Sunteți pe pagina 1din 49

Jesús

ESTABLECIDOS EN LA MARAVILLOSA GRACIA DE DIOS


Kenneth Solá Jordán

Jesús
Kenneth Solá Jordán

Ediciones Jordán
www.edicionesjordan.com
Grupo Egarbook
Primera edición: Septiembre 2015

©Todos los derechos de edición reservados. Grupo Egarbook– Ediciones


Jordán www.edicionesjordan.com

Colección: Gracia.
Maquetación: ©Miguel Ángel Segura Imagen de portada: Fotolia.
Diseño de cubierta: ©Juan Jordano

Impreso: Service Point


ISBN: 978-84-944327-3-6
DEPÓSITO LEGAL: B 21916-2015
Todos los derechos de este libro están reservados, no se puede reproducir de forma parcial ni total en ningún formato sin la autorización expresa y por escrito del autor o editor. Esta publicación
está sujeta a los términos legales correspondientes. Para solventar cualquier duda póngase en contacto con el editor.

IMPRESO EN ESPAÑA

Agradecimientos
Sin ninguna duda, te quiero dar las gracias a Ti, mi Dios Bueno. Gracias por
permitir que este sueño se haga realidad. Gracias por “malcriarme”, Tú ya me
entiendes. Gracias porque en tu bondad, me sigues revelando a Jesús, y me
sigues ayudando a permanecer en Tu maravillosa gracia. Como dice la
canción: “Indudablemente Tú estás en esto.” Todo te lo debo a Ti.

Gracias Keyla, mi amada esposa, mi apoyo incondicional, sabes que eres


importantísima para mi vida, que Dios nos unió con un propósito, y que
vamos hacia ello contra viento y marea. Gracias por tu tiempo, palabras,
esfuerzos, por todo. Gracias por amarme y por estar a mi lado siempre, a
pesar de conocerme mejor que nadie. Te amo. Y a nuestro príncipe y a
nuestra princesa, que son ese regalo de Dios.

Gracias a la amada Iglesia Cambiando Tu Destino Terrassa, por sus


oraciones, y por su apoyo. Porque juntos vamos avanzando hacia lo que Dios
diseñó para nosotros. Les amo a todos y son muy especiales.

Gracias a Egarbook, y en especial a mi amigo Juan Jordano por ser parte de


este sueño hecho realidad. Gracias por tu tiempo, valioso tiempo y consejos
que tanto me han ayudado para llegar hasta aquí con este libro.

Gracias al pastor Matías Romo, de la Iglesia Cambiando Tu Destino


Barcelona, primero por tu amistad, porque siempre es un placer y privilegio
compartir tiempo contigo para hablar de la maravillosa gracia de Dios,
siempre con un buen café, eso sí. Y también por escribir el prólogo de este
libro. Quién sabe, algún día puede ser al revés.

Gracias a los pastores Mark y Janet Brazee y a Hayne y Heather Schurz por
su fidelidad al llamado de Dios, y por ser ese ejemplo y esa referencia para
nosotros. Muchas gracias porque en medio de los tiempos más difíciles para
nosotros, siempre han estado ahí, sin pedir nada a cambio y mostrando un
verdadero amor incondicional. Gracias por ser canales de la gracia de Dios
hacia nosotros.

Gracias a ti, por estar leyendo este libro y dedicar un poco de tu valioso
tiempo.
Gracias a todos los que se alegran conmigo.
Índice
Prólogo por el Pastor Matías D. Romo…………….………………….. 11
Introducción…………………………………………………………… 13
Capítulo 1 Jesús: La gracia de Dios en persona……………………… 17
Capítulo 2 ¿Porqué es tan importante la gracia?................................... 23
Capítulo 3 La importancia de estar firmes…………………………… 29
Capítulo 4 La gracia viene de un Dios lleno de gracia………...…….. 39
Capítulo 5 La gracia no es un concepto muerto ni religioso………… 45
Capítulo 6 La gracia no puede ser ganada ni merecida……………… 53
Capítulo 7 La gracia no es licencia para pecar……………...……….. 63
Capítulo 8 La gracia no es la excusa para dejar de vivir por fe……… 77
Capítulo 9 La gracia es confiar y depender de Dios solamente……… 85
Capítulo 10 Lo que produce la gracia de Dios en la persona……...… 89 Conclusión………………………………………………………….…. 95

Prólogo

Gracia no es un mensaje o un movimiento nuevo en estos últimos tiempos


que vivimos. Gracia es el verdadero evangelio que debemos creer. Entender
la Gracia hará que tu vida cristiana sea una relación con Dios y no una
religión de normas y reglas, te hará vivir en la libertad que Jesús nos dio, sin
condenación y sin prejuicios por el hecho de ser creyentes. Por muchos años
la iglesia ha pensado que nuestra verdadera vida cristiana consistía en“cuán
buenos creyentes éramos en elexterior” y a la vez cuán malas y pecaminosas
eran las personas sin Dios, pero Jesús vino para salvar al mundo y no para
condenarlo, ¿no es esto maravilloso? Jesús vino a provocar un cambio en
nuestro interior, sin condenarnos por nuestros hechos, ahora ese amor fluye
desde nosotros hacia el mundo. Somos la luz del mundo no por nuestro
comportamiento exterior, sino por entender que este evangelio consiste en
Jesús y en su amor sin condiciones y sin condenación, y ahora podemos
alumbrar a este mundo con el mismo amor que Dios nos amó.

Por eso me alegro tanto que mi amigo Kenneth haya escrito este libro“Firmes
enJesús” que he tenido el privilegio de leer, te ayudará a afirmar tu vida en lo
que realmente es el centro de nuestra fe, Jesús, y no en nosotros con nuestro
comportamiento. Y lo que es más importante, Kenneth te ayudará con este
libro a vivir lleno de la Gracia de Dios.

Tuve el privilegio de conocer a Kenneth hace casi 20 años ya, y de trabajar


junto a él en el ministerio y he visto como el Evangelio de la Gracia ha hecho
un antes y un después en su vida y ministerio. No es un mensaje más de los
muchos que tiene, sino que realmente es el evangelio que vive. Prepárate
porque después de leer este libro, tu vida cristiana nunca más será la misma.
Matías D. Romo

Introducción
Bueno, pues aquí estamos, algo que se veía muy lejos, al final se convierte en
realidad. Bastante tiempo he estado huyendo de la idea de escribir un libro,
sabes tan bien como yo que hay muchos, y muy buenos. Así que te
preguntarás, “Y entonces ¿porqué lo escribes?” Qué magnífica pregunta. La
misma que yo me he hecho durante este tiempo de darle vueltas a este asunto.
Y al final la respuesta es clara, creo firmemente que hay un propósito de Dios
con este libro que tienes entre tus manos. Ese es el motivo, esa es la razón, no
me gusta huir de los desafíos que Dios pone en mi camino, creo que en Cristo
tengo la habilidad de superar cualquier adversidad, por difícil o imposible
que parezca. Y por eso, hoy, en este momento estás leyendo este libro.
Quiero que pienses algo, no es una casualidad, permíteme que te diga que yo
no creo en casualidades, sino que entiendo que Dios quiere hablarte y
enseñarte cosas por medio de la lectura de este libro.

Otra pregunta lógica que puede surgir es: “¿Porqué ese título?” Bueno,
primero porque creo que en estos últimos tiempos que estamos viviendo,
antes de la segunda venida de nuestro Señor Jesús, Dios está levantando la
persona de Jesucristo por encima de cualquier sistema religioso, por encima
de cualquier denominación, o filosofía humanista, etc… creo que es tiempo
donde la Iglesia de Dios debe estar afirmada en Jesús, y solamente en Jesús.
Lamentablemente hay muchas cosas que quieren que apartemos la mirada de
nuestro Salvador y que la pongamos en cualquier otra cosa, aún en nosotros
mismos. Pero entiendo que como creyentes, nuestra mirada debe estar puesta
siempre y solamente en Jesús.

Creo que Dios en cada cosa que hace tiene siempre un propósito, y por lo
tanto me gusta que todo lo que hago sea dirigido por Dios y que cumpla con
Su propósito. Así que este libro tiene un propósito y es que pueda ser una
ayuda, una herramienta en tus manos que te lleve a obtener un mayor
conocimiento de Jesús y de Su Gracia maravillosa en tu vida, de forma que
continúes tu caminar firme en la Roca que hace que nuestras vidas se
mantengan en pie frente a las tormentas de la vida, y esa Roca es: JESÚS.
“Muy bien Kenneth, entonces ¿de qué va este libro?” Me alegra que me
hagas esta pregunta. Este libro te va a hablar de Jesús, de la maravillosa
gracia de Dios que está disponible para ti, de ese favor inmerecido que
tenemos gracias a la obra completa que Jesús hizo por amor a nosotros. No se
trata de complicar la cosa, se trata de entender que la vida cristiana es fácil y
sencilla cuando aprendemos a depender única y exclusivamente de Jesús. No
vamos a hablar de religión, ya que lo único que ha hecho la religión es poner
cargas y atar más a las personas. Creo firmemente en las palabras de Jesús
cuando dijo: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres .”
(Juan 8:36 RV1960) Creo que este libro te va a ayudar a caminar y a disfrutar
de esa verdadera libertad que tienes en Cristo Jesús.

Algunos podrán pensar: “Es que hay muchos abusos respecto al tema de la
gracia.” Bueno, lamentablemente el ser humano a veces tiende siempre a ir a
los extremos. No solo se abusa de la gracia, también hay abusos respecto a la
fe, respecto a la sanidad, respecto a las finanzas, y podríamos seguir con una
lista muy larga. Pero soy de los que creen, que aunque haya gente que abuse,
NO DEBEMOS DEJAR DE PREDICAR LA VERDAD. PORQUE SOLO
LA VERDAD TIENE PODER SOBRE LA MENTIRA. Por eso, en este libro
quiero exponer la verdad de la Palabra de Dios respecto a la maravillosa
gracia de Dios, en base a la luz que Dios me ha dado, a través del estudio
personal de la Palabra de Dios, y de aprender de ministerios levantados por
Dios para instruir a Su pueblo en la verdad de la Palabra, y sabiendo que
todavía estoy aprendiendo porque tengo mucho, mucho que aprender.

Consejos antes de finalizar esta introducción:

Intenta tener una Biblia cerca mientras estudias este libro.


Por favor, no juzgues una parte del libro sin antes haberlo leído entero.
Lee con un corazón receptivo y una mente abierta, porque quizá haya cosas
que no estás acostumbrado a oír o leer.
Y recuerda que el Espíritu Santo está en ti, ora y cree que aquello que quizá
no tengas claro, Dios te lo va a aclarar.
Espero y deseo que disfrutes de la lectura tanto como yo he disfrutado
escribiendo.

Gracias y un abrazo de mi parte, Kenneth Solá Jordán


Capítulo 1

JESÚS: LA GRACIA DE DIOS EN PERSONA

“ Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad . Pues la
ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo.” (Juan 1:14 y 17 RV1960)

ueno, a mí siempre me han enseñado que hay que empezar por el principio,
cada vez que tenía que explicarle algo a alguien y me preguntaba en voz alta:
“A ver, ¿por dónde empiezo?” Muchas veces la respuesta de la persona con
la que hablaba era: “Trata de empezar por el principio, para que así pueda
saber por dónde vas.” Pues eso mismo es lo que vamos a hacer en este primer
capítulo, empezar por el principio.

Para ello quiero que nos demos cuenta de que Jesús es la gracia de Dios
personificada en la tierra. Muchos conocemos que uno de los significados de
la palabra “gracia” es favor inmerecido. Bueno, en base a ese significado,
podemos decir que Jesús es ese favor inmerecido, no merecíamos que Él
viniera, ni que sufriera, ni que pagara el precio por nosotros, pero aun así lo
hizo. Recuerda, Jesús no fue un hombre más, Jesús es Dios hecho hombre,
Dios dejando su posición para venir a esta tierra en un cuerpo humano, como
el tuyo y como el mío. Y lo hizo por amor a todos y cada uno de nosotros.
Por favor entiende esto, Dios te ama tal y como eres, Dios te acepta tal y
como eres, Dios no te está juzgando ni mirando amenazante preparado para
castigarte, Dios te está viendo a través de Su Hijo perfecto Jesús. Por eso,
permíteme hacer un breve paréntesis aquí. Si nunca has escuchado algo
parecido, si lo que siempre te han hablado ha sido todo un conjunto de
normas religiosas, o de cómo debes comportarte para que de alguna forma
puedas ser aceptado por Dios, déjame decirte de forma clara y contundente,
que nada de lo que hagas podrá hacer que Dios te ame más de lo que te ama,
y tampoco puedes lograr que Dios te ame menos de lo que te ama, porque
Dios te ama no por lo que haces o dejes de hacer, sino por quién eres y lo que
significas para Él. Por eso, en la introducción te he dicho que este libro habla
de Jesús. Y la única forma de ser aceptados por Dios es confiando solamente
en Jesús, no por ningún esfuerzo humano. La realidad es esta, TODOS
NECESITAMOS UN SALVADOR Y ESE SALVADOR ES JESÚS. Si
todavía no tienes a Jesús como tu Salvador, decide que hoy sea ese día en el
que todo cambie. Solamente tienes que creer en Jesús y decir estas palabras
con tu boca:

“Señor Jesús, yo te acepto com o mi Señor y mi Salvador, yo recibo ahora el


perdón de todos mis pecados, creo que eres el Hijo de Dios que vino a
salvarme y que resucitaste y estás vivo. Gracias por amarme tanto. Padre
gracias porque ahora soy un/a hijo/a tuyo/a y he sido aceptado/a en Cristo.
Amén”

Si es la primera vez que haces esta oración, te felicito, es la mejor decisión


que podías tomar. Ahora te animo a seguir leyendo para poder descubrir más
cosas de esta vida maravillosa en Dios.

