Sunteți pe pagina 1din 5

El sujeto, ¿acontecimiento de la experiencia analítica?

El sujeto, ¿acontecimiento de la experiencia analítica?


por Patricia Hanono

En el escrito “La ciencia y la verdad “Jacques Lacan sostiene que la estructura del
sujeto, la que da cuenta de su estado de hendija, de spaltung, es localizada por el
psicoanalista en su praxis.
Por otra parte, en ese mismo escrito, que coincide con la primera clase del
seminario XIII “El objeto del psicoanálisis”, sostiene que el sujeto con el que
operamos en el análisis es el sujeto de la ciencia.
Es a partir de estas dos afirmaciones que voy a abordar al sujeto de la experiencia
como acontecimiento.
En primer lugar, Lacan indica que el psicoanálisis es una praxis, y como tal (según lo
había definido el año anterior) es un tratamiento de lo real por lo simbólico. Como
praxis producirá un real.
Es en este sentido que entiendo la experiencia de un análisis, como praxis, en la
que por obra de un acontecimiento se podría producir un impasse en lo simbólico
que daría lugar, contingentemente, a una verdad y como consecuencia a un sujeto.
Es en esa praxis, y sólo en ella que se detecta al sujeto dividido, en el texto citado,
va a ubicar esa división entre saber y verdad.
Podría parecer paradójico, nos dice Lacan, decir que el sujeto sobre el que
operamos en psicoanálisis no sea otro que el sujeto de la ciencia.
¿Cuál es el alcance de esta aparente paradoja?
¿Por qué el sujeto sobre el que operamos en psicoanálisis es el mismo que el sujeto
moderno, inaugurado por el cogito cartesiano?
¿Sin el advenimiento del sujeto de la ciencia, hubiera sido posible el descubrimiento
freudiano del inconsciente?
A partir del surgimiento de la ciencia se funda un sujeto con cierto amarre en el ser,
tal atadura al ser es efímera. Ese sujeto es la “puerta estrecha” que brinda el acceso
a un ser puntual y evanescente .El sujeto del conocimiento en Descartes está
vaciado de toda representación, funciona como un operador matemático que puede
obtener un saber certero, que no se engaña por los sentidos. El Dios de Descartes
es creador de verdades eternas y poseedor de la verdad.

1
El sujeto, ¿acontecimiento de la experiencia analítica?

El saber sobre el mundo queda entonces del lado del ego. Desde este momento el
sujeto adquiere un saber matematizado, certero, pero queda excluido de la verdad
que es patrimonio de Dios.
Es Dios quien garantiza la verdad del saber del ego.
El ego, análogamente a una nota en música, es fugaz y evanescente, se sostiene al
pensar, al alinear ideas, huye en un camino hecho de sucesiones, un camino de
sucesión de las caídas… “retenidas, con mayor o menor éxito, por cada uno de sus
pasos. Ego paseante, que no se confunde con ninguno de estos altos transitorios,
sino que asegura su sucesión y por eso mismo, permite su trayectoria”.
El sujeto cartesiano no es más que el sujeto del verbo, un ente puramente
instrumental cuya realidad y duración coinciden con el instante de su enunciación,
sólo aparece por identificarse a su enunciación: “ego sum, ego existo; certum est”,
queda liberado de cualquier implicación sustancial.
Este nuevo modo de relación entre saber y verdad establece una ruptura con el
conocimiento anterior. Queda formulada, a partir de este momento inaugural de la
ciencia, la división del sujeto entre saber y verdad, división que no es genética sino
estructural y que recién bajo el advenimiento del cogito se explicita.
La spaltung que Lacan ubica como efecto de la experiencia analítica es efecto de
una operación sobre el significante. La estructura de la división es moebiana, de
modo tal que no hay saber sin verdad ni verdad sin saber.
Si Lacan ubica la división entre saber y verdad, y ambos están en banda de
moebius, ¿es posible seguir pensando en términos de aparato psíquico?
La concepción del inconsciente formulada por Lacan deja de ser euclidiana, no se
trata de profundidades ni de bolsa, se trata del inconsciente que se produce como
saber. Esa producción va al encuentro de una verdad del sujeto, que como efecto
puede generar una nueva producción de saber.
El psicoanálisis es heredero de la ciencia porque propicia una elucubración de saber
y opera sobre el sujeto que es efecto de la nueva subjetividad producida por la
ciencia moderna, un sujeto cuyo padecimiento es diferente.
Definido como representado por un significante ante otro significante, el sujeto del
psicoanálisis es un sujeto inmanente a la secuencia significante, puro efecto del
trabajo del inconsciente se ubica como ausencia en la cadena significante. El
psicoanálisis no opera sobre un sujeto sufriente que está ya allí para lograr algún

