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Cualquier cosa, menos quietos

Número 63 - M a r z o d e 2 015 - D i s t r i b u c i ó n g r a t u i t a - w w w. u n i ve r s o c e n t r o . c o m
2 CONTENIDO EDITORIAL número 63 / marzo 2015 UC 3

8
Buscar las
Vestir al
enamorado

10 coordenadas ¿Cuál señor?


C
Noches de radio asi nadie encuentra los incentivos ne- de esos parches azarosos en Medellín. La policía
cesarios para dibujar con detalles el divide en cuadrantes y los pillos cuadran la vuel-
mapa criminal de nuestras ciudades. ta. Las cámaras en los postes giran con sus alardes

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La voluntad
Nadie quiere publicar una guía ne-
gra que señale las esquinas temidas y
las horas peligrosas. Ningún volante ofrece visitas
guiadas a las calles de los atracos en Medellín o
Bogotá. Si acaso circulan algunas advertencias y
y los noticieros abren con uno de los chuzados de
la noche del sábado o la madrugada del domingo
cuando suceden el 16 por ciento de los homicidios
en las cuatro ciudades mencionadas.
Medellín muestra sus señales particulares. Aquí
por K AT H ER I NE R I O S
del juglar
el voz a voz recomienda con los ojos abiertos, “es el hurto a vehículos y el microtráfico suman el 70
mejor que a esta hora no vaya por allá”. por ciento de los delitos que señala la investigación.
Ilustración: Verónica Velásquez

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Pero en las oficinas de los académicos traba- Tenemos el 5.1 por ciento de la población y en las
ja el viejo ícono del investigador criminal: la lupa calles de la ciudad se robaron el 21.3 por ciento de
sobre las cifras que entrega la Dijin puede reve- los carros perdidos en Colombia en el 2013. Heren-

C
lar horas pico y puntos calientes para el repaso de cias de “los de la moto” y consecuencias de la de-
Mi vida como los secretarios de gobierno y los más especializa- manda y la oferta en el valle donde más se carbura reo que nunca supe su nom- mayoría y para cada uno tenía un salu- instala a un lado del parque, llegando entrenador personal que las esperaba
sospechoso dos secretarios de seguridad. En enero de este año y más se sopla. Es seguro que la ciudad tiene el ma- bre y si lo supe, se me olvi- do sonoro que incluía un chiste o al me- a la autopista. En cualquier caso, siem- con un “vamos, vamos, un poco más”,
se publicó Un análisis de la criminalidad urbana yor número de presos por tráfico, distribución o dó. Bajaba caminando por nos un sarcasmo. Parece que muchos pre me quedaba algunos minutos en el en algún lugar del parque. Una vez lo
en Colombia, escrito por los investigadores Daniel porte de estupefacientes, una condena que confir- el parque, desde la sépti- eran clientes fijos y le dejaban mil o dos separador de la once porque me gusta- oí diciéndole a un señor encorbatado
Mejía, Daniel Ortega y Karen Ortiz, con el apoyo ma que la proliferación de jíbaros en la cárcel es el ma hasta la once. Siempre mil pesos. Me imagino que a mediodía ba oír lo que mi despertador andante le que estaba paseando a un perrito de

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de la Universidad de los Andes, el Banco Intera- peor fracaso de la guerra contra las drogas. Nues- cantaba duro y desafinado. Parecía bo- pasaban los oficinistas camino a los co- decía a la gente: “hoy va tarde”, “corra cartera, “está bonito el llavero”. Re-
mericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo tros “Puntos calientes” están sobre todo en el Cen- rracho. A veces eran vallenatos y a ve- rrientazos de la noventa y que a ellos que le faltan dos vueltas”, “debe estar cuerdo también el día que le dijo a un
CAF. El estudio se concentra en cinco delitos co- tro. El acueducto llama “parrilla” al núcleo de sus ces rancheras. Siempre entre las cuatro también los conocía. oxidado porque hace días no lo veía pa- padre de familia que iba a dejar su pro-
metidos en cuatro capitales colombianas. La idea tuberías en el centro de la ciudad y el nombre sir- y cuarto y las cuatro y media de la ma- Seguro que debía aprovechar la sali- sar”, “siga caminando que se ve bonita”, le en el Francés: “en ese colegio ense-
11 del 9
es encontrar la hora y el lugar en el que se concen- ve para identificar los recorridos de las “neveras” ñana. Algunos días hacía las veces de da de misa: jubilados que no salen a ca- “¿dónde dejó al marido hoy?, “¿hoy tam- ñan a fumar muy bien”.
tran el homicidio, las lesiones personales, el hurto del CTI. Una dirección para que piensen el tour y se despertador y me obligaba a salir de minar, pero que van diario a reposar el poco sacó plata?”. Creo que inevitable- Hace por ahí dos años, antes de irme

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a personas y de vehículos y el microtráfico, en Ba- tomen una gaseosa en la postura del investigador: la cama. Otros, ya con un tinto en la almuerzo en el servicio del mediodía. mente le sacaba una sonrisa a la gente, a un viaje largo, comenzó a bajar to-
rranquilla, Bogotá, Cali y Medellín. Para ir encon- carrera 53 entre calles 53 y 54, barrio Estación Vi- mano, me paraba en la ventana a verlo Puede que alguna vez haya tenido suer- aunque fuera de esas sonrisas bogota- siendo. Sus canciones se interrumpían
trando la escala del mapa sirve saber que en esas lla, el punto más bravo para los muertos entre 2012 pasar. Me alegraba el despertar. te con esas señoras a las que la muerte nas que nunca llegan a la superficie. por una tos áspera, dura. Ya no saluda-
ciudades vive el 30 por ciento de los colombianos y 2013. Visite el sector, tal vez ahora esté un poco Varias veces pensé con miedo que al- las hace ver más elegantes y que salen Yo pasaba por ahí con la ilusión de ba tanto. La cara se le empezó a chupar.
Carta abierta a y se cometieron el 31 por ciento de los homicidios más tranquilo. “Y el que nada debe nada teme”, dijo gún vecino de esos que cree que sembrar entre compungidas y altivas de las mi- que pasara la señora política, siempre Se quedaba sentado en silencio viendo
los galenos en 2013. En la investigación, las ciudades se di- el pastor de la esquina. Busque su paseo, con cin- matas bajitas es una invitación a que “el sas de difunto. Los domingos la igle- perfectamente peinada, forrada en una pasar la gente. A veces salía de su mu-
viden en “segmentos de vía”, lo que uno llamaría co mil en el bolsillo y los zapatos viejos, por Colom- barrio se nos llene de indigentes”, iba a sia se satura con las familias de bien sudadera aterciopelada y con cinco es- tismo y pedía plata o decía que por fa-

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cuadras. Medellín, por ejemplo, tiene 37.055 “seg- bia entre carreras 52 y 51; los 62 metros preferidos salir a quejarse o a insultar al señor. que seguramente salían con el cora- coltas que caminaban lentamente de- vor le trajeran un café con leche.
mentos de vía” que miden en promedio 62 metros. para el atraco. Tampoco supe si en la iglesia le da- zón ablandado y le dejaban algo de pla- trás mientras ella creía que iba trotando. Volví hace un año y ya no estaba. Mu-
Y casi todo sucede en metros muy medidos, lo sabe En todo caso nos queda la curiosidad en la seña ban desayuno. Supongo que antes de ta. Padres de familia que les enseñan Nunca pude saber qué saludo le dedica- chas madrugadas agucé el oído espe-
la gente de Q’hubo y quienes pagan su transporte. de los criminólogos, algo así como geógrafos e his- sentarse en la silla de cemento a pedir la generosidad a sus hijos y nietos, por- ba diariamente a esta caravana. Tam- rando sus canciones. Pasé por su silla a
Refutación plata barría el atrio de la iglesia. Algu- que “tenemos que agradecer que somos bién me daba curiosidad saber cómo diferentes horas, diferentes días. Nada.
Los 1.503 homicidios cometidos en Medellín entre toriadores del crimen fresco. Topógrafos, mejor.
y promesas na vez lo vi escoba en mano. No sé si gente bendecida por Dios”. saludaba al exministro, famoso por un Me pregunto si él habría notado que el
enero de 2012 y diciembre de 2013 tuvieron como La idea es sacar la lupa a la calle y mirar ese ecosis-
del mango
escenario el 3.2 por ciento de las cuadras que lis- tema donde se mueven los bichos bravos. Ahora tal cada mañana salía de su casa, de un an- Soy necia para el ejercicio. A veces escándalo, que es muy disciplinado y a señor caribonito de crespos monos que
ta el estudio. La muerte tiene sus nichos. Bogotá es vez haya un poco más de actividad, los robos y las cianato o de esas piezas en las que se me dan ventoleras que me duran un par veces sale a correr con la panza envuelta siempre salía a caminar con su esposa y
todavía más exclusiva, en el 1.2 por ciento de sus lesiones personales han crecido en las cuatro ciu- paga el arriendo noche a noche. No sé si de meses y salgo juiciosa a diario. Hago en una bolsa de basura negra. su perro ahora salía sin perro y agarrán-
137.117 calles se cometieron los homicidios de los dades en los últimos años. tenía una familia o si alguien lo espera- una rutina que he aprendido de las se- A veces amanecía enfurruñado y dole la mano a otra mujer. O que la seño-
UNIVERSO CENTRO mismos dos años. El rastreo que reúne los delitos demuestra que ba cada noche. ñoras mayores: una vuelta al parque y no bajaba cantando sino repitiendo le- ra política ya no trota con cinco escoltas
Este editorial más que una postura es una pro- el índice de percepción de seguridad no es ningún En su esquina siempre están un ven- una serie de estiramientos básicos que tanías como un pastor evangélico se- sino con dos. Que el anciano que anda
Publicación mensual dedor de jugos y frutas; un señor con más que ejercicio parecen fisioterapia. gundos antes de empezar a hablar en más despacio que todos se sigue hacien-
mesa de visita y reseña que Universo Centro hace a embeleco. Se roba en el 10 por ciento y se teme en
DIRECCIÓN Y FOTOGRAFÍA sus lectores. Tendremos página roja sobre algunos todas partes. UC una chaza pequeña, de esas que se cuel- Otras veces salgo con la intención de lenguas. Esos días, en vez de sentarse do pipí mientras camina y que la mancha
gan al cuello; y un montón de palomas trotar, me pongo pantaloneta y corro en la silla de cemento, se quedaba para- en la sudadera gris cada vez se nota más.
– Juan Fernando Ospina que viven en el parque frente a la igle- un par de cuadras. Después camino su- do con su monólogo. Decía cosas sobre Tampoco sé si habría hecho migas con
EDITOR sia. Ahora que lo pienso, parece más ló- dorosa y a paso rápido, con la ilusión de el fin del mundo y sobre una lluvia infi- la señorita que administra una carpa con
– Pascual Gaviria gico que el desayuno estuviera a cargo que esa gente atlética que ya va por su nita de castigos que le esperan a la hu- ciclas que puso la alcaldía al lado del pues-
COMITÉ EDITORIAL del señor de la fruta y no del cura. tercera vuelta piense que yo ya hice lo manidad. No sé si en esos días alguien to de jugos y que al parecer nadie usa.
Por la mañana él saludaba a esa lar- mismo y que ahora voy en la vuelta de se atrevía a darle plata. No he sido capaz de ir a preguntar-
– Fernando Mora ga fila de gente que sale al parque a ha- descanso, o de reacondicionamiento, Pero el entusiasmo le volvía y con le al señor de los jugos si sabe qué pasó
– Guillermo Cardona cer ejercicio. Hablaba con el señor de la como dirían ellos. También voy a mer- él los piropos a las mujeres que pasa- con el señor. Me da miedo que me res-
– Alfonso Buitrago fruta y con sus clientes. Reconocía a la car los viernes a la placita móvil que se ban trotando para cumplir la meta del ponda con un “¿cuál señor?”. UC
– David E. Guzmán
– Andrés Delgado
– Anamaría Bedoya
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
W W W. UN I V E R S O C E N T R O . C O M

– Gretel Álvarez
DISTRIBUCIÓN
– Erika, Didier, Daniel y Gustavo
CORRECCIÓN
– Gloria Estrada
ASISTENTE
– Sandra Barrientos

Es una publicación de la
Corporación Universo Centro
Número 63 - Marzo 2015
20.000 ejemplares
Impreso en La Patria

universocentro@universocentro.com

D I S T R I B U C I Ó N G R AT U I TA
4 UC número 63 / marzo 2015 número 63 / marzo 2015 UC 5
Los paseos a la orilla, el primer casa aquí otra más allá. O por invasión,
a la brava, levantando ranchos que la
de altura que prendían de noche, luces
verdes y rojas que se alcanzaban a divi-
siete gatos que solían adornar los estan-
tes de su tienda. Y llegamos al Hoyo de
tubo y la turbina para prender los policía tumbaba de día y la gente re- sar desde todo el Valle de Aburrá. Fue Misiá Rafaela, sitio emblemático, el bu-
construía de noche, y a ver cuál se can- una estrategia publicitaria que Colte- levar de la parranda en navidades, fies-
bombillos inaugurales. La ciudad saba primero. Así nacieron, en torno jer ideó a imitación del famoso aviso tas a la Virgen y Feria de las Flores, que
al cerro Pan de Azúcar, los barrios Vi- de Hollywood que salía en las pelícu- en esos años se hacía a lo largo de La
se pegaba de la quebrada arriba. llatina, Llanaditas, La Libertad y otros las. La subida hasta allí se volvió pa- Playa, o sea en las barbas de La Toma.
Se mezclaron las quintas de la que ejercieron presión social sobre los
barrios viejos de la parte baja, como
seo obligado. La gente llevaba fiambres
y se quedaba hasta las seis de la tarde
Cerca de allí abría el Bello Mar, de don
Pipe, un tipo grandote que con una
villa y los obreros de Coltefábrica. Caicedo-La Toma, que tuvo que tomar para contar el tiempo que tardaban las mano alzaba a los borrachos por la sola-
precauciones que antes no necesitaba. letras en prenderse. A la esposa del ma- pa y los ponía de patitas en la calle.
La Toma era un límite para el La seguridad ya no estaba garantizada. yordomo, que se llamaba María de los Antes de pasar el puente blanco ha-
Pero seguía siendo un barrio ale- Ángeles, la conocían como ‘La mamá bía un desvío que llevaba a la famo-
campo y las fábricas. Y despensa gre, propenso a la música y el baile, so- de las letras’, y a sus hijas les decían sa Vuelta Guayabal, un agujero negro
de camajanes. bre todo del porro, que competía con ‘Las letricas’. que cargaba con buena parte de la mala
el tango y la música caribeña en los to- Más abajo estaba la Casa de Dulci- fama de La Toma. Fue primero una
cadiscos de las casas y las rocolas de nea, una mujer que tenía un ojo de vi- zona de prostitución, de tolerancia que
los bares, donde sonaban mucho Juan drio y, bajo cuerda, manejaba citas llamaban, hasta cuando a un alcalde,
Onofre y Mujeres feas, porros que fue- amorosas; y la Vuelta de Péndulo, lla- godo como él solo, le dio por recoger

La
ron himnos en La Toma. mada así porque ahí vivía el gay del las putas desperdigadas por la ciudad
Y seguía siendo cantera de futbolis- barrio, apodado ‘Péndulo’. Seguía El Si- y concentrarlas en un solo lugar: el Ba-
tas para el Medellín y el Nacional, aun- boney, un bar donde se oía música ar- rrio Antioquia, y para allá se llevó a las
que más para el primero. La Toma ha gentina, el primero que tuvo rocola de de la Vuelta Guayabal. Y tras el retiro
sido más del DIM, sostiene Ruderico. monedas. Era el chequeadero de los bu- de las putas llegaron los marihuaneros,
Precisamente un tío suyo, Jaime Sala- ses de escalera que subían a lo largo de entonces se volvió punto de expendio y

Toma
zar, jugó en este equipo. Era petiso pero las calles 51 y 52, ya pavimentadas. A consumo de la yerba maldita, como la
fuerte, y una rana saltando, nunca lo Ruderico su papá le contó que, recién designaba la propaganda oficial; meca
banquearon. En el DIM también jugaron casado con su mamá, llegaba al Sibo- de camajanes, como se les decía con
los hermanos Velásquez, Néstor Herre- ney y ponía en la rocola Dos gardenias, desprecio a los que la fumaban, que to-
ra, el ‘Toto’ Hernández, hombre gran- de Daniel Santos, y así su mamá, que vi- davía no eran legión pero ya se nota-
dulón, ronco, juerguista, que vestía de vía al frente, sabía qué había llegado, y ban. Y para acabar de joder la fama del
sombrero alón, zapatos blancos y camisas entonces se asomaba a la ventana. lugar, y de La Toma en general, allí la
hawaianas, amigo de todos y generoso Metros abajo había un puente de ta- policía rescató al primer secuestrado
con la plata; un bacán, en suma. blas, y al frente el Bar de Elisa, donde que hubo en Medellín.
se amañaban mucho los policías, que Pasando el puente estaba el famoso
por R I C A R D O A R I C A PA Un paseo por La Toma
en ese tiempo conducían a los deteni-
dos en unas incómodas patrullas llama-
Barcelona, el templo del tango y pun-
to de encuentro de los bacanes que usa-
Guiados por los recuerdos de Rude- das “bolas”. Y cerca, la famosa tienda ban camisas coloridas de manga larga,
rico y de otros entrevistados para esta de María Panela, la señora más ancia- zapatos blancos combinados con negro
Fotografías: Archivo BPP crónica, recorreremos La Toma de los na del barrio, tanto que nadie la cono- y mocasines por si había problemas sa-
Luis Fernando González La quebrada Santa Elena / Anónimo / 192? años sesenta a vuelo de pájaro, de arri- ció joven, toda la vida fue vieja. Era lir volados. En la esquina del frente, en
ba hacia abajo, haciendo las debidas pa- boquisucia y de temperamento alzado, un segundo piso con balcones, quedaba