Después de este paréntesis, sigamos. Vamos a ir viendo durante todo este


primer capítulo cómo la Biblia, la Palabra de Dios, que es nuestra máxima
autoridad, nos enseña que la gracia de Dios no es un tema, no es una moda,
no es una “coletilla evangélica”, sino que es una persona y Su nombre es
Jesús.

En el evangelio de Juan hemos visto que Jesús vino lleno de gracia y de


verdad. Creo que nadie va a discutir que solo existe una verdad absoluta y Su
nombre es Jesús. Jesús mismo dijo en Juan 14:6 “Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida;” (RV1960). Por lo tanto, todos aquellos que hemos
decidido confiar en Jesús tenemos claro que Él es la Verdad. En el original
griego el verso de Juan 1:17 dice de la siguiente manera: “porque la ley por
Moisés fue dada, la gracia y la verdad por Jesucristo fue hecha.” Me llama la
atención que al hablar de la gracia y la verdad no usa el plural diciendo
“fueron hechas” sino que usa el singular diciendo: “fue hecha.” El motivo es
porque en el original griego estas palabras trabajan como sinónimos que se
pueden intercambiar, es decir, la gracia es la verdad y la verdad es la gracia.
Por lo tanto, cada vez que hablamos de la verdad de Dios, estamos hablando
de la gracia de Dios y viceversa. Así que, si creemos que Jesús es la verdad, y
si creemos que la gracia y la verdad son sinónimos, debemos creer que Jesús
es la gracia.
Pero, te invito a que sigamos permitiendo que sea la misma Palabra de Dios
la que nos vaya mostrando de una forma clara que JESÚS ES LA GRACIA
DE DIOS PERSONIFICADA. Porque aquí no se trata de lo que una persona
pueda opinar, ni de lo que una denominación haya determinado, se trata de
qué es lo que nos enseña Dios por medio de Su Palabra, porque si hay algo
que todos debemos tener claro es que Dios siempre es mucho más inteligente
que nosotros, y Sus planes o ideas siempre, siempre, siempre son mejores que
las nuestras.

Leamos ahora en Hechos 20:24 “ Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo
preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el
ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la
gracia de Dios .” Nota que aquí el apóstol Pablo nos habla acerca “del
evangelio de la gracia de Dios.” Vamos a la carta que el apóstol Pablo le
escribe a los Gálatas y leamos en el capítulo 1 versos 6 y 7: “Estoy
maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la
gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino
que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo.” Bueno, ahora el apóstol Pablo nos habla acerca del evangelio de
Cristo, entonces ¿hablamos de diferentes evangelios? No, lo deja muy claro
en el verso 7 “No que haya otro” no existe otro evangelio, solamente existe el
evangelio de Cristo, que es el evangelio de la gracia de Dios, porque Jesús y
la gracia son lo mismo. De hecho, ¿qué significa evangelio? Significa, buenas
noticias, tan, tan buenas que son difíciles de creer. Obviamente esa es la
gracia de Dios, porque la gracia de Dios hacia el ser humano es una noticia
tan, tan buena que a la gente le parece mentira. Algunos dicen, “no puede ser
tan bueno” pues sí lo es, porque son buenas noticias. Lo que no merecíamos
nos ha sido dado en Cristo Jesús, y el castigo que merecíamos ya ha sido
pagado en Cristo Jesús. La obra fue completada y Jesús pagó el precio de
sobra. ¡Aleluya!

Avancemos un poquito más, ¿te parece bien? Vamos a volver al libro de


Hechos para leer ahora en el capítulo 8 verso 35: “Entonces Felipe, abriendo
su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de
Jesús.” Una vez más vemos que el evangelio de Cristo, el evangelio de Jesús
y el evangelio de la gracia son exactamente el mismo evangelio. ¿Qué quiero
que veas? Que no podemos separar a Jesús de la gracia, ni la gracia la
podemos separar de Jesús porque van juntos, ya que son lo mismo. JESÚS
ES LA GRACIA Y LA GRACIA ES JESÚS.

Colosenses 3:16 dice así: “ La palabra de Cristo more en abundancia en


vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría,
cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y
cánticos espirituales.” Bueno, aquí el apóstol Pablo nos habla acerca de “la
palabra de Cristo.” Leamos ahora en Hechos 20:32 y a ver que nos dice: “Y
ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que
tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los
santificados.” Una vez más vemos muy claramente como Cristo y la gracia
siempre van juntas.

En resumen, deseo que tengas una mayor claridad que no podemos dividir a
Jesús de la gracia, van juntos, si creemos en Jesús, creemos en la gracia de
Dios, porque Jesús es ese favor inmerecido que vino a esta tierra por amor.

ESTAR FIRME EN JESÚS ES ESTAR FIRME EN LA GRACIA.

Capítulo 2
¿PORQUÉ ES TAN IMPORTANTE LA GRACIA?

“ No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es


afirmar el corazón con la gracia (Jesús), no con viandas, que nunca
aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.” (Hebreos 13:9 RV1960)

Realmente es tan importante la gracia de Dios? Y si es así, ¿por qué es tan


importante?
Quizá estas preguntas te han pasado por la mente, o quizá

no. Pero por si acaso, vamos a tratar de darle respuesta en este segundo
capítulo.

Uno de los grandes y graves errores que el cristiano puede cometer es el de


pensar que la gracia de Dios es solo lo que necesitamos para ser salvos, pero
que después necesitamos vivir una vida de desarrollo y esfuerzo personal
para poder obtener el favor y las bendiciones de Dios. PERO ESO NO ES
ASÍ BAJO ESTE NUEVO PACTO. La realidad es que antes de Jesús, el
pueblo judío vivía bajo un pacto de ley, y aunque no voy a entretenerme en
este punto, solo quiero que entiendas que el pacto de la ley consistía en esto:
Si tú haces bien primero, entonces Dios hará lo bueno para ti. Si tú lo haces
mal, entonces Dios no podrá hacer lo bueno para ti, y como consecuencia la
persona sufría maldición en su vida. Pero yo soy un firme creyente que
CUANDO JESÚS APARECIÓ EN ESCENA, TODO EMPEZÓ A
CAMBIAR. Y se acabó consumando ese cambio por medio de la muerte,
sepultura, resurrección y ascensión de Jesús. LA OBRA DE JESÚS FUE
COMPLETA Y PROVOCÓ QUE SE ESTABLECIERA UN NUEVO Y
MEJOR PACTO.

Entiende bien esto, por favor. Bajo este Nuevo y Mejor Pacto Dios YA HIZO
TODO LO QUE TENÍA QUE HACER A FAVOR DEL SER HUMANO. Y
ahora a nosotros nos toca creer y confiar en lo que DIOS YA HA HECHO.

Por lo tanto, cualquier enseñanza donde el hombre o mujer van primero y


luego Dios, no es una enseñanza basada en Jesús y Su obra completa. Ley:
Tú haces y entonces Dios hace. Gracia: Dios ya ha hecho y por eso hoy
nosotros podemos responder a lo que ya ha sido hecho.

Entonces, yo necesito depender de Jesús, de la gracia de Dios, cada día de mi


vida cristiana, porque con mi propio esfuerzo nunca podré alcanzar el
estándar que Dios ha establecido. El mensaje, o la palabra, de la gracia de
Dios produce que la persona entienda que necesita un Salvador cada día de su
vida, y para cada área de la vida. Yo entiendo, por la gracia de Dios, que
necesito a Jesús para mi salud, en mi matrimonio, en la educación de mis
hijos, en la economía, en el pastorado o ministerio, es decir, dependo y
necesito a Jesús como mi Salvador CADA DÍA. No es solo para recibir
salvación, o perdón de pecados un día y se acabó, no, Jesús debe ser la Roca
firme en la cual TODA MI VIDA ESTÉ FUNDAMENTADA (Lucas 6:46-
49).

Entonces, para responder a las preguntas que nos hemos hecho anteriormente,
según hemos leído en Hebreos, estar afirmados en la gracia es una buena
cosa. Y yo soy de los que creen que si Dios dice que algo es bueno, es porque
es verdaderamente bueno. Recordemos que aunque la Biblia fue escrita por
hombres, ellos solo fueron instrumentos en las manos de Dios, ya que fue el
Espíritu Santo quien inspiró a esas personas a escribir la maravillosa Palabra
de Dios (2ª Timoteo 3:16). Creo firmemente que es bueno afirmarse en Jesús,
porque eso nos lleva a confiar y a depender de Dios siempre.

Pero no nos quedamos solo con una respuesta, la Biblia tiene más cosas que
decir respecto a lo que nos estamos preguntando. Por ejemplo, respecto a lo
que hablábamos de necesitar la gracia siempre, veamos que nos dice el
apóstol Pablo en 1ª Corintios 15:10 “Pero por la gracia de Dios soy lo que
soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más
que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. ” ¡Vaya, que
declaración tan poderosa y maravillosa a la vez! Cuando el apóstol Pablo
escribe esta carta, no era un cristiano nuevo, ¿verdad? No era alguien que se
iniciaba en los caminos de Jesús. Era un apóstol de los de verdad, que Dios
ya lo había utilizado para establecer a diferentes iglesias y para llevar la
revelación de la Palabra de Dios a los gentiles (Romanos 11:13). Pero aun
así, sigue entendiendo que toda su vida es la que es por causa de la gracia de
Dios, y que el día que deje de confiar en esa gracia, dejará de ser lo que es.
¿Sabes cuál es uno de los motivos por los que me gusta tanto hablar de la
gracia maravillosa de Dios? Porque hace que el enfoque siempre esté en
Dios, siempre esté en Cristo Jesús, y nunca en una persona, institución,
ministerio, denominación, etc…

Este es el mismo apóstol Pablo que dijo: (permíteme

Este es el mismo apóstol Pablo que dijo: (permíteme 11) “Todos mi logros
humanos los tengo por basura, me apestan, porque mi único deseo es crecer
en el conocimiento de Aquel que me amó sin condición: JESÚS.”

Así que, yo llego a la conclusión que si el apóstol Pablo tenía la necesidad y


el deseo de seguir creciendo y de seguir afirmándose en Jesús, con todo lo
que ya sabía y había experimentado, cuánto más yo, tengo ese mismo deseo y
esa misma necesidad.

Veamos otro verso que ya hemos visto en el capítulo anterior, Hechos 20:32
“Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que
tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los
santificados.” He aquí un par de buenas razones más para entender lo
importante que es afirmarnos en Jesús, en la gracia. Y estas razones también
sirven para aquellos que tenemos el maravilloso privilegio de servir en el
ministerio, y de poder predicar y enseñar la Palabra de Dios. Quizá si eres
predicador, o pastor, te puedes preguntar: “¿Porqué es importante que yo
predique la gracia? ¿Qué va a ser de mi iglesia si predico la gracia?” Bueno,
recuerda que la gracia es Jesús, ¿crees que es importante predicar a Jesús?
Pero además, este verso nos dice claramente que, por un lado, la palabra de
gracia tiene poder, ¡gloria a Dios! La palabra de gracia no está vacía de
poder, sino que está llena del poder de Dios. Para que seamos
sobreedificados, es decir, que nos sigamos desarrollando en la voluntad, o en
el plan de Dios para nuestras vidas, y también, para darnos la herencia, para
que caminemos en aquello que Jesús YA PAGÓ PARA NOSOTROS.
Recuerda esto por favor, la fe que tienes porque Dios te la ha dado, solo va a
recibir aquello que la gracia de Dios ha puesto a tu disposición. Por lo tanto,
necesitamos crecer en el conocimiento de lo que Jesús nos ha dado, para que
podamos usar fe y caminar en ello.

Bueno, llegados al final de este segundo capítulo, espero que realmente se


hayan respondido esas preguntas de forma clara en tu vida, y entiendas mejor
la importancia de la gracia de Dios en nosotros. Sobre todo porque no
debemos olvidar que Jesús es la gracia de Dios.

Capítulo 3
LA IMPORTANCIA DE ESTAR FIRMES

“ Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la
gloria de Dios.” (Romanos 5:1 y 2 RV1960)

ueno, en este tercer capítulo vamos a seguir avanzando un poco más. De eso
se trata un libro, a mí me encantan los libros, se tratan de seguir un camino
hasta ese final preparado, pero mientras tanto, vamos aprendiendo cosas.
Hemos leído en Romano s 5 que nos habla de “la gracia en la cual estamos
firmes.” Por eso, vamos a ver la importancia del estar firmes, o de
permanecer.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra


“firme” tiene la siguiente definición: “Se establece o no se mueve al estar
bien apoyado o sujeto. Persona que es constante y no se deja dominar o no se
mueve.”

