Sunteți pe pagina 1din 6

Guía para la Elaboración de Mapas Conceptuales

Oswaldo Gamboa y Neila Díaz

Universidad de la Sabana

Facultad de Psicología

La Representación Visual del Conocimiento

Hay diversas estrategias de representación gráfica del conocimiento como los mapas
sinópticos, conceptuales y mentales o los diagramas de flujo y los de Ishikawa. En conjunto, estas
son herramientas gráficas orientadas a organizar y representar el conocimiento, pero varían en su
forma de construcción y sus objetivos (Lucid Software Inc 2020). Estas representaciones pueden
orientarse a conceptos o ideas vistos de una manera estática (p. ej., mapa sinóptico, conceptual y
mental), o a la descripción de procesos o relaciones causales más dinámicas, como es el caso del
diagrama de flujo y el de Ishikawa. En esta guía nos centraremos en los mapas conceptuales,
teniendo en cuenta que su utilización actual en diversos ámbitos como el de la psicología social
(Arellano and Santoyo 2009) y educativo .

Los mapas conceptuales y sinópticos incluyen conceptos y relaciones entre ellos con una
organización bien jerarquizada (Novak and Cañas 2015), de forma que requieren de un buen
conocimiento de un tema para construirlos adecuadamente, mientras que los mapas mentales
están más orientados a la representación de ideas propias, de forma que no enfatiza la
organización jerárquica de las ideas (Lucid Software Inc 2020).

Un aspecto interesante de las representaciones visuales del conocimiento es que están


directamente con la forma en la que aprendemos los seres humanos, pues se trata de un proceso
que implica una interacción de procesos psicológicos de diversos procesos de complejidad (Omrod
2016), que van de los reflejos innatos, a los hábitos y procesos simples de condicionamiento,
llegando hasta el aprendizaje espontáneo de conceptos y acciones e incluso más allá, al
aprendizaje de los conceptos implicados en la ciencia (Alexander, Schallert, and Reynolds 2009),
en los que la motivación es esencial, así como el carácter activo de búsqueda de conocimiento. De
acuerdo con Ausubel (Gutiérrez-Martínez 2005; Novak and Cañas 2015), se puede hacer una
distinción entre al menos dos tipos de aprendizaje en el ámbito pedagógico, el memorístico y el
significativo. Del primero puede darse como ejemplo el aprendizaje tradicional de las tablas de
multiplicar, que se basa en la repetición de contenidos objeto del aprendizaje, sin que
necesariamente se enfatice su relevancia, ni se considere necesario el involucramiento emocional
del aprendiz y sin que se requiera un conocimiento previo del tema. De otra parte, el aprendizaje
significativo supone que el aprendiz tiene un conocimiento previo relevante, el material a
aprender está claramente presentado y, además, hay una elección del aprendiz respecto a lo que
va a aprender, lo que implica un compromiso emocional de integrar el conocimiento nuevo con el
conocimiento previo. En este contexto, los mapas conceptuales se convierten en una herramienta
pedagógica ideal, porque implican que el aprendiz no es concebido como un actor pasivo que
simplemente debe adquirir el conocimiento que le es brindado, sino que además deben ser
creativos para la integración del conocimiento y les permite ver de que forma integran el nuevo
material con su conocimiento previo. Adicionalmente, el mapa conceptual permite que los
estudiantes (y los profesores) pueden identificar ideas de los estudiantes que no son válidas, así
como para identificar su conocimiento relevante.

Además del aspecto motivacional de los mapas, también es interesante considerar la


forma en la que funciona nuestra memoria. George Miller en la década de los 50s ya había
caracterizado nuestra capacidad de memoria de trabajo como limitada, encontrando que
podemos mantener de 5 a 9 unidades de información en un momento dado (Omrod 2016), sin
embargo, esta capacidad se puede ampliar a través de la combinación de diferentes piezas de
información en un proceso denominado chunking (Gutiérrez-Martínez 2005). Esto quiere decir
que, si la estrategia de aprendizaje implica solamente el repaso de la información en ausencia de
un ejercicio de síntesis y construcción de la información, nuestra memoria se verá limitada, así
como la integración de la información y su utilización posterior (Novak and Cañas 2015). La
información aprendida de memoria puede olvidarse rápidamente, puede ser más difícil y puede
conllevar a que la estructura de conocimiento previo del aprendiz no mejore de forma
significativa, haciendo persistentes los errores conceptuales y disminuyendo la oportunidad de
que este conocimiento nuevo se transfiera a situaciones novedosas.