P
radas en cantinas y bares. pero muy amena con sus historias. Su un bar que tenía todo el repertorio de
ara empezar, La Toma no es que allí había, donde el poeta Abel Fari- pieza por mensualidades, en una ciu- ciego por donde ni hoy pasan carros, Caicedo, con la cola de abajo incrustada Empezamos en La Planta, punto tienda era de tapia vieja, caída, fea, es- la Sonora Matancera. Lo administraba
un barrio, es apenas un sec- na compuso sus primeros versos. dad ya metida de pies y manos en la vo- las verbenas en las noches de las veli- en el barrio Boston. Seguía siendo un hasta donde llegaba la parte urbaniza- trecha, oscura, no tenía radio siquiera ‘Lola Puñales’, una matrona coqueta y
tor en el cercano oriente de Y diez cuadras más arriba se cons- raz dinámica del progreso, alimentada tas eran multitudinarias. sector marginal, de familias de obre- da, porque de ahí para arriba solo ha- ni había donde sentarse, pero aun así deslenguada que reía a carcajadas y sa-
Medellín, largo y estrecho truyó la primera planta hidroeléctrica por el auge industrial y urbanizador y El puente de La Toma era otro epi- ros, albañiles, carpinteros y artesanos, bía fincas con potreros donde pastaban los señores se tomaban allí sus guaros, ludaba a los clientes con palabras feas.
como una longaniza porque de Medellín, otro aporte de la San- las migraciones desde los pueblos. Así centro de encuentros, siempre ha sido la pero también de vagos y malevos, que vacas y florecían guayabos, búcaros, conversaban y chismoseaban. Entre Ruderico recuerda que los domingos,
creció en las franjas de retiro de la que- ta Elena al progreso de la ciudad. En- crecieron Boston por un lado y Buenos esquina del movimiento, pero ya no de con alguna frecuencia lograban que La nísperos y carboneros; y un rastrojero ellos ‘Sanducha’, que vestía de gorra y cuando lo llevaban a misa por la ma-
brada Santa Elena, que allí corre a cie- tonces los asombrados parroquianos Aires por el otro, y nacieron otros nue- madera sino blanco, de cemento armado Toma figurara en las páginas de los pe- llamado Ratón Pelao, donde una ban- cargaderas, tan gago que escupía a to- ñana, su mamá le pedía que no mirara
lo abierto. vieron encenderse, como por arte de vos, como Villa Hermosa y Enciso, ba- porque debía soportar los buses de esca- riódicos como zona tenebrosa. da de asaltantes bancarios que medra- dos cuando hablaba; Leonardo Peña, para allá para que no viera los borra-
Pero un sector con identidad y una magia, 150 luces de arco que alumbra- rrios de artesanos y obreros. lera que prestaban servicio público en La ciudad había cambiado. A los jó- ba en la zona solía darse bala con los que llevaba el pantalón subido hasta el chos y las mujeres amanecidas con sus
larga historia, que es realmente lo úni- ron las calles. Fue esa la noche en que la zona. Además, en sus esquinas esta- venes que crecían en los barrios o lle- detectives de la policía comandados ombligo y siempre regateaba las cuen- faldas y escotes desarreglados.
co que tiene; como Lovaina, La Baya- ‘Marañas’, popular loco de la época, ban los bares más animados, de tangos gaban de los pueblos en busca de por Ramón ‘Hueso’, el más valiente de tas; y un señor al que le decían ‘Sobrado A la vuelta estaba la inspección
dera, Barrio Antioquia y otros sectores proclamó su célebre frase: “Te jodiste Los años del tango en semana y de rumba cubana sábados y oportunidades, o empujados por la todos. Y estaba la quebrada Santa Ele- de tigre’, porque tenía la cara comida de policía, regentada por el inspec-
que cogieron ese tono oscuro de ca- luna, de hoy en adelante te vas a tener Coltejer aprovechó la coyuntu- domingos. Como el Barcelona, que le ha- violencia, ya les era difícil emplearse. na, que allí corría relativamente limpia por la viruela; un apodo tan cruel que tor Absalón, el terror de los malandri-
llejón y que en su tiempo fueron muy que ir a alumbrar pueblos”. ra propiciada por la Segunda Guerra cía contrapeso al Viejo París, el legenda- Conseguir coloca en Coltejer era como y tenía charcos memorables, como El en su presencia nadie lo mencionaba, nes e infractores, mejor conocido como
nombrados, sobre todo en la cróni- El mundo estaba cambiando, indu- Mundial y se modernizó. Para 1945 ge- rio bar de tangos de Enciso. ganarse la lotería, recuerda Ruderico. Amazonas y El Remolino, donde la gen- de modo que el único que no sabía que ‘Treintazo’, porque a nadie le negaba un
ca roja de los periódicos, y que ahora, dablemente; cambio que para La Toma neraba cuatro mil empleos y en tres fac- Pero muy pocos —barrio pobre al Razón para que las laderas vecinas a La te iba en paseos de olla. lo llamaban así, era él. canazo. En esa época los inspectores, si
como el caminito del tango, son som- se ahondó cuando los hermanos Echa- torías operaba 1.900 telares, la mitad fin de cuentas— podían ir al encope- Toma empezaran a poblarse a la pirata, Cerca de La Planta estaba el cami- Continuando el paseo nos topamos les daba la gana, tenían potestad para
bras que el tiempo borró. varría, ricos importadores de telas, tu- en ellos en Coltefábrica, como se llama- tado Club del Comercio, en Miraflores, por la vía de fincas loteadas en las que no a las letras de Coltejer en el cerro con la tienda de Ana Sánchez, una señora retener hasta por treinta días a una per-
Porque eso es La Toma versión 2014, vieron capital para montar una fábrica ba la factoría de La Toma. vecino de La Toma, el bailadero más la gente construyó sin planeación: una Pan de Azúcar; letras de diez metros que no quiso tener marido, lo cambió por sona, y a él siempre le daba la gana: a
o pronto será: una sombra no más. Por y producir sus propios textiles. La mon- Rodrigo Ospina, un niño entonces, grande de la ciudad, donde tocaban las
la transformación urbana que está su- taron medio kilómetro abajo del puente recuerda que cuando iba a llevarle el al- orquestas del momento: Lucho Bermú-
friendo todo el sector. La parte baja de madera, al lado de la quebrada. Así muerzo a su padre, obrero en Coltefá- dez, la Italian Jazz, Edmundo Arias, Pe-
cambió por completo con la construc- nació Coltejer en 1907, con diez obreros brica, veía que empleaban a casi todo el dro Laza, el Sexteto Miramar…
ción del Parque Bicentenario y la Casa y cuatro telares, que diez años después que llegaba preguntando por vacantes. Y había fervor por el fútbol. La Toma
Museo de la Memoria, y la parte alta se- fueron 130. Y cuando fue mayor él tampoco tuvo fue cuna de buenos jugadores, Rodri-
guramente cambiará para siempre sus Y hasta ahí llegó la bucólica vida de obstáculo. Llegó a la sección de crudos, go, uno de ellos. Los partidos se jugaban
usos y costumbres cuando se constru- La Toma, hasta entonces un caserío de donde había una ruidosa máquina des- en la cancha de Miraflores, la más vieja
ya la estación Miraflores, la más gran- mazamorreros, areneros y señoras que madejadora de algodón. La ‘Diabla’, la de Medellín, y en la de Alejandro Echa-
de del tranvía de Ayacucho y punto de lavaban ropa por encargo; un paraje llamaban, porque echaba fuego y era varría, una urbanización que Coltejer
anclaje de uno de sus metrocables. En- pintoresco de casas de tapias, bahare- peligrosa, tenía un buen récord de ma- construyó para sus obreros arriba de La
tonces La Toma será otra cosa, solo que- que y techos de paja, con charcos crista- nos cercenadas. Ni el propio admi- Toma. Y gracias a ese fervor Rodrigo ga-
dará su recuerdo y su mala reputación, linos donde iban a pasear las gentes de nistrador de la fábrica se salvó de sus naba mejor sueldo, pues este le incluía
que no se quita ni con papel de lija. la ciudad. Pero ya con Coltejer ahí, todo cuchillas. Una vez, mientras intentaba prima por hacer parte del equipo de la
eso empezó a cambiar. Con los telares demostrarle al inspector laboral que la fábrica. Y era bueno, dice. El primer gol
llegaron los obreros, muchos de ellos máquina no mochaba manos por mal- oficial en el Atanasio Girardot, a mucho
Todo empezó con Mon forasteros que construyeron sus casas a dad sino por descuido de los obreros, honor, lo marcó él, en el partido inau-
la vera de la quebrada. esta le mochó una mano. gural que enfrentó a las selecciones de
y Velarde La Toma se fue pues densificando Así que buena parte de la vida de La Antioquia y Valle. Le propusieron que
La historia de La Toma arranca bien y expandiendo paralela a la vecina ca- Toma giraba en torno a Coltefábrica, y entrara al profesionalismo, pero se negó
temprano. Exactamente cuando el oidor lle Ayacucho, que tuvo tranvía a partir como las vacaciones allí eran colecti- porque implicaba retirarse de Coltefá-
español Mon y Velarde ordenó construir de 1921 y era el eje vial de Buenos Ai- vas, los diciembres eran fenomenales. brica, donde tenía el porvenir asegu-
la primera acequia que tomó el agua res, un barrio pinchado en ese enton- Los obreros salían con los bolsillos lle- rado, mientras en el fútbol el presente
de la quebrada Santa Elena y la llevó a ces, sembrado de casaquintas y habitado nos y cargados de aguinaldos, porque duraba poco y el futuro nada.
una fuente instalada donde hoy está el por familias conspicuas. Mientras que La los patrones de entonces, dice Rodri-
Parque Berrío. También hizo construir Toma, con sus casas obreras e inquilina- go, eran paternales, les gustaba hacer
un puente, el mismo que un siglo des- tos, venía siendo el primo pobre de la fa- de Papá Noel en navidades. También Los años del porro
pués arrasó la creciente. Se reconstru- milia. No en vano allí, en el puente de se volvieron costumbre los matrimo- Ya estamos en los años sesenta. Ru-
yó de madera y mejorado con barandas La Toma, exactamente el 1 de mayo de nios colectivos entre obreros y obre- derico Salazar, actor del Pequeño Tea-
y techo de tejas, y en sus inmediaciones 1925, un grupo de entusiastas artesanos, ras. Veintidós parejas recién casadas tro, nacido y criado en La Toma, cuenta
brotaron fondas donde los arrieros des- obreros y maestros de obra proclamó a llegó a contar Rodrigo en un diciem- en una obra sus nostalgias de aquellos
cansaban mientras sus mulas tomaban María Cano, la célebre líder sindical de bre. Entonces los bailes se multipli- años, época dorada según él, los años
agua de la quebrada. De ahí el nombre entonces, como la “Flor del Trabajo”. caban y las casas se abrían para que del porro.
de la zona: La Toma, también llamada Los inquilinatos eran caserones entrara todo el que quisiera; y en ‘El En la nomenclatura oficial ya figu-
Campo Alegre por una famosa cantina donde los obreros y obreras pagaban Hoyo de Misiá Rafaela’, un callejón raba La Toma como parte del barrio Puente La Toma / Manuel A. Lalinde / s.f.
6 UC número 63 / marzo 2015

todo el que cogía le aplicaba su treinta-


zo en la cárcel La Ladera, que quedaba
cerca, hacia Enciso.
Entre el puente blanco y Coltefábri-
ca, había otros bares: El Torrente y la
Copa de Oro, de puro tango; el Monte-
rrey, que tenía las baldosas del piso lus-
trosas de tanto bailar sobre ellas; y El
Deportivo, donde sonaban mucho Gar-
zón y Collazos, Julio Jaramillo y Olim-
po Cárdenas. Y sobre la calle Colombia,
al lado de Coltefábrica, última fronte-
ra de La Toma, estaba la tienda de Be-
nitín, que vendía los mejores chorizos
del mundo, dicho por todos; y el tea-
tro Buenos Aires, donde los niños iban
los domingos a matiné a ver películas
mejicanas, de pistoleros y romanos, de
Cantinflas, y lo administraba un bárba-
ro que les ponía tangos mientras la fun-
ción empezaba, recuerda Ruderico.

El puente de Brooklyn
El puente de Brooklyn mide 1.825 me-
tros, el puente de La Toma apenas ocho. Casas del sector antes de la construcción del Parque Bicentenario / Luis Fernando González / s.f.
No obstante esa pequeña diferencia, los
traquetos que medraron en esta zona a contarlo. Fue el principal animador de que después de su muerte se diluyó, se estómago. Con eso tuvo, murió recostado
finales de los años setenta, que viajaban las tradicionales fiestas a la Virgen en perdió, como todo lo de los mafiosos. en la puerta de una casa, tenía 41 años.
a Nueva York con alguna frecuencia, lo el Hoyo de Misiá Rafaela, que duraban Hasta que el sonido de la pólvora se “Las bandas no desaparecieron con
bautizaron así: el Puente de Brooklyn. hasta tres días con trago y comida para empezó a confundir con el de las balas, la muerte de Pablo Escobar, lo que hi-
Era la época loca en que el dinero todo el que fuera, de cuenta de ellos, y entonces la situación entró en otra di- cieron fue transformarse”, palabras
fácil de la cocaína anegaba las ilusio- los traquetos. No había ni por donde námica. Caicedo-La Toma sería, en la dé- textuales de doña Marina, líder comu-
nes y las conciencias, y tuvo su especial caminar del gentío, y quemaban pólvo- cada de los ochenta, cuna de muchos de nitaria en esos años, refiriéndose a los
efecto en Caicedo-La Toma y Buenos ra día y noche. los pistoleros a sueldo que alimentaron combos de pillos y gatilleros que que-
Aires, cunas de las primeras mulas del Pero no solo en diciembre sonaba el poder de fuego del llamado Cartel de daron sueltos, sin mando. Entre ellos
narcotráfico que viajaron con visa a la pólvora. También, y ruidosamente, Medellín. Las motos Yamaha 150, unas un tal Ronald, un hombre que mataba
USA. No fueron pocos los que se metie- cuando alguno coronaba un embarque. avispas voladoras que se metían por cual- por el gusto de ver caer, según su fama.
ron en la vuelta de llevar droga y traer Entonces a la gente se le adelantaba la quier parte, se hicieron comunes en las Todo el mundo le temía, cambiaban de
dólares, o terminaron siendo manda- navidad, como se decía, porque los ti- calles de La Toma, donde el solo nombre acera cuando lo cruzaban en la calle,
deros, choferes o empleados de los tra- pos regalaban plata a dos manos, mata- de Pablo Escobar infundía respeto. porque el solo mirarlo era ponerse en
quetos exitosos. Por ejemplo, el tío de ban marrano y cerraban las calles para Para completar el panorama, en riesgo. Dicen que mató a un locutor que
Ruderico, talabartero, era quien les prender la rumba. Y para sus fiestas pri- 1982, incapaz de sobrevivir al contra- habló mal de él por una emisora.
preparaba las maletas con doble fon- vadas mandaban a traer putas de Lovai- bando y a la competencia de precios de Otros se plegaron a los milicianos
do y los zapatos con compartimientos na o de Marta Pintuco, o se enrolaban otros países, cerró Coltefábrica, se acabó que coparon espacios en Caicedo y ba-
para esconder la droga, que fue la for- con las chicas del barrio que se le me- esa fuente de empleo. Y hasta el puente rrios aledaños. Y estos a su vez, ya a fi-
ma como operaron en sus comienzos; o dían a esa vuelta. Y cómo no medírsele, blanco cambió, se le modificó la estruc- nales de los noventa, en pleno cambio de
la pasaban en el estómago, en bolsitas dirían en su defensa las chicas, si salían tura y lo pintaron de otro color, pero se siglo y de milenio, tuvieron que comba-
que se tragaban, hechas con dedos de luquiadas de esas fiestas. Por prestarse siguió llamando Puente de Brooklyn. tir contra los paracos que llegaron a des-
guantes quirúrgicos, mientras sus ma- a extravagancias como tusarse la cabe- plazarlos. No se podía pasar de un barrio
más, tías y hermanas iban a Sabaneta a za, les regalaban una moto; o un Ren- a otro. Los de La Toma no podían ir a En-
rezarle a la Virgen para que en el viaje ault 4 por comerse una cucaracha viva. El desbarrancadero ciso, y viceversa. Entonces el terror se
las bolsitas no se reventaran. Argemiro Múnera fue otro traqueto La década de los noventa fue la más hizo norma y el encierro obligatorio, las
‘Mingo’, un vago irredento que hacía famoso, llamado ‘El Palomo’ porque ves- aciaga y aceleró el deterioro social. En balaceras estallaban en cualquier lado.
vida en el puente blanco, fue el primero tía de blanco. Se retiró de Coltejer para La Toma seguían viviendo familias tra- Cuenta doña Marina que cuando avisa-
en coronar. Era un hombre gordo y feo dedicarse al traqueteo, y le fue bien en dicionales, gente decente, pero entre ban sobre algún muerto, ella ahí mismo
como un orangután, lo que no fue óbice todos los viajes, menos en el último. Lle- ellas aparecieron las plazas de vicio y salía a mirarlo, no porque le gustara mi-
para que de la noche a la mañana se vol- gó a La Toma con una mano adelante y las guaridas de delincuentes. rar cadáveres, sino para saber si se trata-
viera el chacho del barrio. Tras su ter- otra atrás después de pagar un canazo. Muchas de las casas grandes que en ba de algún familiar o vecino.
cer viaje regresó a La Toma en un Dodge Tampoco se puede quedar por fue- el pasado fueron inquilinatos, se con- Por otra parte las invasiones tuguria-
Dart con el capó en cuero, una elegan- ra Elkin Carrasquilla, el ‘Arepero’, lla- virtieron en fumaderos y expendios de les se intensificaron, coparon el espacio
cia. Y para celebrar la primera comu- mado así porque antes de ser traqueto drogas, en pasajes donde llegaban los que quedaba en las laderas, esta vez por
nión de su hija alquiló un fin de semana vendía arepas. Era el más excéntri- ansiosos del bazuco, que en aquellos cuenta de los desplazamientos generados
Lucky 77, la discoteca de moda en Las co, recuerda Ruderico. No era rumbe- años se consumía más que la misma ma- por el conflicto armado en los campos de
Palmas. Fue sin duda el acontecimiento ro, tomaba poco y era devoto de San rihuana, lo cual ya era mucho decir. En- Antioquia; guerra que se acabó hacia el
social de La Toma aquel año, con shows Judas Tadeo, patrón de las causas deses- tonces La Toma se volvió una olla sin 2003, cuando la zona, y Medellín en ge-
de magos y payasos como no se habían peradas; santo del que él mantenía es- redención. Esa era ahora su marca, su neral, entró en un periodo de distensión.
visto nunca, y a cada niño que fue le re- tampas y medallitas para regalarle a inri. Sin olvidar que fue allí donde en- Y así hasta hoy, cuando la nueva vi-
galó un radio transistor traído de la la gente, y en sus fincas le tenía alta- contró la muerte José Manuel Freydel, sión que sobre el destino de la zona tie-
USA, lo que hoy equivaldría a un Ipod; res gigantes. Ni se puede quedar ‘Guan- importante dramaturgo de este país. Era ne la administración de la ciudad, se
y de la piñata reventada cayeron billetes tango’, el dueño de El Bambú, donde cliente habitual del sector, donde mer- está llevando de ancho lo que queda de
de veinte y cincuenta dólares, recuerda sonaba La Fania y toda la colección de caba su bazuco, hasta una noche de sep- La Toma. Una sombra ya pronto será,
Ruderico, que estuvo en esa fiesta. salsa que en ese mismo momento se es- tiembre de 1990, cuando en medio de como se dijo atrás; hoy un lugar donde
Otro famoso fue Fabio Moreno, cuchaba en Nueva York, de donde él la una discusión con los jíbaros que se lo solo los más viejos pastan sus recuerdos
quien como Mingo era hincha del DIM, traía en discos de acetato; sin duda la vendieron, y alzado como era, les alegó y porque los más jóvenes están en otro
y como este tampoco duró mucho para mejor colección de salsa de la ciudad, terminó con un chupa-chupa clavado en el cuento, en otras vueltas. UC