La definición de la palabra “firmeza” sería la siguiente: “Cualidad de lo que


es estable o no se mueve. Voluntad inquebrantable y constancia en la
realización de algo.”

En el Nuevo Testamento podemos encontrar varios lugares donde se nos dice


que debemos estar firmes, y me gustaría darte algunas referencias:

- Firmes en la fe. (1ª Corintios 16:13, Colosenses 1:23 y 1ª Pedro 5: 8 y 9)


- Firmes en la libertad. (Gálatas 5:1)
- Firmes en un mismo espíritu. (Filipenses 1:27)
- Firmes en el Señor o la gracia. (Filipenses 4:1)
Según el Diccionario Expositivo de W. E. Vine, uno de los originales para la
palabra “firme” es: HISTEMI, y su significado es: “Estar en pie,
(metafóricamente) deteniéndose, mantenerse.”
He escrito estas definiciones para que nos ayuden de alguna manera a
desarrollar este capítulo. Porque necesitamos entender, que en el momento
que creemos en Jesús, Dios nos pone en la maravillosa posición de ser Sus
hijos amados. Ahora estamos en Cristo, en Cristo somos amados, somos
perdonados, somos santificados, somos justificados, esa es nuestra gloriosa
posición. ¡Aleluya! Y piensa que no es una posición que nos hemos ganado,
porque estamos en esa posición desde el primer segundo que decidimos creer
en Jesús como nuestro Señor y Salvador. No nos había dado tiempo a
cambiar nada, en mi caso, estuve casi un año sin congregarme en ningún
lugar porque no teníamos ni idea donde había una iglesia, te hablo del año
1990 en España, obviamente las cosas no eran como lo son ahora. No me
había dado tiempo a ayunar, o a hacer vigilias, o a ofrendar o diezmar. Pero
aun así, Dios me hizo Su hijo y me colocó en Cristo. ¡Gloria a Dios! Estar en
Cristo es una posición que Dios me ha dado como parte de Su maravillosa
gracia, de Su favor inmerecido hacia mí. Yo no me la gané, yo no me la
merecí, y además te digo que humanamente hablando, no hay forma de
ganarse o merecerse esa gloriosa posición que nos hace nuevas criaturas (2ª
Corintios 5:17).

El peligro que veo, y de ahí el deseo, el ser movido por Dios para escribir
este libro, es que los creyentes piensan que según van pasando los años, las
cosas de Dios dejan de ser por gracia y comienzan a ser por mérito. Por favor
entiende esto, TODO LO DE DIOS ES POR GRACIA SIEMPRE. NUNCA
NOS LO PODREMOS MERECER NI GANAR. De ahí el querer dedicar un
capítulo entero a hablar acerca de estar firmes, o de permanecer.

Por la gracia de Dios he tomado la decisión de establecerme en Cristo y no


moverme nunca de ahí. ¿Qué decisión vas a tomar tú? Si no lo tienes claro,
espero que este capítulo te ayude a clarificar esas ideas.

“ Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es


gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es
obra.” (Romanos 11:6 RV1960)

Aquí el apóstol Pablo está hablado del sistema de ley que había
anteriormente, y que ahora estamos viviendo, gracias a Jesús, bajo un nuevo
sistema, el sistema de la gracia. Y que debemos entender que los dos sistemas
no deben mezclarse, o estás bajo un sistema (ley), o estás bajo el otro sistema
(gracia). Ahora, la noticia para aquellos que decidan seguir bajo el sistema
antiguo es que nunca podremos alcanzar el nivel de exigencia que la ley nos
demandaba. Uno de los propósitos de la ley es que veamos la gran necesidad
que tenemos de un Salvador, porque por nosotros mismos es imposible que
nos salvemos y que podamos ser merecedores de la bendición de Dios.

Por favor, la gracia debe ser pura, no mezclada, si se mezcla con un poco de
obras, deja de ser gracia.
Entiendo que ahora puede surgir una pregunta: “¿Pero no se supone que
como creyentes debemos hacer buenas obras? ¿No dice la Biblia que mi fe
sin obras es muerta?” Una vez más te agradezco que me hagas unas preguntas
tan interesantes. Aquí estamos hablando de desarrollar un sistema de obras
para tratar de merecernos algo de Dios, es decir, para merecerme mi sanidad,
o mi prosperidad, o la bendición. Eso es un error. Es cierto que el apóstol
Santiago en el capítulo 2 nos habla de las obras de la fe, y te aseguro que
Dios nunca se contradice a Sí mismo. Como creyentes, nuestra naturaleza ha
cambiado totalmente. Antes teníamos una naturaleza de pecado, pero en
Cristo tenemos una naturaleza de justicia (Romanos 5:19 y 2ª Corintios 5:21).
Por lo tanto, nuestras obras, o buenas obras, son un resultado de lo que
somos, y no algo que hacemos para tratar de ser. Espero que esto lo esté
explicando de forma que sea entendible. Yo estoy casado, mis buenas
acciones hacia mi esposa Keyla no las hago para tratar de ser su marido, ya
soy su marido y por eso manifiesto lo que soy cuidando a mi esposa. Ya
estamos en Cristo, ya hemos sido bendecidos, y como consecuencia,
manifestamos buenas obras. Nuestras obras también son una respuesta de fe a
lo que sabemos que Dios ya nos ha dado por gracia. Más adelante hablaremos
más de esto. Pero quiero que quede claro, Dios ya me lo ha dado todo por
gracia y yo debo recibirlo por medio de la fe (Efesios 2:8 y 9).
Por eso, el sistema en el que funcionamos hoy en día, es el sistema de la
gracia de Dios. Y entiendo que esto a veces a la gente le cuesta aceptarlo
porque este sistema hace que Jesús siempre sea exaltado, y no se exaltan las
personas, ni los ministerios, etc… No se trata de mí, ni de mis logros, se trata
de Jesús y de Sus maravillosos logros a mi favor.
Por eso otro de los consejos que quiero darte es que estudies la Biblia, pero
que entiendas bien la diferencia que hay antes de Jesús y después de Jesús,
porque eso será determinante para tu vivir cristiano. Si quizá no hace mucho
que eres creyente, te animo a leer las cartas que están en el Nuevo
Testamento, porque esas cartas se escribieron pensando en nosotros también.
Mira qué declaración del apóstol Pablo: “ No desecho la gracia de Dios;
pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.”
(Gálatas 2:21) Impresionante afirmación de este hombre de Dios. Entender el
motivo por el que Cristo murió, es lo que provoca en mí el deseo de
establecerme en la maravillosa gracia de Dios. Entender el precio altísimo
que se pagó por amor a mí, entender el tremendo sacrificio llevado a cabo es
lo que hace que yo decida responder a ese amor incondicional.
Ahora es interesante que el apóstol Pablo entendía que uno podía caerse de la
gracia, o dejar de estar afirmado en la gracia, porque mira que más escribió:
“¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a
vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre
vosotros como crucificado? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el
Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” (Gálatas 3:1 y 3)
Te confieso que la carta a los Gálatas, juntamente con la de Romanos, son
cartas que cada día me gustan más. Te pongo un poco en situación. El
problema que había en la iglesia de los gálatas es que ellos habían creído en
Jesús, en el evangelio. Pero cuando ellos estaban contentos con su nueva
vida, recuerda que todos eran gentiles, aparece un grupo de “judíos-
cristianos” que les empiezan a decir: “Lo de Jesús es cierto pero, ¿Cuándo
vais a circuncidaros? ¿Cuándo tenéis pensado empezar a guardar el día de
reposo?” En otras palabras, “lo de Jesús está bien pero es incompleto” y
algunos empezaron a confundirse de verdad. Por eso Pablo tiene que ponerse
muy serio y decir “Señores, Jesús es siempre más que suficiente, no es Jesús
más la ley, es JESÚS SOLO.” Y por eso hoy nosotros tenemos que ser tan
serios como Pablo y gritar a los cuatro vientos que JESÚS SIEMPRE ES
MÁS QUE SUFICIENTE. No es Jesús más mi oración, no es Jesús más mis
diezmos y ofrendas, no es Jesús más mi obediencia, no es Jesús más mi
asistira la iglesia, etc… ES JESÚS Y NADA MÁS. Aquí Pablo nos dice que
podemos empezar dependiendo totalmente de Dios, pero que luego con el
tiempo podemos empezar a querer depender de la carne, o el propio esfuerzo.
Pero, ¿qué quiere decir eso? Bueno, al principio dependemos de Dios porque
sabemos que no hemos hecho nada para merecer todo lo que Dios ha hecho
por nosotros. Pero con el tiempo podemos cometer el error de pensar: “Si oro
más, Dios me va a bendecir más.” “Si ayuno, Dios va a hacer algo por mi
familia.” “Si diezmo y doy más ofrendas, Dios va abrir las ventanas de los
cielos sobre mi casa y negocio.” Querido, querida, entiende esto: TODO LO
QUE DIOS TENÍA QUE HACER A TU FAVOR, FUE HECHO EN LA
CRUZ DEL CALVARIO POR MEDIO DE CRISTO JESÚS. Ya has sido
bendecido, ya tu casa está bendecida, ya los cielos están abiertos porque fue
Jesús quien los abrió a favor de toda la humanidad, el velo se rasgó de arriba
hacia abajo (Marcos 15:38). No vivas una vida cristiana basada en tu propio
esfuerzo, sino en Jesús. Mira como sigue la carta: “De Cristo os desligasteis,
los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.” (Gálatas 5:4).
Esta, desde mi punto de vista, también es una fuerte declaración de Pablo.
Ahora, dejemos algo claro respecto a este verso. Siempre debemos mirar el
contexto de la escritura, el contexto cercano, y lejano, en este caso, leer todo
el capítulo y también la carta entera. Porque hay veces que la gente usa este
verso para decir que si pecamos, o que cuando pecamos, nos hemos caído de
la gracia. Pero en ningún momento, en el contexto nos habla de eso, no nos
habla del pecado en ningún momento. Por lo tanto, no puede estar hablando
de eso el apóstol Pablo en esta declaración. Además, la realidad es que
cuando pecamos no nos caemos de la gracia, sino que precisamente caemos
en los brazos de la gracia, porque para eso está la gracia, para que recibamos
el perdón de Dios que ya está disponible para nosotros. Te ruego que cuando
te equivoques, o peques, por favor, no salgas huyendo de Dios, pensando que
Dios ya no va a perdonarte. Yo he tenido esos pensamientos en mi
adolescencia, pensaba que Dios se había cansado de mí, que ya no me iba a
perdonar. Pero eso es una mentira del diablo, Dios siempre nos espera con los
brazos de amor abiertos, Dios ya nos ha perdonado en Cristo Jesús,
simplemente no huyas de Dios, sal corriendo hacia Dios. Por lo tanto, que
quede claro que este verso no habla de cuando pecamos. Tampoco habla de
perder la salvación, a veces la gente piensa que la expresión “De Cristo os
desligasteis” está hablando que la persona ha perdido la salvación, nada más
lejos de la realidad. Entonces, ¿de qué habla? Bueno, toda la carta nos habla
de aquellos que han querido mezclar el merecerse las cosas de Dios por el
esfuerzo propio con el evangelio de la gracia. Por lo tanto, cuando dice que
“De Cristo os desligasteis” o “de la gracia habéis caído” está hablando de
aquellos que han dejado de confiar en Dios para caminar en su vida cristiana,
y han decidido poner la confianza en su propio esfuerzo. Cuando queremos
ganarnos las cosas de Dios es cuando nos caemos de la gracia, porque lo de
Dios es un regalo, es un favor inmerecido que no nos podemos ganar.
¡Qué bueno es poder crecer en el entendimiento de estas cosas! Espero que
este capítulo te haya ayudado más a entender lo maravilloso e importante que
es permanecer firmes en Jesús, y solamente en Jesús, sin tener que añadir
nuestro propio esfuerzo. Te animo a que confíes y dependas siempre de Jesús
en todas las áreas de tu vida.

Capítulo 4
LA GRACIA VIENE DE UN DIOS LLENO DE GRACIA

“ Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre); lleno de gracia y de verdad. Porque de
su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.” (Juan 1:14 Y 16
RV1960)

B
ueno, después de todo lo que hemos estado viendo hasta ahora, creo
conveniente explicar un poco más lo que la gracia es, pero también lo que la
gracia no es. Porque a veces la gente puede confundirse si no tiene un
conocimiento mayor. Creo que si debemos estar afirmados en la gracia,
entonces tenemos que crecer en el conocimiento de la maravillosa gracia de
Dios. Y eso es lo que haremos en los siguientes capítulos, entender mejor lo
que es la gracia de Dios.

Y lo primero que creo de debemos ver es lo que da título a este capítulo: La


gracia viene de un Dios lleno de gracia. Porque lamentablemente hay gente
que tiene una idea de Dios totalmente errónea, tergiversada, ya sea por la
religión, o por la cultura, o por Hollywood, o por lo que sea. A veces se tiene
la idea de un Dios vengativo, un Dios asesino, un Dios que disfruta haciendo
sufrir al ser humano. Pero Dios no es así. DIOS ES SIEMPRE BUENO. Dios
desea siempre el bien para el ser humano, y realmente me entristece que la
gente tenga esa idea de Dios. Y que la gente culpe a Dios por cosas en las que
Dios nunca ha tenido nada que ver. Por favor, permíteme en este capítulo
hablarte y mostrarte la verdadera imagen de Dios.