En conclusión, una excelente estrategia para aprender grandes cuerpos de conocimientos


a través de una secuencia ordenada de iteraciones entre la memoria de trabajo y la de largo plazo
(Anderson et al., 1977; en Alexander et al., 2009), para lo que los mapas conceptuales son ideales
pues funcionarían como un andamio para ayudar a organizar el conocimiento y estructurarlo, aún
cuando este deba ser construido a partir de elementos que se vinculan entre sí, favoreciendo la
retención del conocimiento por largos periodos de tiempo y su utilización en nuevos contextos
(Novak and Cañas 2015).
¿Cómo construir un mapa conceptual?

La construcción de un mapa conceptual se da a través de una serie de pasos más bien


estructurados, sin embargo, antes de empezar es mejor concebirlo como un juego en el que el
objeto son los conceptos, buscando cuáles son los principales o secundarios y tratando de
establecer relaciones entre ellos, permitiéndose borrar, corregir o reemplazar sin miedo a
equivocarse, ubicando los conceptos más relacionados físicamente más cercanos entre sí y
haciendo flechas y líneas para explorar las relaciones y reflexionando sobre la organización y las
relaciones que está desarrollando (Arellano and Santoyo 2009). A partir de esto, se pueden tener
en cuenta los siguientes pasos (con base en Arellano & Santoyo, 2009 y Novak & Cañas, 2015):

1. Definir el contexto para desarrollar el mapa conceptual, o en otras palabras, delimitar un


ámbito de conocimiento específico para el desarrollo del mapa, por ejemplo, a través de la
selección de un segmento del texto, un experimento, una actividad de campo o un
ejemplo. Es importante que este contexto le brinde familiaridad con el tema que va a
desarrollar por lo que supone que se realizó la tarea de revisar materiales sobre el tema
que se quiere representar, como lecturas o videos; o conversar sobre el tema con
compañeros, profesores o monitores.
2. Seleccionar una pregunta o un objetivo que se va a desarrollar a través del mapa. Una
buena idea es platear una pregunta de enfoque que especifique o delimite bien la
pregunta que se va a responder. Al respecto, puede escribir una oración o un corto párrafo
de respuesta a la misma pregunta que le sirva de orientación.
3. Identificar los conceptos que se van a involucrar y hacer una lista de ellos, de unos 15 a
25 elementos pueden ser suficientes. La idea es que esta lista sea una lista organizada,
desde el concepto más general hasta el más específico. En este caso, el más general es el
que más adecuadamente abarca, incluye o comprende a todos los demás.
4. Revisar la lista y corregirla, agregando los conceptos que puedan ser relevantes o
eliminando aquellos que no tengan relación. A esta fase se le suele llamar el
estacionamiento, porque se trata de ir acomodando estos conceptos en el mapa una vez
hayamos definido su lugar jerárquico en la lista. La lista es muy importante porque le va a
dar una idea inicial del mapa con la que trabajará más cómodamente y con un plan.
5. Colocar los conceptos en el mapa. Para esto, primero se debe colocar el concepto, o los
principales conceptos en la parte superior del mapa, estos deben ser los más grandes o
comprensivos de todos. Una buena estrategia inicial es que se usen post-it o papelitos que
le permitan organizar y reorganizar la información. Además, esto permite un trabajo
cooperativo en el que un grupo puede interactuar y discutir sobre la construcción de un
solo mapa.
6. Seleccionar algunos conceptos secundarios que se derivan del principal o hacen parte de
él para colocarlos debajo. Repita este proceso con los conceptos de cada nivel
seleccionando conceptos subordinados.
7. Unir los conceptos mediante líneas definiendo la dirección de la relación entre ambos, sea
lineal, regresiva, recíproca, etc.
8. Buscar inter vínculos entre los conceptos, todos los que pueda encontrar y desarrollarlos.
9. Coloque las palabras de enlace entre los conceptos, que deben ser palabra o frases
extremadamente cortas. Ni para los conceptos, ni para las palabras de conexión se deben
incluir párrafos.
10. Finalmente, revise el mapa para verificar que no sean necesarias más correcciones.
En las figuras 1 y 2 se presentan ejemplos.