La exposición Memorias y desmemorias de Quebrada Arriba (La Toma) que se


exhibe actualmente en el Museo Casa de la Memoria es una aproximación a un territorio
fundamental para entender la historia urbana de Medellín. Una historia que con la
construcción del Parque Bicentenario y el Museo ha sido, paradójicamente, silenciada por el
proceso de reubicación y desplazamiento que vivieron muchos de los habitantes del sector.

Ven y visita la exposición hasta el próximo 14 de abril, o si tienes algo que contarnos
sobre este sector escríbenos al correo:
museocasadelamemoria@medellin.gov.co
Calle 51 # 36-66
Teléfono: 383 40 01

L ib ertad y O rd e n

Fallas en la Memoria
Alejandra Higuita
2014
8 UC número 63 / marzo 2015 número 63 / marzo 2015 UC 9

Vestir al enamorado
por E D UA R D O E S C O B A R

Ilustración: Elizabeth Builes

P
or su insistencia en condenar Los sacrificios corporales de los az- Así, contradiciendo el propósito aparente de servir al pu-
la sexualidad a la cárcel del tecas precolombinos que reseñaron los dor, con el pecado y el traje llegaron un montón de alegrías
matrimonio, y la costumbre cronistas con asombro son un ejemplo nuevas y sobre todo, la felicidad de desvestir que propicia la
de los cilicios monacales, los tropical de la incomodidad que impli- última lectura del otro y nos permite penetrar en la verdad
críticos modernos de la cul- caba el cuerpo para las culturas que de su carne encubierta, pelándole las conchas del disimulo
tura suelen atribuir al cristianismo la florecieron en América antes de la lle- para entrar en el coto prohibido de su verdad. Todos recor-
percepción del cuerpo como conflicto, gada de Colón y los misioneros cristia- damos el día milagroso cuando un cuerpo se entregó a nues-
como fuente de culpas, como una cosa nos, o mejor dicho católicos, porque ya tro abrazo con toda franqueza, la primera vez, redimiendo
que estamos obligados a esconder y so- casi nadie piensa que lo que se practica las vergüenzas del propio con su presencia monda y lironda,
portar, como un antagonista perverso en el Vaticano tiene algo ver con el cris- entregado en el gesto supremo de confianza que representa
e imprescindible, como un añadido al tianismo. Los aztecas se autoinfligían abandonarse en otro despojado de artimañas.
alma inconsútil y pura, como un tirano terribles mutilaciones en honor de los En una lectura casual encontré, sin embargo, un pla-
inclinado a los deslices que nos compla- dioses del maíz, el viento, la lluvia. Se cer inusual añadido al problema de la trinchera del vestido,
ce y nos atormenta, y como una vileza laceraban con púas de maguey las me- distinto del placer de desnudar el objeto del deseo que es el
que somos y no somos y que jamás nos jillas, se horadaban los genitales ante más socorrido, y que me recuerda el personaje de El amor
pertenece del todo. Es decir, como un pirámides oscuras de sangre, en un en los tiempos del cólera que enamorado de América Vicuña,
gran embrollo. paroxismo sagrado que asombró a los su niña de catorce años, la sube en una mesa para hacerle el
Pero el malestar es una constante a primeros europeos, aunque ellos ado- lazo de los zapatos del uniforme que ella siempre se hacía
todo lo largo del desenvolvimiento de raban un Cristo doliente y macerado mal. Y le da besos en la cuquita de papá. Fray Juan de Santa
la especie humana y puede rastrearse cuya figura lastimosa presidía un pan- Gertrudis, un misionero franciscano que corrió entre Car-
en los umbrales de la historia en todas teón abigarrado de seres estrafalarios tagena y las selvas del Putumayo en el siglo XVIII, autor de
partes. Las arcaicas disciplinas chamá- que se habían dejado asar con alegría, un libro titulado Maravillas de la naturaleza, un texto farra-
nicas destinadas a domeñarlo por el habían caminado cantando a la boca goso pero lleno de curiosidades botánicas, antropológicas
ayuno, el tormento, el llanto o la danza de los leones, se habían sometido a pe- y geográficas, de historias de pícaros y conversiones increí-
sagrada; las sutilezas filosóficas de los nitencias escabrosas y se habían echa- bles, propone un gusto inédito para estos tiempos cuan-
místicos chinos y la milenaria yoga que do ceniza en la cabeza, humillando el do todo el mundo aspira, en rebelión contra la tiranía de la
pretende purificarlo amansando los po- pobre cuerpo en los raptos de confu- moral y en detrimento de los fabricantes de trapos, a empe-
tros de la mente, prologaron la descon- sión y remordimiento. lotarse o a empelotar.
fianza que el cristianismo solo refinó. La animadversión entre la ficción Fray Juan, que no era de palo, confiesa en el libro la
El mito fundador de Occidente nos del espíritu hipotético, invisible y eter- perturbación que le causaban dos indias que había tomado
recuerda que nuestros primeros pa- no, y el frágil cuerpo real, concreto y para el servicio de su casa. Y dice que por no ver desnudas
dres fueron expulsados del paraíso des- mortal, es universal y arcaica. Tal vez todo el día delante de sus ojos a las dos mocitas tomó unas
pués de la desobediencia y que esta los porque el cuerpo, compañero inevita- telas que tenía y les trazó una camisa a cada una. Para po-
hizo conscientes de su desnudez, que ble, nos condena a la búsqueda de com- llera cortó las faldas de una túnica suya. Y como llevara
los avergonzó, hasta que descubrieron pañía contra el crimen de la soledad, algunos peines y cintas, le pareció buena idea acicalarlas.
la manera de vestirlo con hojas de pa- y nos impone esta certeza: la de que Entonces les ató criznejas, les puso zarcillos de cobre en las
rra, según unos, o con tapados de piel, está destinado a desaparecer con su orejas y con abalorios y unas cuentas de cristal que traía de
según otros. Todos nos acordamos de la nombre, su apelativo y sus sueños. El España les hizo gargantillas.
imagen de Adán en el libro de historia cuerpo nos pertenece a medias. Es un La tarea espiritual del franciscano resulta excitante para
sagrada, cubriéndose los genitales con compañero cuyas carencias debemos levedad en los físicos demasiado pesa- el lector. Por el amor y la morosidad que pone en el relato uno
una mano y la otra sobre el gesto an- atender, un desvalido camarada que dos. Entonces la gente dejó de vestirse quisiera haber estado presente para ayudarle al curita en la
gustiado. Y de los reproches que debió siempre está exigiendo cuidados, que solo para cubrir la cosa física y comen- sagrada liturgia. Es obvio que cumpliendo su deber misione-
merecer el rey David por danzar des- suda y ventosea y tose cuando quiere y zó a hacerlo también para atraer las mi- ro sobrepasaba la obra de misericordia de vestir al desnudo.
nudo delante del arca de la alianza. El se yergue cuando le da la gana. El es- radas, para ser deseada, en fin, por el Pone tanta ternura en la mención de las gargantillas, los aba-
poeta llamado X-504 en tiempos del na- tornudo fue para los griegos antiguos lo puro goce, convertido en fin. El vesti- lorios, los peines y las polleras que sacó de su propia túnica
daísmo, que después se llamó Jaime Ja- mismo que entre los chibchas la mani- do tapa los defectos reales o inventados sacerdotal, que es imposible que no gozara. Uno juraría sin
ramillo Escobar, dedujo de la fábula del festación de un dios, de otro que creían de la carcaza física al mismo tiempo que faltarle al respeto al santo fraile que estaba encantado. Y que
Génesis que para reencontrar el paraí- albergar y el hombre de hoy sigue de- ostenta las cualidades secretas. el diablo de los franciscanos, que es de los más acuciosos, es-
so solo necesitamos estar desnudos. Y seándose salud cuando ataca el refle- La culpa donde habitaba el cuerpo, taba ahí, presente, atento, disfrutando mientras cumplía su
que para escribir bien lo mejor es ha- jo. Esta cortesía prolonga un asombro los tormentos morales que causaba y las labor civilizadora en las dos muchachitas desnudas.
cerlo sin el estorbo de la ropa. De cual- ante lo incomprensible de las costum- perversiones que nacen de su disimu- Por desgracia, termina el fraile su relato, después de la
quier manera, las hojas de parra pronto bres corporales. Guardián del enigma lo morboso también trajeron por con- faena, del esmero que puso en hacer con sus manos los trajes
se perfeccionaron en los taparrabos te- del alma con un destino marcado, estu- traste un juego de dichas inesperadas. de sus amores, después de las curias de peinador, modisto y
jidos y el taparrabos se complicó en che del espíritu, el cuerpo nos obliga a Entre las cuales cuenta la gloria del pe- joyero, cuando sus jóvenes indias emperifolladas abandona-
la túnica y de ahí para arriba hasta el establecer extrañas relaciones con no- cado, de la conciencia del pecado. La ron la habitación y se presentaron vestidas ante la tribu, esta
sombrero y para abajo hasta los zapatos sotros mismos y divisiones innecesarias exclusión valorizó el cuerpo y por las las recibió con grandes carcajadas. De modo que las recién
acabamos vistiendo lo demás. entre los seres. facultades de la imaginativa, según ex- vestidas, llenas de vergüenza, tiraron lejos sus atuendos re-
En la tradición judía la desnudez es- La Contrarreforma agudizó la antigua presión de los viejos teólogos, el tobillo cién estrenados y, dice el fraile con amargura, no hubo ma-
panta. Los hijos del patriarca Noé fue- enemistad con el cuerpo hasta extre- entrevisto y el hombro ofrecido con cal- nera de convencerlas para que volvieran a vestirse. UC
ron maldecidos después de descubrir la mos intolerables. Y extremó la condena culada discreción, se convirtieron en
de su padre borracho. Este molesto in- de sus placeres más inocentes, incluido primicias de una revelación más minu-
cidente doméstico se constituyó en el el baño, como transgresiones inadmisi- ciosa, hasta que el devastador y devas-
origen de la división de las razas, según bles. Pero al mismo tiempo, en compen- tado siglo XX se empeñó en socializar el
algunos exégetas. En el texto del judío sación, fueron tiempos cuando el traje desnudo en un vano intento por resca-
Franz Kafka, Investigaciones de un pe- que lo resguarda de la mirada ajena se tar su inocencia extraviada desde la ex-
rro, este animal habla de unos desdi- convirtió en una forma del sibaritismo, pulsión del paraíso, y por vencer por la
chados compañeros suyos que al son de en un elemento simbólico que ayudaba vía de la desfachatez las imposiciones Entre la insinceridad y la hipocresía
la música, arrojando toda vergüenza, a refrendar unas singularidades, unos de la moral y el falso pudor de los escri- y la obscenidad y lo pornográfico que a
hacían lo más ridículo e indecente: se estados de ánimo y unas jerarquías. El bas y los fariseos. veces se parece tanto a lo sagrado, si-
desnudaban, dice Kafka a través de su vestido no solo cubre las llamadas ver- La noción del cuerpo como peca- guen oscilando nuestras relaciones con
perro, y exhibían procazmente su des- güenzas de la carne, útiles, placente- do, como una cosa que debe embozar- la querida y odiaba carne. En Opus ni-
nudez, y a veces se tapaban con las ma- ras y deleznables. También las descubre se, le concedió en el proceso civilizador grum, Marguerite Yourcenar, menciona
nos siguiendo un sano instinto, como y subraya, las destaca en el coqueteo un gusto que debieron desconocer las una joven tan espiritual con sus párpa-
si la naturaleza fuera un error, aver- y las exalta en las plumas del traje de tribus pretéritas en cueros. El vestido dos nacarados, sus pálidos ojos grises y
gozándose de sus prácticas pecamino- gala. En la perplejidad, pronto comen- como protección contra el polvo y la ca- su boca un poco abultada que parecía a
sas. Cervantes acudió a la desnudez con zaron a ser vistos en Occidente como nícula, como resguardo o como adorno punto de exhalar un suspiro o la prime-
más desvergozanda inocencia en el epi- un problema los cardenales gozones del marcó un límite por conquistar y repre- ra palabra de una oración o un canto,
sodio, uno de los más cómicos y tristes Renacimiento que desvestían a sus pri- sentó un desafío y una promesa de de- que inspiraba la ambición de desvestir-
de su libro capital, donde don Quijote mas hermanas y a sus sobrinos, y ama- leite. La frontera del vestido aumentó la ya que era difícil pensarla desnuda.
desnudo camina en las manos mientras ban la opulencia, los armiños, el frufrú el encanto del cuerpo, envolviéndolo, El traje ayuda a fantasear, sirviendo a
Sancho se va con su carta en busca de de las sedas, las hombreras para mejorar para insinuarlo mejor y despertar el de- la transgresión, mientras pretende sal-
Dulcinea del Toboso. la estatura, los volantes para remedar la seo de la posesión. varnos de la caída en el deseo.
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Noches
no había posibilidad de verlo por televisión. Me pareció que mi
hijo encontró ingeniosa la ocurrencia radial, de la misma mane-
ra como, tras años de montar en taxi —prácticamente desde que
surgió en el vientre de su madre—, disfrutó su primer paseo en
un Circular Coonatra.
La radio volvió de repente a nuestras vidas cuando el mo-

de radio
nopolio de DirectTv y Win Sports nos impidió ver todos los par-
por J U A N C A R L O S O R R E G O tidos de la liga. Mi alma, a un mismo tiempo tradicionalista y
adolescente, se rebeló contra las imposiciones del mercado de
los medios; es decir, no solo sentía dolor ante la idea de cambiar
Ilustraciones: Tobías Divad Nauj de operador de cable, sino que veía como una afrenta el que se
me obligara a hacerlo. Me pareció que, con tal de salvar mi digni-
dad —o, si se quiere, con tal de no tener que fatigarme firmando
un nuevo contrato televisivo—, podía pagar el precio de no ver Caído
más partidos de la liga, y supe que no tendría ningún problema si
apenas tomaba las migajas que, a mí y otros como yo, nos servía del zarzo
la Futbolmanía de RCN. Para todo lo demás estaba la radio, vibran-
te y rápida como ninguna otra cosa en el mundo. En todo caso,
Elkin Obregón S.