Hemos leído en Juan que Jesús vino lleno de gracia, pero también que de Su
plenitud podemos tomar todos, y todos en griego significa todos. O sea, todos
podemos tomar de Dios y nunca va a agotarse, y además dice que podemos
tomar gracia sobre gracia. ¡Gloria a Dios! Así es Dios, un Dios lleno de
bondad, de amor hacia el ser humano. Nosotros somos la creación perfecta de
Dios, somos la creación más amada, somos la creación por la que Dios
decidió hacerse hombre y morir en una cruz soportando un terrible
sufrimiento. ¿Qué clase de Dios nos crearía para vernos sufrir? NO Y MIL
VECES NO, Dios nos ama de forma incondicional y todo lo que desea es que
nos vaya bien siempre.

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor,


pensamientos de paz, Y NO DE MAL , para daros el fin queesperáis.”
(Jeremías 29:11)

Dios tiene pensamientos y deseos de bien para cada uno de nosotros.

“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda
sabiduría e inteligencia.” (Efesios 1:7 y 8) El apóstol Pablo nos dice que
Dios está lleno de gracia, y que hace que las riquezas de Su gracia
sobreabunden en nosotros.

“ Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y


pecados.” (Efesios 2:1) Este es nuestro Dios, es el que nos da vida aun
cuando nosotros no lo merecemos para nada. Te aseguro que Dios siempre es
un Dios bueno y lleno de gracia.

“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los
impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera
ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
(Romanos 5:6-8) ¡Gloria a Dios, qué maravillosa declaración! No importa las
veces que lea estos versos, siempre producen el mismo impacto en mi vida:
Cristo murió por mí, siendo yo un terrible pecador. Por eso, lo siento pero no
permito que alguien hable mal de mi Padre, y deseo siempre transmitir a la
gente la verdadera imagen de Dios. DIOS ES UN DIOS LLENO DE
GRACIA.

Si estudias la Palabra de Dios, podrás ver que desde el principio Dios mostró
Su gracia y bondad hacia el ser humano.

Dios crea a Adán y Eva, pero primero se aseguró que todo estaba perfecto y
suplido en el jardín del Edén para que nunca les falte de nada. Dios proveyó
siempre a pesar de los errores de los escogidos por Dios como Abraham o
Isaac. Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, los sostuvo
en el desierto, les envió maná del cielo, etc…

Te aseguro que Dios es un Dios lleno de gracia, de misericordia y bondad.


El Salmo 136 es un canto precioso a la eterna misericordia de Dios, tenemos
versos como estos:
“1 Alabad al Señor, porque él es bueno, porque para siempre es su
misericordia.”
Te invito a meditar en el Salmo entero y que descubras la bondad de Dios.
¿Qué diferencia hay entre la misericordia y la gracia? Bueno, una vez
escuché a un hombre de Dios decirlo así, y personalmente es la definición, o
explicación que me lo aclaró de forma absoluta:
“La misericordia es que Dios NO nos da aquello que merecemos. Y la gracia
es que Dios SÍ nos da aquello que no merecemos.”
Obviamente, todos merecíamos ser castigados, y sin embargo Dios no nos da
el castigo que merecemos porque ese castigo ya recayó sobre Jesús. Y por
supuesto, ninguno merecíamos que Jesús ocupara nuestro lugar, y sin
embargo la gracia de Dios nos entregó a Jesús a nuestro favor.
El problema cuando la gente lee historias en la Biblia que no entienden es
porque les falta una revelación de la Palabra de Dios, y una revelación de los
pactos a través de los cuales Dios se ha relacionado con el ser humano, pero
eso sería tema para otro libro, lo que te interesa saber es que hoy estamos
bajo el Nuevo y Mejor Pacto, y por lo tanto Dios se relaciona con nosotros
por medio de Jesús y Su sacrificio perfecto.
Espero que aunque haya sido breve, tu imagen de Dios haya cambiado hacia
la verdad: DIOS ES BUENO SIEMPRE.

Capítulo 5
LA GRACIA NO ES UN CONCEPTO RELIGIOSO NI MUERTO

“Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir


misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la
necesitemos.” (Hebreos 4:16 NVI)

ermíteme explicar un poquito el título de este capítulo. Sería un grave error


pensar que la gracia, o que Dios, ya no son tan relevantes o importantes en
nuestros días. Porque Dios es muy relevante e importante en nuestros días, de
hecho la Palabra de Dios dice que estamos viviendo “tiempos peligrosos”
(2ªTimoteo 3:1) y por lo tanto te aseguro que no hay nada más seguro que
Dios.

Y por otro lado, lo que vamos a ver en este capítulo, es que como ya venimos
viendo durante todo el libro, la gracia es una idea de Dios. Por favor, no es
una idea de ningún ser humano, sino que nace de un Dios lleno de gracia. Y
digo esto porque a veces la gente dice, “pero eso es de Calvino” o “eso se
parece a Lutero” o también “la gracia es algo de los arminianos.” No, no y
no, no se trata del concepto de ningún hombre o mujer, y por favor, no tomes
esto como una ofensa, yo respeto absolutamente la ideología de cualquier
persona, respeto la forma de pensar, obviamente creo que cualquier forma de
pensar que no está basada en la Palabra de Dios, es una forma de pensar
equivocada, pero eso no quiere decir que no respete las diferentes formas de
pensar. Por eso espero que se respete lo que escribo, sobre todo, porque no
trato de darte mi opinión, sino que trato de mostrarte qué es lo que Dios dice.
Ahora, no deberíamos cometer el error de que cada vez que escuchemos la
palabra “gracia” la etiquetemos a un personaje histórico, o reciente, me da
igual, porque el primero en hablar de gracia, y sobre todo en manifestarla fue
Dios, como ya hemos visto en el capítulo anterior.

Yo, Kenneth Solá Jordán, soy hijo de Dios, seguidor de Jesús mi Señor y
Salvador, no me etiquetes en grupos religiosos, por favor. La gracia no es una
idea de ninguna persona. Gracias a Dios por hombres y mujeres que fueron
usados por Dios para traer revelación sobre Su pueblo, pero ellos no eran los
dueños de la revelación, solo los instrumentos. Al igual que hoy, todos somos
instrumentos en las manos de Dios, no somos los dueños exclusivos de una
revelación. Dios por Su gracia decide usarnos para que seamos de bendición
a aquellos que nos rodean. Y yo doy gracias a Dios por decidir y permitirme
el ser usado por Él.

Por otro lado, y como decíamos antes, la gracia sigue siendo muy relevante
hoy. No es algo que solo me sirve al principio, sino que leíamos en Hebreos
que la gracia está disponible para ayudarnos siempre que la necesitemos.
¡Aleluya! En cualquier situación, frente a cualquier adversidad, ríndete a la
maravillosa gracia de Dios y permite que sea tu ayuda. Muchas veces se usa
la expresión: “El mundo necesita a Jesús” bueno, es cierto, sin ninguna duda,
pero permíteme ir un poquito más allá: La iglesia también necesita a Jesús.
Yo necesito a Jesús cada día de mi vida. Necesito a Jesús en mi matrimonio.
Necesito a Jesús para educar a mis dos hijos, necesito a Jesús para pastorear
la Iglesia Cambiando Tu Destino Terrassa, necesito a Jesús siempre. Por eso
Pablo decía “No desecho la gracia de Dios.” (Gálatas 2:21) Porque fíjate que
le dice Jesús frente a una situación difícil: “Y (Jesús) me ha dicho: Bástate
mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de
buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre
mí el poder de Cristo.” (2ª Corintios 12:9) Cuando Pablo entiende que sus
debilidades son el lugar donde la gracia de Dios se iba a manifestar, quedó
aliviado y decidió reconocer sus debilidades para ver manifestada en su vida,
cada vez que la necesitara, la maravillosa gracia de Dios.

A veces se nos ha dicho que debemos ser fuertes, que nos miremos a nosotros
mismos y confiemos en nosotros, pero Pablo entendió que era mejor
reconocer la debilidad, para depender solo del poder de Dios. Por eso
exclamó: “Todo lo puedo EN CRISTO que me fortalece.” (Filipenses 4:13)
No todo lo puedo en mí, porque tengo mucha autoestima y soy
autosuficiente, no todo lo puedo EN CRISTO porque es Él QUIEN ME
FORTALECE. ¡ALELUYA!

Pablo entendió que era Cristo quien le daba las fuerzas y la sabiduría para
seguir adelante. Si te apetece, te animo a que estudies la vida del apóstol
Pablo. Obviamente, de forma natural, hubiera sido imposible soportar todo lo
que ese hombre soportó. Pero la gracia de Dios, el poder de Dios en Pablo,
era lo que le sostenía y le llevaba a avanzar en el plan que Dios tenía para él.
No hace mucho, Dios me dio el maravilloso privilegio de compartir unas
horas con un querido hermano de Irán, que vino a Barcelona para poder tener
un tiempo de refrigerio en Dios. Y cuando él me compartía de sus
experiencias en Irán, de cómo tenían que reunirse a escondidas, de que en las
reuniones no se decían nada más que el nombre, o a veces ni eso, de forma
que si alguno era arrestado por ser cristiano, aunque lo torturaran, nunca
podría desvelar la identidad de los demás. Es decir, ellos deciden no saber
nada de los demás, pero se reúnen en casas, y alaban a Dios en voz baja, y
sacan hojas de Biblias que tienen escondidas en agujeros en las paredes. Me
contaba que tanto él, como su esposa e hija estaban amenazados de muerte.
Pero ahí seguía, ¿sabes cómo? Sostenido por la maravillosa gracia de Dios.
Un día su suegra se cayó y se hizo mucho daño en la cadera, y él decidió orar
por ella, y Dios la sanó. ¿No es Dios maravilloso? Ten en cuenta, que su
suegro es una de los islamistas más respetados de su ciudad, y odia a los
cristianos. Pero desde ese día en el que esta mujer fue sanada, al menos, no
va en contra de su yerno.

Querido, querida, la gracia de Dios sigue siendo importante hoy. Sigue


siendo relevante hoy. Por favor, entiende esto, no sé qué situación estás
viviendo, qué mala noticia has podido recibir, de salud, o de finanzas, o
familiar. Pero no es casualidad que estés leyendo esto en este momento.
Descansa en los brazos de tu Salvador, confía en Jesús y en la obra que ya fue
completa y acabada. Permite que la gracia de Dios te sostenga y que puedas
ver el poder de Dios manifestado en tu vida hoy. Dios ha preparado todo para
que estés leyendo este libro, y que puedas escuchar Su voz diciéndote: “No es
tiempo de rendirse. No es tiempo de abandonar. Sino que es tiempo de creer.”
¡Aleluya! La gracia de Dios está disponible hoy para ti en cualquier situación,
aún en aquellas que parecen imposibles. ¡No hay nada imposible en Dios!

Mira lo que dice la Palabra de Dios: “Y a Aquel que es poderoso para hacer
todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo
Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” (Filipenses
3:20 y 21 RV1960) Ahora, la pregunta es: ¿Cuál es ese poder? Es el poder de
la gracia de Dios trabajando en nosotros.

Antes de cerrar este capítulo, quiero que veamos tres formas, no es que sean
“gracias” diferentes sino que son manifestaciones de la gracia de Dios, de
cómo la gracia actúa a favor del ser humano:

La gracia que salva: Es la gracia que trabaja a nuestro favor, podríamos decir,
la gracia por nosotros o a favor nuestro. Es esa gracia que nos ha dado
absolutamente todo en Cristo. Recuerda que salvación no es solo el perdón de
pecados, sino que es sanidad, prosperidad, éxito, buena familia, etc… Es la
gracia que está disponible para todo aquel que quiera recibirla.

La gracia que cambia o transforma: Podríamos decir que es la gracia de Dios


en nosotros. Es la habilidad que Dios pone en cada uno de nosotros para que
podamos vivir la vida de Dios aquí en la tierra. Es la habilidad de vivir por la
fe, la habilidad de vivir muertos al pecado. Es lo que hace que no tengamos
excusas porque Dios se ha encargado que no nos falte de nada para vivir
nuestra vida cristiana en la tierra.

La gracia que bendice: También podríamos decirlo así, la gracia de Dios a


través de nosotros. Es cuando entendemos que hemos sido bendecidos por
Dios, para que seamos de bendición a los demás. Es la gracia que permite que
podamos ser instrumentos en las manos de Dios. Dios cuenta con cada uno de
nosotros, y necesitamos confiar en que Él quiere usarnos para ser de
bendición en nuestra familia, trabajo, barrio, nación, etc… Por favor, no te
menosprecies, ni te dejes engañar, Dios quiere usarte.

Estoy seguro que cada vez se va entendiendo mejor lo que la gracia de Dios
puede producir en la persona. Pero no hemos acabado, ¿te animas a seguir?
Pues venga, vamos a por el siguiente capítulo.

