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Partiré de una de las frases citadas por uno de los grupos de exposición para abrir
este ejercicio de síntesis. “El objetivo principal de la educación es crear personas capaces
de hacer cosas nuevas, y no siempre repetir lo que otras generaciones hicieron” J. Piaget.
La importancia de esta frase reside en la lectura que puede hacerse de los paradigmas en la
educación, precisamente en la reflexión que permite afirmar que los paradigmas como
estructuras filosóficas de un sistema de pensamiento que corresponde a una época en
particular, se modifican según los cambios, transformaciones y adecuaciones que los
grupos humanos hacen a su propia historia, de modo tal que cada paradigma responde a las
concepciones científicas, conceptuales y de conocimiento en general de cada época según
sus necesidades e intereses, y en el caso de la educación, sobre el deber ser de la escuela, de
los individuos y de la sociedad.
Las reflexiones construidas a partir de la información compartida por los estudiantes
de Maestría permitieron reconocer los elementos fundamentales de siete paradigmas y
contrastarlos con la escuela de hoy.
Si se hace una lectura del mundo, de los hechos y si se afirma sobre ellos que son
observables, medibles y cuantificables, se está tratando de explicar esos fenómenos desde el
paradigma positivista. August Comte, reconocía que era posible analizar la sociedad
desde un punto de vista científico, basándose en la observación de los fenómenos, con el
propósito de establecer leyes universales. Con esta antesala es posible identificar que el
positivismo concebía que el conocimiento era posible por vías de la razón, por lo que la
construcción de conocimiento se daba por medio de la aplicación del método científico: por
tanto la realidad es medible.
El positivismo hizo un aporte importante a las humanidades y es que les posibilitó el
reconocimiento como construcción científica, al plantear que el método científico
(exclusivo de las ciencias exactas y naturales), también era aplicable a los fenómenos
sociales; sin embargo este planteamiento hablaba de una neutralidad ante el mundo
(situación que el paradigma socio-crítico controvertiría más tarde), lo que implicaba que las
explicaciones que surgieran no podían tener bases ideológicas.
Otros atributos que pueden enumerarse, pueden ser que: las explicaciones son
predecibles, que la realidad está dada, el conocimiento se construye a partir de
generalizaciones, parte de causas reales y no está sujeto a valores.
En el escenario de la escuela es posible reconocer al estudiante como una persona
que aprende de manera experiencial, es decir, por medio de sus sentidos, y lo que aprende
es susceptible de verificación, por tanto es posible aprender siguiendo los pasos del método
científico. Quien evalúa el proceso, el maestro, puede hacerlo verificando, y comprobando
según los pasos del método científico.
Este paradigma ofrece a la escuela y a los procesos de enseñanza y aprendizaje, la
posibilidad de que el estudiante aprenda de los fenómenos que lo rodean, a partir de la
experiencia directa con el medio, el hecho de aplicar rigor científico a sus búsquedas le
permite aprender como un científico, inquieto y con ánimo de aprender y descubrir.