H
Juan Manuel —que solo ha aprendido de mí el modelo estoico
y furibundo de mi afición por el equipo del pueblo— lo resol-
ace más de treinta años — instalar el radiorreloj en nuestra ha- vió de otra manera, y muy pronto llegó a acuerdos con mi suegro
para ser exactos, la noche bitación desde la noche anterior, pues para que lo llevara a ver los partidos del DIM en alguna de las

SEMÁFOROS
del miércoles 19 de octu- las emisiones comenzaban en la ma- tiendas del barrio que estaban dotadas con el exclusivo servicio.
bre de 1983—, mi herma- drugada, y como él y yo ya estábamos Para suerte de mi hijo, su abuelo acababa de jubilarse y necesita-
no y yo escuchamos un en bachillerato —por lo menos así fue ba, desesperadamente, razones para salir de casa; en su entraña

N
partido del Medellín entre las cobijas. a partir de 1986—, íbamos al colegio verdusca, poco le importaba que la coartada fuera un partido del
‘El Poderoso’ jugaba contra el Tolima en la tarde y no era forzoso aprovechar Medellín; por supuesto, también pesaba aquello del amor rendi- ombraba hace poco la maestra Beatriz González a dos cla-
en el Atanasio Girardot y logró poner el todas las horas oscuras para dormir. do por los nietos. ses de artistas: los que están ante un semáforo en rojo, y los
marcador 2-2 con un gol tardío de Car- Por lo que respecta a mi madre, a ella No hace muchas semanas, sin embargo, las cosas volvieron que enfrentan uno en verde. El símil es claro: los primeros
los ‘El Tigre’ Acevedo, un uruguayo que le bastaba su reloj biológico para le- mágicamente al principio de todo; quiero decir, a aquella noche ya no avanzan, los segundos —como ella misma, piensa
pasó sin mucho ruido por la historia del vantarse a la hora exacta en que debía remota del empate a dos goles con el Tolima. El nuevo diseño del uno— siguen siempre hacia adelante. Muy discretamente
equipo rojiazul. El que por entonces ha- despachar a nuestra hermana mayor. torneo local, con veinte equipos y un fixture demencial, sembró aludió, entre los hombres del rojo, al gran maestro Fernando Botero. Y
cía la magia y, en consecuencia, copaba Recuerdo particularmente el alba del 4 muchos partidos en las noches tardías de mitad de semana, pre- yo, que no soy crítico ni nada que se le parezca, adhiero humildemente a
las portadas de los periódicos, era León de mayo de 1987, cuando el radiorreloj cisamente cuando, por sus obligaciones escolares, Juan Manuel esa opinión.
Villa, conocido más adelante —cuando se encendió automáticamente a la hora no puede darse el lujo de escaparse con su abuelo a la tienda de Sobre todo si me acuerdo de esa época boteriana, que insurgió con
se vistió con las rayas verdes del vecino programada y pudimos saber que, en la la esquina; él es quien tiene ahora nueve años y quien —de ma- su Homenaje a Mantegna, ganador en 1958 del Salón Nacional de Arte,
de patio— como ‘El León de Campo Val- carrera ibérica, Néstor Mora se había nera más drástica que la mía— debe levantarse con los prime- en medio de los vituperios de académicos de todos los pelajes. A ese cua-
dés’; porque la noche de marras recibió fugado y marchaba con una ventaja de ros gallos y alistarse para ir al colegio. El pasado 12 de febrero dro siguieron, más o menos a lo largo de una década, obras como Los
del locutor el remoquete —más sencillo nueve minutos sobre el pelotón; cuan- jugaron Tolima y Medellín en el estadio Manuel Murillo Toro de arzobispos muertos, Monalisa niña, Retrato de Ramón Hoyos, Homena-
pero al mismo tiempo más solemne— do clareaba lo capturaron, pero hacia Ibagué, y como era de rigor encendimos la grabadora de la biblio- je a Sánchez Cotán, etc., y varios bodegones, acuarelas y carboncillos es-
de ‘Maestro colombiano’. Esa jornada las nueve de la mañana ‘Lucho’ Herre- teca, con la idea de escuchar el partido mientras comíamos en pléndidos. Después pisó el acelerador, y empezó a pintar de otro modo;
de octubre, alargada clandestinamen- ra despertó, se alzó sobre la bicicleta, familia y, luego, mientras cada uno de los interesados hacía sus debió de gustarle lo que vio, porque aplicó el freno. Y siguió pintan-
te hasta las diez y cuarto de la noche a sembró a los demás en la carretera y tareas: Juan Manuel, preparar la maleta y la lonchera, y yo esfor- do cosas muy buenas, qué duda cabe, pero casi todas con un tufillo de
despecho de la temprana rutina cole- se enfundó la camiseta amarilla en la zarme en concebir la reseña de un libro leído cuatro meses atrás. poeta del reino, más allá del bien y del mal (por fortuna, en medio del
gial que nos esperaba al día siguiente, meta de Lagos de Covadonga. De esa manera, logramos compartir gestos y comentarios cuan- camino de su vida encontró la escultura. Muchos creen que sus obras es-
fue una de mis primeras experiencias Como no mediaran los dolores de do Tolima se fue arriba con un gol vulgar de Dávinson Monsalve, cultóricas son meras traducciones de sus gordas pintadas; craso error,
importantes con la radio al oído; por lo cabeza maternos o las grandes vuel- y con razones redobladas cuando, en soberbia jugada, el argenti- creo: son ellas, solas, soberbias en sí mismas, y cargadas, como su pri-
menos, la que aparece en el primer lu- tas ciclísticas europeas, lo habitual era no Hernán Hechalar sembró el empate. Sin embargo, poco des- mera pintura, de tradiciones milenarias y frescas. Ante “La Gorda”, has-
gar de mi tramposa memoria. Yo tenía que mi hermano y yo nos acomodára- pués del minuto 65, mi hijo se coló en la biblioteca envuelto en su ta el Parque de Berrío es un ágora).
nueve años. mos junto al radiorreloj en la propia al- cobija, visiblemente somnoliento, pero aun así con el audífono de Otro que nunca frena es David Manzur, para mí, hoy, el mayor artis-
Sobra decir que en los años ochenta coba de mi madre. Como en 1986 —por su mp4 clavado en las orejas. Pidió permiso para acabar de oír el ta plástico de Colombia, y uno de los pocos, como el mismo Botero, que
la transmisión por televisión de los par- lo que se ve, el año de nuestra mayoría partido en la cama, totalmente convencido —con razón— de que insisten en el lienzo y el caballete. Su trabajo siempre nos sorprende,
tidos de la liga colombiana era impen- de edad— nos hicimos visitantes asi- no le sería negado. Nos besó a Nancy a mí y desapareció. siempre nos asombra y, si algo en él permanece invariable, es su prodi-
sable, como no se tratara de la última duos del estadio, lo que restaba por oír Un cuarto de hora después, cuando yo había logrado, por fin, giosa técnica, no lejos tal vez de los maestros del barroco. Y barroca qui-
fecha del octogonal final, día en el que, en la radio eran los juegos de visitante redondear el primer párrafo de la reseña, el árbitro sancionó un zás es su pintura, rica de sombras y sugerencias y recados que nos tocan
casi invariablemente, solíamos ver a los del Medellín, la mayoría de las veces en tiro libre a favor del Medellín, no lejos de la valla de los pijaos. El y nos inquietan. Él mismo lo explica, en una entrevista reciente: “Ese
diablos del América dar la vuelta olím- la voz provinciana de Rodrigo Londoño locutor anunció, con no poco aspaviento, que Vladimir Marín se asombro lo produce algo a donde no llegan las palabras”.
pica. En 1985 ocurrió algo salido del li- Pasos. Un juego quedó particularmente aprontaba para el cobro y que, como un toro de lidia, zapateaba Y luego, la pincelada final: “De eso se trata: de no repetirse, de no
breto y fue que, para adormecer al país grabado en mi memoria: un 2-2 frente sobre la grama, y tanto insistió en ello —con el coro del comen- darle gusto a David Manzur…”.
mientras los rockets del ejército se cla- a Millonarios en Bogotá, jugado un me- tarista principal y el vocero de los anuncios comerciales— que
CODA
vaban en la mole del Palacio de Justi- diodía de sábado por motivos que ahora no me sorprendí particularmente cuando, un minuto después,
cia, el presidente Betancur autorizó la no recuerdo, y en el que los uruguayos el balón se coló en el arco de Joel Silva. Realmente me sobrecogí
transmisión de no sé qué partido o re- Rafael Villazán y Yubert Lemos ano- que venían desde el Atanasio Girardot do semestre de 2009, cuando apenas un segundo después del grito del locutor, cuando, desde el otro Pensaba regalarle a la biblioteca de Eafit unos cuantos tomos de
sumen inédito de goles. Por razones taron por el DIM; goles que, por lo ex- y por los que Nancy, mi esposa, se inte- ajustaba cuatro años, tuvo su prime- lado de la casa, llegó el alarido eufórico y destemplado de Juan mi colección taurina. Desistí de la idea, al leer que su director, Héctor
que se me escapan, ese mismo noviem- cepcional de la programación sabatina, resaba particularmente. Sin la tutela de ra rabieta frente a la pantalla chica al Manuel. Fui hasta su cuarto para celebrar el gol con él, pero me Abad, políticamente correcto, tilda a los taurinos de sanguinarios. Ea-
bre, el recién nacido Teleantioquia re- escuchamos narrados por la voz histéri- mi hermano fui haciéndome un energú- presenciar cómo el DIM —por enton- detuve en la puerta apenas distinguí en la oscuridad lo que él ha- fit se lo pierde. Podrían haber ido esos libros, incluso, a la zona infan-
transmitió un partido en que Medellín ca de Luis Fernando Múnera Eatsman. meno, y llegó el día en que quise tum- ces casi invencible— se doblegaba por cía: tenía los ojos cerrados y sonreía de modo beatífico mientras til, pues no contienen escenas de sexo ni de violencia. No enumero los
había vencido 1-0 al Cali; por supues- Pero no solo nos convocaban los parti- bar las paredes a puñetazos cuando los tres goles ante Millonarios, en la fría apretaba, contra su corazón, el pequeño aparato radial. Ya que títulos, por falta de espacio, pero aclaro que no aparece en ellos Hemin-
to, mi hermano y yo lo habíamos es- dos: también los magazines futboleros goles rivales caían en el último minuto. Bogotá. Por lo visto, yo había hecho un Tolima —a diferencia del Medellín de tres décadas atrás— no gway, que no sabía de toros. O sí sabía, pero los miraba con ojos anglo-
cuchado por radio la noche anterior, y nocturnos, cuyos debates, regularmen- Así sucedió cuando, en el cuadrangular excelente trabajo inconsciente como tuvo un Tigre Acevedo que nivelara el marcador, mi hijo tuvo la sajones, ciegos para ese mundo. En rigor, para saber de verdad de toros
más que el gol de cabeza de Luis Carlos te acalorados, nos parecían el colmo del final del primer semestre de 2004, Chi- maestro iracundo frente a los malos re- noche más feliz de su vida, arrullado por las voces y las ondas del hay que haber nacido al lado de La Giralda. O llamarse uno Aranguito. UC
Perea —otro que saltó al solar ajeno— atrevimiento periodístico, de modo que có nos derrotó 3-2 en la agonía del reloj. sultados de nuestro equipo, al que por triunfo. Ignoro a qué hora pudo conciliar el sueño; como quiera
nos había quedado en la cabeza una los escuchábamos con el delicioso sen- Por fortuna, en ese torneo —y sin que fortuna mi hijo se aficionó a pesar de que sea, cuando fui a llamarlo en la madrugada me pareció que
expresión usada por ‘El Espectacular’ timiento de estar degustando lo prohi- mediara ningún vaticinio— Medellín los genes adversos que le venían por todavía sonreía. UC
Jorge Eliécer Campuzano para descri- bido. Jamás olvidaré que en esa misma alcanzó el título tras derrotar a su eter- el linaje materno; genes que, con fata-
bir cómo ‘Ormeño’ Gómez había ataja- temporada del empate con Millonarios, no vecino de patio. Ya por entonces me- lidad, habían enquistado en el alma de
do un remate letal del ‘Checho’ Angulo: en Gente, Deporte y Punto, Iván Mejía nudeaban las transmisiones televisivas, Laura, nuestra primogénita. A la sazón,
“¡A contrapierna!”. Nunca nos lo confe- Álvarez pronosticó que Medellín sería y como, además, las emisiones de Fox y Juan Manuel tenía de la radio una idea
samos el uno al otro, pero cuando pu- el campeón. Se entenderá que, si a la fe- ESPN nos habían civilizado con el arte harto particular: creía que la compo-
dimos ver la jugada en la transmisión cha no odio a ese ríspido comentarista, de la narración mesurada y el comenta- nían, apenas, las emisoras de rock la-
diferida sentimos que, contada en la ra- no es solo porque deteste afiliarme a las rio conciso, la transmisión radial —cu- tinoamericano, baladas y música para
dio, la acción de nuestro arquero había causas populares. Dicho sea de paso — yos protagonistas eran, en buena parte, planchar que eran del gusto de Nancy
sido más audaz. quizá haya quién no lo sepa— el cam- solistas cavernícolas— fue quedándo- y —confieso— mío. Solo muy tardía-
El transistor de casa era el radio- peón de 1986 fue América; no podía ser se relegada, y casi se la olvidó cuando mente, por los días de su sexto cum-
rreloj que nuestro padre, in artículo de otro modo. las cámaras de Une coparon toda la pleaños, vino a descubrir que en la vieja CIRUGÍA
mortis, le había dejado a mamá como Escuchar los partidos en la radio fue, programación de la Dimayor. Por en- grabadora de la biblioteca podía escu-
regalo de Navidad en 1980. El aparato para mi hermano y yo, una liturgia que tonces, se me antojaba que mi suegro — charse una simpática versión auditiva CON LÁSER
solía estar en su alcoba, salvo por algu- se extendió hasta el siglo XXI, y si ter- conectado por walkman a los alaridos de los partidos que solía ver, de modo
na situación de excepción; sobre todo, minó fue solo porque yo salí de casa a de Múnera Eatsman al mismo tiempo perfectamente sinestésico, en el tele-
que ella estuviera agobiada por sus principios de 2001, cuando, plenamente que veía los partidos de su equipo— era visor. Ocurrió el 14 de septiembre de
pertinaces jaquecas y, además, que el consciente de lo que hacía, decidí com- un anacronismo sobre dos pies o, por lo 2011, cuando Medellín derrotó 4-1 al
partido que nos interesara acabara de-
masiado tarde. Otra cosa era cuando se
partir mi vida con una hincha del club
de las franjas verdes. Como nos fuimos
menos, un romántico empedernido, an-
clado a las emociones auditivas de los
Real Cartagena en el Atanasio Girar-
dot. Era necesario escuchar el partido
DR. GUSTAVO AGUIRRE
trataba de escuchar las transmisiones a vivir a Santa Lucía, al mismo tiem- viejos tiempos. por dos razones: nuestro equipo nos ha- OFTALMÓLOGO CIRUJANO U DE A.
de las etapas de la Vuelta a España o el po que me enteraba de las gestas de mi Juan Manuel, mi hijo menor, lle- bía espantado de las graderías después
Tour de Francia: entonces mi hermano equipo, podía escuchar —con todo el re- gó al mundo en la época del auge de de un par de temporadas desastrosas, y, Clínica SOMA • Calle 51 No. 45-93 • Tel: 513 84 63 - 576 84 00
estaba autorizado de antemano para celo del caso— los murmullos eufóricos los partidos por televisión. En el segun- como el juego era en mitad de semana,

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12 UC número 63 / marzo 2015 número 63 / marzo 2015 UC 13
Entre nosotros se diría que se quedó cantando en la
caseta. Juglares les dicen a esos guitarreros como a
nuestras leyendas vallenatas. Javier Krahe prefirió la
La voluntad No todo va a ser follar
Por Javier Krahe
no todo va a ser follar,
y habrá que documentarse sobre los delfines
y habrá también que firmar,

del juglar
También habrá que saltar a la pata coja, no todo va a ser follar,
tarima a los escenarios. La entrada barata, la cerveza y habrá que coleccionar sellos de Nigeria, muchos manifiestos.
no todo va a ser follar,
fría y las mayorías femeninas son su ley. no todo va a ser follar, No todo va a ser follar,
y habrá también que apretar una tuerca floja ya follé el año pasado
y habrá que ir a trabajar, a la orillita del mar
no todo va a ser follar, con una mujer sin par

por S I LV I O B O L A Ñ O R O B L E D O
por una miseria. que después me dio de lado,
lo recuerdo, trastornado
Y habrá también que llevar a arreglar el coche pero sin exagerar,
y habrá que quitarle el polvo a la biblioteca, no todo va a ser follar,
no todo va a ser follar, no todo va a ser follar.
no todo va a ser follar,

