista le toca imaginar
cidos, etc.). Además, aunque, como en el fases de tiempo en una operación heurís-
caso del estudio escolar, la identificación tica que, sin embargo, “puede estar en lo
del estilo sirva para determinar algo en cierto, pues toma una característica co-
particular (la autoría de los programas), mún de la vida social donde el estilo es
en realidad los estilos no consisten o no uno de los mecanismos usados para ‘fi-
pueden reducirse a funciones de ese tipo; jar’ significados y los actores sociales
por lo tanto, no pueden ser comparados intentan contrarrestar el evento como in-
con funciones utilitarias. Antes, “son las terpretación enfatizando la interpretación
funciones sociales y utilitarias las que tie- como evento, objetivando la subjetividad
nen un estilo”, mismo que se logra crean- del evento, y colocándolo en un construi-
do y recordando similitudes y diferencias do y segregado ahora” (Hodder, 1990: 46).
alrededor de un evento particular. En esta visión, el estilo tiene tres com-
El estilo, dice Hodder, sólo existe en ponentes: 1) su estructura objetiva y con-
esas repeticiones y contrastes. Puesto que tenido (correspondientes a la semántica
esta definición refiere más a significados y al texto del programa en nuestro ejem-
que a formas, donde un evento es inter- plo del estudio escolar sobre estilos de
pretado siempre por evocación a otros programación); 2) elementos interpreta-
eventos, Hodder establece una distinción tivos y evaluativos y juicios de calidad
artificial entre interpretación y evento (“modo de hacer” o de jugar con las reglas
objetivo. En la interpretación como even- de un modo competente y apropiado); y
to, toda afirmación —aun si es interpre- 3) la creación de relaciones ilusorias en
tativa— cambia el contexto en el que es el interior del estilo que oculten esas otras
Estilo tecnológico 81
relaciones por las que el estilo evoca o se las redes actuales de telecomunicación
remite al contexto sociocultural. Aquí el han facilitado en mucho esta tarea, las
estilo coloca al evento en la interpreta- colecciones en CD-ROM han mantenido su
ción a la vez que se esfuerza en fijar esa lugar como fuente confiable de informa-
interpretación como evento. Al hacerlo ción y medio de consulta para usuarios
así, es decir, al arrancarlo de su contexto que —en apariencia— son esencialmen-
y presentarlo como único, los creadores te consumidores de información. En gran
del estilo son capaces de tomar el con- parte esta idea parece explicar el hecho
trol del significado y, por ende, del poder. de que los CD-ROM de bases de datos casi
En lo que sigue, mediante un ejemplo no hayan cambiado su apariencia a lo lar-
llevaremos estas ideas sobre el estilo en go de estos años. Algunas de sus caracte-
general, a las particularidades del estilo rísticas y capacidades de búsqueda se han
tecnológico. incrementado pero, por lo general, pare-
ce que los editores no le han prestado la
misma atención al contenido gráfico de
UN EJEMPLO: LAS PANTALLAS los discos que la que han puesto en las
DE CONSULTA bases disponibles en redes de información
como internet.
Para ilustrar las posibilidades de análi- Extramed es un ejemplo típico de los
sis del estilo tecnológico (entendido como discos de su tipo: una presentación gráfi-
la evocación de un artefacto, proceso o sis- ca más bien austera, ajena al color y a los
tema sociotécnico al contexto sociocultu- atributos tipográficos y disociada de
ral que lo conforma), tomaremos un as- los atractivos visuales de un formato de
pecto descrito en el estudio de caso: el imagen. Esta “estética de DOS” apela a un
énfasis en el diseño de interfaces. Las fi- usuario más preocupado por el contenido
guras 1 y 2 muestran las pantallas de un que por la forma. En contraste, Artemisa
disco de manufactura británica (Extra- 5 se distingue por pantallas llenas de co-
med) y de otro editado por el Cenedic (Ar- lor, diferentes tipos de letras e imágenes.
temisa 5). Las características principales ¿Por qué? ¿Acaso a los científicos e inves-
de ambos se resumen en el cuadro 1. tigadores mexicanos no les interesa tan-
Los CD-ROM de bases de datos apare- to la información como a sus colegas bri-
cieron en los inicios de la década de 1980. tánicos y son más propensos a dejarse
Por su capacidad de almacenamiento, se seducir por la forma? O bien, ¿son los in-
consolidaron como un buen medio para genieros del Cenedic más capaces que sus
almacenar y distribuir, entre puntos ale- colegas británicos a la hora de diseñar
jados, bases extensas de datos para las interfaces gráficas?
cuales los discos flexibles (disquetes) no Técnicamente la posibilidad de subra-
son suficientes. En la mayoría de los ca- yar el diseño gráfico de las pantallas está
sos estos discos son demandados por ins- estrechamente vinculada con la manera en
tituciones educativas y de investigación que se trabaje la información (contenido) y
que requieren centralizar información cómo se usen las herramientas de progra-
proveniente de fuentes diversas. Aunque mación disponibles. Estos dos aspectos se
82 María Teresa Márquez
sintetizan en una sola relación de oposición: que las interfaces armónicas y atractivas
procesos manuales/ automatización. de Artemisa 5 esconden un itinerario de
Dialog (la empresa que edita Extra- producción sinuoso y muchas veces im-
med) es una gran corporación que edita provisado, pero altamente valorado como
anualmente más de 450 títulos (discos) rasgo distintivo (forma de “hallarle el
provenientes de prestigiadas colecciones, modo”) de la identidad e imaginario del
muchas de las cuales —entre ellos Extra- grupo.