Capítulo 6
LA GRACIA NO PUEDE SER GANADA NI MERECIDA

“Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es


gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es
obra.” (Romanos 11:6 RV1960)

na vez escuché a un hombre de Dios decir lo siguiente: “La gracia sólo viene
a través de Jesús. La gracia sólo se recibe por medio de la fe. La gracia no
puede ser ganada ni merecida. Si es merecido, o ganado, entonces no es
gracia.” Y te aseguro que estas palabras se grabaron en mi espíritu, y me han
ayudado a entender de forma básica, lo importante de no mezclar, de evitar
cualquier cosa que quiera adulterar la verdadera gracia de Dios. Una de las
definiciones de adulterar es “mezclar.” La gracia de Dios es pura, sin mezcla.
Pero lo iremos explicando mejor más adelante.

En este capítulo, lo que vamos a hacer es ver que nunca nadie, nadie, puede
ganarse el favor de Dios, sin importar lo que haga, o lo que deje de hacer.
Vamos a entender mejor el porqué la gracia no puede ser ganada ni merecida.
Por eso, otra vez, te pido un favor, lee este capítulo hasta el final. Permite que
sea Dios quien te hable por medio de Su Palabra. Ten un corazón receptivo y
una mente abierta, para que la revelación de Dios venga a tu vida. Quizá leas
cosas que chocan con tu manera de pensar, o quizá no, sea como sea, deja
que la Palabra de Dios sea la que gobierne tu vida. Decide renovar tu mente
con la Palabra de Dios, no es algo que Dios tiene que hacer, es algo que nos
toca hacer a nosotros. Renueva tu mente con la Palabra de Dios y
experimenta Su bondad en toda tu vida. (Romanos 12:2)
Recordemos que una de las definiciones que se le suele dar a la gracia de
Dios es “favor inmerecido.” Por lo tanto, esa definición va muy acorde con lo
que vamos a ver a continuación.

Hemos leído en Romanos, que la gracia no puede ser por obras, porque
entonces deja de ser gracia. No es un poco de ley, y otro poco de gracia. No
es que tenemos que compensar la gracia con la ley, o la ley con la gracia. No
se trata de eso. Aquí habla, como ya hemos visto, de un cambio de sistema. O
estoy bajo la ley, o estoy bajo la gracia, pero no puedo estar bajo los dos
sistemas a la vez. La realidad es que si estamos en Cristo, ya no estamos bajo
la ley sino bajo la gracia. Romanos 6:14 lo dice de la siguiente manera:
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley,
sino bajo la gracia.” Hoy estamos bajo la gracia. El sistema de ley, sí que era
un sistema donde la persona tenía que merecerse, o ganarse, su bendición.
Pero ahora YA NO ES ASÍ. Yo no puedo ganarme la salvación, o la
bendición, porque oro mucho, o porque voy mucho a la iglesia, o porque
medito mucho en la Palabra, o porque diezmo y ofrendo mucho. Ese es el
gran error de no estar afirmados en Jesús, siempre vamos a estar mirándonos
a nosotros mismos, nuestros propios logros, nuestras propias acciones, en vez
de estar mirando siempre a Jesús. La Biblia dice que nuestros ojos deben
estar puestos en Jesús (Hebreos 12:2), porque cuando me enfoco en Jesús,
como lo hizo Pedro, es cuando voy a caminar en lo sobrenatural, voy a
caminar en lo que no es normal para los demás (Mateo 14:22-33). Pero para
ello necesito enfocarme en Jesús y no en mí.

A veces yo he escuchado expresiones como: “Si usted viene a la iglesia Dios


va a bendecir su semana” o “Usted necesita pagar por la revelación” o “haga
una buena ofrenda si usted cree que Dios le va a sanar.” Lo siento, pero eso
no tiene nada que ver con este Nuevo y Mejor Pacto que tenemos en Cristo.
La gracia es gratis, y si no es gratis, entonces no es gracia. Dios es el primero
que desea verme caminando en la revelación de la Palabra, entonces ¿cómo
puede ser que tenga que pagar por esa revelación? ¿Significa eso que lo que
pagó Jesús no es suficiente y ahora yo tengo que ayudar un poquito? ¡Qué
triste pensamiento! EL PAGO DE JESÚS FUE, ES Y SERÁ SIEMPRE
MÁS QUE SUFICIENTE PARA TODA LA HUMANIDAD EN TODA SU
HISTORIA.
Acompáñame a Efesios 2:8 y 9 por favor: “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras ,
para que nadie se gloríe.” Una vez más, Dios por medio del apóstol Pablo,
nos deja las cosas muy claras. Vamos a romper la norma empezando por el
final de estos versos. Entender la gracia de Dios produce que siempre sea
Dios el glorificado, y nunca nosotros. Si la salvación fuera por obras, o por
méritos, obviamente podríamos jactarnos y alabarnos de haberla conseguido,
pero como no es así, entonces lo único que podemos hacer es alabar y
glorificar al dador de semejante salvación.

Por otro lado, también nos dice que la fe es un regalo que Dios nos da. ¿Por
qué? Porque todo, todo lo que Dios nos ha dado, solo puede ser recibido por
medio de la fe, y por eso Dios se asegura de darnos todo lo que necesitemos
para vivir aquí. Vemos que nos dice que la salvación es por gracia, que es un
don de Dios. Bueno, la palabra “don” se puede también traducir como
“regalo”, así que la salvación es un regalo de Dios para cada uno de nosotros.
Mi pregunta es, ¿qué se supone que haces cuando alguien te da un regalo?
Supongo que la respuesta ha sido “recibirlo.” Exacto, los regalos no se ganan,
ni se merecen, los regalos se reciben y se agradecen. No tratemos de
merecernos, ni de ganarnos, los regalos que Dios ha querido darnos,
solamente tenemos que recibirlos dándole gracias a Dios por ellos.

Hablemos un poco ahora de la palabra “salvación.” Según el diccionario


expositivo de palabras del nuevo testamento de W. E. Vine, la palabra
salvación se puede traducir como “sozo” o “soteria.” En este verso, en el
original griego, se utiliza la palabra “sozo” que significa que hemos sido
liberados del pecado, o de la naturaleza del pecado, y de todas sus
consecuencias. Aunque no quiero dedicar mucho tiempo a esto, sí creo
necesario que entendamos que todo lo malo que sucede en el mundo, vino
como consecuencia del pecado en la persona. La raíz de todo lo malo es la
naturaleza de pecado en la persona. Por eso, y quiero que esto se entienda
bien, cuando Jesús vino, no lo hizo pensando en sanarnos, o prosperarnos,
etc… vino pensando en resolver el tema del pecado, porque si se mata la raíz,
se acaba el fruto. Jesús acabó con la naturaleza de pecado, acabó con el
pecado, y por lo tanto, acabó con todas las consecuencias del mismo
(enfermedad, pobreza, desorden familiar, fracaso, etc…) Por eso que
“salvación” va más allá del perdón de pecados. ¡Gracias a Dios por el perdón
de pecados! ¡Gracias a Dios por el cielo! Pero el sacrificio de Jesús fue tan
perfecto y completo que también se encargó de todas, todas las consecuencias
del pecado. Así que, observando estos versos, se podrían leer así: “Porque por
gracia sois sanos” o “porque por gracia sois prósperos” o también “porque
por gracia vuestra familia está bendita, vosotros estáis benditos.” ¡Gloria a
Dios! Entendiendo esto, la sanidad no se tiene que pagar porque fue dada por
gracia. La prosperidad no se tiene que pagar porque fue dada por gracia. La
bendición no se tiene que pagar ni ganar, porque fue dada por gracia. TODO,
TODO LO QUE DIOS HA DADO, LO HA DADO POR GRACIA. Soy sano
por la gracia de Dios. Soy justo por la gracia de Dios. He sido perdonado por
la gracia de Dios. Soy rico por la gracia de Dios. ¡Aleluya! ¡Tengo ganas de
gritar y alabar a Dios por Su inmensa bondad hacia nosotros! ¡Gloria a Dios!

Todo lo de Dios es gratis para ti y para mí. La gracia de Dios es GRATIS


PARA NOSOTROS. Puede que no estés acostumbrado a escuchar algo así,
pero te aseguro que es real. Por eso el Evangelio son MUY BUENAS
NOTICIAS.

Sin embargo, el hecho que algo sea gratis ¿quiere decir también que es
barato? No necesariamente. Hay cosas que pueden ser gratis para ti, pero que
sin embargo a la persona que te los dio, le salió muy caro. Y
lamentablemente, uno de los errores que se comete, a veces, en nuestra
sociedad, es no valorar aquello que nos sale gratis. Por eso, uno de los
propósitos de este libro, porque creo que Dios siempre hace las cosas con un
propósito, es que valores la maravillosa gracia de Dios, aunque sea algo
gratis para ti.

Es cierto que la gracia es gratis para nosotros, pero no porque sea barata, sino
más bien porque se pagó un precio muy, muy alto. De hecho, se pagó el
precio más alto que jamás se haya podido pagar. Por eso, antes de finalizar
este capítulo, quiero que consideremos ese alto precio pagado por nuestra
salvación.

He aquí una lista de versos bíblicos que nos hablan del precio pagado.
“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” (1ª Corintios
6:20 RV1960)
“Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.” (1ª
Corintios 7:23 RV1960)
“Por lo tanto, estén atentos y cuiden de toda la congregación, en la cual el
Espíritu Santo los ha puesto como pastores para que cuiden de la iglesia de
Dios, que él compró con su propia sangre.” (Hechos 20:28 DHH)

¿Por qué decimos que se pagó un alto precio? Porque se pagó precio de
sangre. La sangre preciosa de nuestro Salvador Jesús, fue derramada por
nosotros.

Observa también la iglesia, o la gente, le pertenece a Dios, porque Él pagó


por nosotros. Nadie debe tomar control sobre la gente, porque la gente le
pertenece a Dios, y no a ningún hombre o denominación, etc… Es clave
formar parte de una buena iglesia local, pero los que estamos en el ministerio,
por la gracia de Dios, debemos entender y no olvidar, que la gente le
pertenece a Dios, y no a nosotros.

“El cual nos ha librado de la potestad de las tinie blas, y trasladado al reino
de su amado Hijo, en quién tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados.” (Colosenses 1:13 y 14 RV1960)

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a
sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
(Filipenses 2:5-8 RV1960)

“Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a
las partes más bajas de la tierra?” (Efesios 4:9 RV1960)

Jesús pagó con su propia vida, con su propia sangre, siendo insultado,
escupido, golpeado, le dieron de latigazos, le colgaron en una cruz, cargó el
pecado de todos nosotros, de toda la humanidad, descendió al infierno, para
que nosotros podamos disfrutar de una vida eterna en el cielo. ESE FUE EL
PRECIO ALTÍSIMO QUE SE PAGÓ POR AMOR. Nadie nos ha amado, ni
nos ama, ni nos amará, de la forma en cómo Dios nos ama.

Si quieres puedes leer los pasajes de Isaías 53, o en los evangelios, puedes
leer el momento de la crucifixión de Jesús (Mateo 27:32-50/Marcos 15:21-
37/Lucas 15:21-37/Lucas 49/Juan 19:1-37) para que comprendas mejor el
precio que se pagó, para que esta gracia sea gratis para nosotros. También, si
no la has visto todavía, puedes ver la película “La pasión” dirigida por Mel
Gibson, que desde mi punto de vista, es una de las más reales que se han
hecho acerca del sacrificio de Jesús.

A Jesús no le asesinaron, Él decidió entregar Su vida por amor a nosotros, y


ahora nosotros, en respuesta a Su amor, decidimos amarle a Él.

Estoy seguro que este capítulo te ha ayudado a entender el amor de Dios un


poquito más. LA GRACIA ES TOTALMENTE GRATIS PARA TI Y PARA
MÍ, PERO NO FUE BARATA EN ABSOLUTO, SE PAGÓ CON PRECIO
DE SANGRE. EL ÚNICO JUSTO DE VERDAD, SE VOLVIÓ PECADO,
PARA QUE LOS PECADORES PUDIÉRAMOS SER JUSTIFICADOS.
¡GRACIAS DIOS!

Capítulo 7

LA GRACIA NO ES UNA LICENCIA PARA PECAR

“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia


abunde ? EN NINGUNA MANERA . Porque los que hemos muerto al
pecado, ¿cómo viviremos aún en él? Porque el pecado no se enseñoreará de
vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia . ¿Qué, pues?
¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? EN
NINGUNA MANERA. ” (Romanos 6:1,2,14 y 15 RV1960)

lo mejor no estás muy familiarizado con la expresión que da título a este


capítulo, o sí, pero la realidad es que a veces, cuando enseñamos acerca de la
maravillosa gracia de Dios, se nos acusa de estar dándole a la gente una
licencia para pecar, o un permiso para pecar. Es como que la gente piensa que
lo que estamos predicando se resume así: “Ahora vayan y pequen todo lo que
quieran porque no pasa absolutamente nada.” ¡Qué terrible error! Obviamente
no es eso lo que predicamos, no es eso lo que enseñamos, y en este capítulo
podremos verlo de una forma más clara. Pero permíteme decir esto, aunque
luego entremos en detalles, entender la gracia de Dios, entender que al estar
en Cristo, Dios ya no me condena, es lo que me da la habilidad para vivir
dedicado a Dios mejor que nunca. La gracia es la habilidad para vivir sin
pecado.