J
y habrá que cerrar el bar al morir la noche También habrá que invitar a una barbacoa,
y habrá también que pagar, y habrá también que acercarse hasta el quinto pino,
avier Krahe viaja desde hace más de treinta años Pues tampoco cien por cien
no todo va a ser follar, no todo va a ser follar,
por la península ibérica, de club en club, junto a sus si americano también.
lo de la hipoteca. no todo va a ser follar,
fieles pajarracos de fortuna. También lo acompa- Gringo ser muy absorbente.
y habrá que intentar cruzar Núñez de Balboa
ñan en escena una copa y un purito. Su cuerpo baila Hombre blanco hablar con lengua de serpiente...
No todo va a ser follar, y habrá que ir a consultar,
en contrapunto con una voz tan dulce como ajada,
ya follé el año pasado no todo va a ser follar,
la cual entona con el pudor del que siente miedo a equivo- Cuervo ingenuo no salió al aire y al cantante le fueron
a la orillita del mar a un buen otorrino.
carse. Con su barba, su pelo, la convicción de su mirada y un cancelados sus contratos en los ayuntamientos. Su can-
con una mujer sin par
gagueo que le otorga seguridad en el discurso, el trovador ción Marieta (versión al castellano de un divertido tema
que después me dio de lado, También habrá que admirar a la mona Chita,
hipnotiza al público que lo escucha por primera vez. de George Brassens) fue censurada como “no radiable”. De
lo recuerdo, algo tocado y habrá también que jugar a pares o nones,
Sus versos evidencian conocimiento del oficio, dedica- acuerdo con su testimonio en el documental tipo road mo-
pero sin dramatizar, no todo va a ser follar,
ción y la auténtica picardía de la lengua. Su lírica rezonga vie Esta no es la vida privada de Javier Krahe, el autor reci-
no todo va a ser follar, no todo va a ser follar,
un eco de Góngora y del Siglo de Oro español. Krahe canta bió anónimos durante los días previos a su actuación en el
no todo va a ser follar. y habrá que resucitar por la mañanita
con libertad sobre la inmanencia del hombre y su desespe- teatro Salamanca. Como explica Joaquín Sabina: “era ha-
y habrá también que cantar,
ranza en las religiones (El cromosoma), así como se mofa de blar de la OTAN y de Cuervo ingenuo...”.
También habrá que llamar a la pobre Alicia, no todo va a ser follar,
sí mismo y de la fe en la que fuera educado. No obstante, Krahe cuenta con seguidores que agotan
y habrá que modificar la ronda nocturna, muchas más canciones.
las entradas de sus presentaciones días antes del evento,
no todo va a ser follar,
...San Cucufato, te enciendo este cirio así como una agenda envidiable por cualquier músico. Se
no todo va a ser follar, No todo va a ser follar,
devuélveme el amor, aquel viejo delirio. presenta con sus mosqueteros (Javier López de Guereña, gui-
y habrá que desmenuzar la última noticia ya follé el año pasado
San Cucufato, los cojones te ato tarra; Fernando Anguita, contrabajo; Andreas Prittwitz,
y habrá que depositar, a la orillita del mar
si no me lo devuelves no te los desato... vientos) en un circuito de clubes con los que negocia el precio de
no todo va a ser follar, con una mujer sin par
(San Cucufato). las entradas, aunque deje de ganar dinero para el beneficio
el voto en la urna. que después me dio de lado,
de su público. No está bien pedirle canciones: si te atreves
lo recuerdo, obsesionado
Sus canciones afrontan con humor temas sexuales a hacerlo quizás la suprima del repertorio, pues se trata de
Y habrá también que comprarse unos calcetines, pero sin llorar,
como la masturbación y el tamaño del miembro viril (Mi su concierto. “Yo quiero cantar en un sitio donde la entra-
también habrá que regar esos cuatro tiestos, no todo va a ser follar,
mano en pena; Burdo rumor...); reconstruyen relatos épicos da sea barata, se sirva cerveza fría y vayan más muchachas
no todo va a ser follar, no todo va a ser follar. UC
desde el caleidoscopio de su ética libertaria, cuya visión su- que muchachos”, ha dicho a Buenafuente.
pera en matices a la de la ortodoxia feminista (Como Uli- Su forma de trabajar tambien es inusual: da recitales
ses...); o retoman con frescura ideas clásicas de la filosofía constantemente y toma vacaciones durante el verano. De
(“sed y más sed, es la cuestión/ en la taberna de Platón”), re- esta manera, mientras otros cantantes tienen sus días de
flejando un vital estoicismo. mayor trajín, Krahe prepara mariscos y versos en su casa
del Zahara de los atunes. El malasañero tiene un concep-
...Sacudir con corriente alterna to del trabajo lejano al ora et labora de San Benito o al de
reconozco que no está mal; la ética protestante: ni cantar ni escribir son para él una
la silla eléctrica es moderna carga laboral, su vocación consiste en no sostener ningún
americana, funcional... yugo. Su último disco de 2014, llamado Las diez de últimas,
Pero dejadme, ¡ay!, que yo prefiera fue vendido junto a una edición del libro de Paul Lafargue
la hoguera, la hoguera, la hoguera... El derecho a la pereza (1880). “Es que no es verdad que el
(La hoguera). trabajo dignifique a la persona —afirma Krahe en el do-
cumental—. Vamos, no hay ningún mamífero al que se le
Krahe logra contar relatos sobre el amor bienaventurado ocurra trabajar más que para comer, pero si tiene la comida
con una hondura poética que es más fácil de hallar en com- no hace nada, y nosotros somos mamíferos...”.
posiciones sobre el abandono o la desdicha (Nos ocupamos Su humor no se menoscaba cuando reconoce el vértigo
del mar; Contra el Alzheimer...); en ellos habla de la infide- que siente al recordar que en veinte años no estará en esce-
lidad con una extraña picaresca en la que no existe el valor na pero que, finalmente: “con resfriado, la sed de inmor-
de la pareja como posesión, ni acaso el del sexo como exclu- talidad ya apetece menos”. Ejemplo de una personalidad
sividad del esposo (No todo va a ser follar; Navalagamella...), insumisa que no ha dejado de generar controversias y per-
ridiculizando al machista que habita en nuestra conciencia secuciones, como cuando un canal retransmitiera, sin su
(¿Dónde se habrá metido esa mujer?; Vecindario...). conocimiento, un pequeño corto en el que una mujer ense-
Con setenta años, trece discos, un cancionero publicado ña a cocinar un cristo al horno. Se trataba de uno de aque-
por Visor y conciertos con salas llenas semana tras sema- llos cortitos que grabara 35 años antes junto a su amigo de
na, es sorprendente que Javier Krahe no sea conocido en colegio Enrique Seseña, llamados Diez comentarios. Javier
Colombia. Sorpresa fácil de explicar: el madrileño ha sabi- salió venturoso de un promocionado litigio medieval por
do irritar a los poderosos y a sus mamasantas. Y ya lo dijo el escarnio de las creencias religiosas, pero el documental
padre de los poetas: el cantor que se enfrenta al tirano está Esta no es la vida privada de Javier Krahe sufrió la autocen-
indefenso como el gorrión ante el ave de rapiña. sura de la industria y no fue presentado en América Latina.
El 14 de febrero de 1986, en el teatro Salamanca de Con Seseña comparten la anécdota de haber causado el
Madrid, Joaquín Sabina ofreció un concierto que sería re- asombro de los trabajadores del Prado cuando, a sus nueve
transmitido por TVE. Un recital memorable junto a varios años, iban solos al Museo tras haber descubierto que el lu-
de sus amigos, entre ellos Javier Krahe, uno de sus compa- nes la entrada era gratuita. Pero esta no es la historia del
ñeros en la célebre Mandrágora. Felipe González había lle- genio que descollara en su arte a edad temprana. Si bien
gado al poder por el PSOE y la madre patria entraba de su comenzara en su juventud a escribir canciones para que su
mano a la OTAN. Esa noche el juglar fue censurado por la hermano las musicalizara y otros artistas las interpretaran,
democracia: las cámaras de TVE se apagaron cuando, ata- no contempló el dedicarse a cantar antes de intentar con la
viado con un penacho de una sola pluma y un pito carna- economía, el cine y la publicidad.
valero, saliera al escenario junto a Sabina para interpretar Fue durante sus años de estadía en Montreal que, ins-
su Cuervo ingenuo. Felipe González reaccionó con soberbia: pirado en George Brassens y Leonard Cohen, Javier Krahe
era intolerable que el gobierno socialista fuera ridiculiza- descubriera su vocación: no había algo mejor que escribir
do en televisión pública por la bohemia de Madrid. TVE le sus propias coplas, cantarlas en teatritos, que a la gente le
propuso a Krahe que cantara dos canciones diferentes y eli- gustaran y además le pagaran por ello. Sopesó que sería di-
giera una de ellas para su retransmisión. Pero él prefirió fícil crear una obra como la de estos autores pero que, en
apelar a su derecho a hablar de temas de actualidad y can- el intento, podía hacer la suya propia. Entonces, con trein-
tó, desatando el júbilo de los madrileños que lo aplaudieron ta años, encaró a su mujer: “Mira, Annick, me voy a hacer
de pie (con excepción del alcalde): cantante...”, y la convenció de que conseguiría su primera
guitarra y a los cuarenta ya estaría cantando. Cinco años le
...Tú, mucho partido pero bastaron para subirse al escenario.
¿es socialista, es obrero Al Poncho
o es español solamente? Brundsttat, 2 de febrero de 2015
Arte Central

Tebo
Chanditas
Tinta sobre papel
Medellín, 2014
16 UC número 63 / marzo 2015 número 63 / marzo 2015 UC 17

Mi vida como sospechoso


por L U I S M I G U E L R I V A S

Ilustración: Cachorro

F
ue a finales de los años
ochenta cuando descubrí que
tenía cara de sospechoso. An-
tes ni me había enterado. Una
de dos: o siempre fui sospe-
choso y no me lo decían y desconfiaban
de mí a mis espaldas (alguna vez le pre-
gunté a mi madre: Mamá, decime sin-
ceramente: ¿Yo te parezco sospechoso?
y ella solo contestó con un movimiento
lateral de la cabeza, sin ningún énfa-
sis ni apoyo verbal), o fue precisamente
en esa época de finales de los ochentas
de la que les hablo, cuando eclosionó
en mí, sorpresiva e irremediablemen-
te, esta extraña condición de presunto
implicado, instaurando a mi alrededor
un aura de suspicacia que no me aban-
dona nunca. Soy el que siempre sacan

#MDE15
de la fila para una requisa exhaustiva,
el que arrastra tras de sí a los vigilan-
tes en los supermercados, el único del
grupo al que la autoridad le pide los do-
cumentos, a quien los de la aduana le
revisan con jeringa la caja de aguar-
diente, al que apuntan todos los indicios
del jarrón quebrado, el terrorista que
no lo sabe, el supuesto ladrón. El cul-
INAUGURACIÓN
pable a priori. A tal punto y desde hace
tanto tiempo que he terminado identifi-
cándome con esa condición y a veces me
NOVIEMBRE 2015
sorprendo pidiendo disculpas a la gente
por cosas que no hice e incluso por lo
que ni siquiera se me ha pasado por la
cabeza que podría hacer, pero que los WWW.MUSEODEANTIOQUIA.CO
demás están seguros que sería capaz de
hacer, dada mi aura, supongo.
Esa vez de finales de los ochen-
ta estaba en Bogotá con mi compañe-
ro de universidad William Rodríguez;
nos acercábamos a las instalaciones
del hoy inexistente periódico conser-
vador La Prensa (en cuya desaparición,
aclaro, no tuve nada que ver) para co-
nocer cómo funcionaba un diario capi-
talino, y con base en esa información Previo a mi viaje a Bogotá hubo una Años después, pasado el 2000, hubo Me abrí. Caminé hasta mi casa sin- Horacio. Él nos explicaba, enfática y redundantemente,
preparar una exposición para la cla- época en la que la policía hacía reda- una época en la que los policías de En- tiéndome, por primera vez en mucho que todos nacimos siendo pecadores porque Adán y Eva
se de periodismo. Llevábamos nuestros das en Medellín para levantar jóvenes. vigado se enamoraron de mí. Iba, por tiempo, liviano, puro, inocente, fuera habían pecado y que por tanto de entrada ya veníamos
morrales con las cámaras fotográficas No era sino que usted fuera joven y ca- ejemplo, caminando por una calle, ab- de sospecha. Esos policías iban a dete- a este mundo sucios, malintencionados, merecedores de
y un estuche largo con el trípode, que minara por la calle y ya era sospecho- sorto en mis audífonos, y un dedo en el ner a otros sospechosos que andaban desconfianza. Y su insistencia en el asunto era casi una
yo cargaba en bandolera; nos dirigía- so. A unos amigos y a mí nos levantó hombro me hacía detener y dar vuelta en carros y en motos y que no eran yo. Y conminación a cultivar como virtud ese ánimo achicopa-
mos contentos, casi con pasos saltari- la policía una vez y nos llevaron a una para encontrarme con un policía que se me fui pensando que el enamoramiento lado del culpable, del perro apaleado, del sí señor agen-
nes, a la sede de semejante templo de pesebrera que había pertenecido a los disponía a pedirme papeles y requisar- de los policías no era exclusividad mía te, para que Dios y el rector del colegio y nuestros padres
la objetividad periodística, cuando un Ochoa. Esa noche el local que había me; estaba sentado en el parque princi- sino patrimonio de un sector de la so- y el alcalde de Envigado y Pablo Escobar o cualquiera
tipo de cachucha cruzó por nuestro ca- servido para domar caballos estaba re- pal del pueblo, tranquilo en medio de la ciedad representada por los ciudada- que tuviera el poder en ese momento nos quisiera más. O
mino con un radioteléfono pegado a la pleto de jóvenes y jóvenes y jóvenes, multitud, y aparecía una patrulla de la nos que no tenían plata o poder o un no nos matara.
boca y dijo algo en clave mientras nos apiñados como bestias, detenidos por que se bajaban dos policías avanzando patrón poderoso y que por alguna señal Y si fuera aún más atrás en la historia de mi condición
miraba. Seguimos caminando sin com- no tener más edad. Es que Pablo hizo con determinación y firmeza hacia el externa (la ropa, el aire descarriado, sospechosa tendría que ir a la historia de mi madre y a la
prender y sin darle importancia cuan- la guerra a punta de jóvenes. Matándo- lugar específico en que yo me encontra- la falta de higiene, la carencia de rum- de los padres de mi madre y esto se volvería una historia de
do apareció un carro lleno de policías los, mandándolos a matar y mandando ba, para pedirme papeles y requisarme; bo fijo, los modos de barrio, los prejui- Colombia que nos llevaría hasta los tiempos de la conquis-
que se tiraron del vehículo como si es- a que se mataran entre ellos. ¿Cómo se- me estaba comiendo un helado y llega- cios del tombo), ameritaban sospecha. ta. Lo cierto es que nunca me pude explicar por qué, si to-
tuvieran desembarcando en Normandía y ría esto hoy en día si todos esos jóve- ba un agente a pedirme papeles y a re- Cualquiera que tuviera cara de ser ca- dos éramos culpables, solo había un sector de la población
nos gritaron: “¡Quietos!”, como si hu- nes no se hubieran muerto? (En el otro quisarme; volvía a casa por la noche y paz de orinar en la calle o fumarse un a quienes nos lo recordaban con tanto énfasis, hasta tatuár-
biéramos acabado de robar un banco. mundo debe haber un barrio que se lla- aparecía un policía a pedirme papeles bareto en un parque podría también noslo en el alma; y otro sector que parecía desconocer esa
Dijeron que tiráramos nuestras cosas ma Medellín sin tugurios… y sin jóve- y a requisarme. Terminé acostumbrán- ser un delincuente y era susceptible de
doctrina pero que de todas maneras la cultivaba para se-
al suelo y levantáramos las manos. Nos nes). En esa época el gobierno les tenía dome a las requisas hasta el punto de ser detenido para que de pronto no lo
guir tatuándosela en el alma a los sospechosos de siempre.
miraban con prevención y rabia (y en el mucho miedo a los muchachos de Pa- extrañarlas. Una noche iba caminan- fuera a hacer; “se lo llevaron por inten-
fondo de sus ojos parpadeaba la satis- Aunque de nada me ha servido intentar comprender
blo y por ellos chupábamos todos. To- do por esa acera larga que hay entre la to de sospecha”, decíamos nosotros.
facción de haber materializado sus in- esas cosas porque de todas maneras me siguen requisan-
dos éramos sospechosos. Y en realidad estación Envigado y el Éxito y vi que Así los policías podían gastar sus ener-
numerables terrores abstractos en las do en todas partes. Este artículo, por ejemplo, lo empecé
cualquiera de nosotros podría haber una moto de la policía se detenía de- gías y el presupuesto de la Nación bus-
figuras de dos pobres diablos concre- a escribir en mi cabeza, mientras los agentes de inmigra-
hecho lo peor o podría llegar a hacer- lante de mí, a unos cinco metros; mien- cando sospechosos menores para poder
tos). Cuando comprobaron que a pesar ción en el aeropuerto se tomaban su tiempo para sacar y
lo. Todos éramos lo mismo por muy tras los agentes se bajaban llegué a su dejar tranquilos a los verdaderos cul-
de ser jóvenes, hablar paisa y llevar un distintos que fuéramos. Varios amigos lado, levanté las manos y me dispuse a pables de todo que eran los jefes de sus revisar concienzudamente, una a una, las cosas que con-
estuche largo en bandolera no éramos míos se volvieron sicarios o mafiosos. la rutina. Pero los policías no me deter- jefes, los dueños del pueblo y del depar- tenía mi maleta (descubriendo prendas que no me acorda-
dos de los sicarios que Pablo Escobar Yo también hubiera podido porque yo minaron. Esperé con las manos arriba tamento y del país, quienes jamás de los ba haber empacado y hasta encontrando cosas que daba
estaba mandando cada tanto a Bogo- también era ellos. Pero la verdad fue para salir de una vez del asunto, pero jamases llegarían a ser considerados por perdidas, como unas medias de rombos que no había
tá para matar personas poderosas y ha- que nunca me ofrecieron. Habría acep- voltearon y me miraron extrañados. como sospechosos porque eran ellos los vuelto a ver). Sí, después de tanta historia, a estas alturas
cer atentados, se tranquilizaron (y en el tado esa única oportunidad que te- —¿Qué le pasa pelao? —me dijo el que determinaban quiénes eran dignos sigo siendo el que soy sin poder ser otra cosa: el de la fila
fondo de esa tranquilidad había como níamos los chicos de mi contexto para policía bajito y churrusco que venía ma- de sospecha. de las requisas, el foco de la mirada oblicua de los celado-
una decepción) y nos dejaron ir. El im- rasguñar un poco de autoestima y res- nejando la moto. Y más atrás, mucho antes de los res, el bocadillo del policía que justifica su día, el emoti-
pacto fue tan fuerte que es la situación peto y arrebatarle una pizca de senti- —¿No me van a requisar? policías y de Pablo Escobar, la prime- cón que la gente de bien le puso a sus pavores sin nombre.
que más recuerdo en mi carrera como do a una vida que no nos pertenecía. —¡¿Usted fue que se engüevonó ra persona que me empezó a ver como Uno más de los millones de sospechosos que caminamos
sospechoso. Fue en ese momento cuan- Pero creo que no me vieron cualidades. o qué?! ¡No ve que estamos haciendo sospechoso fui yo mismo; en los pri- por las calles de las ciudades y que seguiremos siendo ob-
do me hice consciente de mi condición. O sea que yo no fui mafioso fue por fal- un retén! ¡Muy gracioso maricón! ¡Te meros años de primaria, en el colegio jeto del recelo hasta que se reconozcan los verdaderos
Pero el asunto venía de antes. ta de oportunidades. abrís, te abrís! —gritó el otro. La Salle, por intermedio del hermano culpables que todos conocemos. UC
18 UC número 62 / febrero 2015