2
El sujeto, ¿acontecimiento de la experiencia analítica?

bien, es un sujeto que surge o es efecto de la articulación significante, un sujeto que


es siempre a advenir, no se sitúa en ninguna parte queda en fading.
Representado por un significante ante otro significante, en la trayectoria de la
imposible representación no sería sino un signo generador de la banda de Moebius
(generador de la relación entre saber y verdad) que Lacan llama ocho interior.
Si bien el psicoanálisis opera sobre el sujeto de la ciencia, opera sobre un sujeto
que está en exclusión interna de su objeto. La ciencia fracasará en el intento por
suturar esa falla, fracaso que es condición de su formalización y de su fecundidad.
¿Acaso el saber sobre el objeto del que el sujeto del psicoanálisis está excluido, el
objeto a, constituye la ciencia del psicoanálisis?
Si el psicoanálisis tiene lugar es a partir de la división del sujeto producida por el
significante, por el campo del Otro. Es en el seno de esa división y como resto que
se ubica el objeto a. En el punto de la falta dónde se produce el a y surge el efecto
sujeto, del cual la ciencia no quiere saber, allí despliega el psicoanálisis su campo,
ni dentro de la ciencia ni fuera de ella .No es pertinente pensar en la posibilidad de
construir un saber sobre el objeto a, ya que por estructura este queda excluido de
todo saber.
Es a partir de la producción de esta división y del objeto resultante de la misma que
la verdad podría captarse. Objeto a que debe ser producido en la experiencia, como
impasse en la simbolización, como límite de lo simbólico.
Si pensamos la experiencia analítica como praxis, ella debe producir un real objeto a
al cual el sujeto se debe identificar.
En el imperativo freudiano retomado por Lacan en este escrito “Wo is war soll ich
werden” no se trata de aspirar a ninguna unidad, no se trata de que el yo desaloje
al ello reduciéndolo, haciendo del yo un ideal de completud, más bien se trata de
contornear los bordes de la abertura constitutiva. Entendemos al imperativo
freudiano como imperativo ético que implica ubicar la causa como falla del ser, el
imperativo ético freudiano implica la posibilidad de que advenga el sujeto al lugar de
la falla.
La fórmula del sujeto barrado de Lacan intenta desplazar la reificación que se hizo
de la noción freudiana de inconsciente. Alude a un “…sujeto (que)se experimenta
sin nunca por eso poderse aprehender”

3
El sujeto, ¿acontecimiento de la experiencia analítica?

¿Qué alcance tiene este sujeto inaprehensible? ¿Cómo es que un sujeto podría
experimentarse?
La oscuridad de este sujeto queda ubicada entre lo decible y lo no decible, entre lo
posible y lo imposible de decir, entre una posibilidad de decir y su tener lugar. El
tener lugar de esa posibilidad es lo que puede leerse en el sintagma “acontecimiento
del decir” acuñado por Lacan en el seminario XXI. Allí define al amor como no otra
cosa que un decir que constituye acontecimiento.
El término acontecimiento viene de contingit, puede ser entendido como el darse de
una cesura entre el poder ser y poder no ser. El acontecimiento implica a un sujeto
hablante que da cuenta de una imposibilidad en la posibilidad de hablar. Es solo en
la experiencia analítica que se produce ese imposible como impasse en lo simbólico
y a la vez como posibilidad de nombrarlo, de allí emerge un sujeto y una verdad.
Si tal como Badiou plantea hay “acontecimiento Pablo “, es porque provee de una
nueva disposición subjetiva, la del apóstol que se diferencia de la del sabio
(propuesta por los griegos) y de la del profeta (propuesta por los judíos).
Este acontecimiento produce algo inaprensible y diferente, que surge como vacío,
como impasse de lo simbólico instituido. Pablo provee de una “singularidad
universal”, un uno para todos que procede del acontecimiento.
En una experiencia del psicoanálisis definida como praxis, la irrupción de lo real
podría también anunciar un porvenir en la posibilidad de nombrar aquello que surge
como innombrable.
La verdad en psicoanálisis es solidaria del tiempo en que se nombra, en el que se
inventa un nuevo nombre para el sujeto.
Aquello que no se puede discernir sòlo puede ser ubicado a partir de que es
nombrado..Lo indiscernible tiene la propiedad de lo indecible, como enunciado que
no se puede demostrar ni negar a partir de los axiomas, esto es lo que caracteriza al
acontecimiento.
La conceptualización del acontecimiento en dos tiempos (el momento de impasse
en lo simbólico y la posibilidad de nombrar) remite a la idea de experiencia
acuñada por Walter Benjamin, quien propone para pensarla dos instancias, la
Erlebnis (vivencia) y la Erfahrung (posibilidad de nombrar lo vivido). Benjamin alude
a las experiencias traumáticas acaecidas durante la segunda guerra mundial como
el encuentro con lo otro innombrable. Introduce la cuestión de la “pobreza de la

4
El sujeto, ¿acontecimiento de la experiencia analítica?

experiencia”, no como el añorar de nuevas experiencias sino como la imposibilidad


de que estas vivencias traumáticas puedan ser relatadas.
En el dispositivo analítico, lo traumático adquiere una doble vertiente. Está ligado a
la repetición y a la pulsión de muerte, pero también a la invención contingente para
cada sujeto singular.
.
Un psicoanálisis entendido como experiencia de amor y de palabras, ¿provee al
sujeto por medio del lenguaje la redención de la experiencia o allí en el mismo acto
de nominación tropieza con la falla constitutiva del hablante?
El movimiento del análisis, desde la producción de un vacío en el saber a la
nominación del mismo, ¿remite a la consistencia del sujeto y del Otro o a su
inconsistencia?
¿Podríamos entender al sujeto experienciable del psicoanálisis como aquel que
hace una singular experiencia de la imposibilidad?

S-ar putea să vă placă și