El pecado es algo terrible, es el motivo por el cual Dios tuvo que hacerse
hombre para salvar a la humanidad, imagínate lo terrible que es. Dios no
acepta el pecado, Dios aborrece el pecado. Entiende que para Dios, tú y yo,
somos Su creación más perfecta. Somos Su más preciada obra. Por eso,
nunca hay lugar para el lamento, pensando que nadie nos quiere, o que no
tenemos valor. Déjame decirte, para Dios eres lo más valioso que existe. Y
Dios aborrece el pecado porque es lo que provoca el sufrimiento del ser
humano, de Su creación más valiosa. Dios aborrece todo, todo lo que daña al
ser humano, porque Dios nos ama como nadie. Por eso, jamás vamos a
defender el pecado, nunca. Pero tampoco creo que tengamos que hablar más
del pecado que de Jesús. No creo que tengamos que estar más enfocados en
lo que Adán hizo en el Edén, que en lo que Jesús hizo por nosotros. No creo
eso. Debo entender lo malo y terrible que era el pecado, para entender lo
glorioso y maravilloso que fue el sacrificio de Jesús a nuestro favor. Pero
nunca yo voy a dedicar más tiempo a hablar del pecado, que el que le dedique
a hablar de Jesús. Porque el punto es que Jesús vino a solucionar el problema
del pecado, sabiendo que en el momento que ese problema se solucionaba,
automáticamente se solucionaban todos los demás problemas del ser humano.

Hemos leído en Romanos que ya estamos muertos al pecado. Que el pecado


no se puede enseñorear de nosotros porque ahora estamos bajo la gracia y no
bajo la ley. Por eso es tan importante leer la Palabra de Dios con el
conocimiento correcto. No nos dice que vayamos y pequemos todo lo que
queramos, nos dice que por causa de estar en Cristo, ya no tenemos que
pecar, porque ahora tenemos una nueva naturaleza. Jesús lo dijo de la
siguiente manera: “El árbol bueno siempre dará buenos frutos.” (Mateo 7:17
y 18)

La Palabra de Dios es muy clara advirtiéndonos acerca de no confundir la


libertad que Cristo nos ha dado con un libertinaje.

“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llam ados; solamente que no


uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos
a los otros.” (Gálatas 5:13RV1960)

“Porque algunos hombres han entrado encub iertamente, los que desde antes
habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que
convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único
soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.” (Judas 4 RV1960)

Obviamente en este verso de Judas no habla de creyentes, sino de algunos


que se introducen para promover el libertinaje en la iglesia. Está muy claro
que no se trata de decir “Hago lo que quiero porque estoy bajo la gracia.” Por
supuesto somos libres para decidir vivir como queramos, pero la pregunta es:
“Con la vida abundante que Dios ha decidido darme, ¿por qué voy a querer
sufrir en la tierra?” Porque el vivir lejos del plan de Dios me va a producir
sufrimiento, y Dios no quiere que yo sufra, por eso me ha dado la habilidad
de estar muerto al pecado y vivir para la justicia.

Aquí sí que necesito algo de tiempo para explicar bien esto. El problema en el
ser humano no son sus acciones. Espera, acabo de empezar este argumento,
intenta acabar de leer el capítulo, por favor. El problema en el ser humano es
su naturaleza. Jesús no vino a producir un cambio de acciones en el ser
humano, Jesús vino a cambiar la naturaleza del ser humano.

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el


pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron.” (Romanos 5:12) El punto es que todos, todos nacemos pecadores
porque está en nuestra naturaleza. Adán pecó, y el pecado entró en el mundo.
En el original griego, muchas veces, la mayoría de veces, cuando sale la
palabra “pecado” está hablando de una naturaleza, no de la acción de pecar.
Sin embargo, cuando leemos “pecados” sí habla de la acción de pecar. Esto
que parece muy simple, es precisamente donde los cristianos se confunden
más. Todos nacemos pecadores por naturaleza, y por eso precisamente,
TODOS NECESITAMOS UN SALVADOR. A veces la persona comete el
error de pensar, “yo me porto bien, yo no le hago mal a nadie, todo lo
contrario, trato de hacer el bien siempre a los demás” y eso está muy bien.
Pero yo no necesito un Salvador porque soy muy malo, o me porto muy bien,
lo necesito porque tengo una naturaleza de pecado. No somos pecadores
porque pecamos, sino que pecamos porque somos pecadores. La acción de
pecado no me hace pecador, pero por causa de mi naturaleza de pecado, soy
pecador, cometo acciones de pecado. ¿Se va entendiendo? Todos nacemos
pecadores y por eso cometemos pecados.

También aquí es importante dejar claro que uno de los significados de la


palabra “pecado” es “errar al blanco.” Según la Palabra de Dios, todo lo que
no proviene de fe es pecado (Romanos 14:23) y al que sabe hacer lo bueno y
no lo hace, le es contado como pecado (Santiago 4:17). Aclaro esto, porque
es importante que veamos la opinión de Dios respecto a lo que es pecado,
porque a veces la persona puede pensar que nunca peca, pero no lo hace
según su entendimiento del pecado, sin embargo según Dios, sí peca. Pero
este no es un capítulo para exaltar al pecado, te lo aseguro, solo sigue leyendo
y verás que la cosa se pone mucho mejor. Entonces el punto es este, todos
pecamos porque nacemos pecadores, esa es nuestra naturaleza, y por eso
TODOS NECESITAMOS UN SALVADOR. El problema del árbol malo es
que da frutos malos porque la raíz es mala. Por lo tanto, es necesario un
cambio de raíz. Muchas veces estamos demasiado atentos a lo exterior, pero
lo exterior no puede cambiar el interior de la persona, sin embargo, el interior
de la persona siempre acabará cambiando el exterior. Si la naturaleza es de
pecado, lo que necesitamos es un cambio de naturaleza. Pero es imposible
cambiar la naturaleza sin nacer otra vez. Porque el asunto es que ya nacemos
con esa naturaleza. De ahí viene la conocida conversación respecto al nuevo
nacimiento entre Jesús y Nicodemo (Juan 3:1-15). ¿Qué significa nacer de
nuevo? Cambiar la naturaleza. No es algo que nosotros podamos lograr o
conseguir por nosotros mismos, es algo que solo Dios puede hacer en
nosotros. ¿Dónde nacemos de nuevo? En el espíritu. La Biblia siempre deja
claro que nosotros somos seres espirituales. 1ª Tesalonicenses 5:23 dice así:
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo.” Nosotros no somos cuerpo ni tampoco alma. De hecho hay
una declaración que desde el primer día que la oí me quedó grabada, y nos
ayuda a entender mejor esto: “Yo soy un espíritu, que tengo un alma y vivo
en un cuerpo.” Por lo tanto, todo el cambio que se produce cuando una
persona nace de nuevo es en el espíritu. Nazco con una naturaleza de pecado,
que afecta a mi alma y a mi cuerpo, y cuando nazco de nuevo, también mi
nueva naturaleza acabará afectando a mi alma y a mi cuerpo. ¿Cómo nazco
de nuevo? Cuando reconozco que necesito un Salvador y creo en Jesús como
mi Salvador y Señor y le recibo como tal (si recuerdas en el primer capítulo
hablamos de eso). En el mismo momento que recibo a Jesús, nazco de nuevo,
aunque yo no sienta nada, aunque todo se vea igual, la realidad es que mi
naturaleza ha sido totalmente cambiada. No ha sido renovada, ni restaurada,
no. Ha sido cambiada. La vieja naturaleza ha desaparecido, y ahora tengo una
nueva naturaleza.

“De modo que si alguno está en Cristo , nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2ª Corintios 5:17) YA NO
SOY PECADOR, PORQUE MI NATURALEZA HA CAMBIADO.
AHORA SOY LA JUSTICIA DE DIOS EN CRISTO JESÚS.

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2ª Corintios 5:21) Por favor,
entiende esto, si estás en Cristo, eres totalmente justo. NUNCA SERÁS MÁS
JUSTO DE LO QUE HOY ERES. No somos justos por lo que hacemos o
dejamos de hacer, somos justos porque estamos en Cristo. Alguien puede
pensar: “¿Pero cómo voy a ser justo si no he hecho nada para merecerlo?” Y
yo te pregunto: ¿Cómo Jesús pudo volverse pecado si nunca pecó? Esa es la
bondad de Dios. JESÚS SE CONVIRTIÓ EN LO QUE NOSOTROS
ÉRAMOS, PARA QUE HOY NOSOTROS PODAMOS SER COMO ÉL ES.
¡ALELUYA!

Ahora Cristo es nuestra justificación. No somos justificados por obras, jamás


podríamos llegar a serlo, somos justificados por creer en Jesús.

“Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.” (1ª Corintios 1:30)
Gracias a Dios que no tengo que llegar a ser justo, no tengo que tratar de ser
cada vez más justo, sino que Cristo es mi justificación. Y eso me asegura que
a pesar de los errores que pueda cometer, eso no cambia mi nueva naturaleza
en Cristo. Esta es la revelación y el conocimiento que necesita la iglesia hoy
para experimentar la libertad que Cristo nos ha dado. Necesito entender que
YA SOY LA JUSTICIA DE DIOS EN CRISTO JESÚS, Y LO SOY
SIEMPRE. Porque cuando entiendo esto, entenderé que no tengo que
esforzarme para cambiar, ni para ser justo o santo, sino que DIOS YA ME
HA CAMBIADO, Y AHORA YO CAMINO EN LO QUE SOY. Por favor
entiende esto, no estoy diciendo que el pecado no tiene que ser castigado,
Dios es un Dios justo, y entender la gracia no es pensar que un día Dios se
levantó y dijo: “Pues ya no voy a castigar el pecado.” No, el pecado siempre
tiene que ser castigado, lo que digo es que TODO EL CASTIGO DEL
PECADO RECAYÓ COMPLETAMENTE SOBRE JESÚS Y LA IRA DE
DIOS QUEDÓ TOTALMENTE SATISFECHA CON LA OBRA
PERFECTA Y CONSUMADA DE CRISTO. La Palabra de Dios me dice
que el castigo de mi paz cayó sobre Jesús (Isaías 53:5). Muchas personas
tratan de cambiar las acciones de la gente, o la parte exterior de la persona,
pero no funciona así, Dios ha cambiado a la persona en su interior, y la
persona, paso a paso, irá manifestando en el exterior, lo que Dios ya ha hecho
en el interior. Por eso, la iglesia local juega un papel importantísimo, porque
una vez que la persona nace de nuevo, necesita permitir que su mente sea
renovada con la Palabra de Dios, para que empiece a caminar en lo que es en
Cristo.

Por eso, que el creyente diga: “Es que no puedo dejar de pecar” no es cierto.
Ahora lo que no puede es pecar, porque es una nueva criatura. ¿Y porqué
pecan los creyentes? Porque falta renovar la mente con la Palabra de Dios
para caminar en su nueva naturaleza. Tenemos la naturaleza de Dios en
nosotros (2ª Pedro 1:4) por eso podemos vencer siempre, porque Dios está en
nosotros (1ª Juan 4:4).

Al entender esto, nos damos cuenta que decidir vivir en pecado siendo
creyentes es una estupidez, porque el pecado siempre va a producir cosas
malas en mi vida. Por ejemplo, el pecado le abre la puerta al diablo, y eso
siempre hará que suframos. Somos justos en Cristo, somos salvos en Cristo,
nos vamos al cielo, pero en la tierra vamos a sufrir si decidimos vivir en
pecado. Sufriremos en la salud, en la economía, en la familia, etc… NUNCA
EL PECADO ES INOFENSIVO. Dios nos ha dado el poder de decidir la
clase de vida que queremos vivir. Podemos decidir vivir sin pecar. ¡Gloria a
Dios!

Spurgeon decía: “Las ovejas pueden ensuciarse con el barro, pero solo los
cerdos se quedan en él.” ¿Qué ocurre si fallo, si peco? En Cristo YA HAS
SIDO PERDONADO. Cree que recibes tu perdón en el nombre de Jesús, y
sigue hacia delante. No permitas que el diablo use eso para condenarte.

“Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” (Romanos
8:1) DIOS NUNCA, NUNCA TE CONDENA. SIEMPRE TE EXTIENDE
SU PERDÓN.

¿Recuerdas la historia del hijo pródigo? A mí me gusta llamarla la historia


del padre amoroso (Lucas 15:11-32). El hijo pródigo cuando vuelve,
humillado, sucio, maloliente, viene necesitado de un trabajo, pero lo que se
encuentra fue mucho mayor de lo que buscaba. Se encontró con un padre que
no quiso saber de dónde venía, no quiso saber qué había hecho, ni siquiera le
preguntó por la herencia. Se encontró con un padre interesado en su hijo
perdido. El padre le besó, le abrazó, le vistió, le dio acceso de nuevo a la
familia y celebró una gran fiesta. ¿Se lo merecía? No, pero era su hijo, y eso
no había cambiado. El hijo mayor cometió el error de querer ganarse siempre
todo lo suyo, y nunca disfrutó del privilegio de ser hijo. Te animo a que
disfrutes del privilegio de ser hijo. El perdón está disponible siempre para
nosotros por el privilegio que tenemos de ser hijos de Dios. Jesús derramó
hasta la última gota de su sangre para que disfrutemos de este perdón
maravilloso.