Aquellas masacres en esa época te colmaban

11 del 9
de coraje. Salías a los campos sin miedo o,
quizás, ese miedo lo vestías de rock. Tal vez
esa humildad te hacía invisible, porque nunca
te pasó nada. A tu casa llegaron muchos
corresponsales de guerra, periodistas y
fotógrafos, quienes conocieron el zoológico
de tu patio y el que llevabas en el corazón.
Dejaste una historia con tus fotos y relatos.
José Miguel Gómez. Editor de fotografía
de la agencia Reuters Albeiro Lopera Hoyos (1966-2015)

A
lbeiro Lopera Hoyos se hizo reportero gráfico tarde y dejó de ser- cuya compañía aprendería el oficio. Luego se convir- Valencia (¡Soy prensa!, Universo Centro, mayo de 2011);
lo muy pronto. Con pocos años en el oficio consiguió trabajar para tió en actor de cine, donde siempre hizo de bandido o después como fotógrafo de crónicas y reportajes.
una de las agencias de noticias más prestigiosas del mundo, y en de punkero. Tuvo papeles destacados en Alexandra Po- Esa capacidad suya de narrar, y de cautivar con
algo más de una década registró una de las épocas más violentas maluna, de Gloria Nancy Monsalve y en Apocalípsur, su oficio y su figura, lo llevó a ser protagonista de do-
de la historia de Medellín y de Antioquia. Se armaba con un cha- de Javier Mejía. A finales de la década del noventa dio cumentales y a que Forrest Hylton, un historiador
leco de la agencia Reuters, un carné de prensa internacional colgado al cuello, el gran salto a Reuters y se especializó en el cubrimien- estadounidense a quien Albeiro le sirvió de guía en Me-
un cinturón con varios lentes, y se aferraba a su cámara, el escudo que le per- to del conflicto armado. dellín, lo convirtiera en uno de los personajes de su pri-
mitió caminar entre escombros, muertos y disparos. En septiembre de 2007 La famosa frase de Robert Capa, legendario fotó- mera novela: Vanishing acts. A tragedy. Y con un guión
recibió un trasplante de hígado, después de haber sufrido de una enfermedad grafo de guerra húngaro, “si tus fotos no son lo sufi- del mismo Hylton, su amigo José Miguel Restrepo le
hepática desde su juventud, y el 17 de febrero pasado, a los 48 años, murió en cientemente buenas, es que no te has acercado lo dio un papel protagónico como fotógrafo en su pelícu-
su apartamento en el barrio Pilarica. suficiente”, puede aplicarse a la vida de El 9 como una la El Escapista. Hasta ese martes de febrero pasado, El 9
Antes de convertirse en fotógrafo, Albeiro, más conocido como 'El 9' por su figu- medida de la distancia que guardaba con sus fotogra- logró escapar a su destino terca y valientemente.
ra encorvada, fue un punkero emblemático salido del barrio Pérez de Bello, sobre- fías. Siempre estaba íntimamente cerca, como si fo- Aunque el reconocimiento a la importancia de su
viviente de la violencia de los años ochenta y de la delincuencia del narcotráfico. tografiando el conflicto estuviera documentando su trabajo como parte de nuestra memoria histórica le lle-
–Yo tenía dos opciones: ser sicario o ser punk –decía. propia vida. Una mirada salida de sus entrañas, reve- gó cuando por cuestiones de salud ya no podía ejercer
En los años noventa, en el Parque del Periodista, donde iba a tomar alco- lada con un hígado enfermo, y enmarcada por las cica- su oficio, su legado queda en buenas manos. Ahora sus
hol y se encontraba con sus amigos punkeros, El 9 encontró un ambiente que trices de su cabeza y de su corazón. fotos hacen parte de la colección del Museo Casa de la
lo acogió y lo estimuló para que se convirtiera en fotógrafo. Allí se enteró de En 2011 inició su colaboración con esta casa, Universo Memoria y la editorial Tragaluz prepara un libro sobre
la existencia de la Academia de Fotografía y Video ASFO, que quedaba a un Centro, primero como narrador de las muchas historias su vida y su trabajo que será presentado este año. Con
cuadra del parque sobre la carrera Girardot, y allá se fue a estudiar. John Ja- que le sucedían en tomas de pueblos, masacres y hosti- esta selección de sus fotografías le decimos que sigue
ramillo y Gloria 'La Mona' Uribe le abrieron las puertas del bar El Guanába- gamientos, como las escritas por Pascual Gaviria (Re- con nosotros. UC
no, donde conoció a una generación de jóvenes intelectuales y artistas en velando el rollo, Universo Centro, abril de 2011) y Sergio Alfonso Buitrago Londoño, marzo de 2015
Primeros pogos / Archivo personal El 9 en masacre de Samaná, San Carlos, Antioquia /
Foto Fredy Amariles

Barrio de Medellín/Reuters/Albeiro Lopera Paramilitares en Urabá/Reuters/Albeiro Lopera Levantamiento de cadáver, Comuna 13, Medellín/Reuters/Albeiro Lopera Con los suyos / Archivo personal

Paramilitares en las laderas de Medellín/Reuters/Albeiro Lopera IV Brigada de Medellín, 48 mil cartuchos incautados/Museo Casa de la Memoria/Albeiro Lopera Entrega de Elda Neyis Mosquera, alias “Karina”/Reuters/Albeiro Lopera El 9 en el hospital, punk hasta el fin / Foto Luca Zanetti
20 UC número 63 / marzo 2015 número 63 / marzo 2015 UC 21
CARTA
1959. Todo empieza con la visita a una señorita
convaleciente por los rezagos de una piedra en
la vesícula. Su amiga aparece con una palidez
envidiable. A un médico que andaba de visita le
preocupa una posible anemia. Y comienza la gira de ABIERTA
A LOS
exámenes, cultivos, diagnósticos de claustrofobia y
sospechas de enfermedades contagiosas que al fin
ahuyentaron a los galenos. Todo termina sin muerto.