med— se actualizan mensualmente. Sus En Artemisa 5 la calidad fue construi-
procedimientos están estandarizados y, da por los autores sobre la base de: 1) el
por ende, son replicables y sus motores modelo popular de “sistema amigable con
de búsqueda están certificados (Blackwell el usuario” donde un valor atribuible es
Sciences The Idealist). Por su parte, el la facilidad de manejo que hace al siste-
Cenedic no cuenta con procesos documen- ma de cómputo accesible a usuarios no
tados, sus motores de búsqueda provie- expertos. Aunque para los editores de
nen de programas de dominio público que bases de datos éste sea un criterio secun-
son “ayudados” desagregando la informa- dario, para el gran público, acostumbra-
ción tanto como sea posible y clasificán- do a “navegar” a través de ventanas e hi-
dola manualmente (método de las mar- pervínculos, hay una correlación formal
cas). Así, la economía visual de Extramed y de sentido entre los discos del Cenedic
es en realidad resultado de la estandari- y los demás programas que tiene instala-
zación y automatización de sus procesos, dos en su computadora personal; y 2) el
criterios principales de calidad, a decir de diseño a la medida del cliente, donde las
la normatividad internacional,11 mientras necesidades de éstos se definen básica-
mente en el universo de posibilidades que
11
Las normas internacionales más importantes
el Cenedic ofrece en referencia a una ofer-
para la ingeniería del software son: Norma ISO 9000 ta tecnológica mayor. Ahora que la hege-
serie 3 y el CMM (Capabity Maturity Model). monía de un sistema operativo (Windows
Estilo tecnológico 83
4676 LOGIC/TI
S1 703 FUZZY(W)LOGIC/TI
view 1/3 (VIEW the most recent article citing the «expert,» Zadeh.)
con pantallas vistosas y plataformas ami- modo” al tema de los discos compactos, y
gables, se ubica como competente en “la responde a expectativas culturales loca-
forma” correcta de hacer discos compac- les y del entorno que ellos mismos han
tos de base de datos, todo esto sin recu- construido bajo la apariencia de calidad
rrir (como en las piezas de artesanía) a la tecnológica.
firma del autor. Además, el concepto de estilo tecnoló-
En suma, todo ese ingenioso proceso gico, al permitir explicar la tecnología del
de marcar la información es convertido a Cenedic en relación con la unidad o siste-
través de las pantallas en un elemento ma sociotécnico mayor, no sólo está esta-
estilístico reconocible. En términos de bleciendo relaciones evocativas de seme-
Hodder, las pantallas no serían más que janza y diferenciación, sino que permite
una interpretación (como evento) de pro- interrogarse acerca de las cualidades ob-
cedimientos y recursos técnicos y de ne- jetivas e interpretativas intrínsecas de
cesidades sociales y nuevas estéticas. esa tecnología y de ese contexto y sobre
Hasta aquí la descripción estructural no su adecuación a las interpretaciones de
parece ofrecer muchas posibilidades para un grupo de ingenieros que hacen discos
un análisis social, pues podría aducirse compactos en Colima. En otras palabras,
que condiciones materiales orillan a los permite entender por qué —como han
ingenieros del Cenedic a trabajar con pro- dicho Cooper y Woolgar (1993)— el soft-
cedimiento manuales, perpetuando así su ware es la sociedad hecha maleable.
marginalidad. Sin embargo, tales formas Por último, se podría objetar este aná-
de trabajo no sólo son una elección entre lisis argumentando que el problema de
varias respuestas más o menos equiva- las pantallas está mal planteado, puesto
lentes, sino que representan una evalua- que desde el concepto holístico de tecno-
ción de un universo específico que los ro- logía (en tanto cosas, significado y poder)
dea: la producción de software, donde que está en la base de nuestros argumen-
establecen semejanzas y diferencias, dis- tos, no es posible aislar la construcción
tancias y yuxtaposiciones, y una efectiva de pantallas del proceso total de edición
producción de significados (disfrazados de de CD-ROM. Ello es absolutamente cierto.
criterios de calidad) que son trasladados Como componente del sistema Cenedic,
del ámbito de las tecnologías de cómputo las pantallas sólo tienen sentido en rela-
e información al contexto social y cultu- ción con sus constructores y sus objeti-
ral, que queda así transformado. vos, con las herramientas técnicas usa-
En resumen, aun cuando las limitacio- das, con los conocimientos tecnológicos
nes materiales marginen al Cenedic de desplegados y con el levantamiento y con-
procesos automatizados y de estándares trol de un sistema de evaluación que es-
internacionales de calidad, el método de tablece, en última instancia, la construc-
las marcas y el diseño de interfaces re- ción y el dominio de significados. Esto es
presentan su particular interpretación precisamente lo que nuestro breve análi-
(en tanto evento) de cómo “hallarle el sis intentó establecer.
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