Cuando pecas, no vuelves a ser pecador, sigues siendo un hijo de Dios lavado
con la sangre de Cristo. ¿Acaso una persona que no tiene a Jesús se salva
cuando hace alguna buena acción? Pues entonces nosotros no podemos
perdernos, o dejar de ser hijos de Dios, cuando nos equivocamos.
Precisamente Jesús vino porque Dios conoce muy bien nuestras
imperfecciones, y es maravilloso tener a un Sumo Sacerdote que esté
intercediendo por nosotros. Y que cada vez que nos acercamos a recibir el
perdón de Dios, Jesús se dirijaal Padre y le diga: “Esta es la sangre que se
derramó por su perdón. Yo soy la ofrenda perfecta. No le mires a él, mírame
a mí, porque yo ocupé su lugar.” ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! ¡Qué buenas
noticias! Y quizá por eso a mucha gente le cuesta aceptarlas, porque estamos
muy acostumbrados a escuchar malas noticias, y para nada estamos
acostumbrados a oír noticias tan, tan buenas. Pero así es Dios, Dios es bueno
siempre, y por lo tanto las noticias que vienen de Su parte siempre van a ser
muy, muy buenas. Te animo a recibir estas muy buenas noticias y
disfrutarlas. ¡En Cristo hemos sido justificados! ¡DIOS NO TE CONDENA!
¿Recuerdas el encuentro de Jesús con la mujer sorprendida en adulterio?
Después de que todos se fueran y ninguno se atreviera a lanzar piedras contra
esa mujer, que según la ley, tenía que morir apedreada. Jesús le preguntó:
“Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?” Y por
supuesto, la mujer dijo: “Ninguno.” Y he aquí la respuesta del Maestro
Bueno: “NI YO TE CONDENO; VETE Y NO PEQUES MÁS.” (Juan 8:1-11
RV1960) Hemos estado equivocados, lo que hace que el creyente camine
como la justicia de Dios, no es el mensaje de pecado o de “santidad”. No, lo
que hace que el creyente camine correctamente es la revelación de lo que
Dios ha hecho en su vida, y entender que aunque fallemos, Dios nunca nos va
a condenar, ni castigar, porque Jesús ya fue castigado por mí.

Al escuchar esto, algunas personas dicen: “No debería predicar así, porque
eso hará que la gente salga corriendo a pecar.” Bueno, todavía no conozco a
nadie que lo haya hecho. Por otro lado, como dijo un hombre de Dios: “Yo
peco todo lo que quiero, EL TEMA ES QUE YA NO QUIERO PECAR
PORQUE ESTOY EN CRISTO Y SOY UNA NUEVA CRIATURA.” Te
aseguro que mi experiencia personal al encontrarme con este mensaje de la
gracia de Dios, no ha sido de querer alejarme de Dios, sino de responder cada
vez más y mejor al tremendo amor con el que Dios me ha amado (1ª Juan
4:10 y 19).

En esta última parte del capítulo lo que quiero es animarte a disfrutar de tu


libertad en Cristo para decidir vivir para Dios. ¿Cómo lo hago? La gracia de
Dios te enseña.

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los


hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.” (Tito 2:11 y
12 RV1960)

No hay excusa, la gracia de Dios está en nosotros y nos enseña a vivir la vida
que Dios desea que vivamos. Realmente cuando más nos enfocamos en Jesús,
cuando más se nos revela Su amor por nosotros, más vamos a querer vivir
para Dios. No como una obligación, sino como un privilegio. Se trata de
renovar nuestra mente con la Palabra de Dios, para que podamos pensar lo
correcto, creer lo correcto y entonces vivir en lo correcto.

Decide poner a Dios primero en tu vida siempre, esa es la mejor decisión.

Capítulo 8
LA GRACIA NO ES LA EXCUSA PARA DEJAR DE VIVIR POR FE

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8 y
9 RV1960)

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como


está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. ” (Romanos 1:17 RV1960)

L
a declaración que acabamos de leer en Romanos, “Mas el justo por la fe
vivirá” se repite tres veces más en toda la Biblia:
- Habacuc 2:4
- Gálatas 3:11
- Hebreos 10:38

Esto me quiere decir que Dios quiere que lo tengamos muy claro, el estilo de
vida del justo se llama fe. No debería existir ningún tipo de discusión, ya que
la Palabra de Dios es clara.

Por eso, en este capítulo vamos a hablar acerca de entender que la gracia no
es la excusa para permitir, o ser pasivo, frente a las circunstancias adversas
que vengan a mi vida. Y también veremos que la gracia tampoco es un
permiso para convertirme en un vago o “flojo” con Dios, sino que
precisamente, la gracia es la habilidad de Dios en mí para poder vivir la vida
de fe.

Tenemos solo un capítulo para hablar de ello, está claro que para hablar de fe
lo que deberíamos hacer es escribir un libro aparte. Pero al menos, vamos a
tratar ciertos puntos de la vida de fe que estoy seguro que te van a ayudar.

Hemos leído que la salvación es por gracia y también por medio de la fe. En
el capítulo anterior hemos leído unos versos en la carta a Tito que quiero que
volvamos a leer: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para
salvación a todos los hombres.” (Tito 2:11 RV1960) Según este verso, ¿para
cuántas personas está disponible la salvación? Para todas. Lamentablemente,
¿todas las personas serán salvas? No, solamente aquellos que hayamos
decidido creer en Jesús. Y como ya hemos hablado anteriormente, salvación
es ser libre de todas las consecuencias del pecado. No hablamos solo de ir al
cielo, sino que hablamos de la bendición, hablamos de sanidad, de éxito, de
prosperidad, de estabilidad familiar, etc… Y el apóstol Pablo nos dice en esta
carta escrita a Tito que la salvación está disponible para todos, porque la
gracia ha hecho que esté disponible. Pero, recuerda, la gracia es un regalo y
los regalos se tienen que recibir. La gente se salva, no porque Dios decide
perdonar a unos y a otros no, sino porque la persona decide recibir el regalo
de la salvación. La gente se pierde, no porque hay gente a la que Dios no
quiere salvar, sino porque deciden no recibir el regalo de la salvación, el
regalo de Jesús y Su obra completa. Dios ha puesto la salvación disponible
para toda persona, desde el que parece más bueno hasta el que parece el más
malo. Así de bueno es Dios. Pero la persona debe decidir. Por eso, la gracia
no es la excusa para permitir las circunstancias adversas en nuestras vidas.
No se trata de decir, “bueno, estoy enfermo y me muero, pero no pasa nada,
estoy bajo la gracia, Dios ya hará algo si Él quiere hacerlo” o decir, “bueno,
me he quedado sin trabajo, estoy arruinado y voy a vivir en la calle con mi
familia, pero no pasa nada, estoy bajo la gracia y si Dios quiere, hará algo por
mí.” La gente dice, “Dios es soberano, Él sabe y Él hará lo mejor para mí.”
¿Qué pensarías si un día tú me hablaras de Jesús y de la importancia de ser
salvo y yo te dijera, “bueno, Dios es soberano, Él sabe, estoy bajo la gracia, si
Dios quiere me salvará, y si no quiere, no lo hará”? ¿Cómo reaccionarías?
Dirías, “no, Dios envió a Jesús para salvarte, Dios quiere, pero tú tienes que
decidir recibir ese regalo.” Pues esto es igual, déjame decirte que Dios ya te
envió lo mejor y se llama JESÚS. Y en Cristo YA hemos sido salvos, YA
hemos sido sanados, YA hemos sido prosperados, YA hemos sido
bendecidos, YA nuestra familia es una familia fuerte, ¡gloria a Dios! Ya fue
hecho, según mi Biblia, ¡YA FUE CONSUMADO! (Juan 19:30). “Entonces,
qué debo hacer” tienes que recibir el regalo que Dios te ha dado en Cristo
Jesús. No toleres la circunstancia adversa en tu vida, entiende que no es la
voluntad de Dios que sufras. No toleres la enfermedad, la escasez, la crisis, la
destrucción de tu familia, no, Dios te lo ha dado todo en Cristo Jesús, pero
debes recibirlo y solo se recibe por medio de la fe.

“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32
RV1960)
Déjame decirte algo, en el original griego la frase “todas las cosas” significa
“todas las cosas” ahí te lo dejo para que le des vueltas.

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucri sto, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.” (Efesios
1:3 RV1960)

“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza
en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da
todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.” (1ª Timoteo 6:17
RV1960)

¿Quién nos da todas las cosas? Dios, y nos las da en abundancia para que las
disfrutemos. Aquí no dice que es malo ser rico, o que Dios tiene algo contra
los ricos. Aquí lo que dice es que los ricos deben confiar en Dios, y no en lo
que tienen, pero la realidad es que todos debemos confiar solo en Dios. Por
favor, no dejes que la religión te engañe, ser rico no es malo, en Cristo hemos
sido hechos ricos (2ª Corintios 8:9). Lo malo es confiar más en algo o en
alguien que en Dios.

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido
dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó
por su gloria y excelencia.” (2ª Pedro 1:3 RV1960)

La Palabra de Dios es clara respecto a lo que tenemos gracias a este Nuevo y


Mejor Pacto en Cristo Jesús. Por eso, te animo a que no permitas que el
diablo gane terreno en ti, sino que recibe todo lo que Dios ya te ha dado.

Y se recibe por la fe. ¿Cómo recibiste a Jesús? Según la Biblia en Romanos


10:8-10 tenemos que creer en nuestro corazón y lo que creemos es lo que
hablamos o confesamos. Todo en Dios se recibe de la misma manera, se tiene
que creer y nuestra creencia tendrá acciones correspondientes. Confesión es
una acción correspondiente a lo que creo. Si creo que Jesús ya me sanó en la
cruz del calvario, voy a confesar que por Sus llagas yo YA FUI sanado, no
voy a serlo, YA FUI. Por eso es muy importante el conocimiento de la
Palabra de Dios, porque la fe que Dios nos ha dado (Romanos 12:3) solo se
conecta con la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es nuestra máxima
autoridad, no importa cómo nos sintamos, ni lo que diga todo lo que nos
rodea, decidimos creer que la Palabra de Dios es la Verdad absoluta para
nosotros. No es suficiente con tener un deseo, yo necesito un verso de la
Palabra de Dios donde pueda conectar la fe. Es importante, y te animo, a que
puedas dedicar tiempo a meditar en la Palabra de Dios, a que valores cada
vez que te sientas a oír la revelación de la Palabra de Dios en la iglesia local,
sino tienes una buena iglesia, por favor, encuentra una y establécete en ella,
esto producirá grandes beneficios en ti y en tu familia. Dedícale tiempo a la
Palabra, encuentra buenos libros que te enseñen a entender más la Palabra.
Pero no se trata de hacerlo como algo religioso, o tratando de conmover a
Dios, se trata de hacerlo porque deseo hacerlo y porque la fe solo se conecta
con la Palabra de Dios. Si te llenas de la Palabra, lo que tienes dentro, acabará
saliendo, se acabará manifestando. Hay gente que se trata de esforzar para
confesar bien, o lo correcto, pero no se trata de eso. Llénate de la Palabra y te
aseguro que tu confesión siempre estará en línea con la Palabra de Dios.
(Mateo 12:34)

Como ya he dicho, esto da para otro libro, pero antes de cerrar este capítulo
permíteme hablarte de una cosa más. ¿Qué se hace después de recibir un
regalo? Aquí tenemos un dicho que dice: “De bien nacido es ser agradecido.”
Exacto, se le dan las gracias a la persona que nos ha dado el regalo. Seamos
agradecidos con Dios por tan maravilloso regalo. Es verdad que nunca
tendremos ni el tiempo, ni las palabras, para ser lo suficientemente
agradecidos con Dios, pero no es una excusa para que no le demos las gracias
por darnos a Jesús, y juntamente con Él, todo lo demás. Sé agradecido por tu
salvación, por tu sanidad, por tu prosperidad, por tu bendición familiar.
Agradece a Dios por lo que no ves, porque de eso se trata la fe (Hebreos
11:1), pero que sabes que Dios ya te lo ha dado en Cristo. Y eso que ahora no
ves, lo acabarás viendo y experimentando en tu vida.

Fe es la respuesta a la gracia de Dios. La fe solo podrá recibir lo que la gracia


ha puesto a nuestra disposición.

Capítulo 9
LA GRACIA ES CONFIAR Y DEPENDER DE DIOS SOLAMENTE
“Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios.” (2ª Corintios 3:4
RV1960)
“En quien (en Cristo Jesús) tenemos seguridad y confianza por medio de la
fe en él.” (Efesios 3:12 RV1960)
N

uestra confianza está en Cristo Jesús. La gracia es el camino más alto, porque
es el camino donde la persona decide confiar en Dios siempre y depender de
Dios solamente. Bajo la ley, si la persona hacía bien le iba bien, sabía que
Dios iba a actuar a su favor. Bajo la gracia tenemos que confiar en lo que
Dios ya ha hecho a nuestro favor, aunque no veamos nada. Tenemos que
confiar en Jesús y en Su obra completa. Tenemos que depender de Dios y
creer que Su gracia siempre es más que suficiente para nosotros en cualquier
situación que vivamos.

“Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia opinión.”


(Proverbios 3:5 RV1960)

Confiar en Dios es entender y creer que Dios siempre es más inteligente que
yo, y que sus ideas siempre son mejores que las mías. Lamentablemente hoy
en las iglesias se ha introducido mucho el humanismo, que es la exaltación
del ser humano. Y se pueden escuchar muchas predicaciones motivacionales,
y se les dice a los creyentes “tú puedes” o “confía en ti” o “debes tener una
autoestima correcta”. Se llega al punto en el que ya no se necesitan dones
ministeriales, sino que ahora son motivadores o “coachers”. Y esto es un
terrible error. Porque es humanismo. No se trata de confiar en mí. Ni de tener
una mejor autoestima, de forma que los creyentes van a buscar libros que les
hablen de cómo triunfar y de cómo subir la autoestima.

Cuando entendemos la maravillosa gracia de Dios, vamos a entender que


Cristo ya venció por mí. Que mi éxito se llama Jesús, y que no necesito tener
una mejor autoestima, sino que necesito tener una “Cristoestima.” No se trata
de que yo puedo, sino de que todo lo puedo EN CRISTO, porque es CRISTO
QUIEN ME FORTALECE (Filipenses 4:13). El cristianismo es una vida
centrada en Dios, en Cristo, y no en nosotros mismos.

“Así ha dicho el Señor: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone


carne por su brazo, y su corazón se aparta del Señor” (Jeremías 17:5
RV1960).
La expresión “pone carne por su brazo” tiene que ver con el propio esfuerzo.
Recuerda, no se trata de ser vago, se trata de confiar en Dios siempre y no en
mi propio esfuerzo. El mismo apóstol Pablo dijo: “Soy lo que soy por la
gracia de Dios. He trabajado más que todos ellos, pero no yo, sino la gracia
de Dios en mí.” (1ª Corintios 15:10) Es decir, yo vivo la vida de fe, con las
acciones correspondientes a la fe que Dios me ha dado, como nos enseña
Santiago 2, pero mi confianza no está puesta en lo que hago, sino en la
habilidad de Dios en mí.

Muchas veces se nos ha dicho que la oración, el ayuno, las ofrendas, etc…
son cosas que si las hacemos, van a provocar un mover de Dios, van a hacer
que Dios se levante y nos bendiga, pero la realidad es que no es así. Dios ya
lo hizo todo en Cristo Jesús. Y yo no debería hacer las cosas por imposición
religiosa, o esperando la reacción de Dios a mi acción. No, mis acciones son
respuestas a la acción que Dios hizo por mí primero. El punto es la confianza
en Dios.

A veces la persona piensa, “hoy no he orado, tengo que orar”. Entiende esto,
por favor, no tienes que orar, tienes que confiar en Dios, porque si confías en
Dios, entonces vas a orar. Si confías en Dios, vas a ir a la iglesia. Si confías
en Dios, vas a estudiar la Palabra. Si confías en Dios, vas a diezmar y
ofrendar. LA CLAVE ES LA CONFIANZA EN DIOS. CREER QUE SU
SISTEMA ES LO MEJOR PARA MÍ.

Por causa de estar en Cristo, tú y yo tenemos el privilegio de disfrutar una


relación con Dios. ¿Sabes cuál es una de las claves para una relación
saludable? CONFIANZA. La gracia me enseña a confiar en Dios siempre,
para que pueda disfrutar de mi relación con Dios siempre, a pesar de mis
errores e imperfecciones. La gracia me revela el maravilloso carácter de Dios,
y eso hace que yo pueda confiar en Dios siempre.

“Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.” (Gálatas 5:18
RV1960)
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de
Dios.” Romanos 8:14 RV1960)

Y este es otro de los maravillosos beneficios que tenemos bajo este Nuevo y
Mejor Pacto, siempre somos guiados por el Espíritu Santo. Dios está dentro
de ti. Aquel que conoce el futuro, y lo que más nos conviene, habita en
nosotros para guiarnos siempre a toda la Verdad, a Jesús, y nos hace saber lo
que ha de venir. (Juan 16:13)

Como hijo de Dios te animo a confesar cada día esto: “Soy un hijo de Dios y
soy guiado por el Espíritu Santo siempre. Por eso hoy tomo las decisiones
correctas y no me equivoco.” ¡Gloria a Dios, qué privilegio que tenemos!

Capítulo 10

LO QUE PRODUCE LA GRACIA DE DIOS EN LA PERSONA

“Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que


tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los
santificados.” (Hechos 20:32)

unque ya hemos hablado de algunas cosas que la gracia produce en la


persona. En este último capítulo me gustaría hablar brevemente de alguna
más. La palabra de gracia tiene poder, eso es claro y evidente, primero porque
está escrito, pero también lo he podido comprobar en mi vida, en mi familia,
y en la vida de las personas de la iglesia que Dios nos permite pastorear.

Veamos, entonces, que más produce la gracia:

1º Produce que lo que siempre hubo en el corazón de la persona, se acabe


manifestando.
Esto quiere decir, que cuando el creyente está viviendo bajo la influencia de
la ley, puede ser que esté haciendo cosas para Dios, pero solo lo hacía para
buscar su beneficio personal, o para evitar al diablo, o para tratar de ganarse
la bendición de Dios. De repente, cuando se le enseña que no tiene que
ganarse nada, porque Jesús lo pagó todo, se le quita la carga de la ley, y
comienza a sentirse aliviado, de forma que deja de hacer lo que hacía, porque
ya no hay una ley que se lo imponga. O por el contrario, el creyente empieza
a escuchar el evangelio de la gracia y decide hacer incluso más de lo que
hacía antes para Dios, porque está mucho más agradecido.
2º Produce que hagamos lo correcto con la motivación correcta.

¿Cuál es esa motivación? El amor a Dios. Todo lo que hacemos es una


respuesta de amor y agradecimiento a Dios, por todo lo que Él ha hecho por
nosotros primero. La Biblia es muy clara diciéndonos que para Dios la
motivación con la que hacemos las cosas, es más importante que la acción en
sí misma.

“Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si


entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”
(1ª Corintios 13:3 RV1960)

Pero cuando recibimos la palabra de la gracia de Dios, esta nos capacita para
poder hacer siempre lo correcto, pero también con la motivación correcta.

3º Produce que yo pueda amar a los demás con sus imperfecciones, o


defectos, porque entiendo que Dios me ama a mí de forma incondicional, con
mis imperfecciones y defectos.

Y te aseguro que esto te va a evitar muchos dolores de cabeza y discusiones


absurdas. No todos piensan como yo, ni tienen que hacerlo. Pero eso es lo
maravilloso de la diversidad del ser humano. Todos somos diferentes. Pero
todos podemos ayudarnos y aprender algo de los demás. La gracia nos da la
capacidad de amar a los demás. Amar a los demás no significa que estemos
de acuerdo con todo lo que hacen, porque eso a veces no queda muy claro. La
gente piensa que si amas a alguien, tienes que estar de acuerdo al cien por
cien con esa persona. Bueno, te aseguro que amo a mi esposa, y mucho, y sin
embargo a veces no estamos cien por cien de acuerdo en algún tema. Amar es
aprender a respetar a la otra persona, aunque yo no esté de acuerdo. Y la
gracia me enseña a hacer eso, porque Dios amó y ama a este mundo (Juan
3:16), aunque a veces no esté de acuerdo con cosas que este mundo hace.

4º La gracia produce que cualquier persona pueda recibir cualquier cosa de


parte de Dios en cualquier momento.

Sí, estas son las matemáticas de Dios. A veces nosotros pensamos que hay
que cumplir con ciertos requisitos. Si usted quiere está sanidad, necesita
tantas horas de iglesia, y hacer esto y lo otro, pero, de repente, al entender la
maravillosa gracia de Dios, nos damos cuenta que no es así. Sino que gracias
a Cristo Jesús, todas las personas han sido puestas en un lugar para poder
recibir cualquier cosa de Dios en cualquier momento.

Hay una historia que Jesús relató, en Mateo 20:1-16, en la que nos pone un
ejemplo de cómo funciona el reino de Dios. Y es muy interesante, y desde mi
punto de vista, incluso divertida. El tema es que hay un hombre que necesita
gente para trabajar en su viña. Sale temprano y contrata a unos por un salario
previamente acordado. Como ve que no hay suficiente mano de obra, durante
el día va contratando más personal. Cuando llega el momento de cobrar, de
recibir el salario, empieza a pagar primero a los que han trabajado menos
tiempo y les paga el salario acordado. Pero resulta que a los que llevaban
trabajando más tiempo, les paga exactamente lo mismo, y por supuesto eso
no les gustó nada. Pero hay que decir que el hombre les pagó lo que había
acordado con ellos. Y ante el enfado, o la indignación de estos trabajadores,
el empresario les contesta así: “Toma lo que es tuyo, y vete, porque yo quiero
pagarle a este último lo mismo que a ti. ¿Acaso no puedo hacer yo lo que
quiera con lo que es mío? ¿O tienes envidia, PORQUE YO SOY BUENO?”
Toma ya, menuda respuesta. Lo que nos enseña la maravillosa gracia de Dios
es que DIOS ES MUY BUENO SIEMPRE. Y a veces el problema, es que
nuestro concepto de bondad, no es el concepto que Dios tiene de bondad.Y
algunos dicen, “¿Porqué Dios ha sanado a ese? Hace un mes que está
viniendo a la iglesia, no es nada santo, y yo que llevo 130 años de iglesia y
soy bien santo, no me he sanado.” Posiblemente, ese decidió confiar en Dios,
y quizá el otro está confiando más en su santidad y en sus años de iglesia que
en la bondad de Dios. Todo milagro es un resultado de la bondad de Dios.

Tenemos otra historia de Jesús que me fascina en Lucas

Tenemos otra historia de Jesús que me fascina en Lucas 14. Y en esta Jesús
habla de un fariseo (“el santo religioso”) y de un publicano (de lo peor que
había en aquella época, desde el punto de vista judío). Y los dos fueron al
templo a orar. El religioso le recordó a Dios todo lo “bueno” que era, y le
daba gracias por no ser como el publicano. Y el publicano, ni siquiera se
atrevía a levantar la cabeza, sino que imploró a Dios por su perdón, ya que
sabía que era pecador, pero clamó por la misericordia de Dios. Bueno, resulta
que de los dos, el que se fue justificado a su casa, según Jesús, fue el
publicano. ¿Por qué? Porque la clave está en reconocer que dependemos de
Dios siempre, siempre, siempre. Y la gracia nos ayuda a entender eso, de
forma que podemos estar expectantes de ver milagros manifestados en
nuestras vidas, en cualquier momento, porque Dios es bueno siempre.

Conclusión
Bueno, ya hemos llegado al final de este viaje. Muchísimas gracias por
acompañarme durante todo el libro, hasta el final. Espero que hayas
disfrutado leyendo, pero sobre todo mi deseo es que hayas crecido en el
conocimiento de Jesús. Muchas veces Pablo oraba por sus iglesias de esa
manera, él quería que crecieran en el conocimiento de Cristo. De hecho, él
mismo dijo en Filipenses 3, que lo tiene todo por basura, con el fin de poder
crecer más en el conocimiento de Jesús.

El propósito de este libro es ese, mostrarte más a Jesús. Que puedas ver lo
maravilloso que es Jesús y que sigue siendo atrayente o atractivo. Creo
firmemente que a Jesús no hay que añadirle absolutamente nada, sino que
Jesús siempre, siempre es más que suficiente.

Quizá alguien puede pensar: “Ten cuidado, porque es peligroso poner tanto
énfasis en la gracia de Dios.” ¿En serio? ¿Puede ser peligroso poner énfasis
en Jesús? “Es que algunos son de la gracia exagerada.” Es que la gracia de
Dios es exagerada, porque si no fuera así, yo hoy no estaría donde estoy y tú
tampoco. ¡Gracias a Dios que no tuvo una gracia controlada, sino exagerada!
Personalmente creo que no puede ser malo poner énfasis en Jesús. Creo que
hay otras cosas que se meten en las iglesias que sí son peligrosas de verdad.
Pero nunca puede ser malo llevar a la gente a Jesús.

Por favor, te invito a tener este libro cerca, para que de vez en cuando le
puedas echar un vistazo. De manera que podamos disfrutar siempre de una
vida establecida en Jesús, de una vida FIRME EN JESÚS.

Siempre me ha gustado mucho la lectura. He dedicado, y voy a seguir


dedicando, mucho tiempo, leyendo libros. Por eso, te doy muchas, muchas
gracias, porque has decidido invertir parte de tu valiosísimo tiempo leyendo
este libro.
Te deseo lo mejor, creo, en el nombre de Jesús, que la bendición de Dios está
en ti, y que cada vez más vas a ver la bondad de Dios manifestada en tu vida,
y en todo lo que tiene que ver contigo.

Hasta la próxima ocasión que nos volvamos a encontrar.


Un fuerte abrazo de un amigo,
Kenneth Solá Jordán

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la
gloria de Dios.” (Romanos 5:1 y 2 RV1960)

Libro impreso en septiembre 2015

S-ar putea să vă placă și