GALENOS
L
amentaría que el lector tra-
tara de identificar cualquiera
El Dr. le dijo por el teléfono que era inútil
presentarse al consultorio sin llevar un por R O C Í O V É L E Z D E P I E D R A H Í T A Entre Nos. Rocío Vélez de Piedrahíta.
de los médicos, consultorios análisis de la sangre. Fuimos pues en Editorial Bedout, 1959.
o tratamientos de que trato a ayunas a un laboratorio y le sacaron a Valor del ejemplar $7.50
continuación. Aún cuando to- Rosita un cubito de sangre que a simple Fotografías tomadas de The Public Domain Review
das las anécdotas que relato están ba- vista nos pareció de muy buen color.
sadas en casos reales no corresponden Dos día después nos presentamos
en conjunto a ningún caso concreto y al consultorio. La sala crujía de gente —Pues mi señorita, su situación es con lo cual el aparato empezó a chirriar
la semejanza con los que el lector cono- aparentemente sana y descubrí no sin bastante fregada. Así superficialmente y se le prendían y apagaban lucecitas
ce, es mera coincidencia. Pero no está asombro que el Dr. daba citas desde la puedo decirle que tiene abundantes co- de colores. Yo me atreví a preguntar si
por demás que los discípulos de Hipó- ocho de la mañana y con intervalo de lonias de chiguelas, salmonelas, amibas, aquello no era peligroso; sin mirarme y
crates sepan cómo los vemos los pacien- un cuarto de hora, a pesar de que lle- y tricocéfalos. Me da la impresión de que en el tono más burlón dijo:
tes, cómo nos caen los remedios y qué gaba diariamente al consultorio a las Ud. no digiere las farináceas y nada bue- —Mi señorita, esta máquina es
opinamos los ignorantes sobre los pro- diez y tardaba lo menos media hora con no le digo sobre su páncreas... lo más perfecto que existe hoy en día.
digiosos adelantos de la medicina. cada cliente. —¿Mi qué?. Me llegó hace una semana y me costó
La pared de la sala de espera esta- —El páncreas normalmente ata- 30.000.oo pesos.
Al Honorable Cuerpo Médico ba cubierta de diplomas enormes en ca las amibasas, al pasar estas substan- No pude menos de pensar con cuán-
de Medellín en el día de su los cuales un sinfín de universidades cias por ahí; el suyo no: las deja pasar. to tendría que colaborar Rosita para
primera sesión en nombre de la república de Colombia Yo voy a hacerle un tratamiento con- acabar de pagar el aparato. Rosita, que
y de otros países latinoamericanos ase- junto del estómago y el páncreas para ya estaba descontrolada, no oyó la ex-
Muy apreciados señores: Mi ami- guraba que el Dr. podía curar a mi ami- que le resulte menos largo y moles- plicación y siguió temblando de miedo.
ga Rosita está agonizando. Me dirijo a ga. Después de dos horas de espera nos to. Eso sí, me gustaría que antes fuera La máquina empezó de pronto a arrojar
Uds. con el mayor respeto para expo- recibió. Él sentía mucho tener que de- donde el Dr. Noch para un chequeo del un papel lleno de rayitas en las cuales
nerles su caso, y si por desgracia es de- cirnos lo que nos iba a decir, pero era corazón. Yo soy muy cuidadoso con el leía el médico la terrible tensión en se
masiado tarde para salvarla, les suplico mejor enfrentarse a la verdad: un ser corazón y no me gusta correr riesgos. encontraba la infeliz. Con voz despre-
se sirvan tomar las medidas necesarias normal posee 5 millones de glóbulos Ud. sabe que las drogas que matan los ciativa y ademán protector dijo por fin:
para que no vuelva a repetirse tan la- rojos por milímetro cúbico y Rosita so- parásitos son muy eficaces, pero algu- —Propiamente no tiene Ud. ningu-
mentable historia. lamente tenía 2 millones. Tenía la he- nas veces el corazón nos las resiste. Voy na enfermedad, su caso no merece in-
Durante treinta años había gozado moglobina bajita. La hemoglobina es a llamar ya mismo al doctor para que terés y puede hacerse el tratamiento
Rosita de una salud admirable e ignoraba (digámoslo de alguna manera) la tintu- la reciba inmediatamente. Mientras él del Dr. Barriga. Sin embargo creo de mi
totalmente las relaciones que existen ra del glóbulo rojo; tenerla bajita indica- da su diagnóstico, vaya empezando a obligación decirle que su pulsación no
entre los médicos, las drogas, el pre- ba que los glóbulos de Rosita ni siquiera tomarse estas pildoritas de terramici- es normal (claro que no), me parece su
supuesto y el cuerpo humano. Sus co- tenían color. La anemia de Rosita era na. Probablemente los primeros días se metabolismo alto y su presión bajita. Yo
nocimientos y los míos sobre ese caso perniciosa, la peor de todas, y en gra- va a sentir un poco mareada pero no se no me ocupo de estos casos de segundo
particular pueden resumirse así: do tan agudo que el Dr. solamente por preocupe que es normal. Más adelante orden, pero le aconsejaría que se toma- tratamiento. Le recomendó sobre todo colía; a uno que llevaba la mano en la
El cuerpo se compone de dos bra- no alarmarnos no la comparaba con una puede que le den escalofríos y un desa- ra estas cositas que voy a prescribirle, mucha calma y que no se alarmara por cintura, parásitos… A la lavapisos le re-
zos, dos piernas, un tronco y una cabe- leucemia pero… Además tenía la coles- liento terrible. No vacile en acostarse y que no monte en avión, que suba muy los resultados del encefalograma: cual- cetamos terramicina y al niño de la por-
za. Las dos últimas partes están llenas terina alta. No entendí bien la larga y sobre todo no se preocupe. lentamente las escalas y que procure no quier cosita que ella tuviera en el cere- tera que tenía un encono le regalamos
de piezas raras y muy delicadas. detallada explicación que sobre la coles- El Dr. Noch tenía en la puerta un le- quedar embarazada durante los próxi- bro, ahí estaba él para curarla. 400.000 unidades de penicilina. En-
Los órganos se dividen en pares y terina y sus mágicas funciones nos dio trero que decía: “Entre sin tocar”, tal mos dos años. Los médicos iniciaron entusiasma- tonces empezó a flaquearnos el bolsi-
nones: si la enfermedad ataca uno de el Dr., pero saqué la conclusión de que vez para que no molestaran a la señori- Escribió unos garabatos, dejó el pa- dos sus tratamientos conjuntos. Para llo. Los doctores recetaban sin saber qué
los órganos pares, extraen o apuntan tenerla alta dificulta la circulación de la ta que estaba haciendo crochet. Me des- pel junto a mí y salió. Entonces Rosita subir la hemoglobina, gotas antes de al- precio tenían las drogas y sin el menor
la pieza dañada y la reponen con un vi- sangre, o mejor dicho predispone la per- concertó ver las paredes decoradas con se puso a llorar a los gritos. El doctor re- muerzo y comida. Para bajar la coleste- interés en que a Rosita le resultara ma-
drio, madera, platino, caucho, tripa de sona a la arterioesclerosis. Empecé para tres óleos tan absolutamente obscenos y gresó, la miro con curiosidad y le dijo: rina, píldoras después del desayuno y el yor o menor el costo del tratamiento. Al
gato, etc., etc. Si el órgano afectado es mis adentros a preguntarme ¿qué sería tendenciosos que por un momento creí —Tenga la bondad de seguirme. “algo”. Para el páncreas, inyecciones in- mes de iniciado este, había adelgaza-
de los nones, la persona debe empezar ese líquido rojo obscuro que le había sa- que nos habíamos equivocado de puer- Tenía un socio psicoanalista que terdiarias; para digerir las farináceas, do ocho kilos, le daban vértigos, palpi-
a preparar su alma para salir de este va- cado a Rosita en el laboratorio? porque ta. La señorita me aseguró que ese era trabajaba en el mismo local. Nos intro- cápsulas entre comidas. Para subir la taciones y lloraderas. Periódicamente le
lle de lágrimas. al parecer, sangre no era. el consultorio de Noch y que ella era la dujo y le dijo en voz baja a su compañe- presión una cucharada cada 6 horas du- ordenaban nuevos exámenes para ver si
El conjunto lo sostienen los hue- —Como el tratamiento es muy len- que preparaba para el radiocardiogra- ro: “Histerotraumatismo, claustrofobia, rante una semana sin interrumpir du- ya el organismo estaba respondiendo…
sos; el cerebro lo mueve, el alma le da to y delicado, quisiera hacerle una histo- ma. Dejó el tejido con un suspiro y des- alucinaciones, delirio de persecución, rante la noche. Para evitar cualquier Una noche al levantarse por terce-
la vida. La sangre no sé para qué sirve. ria completa para no correr el riesgo de pués de acostar a Rosita en una tarima, melancolía”. Nuestro asombro fue tal infección algo así como doscientos mil ra vez a sacar frasquitos de la nevera la
Estando así las cosas, nos fuimos un recetarle una droga inadecuada a su or- empezó a ponerle parchecitos húmedos que yo me quedé sin hablar y Rosita millones de unidades de penicilina in- agarró una gripa. El Dr. muy prudente-
día Rosita y yo a visitar a una amiga a ganismo. Veamos: ¿De qué murieron sus fuerte hay que preparar el organismo, pues de lo contrario la persona queda- en las piernas y en los brazos. Me asusté dejó de llorar. tramuscular. Otros en la nevera. Otros mente y temiendo una pneumonía lla-
quien le habían sacado una piedra de la abuelos? ¿Su nacimiento fue normal? ría paralizada o loca. No creo que su aparato digestivo esté en condiciones de un poco cuando la vi conectando alam- El Dr. Buenaventura estuvo muy en un lugar seco y tibio. Este debía agi- mó al especialista de los pulmones. Con
vesícula. Nuestra visita coincidió con la ¿Sabe Ud. si a su señora madre le pusieron recibir este medicamento y por eso quiero que la vea el Dr. Barriga, pero esté bres eléctricos a una cajita negra por amable. Trató a Rosita como a una niña tarse antes de usarse, aquel tenía gote- este médico se inició el periodo de curio-
de su médico, el Dr. Académico, hom- pentotal durante su nacimiento? ¿Algún Ud. tranquila que es muy amigo mío, gran especialista y en un momento le una punta y por la otra a los parcheci- de cinco años. Le preguntó con gran in- ro especial y otro había que protegerlo sidad de sus observadores: radiografías
bre muy pausado y gentil que no con- miembro de su familia padece de lepra pondrá al día su estómago. tos que tenía encima mi amiga. Pero mi terés y en la forma más concienzuda si de la luz. todas iguales, llenas de nubecitas que
cebía otro tema de conversación que o ataques epilépticos? ¿Toma Ud. limón? El Dr. Barriga (también por teléfono) le dijo a Rosita que era inútil presen- miedo se volvió terror cuando le dijo: prefería el color azul o el rojo. Si dor- Claro está empezamos a equivocar- puede ser un tumor canceroso o una me-
el de las enfermedades y que no recor- ¿Cuántos al día? ¿De qué tamaño?... tarse sin los análisis y cultivos del caso, con lo cual mi amiga tomó la primera —No se mueva porque eso hay veces mía mejor sobre el lado derecho o sobre nos. El de cada tres horas se pasó para dalla que olvidó quitarse. Este le sondea
daba haber visto, ni aún en los mejores Rosita empezó a malhumorarse y purga de una larga serie que debía seguir. que hace chispa. Además yo solamen- el izquierdo. Si recordaba haber pasado sobre las comidas. Una inyección in- el riñón, el otro la nariz, el de más allá el
museos europeos, nada más bello e in- siguió contestando sin saber qué decía Su consultorio era de tipo dramático: Había un cuadro enorme que repre- te hace ocho días que estoy aquí y no sé en su infancia una noche a la intempe- travenosa se la puse en la cadera, el re- esófago. Alguno le notó una nube en un
teresante que un tumor que había ex- a las preguntas más absurdas. Por fin, sentaba a la muerte jalando por los pies a una mujer que se agarraba deses- manejar bien el aparato. rie. Si su papá quería a su mamá; si sus medio del lugar seco fue a parar a la ojo y poco después no veía sin lentes.
tirpado hacía cuatro años. le recetó un jarabe para los bronquios, perada al cinturón del médico. Este, con un sol detrás de la cabeza, barba Dichas estas palabras nos dejó so- padres la querían a ella, si ella quería a nevera y un frasquito que tenía un cal- Uno le recomendó que tuviera sin
El Dr. Académico es especialista en una pomada para las piernas y unas in- imponente y además majestuoso, aparta con una mano a la muerte y con la las y encerradas. Rosita se puso a tem- sus padres y si la vista de un objeto pun- dito gris estalló porque lo rebullimos falta ninguna un niño y le aseguró que
anemias y observó inmediatamente yecciones intravenosas. Le dijo además otra sostiene a la mujer. No sé si los médicos poseedores de copias de esta dra- blar de miedo; se cubrió de un sudor tudo le producía ganas de llorar. A todo antes de tomárselo. Una cajita italiana con esto su organismo se renovaría por
la palidez de Rosita. Se la hizo notar a que fuera donde el Dr. Barriga, especia- mática ilustración habrán observado que la dama en cuestión (si se olvida frío y empezó por primera vez en su lo que Rosita contestaba, sonreía di- en que Rosita guardaba la camándula, completo; otro le sacó las cordales. Le
toda la concurrencia y acto seguido em- lista de la digestión. su trágico ademán) lejos de estar enferma o débil, parece la personificación vida a sentir las palpitaciones del co- ciendo: “claro, claro, muy natural, eso quedó destinada a cargar las píldoras quitaron la almohada, el baño frío y la
pezó a explicarnos detalladamente los Creyendo que la había confundido misma de la salud y la belleza. Debajo de este cuadro había un óleo pequeño razón. Yo no me atrevía a tocar nada y lo explica todo…” que tenía que tomarse en cine, en la pe- noche. Le suprimieron las pomadas de
síntomas, tratamientos y consecuencias con otra persona Rosita preguntó: que representaba a una mujer frente al espejo. El mérito del artista consiste me asomé a la puerta para ver si pasa- Por último dio el diagnóstico; Ro- luquería, en misa, etc., etc. belleza, el huevo, el pescado, los maris-
de aquella enfermedad. No aseguró que —Doctor ¿y la anemia? en que visto de lejos, el conjunto representa una horrible calavera. En la pa- ba alguno para pedir socorro. Cuando sita tenía una idea equivocada sobre la De repente la vida y las personas cos, las sopas y dulces de color verde.
si se descuidaba o se ignoraba podría —Precisamente mi señorita. Es- red de enfrente una copia de la operación de una mujer por Rembrant y en el ya habíamos perdido las esperanzas de relación que había entre ella y el cos- cambiaron totalmente para nosotros. Ya Yo le propuse que les echáramos acho-
traer males terribles y aún la muerte. toy preparando el organismo para que suelo dos escupideras loceadas. El conjunto cubierto de una espesa capa de que viniera alguien y yo creía que de un mos. Le dio explicaciones sobre la con- no nos interesaba en el prójimo sino de- te para que no se muriera de hambre
Cuando salimos de allí Rosita estaba lí- pueda resistir el tratamiento. Como la mugre de color grasoso, y en la puerta una cosa que parecía una mancha de momento a otro Rosita se iba a electro- figuración delicadísima del cerebro, ducir por su aspecto lo que tenía y si era pues ya le había prohibido las farináceas
vida y me dijo que se sentía un poco dé- medicina ha adelantado tanto, esta en- sangre. El dueño de este lúgubre lugar era un hombre jovial, alegre y conver- cutar, entró un doctor, gordo, viejo, im- sus increíbles reacciones, su exquisi- posible, recetarle. Por la calle nos íba- y las albúminas y resultó que casi todos
bil. De común acuerdo resolvimos hacer fermedad que antes demoraría meses sador, que empezó por ofrecernos tinto y cigarrillo; después de hablar media pecable y perfumado que sin mirarnos ta sensibilidad. Le recetó unos ejerci- mos analizando a los transeúntes: a los los alimentos son o lo uno o lo otro. Los
una cita con el Dr. para que le recetara en curarse, hoy se acaba en tres día me- hora sobre política, libros y películas sin tener en cuenta que en la sala de es- siquiera se sentó frente a la máquina y cios después de las comidas, y le ordenó pálidos, anemia; a los que corrían, an- síntomas eran contradictorios, los tra-
algún jarabe y evitar una enfermedad. diante esta droga, pero como es muy pera había diez personas, le dijo a Rosita: empezó a moverle tuercas y botoncitos, un encefalograma para poder iniciar el gustia; a los niños que lloraban, melan- tamientos opuestos. Los médicos o se
22 UC número 63 / marzo 2015 número 63 / marzo 2015 UC 23

Mamá, ¡soy
despreciaban, o se detestaban o se aman- ¿Por qué exigirle eso a un organismo

Crónica
gualaban. Cuando nos empezaron a pasar más perfecto y más complejo?
las cuentas los especialitas y los laborato- 3- Por último y más importante,

verde
marihuanero,
rios, a Rosita se le bajó la presión a seis y descubrí que los médicos, con raras ex-
se le murieron todos los tricocéfalos. cepciones, no tienen en cuenta al hacer
Y entonces se fue acabando Rosita sus prescripciones el problema econó-
hasta que un buen día no pudo levantar- mico del paciente. Quisiera hacerles
se. Para colmo de males, un médico que notar que después del alquiler y los co-

pero no soy
la visitó, se lavó las manos tan especta- legios, la botica es el renglón que más
cularmente porque había tocado el telé- terriblemente altera los presupuestos
fono que se regó por Medellín la noticia familiares, aún en hogares en los cuales
de que la enfermedad de mi amiga era nadie está gravemente enfermo.
contagiosa y nadie volvió a visitarnos. Algunos de los médicos me han

criminal!
A través de mi larga peregrinación asegurado que la droga barata nos
con Rosita por los consultorios llegué a gusta y que el médico que no receta va-
las siguientes conclusiones: rias cosas deja descontento al pacien-
1- Muchos médicos creen ingenua- te. Esto no hace sino indicar que el
mente que su misión es luchar contra las problema tiene que ser atacado en for-
enfermedades y la muerte. A mí desde ma conjunta y permanente por todos
chiquita me contaron una escena que los médicos para que puedan obtener
hubo en el paraíso en la cual Dios Nues- resultados positivos.
tro Señor dejó muy en claro que nunca Imaginémonos lo que se abrazaría la
nos veríamos libres ni de las unas, ni vida, si los médicos recetaran únicamen-
de la otra. Esta aclaración que ya nadie te los remedios que son indispensables y
pone en duda, reduce la labor del médi- que no pueden ser remplazados con nin-
co a amortiguar los sufrimientos inevi- gún alimento. Según las demostraciones
tables y hacer menos cruel una muerte
que es segura.
de resistencia que dio Ghandi alimen-
tándose exclusivamente con limones por
por G U S T AV O C A R V A J A L
Es asombroso que en el momento en largos períodos, cabe suponer que cual-
el cual más se ponderan los adelantos quier limón seco posee más vitaminas
revolucionarios de la psicología algu- que un costoso tubo de píldoras. Ilustración: Hernán Franco Higuita
nos médicos la emplean cada vez me- Como muchos son los médicos a
nos: el diagnóstico se da con frialdad e quienes he oído preocuparse con estos
indiferencia cuando no con crueldad, problemas, les quedaríamos todos muy
sin tener en cuenta la sensibilidad del agradecidos si en las reuniones que ini-
paciente, su edad o su estado. cian hoy pudieran dedicarles algunas
2- Los médicos creen que toda per- horas. Y yo, personalmente al médico
sona que permanentemente no está en que quiera venir a ver a mi amiga Ro-
perfectas condiciones, está enferma y sita porque la veo muy mal y puede que
debe ser tratada. Nadie pretendería en- aún sea tiempo de devolverle su anti-
contrar un árbol sin una sola hoja seca, gua palidez que le valía no pocos admi-
una corteza suelta o una flor marchita. radores y con la cual vivía muy a gusto. UC

E
n su luminoso ensayo titula- la bendita e inofensiva planta sino en Aquellos que se obcecan en afirmar que del sistema que tanto adoráis! Así como
do Self Reliance (Confianza en condenarla. Pero eso sí, el pecado mor- la marihuana afecta mortalmente la sa- tampoco la “proliferación” de los ho-
sí mismo), Ralph Waldo Emer- tal está en prohibirla. lud, o que incita al crimen y la pobreza, mosexuales va a disminuir la población
son tiene una frase sencilla y Madre, no sé si sabes que a Giorda- son como esos filisteos que luego de mi- mundial o destruir la familia: hijos bas-
maravillosa que me resuena no Bruno lo quemaron por afirmar que rar a través del telescopio de Galileo aún tardos y aburridos matrimonios existi-
con fuerza en la conciencia desde que la el espacio era millones de veces más se atrevían a decir que los cráteres que rán hasta el fin de los tiempos. De igual
leí, sobre todo cuando me cruzo con uno grande de lo que pensaban los escolásti- veían estaban pintados en el telescopio y modo el deseo por la marihuana sigue
de los grandes y frecuentes dilemas de la cos, y que cada estrella en el firmamen- no en la Luna. Mamá, tu no me educaste siendo el mismo a pesar de que las re-
moral. Dice el sabio: “Es más lindo decir to era un sol como el nuestro alrededor para filisteo y me enseñaste que el dog- presalias y los castigos aumenten, el
la verdad que fingir el amor”. del cual giraban planetas como el nues- matismo era enemigo de la tolerancia. progreso no se detiene. Y maricas habrá
Espoleado por la inspiración de tro. El único parecido entre Bruno y yo, ¿Cómo puede ser mala la marihuana si mientras haya hombres.
Emerson pero también inspirado por claro está, es que ninguno de los dos tie- excita la imaginación y propicia una fe- A la luz de estos pensamientos y la
una marihuana hidropónica fantásti- ne los elementos para probar científi- liz molicie llena de buen humor y amor inspiración cannábica digo a quien pue-
ca, hoy me siento capaz de exclamar camente su hipótesis, solo la intuición. por las palabras y la música? da escucharme: es hora de corromper-
con convicción y a todo pulmón una fra- Esto para decirte que no son argumen- Debemos dejar de promover el cuen- nos por nuestro propio bien y por el bien
se que hasta ahora me había producido tos científicos los que vengo a esgrimir to de que la marihuana es adictiva, por- de las libertades fundamentales. Porque
escalofríos: “Mamá, ¡soy marihuanero, sino filosóficos; y para exhortar a otros que en todo caso si lo es, no puede serlo mamá créeme que son muchos los ma-
pero no soy criminal!”. ¿Y por qué con- que tengan la misma intuición que yo a más que el alcohol, el tabaco o la comi- rihuaneros vergonzantes que anhelan,
fesártelo ahora después de quince años? salir del clóset. da. Tengo amigos que fuman bareta y como yo, liberarse de los insensatos pre-
Porque es más lindo decir la verdad que Mira, es que si hoy en día no podemos otros que no. Entre los que fuman hay juicios. Así como hace rato es hora de per-
fingir el amor. Y porque no es justo que menos que aplaudir a los valientes homo- algunos más proclives a la adicción que mitir que los homosexuales contraigan
una persona honrada viva en el clóset. sexuales que luchan contra la discrimina- otros. Algunos no pueden vivir sin ella matrimonio si así lo quieren, es imperio-
Desde ya mi conciencia me anun- ción y que so pena de múltiples ultrajes y a otros no les interesa un comino si la so aceptar públicamente la marihuana
cia que este arrebato me costará caro y expresan su verdadera sexualidad con tienen o no, igual que con el alcohol o el como medicina y como divertimento.
que la culpa reptará por mis huesos du- orgullo, también estamos obligados a café. Así será que las generaciones del El primer paso, el ineludible, es salir
rante muchas semanas, pero es necesa- reconocer que existe una prisión tan so- futuro se referirán a la marihuana como del clóset. Hay que llamar a la madre
rio aclarar nuestras cuentas. Y así como focante e infame como aquella: la del ma- hoy nos referimos a la cebolla, algunos que uno adora y confesarle este amor
te amo mamá adorada, también amo la rihuanero obligado a sentir vergüenza y a no se la tragan, y otros no pueden conce- prohibido que arde en el corazón de su
benévola planta del cannabis. Un amor pedir perdón por un hábito tan saludable, bir un almuerzo sin ella. hijo predilecto. No hay de otra. Entiendo
como el que siente un poeta por un río, inofensivo y deleitoso como la masturba- Claro está, dirán algunos, lo que ocu- que tantas décadas de vejación y pesa-
una montaña, un turpial. ción mutua o la sodomía consentida. Dios rre con el aficionado a la marihuana es dumbre, tantos epítetos denigrantes,
Quiero reiterar además que escri- mío pero ¿cuándo entenderán las perso- que se distrae de las preocupaciones del tantos encuentros en callejones oscuros
bo estas líneas bien trabado, como de- nas que fumarse un porro no es más pe- trabajo, se dedica a incubar sueños artís- con otros marihuaneros, calan hondo
cimos en Colombia, con una deliciosa ligroso que tomarse un tinto? Porque ticos, y se queda dormido los domingos en la conciencia. Pero también sé que
marihuana hidropónica. Esto lo digo amigos, madre, lector; si es verdad que en lugar de ir a misa y, por lo tanto, se no existe placer más grande que des-
para que juzgue quien lea si los efec- es más bello decir la verdad que fingir el convierte en un lastre para la sociedad, ahogarse. Porque ¿no sería lindo poder
tos estupefacientes de la susodicha amor, es necesario admitir públicamen- en un subversivo y un impío, un mal hijo decir, al menos una vez en la vida, des-
yerba han entorpecido mis facultades te lo que todos sabemos en el corazón: la y una desilusión para el corazón mater- pués del almuerzo y sin rubor: “con su
lógicas o me han nublado el enten- marihuana es una planta noble, benéfica no. ¡Pero estense tranquilos hombres de permiso me retiro al patio a fumar un
dimiento. Pues nunca me he sentido y amiga de la humanidad. pro y prohombres del mundo; madres porrito antes de la siesta”? ¿No es una
tan lúcido como cuando digo: la ver- Basta de hipocresías. Basta de con- consternadas de la tierra; no es la mari- frase llena de música?, ¿no te escuchas
dadera ignominia no está en fumar fundir las causas con las consecuencias. huana quien va a socavar los cimientos cantando esa melodía tú también? UC
24 UC número 63 / marzo 2015 número 63 / marzo 2015 UC 25