Figura 1. Mapa conceptual de la estructura del conocimiento significativo (Arellano & Santoyo,
2009; pág. 56).
¿Qué debe tener un buen mapa conceptual?
Clic para acceder
Tenga en cuenta los siguientes criterios para realizar su mapa: a la Rúbrica

1. Deben ser una buena representación del tema que se quiere exponer. Esto quiere decir que
conceptualmente el mapa debe corresponder al tema representado, debe demostrar una
comprensión del tema y de los conceptos implicados.

2. La organización de los conceptos debe mostrar una adecuada jerarquización, esto quiere
decir que conceptos más generales deben estar por encima de conceptos más específicos y
no al revés, en otras palabras, se debe mantener una subordinación adecuada entre los
conceptos.

3. Asegure que su mapa sea lo más completo posible, que represente lo mejor posible el tema
o la pregunta planteada, sin dejar por fuera conceptos o relaciones importantes para
cumplir el objetivo.

4. Las frases de conexión deben ser exactas en cuando a las relaciones lógicas que se quieren
expresar entre los conceptos incluidos. Por ejemplo, en la figura 2 es muy diferente afirmar
que Freud incluyó en Murray a afirmar que lo criticó. Una palabra o frase de conexión
equivocada o descuidada puede representar un error conceptual.

5. Finalmente, se recomienda que el mapa incluya al menos 4 niveles jerárquicos.

Figura 2. Mapa conceptual de las relaciones entre las teorías de personalidad desarrolladas en la
investigación de la motivación (Heckhausen & Heckhausen, 2008; pág. 42).
Herramientas para elaborar mapas conceptuales

Hay diversas herramientas disponibles para la realización de mapas conceptuales entre las
cuales se recomiendan las siguientes (dar clic en cada hiper vínculo para ir a la herramienta):

CmapTools: está disponible en Sabana Cloud y puede guiarse por el texto de Novak & Cañas
(2015) que tiene una buena descripción de su uso. Es uno de los recursos más utilizados y su
acceso es gratuito para los estudiantes.

Lucidchart: es una herramienta disponible en internet, de carácter gratuito para la población


académica realizando una solicitud. Es una herramienta de uso diverso, que permite hacer mapas
conceptuales, pero también mapas mentales, diagramas de flujo, etc. La página tiene buenos
recursos para la construcción de los modelos (Lucid Software Inc 2020).

El tablero: un tablero o una mesa son recursos muy adecuados para la construcción de un
mapa conceptual de forma grupal. El primero permite borrar y reconstruir la información
disponiendo de un área lo suficientemente grande, mientras que la mesa puede ser útil con
papeles o post-it para reorganizar los conceptos.

Power point, Word, etc: en estos programas también se pueden realizar mapas conceptuales
(incluso en Excel), no son tan flexibles para el proceso de corrección, pero pueden ser útiles para la
construcción del mapa en su versión final (no mejores que los mencionados arriba). Su uso
depende de usar un tamaño de hoja lo suficiente grande y una fuente pequeña, de forma que se
optimice el uso del espacio.

Referencias

Alexander, Patricia A., Diane L. Schallert, and Ralph E. Reynolds. 2009. “What Is Learning Anyway?
A Topographical Perspective Considered.” Educational Psychologist 44(3):176–92.
Arellano, José, and Margarita Santoyo. 2009. Investigar Con Mapas Conceptuales: Procesos
Metodológicos. Madrid: Narcea, S. A.
Gutiérrez-Martínez, F. 2005. Teorías Del Desarrollo Cognitivo. Madrid.
Heckhausen, Jutta, and Heinz Heckhausen. 2008. Motivation and Action Third Edition. Cham,
Switzerland: Springer International Publishing.
Lucid Software Inc. 2020. “Lucidchart: Software de Diagramación En Línea y Solución Visual.”
Retrieved June 25, 2020 (https://www.lucidchart.com/pages/es).
Novak, Joseph D., and Alberto J. Cañas. 2015. “La Teoría Subyacente a Los Mapas Conceptuales y a
Cómo Construirlos (/Docs/Theory-of-Concept-Maps).” Institute for Human and Machine
Cognition 26. Retrieved June 19, 2020
(http://cmap.ihmc.us/docs/theory-of-concept-maps-spanishwww.ihmc.us).
Omrod, Jane. 2016. Human Learning. 7th edition. Boston: Pearson Education.

S-ar putea să vă placă și