E
sperando, un poco aburridos

Refutación
junto con los perros a la sa-
lida de la carnicería. Ellos,
velando el guargüero, los
huesos que aún quedan man-

y promesas
chados de sangre; Pablo y yo, atentos a
que don Miguel salga para el otro nego-
cio que tiene más arriba.
Este señor tiene la carnicería más co-
nocida de la zona y su fama llega a mu-
chos lugares, aunque no sé si de un

del mango
carnicero se puede decir que es famoso,
así como los políticos platudos que uno
ve en la tele. En todo caso las señoras de
por mi casa dicen que al lugar llega gen-
te de Aranjuez, del Centro y de Campo
Valdés para surtir sus negocios, hasta de
San Javier, me dijo alguna vez la abuela.
A los perros les falta poco. La ansie-
dad que nos acompaña desde las siete
de la mañana se nos siente más a noso-
tros. Yo los veo ahí, con su mirada de pe-
por C A R L O S S Á N C H E Z O C A MP O rros, aplastados en el piso, viendo, quizá
en blanco y negro, el piso húmedo y los
pies de la gente metidos en chanclas y
zapatos rotos. Hoy martes no hay mucha
Fotografía: Juan Fernando Ospina
gente, pero los domingos a esta hora


ya hay una fila que llega hasta la cafetería
Lo más triste que tienen los pueblos son los usos y costumbres”. Grafi- ya quieren repetirla; pero en Asunción están mostrando métodos más convin- donde Pablo y yo estamos sentados y
ti leído en La Paz, Bolivia, año 2012. La Paz es la capital suramerica- la tradición aun no enseña que el man- centes y profundos que una ley. siempre está retirada.
na donde las culturas ancestrales tienen más presencia y vitalidad. Si go no es veneno. En Colombia son muy pocos los que Yo no sé este lugar quién lo hizo. Es
solo vas a estar cinco minutos allí, sería muy extraño que no encontra- El mango, que es inocente y muy no han disfrutado un mango verde de- como una calle muy amplia del tamaño
ras una cholita, muy digna y ataviada a la usanza de sus ancestros: an- convencido de sí, solo produce esa vic- bidamente cortado y adobado con sal y de una cancha de microfútbol, pegadi-
cha pollera, sombrerito bombín apenas puesto sobre la cabeza* y aguayo a la toria sabrosa y amigable de la natu- a veces sofisticado con pimienta, limón ta de la avenida principal, que conec-

Santa Cruz
espalda. Puede ser que busque un feto de llama para hacer pagamento a sus raleza. Todo el año trabaja en eso y la y hasta con goticas de vinagre o aceite ta a Santa Cruz con el Popular Uno en
cultivos o voladores para espantar las nubes y el granizo. regala en diciembre. En Asunción, de oliva. Recuerdo al vendedor de man- sus partes altas. En el extremo contra-
Ahora es enero de 2015, es verano en Paraguay y de camino por las calles como en todo el país, destinan el pri- gos en las puertas de escuelas, colegios rio hay dos callecitas pequeñas a cada
de Asunción veo algo que termina en aquella frase de usos y costumbres: mi- mero de agosto para celebrar los yuyos: y universidades, en paraderos de auto- lado, por donde uno va a dar a Villa del
les y miles de mangos amarillos, rosa, rojo suculento están ofrecidos en los hierbas aromáticas y medicinales, que buses, teatros, estadios, circos, iglesias. Socorro, y van a los lados porque a todo

terminal
miles de árboles de este fruto que hay en la ciudad. Nadie trepa un árbol para comúnmente llaman remedios. De le- Lo recuerdo tanto como un asunceno el frente hay dos graneros que atienden
agarrar uno, ellos mismos están soltándose, tirándose, bajando de las ramas jos, los paraguayos merecen el primer puede recordar al yuyero. Y sucede que unos manes con cara de marranos, y
para que la gente los coma de buena gana. Mangos que redimen en su dulzor premio como consumidores de estas así como este hace su dinero vendien- enseguida, la carnicería. O sea que esto
inimitable toda esa confusión de aire que depara la ciudad. Miles de mangos planticas. Paraguay todavía es lo que do ramitas, el manguero hace el suyo y no es cuadrado como una cancha sino
con todas sus potencias disponibles cayendo sobre techos y patios de casas lo que vio Germán Arciniegas en 1948: avanza a favor de sus responsabilidades que es como una mujer estrechita en la
y escuelas, sobre aceras y paraderos de autobuses, sobre carros y calles. En “una gran nación campesina, agrícola”. y alguno lo hará a favor de sus sueños. cintura y nalgona de ahí pa abajo.
cada mango, regalada, una suma de ingredientes y beneficios que la naturale- Para verificarlo basta ver sus puestos En Medellín, todo el año, la venta de Voy pensando en todo esto mientras por L U C K A S P ER R O
za consideró indispensables y que los hombres, por más sabiduría o mal genio en el tablero mundial del ramo: primer mangos es un importante factor de la le hago un nuevo mapa a Pablo para que
que alcancen, jamás podrán objetar. exportador mundial de azúcar orgáni- economía informal y ya tiene su puesto me entienda como es que debemos salir.
Caminar por Asunción en el momento de esta celebración manguífera, ca, segundo exportador de mandioca en la historia económica de la ciudad. Él lo mira intrigado, jugando al experto. Fotografías: Juan Fernando Ospina
que sucede entre diciembre y enero, y ver en las calles el resultado de ese (yuca) y stevia, tercer exportador de No es raro que de allí vinieran has- —Por detrás es más fácil que nos co-
ofrecimiento, me devolvió a aquel grafiti pero libre de la polémica inmedia- yerba mate, cuarto de soja, carbón ve- ta Areguá, invitados por la municipa- jan güevón, y a la hora que queremos
ta a que parece estar destinado y, en cambio, nítido y razonable, pues resul- getal y almidón de mandioca. En 2013 lidad, unos “especialistas” paisas para hacer la vuelta hay mucha gente mer-
ta que en Asunción no se acostumbra, no es bueno ni recomendable, comer el mayor periódico de aquí, ABC Co- que maduraran el sabor verde del man- cando —me dice, señalando el cuerpo
mango, así que la carga de mangos se pudre delante de todos. Es cierto, aun- lor, publicó: “Paraguay, el país peor ali- go ante la población. Lo hicieron y de de la mujer que dibujé; yo le hago un
que “raro”, que algún asunceno se coma un mango. Pero esta crónica trata lo mentado de Suramérica”. En la Guerra paso les dejaron un tabú, pues cada tra- corazoncito por donde va la chimba y
raro de que no se los coman. Es cierto que en Areguá, a treinta kilómetros de Grande mitigaron el hambre comiendo dición tiene derecho al suyo y en Are- este man se emputa.
Asunción y atiborrada de mangos, ya empezaron una revolución gastronó- naranjas agrias y es seguro que enton- guá obran con la fe puesta en que están —¡Dejá de güevoniar marica! ¿Qué
mica y que esa revolución “está madurando”: en Pozo Colorado y Villa Hayes ces gustaron del mango; y así, muchas sembrando una: comer mango. El tabú: hora es ya?
son las razones y vecindades que los el poder afrodisiaco del mango verde, La carnicería cierra temprano. A las
acercarían al también llamado rey de nadie sabe si arraigará el truco de tan diez de la mañana ya no hay nada de so- dos y media de mondongo y dos de cer- Y así es, cuando me toque pegar- —Esos animales son inteligentes,
las frutas; sin embargo, no acostum- gastado que está. lomo, lo único que queda colgado de los do, y que rápido que es pal almuerzo, y le ese pepazo en la cabeza y cuando ¿si o qué? Ya saben que si ese man lle-
bran comerlo ni darle industria y por En muchas partes con la palabra ganchos es el tocino más grasoso y me- entonces él se las da y el Pablo se va de lo vea chorreando sangre y moverse ga hasta la caneca... perdieron —sigue
tanto, este verano toneladas de mangos mango se puede decir dinero. No es po- nos carnudo, patas secas, mosquitos, y espaldas hasta el marco de la puerta, y en el piso como un cerdo que se estre- Pablo que parece que no solo me habla-
amarillos, rosa, rojo suculento ruedan sible explicar tan mala relación con la un toque de mañana que parece que fue- llego yo y le digo que si compró la libra ga la espalda en el chiquero, y así con ra a mí y agita el dedo índice contra su
por las aceras hasta las alcantarillas, excelsa fruta que prefirió Buda y que ra la tarde, como esa hora en la que el re- de copete que le había dicho mi mamá y ese bozo de morsa todo rojo y los labios cuello. Yo por dentro solo hago fuerza,
son aplastados por los carros, patea- tanto se aprecia en el resto del mundo. loj no se mueve. Adentro eso parece una ¡tan! Nos devolvemos los dos a lo Padri- morados y la piel del color del hueso pi- como en los últimos minutos de lo que
dos por la gente, disparados como pie- ¿Será por tanta naranja que hay aquí? tumba de indios de las que muestran en no, boleando rápido y solemnemente cado en la piedra y la barriga como ge- ya dije que parecíamos viendo.
dras. Montones de mangos al pie de los Un asunceno que lee periódicos recuer- la parabólica, o un banco de ahorros vo- bala. Y el carnicero ahí agachadito, es- latina... Cuando todo eso pase, yo me ¡Gol hijueputa!, digo duro para
árboles, arrumados en bolsas al lado de da que al menos dos intentos de indus- lado por guerrilleros a punta de pipetas cupiendo con sangre sus últimas pala- veré como un perro ladrando con la adentro, aunque es como si Pablo me
un poste de alumbrado, debajo de una trializarlo, siempre con destino a la de gas de esos que salen en el noticiero. bras o sus últimos números —porque lo lengua bien larga afuera, con una mo- hubiera escuchado porque emocionado
banca de plaza, perdidos sus beneficios exportación, han fracasado. ¡Uy sí!, huele a muerto y todo. El piso es que tiene es plata— y me le monto por risqueta como si fuera a vomitar pero, me da un golpe en la espalda.
y potencias tan inútil como inexplica- En Areguá saben que hacer comer de cemento y las baldosas de las pare- esa rejilla y los tubos de donde cuelga la al contrario, con mucha hambre; un Una de las bolsas se rompió y en el
blemente. Miles de mangos mezclados mango a los paraguayos es un cara a cara des y del mesón ya no son blancas sino sangre y cojo el hacha y los ganchos y... perro que justifica lo que hace porque descuido uno de los perros se fue de
con la basura y convertidos en basura. con la tradición. Nombran al menos tres amarillentas como si tuvieran hepatitis. —¡Ey ve!— me interrumpe el Pablo, para matar lo único que se necesitan dientes contra la otra. Esa bolsa al prin-
“Hasta un 40 por ciento de lo recolecta- viejos impedimentos: produce diarrea, Cuando no están las voces de las viejitas dañándome la película que ya me esta- son razones o estar empepado. A mí me cipio parecía como las operaciones que
do como residuo domiciliario son man- vómitos, hinchazón. Además, no se puede pidiendo rebaja, ni los gritos de las seño- ba haciendo en la cabeza—. Les llegó la gusta más la primera, yo no sé al Pablo. muestra esa gente en los buses pa pe-
gos”, Última Hora, enero de 2008. comer verde porque raja o quema la len- ras porque un niño se está metiendo en hora a esos chandosos. Yo busco razones en el perro porque es dir plata, pero luego ya todo era rojo y
El desconocimiento de sus benefi- gua. Si está maduro no puede mezclarse la fila, solo se escucha ese refrigerador Los perros lamen los pies de Marce- que a veces me da pesar de ese man el el Marcelo alzó las manos con putería. Y
cios pasa de los abuelos a los padres a con agua, leche o sal y ni siquiera se con- gigante que hay al fondo y eso le da como lo, el empleado, que lleva en sus manos carnicero y me pongo todo rosa y veo nosotros cagados de la risa sin disimular.
los hijos a los nietos hasta convertirse cibe arrimarlo a las comidas de mesa. En misterio a la vaina, hace frío y todo, aun- dos bolsas negras, dobles y grandes. Él a su hija como al mediodía, de unifor- En los quince días que llevamos de-
en miles y miles de hermosos y sabrosos tales condiciones el conocimiento del que no se sienta el aire. Y don Miguel so- es flaco pero con los músculos rayados me, con esas chimbitas de piernas, re- trás de don Miguel yo no sé cómo he-
mangos basura y más que eso, mangos mango se ha limitado a negarlo, que es lito, porque ya Marcelo y Beatriz, los que y tal. Desde que salió a la puerta de la cién bañada esperando en el control el mos hecho para que la gente no se
problema. Ver eso alarmó mi curiosidad, igual a negárselo. Pero hace dos años de- camellan con él, se han ido. Ahí queda carnicería, sus ojos bajo la gorra, ne- bus para ir a estudiar, y luego de negro, azare con tanto visaje. Pero miro para
me ocasionó un sentimiento que no sé cidieron aquilatar esa basura de cada ve- el man, afilando el cuchillo y preparan- gra ya de tanta sangre, habían marca- echándome en la cara su tristeza y de los lados y veo muchos manes pareci-
nombrar, digamos un desnivel de mira- rano y así surgió, tan cerca de Asunción, do la carne vieja que mañana va a ven- do a los perros, sabe que si empiezan a una, así seguido como en las telenove- dos a nosotros ahí sentados, con pura
da en el paisaje. En internet se encuen- el Festival del Mango que tiene por em- der como fresca, apretándola, como a las ladrar se van de pateada en la cara por- las, ella, la flaca, yéndome a buscar a la pinta de cargadores de papas.
tra que un paraguayo llamó “delito” a peño industrializarlo, vale decir, volver- nalgas de una puta, para que cuando las que a don Miguel no le gustan los re- morgue, todo gris, todo, como en una ¡Agh!, me cogió la pereza, ya estoy
ese desperdicio de recursos y ante la ca- lo mangos y de paso ampliar el horizonte viejitas la vean en el gancho y le metan gueros que hacen los perros cuando se carnicería. ¡Uy no! todo maltratado en esta silla plástica.
lidad masiva del hecho, propuso "La Ley gastronómico de los paraguayos, tallar un sus uñas largas y salga como un juguito, les dan esas bolsas. Don Miguel es bien Pablo se ríe mientras se toma la se- Cuándo será que nos estamos lamiendo
del Mango”. Impondría el consumo y el rasgo en su cultura, remover un cuerpo ellas solo sonrían y le digan deme tres li- con los pobres, los fines de semana la gunda gaseosa. nuestras bolsas, y estamos caminando
procesamiento de la fruta a los propieta- extraño de sus costumbres y tradiciones, bras pero quítemele ese gordo tan feo. gente llega con doscientos, trescientos —¡Mirá ese perro marica! Está por esa cuadra pa abajo, todos desbara-
rios de cada árbol. Por suerte en Areguá quitarle sentido al grafiti paceño. UC ¡Ah juemadre! Don Miguel ahí todo pesos y él les da buen “güeso” pal caldo, es que se lambe a ese man —me dice, tados de la llenura, buscando perras...
encarretado y el Pablo que llega como y hasta un toque de pezuña; pero con como si estuviéramos en la casa viendo Me digo de nuevo para adentro, miran-
cuando ha metido perico y se ha ido a los perros ni culo, yo creo que prefiere un partido de fútbol. do mi cuerpo, sobándome los brazos
* Este sombrero, que hace cien años completa el atuendo de una cholita, es resultado de montar cicla —o sea, como entre agita- mandar eso pa la comida de su casa que —Sisas —le respondo yo pasito, para simular una cobija, bostezando,
un accidente comercial. Para desembarazarse de un lote de ellos, un comerciante los vendió do y fresco... y gato— y le dice que le dé dejársela a estos animalitos. pensando todavía en la flaca. mostrándole los dientes al aire. UC
a las cholas con algún cuento de calle. Ellas lo hicieron un rasgo y un orgullo de su cultura.
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